miércoles, 20 de junio de 2012

* Chachapoyas; los dioses blancos del Perú *

***Mientras el Sol nos da un respiro y se toma unas mini-vacaciones, es bueno conocer un poco más de nuestras culturas pre-colombinas. No he querido poner imágenes de momias puesto que es algo que me desagrada profundamente, creo que si una nueva raza viniera a la Tierra, a ninguno de nosotros nos gustaría que profanaran las tumbas de nuestros familiares para estudiarnos, a mi manera de sentir éstas cosas, la exhibición de la muerte es algo revulsivo.


Ésta crónica bien puede ir liada a aquella otra que les presenté en otro post donde Zitchin trazaba una línea entre los Anunnaki de Medio Oriente, sus descendientes arios y semitas, y la llegada a nuestra América.
También me deja el sabor amargo de un destino trazado en la humanidad de guerras y muerte, con o sin conquistadores, antes y después, por el oro o por lo que sea, el ser humano que vivió en éste planeta nunca olvidó la genética de la guerra, la misma que protagonizaran aquellos Anunnakis cuando disputaban entre ellos sus territorios y sus rangos.
Gilgamesh***


En Lima, la capital del Perú, una exposición de los hallazgos arqueológicos en las cuevas de los Andes, muestran momias de personas misteriosas que conquistaron los Incas y a quienes llamaban *los que viven en las nubes* porque vivían en aldeas situadas en las laderas de las montañas cubiertas de bosques tropicales, a menudo escondidos detrás de las nubes. Hace unos meses en una cueva de un granjero se descubrió una momia que estaba allí desde hace más de 600 años, su rostro contraído por el miedo, las manos agarrando su cabeza, la boca abierta. 


A su lado estaba la momia de un niño, así como joyería, cerámica y tejidos. Las paredes estaban decoradas con pinturas rupestres.
Los arqueólogos se sorprendieron al hallar mmias con caras de mujer de rasgos blancos. Algunos creen que éstos rasgos no deberían aparecer en el proceso de momificación natural. Otros creen que la razón de los rostros de mujer blanca eran anomalías durante la momificación. Sin embargo, el nombre de esta tribu es Chachapoyas. 


Ellos eran altos, de pelo blanco y de piel blanca. Los Chachapoyas fueron una de las tribus más avanzadas de la Amazonía. Del 800 al 1500 su reino se extendía en el territorio de los Andes, hasta que fueron conquistados por los Incas. Y los Incas más tarde fueron invadidos por los españoles que provocaron una salida desesperada de éstas tribus que se refugiaron en las montañas y los asentamientos construidos en lo oculto en *la cima de las nubes*. Se sabe que los Chachapoyas eran agricultores y sus campos fueron tratados en las terrazas de las montañas. 


El clima de montaña les obligó a convertirse en excelentes tejedores y de gran independencia espiritual, ellos predicaban tratar a los vecinos con precaución y respeto por los ideólogos locales, los Chamanes. Pero la historia de ésta nación todavía está llena de misterios. Casi todos los registros escritos de la tribu se perdieron después de la conquista española y también de los conquistadores incas en 1512. La primera evidencia de la existencia de las personas *de las nubes* se remontan al siglo IX antes de Cristo, es decir 600 años antes de la aparición del Imperio Inca. 


Los Chachapoyas ocupaban las montañas boscosas entre el Marañón y los ríos Uayaga en un área de 30.000 kilómetros cuadrados donde construyeron cientos de asentamientos en las cimas de las montañas inaccesibles. Algunos de los asentamientos consistían en docenas de edificios, otros eran de hasta cuatro. Los asentamientos estaban protegidos por fortificaciones de gran alcance, defensa contra sus propios vecinos, como otros grupos de esta zona. 


Sin embargo, a pesar del aparente misterio, las principales características de esta cultura está claramente trazado por las tradiciones peruanas antiguas, la momia y el entierro, los edificios de piedra, y la tradición de fabricación de telas. Los Chachapoyas vivían en una ciudadela llamada Kuelap, a una altitud de 3000 metros sobre el nivel del mar. Se componía de más de 400 edificios y torres defensivas, muchas de ellas con molduras decorativas y murales en las paredes.


Recordemos que los habitantes de piel clara de los Andes ya habían despertado el interés del famoso explorador y aventurero noruego Thor Heyerdahl. En sus estudios señaló que los Incas describían sus dioses de alta estatura, tez blanca y con barba, que no corresponde a ninguno de los destacados conocidos grupos raciales que vivieron en América del Sur. Además, se encontró con que los actuales habitantes de los lagos de montaña persisten en la construcción de sus barcos de papiro según el modelo de los antiguos egipcios.



Heyerdahl llevó a cabo su propia experiencia, construyó un barco de papiro al que llamó *Ra* y cruzó hasta el Océano Atlántico, llegando a la costa de América del Sur, lo que demuestra la posibilidad de que éstas tribus llegaron desde el Mediterráneo. Curiosamente, el primer intento, cuando Thor Heyerdahl construyó el barco utilizando materiales y tecnologías autóctonas del norte de África, el intento fracasó. El segundo barco *Ra-2*, que logró cruzar el Atlántico, fue construido con materiales y tecnología usada por los residentes actuales de los Andes, lo que fué uno de los grandes descubrimientos geográficos del el pasado.


Sin embargo, el planeta no abre todos sus secretos. Uno de ellos se remonta a la selva amazónica en el norte de Perú, cuando el Escritor y viajero Josh Bernstein de Discovery Channel, fué a éstos lugares inaccesibles para aprender todo acerca de la civilización Chachapoya. Allí, comrpobó que el territorio en el que vivían los *guerreros de las nubes*, como los llamaban los Incas, las condiciones naturales los aislaban prácticamente del resto del mundo. 


Para acceder al territorio de los Chachapoyas hay que llegar al triángulo que forman las dos caras de la Utkubamba del río Marañón, y para llegar a estos lugares, es posible únicamente haciendo rafting en los ríos salvajes de montaña, o bien através de la superación de las grandes extensiones de selva impenetrable y los Andes, el Amazonas. Ésta opción es la que optó Josh Bernstein, acompañado por guías locales fué hacia la ciudad-fortaleza de Kuelap, bastión de la civilización Chachapoya. 


En sus viajes Josh estaba motivado por el deseo de resolver los rompecabezas y descubrir los secretos, pero si hubiera podido acceder a Kuelap en coche, con mucho gusto lo habría hecho, pero ésto no era posible ya que parte de la carretera pasa a través de densos matorrales de la selva peruana. Junto con los guías, se unió a la lucha contra la selva, un machete sin el cual era imposible avanzar y apenas... unos pocos pasos. Imaginemos que durante los tiempos de los Chachapoyas éstos tramos eran realmente selva intransitable, ahor el bosque da paso al hombre que hace el camino y que puede tomar caballos y mulas. 


Así, la expedición lleva a cabo el andar a caballo y algunos otros de. Al fin Josh, luego de tres millas de dura pendiente, llega a Kuelap, la antigua ciudad de piedra. La misma cubre un área de cerca de seis hectáreas y consta de 420 edificios, el mayor de ellos posee una torre y una fortaleza. La ciudad está rodeada por un enorme muro de 25 metros de altura. A pesar de que la fortaleza fué descubierta por los arqueólogos ya en 1843, la oportunidad de explorar activamente recién ahora, era real. Los investigadores, que llegaron medio siglo atrás a éste lugar, no habían encontrado las altas murallas y las ruinas antiguas, que sobresalen apenas de la tierra. 


La fortaleza fué casi totalmente cubierta de roca. Para llegar a la verdad, era necesario liberar a la ciudad de su cárcel de piedra. Desde hace muchos años se exportan decenas de toneladas de roca y, finalmente, en 2007, los arqueólogos del equipo encabezado por Alfredo Narváez= gerente de proyecto para la restauración de Kuelap= vieron las primeras casas y calles. Según Narváez, la ciudad fué atacada por los Incas, y los Chachapoyas eran sus eternos enemigos. Los habitantes de la fortaleza fueron asesinados, y ella fué incendiada.


Tal conclusión fué abordada por los científicos porque la mayoría de las momias estaban chamuscadas por el fuego, y sus actitudes expresan el horror y la desesperación. Josh Bernstein se unió a los arqueólogos en su trabajo. Pero para llegar a la excavación tuvo que bajar por un sendero extremadamente angosto. Se puso el casco con una linterna y una máscara de respiración, sin la cual habría sido difícil respirar a causa de las nubes de polvo, y después de superar varias decenas de metros en vertical vió la imágen de la terrible masacre que tuvo lugar más de cinco siglos atrás. 


Momias perfectamente conservadas de ancianos, mujeres y niños, que cubrían sus caras con las manos, como congeladas en esa posición en la que habían seguramente, hallado la muerte. La gente poco sabe de éstos hallazgos en el Perú, las leyendas casi no existen sobre éste pueblo, y las referencias Incas de los altos de piel clara *guerreros de las nubes*, era la única huella para probar su existencia. 


Hoy en día, gracias a los descubrimientos de los arqueólogos se logró obtener un conocimiento más o menos preciso de la cultura Chachapoya. Ya en el año 800 DC, era una civilización bastante avanzada, y el triángulo entre los dos ríos estaba densamente poblada. Debido al aislamiento geográfico de los Chachapoyas, no hay evidencia de que tenían comunicación con otras tribus que vivían en los Andes.



Los hallazgos demuestran que ejercían la maestría en la manipulación del metal y la piedra. Eran buenos constructores y sobre todo excelentes agricultores. Ellos también eran buenos soldados, y ésto es confirmado por la evidencia de los Incas, que habían intentado sin éxito someter a éste pueblo durante cuatro siglos. La resistencia de los *hombres de las nubes*, continuó de 1000 a 1460 años, hasta la caída de la fortaleza de Kuelapa, último bastión de los Chachapoyas. 


Después de eso, algunos representantes de la otrora gran nación que logró mantenerse con vida después de una brutal masacre de los Incas, fueron trasladados por la fuerza desde sus hogares, a los rincones más diversos del vasto Imperio Inca que se extendía desde Ecuador hasta Chile. Sin embargo, el enfrentamiento entre las dos civilizaciones no se detuvo allí. Los Chachapoyas se vengaron de los Incas cuando el los conquistadores llegaron a América del Sur, y ellos, estaban del lado de los españoles. Sin embargo, igualmente no se salvaron: 200 años de dominio español diezmó el número de Chachapoyas disminuido en un 90%.


La mayoría de ellos murieron a causa de las enfermedades introducidas por los europeos, especialmente la viruela, y el resto no fueron capaces de mantener su identidad y se fusionaron con otras tribus indígenas y los pueblos del continente. Josh Bernstein, cuando realizó el examen de las momias encontradas, se sorprendió al encontrar en algunas de éstas, agujeros de bala. En primer lugar, ésto lo puso en un callejón sin salida: la batalla con los Incas tuvo lugar en Kuelap mucho antes de que los conquistadores llegaron a la parte continental, y los Incas, al igual que los Chachapoyas, no conocían las armas de fuego. 


Sin embargo, se encontró la solución rápidamente. Los científicos han dicho a Bernstein que las heridas mortales fueron causadas con piedras, disparadas desde un cabestrillo. Estas piedras volaban hasta trescientos metros, y unos buenos honderos lograban a 70 metros casi siempre impactar en la cabeza de los enemigos, así el hombre caía muerto, casi instantáneamente. Josh decidió poner a prueba la teoría de los científicos y montó en una zona especial, largos palos plantados en los cuales clavó sandías y calabazas a manera de cráneos, y hondeó varias veces con piedras, tal como lo hubieran hecho los Incas. 


Los dos primeros disparos no estuvieron ni siquiera cerca de los blancos, pero en el tercer intento tuvo más éxito, logró perforar una sandía que hacía las veces de cráneo.
Pero la selva siempre tiene algo que ocultar a los arqueólogos. Bernstein comentó acerca de otro descubrimiento realizado cerca de la fortaleza de Kuelap. En 2005, durante la investigación de ésta remota área peruana, una expedición alemana descubrió accidentalmente una cascada, que resultó ser la tercera más alta del mundo.


Por lo tanto, de la fortaleza de Kuelap Josh fué a la cascada de 771 metros que se encuentra en el corazón del antiguo reino de los Chachapoyas. Para ver el milagro de la naturaleza peruana en todo su esplendor, Josh tuvo que dejar bastante sudor: el camino era ahora a través de una verdadera selva impenetrable y difíciles tramos rocosos. Debido a su inaccesibilidad, desde hace mucho tiempo se mantuvo en la oscuridad, y los residentes locales trataron de mantenerse alejados de él. Según la leyenda, en sus aguas habita un espíritu maligno que amenaza con maldecir a cualquiera que rompa la paz del lugar. 


Pero Josh no estaba asustado aunque tuvo que lidiar con las supersticiones locales y las posibles maldiciones. Mucho tiempo rechazó la sugerencia de que los nativos americanos verdaderos eran personas de la raza blanca, algo que fué confirmado después de otro descubrimiento, las fosas en las Paracas en la zona de Perú. Allí, estaban éstas momias recuperadas de tumbas de arena de 2.000 años después de su enterramiento. Con adornos de plumas, un tocado y un precioso pelo largo rojizo, bordadas con hilos de lana de colores que se conservan en la arena seca. 


Una raza nórdica que es de los más famosos antiguos misterios de la América del Sur, tal como los dibujos de Nazca en el Valle de los Gigantes, que data de alrededor del 500 AC Los dibujos, muchos de los cuales sólo son visibles con una vista aérea, por lo general denominados como *el valle de los indios de Nazca*. En Paracas tras el desentierro se encuentran grandes cuerpos bien conservados, de los representantes de la clase alta y sacerdotes, cerca de 400 momias. 


Casi todos ellos tenían signos evidentes de la raza blanca, por ejemplo, color de pelo rojizo. Estos antiguos pobladores blancos de América Central y del Sur fueron el prototipo de las leyendas de los indios de Quetzalcóatl y otros dioses de piel clara, que habrían llegado a América navegando por el océano.

7 comentarios :

DON TOÑO dijo...

Gracias hermano Gilgamehs, muy interesante la informacion

Aiku dijo...

Me encantan estos temas Gilga!!!
Hay evidencias de gente blanca y con caracteres europeos en toda América.
-en Córdoba están los Comechingones...altos, barbados y de piel blanca...que misterio...verdad?
Gran abrazo hermanos Gilga y Antonio

Gilgamesh dijo...


Antonio Uribe; gracias a vos hermano por bancarme siempre.

Aiku; ¡¡¡Síiii!! los Comechingones, a los cuales se les atribuye la tonada que nuestros queridos cordobeses tienen heredadas de ellos. Blancos y misteriosos, cuánto he sufrido cuando leí la historia de esa etnia...masacrados...todos destazados, mujeres y niños...sus espíritus viven en las sierras de Córdoba, ellos esperan que el momento llegue.
Hermoso comentario que me remontó a esas cosas..tan sentidas.

azteca. dijo...

Excelente post hermano Gilgamesh, la verdad me apasionan este tipo de temas dado que me hacen volar jajaa imaginar y estar cada vez más convencido de la verdad... Agradezcto tu trabajo y el esfuerzo que haces por encaminarnos para poder tomar lo que más nos sirva y seguir adelante hermano.

Por otro lado, no se si seas de los que van al cine pero, Ya viste Prometheus???? Una pelicula que según sería una precuela de ALIEN? ... bueno pues me parecio muy interesante, si bien, esta muy revuelta el mensaje es claro, ahora si, que mejor que una pelicula para que poco a poco nos hagamos más a la idea... Un abrazo...

PD. SI no quieres verla o no te intersa pues te digo de que trata, o le googleas hermano... jejej pero interesante.

Gilgamesh dijo...


Azteca; hermano disculpa la demora en responder, algo no anda bien con los comentarios que no me llegan al panel del blog, recién ahora encuentro tu mensaje en mi bandeja de entrada.
No he visto Prometeo pero ¡¡síii!! he estado leyendo algo, dicen que hace referencia a lo que tantas veces hemos hablado aquí sobre nuestros creadores, además de los efectos especiales que dicen ser excelentes. No te quepa duda que voy a ir a verla.
Gracias hermano.

Unknown dijo...

Excelente post amigo, muy interesante y esclarecedor, te agradezco que te hayas tomado el tiempo y el esfuerzo de brindar al mundo toda esta informacion que dificilmente te dan el las escuelas. pero me he quedado con la incertidumbre sobre lo que encuentran en esa cascada de 771 metros cerca de Kuelap que dicen es la tercera mas alta en el mundo, me dio la impresion de que ibas a decir algo sobre lo hallado en ese lugar pero te fuiste por las ramas y llegaste a paracas. Espero que termines tu relato de alguna manera. y mira 6 años despues quizas soy muy iluso al esperar respuesta. gracias de todos modos.
German

Gilgamesh dijo...


Unknown;
jeje, muy cierto suelo irme por las ramas pero en éste artículo el tema central eran los Chachapoyas y cómo Bernstein y Josh dieron con el descubrimiento, los Paracas tienen que ver con todo el relato ya hacia el final.

Lo hallado en ese lugar amigo está en el texto;



*Al fin Josh, luego de tres millas de dura pendiente, llega a Kuelap, la antigua ciudad de piedra. La misma cubre un área de cerca de seis hectáreas y consta de 420 edificios, el mayor de ellos posee una torre y una fortaleza. La ciudad está rodeada por un enorme muro de 25 metros de altura. A pesar de que la fortaleza fué descubierta por los arqueólogos ya en 1843, la oportunidad de explorar activamente recién ahora, era real. Los investigadores, que llegaron medio siglo atrás a éste lugar, no habían encontrado las altas murallas y las ruinas antiguas, que sobresalen apenas de la tierra.*


Y lo sobresaliente del hallazgo fueron las momias amigo. No hay de mi parte nada que agregar, pero supongo que habrá mucho material extra. Gracias, abrazo.