* Reflexión; mientras la Tierra siga girando *

Qué bueno que es ser observador atento antes que profeta, porque es la única forma de tratar de conocer y descubrir, como así también qué bueno es ser simplemente un analista antes que un experto, porque el experto suele tener su ángulo de visión cerrado a todo lo que no cuadra en su conocimiento. Por eso es que siempre les recomiendo no casarse con ninguna teoría, ni con ningún personaje, ni siquiera conmigo estimados lectores, porque mi presencia aquí no obedece a profetizar, ni a dar cátedras de ningún tema en especial. Tengo conocimientos en varios temas y en algunos un poco más que en otros, pero la idea no es hacer éste sitio para que me vean como un gurú porque ni lo soy ni lo quiero ser. Hay que intentar separar las pasiones cuando tenemos que abordar un tema y eso cuesta mucho, lo sé.

Yo mismo tengo esa lucha porque los años, la vida, las circunstancias, las personas, la educación, van influenciando nuestra capacidad de razonar y la suelen volcar hacia distintos ángulos. A veces sentimos que las pasiones nos *tironean* para aquí y para allá, y la razón se debate en una encrucijada que no la deja meditar.
Hasta ésta hora seguimos viviendo en un planeta que sigue girando y en el cual siguen pasando cosas ruines y cosas hermosas. Y cada día habrán los constructores y los destructores, los que dan vida y los que la quitan, los mentirosos y los veraces, los que aman y los que odian.

Y nosotros que tratamos de no ser tironeados vivimos buscando respuestas a todo, sentimos la enorme necesidad de refugiarnos cuando parece que todo va a estallar a nuestro alrededor, y a veces la salida es hallar a alguien que nos diga que nada está mal, que todo es mentira, que no puede ser que sigamos sufriendo, y que que hay que ser sordos ciegos y mudos para no caer en el miedo y la depresión. Otras veces, la sed de justicia, la indignación, el hartazgo nos hace buscar a algún justiciero que personifique nuestros ideales y que diga lo que nosotros pensamos, otra forma de refugiarnos. Y yo creo que ninguna de las dos posturas son el ideal.

Encerrándonos en una burbuja mental haciendo Oooom todo el día no vamos a hacer más que aislarnos peligrosamente en una irrealidad que nos va a volver egoístas, porque la realidad sigue estando ahí afuera de la burbuja y si no nos afecta a nosotros afecta a quienes amamos, por ende...nos afecta de igual forma.
Por otro lado, buscar justicieros que representen nuestra causa es un tanto irresponsable porque de esa forma cargamos el trabajo a otros en lugar de hacerlo nosotros mismos. Unos esperan a su dios que vendrá a resolverles todos los problemas mientras lo único que hacen es pasarse la vida pidiéndole que venga. Otros esperan a un dios furioso que arrase con todo para terminar con la iniquidad. Es decir que siempre estamos esperando que otro haga el trabajo. 

Para mí, estimados lectores, ambas posturas forman parte del engaño en el que nos han pusto a germinar. Unos viven con el auricular en la oreja y el mp3 a todo volúmen para evadirse, otros quieren matar a una mosca con un misil...Y para ambas posturas siempre hay ofertas....Sobran quienes les resolverán sus problemas con disciplinas hábilmente orquestadas para hacer de las personas *clientes* mas que aprendices de algo positivo. Sobran también quienes les dirán que hay que romper todo y salir a la calle, pero el cuerpo ante las balas...no lo ponen ellos.

¿Difícil el equilibrio verdad?
Es el arte de vivir, deambulando en una cuerda y haciendo equilibrio para no caer, ni del lado de los dopantes sahumerios ni del lado de los agresivos misiles. Y entramos en culpa, culpa de no tener la solución, y buscamos refugio en otras personas que nos digan qué hacer. Y seguimos en el error de entregar nuestra voluntad a otros, para que piensen por nosotros y nos digan cómo debemos vivir, razón por la cual termiinamos viviendo una vida que no es la nuestra.
Hay que vivir.



Nadie debe hacerlo por nosotros, y si queremos hacerlo de la manera más equilibrada posible es urgente abandonar las pasiones. Y no hablo de la pasión de un beso ni de gritar un golazo el Domingo. Hablo de las pasiones destructivas que hacen que siempre estemos divididos. El fanatismo de toda índole es muy perjudicial porque nos pone ciegos detrás de una causa que generalmente termina volviéndonos ignorantes de toda realidad. Hay mentirosos, fabuladores, farsantes, mercaderes y todo tipo de seres que sólo buscan el rédito personal en desmedro de la necesidad ajena, pero siempre han existido, el problema es que uno mismo vaya a ellos ciegamente. Si sabemos que el escorpión clava su lanza si lo tocamos... pues no lo vamos a tocar, el problema es que sabiéndolo...igual lo toquemos.

Debería ser hermoso poder sentarnos a escuchar al otro sin interrumpirle y luego que el otro nos permita hablar y él escucharnos atentamente. Hoy, gran parte de la gente solo quiere hablar, hablar y hablar, pero no escucha..Egoísmo de creer que los demás deben estar al servicio de nuestro tiempo sólo para desahogar su propia necesidad de expresarse. Y cuando uno habla y habla y habla y no escucha....se está perdiendo gran parte de la enseñanza, porque saber escuchar al otro implica un ida y vuelta en el cual ambas partes se enriquecen. Las noticias o informaciones que no nos agradan no deberían ser un impedimento para que perdamos la tranquilidad, por el contrario creo que para valorar mucho más lo bueno hay que entender que está lo malo y que eso malo nos puede hacer perder lo bueno en cualquier momento.

Quizás esa sea la negación ante las malas noticias, el pánico a perder lo bueno, y eso tampoco es bueno si no se lo transforma en algo positivo. Quienes odian las noticias buenas, parecen sentirse frustrados porque sólo creen que la solución a la injusticia es a través de las tragedias, y se deprimen cada vez que algo bueno pasa y sus espectativas se diluyen.
El cambio necesario no es fácil y radica en sentirse *comprometido* en muchas cosas. Socialmente somos egoístas y depositamos nuestro destino en las manos de los gobernantes, que cuando hacen algo que no nos gusta pues ahí tenemos a quien culpar. Creo que nuestra humanidad no tiene actualmente la madurez y la capacidad para cambiar socialmente de una manera organizada. 

Lamentablemente veo éste presente como un gran revoltijo donde todo es blanco o es negro, y eso huele muy mal. Entonces, quienes creemos en que algo Superior lo rige todo, estamos siempre al borde del sopor, porque si hacemos el ejercicio mental de imaginar a ese ser Superior del otro lado esperando que le demos una señal de que en verdad queremos un mundo mejor y no se la damos....pues la historia es de nunca acabar y los otros dicen..*tu dios no existe*. Y allí entra a jugar la necesidad de sofocar la impotencia atrevés de algo, y los tiempos se ponen cada vez mas complicados y todo parece estar llegando a un súmum que va a estallar. Es la necesidad de quienes viven aferrados a las profecías, las fechas, los escenarios terribles, para así mermar la ansiedad. 

Me resulta imposible no dudar de esa premisa que bien podría ser la hábil forma de tenernos entretenidos durante miles de años esperando algo, mientras el tiempo pasa y *alguien* sigue reinando aquí entre nosotros haciendo que nosotros mismos no seamos capaces de cortar el hilo del que pendemos como marionetas.
No es peor un adicto a las drogas que un fanático, como no lo es un alcohólico que un fundamentalista de las ideas.
Si ustedes fueran mis amigos a quienes veo todas las tardes en una mesa de café les pediría algo. Hagamos de cuenta que ustedes y yo nos sentamos en esa mesa cada tarde.

-Hay que dudar, hay que desapasionarse de esas cosas que nos hacen anular al otro, porque terminamos viéndolo como un enemigo a aniquilar.
-Hay que evitar la violenta manera de gritar para tapar la voz del otro.
-Hay que escuchar.
-Hay que conceder el derecho a la expresión antes que juzgar sin conocer.
-Hay que tener memoria para honrar a quienes no han mentido y para borrar de la lista a quienes nos han engañado.
-Hay que proponer mas que pedir.
-Hay que trabajar con el lomo propio antes que esperar que el lomo lo pongan los otros.
-Hay que agradecer y estar prestos para ayudar.
-Hay que intentar ser buenos pero no estúpidos.
-Hay que pacificar pero con firmeza.
-Hay que entender que no siempre el otro tiene que estar a mi entera disposición.
-Hay que comprender que nadie puede ni debe resolvernos los problemas, sino nosotros mismos con la ayuda de quien nos quiera ayudar sin obligación.
-Hay que abandonar el odio.
-Hay que amar aún en las diferencias, lo cual no implica poner la cara para que nos la sigan rompiendo.
Hay que alejarse de la violencia propia y ajena, pero no con debilidad sino con autoridad, que es otra cosa.
Hay que ponerse a pensar antes que piensen los otros para vivir nuestra propia vida.
-Hay que amar.

Por amistad y amor le pido ésto a cualquiera que se considere mi amigo, más allá de esa mesa que hipotéticamente rodeamos cada vez que nos encontramos aquí. Es un pedido y no una exigencia.
Yo no puedo dar aquí más de lo que doy y no espero ni agresiones ni elogios, sólo me conformo con que piensen.
Ni las agresiones me quiebran ni los elogios me ensoberbecen.

Termino de escribir aquí y mi vida acontece como la de cualquiera de ustedes, y como no vivo de éste sitio sino de mi propio oficio, pues nada espero más que armar una mesa con amigos para que todos nos enriquezcamos en el pensamiento.
Hoy no tuve ganas de informar mas que ponerme a charlar íntimamente con ustedes, no me siento condicionado mas que por el respeto y las enormes ganas de que todos seamos un poco más buenos que ayer y menos que mañana.
Abrazo para todos.
Gilgamesh***