* Un poco de mí, un poco de todos *

Resulta todo un tema tratar de descifrar la conducta humana, lo sabemos, pero pareciera ser que en éstos tiempos actuales los extremos se exacerban a su máxima potencia. La confusión es tan grande en todo sentido, que si viene un elefante por la calle algunos ven una hormiga, y otros al ver la hormiga ven un caballo. La sociedad que generalmente ha sido bastante hipócrita en sus juicios, suele escandalizarse cuando las vedettes salen semi-desnudas por los programas de chimentos de la idioTV, pero a la vez no se escandaliza de sus propias conductas, individuales o grupales. Ya lo sabemos, la eterna búsqueda de la viga en el ojo ajeno, en un mundo en el cual nadie tiene ...la cola limpia como para señalar la ajena. Es así y lamentablemente convivimos con ello. Cuando hay confusión la tergiversación se vuelve algo peligroso para la sociedad. Cada quien tiene un medidor especial de sensaciones, y en ese medidor se decodifican las interpretaciones que hacemos de lo que vemos, tocamos, olemos. Pero si de degustar una comida se tratara, no habría problemas ya que tan sólo habrían diferentes sensaciones sobre lo salado o lo soso, lo agrio y lo dulce, y todo quedaría allí, en un simple comestible. La gravedad llega en tergiversación cuando se adopta un modelo a seguir, una persona a quien tomar como ejemplo. Todos necesitamos tener un referente y eso es típico de nuestra condición además de ser necesario si lo sabemos manejar, pero la tergiversación tiene la cualidad negativa de decodificar en un sentido totalmente opuesto a lo que en realidad existe. El elefante y la hormiga.

Cuando ese referente se desforma en la visión distorsionada del confundido, el sentimiento de abandono, el desmoronamiento de una construcción equivocada y la frustración de haber estado viendo un espejismo, traen vacío y más confusión. Cuesta creer que muchas personas tengan esa dicotomía que termina desglosando un concepto en conceptos que no reflejan lo esencial. El típico..*no ponga en mi boca palabras que yo no he dicho* refleja perfectamente la defensa ante la tergiversación. Cuando el referente se transforma en un ídolo, la deconstrucción es inevitable. Si quien es visto como un ídolo nunca construyó esa imágen el problema es de quien lo ha visto distorsionadamente, y si quien es visto como un ídolo ha construído esa imágen adrede, no existe ningún distorisonador.
Ésto ocurre en todos los aspectos de la vida, el amor enfermo de quien no puede aceptar que un día dejen de amarlo, el que odia a partir de una discrepancia, el que no comprende que nada le pertenece mas que su cuerpo y su alma, y el que entra en rebeldía cuando las cosas no suceden como quisiera. Por eso si nos sentamos en la mesa de un café a analizar cualquier suceso, siempre tendremos la riqueza de aportar cada quien una visión distinta, y defenderemos nuestra postura y elevaremos quizás el volúmen de la voz, y seremos vehementes, pero a la hora de pagar la cuenta de los cafés, cada quien se irá en paz con su propia conclusión. Difícilmente alguien en esa mesa le endilgue sus frustraciones a alguno que haya pensado de manera distinta, en ese caso, estamos ante una patología severa. 

Si alguna de las personas que debatieron en la mesa de café se va con la sensación de no haberse sentido a gusto, lo más lógico es que no vuelva a la próxima reunión, por su propia salud y por la de los demás. Pero si esa persona, aún sabiendo que en la mesa nadie va a coincidir con su forma de pensar, llega y se sienta para enojarse e insultar a quienes ya le han hecho saber que no coincidirán, pues...saquen sus propias conclusiones. Siempre le digo a mis hijos que generalmente solemos juntarnos con quienes nos sentimos a gusto, identificados y medianamente coincidentes, pero eso no debe prohibirnos escuchar o leer a quienes no piensan como nosotros, porque es en las diferencias donde forjamos una idea mucho más cabal de la realidad, otra cosa muy distinta es inmiscuirse en disputas estériles con quienes ya sabemos que piensan distinto y no cambiarán a pesar de que intentemos hacerlos cambiar.
Por eso insisto siempre en que ni siquiera a mí, que me tomo el hermoso trabajo de sentarme con ustedes a compartir noticias y analizarlas, me tienen que deidificar, ni idolatrar, ni encolumnarse cuán si yo fuera la máquina que tira de una formación ferroviaria. Éste espacio es una mesa de café donde todos han estado invitados a compartir y a aportar su grano de arena, algunos se van cada día esperando volver al día siguiente para seguir compartiendo, otros no vuelven nunca más porque no se han sentido a gusto, y algunos hacen su catarsis volviendo para insultar a la mesa entera. ¿Imaginan esa situación?.

Hay personas que miden sus sensaciones a su manera y ésto está bien, lo criticable es cuando intentan imponer su propia visión a través de la fuerza, la violencia y la tergiversación. No se puede ir a meterle una molotov a un canal de TV porque muestra la guerra en Siria, como tampoco se puede asesinar al periodista político que trata de analizar las posibles medidas que tomará el gobierno. Si el noticiero muestra lo que hay, pues hay otras tantas cosas para mirar...con un simple clic en el control remoto se acaba lo que uno no quiere ver, y si el periodista equivoca el pronóstico político pues el mundo no dejará de girar y en todo caso bajará su raiting y nada más. Nadie escribe al servicio meteorológico para repudiar si una tormenta pronosticada no llegó, en todo caso uno buscará otro servicio más eficiente, entonces la típica actitud de matar al cartero porque trae noticias que no nos gustan es una actitud que revela una grave inmadurez del razonamiento. Es bella la variedad, la multiplicidad de matices, la gama variopinta de ideas, conceptos, ideologías.
Dejan de serlo cuando nos enfilamos ciegamente detrás de una sola, sin entender que el referente es necesario, pero nunca imprescindible. Esa necesidad que tenemos a veces de hallar una madre o un padre en figuras sustitutas suele provocarnos desencantos profundos, por eso deberíamos entender por fin, que cada uno de nosotros somos los responsables de nuestra propia vida y que nadie que habite un cuerpo en éste mundo tiene la supremacía de enseñarnos cómo vivir, cómo ser perfectos o cómo ganar el cielo. 

Ese facilismo de culpar a otros de nuestras propias frustraciones es el modelo ideal que le implantaron a nuestra sociedad global. Está claro que la víbora muerde si le pisamos la cola, el problema es cuando aún sabiéndolo...vamos y la pisamos. El mal está a la vuelta de la esquina...pero ¡qué digo!, está al lado de la puerta de calle. Si el mal viene a nosotros a invadirnos no podemos más que defendernos como mejor podamos, pero si vamos solitos a buscarlo....algo no funciona bien dentro de nosotros. Tergiversar es una manera de justificar el fracaso personal de no haber sabido interpretar lo que la realidad muestra. Y la realidad no es una sino que tiene muchas facetas, así como mientras alguien roba en la calle, alguien está donando a quien necesita, mientras alguien destruye, alguien construye, mientras se planifica el daño a un semejante, otros envían luz y amor des-interesadamente, son las in-numerables facetas de la realidad. Entonces cada quien elige cuál quiere ver, o intenta verlas a todas para enriquecerse mucho más.



Hacemos zapping pero en algún momento armamos las piezas para tratar de entender la totalidad y formarnos una idea cabal de lo que existe. Hacer un sitio de reflexión y de análisis es exponerse continuamente a la crítica, sea buena o mala, y eso se asume, pero otra cosa es hacer de Puching Ball para quienes sólo piensan en golpear y así descargar sus energías mal canalizadas. En ese caso, uno debería cobrar por trabajar gratuitamente de para-avalanchas y eso no es justo. El dañino y malicioso dice *eso te pasa por opinar*, que es lo mismo que develar impotencia, conformismo y cobardía de no decir públicamente lo que uno piensa, porque es muy fácil la pasividad que a todo mundo agrada, la típica conducta *veleta*, el gallito de lata que está en la azotea y que mira siempre para donde el viento lo mueve. 

Hacer éste post intenta que muchos de ustedes no vean sólo lo que quieran ver sino lo que en verdad es, y en mi caso es lo que soy, un ser humano como cualquier otro como siempre les he dicho, ni abajo ni arriba de nadie, siempre a la par, jamás de los jamaces un iluminado, ni un mensajero, ni un vidente ni nada que se le parezca, mucho menos alguien que busca alimentar vanidades que no tengo, puesto que sería mucho más fácil decirles lo quieren leer y no lo que yo quiero decir, que es mi opinión personal que también es la de muchos, pero también no es la de muchos otros, y eso no me preocupa desde el momento en que asumí éste desafío de expresarme públicamente porque he sentido la necesidad de cumplir con una convicción que creo, le ha de ser útil a muchas personas, antes que reservarlas a un selecto grupo. Es la mesa de café con sus miles de sillas que a diario ocupan quienes vienen aquí y que gracias a Dios no dejan sus comentarios, jaja...porque me sería imposible responderles a todos, a quienes llegan con la madurez suficiente como para saber disentir sin dobles intenciones, sin mascaradas, sin estrategias, sin ironías, les agradezco siempre el tiempo que se toman en abrir el editor y plasmar sus pensamientos, a quienes demuestran un afecto que no es para el ego sino para el alma, pues...mil gracias, y a quienes llegan con la inmadurez de no poder comprender que la construcción se hace construyendo y no destruyendo les envío la mejor onda para que alguna vez no tengan que lamentar la falta de lo que hoy les sobra, porque en algún momento a cada ser le llega un cara a cara con la carencia, la soledad y una cascada de todo lo que se ha emitido hacia afuera de uno mismo. 

Aquí estoy como un amigo siempre, inclusive con la capacidad de dar otra oportunidad a quien me golpea por ignorancia cada vez que preparo la mesa y las sillas, pero con una firme convicción a la cual sólo renunciaré cuando el Padre me lleve a otro lugar. Yo no tengo enemigos ganados, tengo enemigos que me han elegido, mi enemigo no es quien opine distinto a mí, mi enemigo no tiene un nombre, tiene una esencia y es lo que considero que nos ha hecho mal a todos como congéneres, no me turba la mirada un objetivo equivocado, ni me desvía de mi propio camino ninguna pasión encendida, yo veo un punto en el horizonte al cual quiero llegar y voy a llegar indefectiblemente, mucho más allá de los espejismos que aparezcan en el camino, de los fantasmas que azuzan a la vera del mismo, y de las zancadillas por la espalda. Es curioso ésto de los *seguidores* que aparecen en los sitios, yo no comulgo con eso de *seguir a alguien* porque implica ir por detrás y yo a ustedes los siento a la par, nunca detrás ni tampoco adelante, en fila detrás de uno solo como lo hace una flecha...es imposible abarcar, el rastrillo peina de costado y no de punta, y eso es lo que me encantaría ver un día, que todos estamos haciendo las veces de un gigantesco rastrillo, tan ancho que podríamos peinar a tan vasto mundo, antes que ser la flecha que dura muy poco, apenas lo que tarda su punta en estrellarse al llegar al objetivo.

Hay espíritus que se han privado de razonar independientemente y no soy yo quien les va a cambiar, lo sé y lo acepto, y sigo poniendo mi mejor buena voluntad para aquellos que tengan la capacidad de sentarse a tomar un café entre personas que se respetan, que cada quien dice lo que siente, pero que no vuelve para insultar porque no piensan como él o ella, asumo cargar con ese lastre que no busco ni me gusta, pero que si tratara de no padecerlo me quedaría cómodamente rodeado de un selecto grupo y eso es lo que decidí no hacer. Sería fantástico que intentáramos ser independientes, autónomos en el razonar, sin estar atados a persona alguna, sin encolumnarnos, sin hacer la fila, tomando lo que sirve y dejando lo que no sirve, pero asumiendo nuestra propia voluntad antes que otros la tomen por nosotros. Por eso estimados lectores y amigos, aquí no hallarán jamás a quien les adivine el futuro, ni que les haga ganar el cielo, aquí hallarán a un par, de quien tomar lo que les sea útil, si es que lo hay. Quien tergiverse lo que hay cargará con su propio medidor de sensaciones, no soy yo quien activa los volcanes, ni suelta llamaradas, ni hace temblar el suelo, quienes así ven la realidad están mirando el canal equivocado y tienen el aparatito para hacer zapping cuando más les guste. 

Sitios que adivinan el futuro hay a montones, allí podrán reclamarles lo que les han vendido, aquí analizamos, reflexionamos y esperamos lo que la realidad nos ofrece, con nuestra óptica particular que no invalida que cada quien vea lo que quiere ver, pero no voy a hacerme cargo de lo que las noticias dicen, sino de lo que yo opino y creo, que no es nada más y nada menos que mi forma de ver la realidad, perfectamente pasible de equivocarme o de acertar, igual que cada uno de nosotros, porque eso somos, falibles y atados a la incertidumbre de lo que nadie sabe ni conoce sólo hasta que llega. Para eso estamos creo, aquí, tratando de descifrar un mínimo de lo mucho que no sabemos, nada podremos evitar fuera de nosotros mismos sino dentro nuestro, eso es lo único de lo que tenemos certeza, que podemos un día levantarnos y dejar de odiar, eso no es un imposible, imposible es poner la mano sobre la boca del volcán para que no suelte la lava, eso escapa a nuestras capacidades. Vamos a medir, a calcular, a estipular, a imaginar, a monitorear, a pronosticar, a desglosar, a planificar, y todos los *ar* que se nos ocurran, pero en definitiva nadie tiene el resultado del teorema.

Parangonando la hermandad que concibo como positiva, un juego de palabras o mejor dicho de sentimientos con los cuales me siento perfectamente identificado y es lo que concibo como la mejor parte de la realidad que veo....
*A cada Tiempo Final...le suceden Nuevos Tiempos*.
Gilgamesh***