* Apología del crímen; pensar por favor..pensar *

Antes de la reflexión decirles que en el Sol todo tranquilo, al menos en lo que respecta en su inter-acción con la Tierra.

***Parece que a medida que se acerca el 21 de Diciembre la locura generalizada se adentra en más y más personas. Ya he escrito mucho sobre todo ésto pero lo que me resulta inaceptable es el decreto. El deseo de destrucción, que se asemeja =me parace= a alguien que está viendo una película muy cómodo sentado en el living de su casa, lejos de todo mal...Así es como percibo ese deseo que se ha apoderado hasta de gente amiga que ante su propia insatisfacción con el mundo que nos toca padecer, está deseando y decretando la muerte ajena. Cada quien madure como quiera su sentimiento con respecto a éstas cosas, pero yo no me voy a privar de decirles que no acepto esa idea como solución, no acepto que se decrete la muerte de mis hijos, ni los de los otros, por el simple hecho de que nuestra generación no ha sido capaz de construir un mundo ideal, no somos nadie para decidir por los niños, decretando un fin del mundo como muchos quieren, esos que hoy son niños o muy jóvenes tienen el derecho a vivir y a tener la misma oportunidad que tuvimos nosotros y no logramos plasmar. 

Desear ese fin del mundo es asesinar mentalmente a los niños que pueden ser nuestros hijos, nietos, sobrinos, hijos de amigos. Si de algo ha servido ésta fecha es para analizar la conducta humana, social. Algunos tiemblan de sólo pensar en esa fecha, están tan aferrados a lo material que no soportan la idea de volver a vivir como nuestros abuelos, por ejemplo. Otros se regodean cada vez que un sismo sacude alguna parte del planeta, o un huracán, o lo que sea, cuentan los muertos como si fueran chorizos que se van a comer y se frotan las manos esperando que un día de éstos la Tierra explote. Yo no estoy en ninguno de esos bandos, no le temo a mi propia muerte ni a la pérdida material porque siempre he vivido austeramente pero amo y acepto vivir porque negarse a vivir es antinatural, y no deseo que porque a mí me dé igual, se tengan que morir los demás. Sé que muchos pensamos de esa forma y creo que esa es la gente que puedo rescatar de todo ésto, al resto los veo como psicópatas ansiosos de la destrucción, y en parte ese ha sido uno de los serios problemas de nuestra civilización.



Eso sí es algo que debería terminar, una civilización incivilizada o mejor dicho des-sensibilizada que se ha vuelto a su religión cómoda, de hacer el rito y al salir del templo ha lavado todas sus miserias para comenzar a ser nuevamente una basura humana hasta el próximo rito que lave su consciencia automáticamente. Si muchos tuvieran la figurada opción de apretar un botón para hacer estallar éste planeta claro que lo harían y esa es la clase de seres que han hecho involucionar a nuestra especie. No acepto que decreten la muerte de mis hijos porque estén hartos de éste mundo, quien piense de esa forma nada tiene que ver conmigo y me importa un bledo que busquen cualquier excusa respaldándose en las profecías, ninguno de ellos sabe que lo que están deseando se les va a cumplir, pero por egoístas y perversos el Apocalipsis lo tendrán en su propio seno. 

Es muy triste pensar que los problemas de éste mundo van a acabar con la muerte ajena, es casi una apología del crímen, un genocidio mental que nos muestra cómo está nuestra civilización, tan retorcida y enferma que no es capaz de darse cuenta que estamos decretando nuestra propia condena. ¿Que estamos hartos de la injusticia y las miserias de éste mundo?, ¡claro que sí!, ¿que nos cuesta hallar una solución efectiva para que todo cambie?, ¡claro que sí!, ¿que nos duele tanto sufrimiento de inocentes?, ¡claro que sí!, muchos..¡claro que sí!, pero desear que todo acabe a lo bonzo...es reafirmar el fracaso en todo aspecto de la vida, como padres, hijos, hermanos o el parentezco que cada quien tenga, nadie asesinaría a toda su familia porque los ve sufrir...¡¡vamosss!! ¿qué están pensando?, acaso..¿alguien puede pensar con cordura que al desear una hecatombe sólo morirán los otros?.

Si algo va a ocurrir, amigos y hermanos, nadie lo sabrá de antemano porque esas cosas están más allá de nuestra pequeña célula mental de la vastísima Creación. Lo único que podemos saber con anticipación son las planificaciones nefastas creadas por el mismo hombre, con suerte y astucia muchas obscuras intenciones planificadas pueden ser advertidas, pero creer que alguien tiene el almanaque de Dios....es cuanto menos ofrendar el alma al adversario. Quizás éstos tiempos finales traigan acontecimientos que no necesariamente acaben con la vida pero sí con el sistema de vida, que es otra cosa muy distinta, quizás esa ayuda sea positiva si se detiene la gran máquina de hacer sufrir, pero no a costas del deseo perverso de la muerte de los semejantes.

Ojalá que muchos se calmen, aquieten su espíritu y vivan amando lo que tengan para amar, que la vida se vive a cada segundo y cada segundo es una gracia de Dios, desear el fin de la vida es negar a Dios, porque Él y sólo Él tiene la potestad de nuestro destino, al menos el de lo que nos espera más allá de ésta realidad. Aquí, en ésta gran casa llamada Tierra somos nosotros quienes debemos hacernos cargo de las cosas de los hombres, y aunque no hallemos la forma, pues hay que seguir buscándola, pero nunca firmando un decreto de muerte sobre los hijos de los demás. Esos niños no tienen porqué ser herederos de nuestro fracaso y quién sabe...tal vez ellos hagan de ésta vida algo que nosotros no fuimos capaces de hacer. Todavía estamos vivos y seguimos cruzados de brazos, es decir que estamos permitiendo que todo lo que no nos gusta del mundo siga condenándonos a nosotros y lo que es peor, a nuestros hijos también, pésimo ejemplo a los ojos de nuestros hijos, es dejarle una herencia pobre y miserable, mucho peor que una cuenta bancaria en cero.
Gilgamesh***