***Bella tarde de Lunes para todos.
Los acontecimientos aquí en mi país suceden a un ritmo tan vertiginoso que es imposible detenerse a analizar cada cosa con el tiempo suficiente.
Y uno que hace el ejercicio de guardar para más luego, se encuentra con una parafernalia de sucesos que pierden su carácter de *gravedad* precisamente porque una cosa tapa rápidamente a la otra.
La situación es realmente grave si lo analizamos desde la mirada común de un ciudadano que en poco tiempo ve cómo sus derechos tratan de ser conculcados día a día, con medidas y actitudes rayanas a la ilegalidad.
Se puede no estar conforme con un Gobierno, se respeta el mandato popular por mucho que a muchos..les parezca un error, pero no se puede callar cuando precisamente...hay que hablar. Y expresarse libremente es un derecho, no un regalo, y disentir con respeto es la idea, y disentir es poder expresar el descontento y la queja, que a medida que las aberraciones increíbles se van cometiendo, ya no se puede hablar de *partidismo* ni de oposición, se debe exigir desde el carácter de ciudadano raso, que un Gobierno se encamine hacia su función, que es justamente gobernar por y para todos, y no para algunos en contra de las mayorías.
El ataque hacia los derechos en todo sentido está siendo atroz...desde la censura explícita hasta la intimidación cobarde, el odio a lo popular es ya un exceso que resulta indisimulable, y es provocativo y es violento, y es inaceptable.
Se blinda mediáticamente a un Gobierno para enmascarar la complicidad que resulta de un plan para favorecer a los poderosos del sistema en desmedro de lo que llamamos *pueblo*, se intenta distraer para que el vilipendio no sea evidente, se miente impunemente y se narcotiza el cerebro utilizando la ingeniería social al servicio de ésta élite. El grave problema es que en apenas dos meses se han destrozado años de recuperación, que, les guste o no a los detractores, hoy...les está explotando en el rostro cuando recién comienzan a verse los primeros efectos de la devastación enmascarada.
Es muy probable que en algún momento puedan darse cuenta que fueron *usados* con el juego amor-odio, algo que siempre nubla la razón y le cede el lugar a la idiotez autodestructiva, y espero que no sea demasiado tarde.
No estamos en los 90´s tampoco en los 70´s, hoy la gente por más que se la intente engañar choca contra lo que no le muestran ni le dicen, ¿cuando? cuando sale a la calle, cuando le meten la mano en el bolsillo y recién ahí...se da cuenta de lo que está pasando.
Argentina está agitada, las calles son un hervidero de protestas, y aún falta mucho más, las plazas se están llenando de artistas, militantes sociales y oposición que logran reunir a multitudes...hay un enorme descontento, hay indignación, el pueblo alza su voz y no la van a acallar.
Resumo en ésta pila de imágenes algo de lo mucho que pasa a cada minuto aquí...en el laboratorio mediático siglo21...la Argentina;
-Mauricio Macri inauguró el sábado la electrificación de un sector del ramal de la línea Roca, obra realizada en su casi totalidad por la anterior presidenta Cristina Kirchner.
Durante y después del acto, sin embargo, el presidente sufrió varios momentos incómodos que demostraron que a pesar de la cuidadosa puesta en escena de los asesores y de la protección mediática, el descontento por sus medidas antipopulares logra filtrarse para hacerse escuchar.
En primer lugar, al realizar el viaje en tren desde Constitución hasta la estación de Quilmes acompañado por el ministro de Transporte Guillermo Dietrich, Macri se puso a saludar a través de la ventanilla y se topó de frente con grandes carteles que llevaban las leyendas *MACRI=HAMBRE*.
Los mensajes fueron captados por la transmisión oficial a través del canal que Casa Rosada tiene en Youtube, que no logró tapar el traspié del mandatario, que continuó agitando la mano como si no los hubiera visto.
Pero la situación se enrarece más al escuchar con detalle lo que dice el presidente, sin advertir que está siendo grabado por la cámara, tras ver las pancartas.
*Cristina mandó los suyos, Ya van a pedir ayuda...*,
se lo escucha pronunciar, un tanto descolocado, en una expresión poco feliz que parece trasuntar cierta prepotencia al tiempo que alimenta la grieta, contraria a su voluntad de unir a los argentinos.
Gilgamesh***
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Gilgamesh.
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