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jueves, 18 de agosto de 2016

* La concepción Gnóstica de David R. Hawkins-parte 5 *

***Hermosa noche de Jueves para todos.

Seguimos desglosando el trabajo notable de Hawkins, hoy apuntando al problema de nuestro *cerebro*.
Ya ven..., él habla de *programación* que manipula nuestro raciocinio, habla de un cerebro *defectuoso en su orígen*, y cita al *cerebro reptil* como una de las causas de porqué según su método, el 78% de la humanidad se encuentra en la más profunda ignorancia.

Quienes me leen desde hace tiempo y siguen mis reflexiones sobre la Gnosis, sentirán plena identificación con éste tema de un cerebro defectuoso, que en mi caso me interesa más llamarle *tramposo* pre-programado así adrede, y ahí...el concepto de nuestra creación como seres materiales entra a jugar un rol primordial para no sólo culpar a la programación humana a partir de que dejamos la primera infancia para ser programados socialmente.

Hawkins habla de dioses también, los dioses de las religiones, y repara en lo mismo que durante larguísimos estudios compartí con ustedes sobre las religiones, especialmente a partir del famoso Concilio de Nicea, y la inclusión de un NT completamente alejado de la Verdad y puesto a compartir en un solo libro con cosas opuestas sin ser reveladas como correspondía, la Gnosis de aquellos primeros cristianos tan vilmente *desaparecidos* juntamente con su Conocimiento, el mismo que a pesar de la fuerza, salió a la Luz Poderosa con el Nag Hammadi...

Cita finalmente a las economías subvertidas por lo irracional de sociedades destruídas por la guerra mundial como Alemania y Japón y sus muertos inocentes, pero creo que olvida citar a quien tiró la bomba..
De todos modos, Hawkins da en la misma tecla que tocamos hace tiempo aquí, el cerebro..y los dioses, que para nosotros, desde la Gnosis, son claramente conocidos como Demiurgo y Arcontes, los responsables de nuestro cerebro tramposo.
Disfruten de éste capítulo.



-La fuente de la alegría siempre está presente, siempre disponible, y no depende de las circunstancias. Solo hay dos obstáculos: 1- la ignorancia de que siempre está disponible y presente y 2- el valorar cualquier otra cosa por encima de la paz y la alegría debido al placer secreto del pago. La experiencia de la presencia de Dios está disponible y en nuestro interior en todo momento, pero espera a que optemos por ella. Esa elección solo se hace al entregar todo lo que no sea paz y amor a Dios. En respuesta, la divinidad del Ser se revela como algo siempre presente, pero no es experimentada porque ha sido ignorada u olvidada, o si uno ha elegido cualquier otra cosa.

Por un sencillo método, se puede descubrir que el 78 % de la población mundial esta ciertamente trastornada. Lo que significa que solo el quince por ciento de la población se halla fuera de la zona de peligro extremo de los niveles calibrados de consciencia inferiores al 200. Solemos considerar los estados alterados de conciencia como estados paranormales inducidos de forma artificial, o a veces como algo parecido a un estado hipnótico o un trance, o bien como una programación o lavado de cerebro.

De las investigaciones sobre las influencias dominantes que actúan en el entrenamiento repetitivo de los niveles de conciencia en el hombre, resulta obvio que la mente de los seres humanos cumple con los criterios de haber sido controlada, influenciada, y de haber recibido un verdadero lavado de cerebro de forma sistemática y constante, algo que concuerda con la definición de tales procesos en la investigación científica. El niño nace con la inocencia de una conciencia no programada; pero, luego, al igual que el hardware de un ordenador, es programada sistemáticamente con el software que es el input de la sociedad. 

Sin embargo, este sistema tiene un manifiesto e importantísimo defecto: ¡no dispone de ningún programa instalado o disponible que permita discernir la verdad de la falsedad de los nuevos programas de software! =algo parecido a un virus de ordenador=. El niño creerá inocentemente cualquier cosa que se le diga. La desprotegida conciencia del niño se convertirá en presa de la ignorancia colectiva, de las informaciones erróneas y de los falaces sistemas de creencias que vienen malogrando desde hace miles de años la capacidad de los humanos para ser felices. La programación así realizada es realmente incorregible, dado que no hay ningún mecanismo disponible que permita comprobar la autenticidad del material con el cual se ha programado la mente del niño.

A primera vista, podría parecer que hasta el 78 % de los datos no solo serán falaces sino también destructivos y perjudiciales. Esto se superpone en un cerebro humano que, para comenzar, ya es genéticamente defectuoso. Más de un tercio de la población dispone de un cerebro que ni siquiera puede aportar el suficiente neurotransmisor serotonina como para impedir que la persona se deprima, coma en exceso, sea adicto o pierda el control de sus actos. La misma capacidad para razonar puede quedar completamente destruida en un instante por un estallido emocional incontrolable. 

La racionalidad también puede ser socavada por el hecho biológico de que, en el cerebro humano, sigue presente y activo el antiguo cerebro reptil y animal, y su actividad atávica sigue fomentando un instinto animal dominante que fortalece las tendencias depredadoras y la agresividad. Los instintos animales persisten e influyen, o incluso dominan gran parte de nuestros comportamientos y estados de ánimo. Las emociones animales están siempre presentes y próximas debajo a la superficie. Estas tendencias son, en si mismas vulnerables al adiestramiento y la manipulación de la programación social y la propaganda.

Por tanto, el hombre parte con un cerebro biológicamente defectuoso, con instintos animales, y su inteligencia e información son después sistemáticamente degradadas y programadas con datos imprecisos, falaces, destructivos, negativos y dañinos al menos el 78 % del tiempo. Esto no es más que una probabilidad estadística para la humanidad en su conjunto, pero dentro de la sociedad, existen grandes masas de población donde el porcentaje del material falaz se aproxima al 100 %; por ejemplo, en las subculturas donde predomina el crimen y las bandas callejeras, etc.

A menudo lo que suele ser más dañino es que el error en la programación está relacionado con elementos del comportamiento ciertamente críticos. La productividad total del conjunto de naciones y culturas se puede subvertir hacia fines destructivos. Toda la economía de naciones enteras, tales como Alemania y Japón durante la segunda guerra mundial, fue subvertida hacia la destrucción en masa, no solo de víctimas inocentes sino también de su propia cultura. Países enteros pueden quedar reducidos a escombros por una propaganda tan ignorante y falaz que uno se pregunta retrospectivamente como nadie pudo ser tan crédulo como para tragársela, y mucho menos para sacrificar sus vidas por ella.

A lo largo de la historia ha habido multitud de enseñanzas espirituales y caminos establecidos a Dios. Estos son los ¿yogas?, o vías que se han descrito en las distintas tradiciones. Cada uno ha generado sus propias escuelas, religiones, literatura espiritual, escrituras, santos, maestros y figuras históricas. Históricamente, han absorbido también en diversos grados los rasgos étnicos y los remanentes de la cultura en la cual se originaron. Así, la mayoría de las grandes tradiciones espirituales del mundo se han llegado a identificar con influencias y costumbres étnicas que han podido desvirtuar la pureza espiritual de estas enseñanzas. 

Esto ha traído la división entre las grandes religiones del mundo, e incluso ha servido de base para terribles guerras de religión. Quizás un estudio renovado de la verdad espiritual podría trascender estas diferencias superficiales y recoger así la esencia critica de todas las enseñanzas espirituales dignas, independientemente de su origen o de su etiqueta.
En realidad, hasta el presente, no ha habido ningún modo de discernir la verdad o falsedad de ninguna enseñanza espiritual o maestro; y así, el estudiante espiritual tenía que confiar en la fe, en la integridad espiritual de un maestro como era revelada por su reputación.

La directriz fiable era la de la propia gracia interior y karma, y esperanzado uno se implicaba en un esfuerzo espiritual integro y valido. Las limitaciones de los grandes caminos que se originaron miles de años atrás estribaban en la escasez de enseñanzas originales y llevaron a una progresiva pérdida de lo que se había escrito a partir de la transmisión oral. También se daba cierta pérdida de precisión en las traducciones de un idioma a otro, además de la malinterpretación de aquellos que escuchaban las enseñanzas y no eran iluminados. 

El ejemplo más grave y serio de esto fue el gran declive en el nivel de verdad del cristianismo que tuvo lugar en la época del Concilio de Nicea. El Cristianismo, que se había mantenido en los 900s, cayó hasta los 400s puntos debido a la inclusión del Antiguo Testamento con el Nuevo Testamento en ¿La Biblia?, además de la incorporación del libro del Apocalipsis =que es de origen astral=. Este fue un error devastador en la medida en que todos los libros del Antiguo Testamento, con la excepción del Génesis, los Salmos y los Proverbios, dan respuestas débiles en la prueba muscular, indicando así que su nivel de veracidad está por debajo de 200 y por tanto no son ciertos.

Esta negatividad es debida a las representaciones antropomórficas de Dios como ser falible y sujeto a las emociones humanas negativas, tales como la venganza, el odio, la parcialidad, el pacto, la vulnerabilidad, la ira, la destrucción, el orgullo y la vanidad. Este dios enfadado de la venganza tuvo que ser apaciguado, tranquilizado, aliviado y recompensado de algún modo para que no desatara la destrucción con tormentas, inundaciones, incendios y plagas. Este era el opuesto exacto al Dios de la verdad, la misericordia, y el perdón que Cristo representó. 

Cristo dijo que el dios de la venganza debía ser reemplazado por el dios de la misericordia y el perdón. Había que orar por los enemigos y perdonarlos por su ignorancia. Estas enseñanzas fueron repudiadas por la antigua tradición Hebrea del dios de la Justicia, la Venganza y el Favoritismo.
Los antiguos dioses de las culturas primitivas provienen de niveles, ¿astrales? de la conciencia. Y son el origen de los ¿dioses? Escandinavos, Alemanes, Griegos, Hebreos, Romanos, Egipcios, Babilonios, Incas y Mayas, con sus significativas limitaciones de las pasiones humanas y motivos, parcialidades, odios, y exigencias de sacrificaos, y sus airadas y celosas destrucciones.

Aquello que es el verdadero Dios tiene poder infinito y no tiene necesidad alguna de emplear la débil manipulación de la fuerza. Aquello que es verdaderamente divino no tiene vulnerabilidades, necesidades ni intereses creados. La emotividad, la selectividad y las limitaciones que revelan no son atributos del Dios cuya Presencia es innatamente revelada a través del Amor y la Paz. La negatividad se origina en la mente del hombre que fabrica un surtido interminable de falsos dioses, todos los cuales exigen adoración y sacrificios. El Dios de la Realidad no tiene ¿necesidades? y no está sujeto a ser complacido o desplacido, y mucho menos apaciguado. 

La gravedad de la perdida de comprensión puede ser apreciada si tenemos en cuenta que los valores numéricos calibrados son logarítmicos. Una pérdida de 100 puntos representa una enorme pérdida de verdad y de poder. En algunas religiones, estos errores fueron tan severos que sus secciones fundamentalistas cayeron por debajo del nivel crítico del 200, y las falsedades resultantes, que se tomaron equivocadamente por verdades, trajeron graves consecuencias, en forma de gran sufrimiento y destrucción masiva para la humanidad. Los niveles por debajo de 200 representan el sufrimiento en todas sus formas.

Gilgamesh***

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