***Hermosa noche de Domingo para todos.
Me place enormemente hallar en éstos tiempos a personas con las cuales puedo coincidir y muchos también.
Yo siento que la Gnosis está llegando ahora como nunca antes en la historia post-cristiana, o mejor dicho post-católica.
Cuando pienso en ese maravilloso libro, el Nag Hammadi, que volvió a ver la luz del Sol en el año 1945 después de permanecer oculto alrededor de 1.900 años en una vasija, pienso que las cosas han de llegar en el momento adecuado, y el estado actual de la humanidad tal vez sea el propicio para que tantísimas personas conozcan la Gnosis, y ojo que hablo de la Gnosis original, no de la que es usada como siempre por los mercaderes de la pseudo-espiritualidad.
Y es que ser Gnóstico no se circunscribe a un fanatismo o a un selcto grupo de gente hermética y misteriosa, por el contrario es poder hallar aún en vertientes diversas la escencia Gnóstica común a todos. Hay muchísimos cristianos o incluso católicos, islamitas y judíos que están comenzando a pensar su religión desde una forma que antes les resultaba imposible, y eso es Gnosis que florece desde lo profundo del Ser sin que nadie antes les hubiera mencionado la palabra Gnosis.
En ésta noche de Domingo les voy a compartir las reflexiones de alguien que es anónimo creo =Patrocinio Navarro= pero que evidentemente es un hombre creyente, estimo que un Cristiano despierto que está viendo y pensando de igual forma que muchos de nosotros y eso es una bendición;
-Desengaños emocionales, fobias, depresiones, problemas de ansiedad, miedo, problemas laborales, desempleo y pobreza creciente, conflictos familiares y sociales, emigración a vida o muerte, enfermedades, guerras incesantes y muchas cosas más, vienen a expresar graves enfermedades espirituales, mentales y sociales de la humanidad en general y de quienes la dirigen al abismo en particular, y muestran finalmente la enorme falta de felicidad del colectivo humano que en la Europa actual =y debido a la presión social ejercida por el capitalismo= ha hecho aumentar el número de suicidios y enfermedades psicosomáticas junto a la pobreza y a la falta de horizontes laborales y hasta de simple supervivencia en que nos hallamos sumidos como sucede desde hace mucho en gran parte del mundo, bien sea por dictaduras de nuevo cuño controladas por los poderes financieros y las grandes transnacionales, ya sea por las guerras de rapiña que afectan a diario a los países del margen de los grandes o por las grandes tramas de corrupción, drogas y violencia de todo orden que dan forma al desorden y a la infelicidad mundial.
Una revolución contra el propio dolor
¿ Cómo superar tantas miserias?
Los más débiles no encuentran la salida y no pueden soportar la presión. En España, por ejemplo, aun a falta de estadísticas oficiales, se sabe por diversos medios que el número de suicidios es la primera causa de muerte violenta, por encima de los accidentes de tráfico. Muchos caen en estrés y acuden al siquiatra, se tornan violentos, asesinan a sus parejas o ex parejas etc. Estas son noticias diarias. Se puede afirmar que la felicidad se halla prácticamente ausente en la mayor parte de la humanidad.
Como sucede con los curas, tampoco los siquiatras tienen la *pastilla mágica de la felicidad*, pues a fin de cuentas la felicidad, que es el deseo principal de cada uno en todas las culturas y clases sociales, no se encuentra precisamente en una fórmula química: es el resultado de un trabajo personal, la consecuencia de una revolución espiritual interior que debería movilizar a la mayoría silenciosa que tanto abunda si es capaz de escuchar la voz interior de la conciencia y vivir según sus leyes, que son divinas.
Escuchar y practicar, por ejemplo, la sencilla regla de oro del verdadero cristianismo: *Lo que quieras que te hagan a ti hazlo tú primero y no hagas a nadie lo que no quieras que te hagan*. Este es el programa de la verdadera revolución. De no llevarlo a cabo las mayorías hoy silenciosas, acomodadas en sus miserias, engañadas y sumisas seguirán como hasta hoy: como lastres para el resto.
La revolución de la conciencia contra el caos mundial
La mayoría de hoy, esa mayoría silenciosa con su *Silencio de los corderos*, la forman quienes a su mucha comodidad y a su oscuro miedo a enfrentarse a la vida, unen sus miedos concretos y cotidianos a enfrentarse consigo mismos por diversas razones. Una de ellas, tal vez la más importante, es que no han encontrado aún las pistas suficientes como para revolucionar su existencia abriendo la caja de Pandora que se oculta tras la máscara o las máscaras que cubren su subconsciente y que con el tiempo confunden con su verdadero ser, con su yo real.
Entonces su vida personal y su relación con el mundo pueden llegar a convertirse en un problema de salud mental y de convivencia. El resultado final es esta sociedad que se basa en la dominación y explotación de unos por otros; una sociedad que se ha convertido en un problema de dimensiones planetarias, en una enfermedad con múltiples síntomas que se extiende como una mancha sucia y sangrienta por todo el globo terráqueo.
Si uno percibe este mundo tal como es y no como nos lo presentan, debe empezar por saber que la revolución de la propia vida comienza por la revolución de la conciencia, y no hay otra posible que nos permita liberarnos del egocentrismo que consume al Planeta y a nuestras sociedades.
La revolución de la conciencia precisa de la mirada interior que conduce al reconocimiento de uno mismo, de nuestros defectos y cualidades con objeto de eliminar aquellos y potenciar estos. Para ello se necesitan conocimientos, experiencias y herramientas de trabajo. Y, sobre todo, perseverancia, método y huída de los fanatismos y supercherías de los abundantes mercaderes en estos asuntos. Basta con tener como guía los Mandamientos dados a Moisés y las enseñanzas del Sermón de la Montaña para dar los pasos que precisamos para esa revolución interior.
No necesitamos curas, ni Iglesias, ni ritos ni ceremonias. Estamos solos ante Dios y ante nuestra conciencia y es esta la que debe sintonizar con su Creador siguiendo Sus leyes. Lo demás viene luego, como es el caso de nuestros roles sociales como padres, madres, hijos, ciudadanos, trabajadores, etc. Pero ninguno de estos roles pueden estar contra las leyes divinas si queremos evitar problemas a nuestra conciencia y el sufrimiento consiguiente que terminará por afectar a nuestra salud.
El afirmarse a sí mismo como un ser libre, el enfrentarse contra los valores y máscaras que le han sido introyectados desde niño, arrojará por tierra muchos de los clichés incrustados en la mente por una educación estúpida y por todo tipo de adoctrinamientos religiosos, políticos y sociales ideados para que sus promotores dominen sobre gentes dormidas.
Ya hemos hecho revoluciones políticas y sociales que no han conseguido afianzar sus objetivos y siempre se retrocede a estados de dominación parecidos, y la causa fundamental es la ausencia de un proceso revolucionario que nos lleve a superar el famoso *Mío, mi y para mí* con que la gente corriente funciona mientras posibilita que los que gobiernan sus vidas vivan según esos mismos principios.
Este revolución de la conciencia espiritual debe basarse en algo tan sencillo como el altruismo y el amor a los semejantes para poder llevar a la práctica al fin los maravillosos principios universales de libertad, igualdad, fraternidad, unidad y justicia, que constituyen el alimento espiritual de toda verdadera revolución. Sin estas cualidades, sólo se cambia una forma de dominación por otra, como hemos aprendido con dolor.
Clarísimo éste amigo, clarísimos sus conceptos que en medio de un mundo que nos parece irrecuperable suenan a utopía.
Cambiar uno desde adentro hacia afuera...no es utopía, es un hecho y la revolución del Espíritu contra la materia opresora, la peor derrota del reino del demiurgo.
Quiera el Padre que ésta Gnosis espontánea siga germinando en muchos más pese a todo.
Mañana nos encontramos si la Gracia así lo permite.
Gilgamesh***
Fuente;
-hijosdelcosmos
Mi querido Gilgamesh En cuanto a la ¨Sencilla regla de oro del verdadero cristianismo, quiero dejar claro que No es mi de mi gusto corregir a nadie, pero creo que la autentica, como ya explicaba Jean Martet Garnier, va un poco as allá, y debería expresarse así,...
ResponderEliminarDONDE DICE,... ¨Escuchar y practicar, por ejemplo, la sencilla regla de oro del verdadero cristianismo: ¨Lo que quieras que te hagan a ti hazlo tú primero y no hagas a nadie lo que no quieras que te hagan (y sigue) Este es el programa de la verdadera revolución. De no llevarlo a cabo las mayorías hoy silenciosas, acomodadas en sus miserias, engañadas y sumisas seguirán como hasta hoy: como lastres para el resto.¨
DEBERIA DECIR algo como ¨Escuchar y practicar, por ejemplo, ¨la sencilla regla de oro del verdadero cristianismo,...¨Lo que quieras que PIENSEN de ti PIENSALO tú primero y no PIENSES de nadie lo que no quieras que PIENSEN de ti¨. Este es el programa de la verdadera revolución. De no llevarlo a cabo las mayorías hoy silenciosas, acomodadas en sus miserias, engañadas y sumisas seguirán como hasta hoy: como lastres para el resto.
No se si habré utilizado correctamente los codigos de HTML, pero espero que se podrá entender,....
y aprovechar la ocasión para enviarte un caluroso abrazo por ser quien eres.
..y el vértigo cuando te asomas a la verdad..ese si da miedo..por eso entiendo que mucha gente,quiere,pero no puede..La balanza del ego-compasión..parece estar siempre trampeada,por una arcóntica mano..no durará siempre...
ResponderEliminarGracias
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ResponderEliminarLena-LILIANA-Alejandro y 4+; muchas gracias.
Roberto; gracias por la acotación, coincido ya que el *pensar* genera las posteriores acciones, creo que el texto que obedece a palabras originales de Cristo apunta a la acción, o sea a los hechos y bien sapientes son esas palabras creo, ya que si pienso bien de otra persona no tengo garantía de que ella piense bien de mí, y todo quedaría circunscripto a pensamientos, en cambio el *hacer* probablemente genere un ida y vuelta.
Ejemplo1;
Yo pienso que Usted es una excelente persona, pero Usted piensa que yo soy una basura.¿a quién le sirve? pues solo a mí ya que no provoco generar hechos violentos hacia Usted, pero sí Usted hacia mí.
Ejemplo2;
Si yo quedara con mi pierna atrapada en un bache y me estoy muriendo de dolor esperaría que alguien que pasa por allí me diera una mano para salir de esa situación y aparece Usted para ayudarme.
Lo más probable es que yo me sienta agradecido hacia Usted e imite su buen gesto.
¿a quién le sirve? a los dos.
Pensar genera *hechos* buenos o malos, *hacer el bien* genera buenos pensamientos siempre. Podemos vivir pensando bien del otro pero si no concretamos *hechos de bien* solo pensamos...y pensar sin acción es más o menos como el monje que se recluye toda su vida para orar, sin acción los buenos pensamientos no alcanzan.
He allí la gran Sabiduría del Maestro Cristo.
¡Gracias por invitarme a la reflexión! aportes como el suyo colaboran a sumar ideas, fuerte abrazo.
eleritzo espaider; así es amigo querido, la Verdad hace temblar, pero es la primera impresión, que luego se vuelve una gran coraza protectora.
Imagino al recién nacido y su pánico tal vez al salir del vientre materno, o al que va a ser operado cuando le ponen la anestesia.
Esa primera reacción que tenemos cuando debemos asumir algo que conmueve, en mi caso no puedo olvidar jamás mi caos cuando falleció mi Madre, el shoch es tremendo y menos cuando ocurre algo que no se esperaba. Así es la Verdad creo, llega sigilosa hasta que te conmueve como el más devastador sismo, luego la calma...la reflexión y la maravillosa sensación de que como ella...no hay nada. Gracias amigo por provocar mis ganas de opinar. Abrazo grande.
estimados compañeros, dar y amar verdaderamente en todo su potencial no precisa de garantías,... y creo sinceramente que si los demás piensan en algún momento, o incluso obsesivamente, mal de mi, sus razones tendrán, ,.... y enredados en razones nos hemos hundido hasta aquí,... el amor puede que sea ciego,... pero es lo único que es de interés eterno,... en fin , mis cosas,.... abrazo a todos y mucho ánimo.
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ResponderEliminarRoberto; bien por ese sentir, gracias por tu reflexión.