***Excelente último día de éste mes de Octubre 2016.
No sé si daba para abrir un post que poco puede interesarle a alguien, cuando uno relata algo de su propia vida suele ser poco interesante para la media común de un blog como éste, que se siente muy a gusto con temas que solemos tratar a menudo.
Tómese entonces ésta inutilidad de mi relato más bien como una forma de desahogo necesario o de honrar los afectos.
Cada vez que uno deja de ver para siempre a un ser querido es inevitable experimentar tristeza, y si bien soy un hombre que a la tristeza no le permite quedarse por mucho más que uno o dos días, pues debo estar en mi segundo =y espero= o último día de tristeza.
Resulta ser que éste ser querido no es humano, es gatuno.
De mi gran equipo denominado *Don Gato y su pandilla*, tal aquellos dibujitos animados que consumiéramos quienes pintamos canas, una integrante ha dejado de estar.
La *Negrita*, tal la forma de bautizarla con un nombre humano, se fué de gira el Sábado por la noche para ya no regresar.
Llegó el Domingo y nos resultó extraño no verla como cada mañana, sin embargo esperamos todo el día, y nada..., algo que ya entraba a preocuparnos dado que Negrita era una gata muy apegada a su territorio, a su casa, a sus dominios.
Llegado éste Lunes ya las esperanzas se han diluído por completo.
Haciendo las veces de detectives, toda la familia a preguntar a los vecinos, yo requisando rincones y techos propios y ajenos, lamentablemente sin ningún éxito.
Y francamente nunca pensé que me afectaría su ausencia, será que estoy más viejo y más flojo...seguramente..y será que justo antes de irme a dormir, como cada noche salgo al patio a fumarme el último cigarrillo de la jornada, ahí, en el séptimo escalón que va a la terraza mientras miro las estrellas, esa noche de Sábado fué la última vez que la vi a Negrita, me maulló y pensé que quería comida, busqué un puñado de alimento pero no comió, se veía bien, así que entendí que lo que quería eran mimos.
Animal tan dulce de todos los que tuve, la acaricié mientras ella como siempre lamía mi mano, refregaba su cuerpo contra mis costillas en señal de sentirse bien, y yo hablándole...estúpidamente como solemos hacer cuando amamos a un animal aunque no entienda castellano, ni inglés...je...ni alemán.
Y así, luego de darle mis cariños y ella los suyos, puse llave a la puerta y me fuí a arrojar mi carrocería al colchón.
Esa es la imágen que me quedó de Negrita, un animalito que así como se fué sin previo aviso, un día llegó, se notaba que venía de ser criada, era sumamente dócil y demostraba que se había criado con alguna persona o familia, y además estaba esterilizada.
Negrita era una gata que iba en contra de los hábitos normales de los gatos, nunca un arañazo, nunca una mordida, jamás una actitud agresiva, todo lo contrario...era puro amor, casi humana, o quién sabe...tal vez mejor que un humano, al menos si pudiéramos pensar que un animal tiene personalidad como nosotros, adefesios que somos.
Era rara también porque le gustaba el agua, los gatos generalmente escapan a la lluvia o a un salpicón, Negrita se metía en la pileta de lavar la ropa y me pedía que abriera la canilla a chorro débil para ponerse debajo y disfrutar de ese goteo que le caía sobre la cabeza, las orejas y el cuello.
Supusimos siempre que tal vez había nacido con alguna deficiencia ósea o probablemente algún accidente ya que sus patitas de atrás eran como un catre...jeje...abiertitas hacia afuera. No era precisamente uno de esas gatas hermosas o imponentes por su porte o su pelaje o el color de sus ojos, Negrita era como se dice, *del montón* o *cualunque* , muy delgada parecía una abuelita que tenía los dientes medio torcidos y una uña fallada que era larga y se le había curvado para hacer casi un círculo.
Así de feúcha era Negrita, como de amorosa y cariñosa en mayor medida.
Uno nunca sabe qué es peor, si asumir la muerte del animal y enterrarlo como tantas veces o saberlo *desaparecido* y evitar la triste escena y el duro rito de sepultarlo, pala en mano y sudor entre lágrimas...
Es inexplicable su desaparición dada su ¿personalidad? por lo cual creemos que despistadamente entró en uno de los jardines colindantes de los vecinos, y uno de los perros la mató y los vecinos se deshicieron del cuerpo para evitar explicaciones.
Es que la inseguridad ha creado como necesidad tener perros que ya casi ni son perros si no más bien mutaciones y cruzas genéticas criadas y adiestradas para destrozar a cualquier cosa viviente que traspase los límites de su coto.
Tampoco tendría la culpa el pobre perro, no mata por hambre, mata por instinto al igual que el gato mata a un ave, y cuando pienso en todas éstas cosas no puedo más que reposar en la Sabia Gnosis..., todos somos víctimas...de un perverso invento de un creador loco, a quien no se le ha ocurrido mejor atrocidad que crear seres que cuando no matan por hambre para comer...matan por eso llamado.. instinto.., todo ésto que llamamos idiotamente belleza de creación...maravillosa vida puesta a nuestro servicio para honrarnos, es en realidad una larga cadena de muerte, de dominación, de matar para supervivir, de usar, de comerse al otro... , invento que obedece a alguien que por ausencia de Perfección ha creado imperfección.
Ha venido duro éste año..., bofetada tras bofetada, y a ponerle el pecho como siempre, esperando que se vaya pronto con la tonta y casi supersticiosa idea de que un año termina y otro nuevo empieza y puede ser mejor.
No hay nada que esperar cuando se traga la amarga cucharada que te despierta y te deja ver éste mundo tal como lo que es, y ahí vamos che..., intentando posar la vista en las pocas cosas lindas para no ver lo mucho otro tan feo que abunda y se florea a sus anchas.
Negrita no estará para mi cumpleaños, y faltaba tan poco..., y uno quitará el pensamiento de lo que *falta* para conformarse con lo que *queda*, como siempre, enorme sinsentido de existir para obligatoriamente dejar de existir...sin nuestro consentimiento...
El agapornis de Ale, los perros de Frana, los tantos y tantos hermosos seres que a todos nos regalan ese amor tan especial que ni siquiera se puede equiparar al artificial amor humano.
Sabrán disculpar éste post que no pretende más que hacer el sano ejercicio de pensar en voz alta, vaciar la pena, para mañana si puedo, arrancar de nuevo mientras siga habiendo alguien del otro lado que tenga ganas de leer lo que uno escribe.
Aromas de fin de año con sensación de despedirse o que de uno se despidan, al fin y al cabo nos estamos yendo todos los días un poco.
Gilgamesh***
Lehaim HermanO.
ResponderEliminar+1.
Me sumo a tu sin sabor y pesar por la falta de Negrita.
Como dice la cancion....., cambiando alguna letra:
Es mejor amar y despues perder....., que nunca haber amado.....
Se que eres un hombre de psique fuerte....., Animo mi HermanO, seguro un arcoiris te guiñara mañana.....
Fuerte AbrazO.
LEHAIM.
Mucho ánimo, seguro negrita esta en un lugar más amable que este,se les quiere tanto que hasta que no los tienes no entiendes lo que es amor sin condiciones pero cuando se van dejan un vacío difícil de explicar con palabras, los animales tienen mucho que enseñarnos.un abrazo
ResponderEliminarbuenas noches!!! siempre te leo, hoy estas triste y te acompaño desde lejos, porque se lo que es perder a seres tan especiales como lo son ellos.
ResponderEliminarAnimo, un abrazo!!! mañana todo va estar bien.
Fuerte abrazo,otro ser que nos deja..uno más.. y van llegando a la Fuente ....la Luz y la Paz te acompañen siempre.
ResponderEliminarY si ....todo es pasajero...esta situación o vida...es despedida constantemente.
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ResponderEliminarPaola Pereyra-Alejandro y 3+; muchas gracias.
Alejandro Arrabal Diaz-Mart Bravo-Magdalena Couso-Gustavo-Alquimista;
Muchísimas gracias amigos por sus palabras y el afecto, la sensibilidad y todo lo que han expresado.
Fuerte abrazo para todos.
Fuerte abrazo, Gilgamesh, los que amamos a esos seres peluditos sabemos lo duro que resultan esas ausencias.
ResponderEliminarBuena travesía tenga esa bella Negrita.
Un abrazo y gracias por tus artículos que nos ayudan a reflexiónar
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tus artículos que nos ayudan a reflexiónar
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ResponderEliminarClara Díaz; ¡gracias amiga! fuerte abrazo.
Iñigo; muy amable amigo, un abrazo.