***Feliz alfinViernes para todxs.
Complicado con el tiempo como para una necesaria larga reflexión sobre éste post, pero sé que ustedes sabrán concatenar las tres primeras noticias con la última.
-Hace ya 18 años que se viene celebrando el Día sin Celular en todo el mundo, fechado el 6 de febrero.
Si no existe un día sin la televisión, ¿por qué sí tratamos de aguantar 24 horas sin este dispositivo móvil? Sencillamente porque en algunas ocasiones genera dependencia.
De hecho, en más casos de los que a simple vista parece.
El año pasado, las estadísticas colocaban a México como el segundo país en el que más adictos al celular existen, sólo por debajo de Indonesia.
Es comprensible que esta herramienta se haya convertido en un esencial de nuestra vida; alejada, eso sí, de su función inicial, que era realizar y recibir llamadas. Hoy por hoy, las redes sociales suponen un tercio del uso total que hacemos de el celular, pero ¿es para comunicarnos, para investigar lo que hacen los demás, para seguir perfiles de empresas y celebridades o para usarlo como herramienta de trabajo?
Todas las respuestas son válidas.
Las redes sociales son ya tan importantes como nuestras relaciones interpersonales cara a cara, y en ocasiones incluso se colocan por delante.
Utilizamos, además, el celular como herramienta principal en sustitución de la PC para otros usos como las compras en línea, a través de las aplicaciones de las tiendas o proveedores de servicios que más nos gustan, prefiriéndolas a los sitios web debido a la facilidad para permanecer conectados de manera segura y pagar en un toque, pues nuestros datos bancarios suelen permanecer almacenados en nuestro usuario.
Por supuesto que el celular también se ha convertido en nuestra fuente principal de entretenimiento, estableciéndose como el sucesor de las videoconsolas portátiles, el Discman o el mp3. Por tanto, sí, es muy lógico que si lo dejamos olvidado nos genere un desasosiego muy fuerte.
Ya no es la posibilidad de desconectarnos de las personas, sino de todo lo que hemos elegido para divertirnos, o en otros casos, para trabajar.
El problema es que, al tener tan a la mano todo lo que nos genera satisfacción, muchas veces no somos capaces de ejercer autocontrol sobre nosotros mismos; siempre queremos más, y se genera la adicción.
Estudios recientes han demostrado, por ejemplo, que los adolescentes duermen menos horas porque permanecen hasta la madrugada enganchados al celular, lo que se traduce en una bajada de rendimiento a nivel académico. Está claro que hay que establecer límites.
Casi todas las marcas de celulares han implementado herramientas para fijar horarios de uso, pero la cuestión es si estamos dispuestos a parar voluntariamente.
-No es fácil acabar con el hábito digital más común del mundo, ni siquiera en un arranque de ira moral ante los riesgos relacionados con la privacidad y las divisiones políticas que ha creado Facebook , o en medio de las preocupaciones acerca de cómo el hábito afecta la salud emocional.
Aunque cuatro de cada diez usuarios de Facebook afirman haberse tomado largos descansos de la red social, la plataforma digital sigue creciendo.
Un estudio reciente reveló que al usuario promedio se le tendrían que pagar entre 1000 y 2000 dólares por alejarse de su cuenta durante un año.
Debes saber que verás las consecuencias de inmediato: pasarás más tiempo con amigos y familia en persona. Sabrás menos acerca de la política, pero también serás menos propenso a la fiebre partidista.
Tendrás ligeros cambios de humor en el día y estarás satisfecho con la vida. Y, si eres como el usuario promedio de Facebook, tendrás una hora de ocio extra al día.
El estudio, realizado por investigadores de las universidades de Stanford y de Nueva York, ayuda a esclarecer la discusión respecto a la influencia de Facebook en la conducta, el pensamiento y la política de sus usuarios activos mensuales, quienes suman unos 2300 millones en todo el mundo.
El estudio se publicó hace poco en el sitio web de acceso público Social Science Research Network.
Un cuerpo de psicólogos ha argumentado durante años que el uso de Facebook y otras redes sociales está relacionado con problemas mentales, en especial en adolescentes.
Otros han comparado el uso habitual de Facebook con una enfermedad mental, con una adicción a las drogas e incluso han publicado imágenes de resonancias magnéticas que muestran *cómo se ve la adicción a Facebook en el cerebro*.
Cuando Facebook publicó sus propios análisis para refutar esas aseveraciones, la compañía ha sido ampliamente criticada.
Un directivo de prensa de Facebook declaró lo siguiente acerca del nuevo ensayo que el propio estudio mencionaba: *Facebook genera grandes beneficios para sus usuarios*, y *cualquier debate acerca de los inconvenientes de las redes sociales no debería opacar el hecho de que cumplen con necesidades profundas y generalizadas*.
El nuevo estudio, una prueba aleatoria, esboza una imagen matizada y equilibrada del uso diario que probablemente no satisfaga a quienes critican la plataforma ni a quienes la apoyan.
El ensayo, junto con análisis similares realizados por otros grupos de investigación, aún no ha pasado por la revisión de otros expertos.
The New York Times les pidió a cinco expertos independientes que revisaran la metodología y los descubrimientos.
Los investigadores =dirigidos por Hunt Allcott, profesor adjunto de Economía en la Universidad de Nueva York, y Matthew Gentzkow, un economista de Stanford= usaron anuncios de Facebook para reclutar a participantes mayores de 18 años para que pasaran al menos quince minutos al día usando la plataforma; el promedio diario fue de una hora, mientras que quienes la usaban con más frecuencia lo hacían entre dos y tres horas, o más.
Casi tres mil usuarios aceptaron y llenaron largos cuestionarios en los que se les preguntaba acerca de sus rutinas diarias, sus opiniones políticas y su estado mental en general.
A la mitad de los usuarios se les pidió al azar que desactivaran su cuenta de Facebook durante un mes a cambio de un pago.
El precio pactado para el pago fue un tema de gran interés para los investigadores: ¿cuánto vale el acceso mensual a fotografías, comentarios, grupos de Facebook, amigos y noticias?
El estudio reveló que el costo es de aproximadamente 100 dólares en promedio.
Durante el mes de abstinencia, el equipo de investigadores revisó con regularidad las cuentas de Facebook de los participantes para asegurarse de que quienes habían aceptado alejarse de la plataforma no las reactivaran. =Solo 1 % lo hizo=.
Los participantes también recibieron mensajes de texto de manera regular para evaluar sus estados de ánimo.
Se cree que esta especie de monitoreo en tiempo real produce una evaluación psicológica más precisa que, por ejemplo, un cuestionario proporcionado días más tarde.
Algunos participantes afirmaron que no habían notado los beneficios de la plataforma hasta que la cerraron.
*Por supuesto, extrañé mi conexión con la gente, pero también ver los eventos en vivo por Facebook Live, en especial los de política, cuando sabes que estás viendo el contenido junto con otras personas interesadas en lo mismo*, comentó Connie Graves, de 56 años, una enfermera profesional a domicilio en Texas que participó en el estudio.
*Y me di cuenta de que también me gusta tener un lugar donde pueda obtener toda la información que deseo: pum, pum, pum, ahí está*.
Ella y el resto de quienes se abstuvieron tuvieron acceso al servicio de mensajería de Facebook a lo largo del estudio.
Messenger es un producto diferente y el equipo de investigación decidió permitirlo porque es muy similar a otros servicios de comunicación interpersonal.
Al finalizar el mes, quienes se abstuvieron y los sujetos de control volvieron a responder largos cuestionarios que evaluaban los cambios en su estado mental, su conciencia política y su pasión partidista, así como las fluctuaciones de sus actividades diarias =en línea y desconectados=, desde el inicio del experimento.
Para los abstemios, la ruptura con Facebook les liberó una hora al día en promedio y más del doble a los usuarios más asiduos.
También reportaron que habían pasado más tiempo desconectados, incluyendo el tiempo que pasaron con amigos y familia y viendo televisión.
*Yo habría esperado un índice mayor de uso de otras plataformas digitales en sustitución de Facebook =Twitter, Snapchat, navegación en línea=*, comentó Gentzkow, de Stanford.
*No fue así y, al menos, en lo que a mí respecta, fue una sorpresa*.
El resultado más sorprendente del estudio podría ser que el hecho de desactivar Facebook tuvo un efecto pequeño, pero positivo en los estados de ánimo de las personas y en la satisfacción que sentían con su vida.
El descubrimiento modifica la suposición generalizada de que el uso habitual de las redes sociales puede ocasionar problemas psicológicos reales.
Una investigación previa no logró distinguir si los problemas con el estado de ánimo se presentaban después del uso prolongado, o si las personas malhumoradas tendían a ser las usuarias más frecuentes. El estudio nuevo sustentó esta última explicación.
En una entrevista, Ethan Kross, profesor de Psicología en la Universidad de Míchigan, quien ha hecho investigaciones previas respecto al estado de ánimo y el uso de las redes sociales, afirmó que era demasiado pronto para sacar conclusiones respecto a los efectos psicológicos de abandonar Facebook.
Mencionó dos estudios recientes, aleatorios y de menor tamaño, en los que se descubrió que el estado de ánimo de los usuarios mejoraba cuando se les restringía el acceso a las redes sociales.
*Necesitamos saber más acerca de cómo impacta el uso de las redes sociales en el estado de ánimo y cuándo, no solo concluir que la correlación no existe*, o que es muy leve, aseguró Kross.
Hasta ahora, la discusión respecto a los efectos de las redes sociales en la salud mental también se ha enfocado, en su mayoría, en niños y adolescentes, no en la población de mayor edad que fue el objeto de este nuevo estudio.
*Es absolutamente posible, y probable, que la dinámica de las redes sociales y el bienestar sea diferente para los adolescentes que para las personas de 30 años en adelante*, afirmó Jean Twenge, psicóloga y autora de *iGen: Why Today's Super-Connected Kids Are Growing Up Less Rebellious, More Tolerant, Less Happy*.
Los psicólogos y los informáticos han presentado el argumento de que las redes sociales son adictivas, y muy pocos usuarios habituales de Facebook estarían en desacuerdo.
El nuevo experimento proporcionó mucha evidencia que lo sustenta: al concluir, los participantes que abandonaron la red social durante un mes dijeron que planeaban usar Facebook con menor frecuencia, y lo hicieron, por lo que redujeron su viejo hábito. al menos durante un tiempo.
Aproximadamente el 10% seguía absteniéndose una semana después, en comparación con el 3 % del grupo de control, que había desactivado su cuenta de manera voluntaria; y el 5 % se seguía absteniendo dos meses más tarde, en comparación con el 1 % en el grupo de control.
Los incentivos financieros tuvieron resultados similares. Después de que finalizó el periodo de un mes del estudio, los investigadores les preguntaron a quienes se abstuvieron cuánto dinero necesitarían que se les pagara, hipotéticamente, para mantenerse desconectados de Facebook durante otro mes. Esta vez, el costo se redujo por debajo de los 100 dólares.
*Les pedí 200 dólares por otras cuatro semanas*, contó Graves, la participante de Texas quien aún no ha vuelto a Facebook.
-Más del 50% de los argentinos afirmó que en reuniones *cara a cara* la otra persona *se pone a chequear el celular en medio de la conversación*, acción denominada *phubbing* y que puede convertirse en una forma de *destrato*, según un informe divulgado por una universidad argentina que aborda los comportamientos vinculados con la *adicción a la tecnología*.
*Si bien el celular puede ser un instrumento que conecte a las personas, existe un riesgo de que, por no poder dejar de prestarle atención en medio de interacciones sociales, uno destrate a quien tiene enfrente*, describió la investigación de la Universidad Siglo 21, que definió *destrato* como una *forma leve de maltrato social*.
El uso de celulares *se ha naturalizado tanto, que tomamos como algo normal el estar comiendo con alguien o en alguna actividad cara a cara y mirar el teléfono permanentemente, como si no tuviésemos a nadie adelante*, señaló a Télam Laura Jurkowski, psicóloga y directora del centro especializado en adicciones a Internet *Reconectarse*.
A su vez, *las nuevas tecnologías de comunicación e información-TICs están diseñadas para captar rápidamente nuestra atención, por eso estamos continuamente a punto de distraernos*, remarcó a Télam Carlos Sponton, coordinador del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales en la Universidad Siglo 21 y coautor de la investigación.
De acuerdo con el estudio, el 57,7% de los encuestados afirmó que en conversaciones cara a cara, en el ámbito familiar y también entre amigos, *la otra persona se pone a chequear el celular en medio de la conversación*.
Nora Merlin; Psicoanalista. Magister en Ciencia Política. Autora de Populismo y psicoanálisis y Colonización de la subjetividad.
-El gobierno de Cambiemos destruyó casi todo: la economía, la cultura, la ciencia y la tecnología, pero el mayor daño realizado, el más difícil de revertir, resulta la promoción e instalación social del odio.
Los medios de comunicación concentrados, la voz del poder, estimulan el odio que el neoliberalismo necesita para permanecer. Neoliberalismo-odio constituye una relación indisoluble, en la que sus términos se retroalimentan.
El neoliberalismo, basado en la tiranía angurrienta de un poder totalitario y concentrado, pretende un goce absoluto sin distribución y al servicio de minorías privilegiadas.
Un sistema en el que la mayoría no entra funciona como un dispositivo que descarta, mientras produce cultura de masas.
Requiere de un consenso social obediente y uniforme que, tomando consistencia en el odio-pasión, está dispuesto a la ofrenda sacrificial de una parte de la sociedad a la que segrega para beneficio de otra parte minoritaria: neoliberalismo y odio operan juntos.
La segregación se fundamenta en el odio que consiste en el rechazo a cualquier forma de gozar que sea distinta a la *propia, única y verdadera*.
Un goce Otro resulta insoportable, es rechazado, surge un odio- pasión que intenta destruir al objeto.
La masa neoliberal, instrumento del poder, precisa descartar cruelmente a los más indefensos y a los que no pertenecen a la ligazón: el poder transforma a los opositores al régimenen en enemigos amenazantes, promoviendo hacia ellos el odio social.
El poder neoliberal segrega dejando afuera a las mayorías, alimenta ideales racistas, xenófobos y machistas, estimulando un sadismo extremo hacia los *otros*. Promueve el odio expresado como desprecio al pueblo y sus líderes; convierte el conflicto político en una lucha entre corruptos y decentes, degradando la democracia a una guerra entre dos bandos enemigos. Junto con el odio instala un clima de inseguridad y un sistema de creencias que funcionan como certezas, a fuerza de la repetición de imágenes-signos que justifican la represión y la violencia.
La imposición que realiza el poder es invisible, el veneno inoculado va directamente a la afectividad de la subjetividad, sin mediación racional, y se expande por contagio e identificación formando el sentido común.
El resultado es una sociedad colonizada compuesta por odiadores seriales que repiten frases-signos, un rebaño asustado que obedece los deseos del amo demandando mano dura y orden.
El neoliberalismo, nueva forma de totalitarismo, ganó terreno a través del uso instrumental del odio, un derivado pulsional capaz de debilitar democracias y destituir gobiernos bajo el modo de golpes institucionales.
El poder judicial y *los medios de comunicación concentrados* son los principales agentes encargados de inocularlo, avanzando en lo que constituye una cruzada antidemocrática y destructora del tejido social.
El odio es más antiguo que la civilización, la novedad consiste en su ascenso junto con el avance mundial del neoliberalismo y la *concentración mediática* que este supone.
Ambos desarrollan un verdadero bullying social, una violencia psicológica, verbal, material y física contra determinados sectores de la sociedad.
*El desarrollo tecnológico permite que el odio-pasión se difumine por las redes, whatsapps y medios de comunicación, como un veneno contagioso que se entrama en los múltiples aspectos de la vida social y forma un tejido neoplásico de células malignas*.
El neoliberalismo conduce al odio, la violencia, la indiferencia hacia los demás, el poder del más fuerte y la guerra de todos contra todos.
Será necesario un cambio de modelo, una democracia inclusiva en la que entremos todos y que promueva lazos exentos de hostilidad.
Habrá que apelar a Eros pues, como afirmaba Freud, todo aquello que establezca vínculos amorosos actúa contra la guerra.
Eros, un amor político como el que nos legaron las Madres, que constituya una barrera permanente, una resistencia cultural que diga *No al neoliberalismo*. Tendremos que producir una pedagogía de la solidaridad que establezca lazos amistosos y permita la libre circulación de pensamientos, discursos, pasiones y cuerpos que se politizan ilimitadamente.
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Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-yucatan
-lanacion
-diariopopular
-pagina12
Plus One.
ResponderEliminar“El capitalismo ha logrado una guerra entre pobres”......
Y para ello que mejor que crear y usar un chip que llevamos consigo, una camara pervertida y un microfono indiscreto, enmascarado en un boon tecnologico como son las redes sociales....., y para ello, como no, paguenlo en comodos plazos mensuales...., al final, la gilada feliz y sirviendo a su amo sin saberlo.
Pero, ¿realmente, tan solos nos sentimos?.... ¿Tanto necesitamos hablar virtualmente, cuando estamos rodeados de semejantes a escasos metros?.
Que malo fue aquello de separarnos....., aun lo intentan con fronteras y tecnologias al servicio de quien invento este circo....
Otra reflexion algo ahumada...., como no podia ser menos....
Fuerte abrazo KUI".
Buena tarde
ResponderEliminarAmigo referente al post del cristo nada que reclamar, solamente expresé lo que sentí en ese momento sin pretender culparte de nada, (quizá mal de mi parte pero con la confianza de saber a quien se lo estoy diciendo) y ya razonando un poco creo que el oír que el que no haya regreso es una posibilidad, es como una de esas cosas que uno anda buscando sin saber exactamente que, no me imaginaba un retorno para hacer lo mismo que había hecho, de hecho se me hacía una incoherencia, eso si lo había contemplado, pero cuando he escuchado hablar del cristo, cristo y retorno van siempre junto que terminé no cuestionándolo. Y creo que hasta alguna parte de mi aún sigue buscando salvadores externos, te agradezco que me ocasiones un terremoto mental.
Ale gracias por tu compartir.
La desigualdad ha sido la madre de infinidad de anti valores y el neoliberalismo ha sido su combustible. Ak AMLO presentó un programa de apoyo a jóvenes pagándoles una cantidad mientras aprenden un oficio y a todo aquel que esté registrado a una escuela y los malos comentarios ha habido a montones alusiendo a que es similar a mantener a guevones con dinero del pueblo.
Abrazos
ResponderEliminarAlejandro Arrabal Diaz; gracias Bro por el plus one, ex +1, jeje, y gracias por tu reflexión, preguntas que unos cuántos nos hacemos siempre. Abrazo.
Mario; nada que reprochar Bro, no me cabe duda de tus buenas intenciones, no hace falta aclaración alguna. Cada quién toma cosas y las procesa de acuerdo a su estado, y estoy casi seguro de que el resultado de dicho proceso es tan individual como irrepetible, lo importante es pensar, reflexionar y procesar, y que dicho resultado a uno lo evolucione, lo demás es harina de otro costal. Todos en algún momento tenemos un terremoto interno, del cual hay que sacar las mejores conclusiones para ser mejores, por nosotros, por quienes nos rodean, por todos. Abrazo Marito, gracias.