***Bellísimo Domingo para todxs.
Cuando analizamos a fondo de qué depende la mayoría de los 7 mil millones de humanos en el planeta, sin dudas pensamos en Estados Unidos.
Dependemos entonces de la decisión de apenas...los 325 millones que en ese país eligen a su Presidente.
Claro..siempre se han presentado sólo dos opciones que a pesar de tener sus diferencias ninguno de los dos, cuando les ha tocado gobernar, han dejado de ejercer ese rol que ellos creen tener y es el de ponerse al frente del liderazgo global.
Demócratas y Republicanos se han repartido siempre los gobiernos de ese país, pero...ojo.., el año próximo hay elecciones allí y una nueva ola de ese enorme electorado está comenzando a cambiar su mirada sobre su país y sobre la geopolítica global.
Si bien aún es temprano para hacer afirmaciones contundentes, Estados Unidos en un corto plazo podría dejar de ser lo que ha sido, sin abandonar su rol avasallante, bien podría al menos dejar de ser tan dañino para el resto del mundo.
Interesante nota que les comparto, en la cual no deja de sorprender el grado de manipulación y cohersión que existe allí, una burbuja hábilmente creada para que los norteamericanos no puedan alguna vez salir de ella, pero...quién sabe..
Por; Pablo Makovsky
-Lo que pasó fue esto:
en agosto pasado, la consultora Gallup hizo una encuesta entre los jóvenes de Estados Unidos =luego de que representantes de lo que podría llamarse *la colectora Demócrata*, es decir dirigentes que no son del riñón del Partido Demócrata pero que participan en sus listas, como Alexandria Ocassio-Cortez, identificada con las ideas socialistas como Bernie Sanders, arrasaran en las elecciones de medio término= en la que el 51 % de los consultados de entre 18 y 29 años declararon que tenían una opinión favorable del socialismo, mientras que sólo un 45 % dijo que veían positivamente al capitalismo.
Un relevamiento de Gallup de 2010 sobre el mismo tema aseguraba que el 68 % de los jóvenes consultados entonces tenían una visión favorable del capitalismo.
En sólo ocho años un 33 % cambió de parecer.
La reacción no se hizo esperar, la semana pasada la cadena Fox publicó una guía que proponía a los buenos padres *americanos* cómo hacer para que *sus hijos le dijeran no al socialismo*.
En su programa Ingraham Angle, Laura Ingraham, una periodista militante del republicanismo más burdo, entrevistó al gerente de una casa de comidas =autor a su vez de un libro intrascendente= para discutir los peligros de que los jóvenes admirasen a regímenes como el de Corea del Norte, China o Venezuela.
Sí, *quieren convertirnos en Venezuela* es también un eslogan popular allá.
El martes pasado, en su discurso ante el Estado de la Unión =acaso el momento político e institucional del presidente más importante del año=, Donald Trump, compelido por las respuestas de la opinión pública, los resultados electorales, el desmedido cierre del gobierno =el más prolongado de la historia= porque el Congreso no le aprobó el presupuesto para el muro contra los inmigrantes y la triunfante huelga de maestros de Los Ángeles =que ya se extendió a otros estados=, dio una respuesta que fue, ante todo, una confesión de sus mayores preocupaciones:
*Tonight, we renew our resolve that America will never be a socialist country* =Esta noche renovamos nuestro compromiso de que Estados Unidos nunca será un país socialista=, dijo Trump.
Entre la concurrencia, según el relato de John Nichols =uno de los principales columnistas de The Nation, el más tradicional de los medios de la izquierda estadounidense= estaba Alexandria Ocasio-Cortez *diputada* =es en español el término que mejor se adapta a su cargo= por Nueva York, quien hizo su campaña como *educadora, agitadora, socialista democrática, y nacida y criada en Nueva York para representar a las familias trabajadoras en el Congreso*;
también estaba Rashida Tlaib, quien ganó las primarias y las elecciones generales de 2018 como miembro de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos-DSA de Detroit.
Incluso estaba el veterano senador de Vermont Bernie Sanders, a quien suelen llamar *el socialista más conocido de Estados Unidos* y a quien muchos desean ver como el retador de de Trump en las elecciones presidenciales de 2020.
A fines de enero pasado, una encuesta de Public Policy Polling-PPP le daba a Sanders 51 puntos de intención de votos contra unos 41 para Trump.
En junio de 2018, la misma consultora le había dado a Sanders 9 puntos por encima del presidente.
La CNN también hizo una encuesta prospectiva de votos el año pasado que le daba a Sanders 55 puntos contra 42 de Trump.
Mientras que en el estado de Michigan, donde Trump apenas salió airoso en 2016, un relevamiento de la cadena WDIV-TV mostró al senador de Vermont victorioso con once puntos por encima del actual mandatario.
Pero cuidado, Estados Unidos no es la panacea democrática que conocemos en Argentina, si se nos permite la ironía.
La mayoría de los votos de la elección presidencial de 2016, que llevó a Trump a la Casa Blanca, no las obtuvo el magnate inmobiliario, sino Hillary Clinton, responsable ella, como funcionaria del gobierno de Barack Obama, de la desintegración siria y otras catástrofes cuyas consecuencias repercutirán en el mundo durante las próximas décadas.
Sin embargo, existe allá una suerte de consejo electoral que decide en última instancia, por encima de los números, y le dio la victoria a Donald Trump.
Bernie Sanders no es el primero en la lista de la colectora Demócrata, que tiene a la cabeza al ex vicepresidente Joe Biden.
Pero a diferencia de Biden y otros demócratas, Sanders dice no temerle a la palabra con *S*, la misma que Trump =como otros demócratas= dice que es un término que asusta.
El mismo martes, luego de que el presidente diera su discurso ante el Estado de la Unión, en el que rescató los ideales de *nacer libres y permanecer a resguardo*,
Sanders respondió:
*Las personas no son de verdad libres cuando no pueden pagar su sistema de salud ni los medicamentos que deben tomar, o un lugar donde vivir. Las personas no son libres cuando no pueden jubilarse dignamente o alimentar a sus familias*.
John Nichols recuerda otras charlas con Sanders, por ejemplo una en la que le dijo:
*¿Saben los estadounidenses que somos el único de los países más industrializado de Occidente que no garantiza un sistema de salud pública para todos? La mayoría no lo sabe. ¿Saben los estadounidenses que en muchos de los países europeos los secundarios y las universidades son públicas y gratuitas o muy accesibles?*
Si bien la mayoría de los jóvenes simpatizan con las ideas socialdemócratas, de acuerdo con la encuesta de Gallup, sólo un 37 % del total de estadounidenses comenzaron a ver con buenos ojos un sistema que ofrezca más amparo social.
No es poco y explica las alarmas de Donald Trump y la ultraderecha que lo sostiene en el poder.
Viejos buitres como Mike Pompeo, Marco Rubio =senador por Florida=, John Bolton o el criminal de guerra Elliott Abrams empujan a una intervención militar de Venezuela que significaría para Trump lo que la invasión de Panamá significó para Bush padre, según el análisis ejemplar de Grag Grandin, también en The Nation:
una reconfiguración de la política doméstica gracias a un logro militar.
Ninguno de los dirigentes de izquierda estadounidenses =Sanders, Ocassio-Cortez, Tlaib= apoya el régimen de Nicolás Maduro, simplemente señalan que la primera medida para ayudar al *pueblo* venezolano debería ser la de levantar las sanciones económicas que no permiten el acceso a alimentos y medicamentos, además de evitar una confrontación armada que multiplicaría sus penurias.
La semana pasada el analista Juan Tokatlian =uno de los más reconocidos profesores en la Universidad Di Tella= señalaba en una entrevista publicada en Nueva Sociedad que América latina está cada vez más desintegrada en la toma de decisiones a nivel global y regional.
Su visión no era optimista, como tampoco la del brillante columnista Chris Hedges, quien sostiene que el derrumbe de Estados Unidos y el dólar es algo seguro, sólo falta saber cuándo ocurrirá la caída del imperio que Trump está acelerando.
Como a principios de los 70, el núcleo del poder estadounidense siempre supo reponerse a las disputas hegemónicas internas:
aceptados los reclamos de ciertas minorías =desde afroamericanos hasta gays=, lo que operó fue un retorno a la normalidad, cada cual en su lugar, haciendo los méritos necesarios para conservar su puesto.
Como en los 80, con el ascenso de la ola democrática en América latina, la región observa la dispersión y división del pueblo y la política estadounidense en un mismo grado de desintegración.
Como en el cuento de nuestro gran autor nacional, las posibilidades políticas habitan el *jardín de los senderos que se bifurcan*.
Es impresionante cómo la cuna de la ingeniería social, que es USA, la implementó contundentemente y siempre dentro de su país, con un bombardeo tremendo, altas dosis de Nacionalismo basado en un cierre total de sus medios de comunicación, vedando así todo acceso a los habitantes de poder concebir de que afuera...existe otro mundo.
Ni hablar de la *educación* que reciben los norteamericanos, podrán imaginar cómo manipulan la historia del mundo como para que los futuros ciudadanos sigan aislados de ese mundo allende sus fronteras.
Y lo único que saben es casi nada, el grado de ignorancia de la mayoría de los norteamericanos con respecto al resto del mundo es de un grado tal que a veces se les nombra un país preguntando el nombre de su capital y no sólo desconocen cuál es su capital sino que directamente ni saben..que era un país.
Obviamente no se puede generalizar pero con la enorme mayoría ocurre ésto.
Las altísimas dosis de manipulación han sido sin dudas, muy bien combinadas en todos los frentes, las garantes de tener secuestrada la capacidad de discernimiento de sus ciudadanos que al parecer...están empezando a salir de la maldita burbuja.
¿Será tal vez la inserción de inmigrantes especialmente latinoamericanos?, podría ser en parte, lo dificulto porque la mayoría de latinos fugantes de sus países de orígen van a USa con ambiciones de alto grado materialista, pero tal vez en algún momento les renace algo que choca contra la idea de esa tierra prometida que se les vuelve hostil en la cual, siempre serán latinos de segunda para la gran mayoría blanca y conservadora de ese país.
¿Serán las redes y un alcance tal que derribe el cerco mediático norteamericano? es muy probable, lo vemos en todo el mundo, sin embargo a las redes las maneja el mismo sistema que los tiene encapsulados, ante lo cual, el paradigma quizás obedezca a múltiples factores que serían largos de enumerar.
Pero bueno...un delgado haz de luz comienza a iluminar el oscurantismo de ese país, y lo bien que le vendría al resto de los mortales, que al menos alguna vez..nos dejen vivir un tiempo...aunque sea un tiempo en paz.
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuente;
-rosarioplus
domingo, 10 de febrero de 2019
* Un hilo de luz en USA *
Publicado por
Gilgamesh
en
14:03
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2 comentarios :
Plus One.
A los USA, pareciera que su dios le hubiera encomendado el mando, la guarda y custodia de este planeta.
Muchas luces se ven por alli.....
Gracias BrO, fuerte abrazo.
Alejandro Arrabal Diaz; gracias hermano. Así es Ale, les han hecho creer que *ellos* son los garantes de los demenciales dictados de *su dios*, y así nos va..Ojalá la Luz entre en las mentes de éstos hermanos manipulados al extremo.Abrazo grande.
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