***Gran inicio de semana para todxs.
Era de noche pero comenzaba a amanecer.
Conducía mi motocicleta por la ruta rumbo a mi ciudad.
De repente por el flanco derecho, una nube negra que parecía tener vida impedía que el Sol incipiente despuntara al alba.
Una ráfaga de munición desconocida impactó imprevistamente a mi cuerpo, hasta que por fin pude ver que la nube negra y la munición no letal, eran..langostas.
Miles, millones de langostas pegaban contra todo, incluído yo y mi motocicleta, adelante la raya blanca que marca el pavimento ya no se veía.
Me ametrallaban sin que pudiera siquiera evitar la repulsión de sentir a esos bichos caminándome por todo el cuerpo, mi meta era no soltar el manubrio de la moto y llegar cuánto antes a destino.
La pesadilla no terminaba nunca, hasta que por fin llegué a mi barrio, mi casa.
Las calles estaban alfombradas de color negro, las mangas de langostas seguían arremolinadas en el cielo impidiendo que Febo hiciera la luz.
Arrojé la moto al suelo y corrí hacia la puerta de casa mientras aquellos frondosos árboles y plantas ya no existían, vegetación arrasada.
Introduje la llave en la cerradura y justo al entrar ...desperté.
Ese fué el extraño sueño que me abordó anoche, tan pero tan real y adrenalínico que una vez despierto me puse a revisar la casa buscando alguna langosta, hasta que por fin caí en que sólo...había sido un sueño.
Interpretar el misterio de los sueños nunca garantiza absolutamente nada pero yo lo relacioné con la ecología, con los ecocidas y sus demenciales experimentos, razón que me llevó a hacer éste post con apenas tres editoriales para compartir con ustedes.
Ojalá que sólo haya sido un incoherente sueño..
-Un puñado de empresas de Estados Unidos, Europa y China decide qué produce el agro mundial, cómo se alimenta la población y, al mismo tiempo, cómo se enferma y empobrece.
Son algunas de las definiciones del *Altas del agronegocio*, una investigación de fundaciones alemanas que denuncia con nombres propios el accionar de las compañías y la complicidad de los gobiernos.
El trabajo también derriba el mito de las multinacionales agrícolas: *El agronegocio =de transgénicos y agrotóxicos= no puede conservar al medio ambiente ni la subsistencia de productores, y tampoco puede alimentar al mundo*.
Un modelo fracasado.
La investigación denuncia el accionar de las empresas del agro, cerealeras, multinacionales de la alimentación y supermercados. De Alemania apuntan al accionar de Bayer y Basf; de Estados Unidos a Bunge, Cargill, Coca Cola, Dow, DuPont, Kraft y Monsanto.
De Gran Bretaña a la multinacional Unilever; de Francia a Danone y Carrefour; de China a ChemChina y Cofco; de Suiza a Glencore, Nestlé y Syngenta; de Países Bajos a Louis Dreyfus y Nidera. De Argentina aparecen las empresas Los Grobo, Don Mario, Biosidus y Cencosud =supermercados Vea, Jumbo y Disco=, entre otras.
El trabajo fue realizado por las fundaciones Heinrich Böll, Rosa Luxemburgo, Amigos de la Tierra Alemania-BUND, Oxfam Alemania, Germanwatch y Le Monde Diplomatique.
Sindica como *el moderno latifundio* al modelo de agronegocio, que desde finales del siglo XX avanzaron con la llamada agricultura industrial, de monocutltivos =principalmente palma aceitera, maíz y soja=.
Apunta a cuatro empresas que dominan el mercado de semillas y agrotóxicos: Bayer =que en 2018 cerró la compra de Monsanto=, ChemChina-Syngenta, Brevant =Dow y Dupont= y Basf.
En 2015 facturaron 85.000 millones de dólares y, según proyecciones de Bayer, llegarán 120.000 millones en 2025.
Cuestiona que las empresas del sector hayan asumido poca responsabilidad por las consecuencias de su accionar, que repercutió en el *hambre, el cambio climático, la sostenibilidad, la enfermedad y la injusticia*.
La investigación cuenta con un capítulo titulado *La república unida de la soja* =en base a una publicidad de la multinacional Syngenta, que así llamó a Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Brasil=.
*El papel de Argentina en la promoción del modelo agrícola industrial transgénico fue crucial.
Representó la cabecera de playa de esta expansión para la industria semillera y agroquímica mundial*, afirma.
Explica que jugó un rol clave el eje gubernamental. Denuncia la complicidad de la Comisión Nacional de Biotecnología-CONABIA, el Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria-SENASA, la Secretaría de Agricultura y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria-INTA. A más de 20 años de aprobar la primera soja transgénica, los mismos organismos aún bendicen los transgénicos y agrotóxicos en base a estudios de las mismas empresas que los producen y venden.
El trabajo también denuncia el rol de *pseudo-organizaciones técnicas* que publicitan las bondades del modelo pero ocultan las consecuencias.
Señala a la Asociación de Productores de Siembra Directa-APRESID, Asociación de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola-AACREA y las fundaciones Fertilizar y Producir Conservando.
Afirma que el modelo agropecuario actual es una *agricultura minera* que extrae nutrientes de los países sudamericanos y genera enormes impactos ambientales.
Precisa el rol de empresas que suelen pasar desapercibidas en el debate del agro mundial:
las exportadoras o, como llamó el periodista Dan Morgan, *traficantes de granos*.
Cuatro transnacionales dominan el sector:
Archer Daniels Midland-ADM, Bunge, Cargill y Louis Dreyfus.
Juntas son conocidas como el *Grupo ABCD*.
Su participación en el mercado mundial es del 70 %.
En los últimos años se sumó al grupo la china Cofco.
El mercado de alimentos también está en muy pocas manos:
50 grupos empresariales facturan la mitad de las ventas mundiales.
Las diez principales =sin incluir el sector bebidas= son Nestlé-Suiza), JBS =primer proveedor de carne mundial, de Brasil=.
Del tercero al sexto lugar son empresas de Estados Unidos:
Tyson Foods, Mars, Kraft Heinz, Mondelez.
Le siguen Danone-Francia, Unilever-Gran bretaña y las estadounidenses General Mills y Smithfield.
*Con la expansión de los consorcios multinacionales se modifican los hábitos alimenticios.
Los alimentos poco procesados son sustituidos por los ultraprocesados.
El sobrepeso, la diabetes y las enfermedades crónicas son sólo algunas de las consecuencias*, alerta la investigación, que se presentó en Europa, Brasil y Argentina, y contó con la participación local del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente-GEPAMA de la UBA.
También destaca la urgente necesidad de fortalecer mediante políticas públicas la agroecología =un modelo sin transgénicos ni agrotóxicos, con rol protagónico de campesinos, indígenas y pequeños productores= y resalta dos acciones históricas contra las multinacionales:
el boicot mundial contra Nestlé entre 1977 y 1984 por su engañosa publicidad de leche en polvo para bebés y la lucha de los pueblos fumigados de Argentina, que son la prueba viva de los impactos de los agrotóxicos en la salud y al mismo tiempo impulsan modelos de producción sin venenos.
Recuerda la epopeya de la localidad de Malvinas Argentinas-Córdoba, que luego de cuatro años de resistencia echó a Monsanto de su territorio.
El problema
Después de más de 20 años de controversia sobre los cultivos transgénicos y el cada vez más contundente rechazo de los consumidores, ahora la industria biotecnológica contempla una nueva estrategia:
diseñar y desarrollar nuevas modificaciones genéticas invasivas para controlar insectos, hierbas y crear nuevos monopolios.
Su plan consiste en utilizar lo que se denomina *impulsores genéticos* cuyo objetivo es habilitar organismos que diseminen automáticamente sus genes diseñados en hábitats y ecosistemas completos.
Estos organismos podrían =se afirma= extinguir algunas de las principales pestes agrícolas, reducir la necesidad de plaguicidas y acelerar los programas de obtención de nuevas variedades de ganado.
Según algunos de sus promotores, los impulsores genéticos podrían incluso ser compatibles con organismos no transgénicos y con la agricultura orgánica.
Los riesgos
La posibilidad de crear organismos invasivos capaces de esparcir genes de diseño en campo abierto, reedita uno de los peores escenarios imaginados con organismos transgénicos y lo convierte en una estrategia industrial deliberada.
Mientras que la primera generación de transgénicos esparció sus genes principalmente por accidente, los organismos con impulsores genéticos tienen por objetivo alterar el genoma de las poblaciones silvestres en el mundo real.
Su propagación sería deliberada.
Los científicos detrás de los impulsores genéticos apenas comenzaron a preguntarse qué pasaría si los genes no se comportan como sus modelos predicen.
¿Qué pasaría si, por ejemplo, genes dirigidos a producir esterilidad femenina =que han demostrado poder eliminar poblaciones de mosquitos en laboratorio=, se transfirieran a especies que polinizan nuestros cultivos o son fuente de alimento para aves, reptiles e incluso humanos?
¿Qué pasaría si genes benéficos se desactivaran o si la alteración genética modificara los patrones o incrementara la incidencia de enfermedades?
La lógica detrás de la insistencia en usar impulsores genéticos en agricultura asume que problemas extraordinariamente complejos del sistema alimentario pueden resolverse de forma simple con innovaciones de alta tecnología.
Los actores
Actualmente, los proyectos conocidos para el desarrollo de impulsores genéticos reciben un financiamiento conjunto que asciende a 250 millones de dólares, provenientes principalmente de la Agencia Militar de Proyectos de Investigación Avanzada del gobierno de Estados Unidos-DARPA, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Tata y el Proyecto de Filantropía Abierta de Facebook.
Pese al enorme financiamiento de la DARPA, los principales promotores de los impulsores genéticos reconocen en privado y en sus patentes que su objetivo comercial está en los agronegocios.
Entonces no sorprende que esté creciendo una red de investigación de bajo perfil sobre impulsores genéticos para usarse en agricultura.
Grandes empresas de los agronegocios, como Monsanto-Bayer, Syngenta-ChemChina, DowDuPont =ahora llamada Corteva Agriscience= y Cibus acechan en las sombras de las discusiones sobre las políticas para los impulsores genéticos, aconsejadas por científicos y asesores de relaciones públicas para mantenerse, por ahora, con un bajo perfil.
Las políticas
Los impulsores genéticos están diseñados para invadir, persistir y propagarse.
Sus desarrolladores afirman que podrán confinarlos o controlarlos, pero estas presunciones retóricas deben demostrarse y someterse a riguroso escrutinio. Entretanto, la justicia y la precaución demandan una moratoria a cualquier tipo de liberación de estos organismos en campo abierto.
Deben acordarse y ponerse en práctica reglas internacionales estrictas para el manejo de impulsores genéticos en investigaciones en laboratorio, lo mismo que para su contención, antes de seguir adelante con la investigación, incluso en laboratorios.
Actualmente ya hay todas las condiciones para desarrollar organismos con impulsores genéticos sin someter el proceso a ningún tipo de regulación de bioseguridad.
Tecnologías que se originan en el laboratorio, como los OGM =y ahora los impulsores genéticos=, omiten las profundas injusticias y desequilibrios de poder que exigen respuestas políticas y escrutinio democrático, en vez de paliativos tecnológicos.
En los ámbitos nacional e internacional, falta abordar las preguntas sobre evaluación de las tecnologías y consentimiento social.
El Convenio sobre Diversidad Biológica-CBD de la Organización de las Naciones Unidas ya colocó la gobernanza de los impulsores genéticos en el centro de sus deliberaciones.
Los tópicos que tiene pendientes el CBD son la posible moratoria a los impulsores genéticos, así como la necesidad del consentimiento previo, libre e informado de los afectados, en primer lugar los campesinos.
Este informe se publica como una alerta a los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y los movimientos sociales en todo el mundo.
Señala cómo al tiempo que se promueven para la medicina y la conservación, los OIG encontrarán su uso real en la producción de alimentos y la agricultura industrial.
Este informe llama a poner pausa a la investigación aplicada en impulsores genéticos y a detener sus liberaciones al medio ambiente, hasta que se haya realizado un proceso público, exhaustivo y amplio de diálogo y se establezcan reglas para asegurar un consentimiento claro y la defensa de la soberanía alimentaria.
Seis ejemplos en el informe que presentamos:
-Impulsores genéticos para insectos, gusanos y otros organismos considerados plagas, para *distribuir* esterilidad como alternativa biológica a los plaguicidas.
-Impulsores genéticos como herramienta para el mejoramiento y la crianza en la producción de carne vacuna.
-Genes de auto-extinción, distribuidos con impulsores genéticos en ratas y ratones así como en escarabajos que afectan el grano almacenado
-Hay propuestas para equipar abejas =apis= con impulsores genéticos para controlar sus comportamientos de polinización mediante rayos luminosos
-Se está investigando el diseño de impulsores genéticos en las especies más comunes de plantas consideradas malezas para hacerlas más susceptibles a herbicidas como Roundup.
-El análisis de dos patentes clave sobre gene drives muestra que cada uno refiere entre 500 y 600 usos agrícolas, incluyendo marcas de 186 herbicidas, 46 plaguicidas, 310 insectos considerados plagas agrícolas, nematodos, polillas y otros.
-No soy aficionado a las carreras de coches pero me he informado.
En 1950, cuando un coche entraba en boxes para cambiar las ruedas tardaban 1 minuto en completar la operación.
Los operarios aprovechaban para limpiar el parabrisas, darle un trago al conductor y comentaban como iba la carrera.
Ahora, la misma operación no alcanza ni los dos segundos. No hay tiempo ni para intercambiar una mirada.
En algo similar se ha convertido la industria cárnica y muy especialmente la porcina.
Una loca carrera para producir el mayor número de cerdos por minuto.
Como ferraris se seleccionan las cerdas más prolíficas consiguiendo que en los últimos 30 años se haya pasado de cerdas con capacidad de parir 18 lechones por año, en dos partos, a cerdas con una productividad de casi 30. Para contabilizar la eficacia de una granja, como la clasificación de la vuelta rápida, se utiliza el parámetro de días no productivos por ciclo, donde se mira de reducir al máximo los días en que la cerda ni está preñada ni está lactante.
En términos económicos, los días en los que las hembras de una explotación incurren en gastos sin generar ingresos.
En los últimos 15 años, se ha logrado reducir 2,72 días por año, que es como reducir un segundo en los 100 metros lisos.
Pero donde se hace más evidente esta competición es en el acto más cruento de la producción:
el sacrificio y faenado.
Si en los años 90 ya se había alcanzado la astronómica velocidad de sacrificar y despiezar 6 cerdos por minuto, las nuevas instalaciones con maquinaria robótica, trabajar con varias lineas en una misma instalación, junto con las exigencias que se les imponen a las personas trabajadoras de esta cadena industrial, permiten velocidades de 22 cerdos por minuto.
1 cerdo cada 3 segundos.
El matadero más grande de Europa
La próxima instalación de estas características se inaugura de aquí pocos días en Binéfar-Huesca.
Como podemos leer en su página web, https://www.literameat.eu/ se trata del matadero más grande de Europa preparado para el sacrificio y procesado de 32 mil cerdos al día, 1 cerdo cada 3 segundos.
Su objetivo dice literalmente es *matar 7 millones de cabezas de cerdos por año*.
Muchas voces se han levantado contra el proyecto que no se ha logrado detener.
Aunque en Binéfar y la comarca de La Litera no haya problemas de desempleo, la cifra de generación de 1600 puestos de trabajo ha facilitado el beneplácito de todas las administraciones.
Poco parece preocupar que el proyecto esté liderado por el grupo italiano Pini con gravísimos antecedentes delictivos en negocios similares de mataderos en Italia, Polonia y Hungría, donde las denuncias son incontables. El diario Público, en un exhaustivo reportaje, ha recogido declaraciones de sus antiguos trabajadores;
*El propio Piero Pini, el presidente del grupo, nos llamaba *los esclavos blancos*, tenía razón, éramos esclavos.
No había tiempo para mirar atrás en la cadena.
Jamás se detenía la carne que llegaba por la cinta. Cuando venían visitantes, reducían la velocidad de la correa a doscientos cerdos por hora, pero en condiciones normales, iba mucho más rápida.
A veces trabajamos hasta la una de la madrugada y debemos regresar el sábado a las cuatro de la mañana. Si no vienes te despiden, así que uno trabaja intimidado por las amenazas permanentes de perder tu puesto de trabajo*.
Y todo indica que, como ocurre en otros mataderos del estado, Pini y su matadero de Binéfar, mantenga este tipo de régimen esclavista a partir de la escaramuza de no emplear directamente a sus operarios y hacerlo a través de las denunciadas falsas cooperativas.
Si la administración no se ha visto interpelada por el tipo de empleo que está promoviendo, cosquillas le harán las preocupaciones desde la perspectiva ambiental que genera un matadero de estas características y menos aún le influirá las reivindicaciones que llegan desde los grupos animalistas.
En cualquier caso, yo quisiera añadir un factor más a tener en cuenta.
La burbuja de los cerdos
Aragón produce una décima parte de toda la industria porcina del Estado que en los últimos años no cesa de expandirse, alcanzando en el año 2017 una cifra de negocio total de 15.000 millones de euros.
España es la tercera potencia en cuanto al comercio mundial de productos de porcino, y la cuarta en producción final de toneladas de carne, solo por detrás de China, EEUU y Alemania.
En total, se sacrifican al año unos 50 millones de cerdos, produciendo unos 4,25 millones de toneladas de carne, de los cuales un 55% se exportan a la Unión Europea, China y otros países asiáticos.
Desde esta primavera, Don Piero, para que le salga beneficiosa su cuenta de resultados, querrá que se engorden 7 millones de cerdos más en España, para matarlos en su matadero, para despiezarlos y en bandejas, frescas o congeladas, distribuirlos por todo el mundo, sobre todo en los mercados asiáticos.
Entonces, como diría el poeta, *decidme en el alma*
¿de dónde saldrán 7 millones de nuevos cerdos?
De las almas jornaleras, mayoritariamente migrantes, trabajando a destajo en la multiplicación de macrogranjas de cerdos que estamos viendo se diseminan como una plaga por todo el territorio, con muy poca regulación y control, siendo responsables de la contaminación de la tierra por los purines, de los acuíferos por nitratos o de la generación de resistencias a los antibióticos por su uso abusivo en el engorde de esta ganadería industrial.
No es entonces suficiente levantar la voz sobre las administraciones, debemos interpelarnos como sociedad sobre los modelos económicos que estamos permitiendo. Personalmente mi opinión pasa por avanzar mirando hacia atrás.
Avanzar, volviendo a proteger y a valorar la ganadería a pequeña escala, la del cerdo alimentado con los restos de la granja o la de rumiantes aprovechando los pastos de los montes.
Granjas a pequeña escala que, en los últimos diez años, con la expansión de las macrogranjas, han cerrado al ritmo de 4 por día.
En manos de quiénes estamos..
Ésto, si no lo paramos los ciudadanos, el Pueblo, no lo para nadie, pero lamentablemente dificulto que así sea mientras el ciudadano siga en su burbuja de felicidad virtual entretenido con el teléfono móvil.
Depredadores...a imágen y semejanza..
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-pagina12
-etcgroup
-gustavoduch
Plus One.
ResponderEliminarJugando a ser como los dioses...., replicando el error....
Gracias.
Fuerte abrazo.
ya lo creo, pero para ,estupideces no tienen limites.
ResponderEliminarmira esta noticia.
https://actualidad.rt.com/viral/307548-alemania-incautar-vender-ebay-perro-familia-pagar-impuestos
ResponderEliminarAlejandro Arrabal Díaz; así es Ale, aprendices de demiurgos. Gracias, abrazo.
Oscar301; No...que HDRP....mirá que hay que ser eh...Un asco todo..., gracias Oski uno ya no sabe con qué nos van a sorprender..Abrazo.