***Muy buena noche de Lunes para todxs.
Continuamos compartiendo sobre éste tema de la tecnología 5G y más allá de las ya evidentes pruebas de su nocividad, también nos sirve para comprender el poder de los poderosos, para quienes Don Dinero...es lo primordial.
Modifiquen o no todo aquello que hace a la regulación y la prevención, lamentablemente gran parte de la humanidad ya está atrapada por éstas tecnologías y será muy difícil, no imposible pero sí titánico diría, lograr revertir ésta adicción que va mucho más allá de los riesgos en la salud física, si no...del comportamiento social, individual y global.
José Manuel López-Menchero González, responsable técnico de *Enamormonía Salud Geoambiental en Sevilla*.
Técnico analista en Salud Geoambiental.
Geólogo especialista en Geobiología y Contaminación por campos electromagnéticos.
-La aparición de las nuevas tecnologías ha supuesto un importante avance para el desarrollo de nuestra sociedad, facilitando el acceso a la información y la comunicación de tal modo que experimentamos la sensación de tenerlo todo en la palma de nuestra mano.
Sin embargo, herramientas tan útiles como el teléfono móvil o las redes sociales pueden convertirse en un problema cuando su uso pasa a ser excesivo.
Y es que un uso abusivo de esta tecnología nos expone durante cada vez más tiempo a la radiación electromagnética que emiten, aumentando el riesgo para nuestra salud por sobreexposición.
Y es que el uso de los teléfonos móviles y la salud de nuestros jóvenes dependen de ello.
Se ha convertido en algo habitual ver a gente paseando por la calle sin levantar la cabeza de la pantalla de su teléfono, desconectadas del mundo que les rodea o ver alteradas las comidas entre amigos o familiares con decenas de sonidos de alerta o con niños pegados a la pantalla de un móvil mientras sus familiares pueden *disfrutar tranquilamente* de la comida.
Las relaciones interpersonales han pasado a un segundo plano desplazadas por las pantallas.
Expresión de sentimientos, resolución de conflictos o declaraciones a través de un cristal que luego no llegan a ser reproducidas cara a cara, se suman a la ya mencionada exposición a las radiaciones electromagnéticas.
Es necesario seguir la evolución del uso del teléfono móvil en la actualidad, saber qué está pasando, sobre todo con nuestros niños y jóvenes pues como ya sabemos, los niños y niñas son particularmente sensibles a estas ondas electromagnéticas, y el período de exposición, empezando a tan corta edad es muy prolongado.
Diferentes estudios muestran que *una señal =electromagnética= determinada es absorbida dos veces más profunda en la médula gris y la corteza cerebral de un niño o niña frente a un adulto=.
Desde la Fundación Vivo Sano =organización con la que colaboro regularmente= hemos consultado a mil alumnos de sexto de Primaria y Secundaria de la Comunidad de Madrid en el marco de la campaña *Salud Ambiental en la Escuela* durante el pasado curso escolar que, a través de los talleres *Comunikt cn kbza*, busca concienciar a los niños sobre el buen uso de las nuevas tecnologías.
La mitad de los estudiantes de Secundaria utiliza el móvil más de tres horas al día, mientras que solo un 16 % de los alumnos del último curso de Primaria admite que usa tanto tiempo el teléfono.
La encuesta se realizó en el último trimestre del curso 2017-2018 respondiendo a la recomendación que hizo el Consejo Europeo en el año 2011 a los Estados miembros para desarrollar campañas de información sobre los *riesgos específicos del uso precoz, indiscriminado y prolongado de los teléfonos móviles y de otros dispositivos* especialmente entre niños y adolescentes.
Hoy día es evidente que no podemos pretender que los adolescentes prescindan del móvil, pero es necesario que sepan utilizarlo de manera prudente no solo para prevenir adicciones, sino también por su salud.
Actualmente la mayoría de los adolescentes viven absolutamente pendientes del teléfono, hasta el punto de que muchos de ellos duermen con él debajo de la almohada por si a algún amigo se le ocurre mandar algún mensaje durante la noche.
El punto de inflexión respecto al uso de dispositivos se produce a los 13 años, cuando pasan de educación Primaria a educación Secundaria.
En sexto de Primaria, aunque el 73 % de los chicos tiene móvil, más del 80 % lo utiliza menos de tres horas al día =un 43 % menos de una hora y un 41 % entre una y tres=-, según el estudio realizado.
Sin embargo, en Secundaria, el número de chicos que lo utilizan más de tres horas se dispara hasta el 51 % en una etapa en la que el 96 % de los encuestados tiene un móvil propio.
Esto es algo normal porque comienzan a salir y, los padres que se han conseguido resistir a la presión hasta este momento acceden a que tengan uno no solo porque los chicos lo quieran para relacionarse, sino porque el geolocalizador les permite saber dónde está el adolescente, y esto les da una enorme tranquilidad.
Aunque los móviles cada vez son más sofisticados, el campo electromagnético que emiten cuando están en uso no se ha reducido, lo que hace recomendable que, apelando al principio de precaución, los chicos adopten una serie de medidas para evitar una exposición excesiva.
En los talleres *Comunikt cn kbza* se les aconseja llevar los dispositivos alejados del cuerpo, usar filtros para pantallas y cuando no se utiliza, ponerlo en modo avión.
En el caso de que vayan a hablar durante mucho tiempo, se les anima a utilizar cascos y otros dispositivos que permitan mantener una conversación con el móvil alejado de la cabeza.
Por la noche, la primera recomendación es no dormir con el móvil debajo de la almohada y, si se deja en la mesilla, ponerlo en modo avión.
Aunque no estén funcionando, los móviles emiten una pulsación cada cierto tiempo buscando la antena, lo que crea una onda que interfiere en la glándula pineal y puede alterar el sueño.
El uso que se hace del teléfono móvil en la joven sociedad actual es muy alarmante ya que la frecuencia con la que se entra en contacto con el aparato es cada vez mayor y a más temprana edad.
Si no perdemos de vista que estos jóvenes de los que hablamos tienen edades básicas de crecimiento y socialización vemos que el problema es aún más grande.
Estamos creando una generación de niños que vive con un teléfono en la mano y la mirada fija en una pantalla.
Queremos despertar en toda la gente el mismo interrogante que se ha despertado en nosotros sobre el uso de los teléfonos móviles, ser capaces de generar una duda ante una situación tan generalizada como la actual, y por otra, crear el convencimiento de que podemos tener una sociedad mejor, más sana y protegida de la exposición a campos electromagnéticos.
-Aunque se quiera ocultar, miles de estudios señalan problemas de salud ligados a las telecomunicaciones inalámbricas
Este artículo forma parte de un debate entre Esther Samper y Ecologistas en Acción.
Habiendo miles de estudios que encuentran efectos biológicos adversos provocados por los campos electromagnéticos de las telecomunicaciones, las investigaciones que no los encuentran se vuelven irrelevantes.
Las investigaciones patrocinadas por la industria nunca encuentran efectos biológicos adversos, mientras que los trabajos independientes constatan estos efectos con mucha frecuencia.
Es claro que hay una fuerte polémica entre defensores y detractores de la inocuidad de la contaminación electromagnética generada por las telecomunicaciones móviles, un asunto que no se puede desligar de unos fuertes intereses empresariales, como luego comentaremos.
El último capítulo de este debate lo ejemplifica el artículo de Esther Samper publicado en el diario.es cuestionando los argumentos de Ecologistas en Acción y la necesidad de aplicar el principio de precaución.
A la autora no le sirven los experimentos de laboratorio porque no son en humanos y tampoco le sirven los estudios epidemiológicos porque pueden estar sujetos a distintas variables.
Desde su punto de vista no hay evidencia científica que no sea objetable bien por el tamaño de la muestra, por la extrapolación, la relación dosis respuesta o cualquier otro subterfugio para restar valor a los estudios que demuestran los efectos que se pretende negar.
Pero lo cierto es que los experimentos en laboratorio y con cultivos celulares, con animales y epidemiológicos en humanos ya han comprobado sobradamente que los campos electromagnéticos generados por las telecomunicaciones tienen efectos negativos en el funcionamiento biológico de los seres vivos.
Manejos de la industria
En el Proyecto Reflex tenemos un claro ejemplo de los manejos de la industria para socavar la información científica cuando es contraria a sus intereses.
Las revistas que publicaron los estudios que encontraron efectos genotóxicos dentro de Reflex recibieron presiones para retirar los artículos y los investigadores que las realizaron sufrieron una campaña de desprestigio que acabó en los tribunales, donde las investigaciones se demostraron legítimas y las acusaciones falsas.
En lo relativo a los daños en el ADN hay investigaciones anteriores, como las de Henry Lai, que también sufrió la persecución de la industria, y multitud de estudios posteriores que lo han constatado.
Por supuesto hay también múltiples investigaciones financiadas por las compañías de telefonía que no han encontrado dichos efectos en el ADN.
Y es que las investigaciones patrocinadas por la industria de telecomunicaciones nunca detectan efectos o no son estadísticamente significativos, mientras que los trabajos independientes mayoritariamente sí que los encuentran.
En cuanto al cáncer hay que decir que además de los estudios epidemiológicos de Lennart Hardell, que llevaron a la IARC a clasificar la radiofrecuencia de telefonía como posible carcinógeno, dentro del Estudio Interphone hubo varias investigaciones que encontraron esta asociación entre móvil y cáncer.
El citado proyecto Interphone =con financiación de la industria= es otro ejemplo de controversia entre los científicos afines a las compañías de telefonía y los independientes.
Mientras que en sus conclusiones generales Interphone afirma que no se pudo demostrar la asociación entre móvil y cáncer, varios científicos del proyecto, incluida su presidenta hasta casi la finalización del mismo, Elisabeth Cardis, consideran lo contrario, como se demuestra en los datos recogidos en su Apéndice 2.
Con posterioridad los trabajos de Hardell fueron confirmados por el estudio CERENAT, en el que se encontró hasta tres veces más riesgo de ciertos tipos de tumores para los usuarios habituales de móvil.
Por supuesto, de nuevo, hay varios estudios vinculados a la industria que no encuentran la relación entre móvil y cáncer, realizados fundamentalmente con una variable independiente que no discrimina el uso real de los sujetos, como es el caso del estudio de cohorte danés muy citado entre quienes niegan la relación entre móvil y cáncer. No obstante, hay que señalar la dificultad para realizar los estudios epidemiológicos, especialmente hoy día que toda la población está sometida a diversas fuentes de radiación electromagnética;
de modo que si no se evalúa bien la exposición real de los sujetos no es posible llegar a resultados significativos.
Por eso los estudios epidemiológicos, sobre todo aquellos a muy largo plazo, son los preferidos por la industria:
son más fáciles de manipular para que arrojen los resultados deseados;
y si no es así siempre se les puede acusar de estar mal diseñados, haberse hecho trampas, *interpretar* los resultados, o simplemente guardarlos en el cajón.
Pero el nivel de evidencia en cuanto al cáncer en relación a los campos electromagnéticos artificiales de las telecomunicaciones es tal, con estudios epidemiológicos, en el laboratorio y con animales, así como la existencia de teorías explicativas que varios científicos =especialmente tras los resultados con ratas del NTP y del estudio Ramazzini= están demandando una revisión de la clasificación de la IARC para las radiofrecuencias.
Miles de estudios justifican sobradamente el principio de precaución
La autora acusa a Ecologistas en Acción de hacer cherry picking, cuando en realidad es ella quien realiza tal práctica.
Cuando hay varios miles de estudios que han encontrado efectos adversos provocados por los campos electromagnéticos por debajo de los límites propuestos por organismos internacionales como la ICNIRP y el IEEE =seguidos por la mayoría de países=, hablar de estudios que no encuentran tales efectos es el mayor ejercicio de cherry picking que se puede realizar:
una vez demostrado que esos efectos existen, las investigaciones que no los encuentran se vuelven irrelevantes.
De aquí el gran interés de los *negacionistas* en buscar cualquier atisbo de pega =de diseño, estadísticas o epistemológicas= a las investigaciones que demuestran esos efectos perniciosos.
También se apela a una falacia muy típica:
la autora pretende apoyarse en la física para negar los peligros de la contaminación electromagnética.
Como debería saber, hay cosas que la física puede explicar y otras que no.
La física puede decirnos cómo la energía electromagnética actúa a un nivel de la materia y de las partículas, pero no puede predecir cuál va a ser la respuesta biológica de los organismos vivos.
Por ser no ionizante, la radiación electromagnética no significa que sea inocua.
De hecho algunos investigadores están apuntado que la división ionizante no ionizante no sirve para hablar de efectos biológicos, y que algunos efectos en el corto plazo y a baja intensidad para la energía ionizante los podemos encontrar en el largo plazo y para las exposiciones continuadas a la radiación no ionizante.
Ante esta situación, una vez más, es de sentido común pedir la aplicación del principio de precaución, lo que significa que cuando hay un posible riesgo para el medio ambiente o la salud en una situación de incertidumbre científica =aunque ante la abundancia de estudios, más bien la evidencia es hacia la peligrosidad= se tomen las medidas apropiadas para prevenir posibles daños.
Pero aquí, como ya pasó con el tabaco, con el cambio climático y con tantos otros problemas, estamos en una controversia alimentada desde los intereses de enormes empresas con mucho poder.
Lo mínimo que se debe reclamar, por tanto, es algo tan evidente como la defensa de la salud y el medio ambiente, con la adopción de normativas más restrictivas para las emisiones electromagnéticas y de campañas de información a los usuarios sobre las prácticas de menos riesgo en el uso de unas tecnologías de la telecomunicación que se están implantando de manera acelerada.
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-enarmoniasaludgeoambiental
-avaate
Plus One.
ResponderEliminarAqui en españa...., ya esta previsto el encendido del 5G, a partir del proximo dia 15 de este mes, de la mano de "robafone", en varias capitales de provincia.
https://www.xatakamovil.com/vodafone/5g-vodafone-esta-aqui-preguntas-respuestas
Al parecer con apenas un 50% de cobertura en esos sitios donde comiencen a operar y en frecuencias aun bajas para no comprometer la potencia.
Total...., un experimento hasta que el gobierno subasye mas frecuencias hasta alcanzar el pico de emision en los 25 gigahercios....
En mi precaria sapiencia en esta tecnologia, pienso que mientras no suban a esas frecuencias tan milimetricas...., parte de ese efecto secundario no deseado tan dañino del electromagnetismos por ondas, no sera tan perjudicial como se pronostica...., no siendo por ello, menos molesto para las personas que padecemos esas molestias a dia de hoy con el 4G y demas.
Pero como necesitan tener cobertura en el 100% del territorio, pues ahi si tendremos ese pronostico de daño, porque tendran que cubrir toda esa area con multitud de antenas, que en el caso de las ciudades, lo tendran facil instalando antenas cada 100 metros en farolas de alumbrado publico, altos de pisos y demas, porque a esa frecuencia el indice de penetracion de muros es muy escasa...., mientras fuera de los nucleos urbanos, saciaran la cobertura mediante alta frecuencia satelital, porque no van a poner antenas en cada arbol o arbusto para mantener la señal operativa para el que pase por ahi....
Total..., las cartas estan echadas y nadie sabe a que vamos a jugar..., pero algunxs, ya estan pensando en comprarse a plazos esos diabolicos terminales castradores mentales.
Gracias.
Fuerte abrazo.
ResponderEliminarLEHAIM; jaja..*ROBAFONE*, *CASTRADORES MENTALES*. Gracias por compartir tu testimonio, nunca mejor que ustedes mismos para atestiguar lo que están viendo y conociendo. Coincido Bro, mientras no eleven potencia o frecuencia todo medianamente bien, el problema es cómo lo medimos o controlamos nosotros, porque ellos..no nos van a avisar cuando le den con el potenciómetro a todo culo.
El otro día, a la vuelta de casa me sorprendí porque algo emergía entre los caseríos que me parecía, modificaba la geografía visual.
Y sí...un pedazo de tubo a no sé..20/30 metros de altura enclavado entre las casas...una de esas antenas, y eso que éste es un barrio medio pobretón, pues claro...me pregunto cuánto le habrán pagado al pobre que les permitió instalar la antena en su terreno..
Así no será difícil corromper a los don nadie, total..je.
Qué locura todo..
Gracias Ale, abrazo.