* El gallinero electoral; Argentina *

***Feliz inicio de semana para todxs.

Hay un tiempo para llorar y otro para reír, eso es lo que arrojaron las elecciones en mi país.
Pero para quien escribe siempre es un tiempo de reflexión, esa que intenta ser lo más neutral posible =aunque sea imposible= con los pies sobre la tierra evitando que los deseos suplanten a la realidad.

Jornada electoral memorable, limpia, en paz y con una participacion ejemplar, casi un 81% de los habilitados se presentó a ejercer su derecho al voto.
Veo 3 puntos importantes a la hora de analizar ésta derrota del modelo neoliberal que apenas pudo durar un período, o si se quiere el retorno de un modelo nacional y popular que bien muerto se pensaba pero que sigue más vivo que nunca.
En concreto el objetivo principal se ha cumplido;



Se va un gobernante y sus adláteres que han causado el estrago más doloso de la historia política argentina, estrago que ni siquiera puede ser edulcorado con una sola medida exitosa, el estrago hacia las mayorías es el éxito de una pequeña minoría.

Del triunfo de la fórmula FF es épica teniendo en cuenta que no sólo luchó con los medios masivos que hicieron un amplio trabajo durante éstos 4 años, sino además contra la andanada de persecución política con la complicidad de un sistema judicial que, pese a disponer de todo el poder, no pudo condenar con pruebas, la condena fué puramente mediática, y los medios no juzgan, juzga la Justicia.



Y es épico el triunfo porque se dió en primera vuelta evitando así un balotage, había que superar el 45% de los votos o en su defecto sacarle diez puntos de ventaja al segundo.
Aún resta un escaso porcentaje por escrutar, tenemos una victoria de FF con un 48,1% contra un 40,4 % del CEOgob , lo cual arrojará aproximada y finalmente un 50% contra un 40%.
Sea como fuere el final numérico servirá simplemente para un análisis más profundo.

El tercer análisis necesario es que una cosa es la expresión del deseo y otra la realidad;



La imágen anterior debe remitirse a una expresión de deseo porque la realidad indica que, con un 40% conseguido por el perdidoso CEOgob, de ninguna manera está garantizado el final del neoliberalismo en Argentina.

Es increíble que pese a provocar un estrago de proporciones bíblicas ésta gente haya conseguido un apoyo de semejante porcentaje, que lejos estuvo de la elección previa de Agosto donde la diferencia era mucho mayor, diferencia que el oficialismo logró reducir notablemente, no así la inevitable derrota en primera vuelta.

Un 50% contra un 40% sigue mostrando a una población muy polarizada, entre éstos contendientes se acapara el 90% del electorado, quedando escuálida la izquierda con un 2,2%, situación que no le incomoda, le sienta bien ya que nunca tiene como opción gobernar sino ser oposición a todo aún en minoría paupérrima.

Peor situación para dos candidatos de derecha neoliberal y más extrema, que entre ambos no logran alcanzar ni un 4%, finalmente el que ha salido tercero pero muy lejos, grupo *centrista* si se quiere con un inútil 6,2%.

Con éste panorama quien crea que el neoliberalismo está acabado definitivamente, se equivoca.

Ese 40% sigue contando con gente que sin ser autoconcebida como de derecha ni pertenecer al selecto grupo de la élite, vota por odio aunque haya sido perjudicada notablemente.
Es el curioso caso del *pobre de derecha* a quien la ignorancia y el odio lo ponen como mano de obra gratuita a la hora de votar, al servicio de su propio verdugo.

Con todo ésto la *batalla cultural* sigue vigente, la famosa *grieta* potenciada por la élite goza de buena salud lamentablemente, y con total sinceridad puedo decir que éste panorama, pese a la derrota del CEOgob en los comicios, es desalentador a la hora de imaginar un futuro a 4 años vista, en el cual ésta runfla puede regresar.

La desmemoria es algo que habrá que combatir y no es fácil, quien crea que ahora solo queda festejar y disfrutar por la salida de ésta élite depredadora, no ha entendido nada.



Viendo el mapa se advierte que las únicas provincias donde se concentra ese 40% neoliberal es en las más poderosas, tanto en cantidad de habitantes como en la riqueza, quedando el Norte y el Sur que son las provincias menos habitadas y más débiles, la garantía de resistencia al modelo nefasto.

Éste triunfo es posible gracias a pequeñas pero muchas voluntades del Norte y el Sur, más la paliza que sufrió el neoliberalismo en la más grande de todas, en Buenos Aires.
Poco más de 12 millones de argentinos le dijeron no al modelo neoliberal, casi 10 millones le dijeron sí..

Casi 3 millones ni una cosa ni la otra sumando a los partidos restantes, ante lo cual si bien el triunfo es más que importante, la diferencia de 2 o 3 millones....es nada en el universo electoral a la hora de corroborar el grado de toma de consciencia de la población total habilitada para votar.

La batalla cultural, creo, sigue perdida mientras el neoliberalismo tenga cuatro años ahora como oposición con un aparato mediático intacto y dispuesto a comenzar con su ya conocida demolición del que ahora gobernará a partir del 10 de Diciembre.

El fracaso neoliberal en éstas elecciones es un hecho pero su éxito va más allá de dicha derrota.
Quienes ganaron en el 2015 mintiendo a más no poder, se van ahora pero conservando una base bastante sólida que les dará aliento para intentar regresar en la próxima dentro de 4 años.

Usaron a Venezuela desde un discurso que francamente nunca nos perteneció, ante lo cual podemos ver que el mandato de éstos arcontes va más allá de nuestras fronteras y obedece a un poder neoliberal mundial.

A la medianoche mientras medio país se manifestaba aún en las calles masivamente por el triunfo, el CEOgabinete económico tomó medidas para evitar el estallido del dólar ante su derrota.

¿Qué hizo? aplicar un *cepo* o restricción a la compra-venta de dólares lo cual se da de bruces con su discurso neoliberal de siempre, ese del *libre mercado*.
El desastre al que llevaron a ésta nación es tan grande que finalmente terminan siendo y haciendo lo que condenaban.

Amenazaban de que Argentina sería como Venezuela si no los votaban a ellos, y ahora ante la derrota y la iliquidez que dejan en el Tesoro Nacional es tan alarmante que han aplicado semejante restricción cambiaria, se permite solamente una compra mensual de 100 dólares al contado y 200 vía bancaria, un súper cepo, el más grande, que ni siquiera es comparable al que ellos le criticaban al gobierno anterior.

La hipocresía de éste modelo es tan evidente que ha quedado atrapado en su propia dialéctica y accionar, a lo cual podría agregarle también aquello de;
*Se cree el ladrón que todos son de su misma condición*.

Y éstos grandes estafadores de guante blanco que ganaron en el 2015 mintiendo y acusando de ladrones a sus opositores, son quienes van a desfilar por tribunales uno por uno, y tendrán que explicar adónde están las fortunas con las cuales endeudaron escandalosamente al país con la complicidad del FMI.

Aún así...ya ven...todavía hay un 40% que le sigue creyendo...
Ese 40 % concentrado en las provincias más ricas son quienes se ven perjudicados luego de regalarles su voto, porque al restringirles la compra de dólares a granel, rompen ese contrato idílico del libre mercado, quienes acumulan riqueza y la multiplican jugando al casino cambiario.

Todo vuelve...todo *te regresa* de acuerdo a lo que das o dejás de dar, y éstos psicópatas ya están cosechando lo que han sembrado, más allá de que hasta el Domingo inclusive lograron seguir engañando a quienes les concedieron una oportunidad.

Somos casi 45 millones de argentinos, casi 34 millones los habilitados para votar, de los cuales se presentaron a hacerlo 26 millones y medio, ante lo cual resulta que unos 8 millones...no se presentaron a ejercer su deber cívico.

De los 26 millones y medio que sí votaron, unos 600 mil votaron en blanco o anularon su voto.
Analizando ésto tenemos a 8 millones y medio de compatriotas que les importa un bledo la democracia, a 26 millones que sí les interesa, de los cuales 12 millones y medio hemos decidido quién gobernará éste país los próximos 4 años.
Es decir que el destino de un país queda reducido casi a la cuarta parte de su población o si se quiere mejor, a la tercera parte del universo de votantes habilitados.

Una tercera parte concebimos de una forma, otra casi tercera parte la concibe de una manera opuesta a la primera, y a una final tercera parte todo le da igual.

Así es muy difícil gobernar con el peso necesario que merece semejante empresa social, porque es en definitiva un gobierno, más, la sociedad.
El voto es un derecho y un deber a la vez, es obligatorio, pero aún así una tercera parte no va a votar, las sanciones nunca fueron efectivas para los desertores, ante lo cual podríamos especular con que aplicando sanciones severísimas al desertor, los guarismos tan divididos podrían aglutinar más poder de decisión , sin embargo si ese tercio de desertores fuera a votar, seguramente lo haría en blanco o anularía adrede su voto.

Ante ésta realidad que no posibilita acuerdos de una sociedad dividida claramente en tres partes, habría que recordarle a los apáticos de la tercera posición, que su *no voto* no les permite vivir en un país exclusivo para ellos, no lo hay, y ante ésta posición sin compromiso alguno solo me lleva a sentir de parte de ellos, un egoísmo que resulta ser peor a lo que determinen A o B, más allá de sus marcadas diferencias entre sí, cuando eligen con su voto.

Tanto A, como B, como C, tenemos que convivir en el mismo país, nos guste o no lo que las mayorías decidan, por el momento no existen tres países en uno, para quienes conciben todo de acuerdo a sus pretrensiones, lo cual debería hacernos reflexionar sobre aquello de *odios y amores* que lamentablemente se antepone a desear lo mejor para la gran mayoría.

Y es que hay una gran diferencia en ésto de *concebir* una vida en comunidad.
Soy de los que creen firmemente en que por más que uno esté bien o medianamente bien, de ninguna manera se puede disfrutar viendo miseria e injusticia alrededor, sin embargo hay quienes por el contrario, estando bien disfrutan viendo a su alrededor que la están pasando mal..., y ésto ya deja de ser política y pasa a ser una grave concepción de la existencia, una repugnante manera de disfrutar con la desgracia ajena lo cual habla muy mal del estado *interno* del individuo.
El problema es más existencial que político.

Mientras una parte de la sociedad, ya no sólo Argentina sino mundial, conciba las cosas bajo esos parámetros, nos daremos cuenta de lo mal que estamos, y mientras eso no cambie, seguiremos estando muy mal, a pesar de los enormes esfuerzos que una gran parte del mundo hace para que ese mundo no sea aún peor.
El individualismo conspira contra el bienestar general, la comodidad de criticar gratuitamente desde el sillón del living o desde el ostracismo en algún rincón aislado del mundo nada tiene que ver con quienes día a día trabajan denodadamente por un mundo mejor en el corazón del caos.

Qué sería del pobre...si no hubiera quien le tiende la mano, quien le da un vaso de agua, quien le acerca un trozo de pan, quien le da una palmada en el hombro o una palabra de aliento..o defienda su derecho a no ser pobre.

De eso se trata, en el fondo el estado de la sociedad es el reflejo del estado interior de los individuos que la componen, y mientras el individuo siga sin comprender éstas cosas, tendremos las sociedades que tenemos.

Mucho individuo equivocado con su propia realidad intenta adjudicarse su subsistencia a su aparente capacidad de trabajo y esfuerzo, a su pretendido mérito, desconociendo que su trabajo y su esfuerzo no serían posibles sin un entono que lo haga posible, olvida o quiere olvidar entonces que ha provenido de una familia humilde lo cual denota que aquél pasado de humildad o de pobreza es algo que le espanta, y su deseo real es no pertenecer a ese pasado, es pertenecer a *su* modelo ideal, o sea el de arriba, o sea, el del mismo que a él lo desprecia y oprime.

Cuando la Señora que trabaja de empleada doméstica y le plancha y lava la ropa a la *patrona* desea fervientemente ser un día...la patrona..y poder olvidarse que fué la empleada, y a medida que sigue trabajando para la patrona y nunca será patrona, desprecia a los de su misma condición y no toma consciencia de la *clase* de la cual proviene, transformándose entonces en *funcional* a los intereses de su patrona y no a los propios ni a los de su misma condición.

Mientras *los de abajo* o *del medio* crean estar *arriba* o lo deseen por ambición, los pocos que están arriba seguirán festejando el éxito de su piramidal modelo.



Lo que en el barrio es comúnmente conocido como *la ley del gallinero*;
*el de arriba caga al de abajo*.



A no perder las ansias de cambiar las cosas, ni la esperanza, ya verán que lo poco *mejor* que podamos estar no es, ni tan poco, ni la solución idílica de la perfección que, no existe, pero que evidentemente es para festejar.


Fuerte abrazo.

Gilgamesh***