***Precioso Miércoles para todxs.
Luego de la amarga experiencia que vivimos los argentinos allá hacia fines de los 90', con total sinceridad debo admitir que jamás imaginé que el Pueblo volviera a equivocarse, a cometer el grave error de avalar ideologías políticas tan destructivas como el neoliberalismo.
Me equivoqué, nos equivocamos todos quienes pensábamos de esa forma cuando el CEO gob actual ganó las elecciones del 2015.
No aprendimos que éstos monstruos salidos de la ciénaga más putrefacta de la humanidad tienen el poder y los recursos para *regenerarse*, aprovechándose de múltiples circunstancias.
Aprovechan los cambios generacionales que van borrando la memoria fresca de la gente, compran todo lo que esté dispuesto a venderse, y en eso, la carne es débil.
Medios de descomunicación, jueces, incluso a políticos *pretendidamente* opositores que ante el fangote de billetes verdes se vuelven saltimbanquis sin ruborizarse.
A medida que ésta cáfila comenzaba a hacer estragos llegué a pensar que todo iba a estallar, pero una vez más, tuve y tuvimos que aprender a analizar el contexto actual.
Aquella experiencia amarga neoliberal citada al inicio dejó muertos en las calles y eso es algo que maduramente el Pueblo y su dirigencia no quiso volver a repetir porque los muertos lo pone siempre el Pueblo.
Además, en ésta ocasión la consciencia social que aprendimos a tener en los 90' y los 2000' vino a hacer de gran contención para que hoy nada estallara, y más allá de que el efecto somnífero y cómplice de los medios terminó cayéndose a pedazos, el Pueblo prefirió optar por la única forma no violenta de sacar a patadas en el traste a los verdugos; con el voto en la urna.
A partir de las últimas elecciones llamadas PASO a manera de gran encuesta nacional, el *urnazo* fué en cierto modo también una barrera de contención, generador de esperanza ante la certeza ya irreversible de una derrota descomunal propinada al neoliberalismo, que el 27 de Octubre promete ser ya oficialmente peor aún para la banda en fuga.
He allí porqué todo no ha volado por los aires, y el Pueblo parece disponer de la necesaria paciencia hasta que se concrete la defunción definitiva del experimento terrorífico padecido en apenas 4 años.
Esa es la respuesta a quienes como yo, llegamos a pensar o preguntarnos porqué Argentina no estalló hace rato.
Y quiero también discrepar con muchos amigos que aprovechando el suicidio electoral de medio país en 2015, no hacen más que repetir el discurso de que los argentinos somos unos idiotas, burros, y que todos los políticos son iguales.
Pues no.
Probablemente no se enteraron mediante los medios que suelen consumi,r pero la lucha obrera, sindical y de los movimientos sociales fué intensa durante éstos 4 años, políticos verdaderamente opositores no votaron nunca en el Senado y la Cámara de Diputados ninguna de las nefastas leyes y decretos que emitió el CEOgob, Jueces realmente *justos* atendieron denuncias y lograron también frenar mucho de lo que, de haberse concretado...habría sido mucho peor.
Entre toda esa lucha silenciada por los cloacales medios cómplices, se demostró una vez más la virtud de medio país que no renuncia a sus derechos y que está dispuesto a luchar en lugar de entregarse mansamente.
Prueba de ello es sin duda la capacidad de enmendarse en las urnas aunque el desastre es enorme, yo invito a quienes me leen a analizar si en sus países existe la capacidad de revertir rápidamente, porque cuando vemos a una vasta gama de naciones advertimos que nada cambia.
Y es precisamente esa palabra que tanto se ha demonizado desde el neoliberalismo la que hace posible que el Pueblo argentino así como se equivoca, rápidamente se des-equivoque, y es porque está; *politizado*.
La despolitización de la sociedad =hablo de la gente común y corriente= es la principal causa del avasallamiento de derechos, y de la pudrición con que han infestado a los garantes de un sistema sano, que son ni más ni menos que *la gente* eligiendo mediante el voto y las urnas, Usted, yo, vos, nosotros, todos.
En buena hora si el Pueblo no estalló en las calles, será que aprendimos a cuidar la vida propia y la ajena, pero ante ésta habilidad del sistema tenemos que aprender a no relajarnos nunca, porque si creíamos que nuestros derechos conquistados y ganados por generaciones pasadas que dejaron la vida eran para siempre...sabemos que con éstas lacras nada está garantizado.
Es la incansable lucha, la misma que con nuestros hijos el día en que nos distraemos por un maldito minuto y después ya es tarde, la vigilia social en materia política y cívica es algo imprescindible para no padecer más de lo que deberíamos, la anomia y la abulia son aliadas de nuestros verdugos, la despolitización del individuo y su sociedad son tierra fértil para éstas incursiones pérfidas y devastadoras que los grandes planificadores de la ciénaga putrefacta saben cómo aprovechar.
Ésta incursión neoliberal en américa Latina está llegando a su fin, algunos despertaron demasiado tarde como México, pero despertaron al fin, Perú es hoy también el resultado de haber dormido mucho tiempo, y lo de Ecuador es una reacción violenta de acuerdo a la violencia que recibe el Pueblo ecuatoriano.
Azorado vi a los que llaman *indígenas*, hermanas y hermanos bajando de las colinas donde viven sobreviviendo, para tomar las calles y hacer tronar el escarmiento, pude ver como un puñado de hombres sin arma alguna empujaban a una tanqueta militar por un barranco, y vi a un traidor temeroso huyendo de Quito a Guayaquil, decretando primero el estado de excepción y ahora el toque de queda.
Así es como el neoliberalismo de nuestra América Latina está en retirada, mas no será por voluntad propia sino por la digna lucha de quienes no están ni estamos dispuestos a regalar nuestros derechos.
El retorno eufórico de la derecha a los gobiernos latinoamericanos produjo la derrota espectacular de Mauricio Macri, el estado de excepción de Lenín Moreno en Ecuador para intentar contener la ira popular en contra de su paquete neoliberal y la proyección de Bolsonaro como el más ridículo y grotesco jefe de Estado del mundo.
Esos eran los personajes que iban supuestamente a sanear las finanzas públicas, recuperar el prestigio internacional de nuestros países, terminar con la corrupción, superar a los gobiernos populistas y lograr estabilidad, desarrollo y bienestar social.
Han pasado pocos años, no muchos meses, para que los heroicos personajes de la restauración neoliberal sean personajes ridiculizados =Macri, Lenín Moreno, Bolsonaro=.
¿Quién da algo por ellos?
¿Quien cree que Macri va a dar vuelta las elecciones argentinas?
¿Quién cree que Moreno va a lograr salir indemne de la crisis ecuatoriana actual?
¿Quién cree que Bolsonaro es el futuro de Brasil?
La derecha llegó al poder en países que habían vuelto a crecer, habían disminuido la desigualdad y tenían buenas relaciones de cooperación con sus vecinos.
Países que lograron estabilidad política, convivencia pacífica y democrática entre las fuerzas políticas, sociales y culturales, con un Estado garante de los derechos de todos.
Basta mirar cuál es la situación de países como Argentina, Brasil y Ecuador, entregados a la recesión, al desempleo, a la miseria, a la pérdida de apoyo y de legitimidad de sus gobiernos.
La derecha ha hecho todos sus esfuerzos, legales e ilegales, para frenar a los gobiernos de izquierda y volver a la presidencia de esos países.
Lo que era Ecuador de Rafael Correa y lo que se ha vuelto en manos de alguien elegido en base al éxito de aquél, para luego traicionar todo para lo que fue elegido, hacer lo que la derecha planteaba y tirar al pais al borde del caos, ¡con ocupación militar de las calles de Ecuador!
Lo que era el Brasil de Lula, país respetado a escala mundial, con un presidente que ha dejado su mandato con el 80 % de referencias negativas en los medios, pero con el 87 % de apoyo de la población.
Brasil crecía y distribuía renta, saliendo del Mapa del hambre.
Y lo que es en manos de un presidente que nadie respeta, que ha tirado el país a la miseria y a la violencia desenfrenada.
Néstor y Cristina rescataron a Argentina de la peor crisis de su historia, logrando que el país vuelva a desarrollarse y a generar empleos.
Lograron superar el endeudamiento con el FMI y que el país vuelva a ser respetado en el mundo.
En comparación con el país que Macri no tiene vergüenza de entregar de vuelta a las fuerzas democráticas, un país que cumple tres años de estanflación, con el pueblo sufriendo miseria y hambre.
Pero hay una lógica en la locura de lo que la derecha hace en esos países y quiere hacer en otros.
Su rol es, antes que nada, buscar quitar legitimidad y apoyo popular a los liderazgos populares más importantes que esos países han tenido.
Esos líderes han sido transformados en los principales enemigos de las oligarquías locales y de la política norteamericana, porque con sus políticas han conquistado la confianza de sus pueblos y el prestigio internacional, privilegiando los procesos de integración regional y no los tratados de libre comercio con EE.UU.
En segundo lugar, buscaron sustituir políticas económicas que han privilegiado el desarrollo del mercado interno con el retorno de las políticas de ajuste fiscal, que promueven los intereses del capital financiero.
Retoman el modelo neoliberal, vigente en el capitalismo mundial, a pesar de que ha llevado a las grandes potencias a una profunda y prolongada recesión.
Sacar el modelo antineoliberal es terminar con un ejemplo de política económica alternativa, que prueba que no hay un solo camino, como el Consenso de Washington y el pensamiento único tratan de imponer.
La derecha latinoamericana retomó los gobiernos de países como Argentina, Brasil, Ecuador, y ha demostrado que no han aprendido nada de su fracaso anterior y del éxito de los gobiernos progresistas.
Fracasan de nuevo, fracasan más, son y serán derrotados de nuevo.
Completamente de acuerdo con Emir Sader, y me atrevería a acotar que lo que se viene anunciando hace rato deja de ser un vaticinio cuasi apocalíptico sino una realidad.
Ésta crisis que en América Latina va a sepultar al neoliberalismo autóctono, se va a dar en el resto del mundo, la gran pregunta es si las sociedades de Europa y Estados Unidos tendrán la capacidad de hacer tronar su escarmiento.
La siguiente nota la escribe alguien con quien estoy en las antípodas y que podríamos definir como un neoliberal recalcitrante, pues en éste caso lo que él aborda es lo único creíble que pueden demostrar y es precisamente *desde adentro* del neoliberalismo mismo, ya no la crítica a los gobiernos populares sino el pánico entre ellos mismos que les hace temblar como siempre, pensando en sus dineros;
Si.
Lo que acaban de leer.
Tienen que vender todos los bonos del mundo.
Les recuerdo que en su momento insistí mucho con que había que vender los bonos de Argentina y sin embargo hubo muchos que no lo hicieron =resultados a la vista=.
El objetivo de esta nota es que no sufran ahora nuevas pérdidas inesperadas en todos los otros bonos que tengan.
Atención:
no van a escuchar a ningún ejecutivo de cuentas de ningún banco alertando acerca de este peligro.
Lo que es aún peor, la mayoría de la gente se siente injustificadamente segura con bonos corporativos que son tóxicos.
Ya hablé varias veces acerca de la burbuja crediticia que existe a nivel global, generada como consecuencia de una década de tasas de interés en cero.
Sin embargo, esta vez les escribo porque creo que estamos muy cerca de ver el estallido de esa burbuja.
¿Cual es el desencadenante de esta debacle?
Días atrás marqué como el fracaso del IPO de WeWork es un indicio de que se acaba el *dinero fantasía*.
Pero China también empieza a mostrar síntomas de que es cada vez más difícil conseguir capital.
Muy poco se está hablando de esto, pero a las compañías chinas se les está haciendo cada vez más difícil seguir pagando su deuda.
Recordemos que desde 2009 el alto crecimiento de la economía china se viene sosteniendo en parte de manera artificial, con un fenomenal aumento de la deuda corporativa.
¿Y qué está pasando ahora?
Al empeorar las condiciones económicas, esto intensificado por la guerra comercial, se ha disparado el número de compañías chinas que están defaulteando su deuda.
En el año 2018, se triplicaron los defaults corporativos.
Y en 2019, esta tendencia continúa aumentando vertiginosamente, con unos u$s 10.000 millones en defaults corporativos hasta agosto de este año.
Como si esto fuera poco, en 2020 el 40% de las empresas chinas que están en dificultades tendrán que afrontar vencimientos por u$s 8.600 millones.
El mercado ha tomado nota de ello.
Los rendimientos de los bonos chinos en dólares llegan al 15%, en un momento donde las tasas de interés en el mundo están en mínimos de 5.000 años.
Además, debemos tener en cuenta dos cuestiones más, que creo también son impactantes.
1-En EEUU los bonos calificados como BBB =categoría más baja dentro de Investment Grade= representan hoy más de la mitad del universo de bonos corporativos.
El monto total de estos bonos BBB es de u$s 3 Trillions, lo cual es casi el triple de toda la deuda *High Yield*.
Esto es de enorme importancia, porque en caso de ver un empeoramiento de las condiciones económicas, una gran masa de estos bonos recibirán un downgrade y perderán la categoría *Investment Grade*.
En consecuencia, muchos de los fondos que sólo pueden invertir en bonos *Investment Grade* estarán obligados a venderlos.
2-En el mundo los bonos con rendimiento negativo superan los u$s 15 Trillions.
¿Cómo se explica esto?
Ha habido una combinación de pánico comprador sumado a la burbuja más grande de la historia en bonos =muy superior a la de Internet en los 2000 y a Real Estate en el 2007=.
En este contexto, es prácticamente imposible tener un rendimiento decente en renta fija sin asumir un riesgo desmedido como contrapartida.
Dicho de otra manera:
si están teniendo bonos con un rendimiento *razonable* =digamos entre un 3%-6%= es porque esos bonos tienen un riesgo implícito muy alto.
Y si tienen fondos de bonos que están rindiendo el 3%, la situación es idéntica, solo que la diferencia se la están repartiendo entre todos los intermediarios del fondo =administración, bancos, abogados, gastos operativos=.
Esto es exactamente lo que pasó con la deuda de Argentina.
Luego de la debacle posterior a las PASO, creo que a todos les quedó bien en claro el riesgo que estaban tomando al comprar un bono de Argentina hace uno o dos años cuando la rentabilidad de estos bonos parecía *atractiva*.
Hoy muchos inversores tienen fondos de bonos internacionales que compraron buscando rentabilidad *segura*.
Sin embargo, en el 99% de los casos, no saben lo que están comprando ni los riesgos que están asumiendo.
Esos fondos suelen contener una amplia variedad de bonos corporativos que en poco tiempo van a caer con fuerza.
El mercado de bonos va a colapsar:
lo vengo diciendo hace mucho tiempo.
Se lo que muchos deben estar pensando…
*¡Miguel nos manda a vender todo!*.
Me gustaría poder decirles que compren acciones y bonos internacionales, pero es un contexto pésimo para hacerlo.
Se avecinan tiempos muy difíciles para los activos tradicionales.
Por eso, si tienen un perfil de riesgo muy conservador, les sugiero que recuerden que estar en cash también es un trade.
Y en momentos como este, es uno bastante inteligente.
Por otra parte, como también me he cansado de repetirlo, el oro y la plata son de las pocas cosas que tiene sentido comprar hoy.
Para ganar dinero en los próximos años sin dudas van a tener que hacer cosas diferentes.
Los activos tradicionales no son hoy un refugio de valor sino todo lo contrario:
son una bomba de tiempo.
Conclusión:
van a a tener que empezar a dedicarle tiempo a entender dónde y cómo realizan sus inversiones.
El que no esté preparado, se va a llevar sorpresas muy desagradables.
Qué panorama..¿verdad?..
Ante ésto y toda la inmundicia que camina y flota en éste hermoso planeta uno a veces...se siente abatido.
Yo, al igual que la querida Carolina a veces tengo arrebatos así, como los de ella, pero no suelen durarme demasiado.
Sin embargo ¿cómo no entenderla?...ésta realidad no es apta para corazones nobles, pero a pesar de ello, peor es abatirse;
Escribir no es más un desafío intelectual.
Es un reto moral que me deja exhausta.
Cada semana busco en el abrumador escenario del caos mundial ese tema crucial, esa parte de la realidad sobre la cual debería explorar conceptos, ideas, información relevante con el propósito de llegar a formar un texto suficientemente lúcido y veraz como para compartirlo.
Es un parto difícil porque son muchos los monstruos que nos rodean a diario y nos colocan ante la disyuntiva de hincarles el diente o dejarlos pasar.
Pero entonces surgen las dudas y las urgencias:
¿la invasión del imperio contra pueblos indefensos;
el abuso del sistema económico o el creciente fenómeno de la búsqueda de justicia y libertad?
Luego, pienso en cuán relevante es el papel que nos toca en este concierto desafinado de lo mediático, en donde se cruzan los intereses diversos de nuestras sociedades ante una ciudadanía carente de los recursos para separar la paja del grano porque le han enseñado a creer en lo que leen;
a dudar de lo que ven y a aceptar el discurso de los poderosos porque de ahí, de esos círculos de un bien aceitado poder, depende su trabajo y, por ende, su supervivencia.
Por lo tanto, ese prurito que a veces nos hace creer en la pertinencia e importancia de nuestro pensamiento se diluye cual nube de verano al sacudir el ego y comprender, en toda su dimensión, el hecho irrebatible de que somos un elemento descartable en el juego de las grandes ligas.
Un juego en donde predomina el discurso predeterminado, diseñado con el propósito de controlar la información, definir los temas prioritarios y acallar las voces independientes:
ese molesto rumor de la conciencia ciudadana capaz de alterar el orden de un mundo a la medida.
De ese modo, las grandes batallas como las emprendidas por la igualdad de género o el derecho al aborto, el respeto por la diversidad sexual o los derechos de los pueblos originarios, el cese de la esclavitud y de la destrucción del hábitat, pueden convertirse en un molesto =pero más o menos tolerado= ruido ambiental.
Escribir una columna de opinión es un ejercicio doloroso si la intención tras ese esfuerzo cotidiano reside en abrir una ventana a la reflexión.
Al abordar un tema de actualidad y desmenuzarlo en un texto limitado por cantidad de caracteres es necesario tener muy claro el lugar que nos corresponde en este concierto:
no conocemos más detalles que los permitidos;
no lo sabemos todo;
nuestras fuentes muchas veces tienen el agua turbia y la única herramienta confiable al alcance es nuestra fortaleza moral para elaborar un mensaje coherente, honesto y bien estructurado.
Su difusión =amplia o limitada= es, finalmente, un asunto secundario.
¿Por qué esa urgencia de compartir nuestras preocupaciones ante un universo de lectores totalmente desconocido?
¿Qué nos impulsa a lanzar nuestro llamado de protesta por las aberraciones cometidas por los más poderosos contra grupos específicos y pueblos enteros alrededor del mundo pero también aquí, a nuestro lado, en nuestro entorno inmediato?
¿Es que acaso existe la posibilidad de incidir en el proceso de un cambio tan hipotético como remoto?
Las inquietudes personales =porque al final de cuentas una escribe sobre sus propias batallas= van engrosando una lista interminable de actos impunes contra los cuales estrellamos las débiles lanzas de otro discurso, otra reflexión y, consecuentemente, otra frustración al comprobar cómo nuestro entorno sigue girando en la dirección equivocada.
Esta digresión es solo eso:
una pequeña revolución de las neuronas que todavía conservo, un vistazo breve a las dudas existenciales de esta columnista fiel.
INÚTIL TAREA ESA DE INTENTAR INCIDIR EN LA RUTA DEL PENSAMIENTO COLECTIVO.
Fuerte abrazo.
A veces cuando pienso que todo esta perdido
voy hacia algunas formas de la muerte
me pego un tiro con una palabra
que alguna vez me fue tan transparente.
En la ternura del agua que corre
me recuerda la llegada de unos trenes
sales de los mares, curvas de los puertos
con mujeres descalzas en el verde.
Voy hacia el fuego como la mariposa
y no hay rima que rime con vivir
no te pares, no te mates
solo es una forma mas de demorarte.
En las tardes tranquilas
cuando extraño todo
pienso que todo no es lo que perdi
una rosa de feria
y aun a costa de perder
se pierde pero se gana
la lucha es de igual a igual
contra uno mismo
y eso es ganarla
no te pares, no te mates
solo es una forma de mas de demorarse.
Recuerdo la quietud de la tierra
la quietud de estar adentro
se cree mas en los milagros
a la hora del entierro
Este *hombre trabajo*
quién escribirá su historia
la cal reseca, la viuda que sueña
los amigos que siguen igual
La gloria en zapatillas
el florero vacio
quién sabe si se puso a pensar..
¿para qué vivo?
vivo para no perder.
Gilgamesh***
Fuente;
-pagina12
-ambito
-carolinavasquezaraya
Plus One.
ResponderEliminarVivir para no perder....
Fuerte abrazo.
ResponderEliminarLEHAIM; ¡gracias Bro por valorar!.