* El Sol y la civilización partida en dos mitades *

Nuevo día de abrir los ojos, ver la luz del Sol y saberse uno que está vivo, ¿no es poco verdad?, ja, esa debería ser la gran noticia de cada día, pero bueno, no vamos a filosofar en el inicio de un día ni de un post.
La sorpresa que esperaba anoche finalmente ocurrió, y fué que un nuevo evento M salió eyectado desde nuestro amigo Sol. Es decir que los días pasan, y las manchas para nada se han desactivado, razón más que suficiente para seguir concluyendo en que los parámetros que tanto nos sorprendían están comenzando a revertirse.
Últimos eventos;
1654; C1.9-C1.6-C1.7
1652; C2.7-M1.7



***Tengamos en cuenta, que en tiempos *normales* de un ciclo máximo solar, una mancha del tamaño de 1654 debería haber producido enormes eventos de clase X, pero no olvidar que desde Agosto del 2012 todo había cambiado, por ende, que éstas manchas hayan retomado la senda de la *normalidad* nos indica que hay un re-posicionamiento en la actividad solar, algo que nos hace pensar en que el pico del ciclo viene retrasado tal como decían algunos científicos. Bien podría suceder como otros piensan, que ésto que vemos ahora es la despedida del pico de éste ciclo, sin embargo, yo permanezco adherido a la hipótesis de que lo esperado aún no llegó en su máxima plenitud. Vean ustedes los extremos climáticos que azotan a ambos hemisferios del planeta, aquí abajo el calor es extremo, los 34 o 36º de temperatura para nada reflejan la realidad, todos decimos que *no se puede aguantar a los rayos del sol* y es cierto, creo que la escala de medición climática ha quedado vetusta y los índices de radiación ya no son compatibles con los viejos parámetros de medición. 

No quiero ni pensar si el Sol hubiera soltado más energía en éste Verano que solía citar preguntándole al amigo Osho=por ejemplo= ¿qué Verano nos espera hermano?, porque en verdad ese era el gran temor por éstas latitudes, y mucho más hacia el Norte, donde vive Osho, Provincia del Chaco en la cual los valores llegan a 55º a la sombra y donde la lluvia suele desaparecer por varios meses. En cambio, en la otra mitad del globo, todo lo contrario. Gran parte de Europa, e inclusive Oriente Medio se ven azotados por temperaturas de varias decenas por debajo del cero, nevadas implacables, nieblas que llegan para quedarse en Beijing, y Volcanes como el Stromboli en Italia, que ponen en vilo a los sur-europeos.
Arriba el frío letal a pesar de que el Ártico marcó récord histórico de deshielo en el 2012, abajo Australia, donde el asfalto se derrite y los incendios se tornan imparables. Ninguna fecha es capaz de aglutinar nada, es un proceso que a todos nos desvela y demuestra que un cambio se está produciendo nos guste o no, y que nosotros formamos parte del mismo, nuestro problema es si nos vamos a dar por enterados y obrar en consecuencia. Y ronda en mi mente una idea que intenta ajustar la realidad de la Naturaleza a la realidad de nuestra civilización.

Cuando observo la actividad solar y su cambio actual pienso en que, si la hipótesis de que el Sol va a dar su máximo espectáculo cuando comienza el Verano del Hemisferio Norte, también pienso en la civilización. Trazando esa línea geodésica imaginaria, llamada ecuador, por encima de ella están los países que denominamos *potencias*, Europa toda y Asia toda, Norteamérica y gran parte de África. Léase como potencias Rusia-China-Japón-India-Israel-Arabia-Estados Unidos.
El 90% de la población mundial habita en el Hemisferio Norte.........el 99% del poder mundial reside también en ese Hemisferio, mismo porcentaje para las centrales nucleares y los arsenales para la guerra.
En ese Hemisferio se escribieron las páginas *oficiales* de la historia de la humanidad.
Si comparamos con lo que hay por debajo del ecuador, estamos nosotros aquí, en su mayor parte los trans-migrados, los implantados y los que ya estaban desde antes, tecnológicamente avanzados pero en una tecnología basada en el respeto por la Naturaleza.
El Polo Norte está orientado hacia fuera del centro galáctico de la Vía Láctea, esto se traduce en la existencia de un número mucho menor y menos brillante de estrellas visibles en el Hemisferio Norte en comparación con el Hemisferio Sur, con lo que el Hemisferio Norte, es más adecuado para la observación del espacio profundo, ya que no es *cegado* por la Vía Láctea.

Todos vivimos en una misma casa llamada Tierra, pero en barrios distintos, algunos con más antiguedad que otros y con distintas características. Pero todos pertenecemos a un mismo género y nuestra civilización ha estado involucionando desde el punto de vista humanista, alguna parte por mérito propio y otros por el arrastre de quienes la imponen. En definitiva todos sabemos que cuando nuestra justicia humana juzga un hecho llamado delito, debe tener en cuenta las distintas clases de participación en ese delito, no es la misma pena para quien dispara el arma que mata, que para el cómplice que se la vendió, ni para el que manejaba el coche donde el criminal huyó, tampoco es la misma pena para el gestor ideológico del delito. Y eso es lo que ronda en mi mente cada vez que imagino los merecimientos de nuestra civilización, merecimientos que ya no obedecen a nuestra justicia sino a un Diseño Inteligente o cómo cada quien le quiera llamar. El Sol está teniendo piedad con quienes estamos por debajo de esa línea geodésica, habrá que esperar para ver pasar éste Verano aquí y qué, cuando sea el turno del próximo Verano en el Norte. Despertarnos cada día, abrir los ojos y descubrir la luz del Sol es nuestro mayor patrimonio, porque cada día la vida nos da una nueva oportunidad, pero no de vivir por vivir, sino de vivir para ser mejores, y siendo mejores evolucionamos con nuestra propia alma, con nuestros semejantes y por consiguiente con ésta gran casa que habitamos a la cual debemos tratarla como tal, sin ella no hay adonde vivir, y sin semejantes la vida no tiene sentido, y sin un alma buena mucho menos. Por lo pronto, aquí o allá, las consecuencias del cambio son inocultables, cada día de una anomalía climática o geofísica se va anotando un cambio que luego se concatena en el tiempo con una resultante que nos sorprende, y no es una fecha antojadiza de hombres, sino un ciclo humanamente inmedible del almanaque de Dios, ese que nadie conoce.
Gilgamesh***