***Excelente Domingo para todos.
Estudios astrofísicos en los años 90 advertían sobre una *región* que nuestro sistema solar atravesaba, la cual estaba interactuando con la heliósfera y por ende con nuestro vasto reino sistémico espacial.
Un área o vecindario espacial altamente cargado de materia interestelar, que al chocar con nuestra burbuja protectora sistémica llamada *heliósfera* estaba provocando fenómenos en todos los planetas y sus lunas e incluso en el mismo Sol.
Para entender, imaginen que el sistema solar viaja por espacio lo mismo que un avión, los aviones suelen atravesar zonas de turbulencia, lo mismo le ocurre a nuestra gigantesca nave que es el sistema solar.
Ahora, bien, dentro de los fenómenos ocurridos de los cuales la ciencia ha tomado debida nota es precisamente el comportamiento del Sol.
Sabemos que hemos entrado en un ciclo de baja actividad que la ciencia estima como probable hasta el año 2030, años más, años menos.
Con ese panorama, el seguimiento de la radiación cósmica se vuelve imprescindible, nuestro clima dependerá de éstos factores, y eso no es poca cosa.
El sitio Spaceweather viene haciéndonos partícipes del estudio que mide la incidencia de la radiación cósmica en las aeronaves comerciales, hoy por ejemplo nos cuenta lo siguiente;
-Hoy en día, los estudiantes del clima espacial están volando desde Los Angeles a Indonesia para observar el eclipse solar de 9 de marzo. Entre otras cosas, están llevando una carga útil de balones medidores de rayos cósmicos con seguimiento de GPS y 4 sensores de radiación. Esto les permite medir la radiación en el interior del avión .
Durante el viaje, los estudiantes cruzan tanto el círculo polar ártico y el ecuador en el mismo período de 24 horas, lo que les permite reunir datos de radiación rápidamente en una amplia gama de latitud.
En ésto se basará su estudio en curso para medir la radiación de la aviación que, hasta ahora, se ha limitado a latitudes en los EE.UU. continentales.
La radiación dentro de los aviones viene desde el espacio profundo. Los rayos cósmicos galácticos son acelerados hacia nuestro planeta por las explosiones de supernovas y otros eventos violentos en el cosmos.
Penetran en las paredes de las aeronaves con facilidad y han llevado a la Comisión Internacional de Protección Radiológica =ICRP= que clasifique a los pilotos como trabajadores expuestos a la radiación en el trabajo. El experimento de hoy probará cómo el campo magnético de la Tierra en diferentes latitudes protege a los pilotos y pasajeros de la radiación en la aviación.
Y es que dicho panorama está basado en datos concretos como los que vengo siguiendo y compartiendo con ustedes.
Si el Sol recién...comienza a hibernar y tenemos ésto...¿qué nos espera?..
El gráfico anterior es una toma que hice respectiva a un año hacia atrás, es decir una toma de la evolución de la radiación cósmica desde hace exactamente un año, allá por el 6 de Marzo de 2015...
Como pueden apreciar la trepada es al menos en una tasa aproximada del 8%, algo que no ocurría tan velozmente si hacemos el trabajo de retroceder hacia años pasados.
Preocupa a la ciencia todo ésto..y están trabajando al respecto;
Las partículas de alta energía, los rayos cósmicos que llueven sobre la Tierra desde el espacio profundo, son algo así como un misterio.
¿De dónde vienen? ¿cómo se obtienen esas enormes energías muy superiores a las obtenidas con los mejores aceleradores de partículas del mundo?
Ahora, un radiotelescopio diseñado originalmente para estudiar el universo temprano puede ayudar a responder algunas de estas preguntas, o quizás podría profundizar el misterio.
Los rayos cósmicos son típicamente protones o núcleos atómicos de los elementos tales como el helio, carbono, o hierro.
Los más fuertes tienen energías de más de 10 millones de veces que los más potentes aceleradores de partículas del mundo como el Gran Colisionador de Hadrones . Los físicos no están seguros de qué proceso astrofísico podría acelerar partículas a tales energías. Posibles culpables incluyen los restos persistentes de supernovas, las explosiones que se producen cuando las estrellas masivas agotan su combustible y mueren, y los núcleos galácticos activos, sobrecalentadas galaxias con agujeros negros supermasivos en sus centros que arrojan la energía a tasas prodigiosas.
El estudio de los rayos cósmicos es difícil, sin embargo. En su viaje a través del espacio se desvían por los campos magnéticos, por lo que es difícil averiguar de dónde vienen. Los de alta energía también son muy raros, y ninguno de ellos llegan muy lejos una vez que alcanzan la atmósfera de la Tierra, de inmediato son destruidos en colisiones con el aire a gran altura. Para el estudio de los rayos cósmicos más energéticos, los Físicos usan vastos conjuntos de detectores de partículas en el suelo para recoger la *ducha de aire* de restos creados por las colisiones a gran altitud o telescopios para detectar el destello de la luz causada por las partículas de desechos, ya que se ralentizan en la atmósfera.
Pero ahora hay una nueva manera de detectar rayos cósmicos. Un equipo ha hecho uso de un conjunto de telescopios de radio conocido como el Low Frequency Array =LOFAR=, que se centra en los Países Bajos, pero tiene puestos de avanzada en varios otros países del norte de Europa. LOFAR no tiene platos grandes dirigibles como otros radiotelescopios, sino que se compone de muchos miles de antenas de hilo, plantadas en el suelo en docenas de estaciones. Las antenas esencialmente recogen todo lo que viene desde el espacio, y es entonces hasta que un grupo de procesadores súper rápidos tamizan los datos y se centran en un fenómeno particular o en una parte del cielo específica.
El objetivo principal de LOFAR es el estudio de la época en el universo temprano, cuando las primeras estrellas y galaxias se estaban formando y ionizaban todo el gas interestelar que las rodeaba. A medida que se detectan las partículas de desechos de la colisión de los rayos cósmicos en cascada hacia abajo a través de la atmósfera, sus interacciones con lo demás y con el campo magnético de la Tierra producen una señal de radio que es detectable por las antenas de LOFAR. Los investigadores instalaron detectores de partículas en el suelo que pueden alertar al sistema que una ducha en el aire acaba de ocurrir.
Cuando un detector de partículas dispara la alarma, el sistema LOFAR captura los 5 segundos anteriores de datos que figuren en el búfer del sistema.
Usando esta técnica, los investigadores fueron capaces de medir hasta dónde, abajo en la atmósfera y en cascada,y cómo eran dichas partículas antes de alcanzar su tamaño máximo. La profundidad alcanzada podría decir qué tipo de partícula del rayo cósmico original entró, protón, núcleo de helio, o algo más pesado.
Como afirman los científicos hoy en día en la naturaleza , cerca del 80% de los más de 120 eventos analizados resultaron ser luz cósmica de rayos, protones o núcleos de helio. Eso no es del todo inesperado. El equipo LOFAR sondeó partículas con una gama de energías entre 10 17 y 10 17,5 electrón-voltios =eV=. Esta gama está a medio camino entre los rayos cósmicos de baja energía que se esperan de las fuentes de nuestra galaxia y los rayos cósmicos de energía más alta de las galaxias mucho más distantes.
La teoría actual sugiere que los rayos cósmicos de más alta energía son en su mayoría protones en lugar de núcleos más pesados. Pero ésta interpretación sigue siendo especulativa. Es un primer paso. Si se sostiene, sin embargo, sólo profundiza el misterio de los rayos cósmicos, porque implica que hay algún objeto o mecanismo dentro de nuestra galaxia, aún desconocido, que es capaz de impulsar partículas a estas velocidades sobrealimentadas.
Pero tal conclusión sería un reto para explicaciones astrofísicas actuales, dice Andrew Taylor, astrofísico del Instituto de Dublín de Estudios Avanzados. Él piensa que la evidencia no es que provienen de una fuente en nuestra galaxia en lugar de un orígen extragaláctico. *Es demasiado pronto para hacer afirmaciones definitivas*, dice.
Taylor hace pensar que la nueva técnica es una gran promesa para el futuro, debido a su capacidad para identificar los tipos de partículas y el hecho de que puede operar de día o de noche en cualquier clima =técnicas ópticas tradicionales de observación de duchas en el aire sólo funcionan en las noches claras sin luna=. Éste nuevo sistema LOFAR puede recopilar datos mucho más rápido, y proporcionará un nuevo conjunto de oportunidades para profundizar la investigación..
Pero hay otra cosa que deberíamos tener en cuenta y que también podría estar siendo un indicio de...otra causa...
Según la ciencia, la última inversión magnética del planeta ocurrió hace unos 780.000 años, tiempos en los cuales ya habían antepasados humanos, pero la ciencia no ha logrado hallar evidencia sobre qué causó alteraciones genéticas en aquellos seres tan distintos a lo que hoy somos.
Las inversiones magnéticas ocurren en procesos que llevan años, entonces..
¿si ya estamos experimentándolo sin darnos cuenta?.
No es secreto que el Polo Norte magnético está migrando hacia el Norte de Rusia velozmente en los últimos años..
Pero ojo, a no confundirse, ésto no significa que el planeta se va a dar vuelta, ni que veremos al Sol salir por el lado opuesto, no, no.., es otra cosa.
A través del estudio en los registros fósiles la ciencia estima que éste fenómeno ocurre cada 100 mil años, por lo tanto, si la última inversión ocurrió hace 780 mil...estamos bastante desfasados, y ¿podría ser en breve?..
Ningún continente se va a desprender, ni el planeta se va a bambolear, el fenómeno es invisible porque no hablamos de una inversión física sino magnética.
¿Ésto sería grave igualmente aunque sea un fenómeno invisible?...y bueno...hay quienes creen que sí.
Teniendo en cuenta la tasa de migración que podemos encontrar en cualquier sitio de Astronomía o clima espacial, dicha tasa *estaría* =entrecomillo aclarando que es un mero cálculo que no tiene porqué ser correcto= aumentando hasta un pico durante éste año, aproximadamente en dos meses el corrimiento podría ser de 124 grados..., lo que no ocurrió en miles de años podría pasar en apenas 60 días.
Un evento similar a éste fué probado por la ciencia al analizar las sales en la lava encontrada en la Montaña Steens-Oregon.
A partir de los datos recogidos allí se concluyó en que hace 15 millones de años una inversión ocurrió a tasas veloces de unos 6º por día, 3 veces más rápido que la deriva media de 2º diarios.
Como éste evento no es físico sino magnético, ¿qué podría verse afectado de manera tal que nos implique a los humanos o a toda vida en el planeta?.
Si razonamos, sabremos que los únicos mecanismos del clima espacial que tienen que ver con el magnetismo son nuestra magnetósfera, y, ..los cinturones de Van Hallen..
Recordarán que los Cinturones son receptáculos para las particulas que la magnetósfera repele cada vez que recibe un arrebato de energía externa, sea solar o exo-solar.
Es un enorme recipiente en bandas que atrapa las partículas haciendo que las mismas no bombardeen al planeta.
¿Podrían verse *alterados* los cinturones de Van Allen? ¿qué podría ocurrir?.
Bueno, ante la inestabilidad de nuestro campo magnético en su inversión, los cinturones no estarían exentos de padecer alguna anomalía.
Podrían cambiar de lugar o no, reducirse o agrandarse, nadie lo sabe...
Pero de reducirse o de *moverse* resultaría quizás en que las partículas altamente cargadas que contiene..se soltaran, o dejaran de ser retenidas.
¿Qué implicaría ésto?...sinceramente no quiero especular en detalles pero sería algo así como un evento de extinción, y de *mutación*, ya que ante un bombardeo denso de éstas radiaciones, la vida en determinados porcentajes se extingue, y la que no, muta..
Venimos siendo testigos desde hace años cómo múltiples especies han caído en peligro de extinción, incluso las inexplicables muertes de fauna marina, terrestre y aérea.
Hemos especulado con la contaminación, la depredación humana, pero siempre sospechamos del magnetismo.., y en la enorme mayoría de las masivas muertes de éstos animales, jamás nos han dado el resultado de las causas.
¿Querrán darlo?...si no lo han hecho algo muy groso ha de estar pasando, porque entre una de las tantas estrategias del sistema, está esa de no decir las verdades cuando son amargas...
Ahora bien, de llegar a ser ésto una realidad y ya no una especulación..nada podemos hacer y cuando nada se puede hacer hay que tomarlo como algo que seguramente forma parte de los mecanismos del universo, que siempre van a ser para su depuración evolutiva.
Quizás hemos estado mutando sin darnos cuenta, y mutar no implica tener un cuerpo distinto sino que nuestra conformación electromagnética...ha cambiado.
El cerebro trabaja con dichas variables, por ende nuestra consciencia o inconsciencia mutan.
Por eso, nunca sabremos qué nos depara eso llamado destino, como dice el dicho *nadie muere en la víspera* y creo que no es el pánico lo que debe apoderarse de nosotros sino más bien, el aprovechamiento del tiempo que tenemos, para aprovecharlo al máximo, y no en cosas mundanas sino en cosas mucho más profundas y elevadas, como por ejemplo abandonar los malos sentimientos, los malos procederes, la maldad de nuestra existencia material y todos sus vicios, que sin lugar a dudas veremos plasmado en nuestra vida *social*, esa que tanto anhelamos cambiar para bien.
En fin..., que el tiempo nos dispense usarlo en pos de nuestra evolución y no al contrario, ese es el colofón de todo ésto.
Gilgamesh***
Fuentes;
-sciencemag
-spaceweather
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Muchas gracias por tu aporte. Aún las diferencias enriquecen las conclusiones.
Gilgamesh.
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