***Bella tarde para todxs.
Seguimos haciendo votos y enviando todas las mejores energías para el querido amigo Alejandro, y en especial a su padre, esperando que revierta prontamente la situación que aqueja su salud.
En el mientras tanto compartimos cosas que a muchos nos interesa, como poder reflexionar sobre sucesos que llaman nuestra atención, ya casi finalizando el año con sucesos globales como lo que ocurre en Francia.
Todo sigue muy crispado, la Cumbre de Cambio Climático en Polonia va camino a un fracaso o al menos se intentará maquillar lo que allí sucede mientras no hay consensos, no hay grandes líderes allí, Rusia y Estados Unidos no apoyan la Cumbre, la torpedean, y China lanza acusaciones a las demás potencias de ser precisamente las que quieren imponer algo que ellas mismas incumplen.
Se están poniendo en duda los informes y documentos que intentan con mensajes cada vez más apocalípticos, convencer de la necesidad de *luchar contra el cambio climático* reduciendo el famoso CO2 y eliminando los combustibles fósiles, aplicar la nueva matriz energética para ellos *salvífica*, pero al parecer nada de ésto se logrará imponer, no al menos con el consentimiento de las potencias citadas y varios países más.
Entre todo ésto Theresa May logra frenar el dinamismo del Brexit y ya nadie entiende absolutamente nada, Macrón en Francia con un atentado terrorista, sin poder frenar las protestas que continúan y se planifican para éste Sábado en una nueva etapa, mientras una huelga nacional se lleva a cabo hoy en ese país.
Dos notas quiero compartir escritas por el agudo observador chileno Luis Casado, que nos nutre a la hora de reflexionar sobre lo que ocurre en Francia y que puede ser un evento realmente trascendente ya no sólo en ese país, sino algo que promete ser imparable.
-Ya está, Júpiter habló. Los hermeneutas, intérpretes de la palabra divina, tienen dios propio desde la Antigüedad griega:
Hermes, más conocido en su versión romana como Mercurio, dios de los mensajeros, los ladrones y los mentirosos.
Los titulares de la prensa son claros:
Macron satisfizo las esperanzas de los chalecos amarillos, ergo, el movimiento tiene que acabar.
En las radios, un puñado de arúspices derraman un torrente de palabrería insustancial para hacerle decir a Macron lo que no dijo.
Lo cierto es que Macron no cambia nada, pero arroja algunas monedas.
No muchas.
Étienne de la Boétie, allá por el año 1553, había descrito el cuadro:
*Los tiranos eran generosos con un cuarto de trigo, con una medida de vino, con los sestercios, y era terrible escuchar luego los gritos de: ‘¡Viva el rey!’
Esos imbéciles no se daban cuenta de que con aquella falsa generosidad no hacían más que recobrar una mínima parte de lo suyo y que el tirano no se la hubiera podido dar si antes no se la hubiese arrebatado*.
Tres medidas de efecto mediato fueron enunciadas.
La primera muy ambigua:
*el salario mínimo mensual-SMIC aumentará en 100 euros, dijo Macron, sin que esta medida le cueste un centavo a las empresas*.
¡Un 6%! se pasma una cacatúa radiofónica.
La realidad es otra:
el SMIC no aumenta.
Se queda igual.
Lo que aumenta es la *prima de actividad*.
Para no afectar a las empresas y ofrecerle una limosna a quienes trabajan, el gobierno precedente creó la *prima de actividad* en agosto del 2015.
Es un *incentivo*, un complemento de salario no contributivo.
Es decir que no cotiza, y por lo tanto no cuenta para el cálculo de la pensión.
¿Cuánto es el monto de la prima de actividad?
La friolera de 132 euros mensuales para un trabajador soltero y sin hijos.
La prima es degresiva.
Los € 132 los recibe quien gana 1.150 euros netos al mes. Si ganas un poco más, por ejemplo € 1.470 la prima de actividad es de 15 euros, ¡o sea 50 centavos al día!
Los 100 euros los pagará pues la Seguridad Social, con fondos que le pertenecen a los trabajadores.
El salario mínimo seguirá siendo tan miserable como antes.
Macron =con la cara compungida de quien acaba de tomarse una copa de aceite de ricino= practicó las fake-news.
Por otra parte, Macron propone eliminar =parcialmente= el aumento de impuestos que hace poco le aplicó a los jubilados-CSG.
Un pensionado recibe una fracción del salario que recibía en su vida activa.
Así, la pensión representa en torno a un 40-50% del último salario percibido.
Gracias a Hollande, y a Macron, las pensiones están congeladas desde hace más de un lustro, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo.
No hay pues aumento de las pensiones, sino restitución parcial de lo sustraído.
Para justificar el aumento de la CSG, Macron ofreció un argumento que vale su peso en oro:
*Hay que privilegiar el trabajo, a los activos, por encima de los pasivos*.
Ahora retrocede, pero con elástico.
La supresión del aumento de la CSG concierne las pensiones inferiores a 2 mil euros mensuales.
Dos mil euros equivalen a 1,68 salarios mínimos.
Prueba a vivir en Chile con 464 mil pesos mensuales.
O en los EEUU con US$ 2.110 =no sube desde el año 2009=.
La ventaja de aplastar a los jubilados residía en que no pueden hacer huelga.
Pero con un chaleco amarillo pueden paralizar el país.
La tercera medida es como las dos primeras:
un truco.
Macron propone exonerar de cotizaciones y de impuestos las horas de trabajo suplementarias.
Como hizo en su día Sarkozy, al abrigo de su inolvidable consigna:
*Trabajar más para ganar más*.
No es pues un aumento de salario.
Para los patrones es un regalo de navidad.
En vez de contratar más trabajadores, prefieren aumentar las horas de trabajo de sus asalariados.
Sale más barato.
A poco andar Sarkozy se dio cuenta que el desempleo aumentaba que era un gusto.
La Seguridad Social constató la reducción de las entradas que financian la Salud y la Previsión.
El horario de trabajo real, alcanzado en siglos de luchas sociales, pasó de 8 horas diarias a diez o doce.
No hay aumento de salario, sino una reducción del costo del trabajo.
¿Quién paga la diferencia?
Los impuestos.
Así llegamos de nuevo a la situación que originó todo.
Hace 40 años que dura este chachachá, un pasito adelante, dos pasitos atrás, y vuelta a empezar.
Bendito neoliberalismo.
Costo global de las medidas anunciadas por Macron: unos seis mil millones de euros.
Almas generosas suman lo que no se recaudará de impuestos en razón de la anulación de las alzas previstas =CSG y carburantes=.
De ese modo llegan a diez mil millones de euros, adicionando lo que nunca recaudó el Estado con lo que pagarán los propios trabajadores.
Ahora bien, el *Crédito de Impuestos Competitividad Empleo*- CICE es una reducción de cotizaciones e impuestos que pagan las empresas, ofrecida con la encomiable intención de facilitar la creación de puestos de trabajo.
*Un millón de nuevos empleos* anunció en su día, orondo, el presidente de la patronal.
Años después el resultado es nulo.
No hubo creación de empleo, pero el costo del CICE sigue pesando en las cuentas públicas:
40 mil millones de euros al año.
Un ofrenda al riquerío de 40 mil millones de euros anuales, a cambio de nada.
¿Quiénes son los *asistidos*?
¿Quiénes viven de la plata del Estado?
Las grandes empresas y las multinacionales.
Las grandes fortunas no contribuyen ni con un euro al financiamiento de las medidas propuestas por Macron. Aunque le pedirá a las empresas *que puedan hacerlo* =sic=, que le paguen una prima de fin de año a sus asalariados.
Tal medida no es obligatoria.
Y el monto de la eventual prima depende exclusivamente de la conocida generosidad empresarial.
Macron olvidó hablar de los desempleados de los cuales 50% no recibe ninguna indemnización, de la juventud, y de los funcionarios, incluyendo a los policías que envía a reprimir a los manifestantes.
En suma, Júpiter no dijo nada susceptible de apaciguar la indignación de los chalecos amarillos.
Al término del discurso presidencial la inmensa mayoría coincidió en señalar que Macron les toma por imbéciles. Mala cosa.
Queda por saber cual será su reacción.
Una vez más, Étienne de la Boétie, un muchachito que escribió su obra maestra cuando era aun un adolescente, ofrece una respuesta:
*Ahora bien, ese tirano solo, no hace falta ni combatirlo ni matarlo.
Cae por su propio peso si el país rehúsa la servidumbre. No se trata de quitarle nada, sino de no darle nada.
No es necesario que el país haga el sacrificio de hacer algo por sí mismo, con tal de que no haga nada contra sí mismo.
Son pues los pueblos mismos los que se dejan, o más bien que se hacen maltratar, puesto que serían libres con solo dejar de consentir*.
El descubrimiento vale el desvío.
¿De dónde sacar plata para equilibrar las cuentas públicas?
¿Cómo reducir el déficit presupuestario del Estado? ¿Cómo reducir la deuda soberana?
Hasta ahora la solución consistía en reducir los salarios, aumentar el precio de los servicios públicos, jibarizar estos últimos, privatizar todo.
Curiosamente, esa panacea de economista en plan Dr. Strangelove trajo consigo más cesantía, más déficits, más deuda.
Ni corto ni perezoso Emmanuel Macron =por algo es banquero de negocios= encontró otra vaca que ordeñar: los pensionados.
El descubrimiento, sin ser original, es innovador en la intensidad.
François Hollande congeló las pensiones durante su mandato.
Emmanuel Macron mantiene el hielo =no hay reajuste por la inflación=, aumenta un impuesto que pagan los jubilados =la CSG, inventada por un… socialista=, y considera eliminar la modesta fracción de la pensión del marido que le queda a la viuda cuando este muere.
Forzados a recurrir al sistema de Sanidad Pública en razón de la edad, los pensionados ven aumentar su parte del copago en los hospitales, y el que toca a las medicinas que durante mucho tiempo corrieron por cuenta del sistema de Seguridad Social.
Opinólogos, economistas y políticos *responsables* son conscientes del dolor y el sufrimiento que eso provoca, faltaría más, pero estiman que la única dificultad estriba en el enorme esfuerzo de *explicación* que hay que desplegar para que los miserables entiendan el porqué de su sacrificio.
De ahí que cuando alguna prensa malintencionada dio a conocer que François Hollande =cuya calvicie más que incipiente lo acerca a la calvicie a secas= tenía un peluquero personal cuyo salario mensual era de 10 mil euros mensuales, hubo que redoblar los esfuerzos explicativos y sofisticar al máximo las técnicas pedagógicas.
Emmanuel Macron, para justificar los aumentos del precio de los combustibles, echa mano a la alegoría del fin del mundo.
Los chalecos amarillos le responden que a ellos les vale madre porque no llegan a fin de mes.
Emmanuel no entiende.
Hace falta un enorme esfuerzo de explicación para que un reyezuelo integre en sus escasas nociones de economía doméstica el concepto *llegar a fin de mes*. Coluche, hace más de 30 años, decía que lo más duro son los últimos 30 días.
Macron, que se sepa, no dispone de un peluquero personal.
Pero la primera dama, que nadie ha elegido para ningún cargo y que constitucionalmente es una verruga, recibe los amorosos cuidados de una maquilladora exclusiva, cuya ciencia en materia de pulido de la piel y ocultamiento de arrugas recalcitrantes merece una remuneración mensual de… 10 mil euros, sin contar =la información viene del palacio presidencial= los bonos por veladas mundanas, entrevistas en televisión y otras menudencias.
Desde luego no es este gasto, tan necesario, el que, suprimido, pudiese equilibrar las cuentas.
Solo da la medida del desprecio que se tiene por los pringaos, los miserables, los preteridos, los currantes, los artesanos, los pequeños empresarios, los funcionarios públicos, los ancianos y los hijos de nada.
Esa masa de trabajadores que durante el Antiguo Régimen llamaban les manants, o sea los *zafios*, los *patanes*, los *villanos*, los *maleducados*.
La plata, the real money, está en otras manos.
Se acumula que es un gusto y deviene infértil porque ya no queda en qué invertir, me refiero a inversiones rentables en plan high yield, lo que no deja de entristecer a los milmillonarios cuya codicia no tiene límites.
Confrontado a chalecos amarillos cuya determinación se fortalece minuto a minuto, habiendo jurado cien veces ne pas changer de cap =no modificar el rumbo=, Macron recurre a una finta.
Propone posponer durante seis meses los aumentos de impuestos y de tarifas.
La respuesta de los chalecos amarillos no tardó:
*Nos cree imbéciles*, *Es un truco*, *Es una cortina de humo*, *Demasiado poco, y demasiado tarde*.
Uno de sus voceros declara *Hay que terminar con este mundillo político que solo funciona para sí mismo*.
La cuestión de fondo, ya se dijo, es el aumento del poder adquisitivo, la justa distribución de la riqueza creada con el trabajo de todos.
En un país que jamás, en su Historia, había sido tan rico, y que ve crecer la pobreza y la miseria en modo vergonzoso.
Las oposiciones, de la derecha a la izquierda, estiman que se trata de una maniobra de principiante.
Jean-Luc Mélenchon resume el pensamiento de muchos cuando dice:
*El Primer Ministro, o cede, o se va*.
A los chalecos amarillos el Primer Ministro se las trae al pairo:
sus afiches ponen: *Macron dimisión*.
Hasta ahora hemos visto tres manifestaciones, lo que los chalecos amarillos llaman, como en el teatro: Acto I, Acto II y Acto III.
Una pancarta blandida por un manifestante que bloquea las rutas de Francia pone *Acto IV:
Revolución Francesa*.
Hay un llamado a manifestar el sábado próximo…
Los estudiantes, liceanos y universitarios, comienzan a rebelarse, y sus manifestaciones son extremadamente violentas, signo de la presión acumulada a lo largo de años de desgobierno.
Los sindicatos de transporte de mercancías llaman a la huelga.
Los recortes presupuestarios tienen al personal hospitalario al borde de la crisis de nervios.
Los comerciantes, curiosamente, apoyan ampliamente a los chalecos amarillos.
Macron está jugando con fuego.
Si las manifestaciones continúan, París y otras grandes ciudades necesitarán algo más que una maquilladora exclusiva.
Júpiter...al asumir la presidencia Macron anunció que sería un mandatario jupiteriano =sic= bien podría ser enviado de regreso al claustro materno.
Con o sin peluquero.
Abrazo.
Gilgamesh***
Fuente;
-politika
Plus One.
ResponderEliminarGracias.
Jajajaja por eso me hace recordar...el destino de jupiter....donde la trama de la pelicula se trata de algo parecido....si mal no recuerdo....la actriz "Jupiter" es como la reencarnación del adn exacto de una reina dueña de cierta población humana (ganado) seria este planeta, y se revela a esa realeza protegiendo ese pequeño planeta que hereda...aunque la pelicula es solo ciencia ficción...el desenlace es justamente en el planeta "jupiter" donde se desmorona la fabrica ....esta nota me recordo esa trama de esa peli....digamos que podría suceder, por primera ves un pueblo muestra lo que puede hacer unido contra la tiranía...y puede ser muuuy contagioso
ResponderEliminarLa verdad que esto no da para mas, la estupidez de esta gente sobrepasa los limites de lo creible, hasta los militares franceses estan cabreados y acusan a Merdon, de traidor, y si ellos llegaran a tomar el poder hasta calmar las aguas, seran juzgados yla pena de muerte volveria a ponerse en marcha. Siempre dije que los politicos la Revolucion Francesa se la saltaron, no querian ir a clase ese dia, y ahora lo van a sufrir en carne propia, Es lo que no entienden los gobernantes de los paices actuales. Jodan que se quedaran o colgados, o sin cabeza.
ResponderEliminarEs realmente lamentable, el afan de quedarse con el dinero de los pueblos y que los de abajo (pueblo) se joda.
Va a reventar y mal.
Un saludo Gilga y hermanos.
PD, ojo que van a romper el boludometro y no hay marcha atras.
ResponderEliminarAlejandro Arrabal Diaz-Vandinha; muchas gracias.
Alquimista; muy buena cita de esa peli, no recuerdo haberla visto, voy a investigar. Abrazo y gracias.
Oscar301; hola hermano...tal cual, hiciste un relato que al parecer podría ser la antesala de un gran cambio. Y del boludómetro..¡¡jaja!! así es, jeje. Fuerte abrazo, gracias.