***Excelente Sábado para todxs.
Continuando con éste tema les voy a compartir hoy un testimonio que no es de esos que suelen pasar desapercibidos.
A lo largo y ancho del mundo miles y miles de personas han denunciado ser víctimas de los efectos nocivos de las emisiones electromagnéticas a causa de la tecnología inalámbrica, léase telefonía celular, antenas, wifi, etc.
Éste caso le da más notoriedad ya que la víctima es un Médico, uno de los que publiqué en esa enorme lista de científicos y expertos que firmaron la carta de Madrid.
Se ha demostrado que existen miles de personas que tienen una predisposición, o si se quiere, una mayor receptividad a éstas ondas, son *sensibles*, pueden detectar de inmediato la fuente emisora de lo que les genera serios problemas orgánicos, hablamos de las ondas electromagnéticas.
Tortuosa experiencia si lo vemos desde el lado negativo, pero yo pienso entonces en quienes no se dan cuenta...hasta que después..ya es tarde.
En ese universo creo que entramos la mayoría de los mortales que nos vemos atravesados por ésta energía invisible que, en las dosis ya existentes, más, las que quieren implementar, pasaremos a ser =de acuerdo a nuestra edad= una generación atrofiada sin más remedio.
Uno ya está grande, ha vivido mucho, pero...¿los niños?, ¿los *por nacer*?, ¿los que nacerán en unos años?
El tema viene generando opiniones y debates, reflexiones, preguntas, en la sección comentarios de posts anteriores.
El dinero obviamente es la principal causa de ésta locura, que al igual que con la industria del tabaco, fué fomentada por el sistema, recordarán los más viejos o los bien informados no tan viejos, el bombardeo del sistema a través de la *propaganda*, que incentivaba a *fumar*.
Fumar tabaco daba prestigio, imágen de estatus social, eroticidad, etc, incluso años más tarde se apuntó a la mujer, como el resto del mercado consumidor que le faltaba al negocio.
A partir de allí, que la mujer *fumara* era disfrazado de *liberación, y el mercado fué un éxito.
Después, cuando el daño ya estaba hecho en la salud de millones =de varias generaciones= , el sistema se disfrazó de *benefactor* y hoy *fumar tabaco* es objeto =diría sin exagerar= de persecución, de demonización, de idiotez suicida, y de sendas campañas y prohibiciones contra el tabaquismo, ya declarado como *adicción* y no *hábito*.
Con los agroquímicos pasa exactamente lo mismo, hasta que un día cuando el daño sea ya inocultable e indisimulable, serán prohibidos por completo, cuando el sistema haya encontrado algún sustituto que le permita seguir haciendo grandes negocios, sin importar demasiado si sigue siendo nocivo, total...todo pasa, y la propaganda se ocupará =como siempre= de inducirnos a pensar como ella quiere.
Con ésta tecnología comunincacional creo que pasará lo mismo.
Millones de enfermos, tanto física como psicológicamente, conductualmente, atestarán los sistemas de salud que, no contarán con el respaldo de las aseguradoras =tal como lo están manifestando hoy= permitiendo que miles o cientos de miles mueran en la imposibilidad de un tratamiento que los Estados no estarán dispuestos a solventar.
Una vez que la industria se forre en toneladas de dólares, dicha tecnología se reconocerá como *nociva*, se reemplazará por otra más *amable*...y de los muertos y enfermos ya nadie se acordará.
Así es como ésta cúpula demencial e inescrupulosa maneja los ciclos, cuando somos muchos...regulan, cuando sobramos X cantidad de humanos, las mismas víctimas terminamos *comprando* la pastilla que el verdugo ofrece, pastilla que no avisa sobre sus nefastas consecuencias, y que, como niños con juguete nuevo...consumimos sin la debida responsabilidad de medir las citadas consecuencias.
Cuando uno ésto, con el serio problema laboral que la misma tecnología va a generar, no tengo dudas que aquella pregunta que solemos hacernos; *¿qué harán millones de desocupados cuando la inteligencia artificial reemplace a la mano de obra? ya estaría respondida hoy; *muchos ya habrán muerto*.
Cuando reflexiono sobre todo ésto propongo el ejercicio del túnel del tiempo...
Supongamos que hemos regresado a tiempos de el fomento de *fumar tabaco*.
Andaríamos todos prostituídos ante semejante moda, tentación y vicio.
De repente alguien que viene del futuro =sin confesarlo= nos dice que abandonemos el tabaco, que no fumemos, que los vamos a lamentar, que nuestras vidas se verán seriamente afectadas.
¿Qué haríamos? sin dudas que..apenas uno o dos de cada diez..le harían caso al *visitante del futuro*, el resto..fumaría como una chimenea sintiéndose *parte de*, esa clase o arquetipo que el sistema *vende* como exitoso, aunque en el fondo termine siendo un fracasado.
Lo mismo ocurre hoy con la telefonía celular y todo lo demás que de ella deviene.
Sin ir tan lejos, me enteré ayer que en ésta Provincia se viene realizando una prueba que hoy ya es un éxito =dicen= y es la Libreta de Calificaciones de los estudiantes de Colegio Primario, vía telefonía celular...
Todos enamorados del aparato...cientos de aplicaciones creándose cada día para prácticamente...meter en ese mundo a todos..., y el que se queda afuera..es un bicho raro, al cual el resto va a mirar como un cavernario o un simio.
Ahí vamos...al precipicio con mucho gusto, al cadalso felices y sonrientes, al paredón...con mucho placer.
¿Algo optimista?..pues eso va a depender del grado de reacción social, como siempre, algo realmente súper-meritorio en la enorme cantidad de colectivos a nivel mundial que están luchando para que ésta tecnología no se aplique en la medida que se pretende,
¿entonces?..qui lo sá...
Mi nombre es Dr. Carlos Sosa, Doctor en medicina y cirujano, con domicilio actual en Medellin, Colombia, Sudamérica.
Durante el mes de mayo de 2006, me vi obligado a desplazarme de mi casa debido a los síntomas que padecíamos tanto yo como mi familia, causados por las microondas de un mástil de antenas de microondas de Internet-WiFi y otros servicios inalámbricos.
La estructura llevaba colocada en nuestro edificio casi tres anos y la companía que lo explotaba incrementaba poco a poco la frecuencia de transmisión.
En Mayo/06 comencé a tener problemas de salud:
dolores de cabeza, vértigos, insomnio, náuseas, irritabilidad, amnesia o falta de memoria y déficit de atención o de capacidad de la concentración.
No podía soportar el tener cerca de mi casa a ningún otro mástil emisor de microondas, bien fuese de telefonía celular, o antenas de WiFi.
Tanto mi familia como yo, tuvimos que irnos de nuestra casa, pero descubrí que la ciudad estaba inundada por unos 4000 mástiles de antenas, esto hacía que difícilmente pudiésemos vivir dentro de la misma.
Podía detectar desde lejos los campos electromagnéticos emitidos por estos bloques de antenas antes de incluso verlos.
Muchas veces sentía como una quemazón detrás de la cabeza, en el occipital.
Tuvimos que mudarnos de apartamento hasta 5 veces en la ciudad porque la situación era igual allá donde fuésemos.
No podía encontrar paz física o mental dondequiera que fuera dentro de la ciudad.
No podía estudiar de nuevo, como médico esto es una tragedia.
El estudio es mi vida y no podía recordar o concentrarme.
Tuve que dejar mi puesto de trabajo en el hospital porque había varios mástiles de antenas de teléfonos celulares alrededor del mismo.
Sentía inquietud cuando estaba en el servicio de urgencias porque la contaminación electromagnética era muy elevada allí.
A pesar de que solicité ayuda a las autoridades sanitarias locales y al ministerio nacional de comunicaciones de Colombia, nadie me ayudó realmente.
Envié mis informes escritos con evidencia médica a nuestra secretaria de salud de la ciudad, pero no prestaron atención.
Algunos meses más tarde, conocí al Dr. Guillermo Rea que trabaja en la clínica ambiental de la salud en Dallas, y le pedí ayuda porque era consciente de que padecía el *síndrome de las microondas* con alteraciones fisiológicas.
En las universidades de Colombia, no forman a los médicos para tratar este problema y en los países de alrededor tampoco.
Es más, siendo doctor en medicina, soy consciente del DOGMATISMO Y LA IGNORANCIA de la profesión médica.
A pesar de esto, me puse en contacto con un neurólogo muy prestigioso que había estudiado en Gran Bretaña.
Él incluso no sabía que el *síndrome de microondas* existía en medicina, e intentó reírse antes de que le mostrara mi paquete con unas 2000 publicaciones médicas de todas las especialidades escritas por doctores de todo el mundo.
En Dallas pude conocer a gente de los cinco continentes con exactamente mi misma historia:
habían estado expuestos a la radiación de microondas de un mástil que estaba a uno, dos, tres o cuatro bloques más lejos.
No consideraba la posibilidad de sobrevivir en la medida que mis funciones neurológicas estuvieron afectadas profundamente.
Hubo un tiempo en que consideré que mi mejor opción era el suicidio.
El Dr. Rea me diagnosticó una encefalopatía tóxica, disregulación inmune y disautonomía.
Todos estos diagnósticos son una consecuencia directa de la irradiación de microondas.
Permanecía en la habitación de la clínica durante media hora con un tratamiento para recuperar mi salud.
Sabía lo seria que era mi situación.
Básicamente toda mi vida, mi profesión y mi integridad neurológica estaban en juego.
El Dr. Rea me ensenó mucho y le estaré eternamente agradecido, aunque él pretendía que estuviese unos dos o tres meses, mi situación económica no lo permitía.
El primer día tuve que gastar casi todo mi dinero en exámenes de laboratorio.
Los pronósticos médicos en la clínica tuvieron toda la gama de posibilidades desde, sin solución, recuperación parcial, síntomas funcionales, a la curación total.
Volví a Colombia en busca de un lugar libre de microondas y estuve en diez ciudades entre Colombia y los estados de alrededor del país.
La nación está contaminada totalmente por la radiación electromagnética y, Colombia está peor que cualquier ciudad de los Estados Unidos o de Europa.
Finalmente decidí buscar un lugar en las montanas de los Andes, era un sitio hermoso, una vieja casa sin electricidad en un bosque con aire puro.
Aunque podría detectar los campos electromagnéticos que venían probablemente de unidades de radar, había una reducción grande en los síntomas lo que permitió que comenzara a recuperarme.
Permanecí allí 5 meses pero tuve que volver a la ciudad, porque comenzaba a sentir las microondas de los aviones que cruzaban el cielo.
Desafortunadamente, había una ruta internacional de navegación aérea y sintiéndolo mucho tuve que irme de nuevo a la ciudad.
Fue el Dr. George Carlo, jefe de un estudio epidemiológico del CTIA de los Estados Unidos, quien denunció públicamente la evidencia de que había referencias sobre los danos genéticos, linfomas, la ruptura de la barrera hemato-encefálica, etc.
Los criterios usados en medicina y en epidemiología para establecer específicamente una relación causal entre un químico, agente bacteriano o físico y la enfermedad, fueron satisfechos en menos de diez anos, estos criterios, conocidos como los postulados de Koch-Henle, han probado que las microondas de la telefonía móvil afectan a la salud humana de forma catastrófica, pero ningún gobierno a nivel mundial lo ha tenido en cuenta.
Solamente con la voluntad de los pleitos los cambios llegarán a ser eficaces.
Mi caso, como el caso de otros doctores médicos que son o han sido electro-sensibles, no es más que otra versión moderna de la infamia.
Entre éstos está el caso de la directora anterior del WHO-OMS, y del primer ministro noruego.
La exdirectora Gro Harlem Brundtland prohibía a los periodistas usar los teléfonos móviles en su oficina debido a su EHS =electro-hipersensibilidad=.
Las noticias se hicieron públicas en Noruega y Suecia y unos meses más tarde, tuvo que abandonar la dirección de la Organización Mundial de la Salud.
Muchos señalan a Michael Repacholi =máximo responsable medioambiental de la OMS= y a la industria de la telefonía móvil como autores de esta proscripción.
La Dra. Brundtland se hizo paciente en Dallas, así como el Dr. Arturo Firstenberg y La Dra. Lisa Nagy.
No hay duda:
el síndrome de las microondas no solamente es el experimento más grande de la historia de la humanidad, sino también es una de las epidemias más grandes registradas en medicina =después de la peste negra, la gripe, la malaria, el SIDA, etc=.
El departamento de salud del estado de California está estimando que el número total de personas afectadas en los Estados Unidos por EHS o el síndrome de las microondas es sobre UN MILLÓN.
En ningún libro o revista de medicina en el mundo, sea de genética, fisiología, histología, biología molecular, bioquímica, microbiología, medicina interna, pediatría, cirugía, neurología, cardiología, o cualquier otro texto dice que la célula humana esté diseñada para soportar día y noche la radiación de las microondas, durante anos.
Esto es una creación, una invención o una mentira de la industria de la telefonía móvil que fue creada por ingenieros, físicos, electricistas y muchas veces, por graduados de la escuela primaria que no tenían ninguna credencial y ningún conocimiento de medicina.
Ésa es la razón por la que muchos de nosotros estamos enfermos o incluso algunos realmente mueren.
Mientras la industria de la telefonía móvil posea a la Organización Mundial de la Salud, el crimen continuará.
La credibilidad de la OMS tiene un boquete que se extiende más allá de la transparencia.
El conflicto ético es patente.
La epidemia internacional del síndrome de las microondas está alcanzando los niveles de genocidio.
Y Michael Repacholi es internacionalmente responsable de CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD.
Conocimientos de ello, los hay desde los anos 20.
Descrito originalmente en la antigua Unión Soviética durante los anos 40 y 50, el síndrome de las microondas, también llamado Electromagnetic Hypersensitivity, enfermedad de las microondas, de la radiofrecuencia, del radar, sensibilidad eléctrica, enfermedad del teléfono célular, enfermedad del mástil del teléfono célular constituye un CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD a nombre de la industria internacional de la telefonía móvil.
Los informes médicos soviéticos describían ya la acción perjudicial de los campos electromagnéticos en seres humanos en los años 20.
El bombardeo con microondas de aproximadamente el 80-90% de la población humana es, según el Dr. Leif Salford del departamento de neurocirugía de la universidad de Lund en Suecia, el experimento más grande contra la humanidad y los códigos de la ética han sido violados por la Organización Mundial de la Salud controlada por la industria de la telefonía celular desde 1996.
El síndrome de las microondas o la hipersensibilidad electromagnética, constituyen una acción criminal que ha violado la ética médica, el código de Nuremberg, la declaración de Helsinki, y los derechos humanos de la HUMANIDAD como especie.
Es un HOLOCAUSTO internacional responsable de la muerte de millares de personas alrededor del mundo.
No hay una sola autoridad sanitaria en Gran Bretana, los Estados Unidos, España, Alemania, Francia o Colombia que nos cuide.
Considerando la literatura médica de la ex Unión- Soviética, de Polonia y de Checoslovaquia, el número total de referencias médicas internacionales referentes a este problema es inmenso y comenzaron a ser publicados hace más de 80 anos.
El problema no es nuevo.
Además, el gobierno británico sabía de los síntomas de los operadores de las antenas de radar durante la segunda guerra mundial:
los mismos síntomas que padecen quiénes están bajo la exposición a microondas de los mástiles de los teléfonos celulares.
Ni un solo gobierno en el mundo lo tiene en cuenta debido a la implicación de grandes sumas de dinero.
La Organización Mundial de la Salud, hace años una institución muy seria y respetable, fue comprada en 1996 por el director anterior del ICNIRP =Comisión internacional para la protección contra la radiación no-ionizante=, Michael Repacholi.
El ICNIRP es una organización privada que fue constituida para proteger los intereses privados de la industria americana y europea de la telefonía celular.
En paralelo, los teléfonos celulares plantean un problema equivalente a los traficantes de cocaína, habrá siempre funcionarios corrompidos que están dispuestos a vender su conciencia por dinero y a mirar para otro lado.
Actualmente hay una campana internacional para someter a Michael Repacholi a la justicia internacional por CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD.
Personalmente tengo a Michael Repacholi como responsable de mi EHS.
Esta persona tiene que ser sometida a un proceso penal por sus acciones contra millones de seres humanos en los cinco continentes.
LA OMS conocía los efectos perjudiciales décadas antes de la introducción de la telefonía móvil.
A Repacholi le tuvo sin cuidado.
En 1973 la OMS coordinó un congreso internacional en Varsovia bajo los auspicios del gobierno de Polonia y de la FDA =control de medicamentos= de los Estados Unidos. Los resultados de este congreso fueron publicados en el libro titulado:
*efectos biológicos y peligros para la salud de la radiación de las microondas*.
Tengo entendido que Michael Repacholi pidió que este libro fuese quemado.
Repacholi reveló recientemente que hasta la mitad de los fondos empleados en el proyecto de EMF de la Organización Mundial de la Salud procedían de la industria de la telefonía móvil.
El conflicto de intereses es como tener la investigación del patrocinador de la industria del tabaco para negar que los cigarrillos son causa de cáncer de pulmón, de la boca, de laringe, el cáncer de faringe, la enfermedad coronaria, la enfermedad vascular periférica, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el infarto del miocardio, etc.
El Síndrome de las Microondas fue descrito originalmente por los investigadores médicos soviéticos y consiste según ellos en:
Un síndrome neurasténico:
fatiga, irritabilidad, náusea, dolores de cabeza, anorexia, depresión, síndrome cardiovascular, vértigos:
bradicardia, taquicardia, hipertensión o síndrome diencefálico de la tensión arterial baja, problemas de la memoria, dificultades de la concentración, insomnio, la exposición crónica a las microondas se asocia a lesiones dermatológicas, leucemia, a la enfermedad de Parkinson, a la enfermedad de Alzheimer, al desorden de déficit de atención-hiperactividad, a los tumores cerebrales, a los cambios en el electroencefalograma, a las arritmias cardíacas, a los problemas de la reproducción, a las alergias, al hipotiroidismo, a sinusitis, a síndrome de fatiga crónica, etc.
Era sabido desde los anos 20 que las microondas son bio-activas, los abogados como Peter Angelos en los E.E.U.U. están haciendo una fortuna en los pleitos =similares a los realizados contra la industria del tabaco= contra la industria del teléfono móvil.
No solamente eso, Motorola mintió abiertamente al gobierno federal y a sus agencias cuando indicó que tenían millares de estudios que probaron que las microondas no causaban ningún daño.
El año pasado, el sistema judicial de los Estados Unidos estableció que el tumor cerebral que padecía la paciente Sharesa Price era una consecuencia directa del uso del teléfono celular.
Repacholi está totalmente callado ante esto, como la industria y la Organización Mundial de la Salud.
Debido a esta crisis grave que casi me costó la vida, comencé a investigar en una curación posible para EHS o el síndrome de las microondas.
Desarrollé un trabajo que incorpora tratamientos soviéticos anteriores y de la medicina moderna.
Creé mi propia web con la esperanza de ayudar a la gente del mundo a superar esta tragedia =www.thesanctuarydrsosa.com=.
Vivo actualmente fuera de la ciudad en un lugar con un nivel muy bajo de radiación de microondas, *un santuario*.
Colombia ha tenido algunos de los casos más asombrosos en el mundo, uno de ellos fue en Valledupar, en la parte norteña del país.
Mil personas en la vecindad de el Amparo están enfermas debido a dos mástiles gigantes de telefonía móvil.
250 casas están en venta debido a que la gente que padece del síndrome de las microondas se ha marchado.
El gobierno dice que es pura coincidencia.
Deseo dedicar mi vida a ayudar a otros pacientes que como yo, estén haciendo frente a una situación infame causada por la avaricia humana.
Tengo toneladas de información médica que deseo compartir con todos.
Hay esperanza y la medicina, de hecho, ofrece opciones de tratamiento.
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuente;
-avaate
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ResponderEliminarHola. Gracias por tus informaciones. Te hablo desde VILAMARXANT (Valencia )-España. Soy Silver. Respecto a la web del Dr. Sosa no es posible acceder. Conoces otra? Un abrazo.
ResponderEliminarHola de nuevo, ya vi la referencia al final, la fuente de información es de AVAATE. GRACIAS.
ResponderEliminarBuen día
ResponderEliminarAmigo, palabras esperanzadoras de Ricardo Belmont, reforzando un tanto lo que tu ya has manejado.
https://www.youtube.com/watch?v=G5qpuUhPEjE
Abrazos
Hola BrO.
ResponderEliminarEstoy pensando que quizas el aumento de personas que tienen tinnitus o acufenos, pueda deberse a las ondas de estas nuevas tecnologias....
Gracias.
Fuerte abrazo.
ResponderEliminarLEHAIM-Mario; muchas gracias.
LEHAIM; no sé si hablás en serio en joda...jeje...pero en cualquier caso, bien podríamos echarle la culpa a las radiaciones.., especialmente en materia cognitiva..Abrazo.
Silver; muchas gracias, efectivamente el link está como siempre al pie del post, excepto cuando se me escapa hacerlo o en la información solar que de por sí se sobreentiende desde hace años, cuando he referido a NASA-NOAA.
Te agrego que el sitio que se da en el link sobre la web del doctor no funciona, al menos a mí no me abre, de todos modos en ese link que he dejado hacia la fuente, el Doc. deja un correo electrónico, que desconozco si aún lo utiliza. Abrazo.
Mario; gracias por el video, efectivamente comparto y confirmo los dichos de Belmont, sólo espero que Don Manuel no sucumba ante el poder mediático-judicial y elitista que sabe muy bien cómo inducir a la población. Ahí está el quid de todo. Abrazo.