***Excelente previa navideña para todxs.
Bueno...jeje...¿qué decir que no se haya dicho ya sobre días como éste?...
Veamos que dicen algunos;
-Navidad y emociones
Las navidades, con diferencia de cualquier otra festividad, provocan emociones muy contradictorias en las personas.
Mayoritariamente, la reacción suele ser de rechazo ante las obligaciones que implican estas fechas, y sin embargo, quizás porque no es sencillo sustraerse a la presión social y familiar que está *establecida* =comprar y comer abundantemente, reunirse con la familia aunque no se tenga buena relación con ésta, etc.=, pocos se atreven a salirse de la norma.
Se asocia esta celebración al amor, paz, armonía y generosidad;
algo que en realidad está mitificado y es fuente de tensiones, reuniendo todos los condicionantes para que éstas surjan precisamente durante las fiestas.
La soledad es un sentimiento que se pone mucho más de manifiesto durante estos días, lo que lleva a ciertas personas a caer en estados depresivos.
¿Ser feliz en Navidad, cueste lo que cueste?
Lo que en principio tenía otras connotaciones, se ha convertido en una ocasión para que ciertos colectivos con intereses económicos, logren que se dispare el índice de consumo durante unas semanas:
es la excusa ideal para hacer o comprar eso que no nos podemos permitir el resto del año.
O se regalan objetos que muchas veces ni siquiera son necesarios y a menudo no se aprecian.
Por otro lado, se impone tácitamente la obligación de ser feliz, cuando en realidad el gran contraste que se da en estas fiestas se hace evidente en el entorno cercano.
No hace falta ir muy lejos para observar que muchos no tienen lo básico para vivir con dignidad, y si miramos más allá, en otros países hay quienes están sufriendo las terribles consecuencias de conflictos bélicos.
Regalar y disfrutar agasajando y compartiendo exquisiteces es totalmente lícito, aunque esa es sólo una cuestión externa que se debería acompañar de determinada actitud interna.
El fin no es alcanzar una supuesta dicha con los excesos, ni verse con personas a las que se evita durante el resto del año.
Eso llevaría inevitablemente a una sensación de vacío una vez ha pasado todo, cuando se vuelve al ritmo anterior.
Por no hablar de las decepciones y roces que se generan entre quienes ya no tienen una buena relación y se ven obligados a convivir durante las celebraciones.
-No puedo evitarlo, la cercanía de estas fechas me incomoda.
Me embarga una mezcla de pena y dolor y, cual yonki del melodrama, me lanzo en picado hacia la excusa perfecta para darme una llantina.
Llevo toda la vida reventando navidades propias y ajenas.
No creo que mis acontecimientos difieran de los de cualquiera:
he descolocado familias anunciando rupturas sentimentales apenas unos días antes de que nos reuniésemos.
He hablado de mi trabajo días después de que me despidieran, cuando aún lo mantenía en secreto para no disgustar a la familia.
He llorado ausencias asumiendo que a mí no me sorprenderían cual anuncio de turrones.
Igual que no creo que pueda tocarme nunca la lotería, asumo que la Navidad me escuece.
Eso no me exime de avanzar en el calendario;
aguanto mecha y trago.
Quien considere que las Navidades son innecesarias, se equivoca.
A mí me sirven para recordar lo años en virtud de lo que sucediera en ellas.
Casi todos portamos los mismos recuerdos, nos pasan cosas parecidas;
solo cambiamos los protagonistas.
Las Navidades pasan a nuestra memoria por los acontecimientos amorosos, laborales y familiares que convertimos en titulares de nuestra propia revista del corazón.
Me abruman quienes convierten estas fechas en una fiesta y los imagino brindando alrededor de un enorme árbol adornado con brillantina y bolas, cual Norma Duval con sus hijos y nieto.
Disfruto de su espectáculo.
Condensan todos los detalles necesarios y superfluos que ayudan a que aguante con la excusa de que es Navidad.
Familias y Navidad, qué mundo.
Las celebraciones se sustentan gracias a las madres.
Ellas hacen que la Navidad se celebre aunque no te reconozcas en ninguno de tus hermanos.
Se habla mucho de la figura del cuñado eximiendo al familiar que lo adjunta a la cena.
Nuestras parejas dicen mucho de nosotros, así que párate a pensar.
Si tu cuñado es un imbécil, probablemente la primera persona que no te gusta sea con la que ese cuñado comparte la cama.
Pero en Navidad es pecado no perdonar a tu propia familia;
será por una madre por la que soportarás, de nuevo, las miserias de tu cuñado.
Las familias se sustentan en mujeres que actúan de pegamento en reuniones navideñas de comensales que se desprecian.
Son, también, las que nos enseñan a fingir que no echamos de menos a los que faltan.
Para mí las mejores Navidades eran con toda la familia, abuelos, tíos y primos, cosa que no siempre sucedía.
Cuando las cuentas no salían y no se podía viajar, mi madre intentaba que no se notara que estábamos solos en la gran ciudad y nos daba a las hijas a elegir el menú, consciente de que no pediríamos grandes cosas.
Nos sentíamos un poco ácratas y casi blasfemos pero nos divertía mucho.
Aún recordamos entre risas la de veces que despedimos el año cenando huevos fritos con patatas y chorizo al infierno.
Mi madre lloraba, después, fregando los platos. Pero de lo que duele, no se habla.
De la liturgia navideña me gusta su luz, su música y sus posibilidades redentorias en un pobrecito corazón que se lastima cada cierto tiempo.
En Navidad muchas iglesias abren sus puertas para conciertos de música sacra.
Reconozco refugiarme en la Pontificia de San Miguel de Madrid cada vez que escucho los acordes del órgano.
Nada tan terapéutico como dejarme llorar en uno de sus bancos.
Hace mucho que no piso una iglesia más que para disfrutar de su arquitectura y de su arte y el verdadero portal de Belén de mi ciudad está por el mismo barrio que la iglesia en la que me escondo para emocionarme con sus conciertos.
Basta acercarse a las puertas del SAMUR social para ver a mujeres con bebés en brazos buscando refugio.
A esos pesebres el Ayuntamiento no les hace ni caso.
Estas fechas, para muchos, son solo una pantomima.
En Navidad, exaltamos hábitos tan poco recomendables como los religiosos, con la excusa de las felices fiestas.
Como si el machismo que exudan los versículos no fueran responsables de este patriarcado infecto.
En mi casa no creíamos en Dios, pero sí en los curas capaces de arruinarte la vida.
Lo mismo te echaban en cara no haber ido a la misa del Gallo, con la consiguiente comidilla vecinal, como que te metían la mano por debajo de la falda cuando te confesabas.
La Navidad es la excusa perfecta con la que los sacerdotes perdonan pecados, sobre todo los propios.
Fechas para que sea la caridad y no la justicia la que exima de responsabilidades a tantos.
Citas en las que disimularemos las antipatías familiares con tal de no dar un disgusto a los pocos que nos importen.
Con la excusa de que es Navidad…
No es por el amor a Dios por lo que pudiera ser piadosa, sino por la envergadura de mi capacidad amatoria.
Y esa, sabiendo cómo amo, es la que demuestra que los niños no nacen del espíritu santo.
-1. Un regreso impune a la infancia
Es hora de que los adultos reconozcamos que lo más agradable que tiene la Navidad es la oportunidad que ella nos brinda para poder regresar, impunemente, a la época en que el mundo podía echarse a andar con sólo enroscar la cuerda de un juguete mecánico.
*Juguetes para adultos*.
El Heraldo, diciembre de 1950.
2. Navidad:
materialismo sin Dios
Ya nadie se acuerda de Dios en Navidad.
Hay tantos estruendos de cometas y fuegos de artificio, tantas guirnaldas de focos de colores, tantos pavos inocentes degollados y tantas angustias de dinero para quedar bien por encima de nuestros recursos reales que uno se pregunta si a alguien le queda un instante para darse cuenta de que semejante despelote es para celebrar el cumpleaños de un niño que nació hace 2.000 años en una caballeriza de miseria, a poca distancia de donde había nacido, unos mil años antes, el rey David.
Millones de cristianos creen que ese niño era Dios encarnado, pero muchos lo celebran como si en realidad no lo creyeran.
*Estas Navidades siniestras*.
El País, diciembre de 1980.
3. Un amanecer a la medianoche
Los niños, durmiendo con un ojo y vigilando con otro la sigilosa llegada del Niño Dios, despiertan a medianoche sobresaltados.
Para ellos ha amanecido realmente.
Porque para los niños, en la Nochebuena, el amanecer no es la salida del sol sino la llegada de los juguetes.
*Juguetes para adultos*.
El Heraldo, diciembre de 1950.
4. La estética del consumo
Tal vez lo más siniestro de estas Navidades de consumo sea la estética miserable que trajeron consigo:
esas tarjetas postales indigentes, esas ristras de foquitos de colores, esas campanitas de vidrio, esas coronas de muérdago colgadas en el umbral, esas canciones de retrasados mentales que son los villancicos traducidos del inglés;
y tantas otras estupideces gloriosas para las cuales ni siquiera valía la pena de haber inventado la electricidad.
*Estas Navidades siniestras*.
El País, diciembre de 1980.
5. Navidades que llegan con retraso
Mientras sigan llegando tarjetas no es posible admitir que ha pasado la Navidad.
Para la mayoría, tal vez para la casi totalidad de los cristianos, la Navidad es una fecha con su ambiente y su ángel.
Pero para alguien debe ser el recibo de una tarjeta franqueada en una remota oficina de correos de ultramar y para quien piense y sienta de ese modo la Navidad no habrá terminado mientras haya tarjetas atrasadas.
*Navidad en febrero*.
El Espectador, febrero de 1955.
6. Una excusa de viejos para volver a jugar
Las personas grandes han inventado el veinticinco de diciembre para jugar con los cachivaches que el Niño Dios ha traído a los pequeños.
A las doce de la Nochebuena, lo adultos andan por la casa, midiendo la lenta y esperanzada respiración de los niños, sin poder contener los deseos de dar un fuerte redoble de tambor o sentarse a tocar en la sala el caramillo mecánico que ha permanecido en el armario desde la última quincena.
*Juguetes para adultos*.
El Heraldo, diciembre de 1950.
7. Pesebres que eran nuestros
Lo más grave de todo es el desastre cultural que estas Navidades pervertidas están causando en América Latina.
Antes, cuando sólo teníamos costumbres heredadas de España, los pesebres domésticos eran prodigios de imaginación familiar.
El niño Dios era más grande que el buey, las casitas encaramadas en las colinas eran más grandes que la virgen, y nadie se fijaba en anacronismos:
el paisaje de Belén era completado con un tren de cuerda, con un pato de peluche más grande que un león que nadaba en el espejo de la sala, o con un agente de tránsito que dirigía un rebaño de corderos en una esquina de Jerusalén.
Encima de todo se ponía una estrella de papel dorado con una bombilla en el centro, y un rayo de seda amarilla que había de indicar a los Reyes Magos el camino de la salvación.
El resultado era más bien feo, pero se parecía a nosotros, y desde luego era mejor que tantos cuadros primitivos mal copiados del aduanero Rousseau.
*Estas Navidades siniestras*.
El País, diciembre de 1980.
8. Perdiendo la inocencia
La pérdida de la inocencia me enseñó al mismo tiempo que no era el Niño Dios quien nos traía los juguetes en la Navidad, pero tuve el cuidado de no decirlo.
A los diez años, mi padre me lo reveló como un secreto de adultos, porque daba por hecho que lo sabía, y me llevó a las tiendas de la Nochebuena para escoger los juguetes de mis hermanos.
Lo mismo me había sucedido con el misterio del parto antes de asistir al de Matilde Amenta:
me atoraba de risa cuando decían que a los niños los traía de París una cigüeña.
*Vivir para contarla*, 2002.
9. Hacia una cultura de contrabando
Mediante una operación comercial de proporciones mundiales, que es al mismo tiempo una devastadora agresión cultural, el niño Dios fue destronado por el Santa Claus de los gringos y los ingleses, que es el mismo Papa Noël de los franceses, y a quienes todos conocemos demasiado.
Nos llegó con todo:
el trineo tirado por un alce, y el abeto cargado de juguetes bajo una fantástica tempestad de nieve.
En realidad, este usurpador con nariz de cervecero no es otro que el buen san Nicolás, un santo al que yo quiero mucho porque es el de mi abuelo el coronel, pero que no tiene nada que ver con la Navidad, y mucho menos con la Nochebuena tropical de la América Latina.
Según la leyenda nórdica, san Nicolás reconstruyó y revivió a varios escolares que un oso había descuartizado en la nieve, y por eso le proclamaron el patrón de los niños. Pero su fiesta se celebra el 6 de diciembre y no el 25.
La leyenda se volvió institucional en las provincias germánicas del Norte a fines del siglo XVIII, junto con el árbol de los juguetes.
Y hace poco más de cien años pasó a Gran Bretaña y Francia.
Luego pasó a Estados Unidos, y éstos nos lo mandaron para América Latina, con toda una cultura de contrabando:
la nieve artificial, las candilejas de colores, el pavo relleno, y estos quince días de consumismo frenético al que muy pocos nos atrevemos a escapar.
*Estas Navidades siniestras*.
El País, diciembre de 1980.
Muy poco habría para agregar..jeje, de todos modos es Navidad y ahí estaremos, muchos ya viejos que un día fuimos niños, los niños que un día serán viejos, y un Papá Noel que viene cada vez más devaluado, algunos lo esperarán pero no llegará, dicen que el curro no da para semejante viaje y que en algún bosque se está comiendo un buen asado de Reno.
Navidad..., aquí el SMN nos dice que en muchas provincias, incluída ésta, tendremos vientos *en seco*, que comenzarán a soplar a partir de la tarde noche y hasta bien entrada la madrugada.
Los que decidan comer *afuera*, sea el patio, el jardín, la calle, tendrán que anclarse porque el vientito será de entre 60 y 70 Kms. por hora...., con ráfagas de hasta 100 Kms...
Me parece que Don Eolo no se llevará muy bien con el borrachín de barba blanca y traje colorado..
Sea como fuere...
¡¡¡Feliz Nochebuena y Navidad para todxs!!
como se pueda...pásenla bien.
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-enbuenasmanos
-lamarea
-centrogabo
muy buenas tardes amigo Gilga.te deseo os deseo a todos unas felices fiestas
ResponderEliminarPlus One.
ResponderEliminarPersonalmente me siento identificado en lo expuesto en este post.
No obstante...., os deseo paseis una muy buena noche, solxs, en familia o con amigxs y brindeis por la VIDA.
Calido abrazo a TodxS.
Igual para ti querido amigo
EliminarLo mejor pari ti y los tuyos AmigO.
EliminarFuerte abrazo Nestor.
Hola querido amigo, bueno que puedo decir solo una cosa la navidad para Mi cuando niño fueron muy felices pero no por los regalos sino por estar con mi padre era una persona muy especial para mi... No teníamos nada eramos muy pobres apenas teníamos para comer pero el solo hecho de estar con el nada me faltaba lo extraño tanto." mi querido viejo".. un gran abrazo a todos felices fiestas "y para ti querido amigo un gran abrazo y para toda tu familia
ResponderEliminarPor la Vida Hermanos!! Todo pasa, hasta la Navidad jeje. Saludos.
ResponderEliminarSaludos y que tengas felices fiestas
EliminarJejeje..., Es cierto Nefer.
EliminarEs lo bueno del paso del tiempo...
Lo mall ws que es ciclico.... Vaya faena.
Abrazos.
Querido Gilga he de decirte que no me enteré de tus apreturas porque estube un tiempo sin este chisme, ha sido después en el repaso que he sido consciente y me ha dado rabia no estar en el momento para ayudar. No dudes en tirar de nosotros porque somos muchos y con poco de cada uno te ayudamos, tu estás solo y nos haces feliz es cada día sabiendo que siempre estás aquí. Un abrazo fuerte y felices fiestas para ti y todos los demás compás!!
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ResponderEliminarcarlos; ¡¡¡muchas gracias amigo!! espero que tú lo hayas pasado superbien también. ¡fuerte abrazo!
LEHAIM; gracias por valorar Bro, mismo deseo para ti y para todo el grupete de amixs de TF, fuerte abrazo
Néstor González; ¡muchas gracias querido Néstor!!efectivamente en éstas fiestas uno carga con muchos recuerdos y añoranzas, cuesta no hacerlo mas hay que guardar siempre lo lindo y bueno, dar gracias por haberlo experimentado y en el presente valorar y amar a quienes hoy nos acompañan.
Espero hayas pasado una hermosa Noche Buena y Navidad, abrazo grande amigo.
Nefer; ¡¡¡gracias hermano!! jeje así es, espero lo haya spasado requetebien, seguramente así ha sido, pese a todo, jeje. Abrazo.
Rufina; ¡¡¡muchas gracias amiga!! igualmente para vos. Ninguna rabia, son cosas que pasan y afortunadamente el difícil momento pudo ser subsanado gracias a ese maravilloso puñado de amixs. No hará falta volver a recurrir a ese método Rufina, todo va viento en popa y hay blog para rato en lo que se refiere al tema económco.
Muchísimas gracias igual por tu buena intención.
Fuerte abrazo!!
Gracias. Si la interpretación es relativamente correcta. Todas las Psico que tienen un 5 estarían relacionadas con el ciclo solar 25... Por ahora he encontrado 16 psicos con el 5.
ResponderEliminarCambiando de tema encontré una psico que creo que estaría relacionada con la tecnología 5G. al menos esa es mi interpretación.
Jáspeto