***Saludable noche de Martes para todxs.
América Latina.
Ayer Lunes;
-Brasil 234
-Chile 156
-Costa Rica 41
-Perú 86
-Ecuador 58
-Argentina 68
-México 53
-Panamá 55
-Colombia 54
-Paraguay 8
-República Dominicana 21
-Cuba 4
-Honduras 6
-Bolivia 11
-Jamaica 10
-Guatemala 6
-Venezuela 17
-Puerto Rico 5
-Aruba 2
-Uruguay 29
Hoy Martes;
-Brasil 321
-Chile 201
-Costa Rica 50
-Perú 117
-Ecuador 111
-Argentina 79
-México 82
-Panamá 86
-Colombia 65
-Paraguay 9
-República Dominicana 21
-Cuba 5
-Honduras 9
-Bolivia 12
-Jamaica 12
-Guatemala 6
-Venezuela 33
-Puerto Rico 5
-Aruba 2
-Uruguay 50
España, caso testigo de nuestro estudio y análisis.
Éste Martes cerró con 1.884 nuevos contagiados y 191 nuevos fallecidos.
Las cifras totales en España son;
11.826 infectados
533 decesos
La tasa de letalidad asciende, y cierra en un 4.5%
Importantísima información;
El Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud sabían ya en septiembre de 2019 que una pandemia era posible.
Y tenían comprobada la desidia de la mayoría de los gobiernos.
Todos sabían que invertir en prevención y organización es diez veces más barato que el costo de una tragedia.
Eso, naturalmente, sin hablar de los muertos.
Pero no invirtieron ni se organizaron.
Los datos figuran en el informe *Un mundo en riesgo* elaborado para las dos entidades por el Consejo para Monitorear la Preparación Global, GPMB por su sigla en inglés, al que tuvo acceso Página/12.
El concepto de preparación está definido en el documento.
Es la capacidad, que incluye conocimiento y organización, de los gobiernos, las comunidades profesionales, las sociedades y los individuos de *anticipar, detectar, responder y recuperarse del impacto de una probable, inminente o real emergencia en salud*.
Caos social
Atentos, vigilantes y organizados porque el capítulo más duro del informe de 48 páginas se titula *Un mundo en riesgo*.
El peligro, calificado como *agudo*, consistiría en *epidemias o pandemias devastadores, regionales o globales, que no solo causan pérdida de vidas sino que atacan a la economía y pueden crear caos social.
Los problemas pueden ser potenciados por la urbanización creciente, una economía integrada globalmente, los viajes más rápidos, los conflictos, las migraciones y el cambio climático*.
Las chances de una pandemia =y si es deliberada peor= crecen a niveles que el informe califica de *riesgo biológico global catastrófico*.
Y todo podría ser peor en un marco de pérdida general de confianza en las instituciones.
Hechos
Hay razones firmes para preocuparse.
Solo entre 2011 y 2018 la OMS registró 1483 hechos epidémicos en 172 países.
Entre otros, la gripe, el SARS, el Síndrome Respiratorio del Medio Oriente, Ébola, Zika y la fiebre amarilla.
Los que más sufrieron fueron los países pobres o más débiles en materia de cuidados primarios e infraestructura de salud.
El colapso de los sistemas sanitarios lleva no solo a mayor número de muertes cuando hay epidemia.
Conduce a más muertes en general.
La causa es la desprotección.
Costos
Los costos económicos fueron fabulosos.
El SARS de 2003 produjo pérdidas por 40 mil millones de dólares.
El Ébola, por 53 mil millones.
El H1N1, entre 45 mil y 55 mil millones de dólares.
El Banco Mundial hizo el cálculo de que si se repitiera hoy el equivalente de la Gripe Española de 1918 el PBI mundial caería un 5 por ciento.
Quedaría destruida la vigésima parte de la riqueza mundial.
Un ejemplo fue el Ébola.
Significó para Guinea, Sierra Leona y Liberia una caída del 50% en turismo, del 51% en empleo y del 20 % en PBI.
La Gripe Española, a pesar de su nombre, no solo afectó a España.
Fue una pandemia que en 1918 enfermó a la tercera parte de la población mundial y mató a 50 millones de personas, más que los muertos en la Primera Guerra que se libraba entonces.
Hoy la población mundial es cuatro veces mayor y la mayoría de los viajes son menores de 36 horas.
En estas condiciones, además de la mortalidad una pandemia *podría causar pánico, desestabilizar la seguridad nacional e impactar seriamente sobre el comercio y la economía*.
A nivel mundial el comercio, los servicios y el turismo representan el 18% del producto global.
Inversiones
Para el FMI una crisis es considerada desastre económico cuando produce una caída del PBI del 0,5 por ciento.
Una pandemia podría representar lo mismo.
*A pesar del coeficiente costo-beneficio de la preparación, que es favorable al beneficio, los gobiernos no lo tienen en cuenta*, se queja el documento.
Prepararse no implicaría gastar más de dos dólares por persona y por año.
Por año y en todo el mundo una inversión de entre dos mil y 3.500 millones de dólares en la mejora de sistemas de salud tendría un beneficio de unos 30 mil millones de dólares anuales.
Es verdad que hay iniciativas puntuales.
Desde 2017 funciona la Coalición para Innovaciones en la Preparación contra las Epidemias, la CEPI por sus siglas en inglés fundada por Alemania, India, Japón, Noruega y la Fundación Bill & Melinda Gates.
La CEPI quiere hallar una vacuna.
El problema, en general, es que los Estados reaccionan con el problema delante y no antes.
Y entonces ponen menos dinero del necesario.
Incluso aunque esté claro no solo el riesgo sino, dice el informe, *la probable incapacidad de muchos sistemas nacionales de salud para afrontar una gran afluencia de pacientes con patología respiratoria*.
El peligro de patologías respiratorias de alto impacto queda reforzada en este mundo por la velocidad de infección y la facilidad del transporte.
Microorganismos no naturales pueden ser desarrollados o recreados en laboratorios como armas biológicas por parte de *países, grupos terroristas o individuos con grandes capacidades científicas*.
Lo mismo podría suceder con una filtración accidental.
Las consecuencias de los microorganismos no naturales serían peores que las producidas por virus naturales.
Según el informe el mundo está atrasado también en investigación y desarrollo de la cuestión epidémica.
Y en inversión sanitaria.
Ello aunque el costo social y económico de una epidemia siempre es mayor que el de la inversión en planeamiento y comunicación de riesgo.
Para septiembre de este año el G-7, el G-20 y el G-77 deberían tener listo su monitoreo sobre el nivel de preparación para la pandemia.
¿Lo harán?
Algunos progresos
La planificación para las emergencias crea un círculo virtuoso, y la preparación permite una respuesta eficaz, además de mayor conocimiento que servirá para la crisis siguiente.
Algunos progresos se produjeron.
La detección es más veloz que antes.
Así ocurrió con el brote de Ébola en la República Democrática del Congo y en Uganda.
China y Nigeria desarrollaron organismos nuevos.
La OMS puede reaccionar más velozmente que antes.
Símbolo de la síntesis entre voluntad política, inversión financiera y mejora en el sistema de salud, Corea del Sur logró contener un segundo brote de MERS en 2018.
India hizo lo mismo con el virus Nipah, letal, en mayo de 2018.
El GPMB está integrado entre otras personas por Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega y ex directora de la OMS, el secretario general de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja Elhadj As Sy, el presidente de la Academia de Medicina de los Estados Unidos Victor Dzau, el británico Jeremy Farrar, el presidente de la Fundación Bill & Melinda Gates Chris Eliasel, el infectólogo norteamericano Anthony Fauci, la directora de la Unicef Henrietta Fore, la chilena Jeanett Vega Morales y el experto chino George Gao.
Estados Unidos y el rotundo fracaso del neoliberalismo
*Es una gripe*, decía Donald Trump sobre el coronavirus hace menos de un mes, con esa mezcla de ignorancia y soberbia que lo caracteriza.
Pero desde esa definición a la fecha se sucedieron 69 muertes, 3.774 contagios y una declaración de emergencia nacional en Estados Unidos.
La propagación de la pandemia exhibe como pocas veces las graves falencias del sistema de salud estadounidense:
una buena parte de la población no tiene seguro médico, y no existe en muchos estados la licencia paga por enfermedad.
Para colmo, surgieron dificultades a la hora de implementar los primeros tests de coronavirus en el ámbito público.
Si bien la declaración de emergencia nacional pretende extender su aplicación en laboratorios privados, todavía no queda claro cuántos estadounidenses podrán hacer frente a los costos.
Mientras tanto, los precandidatos demócratas a la presidencia, Bernie Sanders y Joe Biden, intentan capitalizar los errores de Trump y su gestión como plataforma para presentar sus programas de salud.
En sus primeras apariciones públicas tras los primeros casos de coronavirus en el país, Trump se mostró escéptico y le restó importancia al verdadero peso de la crisis.
El presidente pasó de pensar que el coronavirus era un problema exclusivamente chino =lo llamó *un virus extranjero*= a descartarlo por considerarlo un engaño del partido demócrata.
El miércoles pasado, cuando ya llovían las quejas por el manejo gubernamental de la pandemia, Trump declaró la suspensión de entrada al país de los extranjeros que hayan estado en un total de 26 países europeos pertenecientes al espacio Schengen.
El anuncio de emergencia nacional llegó sobre el cierre de una semana difícil para la bolsa estadounidense.
A pesar de que el viernes registró una limitada recuperación, los principales índices bursátiles sufrieron su peor caída desde la crisis financiera de 2008.
Esa parece ser la mayor preocupación del mandatario.
Salud en estado crítico
Apenas un elemento resulta suficiente para alimentar la hipótesis pesimista pero realista de que el coronavirus se continuará expandiendo en el país:
la inexistencia de un sistema de salud público consolidado y progresivo.
En un interesante artículo publicado en The Guardian , el exsecretario de Trabajo durante el gobierno de Bill Clinton, Robert Reich, afirma que *En lugar de un sistema de salud público, tenemos un sistema privado con fines de lucro para las personas que tienen la suerte de pagarlo y un sistema de seguro social desvencijado para las personas que tienen la suerte de tener un trabajo a tiempo completo*.
En la actualidad, 30 millones de personas no poseen seguro médico, y otros 40 millones sólo acceden a planes deficientes, con copagos y seguros de costos tan elevados que sólo pueden ser utilizados en situaciones extremas, según la Kaiser Family Foundation, una organización dedicada a investigar temas de salud.
El miedo a no poder pagar las costosas consultas y tratamientos puede impedir que se detecten contagios y el coronavirus siga propagándose.
Frente a ese contexto reaparecieron en la escena pública los programas de salud de los precandidatos demócratas Bernie Sanders y Joe Biden.
El Medicare For All propuesto por Sanders es la base de su plataforma progresista.
Su plan dejaría intacta la infraestructura actual de médicos, hospitales y otros proveedores de atención médica, pero nacionalizaría la industria de los seguros de salud. Casi todo el dinero que las personas y los empleadores pagan actualmente a través de las aseguradoras, así como gran parte del dinero que pagan los estados, según el plan de Sanders, pasaría a ser pagado por el gobierno federal.
El programa de Biden, en cambio, es menos ambicioso.
No tocaría el actual Medicare, junto con las aseguradoras privadas que ofrecen los planes llamados Medicare Advantage, pero les daría a los estadounidenses más jóvenes la opción de inscribirse en una nueva póliza administrada por el gobierno.
El foco puesto en la juventud, a diferencia de Sanders que cree que la prioridad son las personas de la tercera edad:
no es casual que se trate del grupo etario más castigado por el coronavirus.
Falta de kits
Más allá del relato cínico de Trump, en Estados Unidos durante varias semanas no hubo suficiente stock de kits de diagnóstico para comprobar quién estaba infectado, lo que significa que muchos potenciales casos pueden haber pasado desapercibidos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades-CDC, los principales institutos de salud pública del país, inicialmente sólo permitían realizar pruebas en sus propios laboratorios.
Durante más de un mes, cada estado debía enviar las muestras de posibles contagios por correo postal a la sede de los CDC en Atlanta, el único lugar autorizado para realizar las pruebas.
Fue recién la semana pasada cuando los 50 estados del país empezaron a contar con la capacidad técnica para realizar los exámenes de manera autónoma.
Según cifras oficiales, hasta el martes pasado solo 79 laboratorios estatales o del sistema de salud pública contaban con capacidades para hacer las pruebas, en un país con más de 327 millones de habitantes.
Con el giro de fondos tras la declaración de emergencia nacional, se espera que el trámite se agilice con la habilitación de laboratorios privados.
El alto costo de enfermarse
En teoría, los CDC ofrecen el test de coronavirus de manera gratuita, siempre y cuando esté prescripto por un médico.
Y las grandes aseguradoras del país sostienen que tampoco cobrarán por el servicio en algunos estados.
Pero esa supuesta gratuidad no es suficiente para esconder al resto de las dificultades.
Osmel Martinez Azcue le contó al Miami Herald cómo, al volver con síntomas de gripe de un viaje a China, acudió a un hospital de Miami a hacerse las pruebas de coronavirus.
Resultó que tenía una gripe.
Pero también una factura de 3.270 dólares que lo esperaba apenas volvió a su casa.
*¿Cómo se puede esperar que los ciudadanos contribuyamos a reducir el riesgo de contagio entre personas si los hospitales nos van a cobrar más de 3 mil dólares por un análisis de sangre y una muestra nasal?*, se preguntaba indignado este joven de origen cubano.
El caso de Shefali Luthra, miembro de la Kaiser Family Foundation, no fue tan doloroso aunque también expone las falencias del sistema y la falta de coordinación.
Tres días después de volver de una conferencia en Nueva Orleans, a Luthra le avisaron que al menos uno de los asistentes había dado positivo en el test de coronavirus.
*Como periodistas y divulgadores de la medicina estamos en teoría muy bien equipados para saber lo que ocurre.
Pero en la vida real, descubrir si estamos en riesgo y hacernos la prueba es casi imposible.
Resulta que tanto el consejo médico como el acceso a las pruebas varían dramáticamente dependiendo de dónde vives y quién eres, y no está claro cuál es el estándar*, relata en diálogo con PáginaI12.
Lo que además llamó la atención de Luthra fue una evidente discriminación.
El congresista republicano Matt Gaetz fue el único de ese grupo de trabajo que consiguió ser evaluado.
*Inicialmente no tenía los síntomas pero decidí que debía intentar hacerme la prueba, como lo hizo Gaetz.
Después de todo, Trump prometió que las pruebas estarían disponibles para cualquiera que quisiera una…*, admite Luthra con un dejo de ironía.
Al día de hoy y a pesar de gozar de un buen seguro médico, todavía no pudo acceder al preciado test.
La crisis del coronavirus también exhibe la fragilidad del sistema laboral nacional.
El CDC le recomienda a todos los estadounidenses que se queden en casa si están enfermos.
Pero ¿cómo podrían hacerlo, si en muchos casos eso significa que automáticamente dejen de cobrar sus sueldos?
A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de los países industrializados, en Estados Unidos ninguna ley federal obliga a las empresas a pagarles licencia por enfermedad a sus trabajadores.
Sherry Leiwant, copresidenta de A Better Balance, que hace campaña por una mayor protección en los lugares de trabajo, comenta a este diario:
*Una buena cantidad de estudios demuestran que el contagio se puede contener con la licencia laboral con goce de sueldo*.
Pero agrega que los trabajadores prefieren *no quedarse en casa para aislarse si de esa manera ponen en riesgo sus puestos de trabajo*.
Según una reciente encuesta de la firma YouGov, casi la mitad de los trabajadores admiten que el año pasado acudieron enfermos a su empleo.
Por primera vez en la historia y movido por la urgencia de la situación, el Congreso de Estados Unidos está abordando la problemática.
El proyecto de ley aprobado el viernes prevé *10 días de licencia por enfermedad y 12 semanas de licencia pagas para aquellos que están enfermos de coronavirus o cuidando a un familiar cercano que esté en cuarentena o afectado por el cierre de escuelas*, detalla Leiwant.
Pero la medida, que ahora pasará por el Senado, exime de esa responsabilidad a las grandes empresas del país:
nuevamente, los mayores privilegiados serán los más poderosos.
Caída y descenso de una ex-potencia
-Esto es aquello que venimos diciendo insistentemente en los últimos días:
algunos países no son culturalmente aptos para sobrevivir a determinadas coyunturas.
Uno de esos país es el que no tiene nombre:
los Estados Unidos de América.
Decíamos que si llegara a reproducirse en los EE.UU. un escenario similar al de Italia, las autoridades tendrían muchas dificultades para contener la situación.
Primero porque no existe sistema de salud público.
Primero y principal, por supuesto, pero también porque habrá allí cualquier cantidad de yanquis apelando a las enmiendas de la Constitución para hacer valer sus derechos y garantías individuales sobre los intereses del grupo.
Los EE.UU. son la propia anarquía en potencia.
Y también está esto:
están todos armados hasta los dientes, cualquier pichi tiene un arma y encima salen a comprar más.
Se estoquean de armas porque saben que van a empezar los tiros y cada cual se quiere salvar así, a los tiros.
Así les va a ir y no hay Guardia Nacional que valga para contener cuando se empiecen a tirar tiros entre civiles.
Los Estados Unidos son la llamada *democracia liberal*, son la sociedad abierta que las élites globales y eso no es muy bueno en casos de epidemias y pandemias, como se ve, porque el Estado no está presente en las necesidades del pueblo.
El liberalismo y el globalismo son muerte.
Solo queda pedir que Dios los ayude, porque otra no queda.
Y un mensaje para quienes pese a la enorme ayuda del Estado y nuestro esfuerzo, no aprovechen los beneficios para tomarse *vacaciones*;
Preocupa Chile;
La población chilena está viviendo horas de mucho peligro.
No tanto por el virus que tiene alarmado al mundo, sino por el uso que Sebastián Piñera querrá darle el compresible temor de la gente.
El advenimiento del COVID 19 está siendo tratado por el gobierno y sus órganos de inteligencia, como una oportunidad para retomar el mando del país, hasta ahora en manos de las FF.EE. de carabineros.
De la buena administración del pánico generado por el temido virus, dependerá lo que resta de gobierno y de historia.
La idea de vaciar las calles de estudiantes fue malamente adelantada por los alcaldes.
La medida estaba pensada para después, para más cerca del plebiscito, cuando el número de contagiados fuera alarmante y ya se supiera de muertos.
Piñera está jugando con el miedo de la gente.
En breve, cuando el número de infectados aumente, el gobierno sacará su peor cara y llamará a la unidad nacional ante el peligro que reviste el aumento descontrolado de una infección que podría dañar a gran parte de la población.
Y nuevamente veremos a los mismos de siempre con sus caras de contrición y de real preocupación por la gente llamando a quedarse en casa, no juntarse en grupos y atender las orientaciones del gobierno.
Rol destacado van a jugar los militares que van a salir a custodiar las calles para evitar que los desordenados de siempre pongan en riesgo la salud del resto de la población obediente y temerosa.
La idea será matar la mayor cantidad de pájaros, con la misma peste.
No será para nada extraño que se decrete algún estado de excepción que limite, esta vez por razones estrictamente de salud pública, el desplazamiento y reunión de las personas.
Tampoco resultará extraño que la plaza Dignidad amanezca un día tomada por tropas del Ejército, debidamente cubierta con ropas de guerra biológica, para evitar que se reúna la gente, argumentando el riesgo de contagios mayores.
Sebastián Piñera no es una persona apta para enfrentar una crisis como la que puede detonar el contagio masivo del COVID 19.
Se trata la suya de una psicología que obra de mejor manera bajo presión pero solo cuando se trata de tomar decisiones para ganar dinero.
No cuando se trata de salvar vidas o evitar riesgos en la población.
En esos casos, Piñera simplemente no sabe qué hacer.
Esas variables que tienen que ver con las personas y sus vidas, no entran en las ecuaciones que dominan un cerebro solo apto para la ganancia y la acumulación de dinero sin sentido.
Si se trata de ganar plata, no falla.
Si se trata de entender lo que la gente exige, no atina siquiera a escuchar.
Experto en el arte de simular, propio de los que se dedican a la especulación financiera, no vacilará en mentir de la manera más descarada, convencido que nadie se atreverá a desdecirlo.
Esta es su única oportunidad.
Piñera intentará por todos los medios presentarse como el líder que salvará al país de la tragedia.
Sus equipos de inteligencia estarán en estas horas definiendo los cursos de acción y las operaciones psicológicas para instalarlo como el gran líder que salvó al país.
Así, el COVID 19 se transformará en la gran oportunidad que estaba esperando y en breve veremos que los número de las encuestas que le han sido tan esquivos en los últimos cuatro meses, ahora comenzarán a subir como por arte de magia.
En este estado de cosas, resulta increíble que nadie o muy pocos saquen la voz para denunciar el manejo interesado de una crisis en extremo peligrosa.
Las organizaciones de trabajadores hasta ahora no han dicho esta boca es mía para denunciar el manejo que se intenta de una enfermedad que puede diezmar la población chilena, expuesta a un sistema de salud público en pésimas condiciones.
Y a un gobierno que no gobierna.
Así como van las cosas, no sería raro que los mismos de siempre nuevamente se tomen de las manos luego de firmar un acuerdo que suspende el proceso constitucional, decreta estado de sitio, ordena vaciar las calles e impone penas del infierno al que ose protestar en la plaza.
Quizás recuerden cuando conté de aquél familiar no directo, allí vivía...en la gran *Torre Maui*, departamentos únicamente asequibles para un acotado estrato social, de esos que aman más al dinero que a su propia vida, mucho menos la vida de los demás.
Al parecer algo en común los une, la impunidad que da el dinero y su desprecio por las normas;
Este martes por la mañana efectivos policiales de la provincia de Santa Fe, bajo supervisión del Ministerio Público de la Acusación, realizaron un operativo de notificación a un hombre por haber incumplido al delito de *posible propagación de una enfermedad peligrosa o contagiosa para las personas*.
Es el tercer caso de este tipo en la ciudad.
El fiscal de la Unidad especializada en casos por COVID19 Gustavo Ponce Asahad resolvió este martes por la tarde su detención domiciliaria, confirmaron voceros a Rosarioplus.com, por el delito calificado como violación de medidas adoptadas por autoridad para impedir la propagación de una epidemia y desobediencia a un funcionario público en ejercicio legítimo de sus funciones.
El hombre, cuyas iniciales son M.M., fue hallado en el lobby de la exclusiva Torre Maui.
La guardia de seguridad del edificio tiene un registro de sus ingresos y salidas de los últimos tres días, consignaron voceros de Seguridad provincial, quienes afirmaron a este medio que el detenido habría vuelto de un viaje a los Estados Unidos, vía Perú.
El hombre fue detenido en el mismo edificio de la avenida Estanislao López al 2600, y será imputado por incumplir con los artículos 202, 205 y 239 del Código Penal.
En base a los hechos el fiscal ordenó medidas para asegurar que no hay riesgo para los vecinos del edificio.
En tanto que personal policial permanecerá frente al domicilio.
Los olvidados en el Estado español;
Cuando la población respetable, que es la mayoría, permanece encerrada en casa para protegerse del coronavirus, los sectores sociales marginales que no la tienen no sabemos cómo sobrevivirán.
En España se cuentan 30.000 personas sin techo, durmiendo en la calle, bajo los puentes, en los cajeros automáticos, en improvisadas barracas de cartones.
No sé qué clase de protección han organizado las Administraciones para estas personas, a menos que se crea que son inmunes al contagio, y aún mejor, que son incapaces de contagiar dada la distancia que les separa del resto de la sociedad bien instalada.
¿Y qué va a pasar con los emigrantes, los que solicitan refugio huidos de las guerras de Medio Oriente, los menores no acompañados, a los que el destino les ha permitido superar los innumerables peligros que les separaban del Paraíso europeo y ahora se amontonan en los infames Centros de Internamiento que los gobernantes han montado en España para no otorgarles el asilo que solicitan?
Más de dos millones de personas mayores de 65 años viven solos en España.
En el actual bloqueo para aislar el coronavirus no conozco los planes gubernamentales para proveerles de la comida y los enseres necesarios para sobrevivir con dignidad. Aunque la competencia de la atención social es del gobierno de las Comunidades y en alguna medida también de los Ayuntamientos, al haber aprobado por decreto que la sanidad y la asistencia social dependen exclusivamente del gobierno de la nación, el Presidente tendrá que informarnos del plan de atención a ese colectivo tan silencioso y necesitado de cuidados.
No sea que, concluida la emergencia, descubramos a centenares de ellos muertos en sus casas, sin haber sido atendidos.
Teniendo en cuenta que en época normal se encuentran decenas de ancianos y ancianas que han fallecido en la soledad y el silencio sin que ni vecinos ni asistentes sociales hayan sido advertidos de su desaparición, me temo que en este tiempo de crisis van a ser muchos más los abandonados.
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-pagina12
-pagina12B
-batallakultural
-politika
-rosarioplus
-canarias-semanal
-RTVE
hola todas las noches entro a leer tus posteos, soy de buenos aires, me gustaria que hicieras un analisis de la situacion en Argentina. Gracias.
ResponderEliminarPlus One.
ResponderEliminar
ResponderEliminarlean; muchísimas gracias por tu interés y tiempo dedicado a leer mis publicaciones, muy amable de tu parte.
Con respecto a tu pedido de mi opinión sobre Argentina acabo de hacerlo en el nuevo post, espero haberte sido útil y claro.
Un abrazo.
LEHAIM; gracias hermano por valorar.