sábado, 27 de mayo de 2017

* Disonancia cognitiva y proselitismo religioso *

***Excelente Sábado para todos.

En su libro *El cerebro espiritual*, Francisco J. Rubia =Doctor en Medicina por la Universidad de Dusseldorf y Director del Instituto Pluridisciplinar de la Universidad Complutense de Madrid= dice;

*Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha buscado trascender la realidad cotidiana: evadirse del mundo natural y hallar una *segunda realidad*, el ámbito que ha llamado sobrenatural. Tanto la realidad cotidiana como esa segunda realidad son ilusiones generadas por el cerebro. 
La consciencia egoica es la responsable de la realidad cotidiana; la consciencia límbica, de la segunda realidad. Ambos tipos de consciencia conviven en el hombre contemporáneo. Desde el punto de vista neurobiológico, o cerebral, tan real es la realidad cotidiana como la segunda realidad, ya que ambas son fruto de la actividad de nuestro cerebro*.

¿Y qué le pasa a nuestro cerebro espiritual cuando ingresa en caminos peligrosos?..
Algunos buenos apuntes de investigaciones que les dejo en ésta fría tarde sureña de Sábado.
Desengaños espirituales, frustraciones, y un extraño mecanismo mental que busca salir de la decepción ...auto-engañándose más..



En su libro *Elogio del ateísmo-Los espejos de una ilusión*, Gonzalo Puente Ojea aborda en uno de los capítulos =Las paradojas del incumplimiento= las razones por las que las profecías fallidas y sus adherentes en lugar de desencantarse, tienden a seguir creyendo.
Puente Ojea afirma que este mecanismo de supervivencia frente a los palmarios incumplimientos proféticos obedece al principio psicológico de la disonancia cognitiva y cita, en apoyo de su tesis, un estudio clásico de psicología social editado a mediados de los años cincuenta del siglo pasado.

En efecto, en 1956 se publicó un libro titulado *When Profecy Fails: A Social and Psychological Study of a Modern Group that Predicted the Destruction of the World*. El texto lo firmaban los profesores de la Universidad de Chicago Leon Festinger, Henry W. Riecken y Stanley Schachter. El libro, todo un clásico en los estudios de sociología de la religión, recoge una investigación llevada a cabo sobre una pequeña secta milenarista y apocalíptica inspirada por Dorothy Martin =en el libro aparece con el alias de *Marian Keech*= un ama de casa que afirmaba haber recibido mensajes de unas entidades extraterrestres llamados *the Keepers* =los Guardianes= procedentes del planeta Clarion.

Estos mensajes anunciaban la destrucción del mundo en un gran diluvio que tendría lugar en la madrugada del 21 de diciembre de 1954. La señora Martin =o Keech= consiguió reunir en su torno a un reducido número de acólitos que se llamaban a sí mismos *the Seekers* =algo así como *los Buscadores*= y que, de acuerdo con los mensajes recibidos telepáticamente por aquélla, serían puestos a salvo y transportados en platillos volantes fuera de nuestro planeta.
Por supuesto, nada de lo profetizado tuvo lugar.

Ese 21 de diciembre el mundo amaneció y anocheció como acostumbraba. Ni catástrofes, ni inundaciones ni, por supuesto, platillos volantes. Los integrantes de la pequeña secta, congregados principalmente en el domicilio de Marian Keech, habían quemado =casi literalmente= sus naves. Muchos de ellos habían vendido sus propiedades y se habían deshecho de posesiones que, en virtud de lo inminente del apocalipsis, resultaban obviamente superficiales.
Lo interesante, en realidad, vendría después.

Aunque, desencantadas y conmocionadas por el incumplimiento de la profecía, algunas personas abandonaron su compromiso con la secta de los Buscadores, un número importante de miembros permaneció dentro de la organización y se reafirmó en el conjunto de creencias que, hasta el momento, había guiado su comportamiento y su compromiso. No sólo eso, sino que a partir de ese momento, los fieles Buscadores empezaron una intensa labor de proselitismo, una actividad que hasta entonces no se habían molestado en llevar a cabo. Nada, por tanto, de derrotismo ni de distanciamiento crítico con los postulados de la secta de la señora Keech.

Festinger y sus colaboradores dan cuenta en su libro, con bastante detalle, de los avatares padecidos por los Buscadores antes, durante y después de la fecha de la profecía fallida. Analizan también la dinámica interna del grupo de creyentes y examinan algunas reacciones individuales a partir del incumplimiento del holocausto. Pero los profesores se centran particularmente en la consolidación del grupo de creyentes después del monumental fiasco y en su nuevo compromiso proselitista. 

Donde cabría esperar desengaño, desilusión y abandono, Festinger y los suyos encuentran, bien al contrario, una llamada a apretar filas a través de un renovado compromiso militante, que se sustancia en un proselitismo en tanto actividad de cohesión grupal.

Para los autores del estudio lo verdaderamente llamativo es esta reacción de fervor religioso que sigue a la *desconfirmación de la creencia en el cumplimiento de la profecía*. Y proponen un mecanismo explicativo que relaciona causalmente, bajo ciertas condiciones, la constatación del incumplimiento profético con el brío renovado en el compromiso creyente y en la militancia proselitista. La explicación cursa a través de lo que en psicología se conoce como disonancia cognitiva.

Al comienzo del libro encontramos la tesis nuclear del estudio:

-Supongamos que un individuo cree en algo de todo corazón; supongamos a continuación que está comprometido con su creencia, que ha llevado a cabo, en consecuencia, acciones irrevocables; finalmente, supóngase que se le presenta la evidencia, la evidencia inequívoca e innegable de que su creencia es errónea: ¿qué ocurrirá?
El individuo emergerá, frecuentemente, no solamente impertérrito, sino incluso más convencido de la verdad de sus creencias que nunca anteriormente.

Sin embargo, este incremento en el fervor creyente después de la desconfirmación depende de ciertas condiciones, que Festinger y colaboradores detallan en cinco puntos:

1. La creencia debe sostenerse con una profunda convicción y debe tener alguna relevancia para la acción y el comportamiento del individuo.

2. Quien sustenta la creencia debe comprometerse con ella, sobre todo a través de acciones y comportamientos difícilmente reversibles.

3. La creencia debe ser suficientemente específica y ateniente al mundo real como para que puedan existir acontecimientos que puedan refutarla inequívocamente.

4. La innegable evidencia de desconfirmación debe ocurrir y debe ser reconocida por el individuo creyente.

La quinta condición es posiblemente la más esclarecedora y la de mayor valor explicativo..

5. El creyente individual debe tener apoyo social. Pertenecer a un grupo de personas convencidas que se apoyan mutuamente contribuye, previsiblemente, a mantener la creencia, malgré la desconfirmación.

Leon Festinger;

Armados con este instrumental heurístico, y desde el proscenio explicativo de la disonancia cognitiva, Festinger, Riecken y Schachter abordan el estudio histórico de otros movimientos religiosos proféticos y milenaristas susceptibles de una interpretación similar. Se trata de situaciones que cumplen los cinco criterios de desconfirmación establecidos por los autores. Y así, el libro habla de los montanistas, los anabaptistas, el movimiento liderado por Sabbatai Zevi, al que presta una gran atención y la secta de los mileritas, objeto también de un análisis extenso.

Estos ejemplos sirven a Festinger y sus colaboradores para introducir los conceptos de consonancia y disonancia. En todos estos casos, las personas comprometidas con las creencias proféticas de los movimientos religiosos a los que pertenencían tuvieron que enfrentar la realidad innegable de una desconfirmación, por los hechos, de las profecías anunciadas. 

¿Cuáles fueron, según los autores del estudio, los dispositivos psicológicos que permitieron la pervivencia de estos movimientos a pesar de la rotunda falsación de sus postulados proféticos?

Deberíamos esperar =afirma Festinger= que los creyentes se esforzaran con determinación para eliminar la disonancia o, al menos, para reducir su magnitud. La disonancia desaparecería si ellos descartasen la creencia que ha sido desconfirmada. Pero con frecuencia el compromiso de su comportamiento en relación con el sistema de creencias es tan intenso que es casi preferible cualquier otro curso de acción.

Alternativamente =continúan los autores= la disonancia podría reducirse o eliminarse si los integrantes del movimiento cerraran los ojos ante el hecho de que la predicción no se ha cumplido. O los creyentes pueden intentar encontrar explicaciones razonables y muy a menudo encuentran algunas muy ingeniosas. Para que la racionalización sea totalmente efectiva, el apoyo de los demás =miembros de la secta= resulta necesario para hacer que la explicación o la revisión parezcan correctas.

Sin embargo, la disonancia es demasiado importante como para intentar combatirla con meras explicaciones. Y aquí entramos en la tesis medular de Festinger y sus colaboradores.

Si se puede persuadir a cada vez más personas de que el sistema de creencias es correcto, entonces, y de forma clara, el sistema debe ser correcto, después de todo.

Y, como corolario;

Si el proselitismo resulta exitoso, entonces, al reunir más adherentes y rodearse de una forma efectiva con personas que lo apoyan, el creyente reduce la disonancia hasta el punto de poder vivir con ella.

Sin embargo, los investigadores reconocen que las fuentes históricas resultan en muchos casos incompletas, y que las evidencias indirectas obtenidas no permiten apuntalar de forma segura la hipótesis de la disonancia cognitiva como factor de compensación de la disconfirmación profética. Por esta razón, centran su estudio en el movimiento surgido en Chicago =el texto lo sitúa en Michigan, por razones de preservación del anonimato de los protagonistas= y liderado por Marian Keech, organizado en torno a un precipitado de creencias apocalípticas que parecen salidas de los populares Amazing Tales de la época.

Un conjunto de creencias y actitudes cuya punta de ariete era la profecía que, según la señora Keech, anunciaba la sumersión cataclísmica en las aguas de toda la Costa Oeste del Pacífico, desde la ciudad de Seattle hasta Chile. Al mismo tiempo, los Guardianes, procedentes del planeta Clarion, pondrían a disposición de los auténticos creyentes sus platillos volantes para transportarlos lejos de allí, a tierras más seguras.

En la parte final del libro se analizan las reacciones de algunos de los integrantes del movimiento de Marian Keech =recordemos, los autodenominados *Buscadores*= con objeto de contrastar sus reacciones con los cinco criterios de validez de la hipótesis de la disonancia cognitiva. Festinger comprobó que las personas que habían permanecido más aisladas del grupo mostraron los síntomas más claros de desengaño y abandono de las creencias grupales, frente al núcleo de creyentes que se benefició de la mutua presencia y del apoyo recíproco.

En Lake City, por otro lado, la mayoría de los miembros estuvo en presencia constante de compañeros creyentes durante el período que siguió a la desconformación. 
La gente de Lake City, que había tenido apoyo social, fue capaz de aceptar la racionalización, reduciendo de este modo parcialmente la disonancia y recuperando la confianza en sus creencias originales. La presencia y el apoyo de otros creyentes pareció ser un requisito indispensable para la recuperación de tan extrema desconfirmación.

Aunque el grupo, finalmente, terminó dispersándose por razón de la presión social de los vecinos y de la policía, amén de por otras circunstancias personales, su fracaso como movimiento proselitista no se debió, en opinión de Festinger y los suyos, a la falta de oportunidades para captar nuevos adeptos =de hecho, se recibieron muchas solicitudes de información y una gran cantidad de llamadas telefónicas y de visitas= sino a la impericia de los restantes integrantes del movimiento de poner en marcha una labor adecuada y eficaz de proselitismo.



-La revista Nova Religio, en el número 3, de octubre de 1999, publicó un interesante artículo firmado por Lorne L. Dawson y titulado *When Prophecy Fails and Faith Persists: A Theoretical Overview*. Este trabajo es en realidad una revisión de diecisiete estudios publicados sobre trece diferentes grupos religiosos de características parecidas al grupo estudiado por Festinger en su investigación seminal. Los resultados de estos estudios parecen confirmar, según Dawson, la afirmación de Festinger de que muchos grupos de este tipo sobreviven al incumplimiento de las profecías que motivaron su aparición. Sin embargo, las razones son mucho más complicadas que las apuntadas por Festinger y los suyos.

Siguiendo a Dawson, la proselitización es sólo uno de los tipos posibles de estrategias adaptativas para gestionar los fiascos proféticos. De acuerdo con la revisión bibliográfica que presenta en su artículo, únicamente cuatro de los trece grupos estudiados utilizaron esta estrategia para compensar la decepción y el desencanto causado por el incumplimiento predictivo. Dawson pone el acento en otros dos dispositivos adaptativos: la racionalización y la reafirmación. Y es la racionalización, según el autor, el factor más importante -por encima de la proselitización- en la supervivencia del grupo en los momentos postproféticos.

Este dispositivo de racionalización puede diferenciarse, de acuerdo con varios autores, en cuatro tipos.

En primer lugar, la espiritualización, de acuerdo con la cual lo que se suponía que iba a ser un acontecimiento profético externo, visible y verificable se reinterpreta como un acontecimiento que sólo ha tenido lugar en el nivel espiritual.

La segunda variante racionalizadora es el test o examen de fe. La profecía se interpreta ex post no tanto como el anuncio de un acontecimiento concreto más o menos apocalíptico cuanto como una prueba de la robustez de la fe y las creencias de los acólitos de la secta religiosa.

El tercer tipo de racionalización atribuye la profecía fallida a simples errores humanos, entendidos éstos como comprensión inadecuada del contenido de la profecía, cálculo erróneo o inadecuación moral de los acólitos.

La cuarta variante de la racionalización es la culpabilización de los otros =sean éstos seres naturales o sobrenaturales o bien fuerzas impersonales=, aunque se trata de un recurso relativamente raro en este contexto.

La tercera estrategia adaptativa considerada es la reafirmación, un recurso utilizado por casi todos los grupos investigados para afrontar la disonancia producida por el desencanto profético. Frente a la amenaza de disolución del grupo, muchos movimientos parecen reaccionar por medio de una especie de introspección estructural y doctrinal orientada a reinterpretar en modo robusto la identidad del grupo y a considerar la decepción profética como un rito de paso.

Estas estrategias adaptativas deben entenderse en el contexto de ciertas condiciones que las hacen más o menos viables. Se trata de condicionantes sociales, organizacionales, doctrinales e incluso carismáticos. 
Aquí sólo los vamos a mencionar.

El nivel de cohesión y apoyo social mutuo dentro del propio grupo =incluyendo la existencia de líneas de comunicación bien definidas en comunidades geográficamente dispersas=.
El papel desempeñado por el líder o conductor del grupo =la capacidad de respuesta y de coordinación y la intensidad del carisma=.
El alcance y la sofisticación del sistema ideológico del grupo =un conjunto amplio de creencias que encuadren una visión del mundo comprehensiva con un sentido de misión y de identidad colectiva, es decir, un continuo de creencias significativas y actividades llenas de significado y capaces de contener estructuralmente contradicciones=.

La propia naturaleza de la profecía y el tipo de acciones que la profecía debe desencadenar =por ejemplo, formulaciones ambiguas o actividades preparatorias no demasiado exigentes ni radicales=.
La importancia asignada a los rituales en el armazón de la experiencia profética =a traves de los cuales se articulan actos simbólicos como la expiación de viejos pecados, la purificación de los creyentes o la creación de estados alterados de conciencia y de éxtasis=.
Una serie de factores organizativos =como el grado de estructuración formal del grupo=, factores que, afirma Dawson, han sido poco estudiados hasta la fecha.

La disonancia ocasionada por los incumplimientos proféticos forma parte de una realidad más amplia que impregna la vida de este tipo de grupos religiosos. Se trata de la gestión rutinaria de las contradicciones doctrinales que estas organizaciones se ven obligadas a llevar a cabo a la vista de la gran cantidad de información disponible y accesible hoy en día, información que resulta inconsistente con las convicciones religiosas de sus acólitos. Son, en definitiva, dispositivos no extraordinarios de neutralización de la disonancia.

En definitiva, y tal y como parece concluir Dawson, los creyentes pueden soportar la presión cognitiva de acontecimientos contraconfirmatorios no tanto por la eficacia de las estrategias de reducción de la disonancia =que se han enumerado más arriba= sino por el simple hecho de que las evidencias contradictorias permanecen, sencillamente, ignoradas y no reconocidas, en contra de lo afirmado por Festinger y sus colaboradores.



-Nuestro sociólogo más fértil, a juzgar por su cosecha anual de publicaciones, acaba de obtener el último Premio Jovellanos con este sucinto informe sobre el fracaso de las predicciones en torno al cambio de milenio. Y lo hace desde un saludable escepticismo, que busca poner de relieve el considerable incumplimiento por defecto o exceso de casi todas las proyecciones de futuro que se habían venido anunciando. 

Pues no sólo fracasaron las grandes profecías imaginadas por la ciencia ficción, con sus ingenuas expectativas de progreso y desarrollo técnico indefinido, sino que además tampoco hubo nadie que acertase a pronosticar hechos tan significativos como la caída del muro de Berlín o la generalización de los ordenadores personales.

Entonces, si los profetas suelen fracasar, 
¿por qué se les escucha? 
Amando de Miguel lo explica por la necesidad de domesticar el futuro haciéndolo previsible para anticiparse a él, pues sólo así se logra reducir la incertidumbre adquiriendo confianza y seguridad. 
Pero aquí surge la paradoja, según nuestro autor, pues lo previsible resulta rutinario, aburrido y poco emocionante, por lo que sólo el fracaso de las profecías devuelve a la realidad su aventurado carácter de caja llena de imprevistas sorpresas ocultas. 
Es la famosa serendipity, concepto acuñado por Walpole e introducido en la sociología por Robert Merton, que designa los hallazgos encontrados por sorpresa cuando lo que se esperaba descubrir eran otras cosas completamente distintas.

¿Y por qué fracasan las profecías? 
De Miguel culpa a los propios profetas, cuya ignorancia, vanidad o interés gremial sesga su percepción, cayendo en errores redundantes que les hacen deformar la realidad. 
Aquí también se podría recurrir a la teoría mertoniana de las profecías que se autocumplen o autorrefutan a sí mismas, una vez que se hacen públicas.

Gilgamesh***

Fuentes;
-filosofiaenlared
-papelenblanco
-revistadelibros

11 comentarios :

Manuel dijo...

Que el Amor es otra cosa mi querida mariposa y es que cuando la Paca se pone brava no es para tomarlo a guasa. Elucubra elucubrando salió el pájaro cantando y sin plumas se quedo del subidón que tomó, como a Ícaro (anteponiendo la p) de tanto acercarse al sol, a el también le pasó. Por lo demás todo bien, amiguiños por doquier por alabanzas de canto, y como soy de pensamiento libre no me quedo con tu blog, ni tampoco lo pretendo, que no deja entrar el libre albedrio porque disuena según la concepción maniquea o bien se acoge al principio de autoridad igual que Evodio, que para eso es TU blog. Sin acritud te lo digo, si no como algo en el que todos debemos recapacitar, y no debiera ser para meter goles por listos que no tiene nada que ver con la inteligencia y menos con la sabiduría, y que los pícaros confunden y presumen. Dan A (¿Adán?) se merece un respecto y tiene derecho a expresarse sin rasgarse las vestiduras aunque se haya equivocado, y si alguien incita al desprecio y grita que no pasa una, es que algo gatuno y malévolo encierra.

Alquimista dijo...

He? Jeje hola a todos...En este Blog nadie dice que no se puedan expresar desde su lugar todo estupendo...El problema ocurre cuando se quiere tener la razón, y pues eso "la razón" o creerme capacitado de decir mi verdad es única , pues...No nadie la tiene , su experiencia y lo que le sucede a cada quien eso si...Eso de querer imponer sus creencias no tiene sentido , siempre se dijo lean y lo que les sirva tomenlo y lo que según sus creencias no sea aceptable pues descatar, Manuel, Dan A tiene sus creencias y este post no creo que sea dedicado a el ...Es para quien lo lea...Y solo para pensar o instruirse si así se desea..Y más que nada creo que Gilgamesh lo hace para compartir ...Es más quien intenta exponer sus ideas pues lo hace...Buena noche, buena vida sean felices..Jeje y fuerza Guille!!

Esperanza dijo...

Como dijo el genio Albert Einstein " Las grandes almas siempre se han encontrado con una violenta oposición de las mentes mediocres",a mi personalmente El señor Gilgamesh me parece una gran alma,buen día a todos

elerizo dijo...

..la vida es dura, y la búsqueda de "algo" que lo sobrelleve, puede derivar en los trastornos de conductas adictivas..son muy similares, salvando las distancias, pero los procesos son los mismos..introducción por problemas de identidad de un mismo, caída compulsiva en "la tabla de salvación"..llegada del shock, donde el individuo se percata de la falla del flotador..algunos,abren los ojos y comienzan a nadar por si mismos a la orilla..los otros..los mas,se aferraran aún mas al desastre, pues esto, a muchos, les da la posibilidad que la "circunstancia" les termine suicidando, algo de lo que ellos no son capaces, aún hastiados de la existencia como está montada para los comunes..drogas, alcohol,juego,sectas deportes o aficciones..todo es susceptible de ser utilizado como herramienta de destrucción propia..y como decía aquel."el problema no es la herramienta, e la mano que la maneja"..así lo veo..Abrazo grande al personal..Namasté.

Manuel dijo...

Las mentes mediocres son los que aplauden hasta con las orejas a quien consideran su guía por eso necesita prosélitos y cuando hay disonancias tratan de acallarlas rodeándose de personas que le apoyen y salgan en su defensa. El de pensamiento libre los detecta y ve las discordancias y trata de exponerlas no con ánimo de causar prejuicio o daño, si no como para plantear un interrogante de que algunas premisas expuestas pueden dar lugar a conclusiones erróneas. Por ejemplo aquí se dijo a groso modo que A+B= C, siendo A = Espíritu, B= materia y C= el hombre y para salvarlo solo debe quedar A, y adiós igualdad. Y mi pregunta es si no hay otra solución y creo haberla encontrado en Cristo que ha marcado el camino y lo ha hecho posible con su resurrección transformando y elevando a B para que C (el hombre) sea salvo. La igualdad se cumple no por eliminación si no por transformación. Pero una de las discordancias que rayan en lo absurdo es cuando los auto- denominados astrólogos y sus derivados se proclaman profetas del tiempo meteorológico así como del porvenir, basados en no sé qué presentimientos, cuentos de hadas, y otras lindezas por el estilo y esto sí que me pone en guardia, pues no creo que sean tan altruistas como aparentan, aunque me hablen de amor.

Marta dijo...

La autocrítica es muy buena para las personas y yo me quedo en los sitios que se tratan a las personas con respeto y amor no es cuestión de aplaudir a nadie es cuestión de amor y educación.
El artículo es muy bueno hay que aceptar que es un proceso mental q algunas personas que están en esos temas pasan y el conocimiento nos hace libres así q mejor saber, fuerte abrazó familia

Alquimista dijo...

Manuel se feliz!! Con lo que creas y crece lo más que puedas con lo que creas...Buen Domingo amigos!!!

elerizo dijo...

...las mentes mediocres, solo necesitamos ayuda..no todos tenemos la fortuna de tenerla..pero si el derecho de pedirla..necesitamos mas compasión, y mas humildad, de los que mas saben..no es justo criticar, al que no tiene capacidad de discurso..pero si corazón..Namasté.

Gilgamesh dijo...


eleritzo espaider-maritza leal y 6+;
muchas gracias.


Manuel;
no entiendo un comino, pero bueno..gracias por tu tiempo.


Alquimista;
gracias por entender de qué va la cosa y gracias tb por los buenos deseos para Guille, que finalmente se fué de aquí. Abrazo.


Esperanza;
gracias por tus conceptos que me quedan demasiado grandes, abrazo.


eleritzo espaider;
gran reflexión hermano, gracias por compartirla, abrazo.

Manuel dijo...

Yo tampoco entiendo lo del Robot Pescador y como yo otros, aunque digas que nada tienes que ver yendo de anónimo. Pero bueno a estas alturas a algunos se le ve la patita por debajo de la puerta, y sabemos de lo que va. Mi sembra che mancan prosélitos.

LIliana dijo...

Jajjaja.. no nos subestime!!! La mayoria de nosotros somos gente que investiga y reconoce a fanaticos de sectas que quieren a toda consta crear problemas y se molestan porque quieren imponer ideas y miedos ... y en realidad en este blog yo creo que no van a encontrar ni adeptos, ni seguidores.. tal vez en los otros blogs que frecuentan... jajajajajja..