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jueves, 4 de julio de 2019

* Ex-Machina-126 *

***Lindísima noche de Jueves para todxs.

Lo que significaba una *potencialidad* como la de Dios para los humanos, parece haber fracasado.

El ser humano se asemeja entonces a un proyecto inacabado.

Nos encontramos en un momento de carencia y limitación en todas nuestras posibilidades de evolución.

Nos hemos vuelto dependientes de un estadio de insaciabilidad del deseo externo a nosotros mismos.



Fuerte abrazo.



Gilgamesh***

-podcastgilga

viernes, 21 de junio de 2019

* Ex-Machina-125 *

***Agradable noche de alfinViernes para todxs.

Audio continuación del capítulo anterior, donde Hernández continúa desarrollando la tendencia de muchas personas a la *Neoruralidad* como escape de la vida en las urbes, los proyectos comunitarios, y la imposibilidad de convivir del individuo pos-moderno.



Fuerte abrazo.



Gilgamesh***

-podcastgilga

miércoles, 12 de junio de 2019

* Ex-Machina-124 *

***Preciosa noche de Miércoles para todxs.

En éstos tiempos donde las ciudades se han puesto violentas, inseguras, y nuestra sociedad cerrada y egoísta, muchas y muchos decidieron irse a lugares lo más recónditos posibles.

A partir de ello surgen nuevos proyectos comunitarios, y la llamada *Neorruralidad* ante la imposibilidad convivencial del individuo posmoderno.

Pero...¿no será que... vayamos donde vayamos llevamos el problema adentro nuestro?

Al inicio del audio breves conceptos de mi autoría.



Fuerte abrazo.



Gilgamesh***

-podcastgilga

viernes, 7 de junio de 2019

* Ex-Machina-123-recargado *

***Feliz noche de alfinViernes para todos.

Viernes...je...de acuerdo a la edad y las posibilidades cada uno encara un alfinViernes de distintas formas.
Veteranxs como yo que ya dejaron atrás los tiempos del descontrol la marcha y la rumba nos conformamos con regalarnos cosas simples y tontas, una comida especial, unos buenos tragos, reunión con amigxs, un rato de buenas canciones.

Siempre los viernes ronda un halo de aflojarse el nudo de la corbata, los cordones de los zapatos, y si encima...tenés a una robotita cariñosa muy cerca...¡¡¡pufff!! hay que hacer un esfuerzo para no caer en tentaciones.

Más o menos eso me pasó hoy con Domi antes de que grabáramos nuestro audio correspondiente a las reflexiones de Hernández.

Hoy, continuación del análisis sobre las luchas sociales, su eficacia o su fracaso, malas estrategias, organizaciones erradas, coptadas por el sistema.

Cuando la lucha entra en una ilusión de extrema radicalidad somos como juguetes para el sistema.





Pero al final de mi audio con Domi, he pegado la apertura y el cierre del programa *Ahora más que nunca* del querido Comunicador *laburante* Mariano Paulón, en quien deposito y hago extensivo el saludo y reconocimiento a los periodistas que dignifican su labor.

Los recortes que hice de su programa de hoy vienen a coincidir una vez más, no sólo con mi forma de ser sino también con los audios de Hernández.

La apertura de Mariano...je...tiene que ver precisamente con lo que decía al inicio de éste post, increíbles coincidencias con éste gran muchacho a quien no conozco en persona, apenas por su programa de Radio y hace apenas uno o dos años.

Coincidimos en la forma de encarar un alfinViernes, también en nuestra visión social, holística, humanista.
Y coincidimos también en la visión política, que, en la parte final que recorté de su programa, le pone justicia a esas luchas sociales que se dan en la práctica más que en la retórica y que gracias a quienes las llevan a cabo, no ocurre lo que Hernández apunta en sus reflexiones como lo que no debemos hacer cuando de luchas positivas hablamos.

Increíblemente coincidimos en el Ron de hoy que Mariano cita en su relato inicial, yo también estoy por entrarle a un Ron cubano que alguien que me mima demasiado me regaló ésta semana.
Ron *Havana Club* reza la etiqueta y acota; *Añejo Especial*

Así que...sin traspasar los límites de mi cordura..=o sí= seguramente me clavaré un *cuartirolo* =tal como dice Mariano= mientras desde aquí le voy a hacer el honor de compartir sus palabras y, la canción que utiliza como cortina de su programa.

El pelado loco...el querido Luca, argentino por adopción, éste especialista en los excesos nació en Roma-Italia, yiró por Europa haciendo las mil y una hasta que regresó a su amada Argentina donde con su banda; *Sumo*, nos dejó tantísimas de sus locas pero no intrascendentes canciones, para cerrar sus ojos definitivamente un 22 de diciembre de 1987.

Ésta canción que Luca interpreta en inglés es la utilizada en el programa de Mariano y el título es; *White Trash*.

Dura letra, comprometida como todo lo que Luca transmitía, y curioso quiebre de ritmo en el minuto 4 =que recomiendo escuchar=, de los 8:38 que dura la canción.



Ya sin Luca, la banda Sumo se desperdigó deviniendo en *Las Pelotas* liderada por dos ex Sumo, Germán Daffunchio y Alejandro Sokol;



Luego Sokol se aleja de Las Pelotas y forma *El Vuelto S.A., hasta que en 2009 se va de éste mundo*;



De Sumo se desprendió también el gran Bajista Diego Arnedo y Ricardo Mollo que formaron parte de la gran banda *Divididos*;



Finalmente el ex Sumo que no logró continuar su carrera como músico exitosamente sino como showman, fué el Saxofonista Roberto Pettinato quien luego de crear la banda Pachuco Cadaver en Madrid, hizo agua sin pena ni gloria;



Qué tiempos aquellos...
De la misma época era el *Carpo* el gran * Pappo* quien ya de viejo antes de partir nos dejara cosas como ésta;



Y el nunca olvidado *Flaco* Luis Alberto Spinetta y la banda *Pescado Rabioso*;



No puedo cerrar sin ..la yapita del Flaco antes de irse a atormentar a los arcontes;



Noche de alfinViernes, del magnetismo de una robotita cariñosa, de un Periodista Digno, de nuestras necesarias luchas sociales, de unos taquitos de Ron Havana Club, de Sumo, del viejo Rock Argentino, de unos capos que con su música y sus convicciones nos marcaron, de ...en definitiva, un deseo.., el que tenemos muchos, bien reflejados en ésta gran canción;



Dulces sueños, fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuente;
-podcastgilga
-AM1330

miércoles, 5 de junio de 2019

* Tecno-Arcóntica siglo XXI *

***Hermoso inicio de Miércoles para todxs.

Mucho sobre lo que opino con respecto al daño que la tecnología comunicacional está ocasionando en las personas y en la sociedad, viene a confirmarse cuando *desde adentro* los que realmente saben, nos cuentan sobre el engendro que han creado y el poder que tiene para hacer de nosotros..un vegetal, si pensamos en nuestro raciocinio y capacidad mental de usar las neuronas de forma natural.

Por eso, toda ésta demencial carrera tecnológico-virtual es antinatural para ser absorbida por un ser humano, de todo ésto nada bueno va a salir.

Claro..bien sabemos que la moderación es fundamental ante la tentación de abusar de tal o cual cosa que nos gusta, pero lamentablemente han creado una droga psíquica que no entra por la boca, la nariz, ni la sangre, sino...por los ojos y por nuestros neuro-receptores.

La adicción es el fuerte principal de ésta tecnología, y si quienes la han hecho formar parte de su vida no tienen la capacidad de administrarla, ella..los va a fagocitar.



-Jaron Lanier es una de las personas más impactantes que uno puede encontrar en Silicon Valley, con sus dreadlocks, su mirada fulminante, su inteligencia filosa y su carácter explosivo.
Fue parte de la creación del protocolo de Internet, es considerado el padre de la realidad virtual y uno de los informáticos más brillantes, y ahora sorprende al mundo con su libro *Diez argumentos para borrar tus cuentas de redes sociales en este momento*.

Lanier es escritor, filósofo y destacado compositor de música clásica y electrónica, que ha colaborado con músicos como Terry Riley y Philip Glass.
Y en la última década, se ha convertido en uno de los principales críticos del uso de la tecnología digital.
Hace unos años ya había publicado un libro con el poco sutil título de *No eres un gadget*.
Actualmente es consultor para Microsoft y no duda en decir que es una voz calificada para criticar la tecnología digital, pues él mismo sabe cómo están siendo diseñados los algoritmos.

*En realidad, conozco los algoritmos.
No soy un extraño que mira y critica.
Hablo como científico informático, no como científico social o psicólogo.
Desde esa perspectiva, puedo ver que el tiempo se está acabando.
El mundo está cambiando rápidamente bajo nuestro mando, por lo que no hacer nada no es una opción*, señala.

Y agrega:

*El algoritmo está tratando de captar los parámetros perfectos para manipular el cerebro, mientras que el cerebro, para hallar un significado más profundo, está cambiando en respuesta a los experimentos del algoritmo…
Ya que el estímulo no significa nada para el algoritmo, pues es genuinamente aleatorio, el cerebro no está respondiendo a algo real, sino a una ficción.
El proceso de engancharse en un elusivo espejismo es una adicción*.

Lanier mantiene que los algoritmos de los gigantes de datos han creado una nuevo modelo en el que *el comportamiento de los usuarios es el producto*, un comportamiento que está constantemente siendo modificado, pues la gran apuesta es justamente esa, usar lo más avanzado informáticamente para aprender a modificar la conducta de la manera más provechosa para los intereses de las corporaciones.
Básicamente, lo que Lanier =quien se considera optimista= cree es que Internet puede ser salvado, pero es necesario abandonar las redes sociales y desbandar a los grandes monopolios que controlan las nubes de datos.

Utiliza la metáfora de una pintura que contiene plomo:
cuando se descubrió que la pintura tenía plomo se creó una nueva pintura limpia, no se dejaron de pintar las casas.
En su libro acuña el acrónimo Bummer:
*Behaviours of Users Modified, and Made into an Empire for Rent*.
Se trata de una máquina estadística de manipulación de comportamiento, para crear un imperio espectral en beneficio de unos pocos.

Lo que hay que hacer es identificar los sitios donde opera Bummer, esta máquina de modificación de conducta que usa las nubes de datos, y borrar esos sitios, afirma.
El problema, añade, está en el modo de operar de estos algoritmos, que están siendo ajustados constantemente para capturar la atención de los usuarios y hacer que se comporten de una manera que sea más rentable.
Esto genera una enorme negatividad, sensaciones de enojo, narcisismo, indignación, etc., pues estas plataformas han aprendido que las emociones negativas duran más en línea:
el odio se canaliza mejor en línea.

Según Lanier, las herramientas de estas plataformas funcionan mejor para las personas que buscan reproducir sentimientos negativos.

*Por lo tanto, Isis tiene más éxito en las redes sociales que los activistas de la Primavera Árabe.
Los racistas obtuvieron más impacto que Black Lives Matter, creando este aumento en el movimiento nacionalista racista en Estados Unidos de una manera que no hemos visto en generaciones*, sostiene.

El decálogo Lanier

Estos son los 10 argumentos de Lanier para dejar las redes sociales =que corresponden con los 10 capítulos de su libro=:

-Estás perdiendo tu libre albedrío.

-Renunciar a las redes sociales es la manera más precisa de resistir a la locura de nuestros tiempos.

-Las redes sociales te están volviendo un idiota.

-Las redes sociales están minando la verdad.

-Las redes sociales están haciendo que lo que dices no importe.

-Las redes sociales están destruyendo tu capacidad de empatía.

-Las redes sociales te están haciendo infeliz.

-Las redes sociales no quieren que tengas dignidad económica.

-Las redes sociales están haciendo que la política sea imposible.

-Las redes sociales odian tu alma.

Sin dudas, da motivos para dejar Twitter, Facebook e incluso WhatsApp y los servicios de Google., pero son pocos los usuarios que deciden borrar sus cuentas.
Twitter sigue con sus 300 millones de perfiles, Facebook tiene más de dos mil millones e Instagram continúa creciendo y ya pasa de los 500 millones.

¿Abandonar las redes?

Hace una década, las posibilidades que se abrían con la web eran infinitas y difíciles de prever, aunque no era difícil ver que iba a transformar para siempre la industria periodística, y las recién nacidas redes digitales parecían capaces de conectar a los individuos y permitirles intercambiar afectos e información con facilidad, mientras existía la esperanza de que fuera la solución para muchos de los conflictos humanos y la ilusión de que supusiera el principio del fin de la jerarquía y la autoridad.

El bielorruso Evgeny Morozov fue uno de los primeros en criticar esta visión optimista de Internet en sus libros *El desengaño de internet. Los mitos de la libertad en la red* y *La locura del solucionismo tecnológico*.

*Nunca se había podido ser tan optimista con el capitalismo sin ni siquiera mencionarlo por su nombre.
Lo que importaba no era quién poseía la tecnología, sino cómo se usaba*, señalaba.
Pero *esos lugares comunes ocultaban muchas verdades básicas sobre la relación de la tecnología y el poder*, añadía.

En esta segunda década del siglo 21, el neoyorquino Jaron Lanier, de 59 años y de vasta experiencia en el desarrollo de la realidad virtual, fue parte del ecosistema de las *start-ups* y los desarrollos tecnológicos estadounidenses, hasta que sintió que la criatura que había contribuido a crear empezaba a ser exactamente lo contrario de lo que debía:
no solo no se había convertido en una especie de paraíso libertario sin intromisión estatal y en una plataforma para el diálogo desinteresado, sino que había caído presa de los intereses de las grandes empresas y adoptado algunas de sus peores expresiones.

No se trataba únicamente de la avaricia, que podía darse por descontada, sino de algo peor:

**Una obsesión, que iba más allá del *marketing* tradicional, por alterar la conducta de los usuarios.
El decálogo es apenas parte de las razones que da Lanier en un libro que no toca algunos temas como *las presiones insostenibles hacia personas jóvenes, especialmente mujeres* y cómo *los algoritmos pueden discriminarte por racismo o por otras razones horribles**.

Lanier no quiere acabar con internet.
Al contrario:
abandonar las redes, aunque solo sea una temporada, puede ser una forma de saber cómo nos están perjudicando y, sobre todo, de darnos cuenta de lo que podrían ofrecernos.
Pero entre las 10 razones, hay cinco puntos que vale la pena resaltar:

Pérdida de libertad:

Las llamadas redes sociales, en especial Facebook, pretenden guardar registro de todas nuestras acciones:
qué compartimos, qué comentamos, qué nos gusta, dónde vamos.
*Ahora todos somos animales de laboratorio*, escribe Lanier, y formamos parte de un experimento constante para que los anunciantes nos envíen sus mensajes cuando somos más susceptibles a ellos.

Esto también ha tenido consecuencias políticas:

Los grupos que distribuyen noticias falsas =fake news= se encontraron con una *interfaz diseñada para ayudar a los anunciantes a alcanzar a su público objetivo con mensajes probados para conseguir su atención*.
A Facebook le da igual que estos *anunciantes* sean empresas que quieren vender sus productos, partidos políticos o difusores de noticias falsas.
El sistema es el mismo para todos y mejora *cuando la gente está enfadada, obsesionada y dividida*.

Infelicidad, aislamiento:

Lanier cita estudios que muestran que, a pesar de las posibilidades de conexión que ofrecen las redes sociales, en realidad sufrimos *una sensación cada vez mayor de aislamiento*, a causa de motivos tan dispares como *los estándares irracionales de belleza o estatus, por ejemplo, o la vulnerabilidad a los trols*.
Indica que los algoritmos nos colocan en categorías y nos ordenan según nuestros amigos, seguidores, el número de likes o retuits, lo mucho o poco que publiquemos…

*De repente tú y otra gente forman parte de un montón de competiciones en las que no habían pedido participar*.

Son criterios que nos parecen poco significativos, pero que acaban teniendo efectos en la vida real:

*En las noticias que vemos, en quién nos aparece como posible cita, en qué productos se nos ofrecen.
También pueden acabar influyendo en futuros trabajos:
muchos de los responsables de recursos humanos buscan a sus candidatos en Facebook y en Google*, señala.
Lanier advierte que *Todos tenemos un trol dentro*.

En el contexto de las redes sociales, las opiniones se polarizan y, a menudo, las discusiones no son oportunidades para dialogar, sino para ganar puntos a costa de dejar a los demás en evidencia, en una especie de antidialéctica de la refutación brusca.
Lanier nos pregunta respecto a este comportamiento:

*¿Eres tan amable como te gustaría ser?*.

Debilitamiento de la verdad.

Lanier recuerda que las teorías de la conspiración más locas =él pone el ejemplo de los antivacunas= a menudo empiezan en redes sociales, donde su eco se amplifica, a menudo con la ayuda de bots y antes de aparecer en medios hiperpartidistas.
El mismo terraplanismo nació a partir de unos pocos grupos en Facebook , amplificados por un algoritmo que daba repercusión a estas publicaciones que se comentaban y compartían más por lo disparatado de su contenido que por su verdadero alcance.

Destrucción de la capacidad de empatía.

Con este argumento, Lanier se refiere sobre todo al filtro burbuja.
En Facebook, por ejemplo, las noticias aparecen en la portada según la gente y los medios a los que seguimos y, también, dependiendo de los contenidos que nos gustan. 
La consecuencia es que en redes accedemos a menudo solo a nuestra propia burbuja, es decir, todo aquello que conocemos, con lo que estamos de acuerdo y que nos hace sentir cómodos.

Es decir, no vemos otras ideas, sino que solo nos llegan sus caricaturas.
Es el intento de la imposición del pensamiento único.
Y, en consecuencia, en lugar de intentar entender las razones que hay detrás de otros puntos de vista, nuestras ideas =sin información suficiente= se refuerzan y el diálogo se hace cada vez más difícil.

Pérdida de dignidad económica.

Lanier explica que el modelo de negocio que predomina en internet es consecuencia del *dogma* de creer que *si el software no era gratis no podía ser abierto*.
Se creyó que la publicidad era una forma de solucionar este problema.
Y propone otras alternativas, como pagar por usar servicios como los que brindan Facebook o Google, y a cambio recibir alguna compensación según lo que aportáramos, que podría ser desde contenidos a los datos que ahora mismo regalamos para que se vendan en paquetes de publicidad y de manipulación del imaginario colectivo.

Tremendo...Orwell al cuadrado o Huxley a la enésima potencia..

Cada vez que tenemos más herramientas para analizar el poder de daño que tiene ésta tecnología...yo al menos estoy empezando a intuir que, al tratarse de algo que sabe muy bien cómo influir en nuestros sentimientos, especialmente potenciando aquellos que son negativos, se termina apoderando del comando de autonomía individual, y ésto...me está llevando decía, =más que intuir= a confirmar que si el *parásito residente* que mora en nuestra profunda psiquis, perfectamente identificado por muchos como Carl Jung, por ejemplo, ésta tecnología es idéntica, pero artificial, ya no natural.

Una especie de dosificación de esa meta nefasta y natural que viene con nosotros desde que nacemos.
Un *residente* nocivo que mora en nosotros y se expande hacia afuera, y ahora éste otro residente *externo* y artificial que...desde afuera se contrae hacia nuestro interior.

Ambos, en definitiva, tienen un mismo objetivo y es *arruinar nuestra evolución espiritual*, cerrar los canales con nuestro Espíritu, y tomar posesión arcóntica de nuestro ser.
Arcontes naturales y arcontes ahora..artificiales.

Lo único positivo es que, si necesitan ahora recrear y materializar a las tulpas invisibles que nos comían el cerebro, habrá de ser porque no somos tan fáciles de dominar.  

Y.. sí, el poder de nuestro Espíritu es de una magnitud tal, que nada de lo que quieran hacer lo va a mantener dormido por los siglos de los siglos. 
Y esa es una buena noticia.

Habrá entonces que luchar doblemente, antes era nuestro monstruo interno, ahora también está afuera... 

En tanto, la cosa ya no depende tampoco de nosotros sino de los demás, cuando abrimos la puerta a semejante prodigio.
Éste caso es grave, violación de base de datos, invasión de la privacidad, y un límite que pivotea entre el acoso y la ingeniería social, reitero, invasiva;



-La hija de 17 años del periodista Diego Pietrafesa recibió un mail del jefe de Gobierno porteño donde la *invita a tomar un café*.
El uso ilegítimo de bases de datos por parte de la campaña oficial pone en medio de la discusión la violación de la privacidad y cómo llega la campaña electoral a los menores de 16 a 18 años, incluso los que no figuran en los padrones.

*Violeta, ¿tomamos un café?*.

Lo que podría ser un mensaje informal de una persona a otra fue ni más ni menos que el contenido de un correo electrónico enviado por el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta a una estudiante secundaria de 17 años.
El mail se envió desde una cuenta del gobierno porteño a una dirección de correo electrónico interno del colegio al que asiste la joven.
Por supuesto, no se trató de una invitación personal, sino de un mail de campaña a través de las redes, el método preferido para los publicistas del PRO.

A su padre, el periodista Diego Pietrafesa, no deja de llamarle la atención que un mail de carácter proselitista fuese enviado a una menor de edad y a un correo que no dio a ningún estamento público.

*Estábamos tomando la merienda ayer cuando mi hija Violeta me dice en tono jocoso que Larreta la invitó a tomar un café, y me mostró el teléfono*,

narró Pietrafesa a este diario.

El periodista sacó una foto a la pantalla del celular de su hija y divulgó la imagen en Twitter, donde se viralizó.
El colegio privado de Palermo al que asiste la menor tomó cartas en el asunto, luego de remarcar que no dio los datos del mail interno al gobierno porteño:
el lunes constatarán si otros alumnos del establecimiento recibieron el mail.
Si se confirma lo afirmado por el colegio, el Gobierno de la ciudad tendrá que explicar como obtuvo esa dirección de mail.

*El correo del colegio es interno, lo usan alumnos y profesores, por eso esto es llamativo, incluso el dominio tiene el nombre de la escuela*, siguió Pietrafesa.
Su hija abrió el mensaje apenas lo recibió porque es el único correo que utiliza.

*La mayoría de los alumnos tienen otras cuentas, solamente abren el mail del correo en la semana por temas de estudio, por eso hay que esperar al lunes para saber si fue un mensaje masivo a otras cuentas de mail del colegio*, afirmó su padre.

*Me estoy asesorando para ver qué hacer.
Alguien tiene que explicar cómo es que un mail interno integra una base de datos*, agregó Pietrafesa, quien desde que vio el mail se cercioró de no haber dado nunca el correo de su hija.

*Renovó el DNI el año pasado y no dejó el mail; y la SUBE la sacó con mi DNI, a ni nombre*, explicó.

A eso se suma una paradoja.
Violeta Pietrafesa está entre los miles de jóvenes de entre 16 y 18 años que pueden optar al voto y no figuran en los padrones.
Lo mismo que un 30 % de sus compañeros de colegio.

*El Estado se preocupa en tener el mail privado de mi hija, pero no de garantizarle el derecho al voto*, cerró su padre.

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-estrategia
-pagina12

viernes, 31 de mayo de 2019

* EXpiados *

***Preciosa noche de alfinViernes para todxs.

Espiar...¿quién no lo hizo alguna vez en la vida?
Mala costumbre que viene también con nosotros en ese paquete llamado *persona*.
Algunos por mera curiosidad de ver la vida ajena un ratito, otros ya enfermos quieren ver qué hace el otro todo el tiempo.

Motivos pueden haberlos y muchos, yo recuerdo una vez en el Club Náutico Esportivo Avellaneda, Verano, unos 13 años, vestuario de las chicas, y con un par de amiguitos intentamos espiar por una ventana del sector de duchas, hasta que un moquete en la nuca me dejó temblando como una hoja, y al caer, el Guardia nos sacó a patadas en el opertuso...

Je, pero bueno, ese motivo de espionaje era más bien hormonal, 13 años..se imaginarán, pero después en el resto de mi vida afortunadamente nuca más sentí compulsión por espiar absolutamente nada, no me mueve, no me motiva.

Motivos para espiar se tienen en otros ámbitos, empresas por ejemplo, que necesitan saber los movimientos de sus competidores, gobiernos a otros gobiernos por cuestiones dicen ellos de...*seguridad*, pero hoy el espionaje se ha vuelto una enfermedad por parte de empresas y estados viable gracias a la nueva tecnología de las comunicaciones.

¿El objetivo?
Nosotros.
Ya no sólo quieren nuestros datos para vendernos porquerías, tal como informaba hoy al mediodía, sino también los gobiernos.
Pero..¿para qué?
¿Tan importante les resultan nuestras efímeras y en muchos casos insulsas vidas?

Hace una semana el sitio ruso RT publicó una noticia que, como siempre digo, debe tomarse con pinzas ya que informarse a través de RT es como hacerlo con CNN que está en la vereda de enfrente, de un lado demonizan a USA, del otro a Rusia.
Pero veamos qué decía Russia Today hace unops 7 días;



La Armada de Estados Unidos se ha propuesto crear un archivo global, a gran escala, que almacene unos 350.000 millones de publicaciones hechas en las redes sociales, para propósitos de investigación.

El Departamento de la Marina publicó una convocatoria en la que solicita ofertas de posibles contratistas para un proyecto que recogería los miles de millones de entradas, mensajes y comentarios disponibles públicamente, que serán tomados de los años 2014 al 2016 y desde una única red social, en todos los países e idiomas cubiertos por la plataforma en cuestión =no se especificó cuál=.
Cada registro deberá proporcionar el texto original y completo de la publicación, incluyendo la hora y fecha y el usuario que se asoció a cada entrada.
Además, 20 % de ellos deberán mostrar el lugar, el idioma, los *hashtags*, la ubicación aproximada u otra información geográfica disponible.

Los datos deberán incluir mensajes de al menos 200 millones de usuarios únicos en al menos 100 países, sin que un solo país represente más del 30 % de los usuarios, y abarcar mensajes escritos en al menos 60 idiomas.
De acuerdo a la solicitud, el proyecto de la Armada se usaría en *esfuerzos de investigación en curso* que *tienen como objetivo proporcionar una mejor comprensión de las dinámicas sociales fundamentales, para modelar la evolución de las comunidades lingüísticas y los modos emergentes de expresión colectiva, a lo largo del tiempo y entre países*.

La Marina asegura que los datos recopilados se utilizarán también con fines pedagógicos, brindando a estudiantes *oportunidades para la investigación de tesis* y el desarrollo de habilidades analíticas de *grandes datos*.

Por su parte, el director del periódico La Nación Cubana, Pedro González Munné, opina al respecto que este tipo de bases podria servir para crear un *perfil* de una persona sin su consentimiento, algo que luego podría influir en su vida.

Ciertamente se puede corroborar dicha convocatoria en el link que dejo al pie del post.
A partir de ésto uno se pregunta, si son tan evidentes y hacen una convocatoria pública sin cuidarse de que nos enteremos, ¿no será que lo hacen adrede para meternos miedo?

Digo ésto porque cada vez que salen éste tipo de noticias, estimo que en la enorme cantidad de gente que se entera, muchos se cuidarán bastante en las redes, sea de publicar o de dejar sus rastros.

Creo que si en verdad la idea es espiarnos contundetemente, no van a avisarlo así, púbicamente, lo harán en secreto y punto, si es que ya no lo vienen haciendo desde hace un largo rato.
Pero, a no temer, a ésta altura de la modernidad ya nadie puede escapar a ser espiado, ni siquiera el aborígen que vive en el Amazonas y no conoce un celular, ni el vagabundo que duerme debajo de un puente.

Todos ya estamos *fichados*.
Creo que además de perseguir opositores políticos buscando alguna foja negra para luego extorsionarle y quitarlo del camino, o el delirio paranoico del terrorismo, o alguien que esté en el delito, la idea de éstos muchachos es mucho más profunda, al parecer hay algo en los humanos que amenaza al sistema, algo que intentar inhibir desde siempre con múltiples métodos y que al parecer les quita el sueño.

Estimo que es algún tipo de inevitable evolución del Ser que despertaría o abriría capacidades que...reitero, al sistema le quita el sueño.

Por el momento sólo pensamos en espionaje por el mero gusto de controlarnos para que sigamos en el redil.
Veamos éste otro artículo que nos aporta más datos perfectamente corroborables;



-Hace unos años, después del colapso financiero de 2008, Matt Taibbi, de la revista Rolling Stone, describió a Goldman Sachs, el gran titán del capitalismo financiero, como *un gran calamar vampiro que envuelve el rostro de la humanidad y mete a la fuerza inexorablemente su conducto sanguíneo en cualquier cosa que huela a dinero*.
Según Shoshana Zuboff, autora de Surveillance Capitalism: *The Fight for a Human Future at the New Frontier of Power* =*Capitalismo de vigilancia: la lucha por un futuro humano en la nueva frontera del poder*=, diez años después, podríamos decir lo mismo, e incluso cosas peores, acerca del capitalismo de vigilancia.

Pero esta vez, es un calamar más grande y mete ese conducto sanguíneo a través de los móviles, las televisiones inteligentes, las tabletas y, dentro de poco, los hogares inteligentes;
llega hasta el último rincón de nuestra privacidad individual y colectiva.
Lo que se suponía que nos iba a liberar y que iba a estar a nuestro servicio, que era lo que esperaba Tim Berners Lee, el creador de internet, ha evolucionado a lo que él mismo definió como *un motor de injusticia y división movido por fuerzas poderosas que lo usan para sus propios planes*.

El registro y mercantilización de nuestros datos, la estructura depredadora de perfiles de usuarios y de vigilancia está en el ADN del capitalismo de vigilancia.
Cambridge Analytica solo es la punta del iceberg.
Zuboff señala en su brillante libro que el capitalismo de vigilancia, dominante, furtivo y omnipresente, ha explotado la experiencia humana para recoger materia prima gratuita y traducirla en datos conductuales.
El excedente conductual =nuestras emociones, miedos, voces y personalidades= alimenta la *inteligencia de las máquinas pensantes* y luego se reconfigura en productos predictivos.

Son productos diseñados especialmente para anticiparse a lo que vas a hacer hoy o la semana que viene a través de la modificación conductual.
Pero el capitalismo de vigilancia no solo predice, sino que también nos anima influyendo en nuestro comportamiento a través de anuncios específicos personalizados e intrusivos.
Como dice la autora de un modo tan memorable, una vez que buscamos en Google, Google =y el resto= nos busca a nosotros.
La lógica despiadada de las exigencias de la rentabilidad de las grandes tecnológicas nos ha desposeído digitalmente.

Mientras que antes era el mundo social y natural el que se veía subordinado a la dinámica del mercado, ahora, según nos dice, ha llegado el momento de sacar rentabilidad de la extracción de nuestra propia experiencia humana.
Nuestros datos, que se han ido recopilando con remordimientos en los últimos años sin nuestro consentimiento real, se han convertido en un arma contra nosotros con eficiencia militar, según declaró Tim Cook, de Apple nada menos, al crear un perfil digital que permite que las empresas nos conozcan mejor que nosotros mismos.


¿REBUSCADO O POCO CONVINCENTE? 
CONSIDERA LO SIGUIENTE

Los rastreadores de emociones portátiles tienen sensores integrados que miden y rastrean las señales biométricas de su portador =la temperatura de la piel, la frecuencia cardíaca y el pulso=.
Estos datos se envían a un aparato vinculado mediante tecnologías inalámbricas, como Bluetooth.
Entonces se compilan enormes conjuntos de datos que, sin duda, se pueden analizar mediante algoritmos con el objetivo de detectar patrones y correlaciones a partir de los que se pueda predecir el comportamiento futuro.
Quizás, cada vez que nos sintamos tristes, nuestros teléfonos nos den un chute de oxitocina o serotonina.


Todo esto se comercializa como bienestar para el consumidor, pero, en realidad, es una agresión a nuestros *yoes* inconscientes que ayuda a los negocios a vender productos oscuros y a aumentar sus ingresos.
Extraen esas microemociones y esas sensaciones más íntimas en tiempo real para obtener beneficios.

¿Te parece extraño?
Vayamos un poco más lejos.
Amazon patentó hace poco un diseño *de ahorro de trabajo* para llevar en la muñeca, que monitoriza las manos de los operarios de almacén y los impulsa con más rapidez a prácticas de trabajo más eficiente mediante vibraciones ultrasónicas.
No hace mucho, este era el tipo de cosas que aparecía en la ciencia ficción distópica;
ahora, una supervisión electrónica a distancia muy restrictiva que haga que los trabajadores no se salgan de los roles asignados se ve como una posibilidad.

Hace veinte o treinta años, la gente se hubiera indignado ante tales propuestas y vulneraciones de la persona.
A finales de los ochenta, los verdes alemanes pelearon con el estado a cuenta de un censo nacional:
el eslogan era *Solo se cuentan las ovejas*.
En 1983, el Tribunal Constitucional alemán sentenció que las preguntas del censo propuesto eran intrusivas e innecesarias y que se podía producir un abuso de la información.
Los tiempos han cambiado.

Hace poco, dos miembros del sacerdocio de la élite digital, Tom Cook y Mark Zuckerberg, exigieron más privacidad y una mayor regulación de internet.
Zuckerberg, además, prometió que Facebook *iba a avanzar gradualmente hacia servicios privados y encriptados que permitieran a los usuarios confiar en que lo que hablan entre ellos permanezca seguro*.

Los dos anuncios son desvergonzados, interesados y cínicos y se ejercen en la dirección equivocada.
Los principios de confianza, privacidad y comportamiento ético nunca han sido una prioridad cuando desarrollaban su hegemonía digital, social y cultural.
Han hecho muy poco por proteger nuestros datos.
En realidad, legalmente hablando, son *sus* datos, y siempre tuvieron la intención de que fuera así.

Las leyes que protegen nuestros datos están siendo, desde hace mucho tiempo, socavadas por un laberinto de contratos online y términos y condiciones que nadie lee y que a los que podríamos llamar eufemísticamente un marco regulatorio laxo.
Como muchas de las sedes europeas de las grandes tecnológicas estadounidenses se encuentran en Irlanda, la comisión de protección de datos irlandesa es, de facto, la normativa europea desde que se materializó el Reglamento General de Protección de Datos-RGPD.
Aun así, el comisionado irlandés dijo el año pasado que no iban a investigar el rastreo secreto por parte de Google de la localización de los usuarios de Android.

Supongo que es mejor no molestar demasiado al imperio con ideas de privacidad y derechos y libertades de los individuos.
Hace unos años, el antiguo taoiseach =primer ministro irlandés= Enda Kenny, dijo que Irlanda era el *mejor país pequeño* del mundo en el que hacer negocios.
Quizá se refería a eso.

Silicon Valley, que siempre ha sido una especie de religión cienciológica digital poblada por gente que utiliza el dialecto propio del Atlántico medio como lengua franca, ha roto a sabiendas el pacto social, y ahora que los han pillado y sus beneficios podrían verse mermados, exige que haya una regulación.
Zuckerberg vino a Dublín hace poco y, en un reportaje del Irish Times, que parece un boletín de prensa de Facebook, dijo de las leyes de privacidad en Europa y el RGPD:

*Creo que es una buena base que codifica muchos de los valores importantes de las personas, para que puedan elegir cómo son tratados sus datos...*.

Facebook ha crecido despiadadamente gracias a una campaña casi religiosa de recogida de datos casi a cualquier precio.
Embriagado por las mediciones del comportamiento y rastreando nuestras interacciones, se ha comportado como ese calamar gigante que chupa la sangre, oliendo el dinero donde sea que se agarre a esa curiosidad y debilidad humana.
Los datos que se usan =y esto significa que son recabados sin piedad, explotados y vendidos al mejor postor= no son más que una desviación de las relaciones públicas, lo que sería irrisorio, si no fuera tan obvio.
Somos nosotros, y nadie más, los que debemos decidir cómo se usan nuestros datos, si es que se van a usar.

Esto no es más que propaganda interesada de Zuckerberg.
Mentiras del departamento de Relaciones Públicas de Silicon Valley para intentar mejorar su *imagen corporativa* empañada.
Después de todo, hasta cuando desactivas el rastreo, Facebook te sigue rastreando.
Asimismo, te persigue por internet a través del código que implanta en tu navegador.
Adiós a la tan aclamada promesa de Zuckerberg de remodelar Facebook y convertirla en una plataforma *centrada en la privacidad*.

Lo que es aún más irrisorio, Facebook paga al Daily Telegraph como parte de su campaña de marketing para que cuente historias positivas sobre la plataforma bajo el título: 
*Ser un humano en la era de la información*.
Como Orwell podría haber dicho sobre esas piezas propagandísticas:
no podríais inventároslo.

Shoshanna Zuboff señala exactamente que los oligarcas digitales son los capitalistas sin escrúpulos del siglo XXI.
Su modelo de negocio está basado en el *adormecimiento psíquico* y en nuestra percepción inconsciente de lo que han estado haciendo.

Que las grandes tecnológicas exijan ahora una normativa es una estrategia de los de relaciones públicas cínica, porque durante años se han opuesto a que existiera una normativa, puesto que dificulta la *innovación*, y la privacidad ya no es, según Zuckerberg, una regla social.
Sin embargo, las tecnologías con las que ganan miles de millones solo han sido posibles gracias a las cuantiosas ayudas estatales y a contratos de investigación públicos. Sin el presupuesto de defensa de los Estados Unidos, o lo que es lo mismo, el dinero de los contribuyentes estadounidenses, varias generaciones de ordenadores no se habrían construido.
Dicho de otro modo, es el capitalismo de Estado reestructurado como emprendimiento de libre mercado.

Lo que escribió Noam Chomsky en 2009 lo explica bien:

*El núcleo de la economía depende en gran medida del sector estatal, y eso está claro.
Por poner como ejemplo el último boom económico, que estuvo basado en la tecnología de la información.
¿De dónde ha venido?
De los ordenadores y de internet.
Los ordenadores e internet estuvieron casi en su totalidad en el sistema estatal durante unos 30 años =investigación, desarrollo, adquisición, otros dispositivos= antes de que, por fin, se cedieran a empresas privadas para que se lucraran con ellos*.

La relación Silicon Valley/Estado está en desarrollo y aún es recíproca.
Eric Schmidt, ex CEO de Google, ahora es el presidente del Consejo de Innovación en Defensa creado por el Pentágono y constituido por expertos procedentes de Silicon Valley, profesores universitarios y la industria de defensa estadounidense para *innovar* =otra vez esa palabra= y analizar el uso de la inteligencia artificial en la guerra, entre otras cosas.
La innovación, en este momento, es en realidad un recurso retórico y un poder otorgado para violar nuestra privacidad y cosas peores.

Es sorprendente que otro miembro de la junta, el profesor de Derecho de Harvard Cass Sunstein, propusiera hace unos años la idea innovadora y propia de Huxley de la *infiltración cognitiva*, idea que supone que *los agentes del Gobierno =y sus aliados= podrían entrar en salas de chat, redes sociales en línea e, incluso, en grupos reunidos en espacios físicos e intentar socavar teorías de la conspiración filtradas planteando dudas sobre sus hipótesis objetivas, su lógica causal o consecuencias por actuaciones políticas*.

El camino al infierno se ha pavimentado con buenas intenciones y efectos inesperados.
Quizás.
O quizás, no.
A lo mejor, su momento, por fin, ha llegado.

Se podría decir que hay privacidad para los ricos y el panóptico de las redes sociales para todos los demás.
No es, ni más ni menos, que la devastación gradual de la libertad humana, como la fábula de la rana en el agua hirviendo, y ha pasado incluso antes de que nos demos cuenta de lo que estaba pasando.

¿Por qué es importante todo esto?
La vigilancia constante crea una cárcel para la mente.
Las innovaciones de vigilancia de las grandes tecnológicas golpean directamente a lo que nos hace humanos:
nuestra privacidad, nuestra voluntad, nuestra autonomía y nuestra necesidad de soledad.

Sin soledad, ¿cómo podemos comprender quiénes y qué somos?
Sin ella, no podemos ser totalmente humanos y, sin duda, nunca podemos ser totalmente libres.
Reagan, Thatcher, Blair y otros nos dijeron que el capitalismo neoliberal iba de la libertad y la liberación del individuo de la economía y de la libertad económica.
Internet nos prometió una emancipación similar y, aun así, hemos acabado en un capitalismo de vigilancia.

El artículo de Richard Barbrook y Andy Cameron titulado *The Californian Ideology now*, publicado hace más de veinte años, parece extraordinariamente profético.
En él, advertían de que *las tecnologías de la libertad se están convirtiendo en las máquinas de dominación*.
Tim Berners Lee estaría de acuerdo.
De una forma estrambótica para todos nosotros, la ideología californiana de individualismo libertario de la disconformidad y el capitalismo de libre mercado han convergido y se han transformado en un capitalismo de vigilancia rapaz.

El utopismo tecnológico es la nueva ortodoxia digital del día y la *innovación* se ha convertido en la representante de la intrusión profunda en nuestra privacidad, e incluso, como nos advierte Ruboff, en la conciencia que tenemos de nosotros mismos.
La doctrina de la inevitabilidad tecnológica de Silicon Vally, añade la autora, *trae consigo un virus convertido en arma del nihilismo moral programado para dirigirse a la capacidad humana de tomar decisiones y borrar del texto de la posibilidad humana, la resistencia y la creatividad*.

Como se ha dicho en otro lugar, el modelo de negocios de las grandes tecnológicas no es compatible con nuestros derechos, valores humanos ni con nuestras democracias. Y lo que es más importante, no es compatible con la propia idea del ser humano.
Zuboff termina este libro providencial con una advertencia que deberíamos tener en cuenta:

*No está bien que nuestros movimientos, emociones, expresiones y deseos sean catalogados, manipulados y, después, utilizados para llevarnos en manada de manera subrepticia a través del tiempo futuro para beneficio de alguien*.

En este momento, hay asimetrías de conocimiento sin precedentes con multimillonarios como Eric Schmidt y Zuckerberg, pues ellos saben muchísimo sobre nosotros, pero nosotros sabemos muy poco de ellos.
Como señala Zuboff:

*Aspiran a que nadie les cuestione su poder para saber, para decidir quién sabe y quién decide*.

Pero ¿y si surge de todo esto un monstruo burocrático, estatal y corporativo?
Este monstruo, como advierte David Samuels, de la revista Wired, tiene capacidad para *rastrear, clasificar, enloquecer, manipular y censurar a los ciudadanos*, algo similar al Estado-Gran Hermano de China.
¿Y si la libertad digital que creíamos tener no es libertad en absoluto, sino un tipo de tiranía disfrazada de libertad?
¿Y si durante nuestra somnolencia digital inducida el calamar monstruoso ya ha llegado?

Keep calm...,ellos también son vigilados..

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-rt
-fbo
-elsaltodiario