jueves, 13 de junio de 2019

* Para qué escribir *

***Buen inicio de Jueves para todxs.

En el vasto mundo del Arte de Escribir tenemos de todo.
Creo que en el fondo, si a cualquiera de nosotros nos dan un lápiz y un papel y nos dicen que escribamos algo, seguramente saldrán cosas muy interesantes.
Claro está que debemos distinguir a lo rudimentario de lo finamente elaborado y profesional
A veces somos Relatores, otras Poetas, otras pesimistas, otras optimistas, y todo será de acuerdo al *momentum*.

El momentum actual, para muchos que intentamos plasmar con tinta virtual, es una mirada sobre la actualidad que percibimos o concebimos, sea del ámbito cercano, individual, personal, ciudadano, como así también de un ámbito más recóndito, grupal, colectivo, global.

Y son tiempos donde duelen muchas cosas que de tan viejas..se hacen jóvenes porque persisten, porque poco han cambiado, porque siguen oprimiendo el pecho de las almas buenas que esperan, que quieren, que ansían que de lo malo viejo surja lo bueno nuevo.
Mirar al mundo de ayer y compararlo con el mundo de hoy es un ejercicio que necesita aislar la mirada sobre uno mismo para no describirse a uno sino a un todo.

Si el balance resultante deja un sabor positivo dan ganas de gritarlo a voz en cuello, pero si es todo lo contrario, una profunda inspiración-expiración...hace el silencio necesario de lo que se prefiere no decir.

Escritores, esos comprometidos con remarcar aquellas cosas que repulsan, que corroen el esófago como un trago de aguardiente, esperando que al remarcarlas..las podamos trocar en deliciosos manjares, en fragancias exquisitas, en...reñidas esperanzas.

Desde España el valioso David Torres



El columnista de Público David Torres vuelve pero no con una novela.
Esta vez trae bajo el brazo un poemario en el que vuelca sus preocupaciones más íntimas.

En *Horizonte de sucesos* recopila versos que indagan sobre la memoria y ese *fin de las historias posibles* que, de algún modo, conlleva la madurez.
Un ejercicio de valentía y lirismo cocinado en esa tierra de nadie que es el pasado.
Empieza su poemario con una *breve historia de España*, un recuerdo familiar que condensa lo peor de nuestra historia...

-Ese poema viene a ser un epítome no sólo de nuestra guerra civil sino de nuestras incontables guerras civiles, de la brutalidad y de la infamia de la que somos capaces. También de la impunidad con la que sigue subsistiendo.
Las guerras fraticidas se han dado en muchas sociedades, no en vano todos los países se han forjado a base de luchas, y en la mayoría se intentan cerrar las heridas.
Salvo en España, país en el que no se quiere reabrir el pasado...

Bajo el pretexto de no reabrir viejas heridas...

-Sí, aunque yo creo que es justo al revés, porque si pudiéramos abrir el pasado, conseguiríamos sanarlo, es una cuestión de medicina elemental.
Me parece importante no ya sólo para buscar justicia y reparación, sino simplemente para poder perdonar.
España sigue con las heridas abiertas, supurando, porque el ejercicio de la memoria no se ha hecho en ningún caso.

El poder del pasado y de lo vivido está muy presente en esta obra.
¿Hasta qué punto somos rehenes de los recuerdos?

-Es que somos lo que hacemos y lo que recordamos.
Si a un hombre le quitas el pasado, se queda sin nada.
A fin de cuentas la memoria se modifica a través de los recuerdos, y estos no hacen más que tamizar toda nuestra experiencia y jugar con ella.
Se podría decir que la memoria es nuestra ventaja, nuestro cielo y nuestra condena.

Yo veo a mi perra que está más feliz que un cubo porque vive en un presente continuo, es completamente zen, disfruta del momento cuando duerme, cuando corre por el parque, cuando come...
Nosotros, en cambio, siempre tenemos la cabeza en otro sitio;
recordando a algún amigo perdido o planeando algún desembarco futuro.

¿Rebuscamos en el pasado para entendernos?

-Es que no podemos escapar de lo que fuimos.
En algunos versos recupero los sonidos de la infancia y los comparo con el primer sonido de la creación, ese instante en el que todo brota por primera vez.
Faulkner decía que el pasado todavía está sucediendo y yo estoy muy de acuerdo con esa sentencia.
De alguna forma la poesía y la literatura son un artificio para mantener vivo algo que ya ha pasado, que está muerto.
Nuestro destino va camino de la extinción y la nada, para asumir algo así echamos mano de lo que podemos para hacer que cada instante dure un poco más.

Sobrevuela un destino trágico en muchos de estos versos...

Recuerdo que un amigo poeta dijo una frase que a mí me chocó mucho.
Vino a decir, durante una presentación, que solo podemos ganar.
Creo que es justo al revés, sólo podemos perder.
Somos seres destinados a la imperfección y a la derrota.

Vivimos además en un país en el que, como dijo Camus, la esperanza puede ser destruida y el mal salir triunfante...
Por otra parte, creo =como Machado= que se canta lo que se pierde.
No escribo cuando estoy eufórico o colmado de alegría, sino cuando busco restañar una herida, para contar o cantar una pérdida.

Hábleme de ese *manifiesto consumista*, un poema en el que carga contra la vorágine del turbocapitalismo.

-Sí, surge de la preocupación por nuestro destino como sociedad.
Creo que el fantasma que recorre Europa ahora es un gordo que se ha llenado la panza de grasa y que cualquier día va a reventar.
Es curioso que vivamos en el mejor de los mundos posibles y que nos hayamos convertido en un museo temático, una isla a la que muchos desgraciados intentan acceder y les hemos cortado las amarras.

Yacen ahí, en esa tumba que es el Mediterráneo.
Creo que es de un fariseísmo absoluto lo de toda esa gente que se dice liberal y cristiana;
si Cristo viera lo que Europa está haciendo le escupiría en la cara.

Quizá sean más partidarios de limosnas como las de Amancio Ortega...

-Amancio me recuerda a Pablo Escobar.
A este último también lo ponían en un altar porque era el que donaba dinero para construir hospitales, pero a qué precio.
Escobar era un criminal, y Ortega otro tipo de delincuente que permite el trabajo esclavo, infantil y la ingeniería fiscal...
Es una estrategia muy vieja;
defraudar impuestos y luego regalar algo para que el pueblo me adore.

¿Cómo convive con la presteza de la columna diaria y la labor más artesanal de la novela o el poemario?

-Es curioso, cuando empecé a escribir minusvaloraba un poco el artículo de opinión y la crónica, pero con el tiempo me he ido dando cuenta de que el género es lo de menos, salvo en el caso de la poesía, que son palabras mayores.
Faulkner tenía mucha razón cuando decía que casi todos los grandes novelistas habían tratado de escribir poesía y viendo que no lo conseguían se pasaban al cuento. Cuando fracasaban también con los relatos, se dedicaban a la novela e intentaban decir en 500 páginas lo que un poeta te dice en un soneto.

Por otra parte, la poesía no es simplemente rimar.
Ahora hay muchos poetas de esta nueva poesía que está tan de moda que no son más que ocurrencias y frases más o menos ingeniosas, versos que se te caen de los ojos nada más leerlos y que, por cierto, se pueden leer en muchas fachadas de Madrid.

Uno puede, en cambio, encontrarse con muy buena poesía en muchos artículos de opinión, son como iluminaciones que, cuando las lees, algo se te enciende en el interior y descubres algo que no sabías que sabías;
eso es exactamente la poesía.

El gran y querido mexicano Octavio Paz decía;



-Toda dictadura, sea de un hombre o de un partido, desemboca en las dos formas predilectas de la esquizofrenia:
el monólogo y el mausoleo.

-No hay nada más triste que el escritor sometido al dictado del político.

-Una sociedad sin imágenes es una sociedad puritana. Una sociedad opresora del cuerpo y de la imaginación.

-Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo, del miedo al cambio.

-La libertad no necesita alas, lo que necesita es echar raíces.

-Los imperios están condenados a la dispersión, como las ortodoxias y las ideologías, a los cismas y a las escisiones.

-La historia del siglo XX es la historia de las utopías convertidas en campos de concentración.

-El hombre quiere ser uno con sus creaciones, reunirse consigo mismo y con sus semejantes:
ser el mundo sin cesar de ser él mismo.
Nuestra poesía es conciencia de la separación y tentativa por reunir lo que fue separado.

-La definición del hombre como un ser que trabaja debe cambiarse por la del hombre como un ser que desea.

-El hombre es una criatura moral que envejece, que muere y que no sabe para qué vino aquí.

-El hombre es un desterrado del fluir cósmico y de sí mismo.

-Toda la historia de México desde la Conquista hasta la Revolución puede verse como una búsqueda de nosotros mismos, deformados o enmascarados, con instituciones extrañas y de una forma que nos exprese.

-La poesía es el punto de intersección entre el poder divino y la libertad humana.

-Una sociedad poseída por el frenesí de producir más para consumir más tiende a convertir las ideas, los sentimientos, el arte, el amor, la amistad y las personas mismas en objetos de consumo.

-Todo es hoy.
Todo está presente.
Todo está, todo es aquí.
Pero también todo está en otra parte y en otro tiempo.
Fuera de sí y pleno de sí…

-La protección impartida al matrimonio podría justificarse si la sociedad permitiese de verdad la elección.
Puesto que no lo hace, debe aceptarse que el matrimonio no constituye la más alta realización del amor, sino que es una forma jurídica, social y económica que posee fines diversos a los del amor.

-Amar es combatir, es abrir puertas, dejar de ser fantasma con un número a perpetua condenado por un amo sin rostro.

-Alguna vez, frente a frente yo mismo, se deshizo mi rostro frente al espejo: 
¿era mi propio rostro, ese helado reflejo de la nada?

-El sentido profundo de la protesta social consiste en haber opuesto al fantasma implacable del futuro la realidad espontánea del ahora.

-Nuestros instrumentos pueden medir el tiempo pero nosotros ya no podemos pensarlo: 
se ha vuelto demasiado grande y demasiado pequeño.

-Despertar a la historia significa adquirir conciencia de nuestra singularidad, momento de reposo reflexivo antes de entregarnos al hacer.

-El escritor debe soportar la soledad, saberse un ser marginal. 
Que los escritores seamos marginales es más una condenación que una bendición.

-El amor es escándalo, desorden, transgresión:
el de dos astros que rompen la fatalidad de sus órbitas y se encuentran en la mitad del espacio

-Quien ha visto la esperanza, no la olvida.
La busca bajo todos los cielos y entre todos los hombres.

-La rebelión juvenil entre estos dos extremos:
su crítica es real, su acción es irreal.
Su crítica da en el blanco pero su acción no puede cambiar a la sociedad.

-En nuestro mundo el amor es una experiencia casi inaccesible.
Todo se opone a él:
moral, clases, leyes, razas y los mismos enamorados.

El siempre recordado argentino Rodolfo Walsh;



-Mientras los ideólogos sueñan, gente más práctica, tortura y mata.
Y eso es concreto, eso es urgente, eso es de aquí y de ahora.

No puedo, ni quiero, ni debo renunciar a un sentimiento básico:
la indignación ante el atropello, la cobardía y el asesinato.

Creo, con toda ingenuidad y firmeza, en el derecho de cualquier ciudadano a divulgar la verdad que conoce, por peligrosa que sea.

Mis colegas periodistas de los grandes diarios podrían tomarse el trabajo que yo me tomé, en vez de copiar lo que les dicta el teniente coronel fusilador.

Tanto entonces como ahora creo que el periodismo es libre, o es una farsa, sin términos medios.

Dentro del sistema, no hay justicia.
Otros autores vienen trazando una imagen cada vez más afinada de esa oligarquía, dominante frente a los argentinos, y dominada frente al extranjero.
Que esa clase esté temperamentalmente inclinada al asesinato es una connotación importante, que deberá tenerse en cuenta cada vez que se encare la lucha contra ella. 
No para duplicar sus hazañas, sino para no dejarse conmover por las sagradas ideas, los sagrados principios y, en general, las bellas almas de los verdugos.

Para los diarios, para la policía, para los jueces, esta gente no tiene historia, tiene prontuario; 
no los conocen los escritores ni los poetas;
la justicia y el honor que se les debe no cabe en estas líneas;
algún día sin embargo resplandecerá la hermosura de sus hechos, y la de tantos otros, ignorados, perseguidos y rebeldes hasta el fin.

El sistema no castiga a sus hombres:
los premia.
No encarcela a sus verdugos:
los mantiene.

Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires.
Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores.
La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.
La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas.

Cadena Informativa es uno de los instrumentos que está creando el pueblo argentino para romper el bloqueo de la información.
Cadena Informativa puede ser usted mismo, un instrumento para que usted se libere del terror y libere a otros del terror.
Reproduzca esta información, hágala circular por los medios a su alcance:
a mano, a máquina, a mimeógrafo.
Mande copias a sus amigos:
nueve de cada diez las estarán esperando.

Millones quieren ser informados.
El terror se basa en la incomunicación.
Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad.
Derrote al terror.
Haga circular está información.

Sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-publico