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miércoles, 22 de mayo de 2019

* Tecnología 5 G; alerta mundial-6 *

***Gran jornada de Miércoles para todxs.

Seguimos con la problemática de la tecnología 5G, y hoy =dentro del grave panorama= una buena, por fin una buena.
Una buena que es el fiel ejemplo de lo que siempre he dicho y que si bien, a algunxs de ustedes les suena a *monserga* cansadora, que puede ser considerado también como la pedantería de alguien que se cree con el derecho de dar consejos, es en realidad un mensaje que intenta zamarrear, no de la ropa ni del brazo sino de la abulia y el negativismo neuronal que considero, es uno de los grandes enemigos a vencer que no están afuera de nosotros, sino bien adentro.

El que no llora no mama, no está muerto quien pelea, no luchar por nuestros derechos es autocondenarse a estar siempre cada vez peor.
La unión hace a la fuerza y el conocimiento al progreso, progreso de la recuperación de nuestra autoestima enérgicamente, sin violencia, pero con gran convicción y firmeza.
Éste es el caso de una agrupación de italianos que no conformes con que todo siga igual, le han puesto el pecho al asunto;



No son malas nuestras leyes son malos los jueces que no la aplican, por ende la culpable de que no haya justicia no es la Justicia sino los malos jueces, pero cuando el ciudadano Conoce las leyes reclama que se apliquen, y si un mal Juez no se aviene pues hay que insistir hasta hallar a un buen Juez que en éste caso ha hecho lugar al reclamo de éste grupo de incansables luchadores.
Y ojo...no sólo luchan contra los malos jueces sino además..con los dueños del circo;



Y si hablamos de valientes y comprometidos será precisamente Alfonso Balmori, el Biólogo español que citara en el post anterior quien nos va a contar sobre ésta resolución judicial en Italia;



Basta con leer la presentación del Doc para darse cuenta de lo que hablo cuando hablo de utopías, de lucha, de convicciones;



Martes, 29 enero 2019.

En una pionera sentencia, el Tribunal Administrativo de la región italiana de Lazio ha impuesto a tres Ministerios de aquel país, el de Medio Ambiente, el de Salud y el Ministerio de Educación, Universidad e Investigación, la obligación de organizar una campaña de información dirigida a toda la población sobre los riesgos para la salud y el medio ambiente relacionados con el uso indebido de los teléfonos móviles y sobre las necesarias medidas de precaución que deben adoptarse.

Dicha campaña debe hacer especial hincapié en los grupos de mayor riesgo, como son los niños y los adolescentes, y el Tribunal da un plazo máximo de seis meses para su difusión, por lo que debe comenzar antes de julio de 2019.

El objetivo es concienciar a los usuarios de que hagan un uso más informado de los teléfonos móviles para salvaguardar el derecho a la salud que =como en España=, está protegido constitucionalmente.
Los tres Ministerios implicados ya están trabajando para el establecimiento de una mesa interministerial que deberá dar cumplimiento a la decisión judicial.
Además, en un comunicado conjunto de prensa, afirman que han acogido esta sentencia con satisfacción, convencidos de la necesidad de concienciar sobre el tema y de promover medidas de prevención.

Mejor así, desde luego, aunque no se entiende bien que no mostrasen el mismo entusiasmo para ponerse manos a la obra antes de dictarse la sentencia, ya que durante el procedimiento judicial ha quedado clara constancia de su resistencia con uñas y dientes.
Esta decisión judicial probablemente pase desapercibida o sea considerada ajena a la situación española, porque sacar el asunto aquí se ha convertido desde hace años en un tema tabú, del que solo hablamos unos pocos.

La proverbial desatención de nuestros sucesivos Ministros de uno y otro lado =a los que no les vendría nada mal una sentencia como la italiana=, hacia este grave problema sanitario y ambiental de la telefonía móvil, contrasta abruptamente con la sobreprotección a la que nos someten los actuales Ministros de Ciencia y Sanidad, con su paternalismo trasnochado y su empeño y celo algo obsesivo, en la persecución de las medicinas no convencionales, a pesar de que ya vamos siendo mayorcitos y se nos debería suponer capacidad de decisión y criterio.

Ya que nuestros ministros se atribuyen esa minuciosidad científica solamente para algunos temas, podrían encargar al Instituto de Salud Carlos III =como ya han hecho para los medicamentos no convencionales= una revisión científica sobre los efectos de las radiaciones de telefonía en los seres vivos.
De esa forma, nada más empezar se toparían con las conclusiones de la tesis de la Doctora Marina Pollán Santamaría, Profesora de Investigación y Jefa de Servicio de Epidemiología del Cáncer en el Área de Epidemiología Ambiental y Cáncer de ese mismo Instituto de Salud Carlos III.

Por si a alguien le interesaran más datos, dicha tesis doctoral, se realizó en el Departamento de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid, se leyó el año 2000 y lleva por título:

*Ocupación, exposición laboral a radiaciones electromagnéticas y cáncer de mama*.

Fue dirigida por los eminentes profesores Per Gustavsson, Gonzalo López-Abente y Fernando Rodríguez Artalejo y en su novena conclusión manifiesta textualmente:

*La consistencia de los resultados observados en las tres ocupaciones relacionadas con teléfonos, telégrafos y radio muestra que los campos electromagnéticos, ya sea de baja frecuencia o de radiofrecuencia, pueden ser agentes promotores del cáncer de mama.
La alta incidencia en analistas de sistemas apoya esta conclusión*.

Varios de sus directores formaron parte del comité científico que atendió el caso del colegio García Quintana de Valladolid junto a la Doctora Pollán, y esta última ha sido nombrada recientemente nueva directora científica del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública-CIBERESP, que lleva a cabo la investigación epidemiológica en España.

La revisión científica sobre los efectos de las radiaciones de telefonía que recomendaba a los ministros, podría terminar con las importantes investigaciones americana =del NTP= e Italiana =del Instituto Ramazzini=, que ya expliqué en otro artículo reciente de esta serie, y de esa forma los dos ministerios españoles con competencias podrían iniciar las correspondientes campañas informativas, y conseguirían que su modo de actuación nos pareciera más objetivo y fiable.

Por último, de esta manera tan sencilla, las precauciones en el uso de los teléfonos móviles no quedarían, como hasta ahora, únicamente reflejados en la minúscula letra de los manuales de instrucciones de estos dispositivos, imposibles de seguir =incluso con gafas de cerca= para los que padecemos la inmisericorde presbicia.

Excelente noticia que han generado esos valiosos hombres y mujeres italianos, y que el Dr. Balmori destaca con su aporte y experticia.

Hay que insistir, y prueba de ello es llegar hasta el blindado corazón de los grandes medios, que ya sabemos...difunden con loas todo aquello que signifique dinero para sus arcas y no se hacen eco de los reclamos de la sociedad, de los más débiles, de los que para esos medios no tenemos voz.

Pues éste otro caso viene a destacar esa convicción de lucha y de insistencia.
ELDIARIO.ES;



-En un artículo publicado en eldiario.es por Esther Samper el 28 de abril titulado *Los tres mayores patinazos del ecologismo sobre la salud humana: de espaldas a la física*, la autora, biotecnóloga, afirma que nunca se ha demostrado que la telefonía móvil o el wifi provoquen problemas de salud, sean capaces de provocar mutaciones en los seres humanos o cambios químicos en la materia y que *no existe absolutamente ningún estudio médico o poblacional que pueda demostrar que el uso de dichos aparatos causa cáncer u otras enfermedades*.
Incluso cuestiona que *a pesar de estas evidencias científicas la OMS decidió pecar de prudente y clasificar estas radiaciones como posiblemente cancerígenas para los humanos*.

Y afirma:
*cuando el ecologismo se aplica de espaldas a la ciencia por una cuestión ideológica, se convierte en una religión envuelta en verde*.

Nos extrañan las afirmaciones de la autora, pues suponen ignorar numerosas evidencias científicas al respecto, que es lo que mueve a Ecologistas en Acción a pedir que se aplique el principio de precaución.
Aludiremos solo a tres.

Alertan sobre la peligrosidad de las radiaciones electromagnéticas

Cuando la OMS realizó esta clasificación de las radiofrecuencias como posible cancerígeno en 2011 ya se había realizado el estudio europeo Reflex, que demostró la rotura de hebras simples y dobles de ADN en células expuestas a radiofrecuencias.
Hardell había realizado un estudio epidemiológico que demostraba mayor incidencia de tumores cerebrales y neurinomas acústicos, un tumor benigno del nervio acústico, en personas con mayor uso del móvil.

Entonces faltaban estudios con animales.
Recientemente se han publicado dos muy extensos e importantes.
El primero realizado por el Instituto Nacional de Toxicología de EEUU demuestra mayor incidencia de schwannomas =tumores benignos de corazón= y de tumores cerebrales =con menor evidencia= en ratas expuestas a radiofrecuencias.
Esos resultados los ha replicado el Instituto Ramazzini que ha encontrado tumores de corazón y de cerebro en ratas expuestas a menores intensidades.

Aclarar que los *schwannomas* afectan a las células de Schwuann, las mismas que se ven afectadas en los neurinomas acústicos encontrados por Hardell en humanos.
Eso ha llevado a que, ante las demandas de numerosos científicos de que se aumente la clasificación de carcinogenicidad anterior, la IARC el organismo de la OMS que investiga sobre cáncer, haya anunciado recientemente que va revisar la clasificación que realizó en 2011 sobre radiofrecuencias.

En diciembre de 2018, el SCHEER, comité científico de la UE de salud, medio ambiente y riesgos emergentes, ha clasificado el aumento de contaminación electromagnética que se va a producir debido al despliegue del 5G =quinta generación de telefonía móvil= como un riesgo potencial para la vida silvestre de 3 sobre 3.
Alude a que, al no estar bien estudiado previamente, puede producir consecuencias biológicas no deseadas.

Respecto al wifi, Martin Pall publicó en julio de 2018 un estudio científico que recopila referencias de numerosas investigaciones que demuestran que el wifi causa estrés oxidativo celular, daño espermático/testicular, efectos neurospsiquiátricos que incluyen alteraciones en el encefalograma, apoptosis =muerte celular=, daños en el ADN celular, alteraciones endocrinas, alteraciones cardíacas y de la presión sanguínea y sobrecarga de calcio en las células.



Despliegue sin regulación

Cuando se desplegaron estas tecnologías ni siquiera existía una regulación.
En 1999 se regularon contemplando solo los efectos térmicos que se producen por exposiciones agudas a corto plazo, pero miles de publicaciones científicas revisadas por pares alertan de que se están produciendo otro tipo de efectos por exposiciones crónicas en niveles miles de veces por debajo de los umbrales de exposición permitidos. 

Describen roturas de ADN, aumento de riesgo de cáncer, estrés celular, daños metabólicos y genéticos, daños en el sistema reproductor, déficits de aprendizaje y de memoria y efectos negativos en el bienestar general de los seres humanos, pero alertan de que el daño va más allá de la especie humana, ya que cada vez hay más evidencia de efectos nocivos tanto para las plantas como para los animales.

Desde el año 2000 se han producido más de 30 llamamientos científicos firmados por centenares de científicos y médicos de todo el mundo pidiendo a la UE, a la OMS y a la ONU que se aplique el principio de precaución o que detengan el despliegue del 5G.
La misma Unión Europea en una resolución de 2009 alerta de que las aseguradoras ya están aplicando su propio principio de cautela al tender a excluir de las pólizas de responsabilidad civil los daños producidos por estas tecnologías.

Optimismo tecnológico y principio de precaución

El paradigma científico que defendía que solo las radiaciones ionizantes eran capaces de causar daño está en entredicho.
Cuando la ciencia absolutiza un paradigma por cuestiones económicas o por una *fe ciega en la tecnología* deja de ser ciencia.
Los científicos han tardado casi doscientos años en avisarnos de las consecuencias de las emisiones de carbono para el clima.
En poco más de veinte años ya son muchas las alertas sobre los efectos de las tecnologías inalámbricas para la vida.

Pasarán años para que las certezas sean completamente incuestionables, pero las asociaciones ecologistas siempre se han apoyado en la ciencia para garantizar que la tecnología sea compatible con la vida y han aprendido que el principio de precaución puede evitar daños irreparables que afecten a muchas generaciones.
Esther Samper, usando calificativos despectivos en relación al ecologismo ignora que lo que hace avanzar la ciencia es su capacidad para cuestionar sus propios paradigmas.

Es curioso que incluya una cita de Marie Curie, porque es un magnífico ejemplo de lo que hablamos:

Madame Curie descubrió el radio pero no era inicialmente consciente de sus efectos negativos.
Es más, durante años el radio fue considerado y comercializado como fuente de eterna juventud, belleza y salud.
Existían cremas, pintalabios, pasta de dientes, cerveza, chocolate, medicamentos, incluso balnearios radiactivos.

También los rayos X se utilizaron inicialmente para la depilación femenina.
Sin embargo, Marie y Pierre Curie, su hija Irene, las pintoras de relojes fluorescentes y muchos médicos radiólogos pagaron con su salud o con su vida el exceso de optimismo tecnológico del que la humanidad suele hacer gala.

Solo años después se tomó conciencia de que el radio o los rayos X eran ionizantes y dañaban las células y se empezaron a tomar precauciones, no sin negacionismo, resistencia y escepticismo inicial por parte de la industria y a veces de los propios científicos.

Siempre es trabajoso cambiar un paradigma científico, más si puede perjudicar intereses económicos, pero eso es precisamente lo que hace avanzar a la ciencia y progresar a la humanidad.

Clarito como el agua..
Quiero destacar también la participación en éste blog del querido amigo-hermano Alejandro quien el otro día en la sección comentarios expresó algo que yo no sabía si tomarlo como una broma o como algo serio.
Pues era algo serio y en base a su consulta es que voy cerrando con ésto, así que ¡¡¡Gracias Ale!! y disculpas por mi torpe interpretación;



Lo primero que yo tuve fueron dolores de cabeza, cada vez más frecuentes, con una fuerte presión en la región occipital, gran tensión en las mandíbulas, tinutus y ligera inestabilidad al caminar.
Al tiempo, tenía una situación de gran preocupación, falta de claridad mental, tardaba mucho a veces en pensar cosas, me quedaba en blanco, no podía relacionar contenidos con fluidez =soy estudiante de doctorado= me cansaba con mucha más frecuencia..., algo que yo no relacionaba con lo anterior.

Entre tanto, médicos, pruebas, analíticas, todo perfecto.
Será el stress.
Al cabo de un tiempo, empecé a tener temblores por la noche.
Me despertaba como si mi cuerpo fuera un coche arrancado, con el ralentí, por decirlo así, un poco alto.
Ahí ya me asusté y empecé a preocuparme por las antenas que tenía justo enfrente de mi casa.

Estas son las antenas, vistas desde mi habitación.
En la imagen, aparentane estar más lejos de lo que realmente están;
no llega a 100m.



La imagen que sigue es de la medición que hicimos en la habitación de mi hija.
El resultado:
4.74 =con el medidor en la escala más alta=.
Esto es, 4.740.000 mW/m2



Por supuesto, muy a mi pesar, ya no vivo allí.
Ahora, además, me dan pinchazos en la cabeza, en ocasiones, si estoy mucho tiempo expuesta, se me calienta la cabeza de forma insoportable, en lo que puedo identificar que hay focos de calor =percibo un punto de donde surge el calor, no siempre en la misma zona=.
Y también tengo dolores articulares.
Maravilloso.

Así que, si lees esto y estás dudando de si lo que padeces es o no electrosensibilidad, piensa que no tienes porqué padecer todos los síntomas.
Obsérvate e intenta relacionar los tuyos con la exposición que tú tengas a campos y ondas electromagnéticos.

Primeros consejos

1. Mide la electrocontaminación en casa.
Controla tus hábitos cotidianos para que, por lo menos, tu hogar sea seguro para ti.
De él depende tu descanso y gran parte del equilibrio de tus cuentas con las ondas.

2. Restringe o prescinde de utilizar el teléfono móvil, internet por wifi, microondas, teléfonos inalámbricos o cualquier otro tipo de sistema que funcione por ondas electromagnéticas.
Vuelve al cable.

3. Si puedes, protege tu casa, con materiales adecuados a tal efecto.

4. Busca información médica fiable y contacta con colectivos de afectados.

5. Evita las horas punta en todas partes:
calles, supermercados, oficinas, centros de atención pública...
La concentración de gente con dispositivos y la frecuencia de actividad y llamadas hace que suba considerablemente el nivel de electrocontaminación.

6. Encuentra formas de *descargar* físicamente tu cuerpo.

7. Ve al médico.
Explícale tu situación y, si es necesario, llévale información.

Cuídate, mucho ánimo y mucha paciencia!

Como conclusión, decir que el hecho de que por órden judicial se obligue a *informar* sobre los riesgos de ésta tecnología es apenas el primer paso, y no hay que cejar hasta que se detenga dicho aquelarre en el cual se está minando de antenas en zonas claramente urbanizadas y a granel, las organizaciones encargadas de regular no están poniendo en un necesario standby la aplicación de ésta tecnología hasta que se pueda desechar todo tipo de sospecha amenazante, porque solo con obligar a *informar* no se detiene el daño.

Confiar en que la misma gente, o sea la ciudadanía que consume dicha tecnología, a partir de conocer los riesgos se va a autolimitar...es pecar de inocentes ya que la telefonía móvil es adictiva.

Por eso bien vale celebrar que al menos ésto de Italia sea un primer paso, pero..a no aflojar porque reitero, solamente *informar* no alcanza ni mucho menos detiene el daño mientras ésta tecnología avance y se aplique.

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-applelettrosmog
-brondi
-elnortedecastilla
-eldiario
-sciencedirect
-cemyelectrosensibilidad

lunes, 20 de mayo de 2019

* Tecnología 5 G; alerta mundial-6 *

***Gran inicio de semana para todxs.

Nunca como hoy el mejor momento para continuar con el tema de la radiación electromagnética a causa de las tecnologías de la comunicación.
De manera casual, visitando uno de los tantos sitios que relevo a diario me encuentro con ésto;



Si bien la nota habla de posibles múltiples causas, una de ellas es;



La siguiente nota, versa sobre un reportaje a uno de aquellos expertos que cité en entradas anteriores y que formó parte de aquél Simposio en Madrid, hablo del Biólogo español Alfonso Balmori.

Cuando para muchos una publicación *vieja* es algo aburrido o desactualizado, en éste caso es todo lo contrario ya que posee la riqueza de ser un *testimonio*, un documento que nos debe poner a pensar en que, si hace 8 años ésto se podía probar cuando la tecnología no era tan potente como la de hoy...podrán ustedes imaginar el desastre acumulado durante esos años, y, imaginar el que puede venir si ésta tecnología no se pone en stand by, se la regula y controla, y se dan los necesarios tiempos para quitar del medio toda duda, ya que el mero hecho de que genere dudas...para los Científicos implica un ¡stop!, lo vamos a lamentar.



Vivimos tan apartados de la naturaleza en las grandes ciudades, rodeados de edificios y coches, que hemos llegado a olvidar que nuestra propia existencia depende de la relación que mantenemos con el ecosistema.
Pues bien, una de las mayores y más claras manifestaciones del irresponsable crecimiento tecnológico de nuestra sociedad es la proliferación masiva de radiaciones electromagnéticas ya que en estos momentos no sólo afectan a la salud de los seres humanos sino también al resto de los seres vivos que componen nuestro entorno natural:
las plantas y los animales.

Una prueba más de que esta situación es ya insostenible.
Algo que el biólogo español Alfonso Balmori lleva años denunciando sin que se le escuche.
Hemos hablado con él de ello.
Sólo nos percatamos de lo pequeños que somos cuando asistimos asombrados a las grandes catástrofes naturales =heladas en Europa, lluvias torrenciales en Brasil, gigantescos incendios en Australia, etc.= o a fenómenos inexplicables como los acaecidos a principios del 2011 en Estados Unidos donde más de 5.000 pájaros aparecieron muertos en dos episodios sin conexión aparente:
uno en Arkansas =donde también se registró una súbita mortandad de peces= y otro en el vecino estado de Luisiana.

Los primeros pájaros en pasar por el laboratorio serían los de Arkansas y se descartaron contaminaciones o fermedades;
la causa de la muerte parecía ser traumática pues había abundancia de lesiones y hemorragias internas, como si algo las hubiese despistado haciéndolas chocar entre sí o con otros obstáculos.
Posteriormente varios centenares más aparecerían muertos en los malecones de Chicago, la mayoría flotando sobre el hielo del lago.
Y paralelamente aparecieron un centenar de aves también muertas en la autopista 101 de California sin que nadie les hubiese disparado ni fuera aparente la causa de su caída.

Asimismo otros 30 pájaros se desplomaron del cielo en Missouri.
E incidentes igual de extraños han tenido lugar en las primeras semanas del año en Suecia donde muchas aves =dicen que desorientadas por el ruido de unos fuegos artificiales= se posaron en una carretera y murieron atropelladas.
Y en Italia donde más de 400 aves fueron encontradas muertas en una carretera cercana a la ciudad italiana de Faenza.

Los expertos aseguran que esas muertes masivas de pájaros en distintos puntos del mundo no tienen que ver entre sí y pueden deberse a trastornos meteorológicos como granizo a gran altura, rayos, tornados, temperaturas muy frías, los fuegos artificiales de comienzos de año e, incluso, una indigestión.

Hasta el momento lo único que parece descartado es que hayan sido víctimas de un envenenamiento o de una enfermedad.
En suma, un misterio del que casi todo el mundo se olvidará en unas semanas cuando debería hacernos pensar en nuestra relación con el entorno.
Porque recordemos que hace apenas unos meses vivimos un debate internacional =inconcluso= sobre la masiva desaparición de las abejas en el mundo civilizado así como de los gorriones en las grandes ciudades.
De hecho un reciente estudio de la Sociedad Española de Ornitología indica que esta población de aves disminuye al ritmo de 14.000 ejemplares al año sólo en la región de Madrid.

Y pese a que su número es aún muy grande =1,4 millones= la SEO avisa de que el problema es generalizado y está pasando en todas las grandes urbes de Europa.
Al punto de que en Londres o en Praga, por ejemplo, ya no queda ¡ninguno!

Y es posible que las causas sean múltiples como algunos expertos alegan pero una de las más importantes y constatadas es el impacto de las radiaciones electromagnéticas.
Un problema que no solo sufren ya los animales sino también ¡las plantas!

Lo ha demostrado una reciente investigación efectuada en Holanda durante cinco años por el Departamento de Biología Celular Vegetal de la Universidad de Wageningen según la cual las radiaciones de las antenas de telefonía móvil y del WiFi dañan también a los árboles.
Y es que parece razonable pensar que si las radiaciones electromagnéticas afectan negativamente al ser humano =lo que parece evidente a pesar de la negativa de los
sectores más cercanos a la industria= también deben afectar a los animales.
Y viceversa:

la constatación de que las radiaciones electromagnéticas afectan negativamente a los animales debería ser suficiente prueba de que también nosotros somos perjudicados
por ellas.

¿O acaso la ciencia no prueba desde hace décadas como primer paso del método científico el impacto de sus productos en animales para descartar los que a ellos les resultan dañinos?

Pues bien, a demostrar el impacto negativo de las radiaciones electromagnéticas en todos los seres vivos se dedica precisamente desde hace años Alfonso Balmori, biólogo español que trabaja como técnico en la Dirección Generaldel Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León quien hace ya seis años en un trabajo titulado:

¿Pueden afectar las microondas pulsadas emitidas por las antenas de telefonía a los árboles y otros vegetales? avisó del problema que recientemente han
denunciado los investigadores holandeses.

*Desde hace algunos años =escribió= hemos observado un deterioro paulatino y progresivo del arbolado próximo a las antenas de telefonía, especialmente en los núcleos habitados.
Aunque se trata de observaciones no sistemáticas algunos árboles situados en el interior del lóbulo principal de los haces de ondas muestran un aspecto triste y enfermizo, posibles retrasos en el crecimiento y probablemente mayor susceptibilidad a plagas y enfermedades*.

La preocupación de Balmori por el impacto de las radiaciones electromagnéticas en los seres vivos comenzó al observar los efectos que provocaban en vecinos, amigos o familiares que vivían cerca de antenas de telefonía manteniéndose desde entonces muy vinculado como asesor científico a la Asociación Vallisoletana de Afectados por las Antenas de Telefonía de la que fue presidente su hermano César y ha realizado ya diversas investigaciones sobre el impacto de las radiaciones electromagnéticas en la vida natural.
Entre las que se incluye un trabajo junto a Örjan Hallberg del año 2007 sobre la desaparición de los gorriones.

El informe, publicado en la revista especializada Electromagnetic Biology and Medicine, recogió un muestreo efectuado en una treintena de localizaciones de la ciudad española de Valladolid entre octubre del 2002 y mayo del 2006 sobre el número de ejemplares de estas aves y la intensidad de las radiaciones electromagnéticas.

*Los resultados de ese artículo apoyan la hipótesis de que las señales electromagnéticas están asociadas con la disminución observada en la población de gorrión. Llegamos a la conclusión de que la contaminación electromagnética puede ser responsable, ya sea por sí sola o en combinación con otros factores, de la disminución observada de las especies en las ciudades europeas durante la los últimos años*.

Obviamente la misteriosa desaparición de las abejas en todo el mundo no ha escapado a su interés y en un artículo recopilatorio sobre lo investigado cita diversos estudios que apuntan como causante al impacto de las radiaciones electromagnéticas.
Ferdinand Ruzicka, investigador de la Universidad de Doz-Austria y apicultor aficionado, explica cómo los problemas de sus abejas comenzaron tras la instalación de varias antenas de telefonía en las cercanías de sus colmenas =a 50 metros de una estación base y a 150 metros de otras tres más,explica en su texto=.
Él observó síntomas de estrés y el colapso de las colonias de abejas cuando las antenas empezaron a emitir.

Otros apicultores observaron lo mismo.
Al principio se produjo un gran desorden y un elevado instinto de enjambre.
Durante el verano tuvo lugar un inusual descenso en la población de abejas mientras que en invierno salieron a volar a pesar del frío y la nieve =y pese a que el polen recolectado en otoño fue más que suficiente para pasar el invierno= con la consiguiente pérdida de ejemplares.
Más adelante cita los resultados de una encuesta realizada entre los apicultores austríacos:

*De los 25 apicultores que tenían antenas de telefonía cerca de sus colmenas el 37,5% observaron una alta agresividad, el 25% una gran tendencia a crear enjambres y el 62,5% la desaparición de colonias.
Por otra parte varios autores han demostrado la agitación e inquietud y el comportamiento agresivo que muestran las abejas expuestas a las radiaciones electromagnéticas de las líneas de alta tensión*.

Pero sin lugar a dudas el estudio de Balmori con mayor repercusión internacional ha sido el que realizó sobre unos renacuajos.
Publicado también en la revista estadounidense Electromagnetic Biology and Medicine se realizó con dos grupos de 70 renacuajos criados en sendas peceras situadas juntas, una protegida y otra no, para analizar los efectos que tenían en ellos las radiaciones electromagnéticas de las antenas de telefonía situadas en los tejados del entorno.
¿El resultado?

Que entre los que se desarrollaron en la pecera que estaba aislada por una malla =como si de una caja de Faraday se tratara= la mortalidad fue del 4% mientras en la otra murió el 90%;
y encima los supervivientes mostraron un crecimiento dispar y movimientos erráticos.

LOS MISMOS EFECTOS EN HUMANOS QUE EN ANIMALES Y PLANTAS

En definitiva, puede afirmarse que Alfonso Balmori es uno de los pocos investigadores independientes que sin ningún tipo de apoyo institucional lleva alertando desde hace años sobre el negativo impacto que las radiaciones electromagnéticas tienen sobre los seres vivos, incluidos los humanos.
Y de ahí que quisiéramos hablar con él.

-Lleva usted años investigando de forma independiente el impacto de las radiaciones electromagnéticas en distintas especies de animales y plantas.
¿Por qué?
¿Y cuál essu conclusión?

-Bueno, soy biólogo, siempre he trabajado estudiando la fauna y quise averiguar qué impacto tenían en plantas y animales las radiaciones electromagnéticas.
Y lo hice centrándome sobre todo en el grupo de los vertebrados aunque también he estudiado el impacto en los insectos y, de alguna forma, estudiando el impacto sobre los árboles.
¿La conclusión fundamental?

Puede decirse que los efectos negativos de las radiaciones electromagnéticas en la salud de todos los seres vivos =plantas, animales y humanos= están científicamente demostrados;
aunque haya quienes sigan afirmando que se trata de un problema inexistente inventado.

Lo singular es que basta repasar la literatura científica para constatarlo.
Los rusos lo saben desde la década de los 50 del pasado siglo XX y los norteamericanos desde poco después, desde la década de los 70.
Estando ya corroborado que los mismos efectos negativos se producen en los animales que en las personas.
Efectos sobre el ADN, la reproducción, el sistema nervioso, el sistema endocrino, el sistema inmunitario…
A fin de cuentas los demás vertebrados tienen sistemas similares al nuestro.

-En tal caso, ¿qué siente y piensa cuando escucha una y otra vez la cantinela de que los efectos perjudiciales de las radiaciones electromagnéticas son una exageración y
no están demostrados?

-Impotencia.
Es vergonzoso el inmenso poder que tienen hoy los grandes lobbys, las grandes multinacionales, para amordazar a los medios de comunicación.
Y no sólo para amordazarlos sino para difundir desde ellos mensajes falsos desde el punto de vista científico y, de paso, comprar o al menos manipular a los organismos que deberían velar por nuestra salud.
Desde la propia Organización Mundial de la Salud-OMS hasta las agencias nacionales y los ministerios de sanidad de todo el mundo.

Porque esos organismos que deberían velar por la salud de la población son hoy colaboradores de las multinacionales.
Así que se da la paradoja de que en plena *sociedad de la información* nos encontramos con una situación increíble ya que vivimos en la sociedad más desinformada de la historia.
Porque la información que llega a las personas no se ajusta a la realidad científica, a los estudios que hay publicados.

-Uno de los estudios que usted efectuó y más impacto causó a nivel internacional fue el que hizo con renacuajos.
¿Esperaba el dramático resultado que obtuvo?

-No.
Fui el primer sorprendido.
El experimento era bastante simple y de hecho no pensaba ni siquiera publicarlo.
Cogí unos renacuajos y simplemente puse a la mitad en un recipiente protegido y a la otra mitad en otro expuesto a la radiaciones electromagnéticas emitidas por las antenas de telefonía de la zona.
Y la verdad es que esperaba encontrar alguna incidencia;
en el movimiento o en otros aspectos fisiológicos.

Pero cuando me encontré con una mortalidad tan tremenda en el acuario que estaba expuesto a las radiaciones electromagnéticas y cómo algunos presentaban movimientos extraños =empezaban a girar sobre sí mismos sin poder coordinar su movimientos natatorios= quedé absolutamente sorprendido y, sobre todo, asustado por lo que estaba viendo.

Y, como imaginará, enormemente preocupado por todas esas personas que están recibiendo en el mundo las mismas radiaciones electromagnéticas a diario.
Seguramente el efecto a corto plazo no sea tan grave en las personas como en los renacuajos pero lo que es innegable es que quienes viven expuestos de forma crónica a esas radiaciones reciben daños importantes a nivel biológico.

-¿Ha recibido algún tipo de ayuda institucional en sus investigaciones?

-Nunca.
Afortunadamente mis experimentos son baratos.
El problema es que requieren en algunos casos bastante tiempo.
El que hice sobre los gorriones por ejemplo me llevó cuatro años.
Salía una vez al mes y tenía que recorrer toda la ciudad midiendo la radiación electromagnética y contando la población de gorriones.
En suma, no, nunca han estado financiados;
no existe financiación económica ni ayudas públicas para este tipo de estudios.

En España ha llegado a haber de hecho algún centro de investigación que se dedicaba a estos temas y terminaron cerrándolo.
Mi trabajo sobre fauna para la administración de Castilla y León no está relacionado con los estudios que realizo sobre la contaminación electromagnética.

LA DESAPARICIÓN DE ESPECIES PUEDE LLEVAR A LA DESAPARICIÓN DEL HOMBRE

-¿Le cabe alguna duda de que la desaparición paulatina de los gorriones de las ciudades tiene que ver sobre todo con las radiaciones electromagnéticas?

-Los investigadores debemos tener siempre la mente abierta a las dudas.
A mi juicio el número de gorriones ha descendido en las ciudades por diversas razones:
por falta de alimento, por la contaminación del aire y el agua, por los cambios en la arquitectura de las ciudades ya que ahora hay muchos menos huecos donde criar…
Pero igualmente entiendo que el brutal descenso que se ha producido desde el año 2000 parece estar relacionado con la instalación masiva de antenas de telefonía en los edificios.

Obviamente no puedo tener certeza absoluta al respecto pero un estudio belga que se hizo al mismo tiempo que el mío llegaba a las mismas conclusiones:
donde hay más contaminación electromagnética hay menos gorriones.

En la India también están trabajando en este tema y sus conclusiones están siendo las mismas.
No sé cuando pero llegará un momento en el que se reconocerá el grave problema de la contaminación electromagnética y sus peligrosos efectos sobre los gorriones, sobre los renacuajos,sobre las abejas y sobre todos los demás seres vivos, incluidas las plantas y nosotros mismos.

-¿Ha constatado usted que el errático comportamiento y desaparición de las abejas también tiene que ver con las radiaciones electromagnéticas?

-Sí.
En la revista Ecosistemas publiqué un artículo sobre el efecto de las radiaciones electromagnéticas en los insectos en general y uno de los apartados lo dediqué a las abejas.
En él hice una revisión de las publicaciones que había hasta esa fecha y además expliqué la experiencia de un apicultor e investigador austríaco que demostró que los problemas en sus colmenas comenzaron a partir del momento en que se instalaron unas antenas de telefonía en el entorno cercano.

Algo que han constatado otros dos estudios, uno hecho en la India y otro en Alemania;
éste precisamente lo estoy traduciendo ahora al español y explica los mecanismos subyacentes.

Porque no es únicamente un problema de orientación, de que las radiaciones electromagnéticas interfieran en sus sistemas de navegación provocando que se pierdan y no sean capaces de volver a sus colmenas:
hay otro tipo de efectos más complejos.

Y no descartamos posibles factores como la presencia de hongos, ácaros, insecticidas neonicotinoides o la implantación de cultivos transgénicos pero lo cierto es que el problema coincide en el tiempo con el despliegue de la telefonía.

-Y este conjunto de incidencias en distintas especies de nuestro medio ambiente, ¿hasta qué punto puede afectarnos a nosotros?

-Es preciso recordar que, como especie, estamos inmersos en un ecosistema.
El ser humano depende para vivir del aire que respira, del agua que bebe, de las plantas y árboles, de los animales…
Todo un sistema con multitud de eslabones y cadenas que empieza a descomponerse cuando desaparecen las especies clave.

Y tal es el caso de las abejas cuya principal aportación no es la de proporcionarnos miel sino su labor de fertilización de las flores, plantas y frutales que utilizamos para alimentarnos.
Y en el caso de los insectos no olvidemos que son el alimento de otras muchas especies.
En suma, la desaparición de las especies que sustentan la base del ecosistema en el que vive el hombre puede comprometer su existencia.

-¿Qué opina de la actual invasión de radiaciones provocadas por los emisores WiFi?

-Representa la negación de la evidencia y la miopía llevada al extremo.
Resulta absurdo que pudiendo llevar la información por cable a una velocidad mucho mayor, se opte por hacerlo por el aire a sitios donde se puede llegar con cable.
Me parece completamente absurdo y peligroso.
Otra cosa es si hablamos de sitios a donde no puede llegar el cable pues el planteamiento sería diferente.
En cualquier caso es preciso tener presente como prioridad la salud antes que el acceso a la información.

Y lo malo es que los principales afectados están siendo los jóvenes porque desde el punto de vista biológico están en etapas inmaduras de su desarrollo.
Mire, se está instalando sistemas WiFi sin ningún sentido ¡hasta para los niños pequeños!

Ahí tenemos el Plan Escuela 2.
Sin que los padres lo sepan.
Y los que lo saben sin que hayan sido informados de su peligrosidad.
A unas edades en las que son muy sensibles porque tienen el cráneo más delgado y el sistema nervioso en desarrollo.

Asimismo lo están padeciendo numerosos adolescentes y jóvenes, tanto en las bibliotecas públicas como en los institutos, residencias o centros universitarios.
Puede decirse que se está haciendo con ellos un experimento extremadamente peligroso y suicida.
Y en él están incluidos no sólo los hijos de los que pensamos que las radiaciones electromagnéticas hacen daño sino los hijos de los propios promotores de esos sistemas, tanto de los políticos como de los que trabajan en las operadoras así como los de los científicos que niegan las evidencias.

A veces lo comparo con un ritual de suicidio colectivo en cámara lenta.
La verdad es que no lo entiendo muy bien.
Yo, particularmente, me niego a formar parte de ese macabro ritual.

-Inferimos que no tendrá mejor opinión de las agresivas campañas que, con llamativas ofertas, incitan a los niños pequeños al uso del móvil…

-En otros países ya se ha prohibido la publicidad y venta de móviles dirigida a los más pequeños.
En España se hace lo contrario, se promocionan;
y la situación es cada vez peor.
En algunas naciones se está incluso recomendando ya que los menores de 16 años no usen el móvil más que en casos de máxima necesidad.
Aquí aún estoy esperando oír a algún político sugerir lo mismo.

Mire, el uso de móviles por menores en España es un asunto tremendamente grave.
Y otro tanto empieza a pasar en el caso de los mayores porque actualmente cada vez más personas de la Tercera Edad utilizan el móvil de forma exagerada a pesar de que su uso ya se ha vinculado a trastornos neurológicos como el alzheimer, el parkinson y diversas patologías del sistema nervioso.
Son efectos demostrados.
Como el efecto sobre la reproducción;
hay ya una abundante cantidad de estudios que indican que la radiación de los móviles afecta a la fertilidad.
Es por tanto increíble el nivel de desinformación de la gente.

Pero es que hay muy pocos medios dispuestos, como vuestra revista, a sacar a la luz la verdad.
Están mediatizados por la gran cantidad de dinero invertido en publicidad por las operadoras.

LA INVESTIGACIÓN SOBRE LAS RADIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS NI ES RENTABLE NI INTERESA

-¿Ha dado por concluidas sus investigaciones?

-Los trabajos que he realizado hasta ahora los he hecho en mi tiempo libre y sin ningún tipo de ayuda porque no parece que interese mucho que la verdad se sepa.
Así que si encuentro algún otro tema que me interese especialmente seguiré investigando.
Mi idea de trabajar con varios grupos de vertebrados, con insectos y con árboles está cumplida y los estudios que quería hacer están hechos.
En el futuro veremos…

-Lo singular es que su trabajo ha tenido más repercusión fuera de España que en nuestro país…

-Muchísima más.
De hecho me están pidiendo que actúe como revisor en revistas internacionales cuando en España mi trabajo prácticamente no ha tenido eco.
La verdad es que he publicado mis trabajos generalmente en revistas vinculadas al electromagnetismo porque bastantes revistas de zoología son más bien escépticas.
Hemos de pensar que están dirigidas por personas cuya opinión también está configurada por lo que leen en la prensa o ven en la televisión.

A los profesionales que no están especializados en este campo les cuesta muchísimo creerse lo que decimos quienes lo estamos investigando.
Aquí, salvo la revista Ecosistemas, es difícil encontrar publicaciones abiertas.
Bueno, lo cierto es que fuera tampoco es fácil;
tienen que ser revistas relacionadas con el electromagnetismo y no todas porque desgraciadamente algunas están sesgadas hacia la versión oficial.

-¿Qué opina de los actuales límites de radiación considerados *seguros*?

-Por lo que he podido comprobar en mis propios estudios los propuestos en el informe Bioiniciativa pueden ser suficientes por el momento pero en el futuro habría que plantearse bajarlos aún más.
Especialmente porque hoy hay muchas personas que tras haber estado expuestas a radiaciones electromagnéticas de forma crónica son ya hipersensibles.
Hasta el punto de que en breve todos los países van a tener que plantearse la creación de zonas completamente libres de radiación para que estas personas puedan vivir.

-Una última pregunta:
si pudiera impulsar medidas inmediatas en el parlamento, ¿por dónde empezaría?

-Exigiendo bajar a menos de 0’6 voltios/metro =0,1 microwatios/cm= el máximo al que una persona pueda estar expuesta en su casa o puesto de trabajo.
Y haría que cualquier tipo de antena se tuviera que trasladar a una distancia mínima de 500 metros de cualquier lugar habitado.
Mantener los permisivos límites actuales es una auténtica aberración.

En España =varían dependiendo de la frecuencia= los límites de intensidad de campo eléctrico aprobados son de 41 voltios/metro para una frecuencia de 900 MHz y densidad de 450 microwatios/cm , de 58 voltios/metro para una frecuencia de 1.800 MHz y densidad de 900 microwatios/cm y de 61 voltios/metro a 2.100 MHz y una densidad de 1.000 microwatios/cm .

Bueno, pues hoy está demostrado que se empiezan a detectar efectos negativos en la salud =no sólo en las personas sino también en los animales= a apenas dos voltios/metro de exposición crónica así que imagínese lo que podría ocurrir con una exposición media muy superior.
¡Hay que bajar esos límites de inmediato!

Por eso nueve países de la Unión Europea ya han fijado límites inferiores a los propuestos por la Organización Mundial de la Salud-OMS.
Bélgica y Grecia, por ejemplo, han fijado un límite de 3 voltios/metro.

Otros países, como Suiza, China y Rusia, han fijado límites de exposición denominados preventivos y, por tanto, también inferiores a los defendidos por la OMS.
Y yo pienso que habría que bajarlos a 0,6 voltios/metro.
Mire, el problema empieza a ser realmente grave.
Cada vez muere más gente a causa de los efectos de las radiaciones electromagnéticas.

Como ya afirmó Barrie Trower en vuestra revista están muriendo más personas por causa de ellas que por ataques terroristas en todo el mundo.
Los gobiernos se están comportando pues de manera claramente irresponsable.

Bueno...si el Dr. Balmori estaba alarmado, decepcionado, y pedía a gritos una limitación con ésta tecnología...no quiero imaginar qué ha de decir hoy...luego de 8 años..
Muy grave todo ésto..., demasiado.

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-sputniknews
-dsalud