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domingo, 24 de noviembre de 2019

* Tarde o temprano *

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válido exclusivamente hasta el Viernes 29/11/2019


***Precioso Domingo para todxs.

Lo que estamos viendo en parte de América Latina me llevó a reflexionar basado en hechos del pasado.
Si entendemos cómo la religión respalda con su silencio hoy las atrocidades cometidas contra los originarios en Bolivia donde =biblia en mano= los golpistas autoproclamados salen a cazarlos, o si pensamos en la revuelta en Ecuador donde los originarios eran los principales afectados, o en Chile donde detrás de la devastación neoliberal se encuentra el oprobio del Pueblo Mapuche, o en Colombia con igual devastación está la de los originarios asesinados para robarles sus tierras por los grandes latifundistas, todo me regeresa a ésto;



El catarismo fue un movimiento religioso con elementos gnósticos que se originó a mediados del siglo X, calificado por la Iglesia Católica Romana contemporánea como herético.
Existió en gran parte de Europa occidental, pero su hogar estaba en Languedoc y sus alrededores en el sur de Francia.
Los cátaros también fueron etiquetados a veces como albigenses.

Gran parte de lo que se dice de las creencias cátaras se basa en las afirmaciones y denuncias de sus victoriosos opositores ortodoxos.
Al examinar cualquier declaración sobre las creencias cátaras, este hecho histórico debe tenerse en consideración equilibrada.
Se afirma comúnmente que el catarismo se basó en la idea de que el mundo es malo.
Este es más bien un resumen simplista de una visión mucho más compleja.

Podría decirse mejor que los cátaros proclamaron que existía dentro de la humanidad una chispa de luz divina.
Esta luz había caído en cautiverio dentro de un reino de corrupción, identificado con el mundo material.
Esta fue una característica distintiva del gnosticismo clásico, del maniqueísmo y de la teología de los bogomilos.
Este concepto de la condición humana dentro del catarismo probablemente se debió a las influencias históricas directas e indirectas de estos movimientos gnósticos más antiguos y violentamente reprimidos.

Según los cátaros, el mundo había sido creado por una deidad menor y malvada conocida en el mito gnóstico como el Demiurgo.
Esta fuerza creadora no era el Dios verdadero, aunque fingía ser el Dios único ante el cual no había otro.
Los cátaros identificaron a esta deidad menor, el Demiurgo, con el ser conocido con el nombre de Satanás.
Esencialmente, los cátaros proclamaron que el Dios adorado por el cristianismo ortodoxo era un impostor, y su iglesia era una abominación corrupta profundamente infundida por los males del reino material.

Los cátaros aparentemente creían que las personas podían reencarnarse.
Sin embargo, la reencarnación no fue un evento deseado.
El objetivo de los cátaros era la liberación del reino de la limitación y la corrupción identificados con la existencia material.
La forma de escapar era vivir la vida de un asceta, una vida dedicada a mantenerse lo más alejado posible del mundo material y sus muchos males.

Los que vivieron esta vida fueron llamados *Perfectos* o *Parfaits*.
En virtud de su noble dedicación, tenían el poder de ayudar a otros a liberarse de la esclavitud material para que al morir pudieran alcanzar la liberación y regresar al reino de la luz que era su verdadera fuente y destino final.
Los Perfectos mismos vivieron vidas de frugalidad impecable =esto debido a su creencia de que el mundo material era malvado=.
Comúnmente, la eliminación del pecado, llamada consolamentum, se realizaba en alguien a punto de morir.

Después de recibir esto, algunos creyentes fueron alegados nuevamente, por sus detractores a dejar de comer, para que pudieran morir más rápido y con menos contaminación del mundo.
El consolamentum era el sacramento principal de la fe cátara, marcando la entrada a la vida ascética de los Perfectos, o en forma modificada como unción de los moribundos, para que reencarnaran como un Perfecto.

No realizaron ningún rito de matrimonio, ya que la procreación =traer más almas al mundo= estaba mal vista.
Los cátaros tenían muchas creencias que eran odiosas para el resto de la sociedad medieval, por supuesto, los cátaros mismos consideraban que la sociedad medieval y sus estructuras sociales y religiosas eran odiosas.
No creían en la doctrina de la Trinidad, decían que era una invención de la Iglesia Católica Romana.
Además, creían que el dios del Antiguo Testamento era el Diablo, ya que él había creado el mundo para mantenerlos en obediencia a Él, no aceptaron los sacramentos católicos como válidos.

Las mujeres fueron tratadas como iguales, porque su forma física era irrelevante.

Una de sus ideas más repugnantes para la Europa feudal fue la creencia de que los juramentos eran un pecado, porque unían al mundo.
Llamarlos *pecado* de esta manera se consideraba muy peligroso en una sociedad donde el analfabetismo estaba muy extendido y casi todas las transacciones comerciales y las promesas de lealtad se basaban en juramentos.

La objeción a los cátaros no solo era teológica, ya que gran parte de lo que los cátaros enseñaban y practicaban se consideraba muy desestabilizador en sus efectos en la sociedad.
El dualismo de los cátaros fue también la base de su enseñanza moral.
El hombre, enseñaron, es una contradicción viviente.
Por lo tanto, la liberación del alma de su cautiverio en el cuerpo es el verdadero fin de nuestro ser.
Sus oponentes alegaron que el suicidio era habitual entre ellos en forma de *endura* =inanición=, sin embargo, no hay evidencia histórica que sugiera esto.

Sus enemigos católicos argumentaron que la extinción de la vida corporal en la mayor escala consistente con la existencia humana se consideraba el objetivo perfecto y el fin lógico de la enseñanza cátara.
A medida que la generación propaga la esclavitud del alma al cuerpo, todos los cátaros deben practicar la castidad perpetua en todo momento.
La relación matrimonial es ilegal.

El concubinato, de naturaleza menos permanente, es preferible al matrimonio.
El abandono de su esposa por parte del esposo, o viceversa, es deseable.
La procreación fue aborrecida por los albigenses incluso en el reino animal.
En consecuencia, se prohibió la abstención de todos los alimentos animales, excepto el pescado.

Los Perfectos también practicaban una dieta muy similar al vegetarianismo estricto, con una excepción.
Se les pedía que evitaran comer cualquier cosa que se considerara un subproducto de la reproducción sexual, incluido el queso, los huevos, la leche y la mantequilla.
Dicho esto, se les permitió comer pescado, ya que se sabía poco sobre los hábitos de apareamiento de las criaturas marinas que generalmente se creía que simplemente aparecían espontáneamente en el mar.

Su creencia en la metempsicosis, o la transmigración de las almas, el resultado de su rechazo lógico del purgatorio, proporciona otra explicación para la misma abstinencia. A esta práctica añadieron ayunos largos y rigurosos.
La guerra y la pena capital fueron condenadas por completo por los cátaros en una época de cruzadas.
Por estas y otras razones, las autoridades civiles y religiosas adoptaron una postura firme contra ellos.

En 1147, el papa Eugenio III envió un legado al distrito afectado para detener el progreso de los cátaros.
Los pocos éxitos aislados de Bernardo de Claraval no pudieron ocultar los malos resultados de esta misión, y muestran claramente el poder de la secta en el sur de Francia en ese período.
Las misiones del cardenal Pedro de San Crisógono a Toulouse y Toulousain en 1178, y de Enrique, cardenal-obispo de Albano, en 1180-1181, obtuvieron éxitos meramente momentáneos.
La expedición armada de Enrique de Albano, donde tomó la fortaleza en Lavaur, no extinguió al movimiento cátaro.

Las persistentes decisiones de los consejos contra los cátaros en este período, en particular las del Consejo de Tours en 1163 y del Tercer Consejo de Letrán en 1179, apenas tuvieron más efecto.
Para cuando el papa Inocencio III llegó al poder en 1198, se había decidido suprimir a los cátaros.

Santo Domingo los encontró mientras viajaba e intentó combatir las extrañas doctrinas.
Había concluido que solo los mejores predicadores podían ganarse a las personas que habían caído en la secta cátara.
Esto condujo al establecimiento de la orden dominicana en 1216.
La orden era cumplir con los términos de su famosa reprimenda:

*El celo debe cumplirse con celo, la humildad por la humildad, la falsa santidad por la santidad real, la predicación de la mentira predicando la verdad*.

Al principio, el Papa Inocencio III intentó la conversión pacífica y envió varios legados a las regiones afectadas.
Tuvieron que lidiar no solo con los cátaros, los nobles que los protegían y las personas que los veneraban, sino también con los obispos del distrito, que rechazaron la autoridad extraordinaria que el Papa había conferido a sus legados.

En 1204, Inocencio III suspendió la autoridad de los obispos en el sur de Francia.
El legado papal Pedro de Castelnau, conocido por excomulgar a los nobles que protegían a los cátaros, excomulgó al conde de Toulouse como instigador de la herejía en 1207.
Pedro fue asesinado cerca de la abadía de Saint Gilles en 1208 en su camino de regreso a Roma, según los católicos.
Tan pronto como se enteró del asesinato, el Papa ordenó a sus legados que predicaran la cruzada albigense contra los cátaros.

Esta guerra arrojó a toda la nobleza del norte de Francia contra la del sur, posiblemente instigada por un decreto papal que establece que todas las tierras propiedad de los cátaros podrían ser confiscadas a voluntad.
Como el área estaba llena de simpatizantes cátaros, esto convirtió a toda el área en un objetivo para los nobles del norte que buscaban nuevas tierras.
Por lo tanto, no sorprende que los barones del norte acudieran al sur para luchar por la Iglesia.

En un famoso incidente en 1209, la mayoría de los Béziers fueron asesinados por las fuerzas católicas encabezadas por el legado papal A Arnaud-Amaury, el abad de Citeaux, se le preguntó cómo distinguir entre los católicos y los cátaros, y supuestamente respondió:

*Mátenlos a todos, Dios conocerá a los suyos*.
La Enciclopedia Católica niega que estas palabras hayan sido pronunciadas.

La guerra también involucró a Pedro II, el rey de Aragón, que era dueño de feudos y tenía vasallos en el área.
Pedro II murió luchando contra la cruzada el 12 de septiembre de 1213 en la Batalla de Muret.
La guerra terminó en el Tratado de París en 1229, por el cual el rey de Francia despojó a la casa de Toulouse de la mayor parte de sus feudos, y la de Beziers de la totalidad de sus feudos.
La independencia de los príncipes del sur estaba llegando a su fin.

Pero a pesar de la gran masacre de cátaros durante la guerra, el catarismo no se extinguió.

En 1215, los obispos de la Iglesia Católica se reunieron en el Cuarto Concilio de Letrán con el Papa Inocencio.
Uno de los objetivos clave del consejo era combatir la herejía.
La Inquisición se estableció en 1229 para erradicar definitivamente a los cátaros.
Operando en el sur de Toulouse, Albi, Carcasona y otras ciudades durante todo el siglo XIII, y gran parte del siglo XIV, logró extirpar el movimiento.

Desde mayo de 1243 hasta marzo de 1244, la ciudadela cátara de Montsegur fue asediada por las tropas del senescal de Carcasona y el arzobispo de Narbona.
El 16 de marzo de 1244 tuvo lugar una ejecución grande y simbólicamente importante, donde los líderes del catarismo junto con más de 200 laicos cátaros fueron arrojados a un enorme incendio en el *Prat des Cramats* cerca del pie del castillo.
Además, la iglesia decretó un severo castigo contra todos los laicos sospechosos de simpatizar con los cátaros.

Cazados por la Inquisición y abandonados por los nobles del distrito, los Albigenses se dispersaron cada vez más, escondiéndose en los bosques y las montañas, y solo se encontraron subrepticiamente.
La gente hizo algunos intentos de derrocar a la Inquisición y a los franceses, y las insurrecciones estallaron bajo el liderazgo de Bernard de Foix, Aimerv de Narbonne y Bernard Delicieux a principios del siglo XIV.
Pero en este punto, la Inquisición puso en marcha grandes investigaciones, lo que aumentó sus esfuerzos en el distrito.

Indicaciones precisas de estos se encuentran en los registros de los Inquisidores, Bernardo de Caux, Jean de St Pierre, Geoffroy d'Ablis y otros.
La secta cátara estaba agotada y no pudo encontrar más adeptos, y después de 1330 los registros de la Inquisición contienen pocos procedimientos contra los cátaros.
El último perfecto cátaro, Guillaume Belibaste, fue ejecutado en 1321.

Otros movimientos, como los valdenses y los hermanos panteístas del espíritu libre sobrevivieron en los siglos XIV y XV, hasta que fueron reemplazados gradualmente por las primeras sectas protestantes, como los husitas.

La *religión* utilizada no sólo como arma para silenciar y borrar del mapa a quienes molestaban con sus costumbres y creencias, también como excusa para apropiarse de lo ajeno.
Cuando las guerras se advocan a un *dios* como socio...algo debería alertar al mundo sobre qué clase dios se está adorando..¿no?

Los Cátaros como otros tantos, formaron parte del Cristianismo Primitivo, ese que bajo el amplio abanico de la Gnosis....fué perseguido, saqueado, demonizado, y aparentemente exterminado.

Recuerdo un día, escribí aquí que es muy curioso cómo la Iglesia Católica y/o demás ramas de ésta, no han tenido la honestidad de recordar aquello y pedir un necesario y público perdón, pues en el año 2016 al parecer, en Montsegur, la conciencia sucia clerical intentó hacer algo así, pero obviamente, apenas una mueca de algo que debería ser anunciado por el Vaticano, quizás la verguenza histórica en Montsegur era tanta que allí muy subrepticiamente ocurrió ésto;



La comunidad católica de Ariège comenzó un proceso de perdón por la masacre de los cátaros ocurrida en el siglo XIII en el castillo de Montsegur, como parte del jubileo del año de misericordia lanzado por el papa Francisco.

Las heridas permanecieron vivas por más de ocho siglos.
Ahora, se trata de curarlas.
Como parte del jubileo de la misericordia iniciado por el Papa Francisco, la comunidad católica de Ariège decidió comenzar un proceso de perdón por el drama de los cátaros que tuvo lugar en Montségur en el siglo XIII.
Considerados herejes, doscientos de ellos perecieron en una pira erigida en el Prat del Cramats, alrededor del castillo, el 16 de marzo de 1244.

Una pieza de la historia regional en la que la Iglesia Católica de Ariège cree que es bueno volver con motivo de una misa que se celebrará el 16 de octubre en la iglesia de Montségur.

*Es un enfoque local que encaja en otro que es global.
En la tradición judaica, el jubileo fomenta el perdón.
Una especie de reajuste histórico*, dice el padre Édouard de Laportalière, en el obispado de Pamiers.

*De la misma manera en que el Papa Francisco ya se disculpó con los valdenses o habló del *genocidio*, un término muy fuerte para los pueblos indígenas, pensamos que era una oportunidad para purificar la memoria de la historia local que aún permanece herida.
Pero debemos poner todo esto en contexto y detenernos con una visión binaria de los eventos*.

Una antología de leyendas.

De vuelta al siglo XIII.
En medio de la cruzada de los albigenses, la Iglesia y la realeza se unen para hacer desaparecer esta franja disidente del cristianismo.
Por un lado, porque los cátaros eran un símbolo de libertad.
Negando el concepto mismo de *poder*, se estaban alejando de Roma.
Por otro lado, se niegan a someterse al diezmo real.
Además, la práctica de su religión no está limitada a ningún sacramento o lugar de culto.

*Era muy fácil vivir y el poder era el demonio*, confirma Michel Sabatier, teniente del alcalde de Roquefixade, miembro del grupo de investigación arqueológica de Montségur y especialista en Ariege.

De hecho, solo los Perfectos son inducidos como predicadores al final de un viaje iniciático de dos años.

*Se consideraban los cristianos verdaderos, los de los orígenes*, continúa Michel Sabatier.
Está tan a favor de los matices como el padre de Laportalière en este expediente centenario:

*Siempre habrá anticlericales que pondrán esto en la cuenta de la Iglesia, pero no debemos olvidar que fue en realidad, una guerra de conquista de tierras liderada por los barones del Norte contra una Occitania libre.
Incluso también debemos detenernos para no idealizar a los cátaros para mitificarlos*.

El argumento religioso, una excusa

*Porque a lo largo de los siglos, catalizaron una antología dantesca de mitos y otros cuentos.
¡Desde el hipotético tesoro encontrado en Rennes-le-Château hasta la supuesta presencia del Santo Grial en Montségur, que irá tan lejos como para motivar una expedición de los nazis! pasando por la leyenda de los 500 cátaros encerrados en la cueva de Lombrives:
el misterio siempre ha persistido.
Ha habido una serie de inventos y mitos y el trabajo de un historiador es resolver la verdad de los hechos y las cosas mitológicas*, según el padre de Laportalière.

Finalmente, para muchos, el argumento religioso parecía más un pretexto.
Entonces, hoy es bueno para el obispado de Ariège transmitir un mensaje de paz en un contexto político-religioso moderno particularmente sensible.

*Queremos evitar repetir esos momentos en la historia en los que la religión se ha convertido en una herramienta de coerción contra la gente*, dice el padre de Laportalière.

Es un trabajo de honestidad para la sociedad actual.
Quemar en nombre del amor es paradójico, ¿no?.

Humo y más humo...encima siguen sin hacerse cargo de nada...., realmente una pena.

Pero bueno...habrán matado nuestros cuerpos pero jamás nuestros Espíritus que seguirán viniendo las veces que sea necesario hasta que toda ésta creación basada en la mentira se disuelva por completo y lo esperanzador es que hay un Cristianismo hoy que cada vez más sin declararse Gnóstico...se nos parece y ¡¡en buena hora!!.

Me bastaría con citar a quienes ustedes conocen mediante mis publicaciones como los queridos hermanos *Curas en Opción por los Pobres* aquí en Argentina.

Mas.., no son los únicos, en España existe un grupo llamado *Redes Cristianas*, y si bien yo no pongo las manos en el fuego por alguien que no conozca, éste grupo me late bien, especialmente cuando se definen así;



-Más de 200 grupos, comunidades y movimientos católicos de base del Estado español hemos constituido una plataforma llamada *Redes Cristianas*.
Desde estos colectivos, pertenecientes a la base eclesial, queremos ayudar a dar respuesta a los grandes problemas que hoy en día tiene planteados tanto la sociedad como la misma Iglesia.

Pretendemos ser otra voz crítica y alternativa y coordinarnos para dar una respuesta conjunta en pro de la transformación democrática de la Iglesia y de la sociedad.
Somos mujeres y hombres, personas laicas y clérigas, seglares y religiosas, no teólogas y teólogas, homosexuales y heterosexuales, y todas y todos, desde posiciones de igualdad, estamos movidas por los mismos deseos de transformación y cambio.

Desde nuestra opción por los pobres y excluídos, queremos luchar por la Justicia en el mundo, denunciando lo que otros callan.
Como seres humanos y cristianos que somos, nos escandaliza la distancia cada vez mayor que se está abriendo entre los que lo tienen todo y los que no tienen casi nada. 
Desde esta constatación queremos trabajar codo con codo con otros colectivos que luchan por otra ciudad y otro mundo posibles y en contra del sistema socio económico injusto en el que vivimos.

CARTA DE IDENTIDAD

Un amplio colectivo católico de ámbito estatal, con talante crítico y aperturista, inspirado en el Evangelio y en el espíritu del Vaticano II, ante la compleja situación que están atravesando la sociedad y la Iglesia =que entendemos como consecuencia de un cambio radical de civilización, frecuentemente ignorado por estas instituciones= hemos decidido coordinarnos para actuar con mayor eficacia y responsabilidad, según las exigencias y posibilidades de nuestros días.

Como seguidores de Jesús de Nazaret nos proponemos anunciar con alegría la Buena Noticia del Reino, presente ya como semilla en este mundo y en la Iglesia, pero abierto a su plenitud en el futuro.

Como punto de partida, nos está doliendo profundamente la creciente masa de empobrecidos y dominados que se multiplican en nuestro mundo.
Son personas y pueblos que sufren, excluidos del don de la vida, y sometidos por un sistema capitalista inhumano y por una sociedad, nuestra sociedad, que se muestra insensible y sin entrañas ante tanto dolor.

Se trata de seres humanos, hermanos y hermanas nuestros, por desgracia los más débiles, que son víctimas de la represión política, del olvido y la exclusión por toda índole de motivos socioeconómicos y étnicos, de orientación sexual y de género, de religión y de modo de pensar y de ser.

Por motivos similares, muchos miembros de nuestros colectivos llevan las marcas de dicha exclusión.
Desde nuestra conciencia actual, nos preocupa igualmente la brutal explotación que está sufriendo, en nuestros días, la Tierra, madre de la vida y casa común de la humanidad.
También ella está siendo víctima de la codicia y la usura, de la irresponsabilidad y el egoísmo de una humanidad sin conciencia.

En esta situación, nos parece oportuno y urgente volver nuestros ojos y nuestros oídos a aquella mirada y escucha que Jesús tuvo para con el mundo de su tiempo y que recupera de algún modo para la Iglesia la constitución Gaudium et Spes.

Con esta conciencia nos proponemos:

1. Revisar nuestro estilo de vida y los medios y métodos que utilizamos en las comunidades, movimientos y grupos desde el criterio evangélico de la *diaconía* o *actitud de servicio al otro*.
Con esta actitud, tratamos de romper la relación vertical con esa jerarquía que crea desigualdad entre las personas dentro de la Iglesia, especialmente con la mujer, y promover y apoyar unas relaciones horizontales que, a través de los ministerios y servicios mutuos y hacia fuera de la comunidad, favorezcan la igual dignidad y fraternidad entre las personas.

2. Manifestar con acciones y compromisos públicos, con gestos y escritos, a través de los medios y de otras redes de comunicación virtual, este nuevo paradigma de comunión y de organización, inspirado en el Evangelio de Jesús y guiados siempre por la búsqueda, el diálogo, el espíritu crítico y autocrítico y la convicción de estar defendiendo en todo momento los intereses de los más pobres y excluidos por la sociedad y por la Iglesia.
Con la seguridad también de estar expresando el sentir profundo de muchas otras personas que apuestan por *otro mundo posible* y *otra forma de ser y de hacer Iglesia*.

3. Organizar encuentros, foros, convivencias, para compartir información, formación y experiencias entre grupos y personas que se sientan identificadas o próximas a esta Carta de Identidad.

4. Establecer una relación estrecha con otras redes nacionales e internacionales y movimientos similares de otras religiones.

5. Contribuir desde todas nuestras posibilidades a la transformación radical de la Iglesia y de su presencia en el mundo.
Desde el estilo que rezuma el Evangelio, creemos que nuestra Iglesia necesita una transformación profunda en todas sus dimensiones:
bíblicas y teológicas, éticas y morales, pastorales y litúrgicas, místicas y organizativas.

Siguiendo las huellas de muchas personas y movimientos cristianos que en el pasado han dado testimonio de una Iglesia encarnada y servidora del mundo, necesitamos recobrarla hoy como ámbito de vida y libertad, de denuncia y de propuesta, de búsqueda y creatividad, de amistad y alegría.
Entre todas y todos vamos intentar sorprender al mundo con la Buena Noticia de que la Iglesia ya se está poniendo en actitud de ser *la sal de la tierra y la luz del mundo*, que quiere el Evangelio.

Emocionante me resulta ésta proclama, y por ejemplo, una nota escrita por uno de sus miembros, me confirma que *me laten bien*;



-La Iglesia Católica Romana sufre amnesia, se olvida de pedir perdón o lo pide con siglos de retraso.

¿Quiénes de nosotros hemos oído hablar de los cátaros?

Posiblemente muy pocos, porque la historia siempre la escriben los vencedores.
Por ello la verdad histórica nos viene sesgada por quienes la escriben y la difunden, en este caso la autoridad moral y religiosa de occidente:
la iglesia católica.

Eluden contarnos que durante los siglos X y XV se extendió por toda Europa una corriente religiosa cristiana, que revindicaban el cristianismo primitivo, rechazaban los excesos materiales de la iglesia católica, los sacramentos e incluso el sacramento matrimonio, creían en la reencarnación, eran vegetarianos.
Su única oración era el Padre nuestro.
Los Perfectos, figura similar a los sacerdotes eran tanto los hombres como mujeres, la igualdad entre ambos sexos en cuanto al sacerdocio era una realidad.

Él termino cátaro proviene del griego katharos, que significa puros, en el Languedoc, durante los siglos XII y XIII fue la religión dominante, los señores feudales del sureste francés fueron sus primeros adeptos también, los comerciantes, los artesanos y la burguesía se encontraban mucho más cómodos en un entorno mas libre y igualitario.

El anticlericalismo de esta región repugnaba al Papa Inocencio III, considerándolo una amenaza grave para la Iglesia, dado que ponían de relieve con su ejemplo de *hombres buenos* como así también se les llamaba, la opulencia con la que vivían los miembros de la Iglesia Católica.

El Papa ordena a Domingo de Guzmán fundador de la Santa Inquisición, que emprenda una cruzada espiritual contra los herejes, no tuvo mucho éxito con sus sermones que representaban las tinieblas, el pecado, la condena de Dios.
Contrariamente para la religión herética, Dios era un ser bondadoso que no podía condenar al mal a sus hijos.

Posteriormente el Papa ayudado por el duque de borgoña, lideran un ejercito de la Iglesia y cuyo jefe es el legado del papa Arnaud Amaury.
La masacre contra los cataros y los señores que protegían a éstos, en sus ciudades y castillos fue una autentico genocidio medieval, en Beziers, las crónicas hablan de más de 100.000 muertos.

En dicha ciudad también habitaban católicos, para pasar por alto esta inconveniencia moral, el legado del papa pronunció las siguientes palabras:

*Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos*.

Después vino la masacre de la ciudad de Carcasone, la guerra de los castillos, la instauración de Inquisición formada por los hermanos dominicanos, que tendrán un poder absoluto durante siglos en toda Europa, solo tienen que responder ante el Papa, =la división de poderes aun no había asomado en Francia, habría que esperar a Montesquieu=.

El último bastión cátaro, el Castillo Montségur, fue tomado el 16 de marzo de 1244, mas de 200 herejes son arrojados vivos a la hoguera en el Prat des Cramats, al pie del castillo por el simple motivo de no renunciar a su fe.
Guillaume Belibaste, último perfecto conocido fue quemado vivo en 1321, tras años de persecución.

El Papa Juan Pablo II en el año 2000 pidió perdón por las cruzadas que partieron de Europa hacia Tierra Santa en el año 1099.
Novecientos y un años después, Juan Pablo II se percata de la devastadora persecución que sufrieron los seguidores de la religión Islámica en la toma de Jerusalén.

Posiblemente también se dio cuenta ésta institución pontificia, que aquella primera cruzada fue el origen de la primera Yihad Islámica que lidero Saladino I en el año 1.174, para arrebatar a los cruzados Tierra Santa y sobretodo la mezquita de la Roca.

El caso Galileo Galilei, en el año 1979 el mismo Papa Juan Pablo II reconoció que la Iglesia podría haberse equivocado al condenar a Galileo a cadena perpetua =tuvo suerte de no ser arrojado a la hoguera por hereje=, gracias a la amistad que mantenía desde hacia años con Barberini, nombre de Urbano VIII antes de ser nombrado Papa.

Recordemos que Galileo fue condenado en 1663 a cadena perpetua por mantener públicamente que las teorías de Nicolás Cópernico sobre el heliocentrismo eran verdaderas, es decir la tierra no es el centro del universo, y que se mueve alrededor del sol.
Fue obligado a abjurar de rodillas, pero dicen que cuando se levanto susurro en voz baja *eppur sí muove* =sin embargo, se mueve=.

En 1983 el Papa Juan Pablo II, nombra una comisión especifica para que estudie si pudo haber un error al condenarlo.
Tenemos que tener en cuenta que el hombre llega a la Luna en 1968, quince años después, la iglesia tiene que nombrar una comisión porque no tiene muy claro lo del geocentrismo y el heliocentrismo.

¡Bravo!
En el 1.992 trescientos veintinueve años después de ser condenado Galileo Galilei, Juan Pablo II asume que hubo un error y pide perdón públicamente.
Ahora cabe preguntarse;
¿cuando asumirán el genocidio Cátaro?

Es mejor olvidar y no contar la verdadera historia, contar solo la historia del pueblo elegido, así seguirán acunando las mentes de las nuevas generaciones de creyentes, siempre en el lado oscuro, sin que conozcan la realidad, porque la verdad quizá les haga libres y claro está eso no conviene, se les pueden escapar del rebaño y, con ello todas sus riquezas.

Sniff...., no todo está perdido.



Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-ladepeche
-redescristianas

jueves, 10 de marzo de 2016

* Disidencia y poder en la edad media: la historia de los Cátaros-parte 8-Final *

***Excelente noche de Jueves para todos.
Llegamos al final del gran estudio aportado por el Profesor =Honoris Causa=de Historia de la Universidad Nacional de Colombia, Abel Ignacio López, sobre los Cátaros.

Ni secretos, ni culto al sol, ni custodios del grial

-Una cierta literatura histórica, con acogida entre el gran público y que fascina a los ocultistas modernos gustosos de considerarse herederos de los mártires Cátaros, pretende hacer creer que estos herejes medievales rendían culto al sol, que en sus templos y castillos se habían guardado misterios de la Edad Media, el santo Grial entre otros. 
Estas afirmaciones no son ciertas; son leyendas que contribuyen al éxito comercial y turístico de los lugares que un día fueron refugio de los Cátaros. Mestre y Brenon, con base en evidencias arqueológicas, muestran que los Cátaros no construyeron castillos ni templos. 
Sus emplazamientos consistieron en *castra* o pueblos fortificados. Los castillos son posteriores a la desaparición del catarismo. 

El caso más frecuentemente citado por esa literatura fantasiosa es Montségur. Fue en esta fortaleza donde tuvo lugar una de las últimas batallas de los cruzados contra los Cátaros. Fernando Niel realizó un estudio a partir de las ruinas del actual castillo. 
Según este historiador, el plano de esta construcción muestra que sus murallas eran una especie de zodíaco de piedra; esto le permite concluir que los Cátaros eran adoradores del sol. 
Pero las investigaciones arqueológicas han echado por tierra tales especulaciones. Los Cátaros nunca vieron el actual castillo de Montségur. Este fue construido más tarde. El Montségur de la época de la cruzada no fue un templo, sino una aldea.



Que allí se guardase el santo grial, fue idea imaginada por Otto Rhan en 1933, en su libro Cruzada contra el Grial. Es esta una hipótesis sin mayor fundamento. Como símbolo eucarístico, el grial fue más bien un argumento utilizado por los clérigos católicos en contra de la herejía que precisamente negaba el sacramento de la eucaristía.
Se ha tratado de establecer relaciones entre catarismo y parapsicología. Según Rene Nelli, en Montségur se han encontrado restos de documentos chinos, lo que permite pensar en comunicaciones de los Cátaros con el Lejano Oriente. Los inquisidores habrían seguido a los herejes hasta el Tíbet. 

Nelli habla de individuos del siglo XX que aún mantienen comunicaciones mentales con los espíritus tibetanos desde Montségur, de mensajes enviados en lenguas orientales. 
Pero, como concluye Mestre, todo esto no pasa de ser una manera de mantener vivo el interés por la Occitania. Las leyendas son un motivo para visitar el castillo de Montségur. 
El catarismo es un reclamo turístico del Midi francés. El esoterismo hacer parte de sus leyendas.



¿Por qué se acabó la iglesia Cátara?

En primer lugar, responde Brenon, por la acción del tribunal de la Inquisición. Si no hubiera sido perseguida, tan sólo hubiera sido condenada al declive y tal vez habría sobrevivido y encontrado nuevos semilleros. A esta despiadada persecución se suman otras circunstancias que minaron su acción. En el Languedoc, la derrota militar de sus protectores. La estructura de Iglesia convirtió al catarismo en una estructura rígida, frágil, no adecuada a la clandestinidad, lo que resultó más grave aún al quedarse sin clérigos, como efecto de la persecución. Por otra parte y como reacción ante la herejía, la misma Iglesia católica se renovó. Los líderes de esta renovación fueron las órdenes mendicantes *más adaptadas a los oídos populares*. 

El catarismo quedó a la defensiva. De manera que su derrota se produjo tras lo que Labal denomina *una conversión de la Iglesia católica*. 
Teólogos católicos rehabilitaron la vida sexual, formularon justificaciones de la economía de mercado, e hicieron del sur Francia objeto de especial atención. Así como antes del siglo XII el centro del catolicismo francés era el norte, después del XIII el movimiento se invierte. 
La palabra y el ejemplo fueron otras tantas claves del éxito de dominicos y franciscanos frente al catarismo.



Conclusión

Con la publicación de Los Cátaros, problema religioso, pretexto político y La verdadera historia de los Cátaros, el lector de habla hispana dispone de dos interesantes libros que le permiten enterarse de debates recientes sobre una de las herejías que mayor discusión ha suscitado. El libro de Brenon tiene la ventaja adicional de detenerse en el contexto espiritual de la herejía, lo que le permite desvirtuar acusaciones y estereotipos del catarismo y mostrar que no se trató de una simple secta maniquea. De esta conclusión se extrae una importante lección de historia: coincidencias doctrinales no implican orígenes comunes.

Del contraste entre las explicaciones suministradas por Mestre y Brenon con la de otros historiadores se destaca la especial atención que algunos de estos últimos han prestado, por una parte, al análisis del poder con el fin de apreciar las relaciones entre ortodoxia y herejía, y por otra, al examen de las condiciones materiales propias del Languedoc. Las motivaciones que impulsan a alguien a hacerse hereje tal vez nunca las sepamos del todo. Son múltiples y varían de individuo a individuo. Pero reconocer esto no debiera impedir establecer las vínculos entre catarismo y grupos sociales.



Como lo ha indicado Patrick Collinson, la noción según la cual una determinada ideología religiosa sirve como instrumento de intereses materiales y de aspiraciones de un grupo social *no es necesariamente falsa y a veces funciona aunque siempre deba someterse a prueba*. 
En el caso de los Cátaros, por lo menos en lo que se refiere a los apoyos, esta hipótesis, como quedó mostrado, funciona.
*Los intereses materiales sin los ideales son vacíos, pero los ideales sin los intereses materiales son impotentes*.

Este artículo es un ensayo bibliográfico a propósito de las obras: MESTRE GODES, Jesús, Los Cátaros. Problema religioso, pretexto político, Madrid, Editorial Península, 1995; BRENON, Aune, La verdadera historia de los Cátaros. Vida y muerte de una iglesia ejemplar, Barcelona, Editorial Martínez Roca, Colección Enigmas, 1997.

Abel Ignacio López

Bueno, un placer haber podido compartir con ustedes el trabajo del Profesor López, algo más de lo mucho que hay y de lo mucho que nos falta saber, aunque quizás...nunca lo sepamos.
Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

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viernes, 4 de marzo de 2016

* Disidencia y poder en la edad media: la historia de los cataros-parte 7 *

***Bella noche de Viernes para todos. Vamos a continuar con nuestra saga sobre los Cátaros, el enorme trabajo del Dr. Abel Ignacio López sobre la misteriosa cultura Cátara.
Y ya nos acercamos al final con éste penúltimo capítulo;

¿Una religión para mujeres?

Con esta pregunta, Anne Brenon cierra el capítulo en el que estudia la relación entre herejía y mujeres. En efecto, la mujer tuvo especial acogida en el catarismo. Este les otorgaba a las perfectas ciertos derechos que el catolicismo les negaba. Especialmente, las aristócratas formaron parte del clero cátaro: podían administrar el consolamentum, presidir la bendición del alimento y también predicar. Eran, pues, verdaderas sacerdotisas. Participaban en la administración y gestión de lo sagrado. Las perfectas, a diferencia de las monjas católicas, no estaban separadas del mundo y desempeñaban un papel efectivo en la educación de su familia y del vecindario. Un buen número de Cátaras eran viudas y madres. 

Es notable el papel de las mujeres en el clero Cátaro, si se compara la proporción de mujeres perfectas con la de monjas. Según cifras provenientes de la Inquisición, a comienzos del siglo XIII, en algunos lugares, la proporción de perfectas llegó a ser del 45% comparado con el 5% de mujeres en el clero regular católico. Esta situación particular no impide desconocer que aún en el catarismo las mujeres estaban subordinadas a los hombres. Sus tareas de sacerdotisas sólo las realizaban cuando no había un perfecto presente. Nunca llegaron a desempeñar el cargo de obispo y ni siquiera el de diácono.



El catarismo mismo es el principal responsable de esta notable presencia femenina. En un mundo de tan pocas posibilidades de expresión para la mujer, la herejía brindaba una oportunidad de libertad. Y es cierto. Como quedó dicho, la herejía otorgaba poder a quienes carecían de él, según el análisis de Moore.
A ello pudo haber contribuido también la situación demográfica, económica y religiosa del Languedoc, por varias razones. Primera, la superpoblación a la que se hizo referencia parece haber afectado más a las mujeres: la migración era menos fácil para ellas. 

Segunda, se sabe que la herejía afectó a las familias numerosas, lo cual pudo resultar de una conciencia confusa del carácter maléfico de la familia que algunas mujeres intentaron sublimar en el catarismo. Tercera, la búsqueda de protección económica. Así lo reconocía el famoso dominico Jordán de Sajonia. Según él, los padres confiaban a sus hijas a los herejes para que las instruyeran y alimentaran. Cuarta, en el Midi francés se fundaron pocos conventos femeninos. Se ha hablado de desierto monástico. Y finalmente, la violencia de los guerreros. Las viudas de las guerras, al ingresar a la orden de los herejes pudieron encontrar restituida su dignidad.



La cruzada: ¿fin del sueño occitano?

*Matadlos a todos, que Dios reconocerá a los suyos...*;
ArnautAlmaric,delegado papal.

El papa Inocencio III proclamó una cruzada contra los príncipes del Languedoc con el fin de obligarlos a perseguir a los Cátaros. Se trató de una empresa militar en la que participaron nobles franceses primero y luego el mismo rey de Francia. El principal beneficiado de esta atroz guerra fue la monarquía francesa. Perseguir a los herejes fue simplemente la excusa para un propósito político: ampliar los territorios sobre los cuales el rey ejercía control directo. En este orden de ideas, la cruzada forma parte del proceso de formación del Estado moderno y de la nación francesa misma.

La historiografía sobre esta cruzada ha estado vinculada a las luchas políticas regionales y nacionales de Francia. Así lo demuestra André Roach. En efecto, para algunos investigadores, el triunfo capeto sobre el Languedoc fue el precio necesario que había que pagar en la consolidación de la unidad frente al peligro que significaba el catarismo y el regionalismo. Se ha llegado incluso a justificar las atrocidades de la guerra con el argumento de la necesidad de la unidad religiosa en la formación de la nación.



Otros historiadores, en cambio, prefieren poner el acento en lo que el mismo Roach denomina la idea de países perdidos; arguyen que fue precisamente la cruzada contra los Cátaros la que frustró el proceso de formación de la nación occitana. Al ser derrotada, la Occitania fue absorbida y entró a formar parte de la moderna Francia. Mestre comparte este punto de vista. 
Según él, la batalla de Muret =1213=, en la que fue derrotado el conde de Tolosa, es una pieza clave, un momento decisivo en el camino de la unidad nacional. 

Es el origen de la unidad francesa y el fin del sueño occitano. Esta última apreciación la repite a propósito del acuerdo de Meaux =1229=, pactado entre el conde de Tolosa y el monarca francés y con el cual prácticamente se puso fin a la cruzada.
El sueño occitano al que se refiere el autor es el porvenir nacional, a juzgar por la cita de los versos provenzales de Víctor Balaguer en los que se apoya. Conviene, sin embargo, establecer algunas precisiones. Lo que se desprende del estudio de Roach es que, a pesar de la unidad lingüística, la Occitania, al iniciarse la cruzada, carecía de identidad colectiva. Lo que se encuentra, en cambio, son estereotipos que expresaron gentes de fuera de la región: los franceses del norte.



A los del sur se les consideraba avaros y poco belicosos. Además, se reconocía su tolerancia religiosa. Pero aún teniendo esto en cuenta, no se puede hablar de sentimientos nacionales. Se carecía de instituciones políticas alrededor de las cuales se pudiese aglutinar un sentimiento occitano. Los príncipes no habían constituido un monopolio de autoridad legítima y más aún ninguno de ellos manifestó especial interés en forjar la presunta identidad nacional. Cada condado y vizcondado tenía sus propias metas. El más poderoso de ellos, el condado de Tolosa, no controlaba la región. 

Esta se había convertido en teatro de los intereses franceses e ingleses. La reacción inicial ante la cruzada mostró que se carecía de unidad de propósitos y que eran pocos los signos de conciencia colectiva. Paul Labal ha hablado de guerra civil en la que todavía no se llegaba al enfrentamiento entre el norte y el sur. Varios nobles meridionales se unieron a la cruzada de la cual su abanderado en Tolosa fue el obispo Foulque. 
Es cierto que tras la batalla de Muret los ejércitos cruzados estuvieron cada vez más conformados por tropas del norte y que como consecuencia de ello se creó cierto espíritu de unión en el sur.



La cruzada comenzó a verse como una invasión por parte de la Francia del norte. 
Al otorgar privilegios a la Iglesia católica, amenazar las libertades urbanas, imponer unos principios del norte, como el carácter obligatorio del mayorazgo, restringir las alianzas matrimoniales de los caballeros occitanos, los estatutos de Pamiers de 1213 reunieron contra la cruzada a nobles, burgueses y caballeros. 
Y con ello se forjaron algunos signos de conciencia común. 
Es el tipo de lealtad local que algunos historiadores califican como sociedad prenacional, pero acá no se puede ver las semillas de lealtades más amplias.

Gilgamesh***

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