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jueves, 16 de abril de 2020

* Apestados; Coronavirus-65 *

***Gran jornada Jueves para todxs.

Pese al drama y la enorme contingencia en la que se encuentra la humanidad, ésta clase de *tiempos* son una muy buena oportunidad para ver lo que generalmente *no veíamos*, es decir que si retrocedemos al estado anterior a la Pandemia, ese estado que le llamábamos de *normalidad* nos mantenía adormecidos, anestesiados, distraídos de lo que en verdad había detrás de ese estado de *normalidad*.

Ahora, habiendo quedado al desnudo el sistema bajo el cual vivíamos, podemos ver muchas cosas que deberían invitarnos a profundas reflexiones en todo aspecto y a abrir muy bien los ojos para cuando éste drama actual comience a disiparse y la humanidad tenga que comenzar a re-pensar un nuevo mundo, antes de que los mismos de siempre...vuelvan a intentar crear un pretendido *nuevo* mundo pero tan viejo y tan injusto como el mismo de siempre.

El Periodista argentino Roberto Navarro ve como única salvación la aparición de nuevos líderes que reemplacen a una generación que evidentemente no *hemos* podido parir ese mundo ansiado;



-El Periodista Roberto Navarro convocó a los pueblos a parir a nuevos líderes mundiales en medio de la pandemia del coronavirus.
En su editorial en El Destape Radio lamentó que Brasil tenga 200 muertos al día por la pandemia.

*Nos duele que sean muertos de Bolsonaro, porque eran evitables*, sostuvo.
También destacó que una situación similar sucede en Ecuador, donde se siembran las calles de cadáveres.
O en Chile, que tiene un tercio de la población argentina, pero tiene más muertos.
O Bolivia, que lucha contra contra la pandemia con un decreto que le dice al pueblo que rece, *porque el gobierno es de unos milicos fanáticos religiosos*.

*Los presidentes que puso la derecha regional están entre los peores del mundo*, afirmó Navarro y destacó que en Argentina, esos mismos sectores presionan para salir de la cuarentena y hostigan al gobierno con denuncias, despiden gente, bajan sueldos y se resisten a un impuesto que hoy es casi universal.
También resaltó que ayer armaron una corrida contra el dólar y lo llevaron a 113 pesos en medio de la pandemia.

*El mundo discute el valor de la vida*, afirmó Navarro y se preguntó:

*¿Cuánto somos capaces de pagar por salvar a todos los que podamos?.
Poco parece, =en Argentina dice el partido de Macri, Cambiemos= que nada, y pide bajar los impuestos.

*Hoy no hay lideres ni instituciones internacionales que puedan mediar en el conflicto:
ahora están debilitando a la OMS y antes debilitaron a la ONU, a la OEA =que fue parte del golpe en Bolivia= y el G20 es un acto de turismo organizado*, sostuvo Navarro.

*Es decir, que estamos en un mundo sin líderes y sin organización, con un desprecio anárquico al valor de la vida desde que enfrentamos la pandemia.
El mundo cambió.

El miedo a tocar los billetes será central en la economía, ese antiguo acto que es dar la mano desaparecerá.
Ese cambio histórico en la vida de la especie se dará sin lideres importantes ni organizaciones de primer nivel que piensen el cambio, lo manejen, lo guíen, lo lleven hacia aguas calmas.
Hoy al mundo lo gobierna un virus.

Los pocos gobiernos que no están gobernados por gerentes del poder económico solo atinan a proponer tímidas reformas, hoy no hay cambio, porque no hay voluntad de cambio.

Hay que parir líderes para el nuevo mundo, y a los líderes los pare el pueblo.
Hagámoslo*, finalizó.

El campo minado contra el que lucha el Gobierno Argentino es tremendo, sin embargo está honrando la vida por encima de los poderes económicos, y en un esfuerzo más por paliar ésta crisis está gestando o ya ha gestado una ley excepcional para aplicarle un *impuesto* a los grandes ricos del país.

No quieran imaginar la crispación que ésto está generando..., en un estado de alienación éste selecto grupo que bien podríamos decir...viene torciendo la mano de los gobernantes desde la fundación de éste país...han puesto a rodar la maquinaria mediática que siempre ha jugado para ésta élite, y dicha élite son aproximadamente unas 12.000 personas...

Vean ustedes cómo un minúsculo grupo de 12 mil almas han sido capaces de someter a 45 millones..., siempre manipulando a gobernantes, jueces, y sobre todo gracias a la ingeniería social ejercida desde esos que llamamos *medios hegemónicos de comunicación*.

Ésta extraordinaria habilidad arcóntica de generar poder desde la debilidad es lo que aún no hemos alcanzado a comprender, es como si viviéramos en un estado de sopor tal, que no nos damos cuenta que el verdadero poder...lo tenemos las mayorías y que lamentablemente, esas mayorías han sido adoctrinadas de una forma tan magistral que en lugar de *auto-defenderse* defienden a quienes los oprimen, 12 mil....poniendo de rodillas a 45 millones..sin violencia física...sino con poder psíquico..

Hacerle creer al *medio pelo* que forma parte de esa élite y ponerlo a jugar en contra de sí mismo habrá de ser el prodigio más fabuloso de ésa casta de parásitos, que, si no somos capaces de advertir hoy en éste tiempo donde han quedado desnudos y a la luz..nada habrá cambiado ni cambiará...porque los cambios no vienen del cielo... vienen de nuestro interior...de nuestra capacidad de leer correctamente cómo funciona la trampa, cómo desactivarla, y cómo re-pensar gloriosamente ese mundo que tiene que cambiar.

Algunas reflexiones de Álvaro Ruiz;



-Los modos en que se reacciona, individual y colectivamente, en circunstancias excepcionales y de clara emergencia como las presentes, demuestran la calidad humana que alienta nuestras acciones y es preciso ponerlas en evidencia para su valoración social.

De qué miseria hablamos

No motiva estas líneas una reflexión acerca de las condiciones más extremas de la pobreza, en cuanto a la carencia de bienes materiales, sino de otros valores cuya ausencia expresa miserias del espíritu, del alma, del corazón o de los sentimientos.

Lo mejor y lo peor del ser humano asoma en situaciones límites, tanto constituya una ocasión para mostrarse tal cual uno es o por propia elección entre las conductas alternativas que siempre la vida nos ofrece.

El egoísmo, la codicia y la despreocupación por las consecuencias que ese proceder pueda provocar en los otros, forman parte de lo peor.
Pero cuando se asumen en situaciones sumamente críticas, desde posiciones aventajadas y teniendo a la vista el cúmulo de desgracias de la mayor parte de la población, configuran actitudes verdaderamente miserables.

Esas miserias suelen incitar otras, que funcionan en determinados ámbitos como un ejemplo a seguir o, cuanto menos, operan como habilitantes para adoptar similares comportamientos bajo la premisa de que sólo debe preocuparnos nuestro propio bienestar.
El *sálvese quien pueda*, que no es más que eso, justamente:
una vía por la cual sólo se salvaría el que puede y tiene con qué.

De la miserabilidad no están exentas las personas jurídicas, como son las sociedades comerciales, en tanto conforman una mera ficción del Derecho y detrás de las mismas están las personas humanas que son sus titulares o que, con distintos roles, conducen sus acciones.

Por lo cual, cuando se analiza y evalúa la actuación de compañías industriales, financieras, comerciales o de servicios, no debemos quedarnos en la superficie ficcional que resulta de su configuración jurídica, sino atender a las personas =de carne y hueso= responsables de sus destinos.

Lo que ocurrirá superada la epidemia por el Covid-19 es un enigma en el mundo, aunque constituye una certeza las gravísimas consecuencias económicas, sociales, políticas y hasta culturales que producirá.

Las conductas que se asuman en sintonía o no con la solidaridad que esta etapa nos demanda, deben ser objeto de estricta valoración y fundamento de las medidas que la sociedad reclame del Estado, tanto como registrarse firmemente en la memoria del pueblo para servir de guía en la definición del país que queremos y merecemos.

Sostenía Salvador Allende:

*Los hombres y pueblos sin memoria de nada sirven, ya que ellos no saben rendir culto a los hechos del pasado que tienen trascendencia y significación, por eso son incapaces de combatir y crear nada grande para el futuro*.

Y ahí vamos...tratando de recuperar la memoria, no sólo la histórica sino mucho más la de nuestro orígen, nuestra procedencia, nuestra Gnosis...
¿Lo lograremos?...

Mientras contemplamos azorados lo que ocurre a nuestro alrededor, millones de hermanxs luchan por sobrevivir a un enemigo invisible;



Estados Unidos registró un nuevo récord de muertes con casi 2600 fallecidos por el nuevo coronavirus en 24 horas.
Es el peor balance diario de un país en todo el mundo.
Mientrastanto, en España cayó la cantidad de fallecidos pero repuntaron los contagios.

En Estados Unidos se contabilizaron la muerte de 2569 personas, señalaron las cifras de la Universidad Johns Hopkins. De esa manera, la primera potencia mundial totaliza 28.325 muertes por la pandemia.
Las cifras de ese centro llegaron después de que el presidente Donald Trump dijera más temprano que los datos sugieren que en todo el país han pasado *el pico de nuevos casos* y que anunciará hoy sus primeros planes para levantar el aislamiento de la población por el Covid-19.
De acuerdo con la Johns Hopkins, el número de casos de infección en Estados Unidos alcanzó las 636.350 personas contagiadas.

Mientras tanto, España ha registrado 551 muertes con coronavirus en las últimas 24 horas, frente a las 523 contabilizadas ayer miércoles.
La pandemia se ha cobrado la vida de 19.130 personas desde su inicio en nuestro país, mientras se han recuperado 74.797.
Las personas curadas representan el 40,9% del total de los casos de coronavirus.
En el último día han sido dados de alta 3.944 pacientes, la cifra más alta desde el 9 de abril.
Los nuevos contagios han experimentado un ligero incremento este jueves, según el balance del Ministerio de Sanidad.

Los positivos registrados en el último día han ascendido a 5.183, lo que supone alcanzar 182.816 casos.
Ayer miércoles el aumento fue de 5.092 positivos.
El crecimiento de los contagios permanece en el 2,9% con respecto al día anterior, el mismo porcentaje que este miércoles.

Italia le sigue con 165.155 pacientes, pero está segundo en decesos superado por EE.UU. con 21.645.
Alemania superó este martes por la tarde a Francia y ahora quedó cuarto en cantidad de casos, con 134.753 y 3.804 decesos.
Sin embargo, los galos, que poseen 134.582 contagiados confirmados, se mantienen cuartos en cantidad de muertos, con 17.188, muy cerca de España.
Por su parte, Reino Unido posee 99.489 infectados y 12.894 fallecidos.

China suma 83.367 contagiados y 3.346 muertes, pero los medios de prensa chinos críticos de la gestión de gobierno de Xi Jinping desconfían de la veracidad de los datos oficiales sobre la evolución de la enfermedad allí y hasta ya se empieza a hablar de un rebrote del Covid-19 debido a casos importados.

El otro país de Asia, de Oriente Medio en este caso, más perjudicado por la enfermedad es Irán, con 76.389 infectados y al menos 4.777 fallecidos.
Por su parte, Turquía tenía 69.392 afectados y 1.518 decesos, mientras que Bélgica registraba 33.573 casos y 4.440 muertos.
En África, el país más afectado por la propagación de la enfermedad es Sudáfrica, con 2.506 casos confirmados y 34 fallecidos hasta el momento, seguido por Egipto, con 2.505 enfermos y 183 decesos.

Por último, en América, luego de los Estados Unidos aparece Brasil ya despojando a Canadá, con 28.746 casos y 1.760 fallecidos.

En tanto, los canadienses tienen 28.253 enfermos confirmados de coronavirus y 1.010 fallecidos.
Perú acumula 11.475 casos de la enfermedad con 254 muertes, Chile tiene 8.273 contagiados y 94 decesos, Ecuador posee 7.858 infectados y 388 fallecidos, México 5.847 afectados y 449 muertos, y Panamá 3.751 contagios y 103 fallecidos.

Ayer les comentaba que Estados Unidos iba a *OCTUPLICAR* los casos de China pues ..hecho, y que lo de Brasil estaba siendo...tremendo y que en cualquier momento iba a comenzar a entrar en el rango de visión superior de la tabla, pues ahí está Brasil a ésta hora.., hecho;





-Cuando los casos de infección por el covid-19 empiezan a crecer de manera alucinada en Brasil, dos noticias concentraron la atención.
La primera:
el ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta está fuera del gobierno.
Lo que no se sabe es cuándo, pero sobran indicios de que él no pasará del viernes en el puesto asumido el primer día de 2019, cuando el ultraderechista Jair Bolsonaro asumía la presidencia.

Tan pronto el presidente encuentre a alguien más afinado con sus posiciones frente a la pandemia, Mandetta y su equipo de asesores, todos funcionarios del ministerio y con vasta experiencia, serán expelidos.
La segunda noticia se refiere a la curva de la pandemia, que se expande a velocidades cada vez más altas.
Este miércoles se informó que en un día se anotaron 204 nuevas muertes, un crecimiento de 13 %, que ahora suman 1.736.
Al mismo tiempo, se supo que el total de contaminados alcanzó 28.320 casos, 3.058 nuevos casos en 24 horas, un aumento de 12 % de un día a otro.

En San Pablo, epicentro de la crisis, se confirmó que el 80 % de las camas de unidades de terapia intensiva están ocupadas.
En la provincia, en una semana el total de muertos experimentó una suba del 82 %.
Son números impactantes, pero que traen un problema paralelo y especialmente grave:
los datos oficiales están a leguas de distancia de los números reales.

Hay una demora inmensa en llegar al resultado de las pruebas, que además solo se aplican a los casos considerados especialmente graves.
Mientras en Alemania se hicieron pruebas en alrededor de quince mil personas por millón de habitantes, y en otros países se mantuvieron el promedio de trece mil por millón, Brasil logró, también en ese aspecto, mantenerse lejísimo de lo aconsejable.

La Organización Mundial de Salud fue especialmente crítica al analizar la proporción de pruebas aplicadas por millón de habitantes en Estados Unidos =alrededor de siete mil quinientas=.
Y al mismo tiempo, tuvo la piedad de no referirse a Brasil, donde el promedio proporcional es de alrededor de 300 pruebas de coronavirus por millón.

A raíz de esa discrepancia severa, científicos, investigadores y médicos trataron de trazar la distancia entre los datos oficiales y reales.
Encabezados por hospitales de alta especialización y de integrantes de la Fiocruz =Fundación Osvaldo Cruz, adoptada por la Organización Mundial de Salud como referencia en epidemiología de América Latina en el combate al coronavirus=, el grupo llegó a la asustadora conclusión de que el número real es *quince veces superior* a los datos oficiales.

Eso significa la aceleración más elevada del planeta, compitiendo directamente con los Estados Unidos por el puesto de mayor devastación causada por el virus.
El gobierno se niega a confirmar tal proyección, pero admite la extrema gravedad del cuadro.
Al contrario de lo que aseguró el presidente Bolsonaro en una bizarra transmisión del domingo de Pascua, cuando compartió espacio en la televisión con empresarios de la fe ajena, que se auto-titulan pastores evangélicos, su todavía ministro de Salud trazó un cuadro altamente preocupante para mayo y junio.

En aquella ocasión, el ultraderechista afirmó haber recibido informaciones =no indicó sus fuentes= de que *la cuestión del virus ese, se está yendo*.

Ayer Mandetta, cercado por dos de sus más altos colaboradores, aseguró exactamente lo contrario:
por cuestiones climáticas, la curva alcanzará su pico a partir de mayo.
El alerta, argumentó, se debe a una observación obvia:
si en plena primavera Estados Unidos experimenta una ascensión devastadora del virus, ¿cómo hubiera sido si tal expansión se diera entre otoño e invierno?

Pues eso es exactamente lo que pasará en Brasil:
los registros comprueban que mayo es cuando se expanden los casos de enfermedades pulmonares, precisamente a raíz del cambio de clima.
Destacó que las provincias más afectadas serán justamente las de la región sureste y sur, donde se concentra la mayor parte de la población.

La defenestración del ministro Mandetta fue intentada, hace una semana, por Bolsonaro.
Lo contuvieron los cuatro ministros militares que ocupan despachos en el palacio presidencial, con destaque para Walter Braga Netto, que poco a poco deja claro que mucho más que coordinador general del plan de combate al coronavirus se transforma en coordinador de la presidencia, relegando el ultraderechista a un rol cada vez más decorativo.

Bolsonaro quiere librarse de su ministro por dos razones básicas y exclusivas.
La primera:
Mandetta se niega de manera firme a aconsejar el final del aislamiento social y la vuelta a la normalidad defendida por el ultraderechista.

La segunda es indicativa de la personalidad errática y bizarra de Bolsonaro:
pura envidia.
Al fin y al cabo, su ministro cuenta con 76% de aprobación popular, más que el doble de la del presidente.

Como si ésta Pandemia fuera poco, hay sucesos que suman especulaciones y excitan especialmente a los fanáticos del Apocalipsis;



-El continente africano está ante una alarmante situación.
No sólo por el avance del coronavirus, sino por la llegada de una plaga de langostas, que puede poner en peligro la alimentación de los habitantes de África.

La prensa internacional catalogó a esta plaga que azota a Africa como de *proporciones bíblicas*, dado que no se tenía registro de una cantidad semenjante de langostas en algún lugar del mundo.
Sin embargo, algunos especialistas señalan que podría ser comparada con otra similar hace 60 años.

El Programa Mundial de Alimentos había señalado en su facebook la posibilidad de que Africa sufriera la llegada de una gran invasión de langostas, sin embargo no se tomaron recaudos.
Por ello, las cosechas en Kenya, Etiopía y Somalia corren serios riesgos.

La situación que amenaza la alimentación de los agricultores y sus familias habían sido advertidas en febrero por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura.
En estos días se están tomando medidas para resguardar los cultivos agrícolas, pero la tarea resulta muy difícil.

Etiopía es hasta el momento el país africano más afectado.
Un millón de personas afectadas en Etiopía por la plaga de langostas del desierto que sacude África del Este necesita *ayuda alimentaria de emergencia*, advirtió hoy la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura-FAO.

Estos insectos, parecidos en forma y tamaño a los saltamontes, han arrasado en los últimos meses unas 200.000 hectáreas de cultivos y provocado la pérdida de más de 356.000 toneladas de cereal, sorgo, maíz y trigo en el país, agregó el comunicado.
Una plaga de langostas puede comprender a alrededor de 150 millones de ejemplares por kilómetro cuadrado, y pueden llegar a consumir una proporción equivalente a los cultivos para alimentar a 35.000 personas.

Voy cerrando con los últimos números que llegan desde España, nuestro caso de estudio;



Y aquí en América Latina;

Ayer Miércoles a media tarde;

-Brasil 26.113
-Perú 11.475
-Chile 8.273
-Ecuador 7.858
-México 5.399
-Panamá 3.574
-República Dominicana 3.614
-Colombia 2.979
-Argentina 2.443
-Puerto Rico 974
-Cuba 814
-Costa Rica 618
-Uruguay 492
-Honduras 419
-Bolivia 397
-Venezuela 197
-Guatemala 180
-Paraguay 161
-El Salvador 159
-Aruba 92
-Jamaica 105
-Haití-41
-Nicaragua-9

Hoy Jueves a media tarde;

-Brasil 29.165
-Perú 11.475
-Chile 8.807
-Ecuador 8.225
-México 5.847
-República Dominicana 3.755
-Panamá 3.751
-Colombia 3.105
-Argentina 2.571
-Puerto Rico 1.043
-Cuba 862
-Costa Rica 626
-Uruguay 493
-Bolivia 441
-Honduras 426
-Venezuela 197
-Guatemala 196
-Paraguay 174
-El Salvador 164
-Jamaica 125
-Aruba 93
-Haití-41
-Nicaragua-9

Y me voy despidiendo con un enorme texto en cuanto a su calidad de Rafael Narbona que viene a darle vida al gran Albert Camus, un visionario, además de un Gnóstico encubierto.
Éste gran pensador, escorpiano como quien escribe aquí, se fué de éste mundo 3 años antes de que yo, viniera a él;



-¿Qué nos enseñó La peste, de Albert Camus?
Que las peores epidemias no son biológicas, sino morales.

En las situaciones de crisis, sale a luz lo peor de la sociedad:
insolidaridad, egoísmo, inmadurez, irracionalidad.
Pero también emerge lo mejor.
Siempre hay justos que sacrifican su bienestar para cuidar a los demás.

Publicada en 1947, *La peste* intenta ser una respuesta al dolor desatado por la Segunda Guerra Mundial.
Ambientada en Orán, narra los estragos de una epidemia que causa centenares de muertes a diario.
La propagación imparable de la enfermedad empujará a las autoridades a imponer un severo aislamiento.
Todo comienza un dieciséis de abril.

En esas fechas, Orán es una ciudad con una vida frenética.
Casi nadie repara en las existencias ajenas.
Sus habitantes carecen de sentido de la comunidad.
No son ciudadanos, sino individuos que escatiman horas al sueño para acumular bienes.
La prosperidad material siempre parece una meta más razonable que la búsqueda de la excelencia moral.

El Covid-19 o coronavirus ha impulsado a muchos lectores a releer o a leer por vez primera La peste, buscando recursos para afrontar el largo exilio en casa impuesto por las autoridades sanitarias.
La enfermedad siempre está ahí, pero pensamos que solo le concierne a los otros.
Ahora es asunto de todos.

Nuestra campana de cristal se ha agrietado.
No somos invulnerables.

Oriundo de la Argelia francesa, Camus describe en La peste su tiempo y su tierra natal, pero su novela trasciende su marco temporal y geográfico, adquiriendo el rango de metáfora universal.
Sus reflexiones resultan particularmente esclarecedoras en estos días.
Camus señala que la irrupción de una epidemia letal nos hace meditar sobre el tiempo.
Normalmente, no percibimos su espesor, el abanico de posibilidades que contiene cada minuto.

Solo hay una forma de comprender su carga fructífera:
*sentirlo en toda su lentitud*.
Esa experiencia se hará asequible para todos con la peste, pero la incertidumbre y el miedo transformarán la lentitud en parálisis, estancamiento.
El tiempo no se adapta a nosotros.
Somos nosotros los que debemos aprender a experimentarlo en toda su plenitud.

El tiempo es el barro del que estamos hechos.
No podemos permitir que pase de balde, sin producir frutos.
No es posible volver atrás.
El tiempo perdido es irrecuperable.

La expectativa de la enfermedad y la muerte nos coloca ante las preguntas fundamentales que solemos evitar o postergar.
Camus piensa que no existe Dios, que la fe es una expresión de impotencia, pero opina que el escepticismo no nos has hecho más libres.
Solo nos ha dejado más desamparados.
La capacidad de sacrificio del doctor Rieux, protagonista de La peste, pone de manifiesto que atribuimos una importancia excesiva a nuestro yo.

La grandeza del ser humano reside en su capacidad de amar, no en su ambición personal.
No hay nada hermoso en el dolor, pero indudablemente nos abre los ojos y nos obliga a pensar.
Rieux no se acostumbra a ver morir a sus pacientes.
Piensa que la respiración de un moribundo es una objeción irrebatible contra la supuesta bondad de la vida.
La vida es absurda, ilógica.

La inteligencia del hombre solo le hace más desgraciado, pues le muestra que el universo está gobernado por el azar.
Camus admite que sin la perspectiva de lo sobrenatural, todas las victorias del hombre son provisionales.
La victoria definitiva y total corresponde a la muerte.
Para Rieux, la existencia solo es *una interminable derrota*.

Su filosofía se reduce a eso.
No es mucho, pero es una convicción vigorosamente respaldada por la miseria física y moral que aflige =en mayor o menor grado= a la humanidad.
Camus piensa que el mal y la indiferencia son más abundantes que las buenas acciones.
El hombre no es malo por naturaleza, pero su conocimiento de las cosas es deficiente.
Sus actos más nefandos proceden de la ignorancia.
Es la tesis del intelectualismo socrático, que Camus ratifica con una frase feliz:

*no hay verdadera bondad ni verdadero amor sin toda la clarividencia posible*.

¿Qué es lo ético en mitad de una epidemia?
Luchar con *honestidad*.
Luchar por el hombre, a pesar de todas sus imperfecciones.
En esa batalla, el fanatismo ideológico solo estorba.
Hay que mirar más allá, pensando solo en lo humano.

¿Cómo se recordará la peste cuando pase?
¿Tal vez como una hoguera cruenta e interminable?
No, más bien como *un ininterrumpido pisoteo que aplasta todo a su paso*.

El ser humano evocará esos días con temblor, recordando la fragilidad de la vida.
La peste produce horror, pero también tedio.
Después de los sentimientos iniciales de terror o coraje, de indignidad o heroísmo, se extiende una emoción unánime de monotonía.

*Al grande y furioso impulso de las primeras semanas había sucedido un decaimiento que hubiera sido erróneo tomar por resignación, pero que no dejaba de ser una especie de consentimiento provisional*.

La sensación de fatalidad, de estar en manos de una calamidad sin término, embota la sensibilidad.
Lo humano retrocede, el espíritu se adormece, lo biológico usurpa el lugar de lo racional.
La monotonía se apodera de todo, aplanando los afectos y la capacidad de razonar:

*La ciudad estaba llena de dormidos despiertos que no escapaban realmente a su suerte sino esas pocas veces en que, por la noche, su herida, aparentemente cerrada, se abría*.

La peste acaba aniquilando los valores.
La humanidad se desliza hacia el nivel de conciencia de una res en el matadero, que intuye su final sin reaccionar.
Las epidemias matan el cuerpo y el alma.
El coronavirus nos está recordando la importancia del contacto físico.
El ser humano necesita tocar a sus semejantes, sentir su cercanía.

*Los hombres no se pueden pasar sin los hombres*, escribe Camus.
Curiosamente, esa necesidad a veces solo se hace visible cuando se propaga una catástrofe.

*El único medio de hacer que las gentes estén unas con otras es mandarles la peste*.

En Occidente, la crisis de la familia ha provocado que cada vez haya más personas aisladas.
En los grandes espacios urbanos, los individuos se recluyen en apartamentos minúsculos y apenas se saludan en las zonas comunes.
Las ciudades crecen al mismo ritmo que la soledad.
Para Camus, el sufrimiento de los niños es particularmente insoportable.

Cuando el doctor Rieux y su amigo Tarrou acompañan a un niño en su agonía, su tolerancia a la frustración se desborda, transformándose en airada protesta:

*Ya habían visto morir a otros niños puesto que los horrores de aquellos meses no se habían detenido ante nada, pero no habían seguido nunca sus sufrimientos minuto tras minuto como estaba haciendo desde el amanecer.
Y, sin duda, el dolor infligido a aquel inocente nunca había dejado de parecerles lo que en realidad era:
un escándalo*.

El Padre Paneloux se muestra comprensivo:

*Esto subleva porque sobrepasa nuestra medida.
Pero es posible que debamos amar lo que no podemos comprender*.

El doctor Rieux no acepta este razonamiento:

*Yo tengo otra idea del amor, y estoy dispuesto a negarme hasta la muerte a amar esta creación donde los niños son torturados*.

Admite que no conoce la gracia divina y cuando el sacerdote le dice que lucha por el hombre, replica que solo pelea por la salud.
Al igual que Dostoievski, Camus opina que *no hay nada sobre la tierra más importante que el sufrimiento de un niño y una eternidad de dicha no puede compensar ese dolor*.

El padre Paneloux objeta que *el sufrimiento de los niños es nuestro pan amargo, pero sin ese pan nuestras almas perecerían de hambre espiritual*.

Tarrou apunta que el dolor de los inocentes nos plantea un reto:
la posibilidad de alcanzar la santidad.
Amando, acompañando, cuidando, sacrificando nuestro bienestar para que otros vivan.
Rieux contesta que no le interesa ser santo, ni héroe.
Solo quiere ser hombre y ser solidario con los vencidos.
Por la peste o por la historia.

La peste avanza y ya nadie se atreve a hablar de Dios.
Perdura una esperanza tibia e insuficiente que solo es obstinación de vivir.
Camus concluye que *todo lo que el hombre puede ganar al juego de la peste y de la vida es el conocimiento y el recuerdo*.

Sin embargo, no se puede vivir solo de lo que se sabe y se recuerda.

Si no esperamos nada, si percibimos la muerte como un límite insuperable, existir se convierte en una fatigosa carrera hacia la nada.
Todos somos Sísifo, subiendo una penosa pendiente para despeñarnos por el vacío.
Solo puede aliviarnos la ternura, el afecto que surge entre los humanos, tristes criaturas que han aprendido a contar las horas, sabiendo que cada minuto es un paso hacia el abismo.

Todos los hombres son hermanos en el sufrimiento, en una desdicha que no se puede aplacar.
Camus, humanista sin un ápice de cinismo, no condena a sus semejantes:

*hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio*.

Los espíritus verdaderamente grandes nos sitúan en el umbral de los interrogantes.
No nos dan respuestas.
Nos incitan a que =desde nuestra soledad= pensemos y recorramos nuestro propio camino.

Camus nos cede la palabra, invitándonos al recogimiento.
El que no sabe estar solo desconoce lo que es la verdadera libertad.
Debemos buscar al otro por anhelo de fraternidad, no para huir de nuestros miedos.
No hay que lamentar el aislamiento impuesto por las autoridades.

Es una buena oportunidad para explorar nuestra intimidad y buscar un sentido a la vida.

A no aflojar.
Gran abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-eldestapeweb
-eldestapeweb2
-cronista
-pagina12
-pagina12B
-elcultural
-rtve

domingo, 12 de abril de 2020

* Apestados; Coronavirus-61 *

***Gran Domingo de Pascua para todxs.

Pascua..., desde que tengo uso de razón ésta debe ser la Pascua más útil para la reflexión dado el *stop* de la maquinaria comercial y el gran circo religioso con procesiones y demás ritos.
Es curioso también ver que ciertos líderes mundiales que se confiesan como *creyentes*, tanto evangelistas como católicos son quienes han optado por la economía antes que la vida y la salud...

Uno no quiere exagerar ni hacer comparaciones odiosas pero yo me pregunto..si quienes han priorizado la economía aún sabiendo y reconociendo de que los viejos iban a morir o bueno...que *es la ley de la vida*..léase BolsoRaro, Trump, Boris Johnson y alguno más que se me escapa, no son realmente genocidas..., porque bien puede matar un gobernante con armas de fuego, bombardeos, persecuciones, invasiones, políticas económicas, pero ...dejar morir a un colectivo o determinada franja etaria acaso ¿qué es?...

Yo no tengo dudas de que si le hubiera tocado a Cristo estar en semejante escenario qué habría hecho...curar enfermos o echar a los mercaderes del templo...
No hay que pensarlo demasiado..¿no?..

Pero bueno...ahí vamos...experimentando un tiempo muy especial, plagado de miserias y sinrazones pero también matizado con solidaridad, buenos sentimientos y acciones, lo cual hace de éste mundo una especie de coctelera donde se han puesto diversos ingredientes que las manos invisibles se encargan de sacudir para que el resultado sea esa combinación que la ponchera resuelve con el agite y el shake.

Manos invisibles que no son tan invisibles y que más que manos son cerebros que planifican la ingeiería social para que la manada =lo quiera o no= sea afín a sus intereses.
Buena tarde para la reflexión.

Tal como dice Oscar Campana;

-La lógica individualista del *sálvese quien pueda* llegó a las naciones, como la cruel victoria cultural del capitalismo salvaje y concentrado.
John Maynard Keynes, una de las principales mentes de la economía del siglo XX, en un enigmático y paradojal texto decía, hacia 1930:

*Cuando la acumulación no tenga tanta importancia social podremos librarnos de muchos de los principios pseudo-morales que hemos tenido sobre nosotros por doscientos años.
El amor al dinero como posesión será reconocido como lo que realmente es:

algo morboso y desagradable, una de esas inclinaciones semi-patológicas que se ponen en manos de especialistas en enfermedades mentales.
Que la avaricia es un vicio, que la práctica de la usura es un delito y que el amor al dinero algo detestable.
Pero ¡Cuidado!

No estamos todavía en ese momento.
Por lo menos durante unos cien años debemos fingir entre nosotros y ante todos los demás que lo justo es malo y lo malo es justo, que lo injusto es útil y lo justo no lo es. 
La avaricia, la usura y la precaución deben ser nuestros dioses por un poco más de tiempo.
En efecto, sólo ellos pueden conducirnos fuera del túnel de la necesidad económica y llevarnos a la luz del día*.

1930, 2020…
Si esta especie de auto-profecía de la crisis del capitalismo fuera cierta, ¿en qué punto del túnel estaremos?
Muchos dicen que la pandemia actual obligará a repensar el mundo…
¿Ocurrirá?

Muy buena pregunta.
Muy buen relato de situación también;



Un profundo sentimiento de desazón y miedo impregna al mundo.
Los días se suceden mientras la cuarentena congela a los ciudadanos de a pie en un espacio sin tiempo.
Los muertos e infectados se acumulan a un ritmo exponencial mientras el virus se agazapa en los rincones mas ignotos para atacar en el momento menos esperado. Distintos países ocupan fugazmente el epicentro de la pandemia pero ninguno ha podido terminar con ella y las incógnitas se multiplican a diario.
Una niebla cada vez más espesa recubre el derrotero de este episodio sin tiempo ni final cantado.

Proliferan las voces que repiten al unísono un mantra salvador:
cuando esto termine, el mundo será diferente.
Esta es una expresión de deseos impregnada por el tufo de la derrota de un orden social que no garantiza la vida de sus habitantes.
Nadie puede predecir lo que vendrá después de la Covid-19.
Sin embargo, una realidad se impone a diario:
la cuarentena y la subsiguiente paralización económica mundial destripan la fragilidad y vulnerabilidad de un orden establecido que no respeta el contrato social intrínseco a toda sociedad.

Este sistema ha maximizado ganancias de corto plazo a costa de revolcar impunemente a millones de personas en la miseria contaminando de paso el clima y el hábitat y amenazando la supervivencia del propio planeta.
Esta acumulación inmensa de poder parece derrumbarse, sin embargo, ante el galope desmadrado de un virus que expone la falta de recursos materiales imprescindibles para proteger la salud y la vida humana.
Esta contradicción descarna la crisis de este orden social global y abre las puertas a un cambio cuya textura, ritmo y destino final se desconocen.

Desde los orígenes del tiempo la humanidad ha luchado contra las fuerzas de la naturaleza para sobrevivir.
Esta pelea desigual no ocurrió en soledad.
La necesidad de reproducirse y de subsistir en un medio hostil llevó a los seres humanos a agruparse constituyendo los primeros núcleos de vida social basados en formas incipientes de división del trabajo y de autoridad.

Esta organización social primitiva fue mutando en complejos sistemas sociales organizados en torno a un determinado modo de producción y a especificas formas de dominación que, mas allá de sus diferencias, han dependido de la vigencia de un contrato social.

Sus formas, su grado de explicitación y el modo en que ha impregnado a la sociedad han variado en las distintas culturas y a lo largo del tiempo.
Sin embargo, su esencia ha permanecido inalterable.
Cuando la vida de los ciudadanos no puede ser garantizada por el orden social establecido, sobreviene la crisis.
El resultado es siempre abierto.

Desintegración y cambio

Se olfatea el cambio y al mismo tiempo se vive la desintegración social.
El pasado muere, pero el futuro aún no ha sido parido.
En estos tiempos de pánico y confusión algunas voces del pasado se apresuran a marcar el territorio del futuro, tanto en los países mas desarrollados como en la periferia. 

Las reacciones tienden a ser idénticas, aunque capas de verborragia y confusión las diferencien.
Por otra parte, mientras las élites formadoras de opinión se apresuran a imponer categorías que tienden a ocultar el sentido último de lo que acontece, los sectores económicos más poderosos detonan acciones, muchas veces silenciosas y oscuras, que buscan controlar los cambios para acrecentar su poder.

Mientras tanto, los que son más y tienen menos se desesperan para enfrentar una situación que los hunde todavía mas en la miseria y los atornilla en la primera trinchera que será arrasada por el virus.

Planificación de la vida social

Por estos días el ex secretario de Estado Henry Kissinger salió del ocaso de su vida para expresar su preocupación ante la magnitud de los desafíos mundiales del presente, al que definió como un verdadero cambio de época.
Apelando a la dirigencia, instó a recordar que *las naciones se cohesionan y florecen cuando creen en la capacidad de sus instituciones para prevenir las calamidades, detener su impacto y restablecer el equilibrio*.

Los estragos causados por la pandemia y la incapacidad para contenerla han socavado la confianza de la población en las instituciones.
Esto configura, según Kissinger, una situación extremadamente peligrosa.
De ahí la necesidad imperiosa de planificar el futuro al mismo tiempo que se combate la pandemia.
Si esto no ocurre el mundo que viene será un mundo en llamas.

El Financial Times, uno de los principales voceros de las finanzas internacionales y del pensamiento neoliberal, ha reconocido que la pandemia ha expuesto la enorme fragilidad y vulnerabilidad de una organización social, que es el resultado de cuatro décadas de políticas publicas que será necesario revertir.
En el futuro *los gobiernos tendrán que aceptar un rol más activo en la economía.

Deberán percibir a los servicios públicos como una inversión en lugar de un pasivo, deberán buscar formas de hacer menos inseguro al mercado de trabajo.
La redistribución volverá a estar en la agenda… y el salario universal básico y los impuestos a la riqueza deberán ser incorporados a la misma pues para demandar el sacrificio colectivo hay que ofrecer un contrato social que beneficie a todos*.

Así, para el FT el camino hacia un futuro distinto pasa por un aggiornamento del keynesianismo para legitimar al orden social.

Esta apelación no se da, sin embargo, en el vacío.
Constituye la música de fondo en un escenario signado por una batalla entre diversos actores sociales con intereses divergentes que pujan por obtener ventajas económicas y políticas de todo tipo.
En esta pelea, que viene de lejos, el Estado ha intervenido constantemente en la economía a través de diversas políticas especificas.

Ahora, en plena crisis, algunas de las instituciones cumplen un rol crucial.
Entre ellas se destaca, como vimos en la ultima nota, la intervención rápida y profunda de la Reserva Federal en el mercado financiero apropiando y distribuyendo recursos para salvar a algunos en detrimento de otros.

Este revoltijo oculta otro hecho de singular importancia:
algunos grandes intereses económicos han quedado resguardados de la crisis y parecen prosperar con la pandemia.
En particular, las grandes corporaciones que dominan la alta tecnología y la producción de medicamentos y vacunas aprovechan la pandemia para afianzar su poder económico y político al amparo de un Estado en las sombras cada vez mas poderoso que hace del espionaje el centro de su accionar.

La necesidad de contener a la pandemia vuelve aceptable socialmente un uso cada vez más abierto, profundo, y diversificado del seguimiento y la observación de la vida intima de los ciudadanos de a pie.

Así, mientras la pandemia y la cuarentena resultante han paralizado a la producción imponiendo un resquebrajamiento de las cadenas de valor global, también ha abierto una ancha avenida por la que transitan otros grandes intereses económicos que configuran un capitalismo de espionaje.
Este encuentra ahora una vía para legitimar su poder en la sociedad.
Nada, sin embargo, es definitivo.
Todo dependerá de la fuerza relativa de los distintos sectores en pugna, y de su capacidad para imponer sus intereses sobre el conjunto de la sociedad.

La pandemia obliga a las economías a utilizar parte de sus recursos para proteger la salud de su población y asegurar la alimentación de vastos sectores golpeados por la crisis.
Esto aumenta la dificultad que tienen para el pago de los intereses de su deuda en dólares.
Reflejando esta realidad cada vez más complicada, la apreciación del dólar ha incentivado una salida de capitales desde esta economía que es tres veces superior a la registrada durante el mismo periodo correspondiente a la crisis financiera de 2008.

Todo indica entonces que el posible default de la deuda en dólares de las economías emergentes constituye a corto plazo un importante factor de riesgo para la estabilidad del sistema financiero internacional.

Pandemia y desestabilización política

La cuarentena y la consiguiente paralización de la producción global ha asestado en los países más desarrollados un golpe brutal a los sectores más vulnerables de la sociedad y a las pequeñas y medianas empresas, principales proveedoras de empleo.
Los gobiernos han articulado medidas de apoyo financiero que implican un enorme aumento del gasto fiscal. 
Estas medidas, sin embargo, solo cubren un corto lapso.
Su objetivo es impedir la ruptura de la cadena de pagos pues esto tendría enorme impacto sobre las deudas contraídas, el desempleo y el hambre de los sectores mas vulnerables y podría dar lugar al estallido de la protesta social.

La pandemia acelera el estallido de conflictos inevitables, pero por primera vez en mucho tiempo la índole de la crisis abre la oportunidad de una transformación social a condición de avanzar en la dirección correcta y con la participación ciudadana en el control de la gestión.

¿Genocidio? me planteaba al principio de éste post..
Ecuador es un teatro de operaciones que bien podría justificar mi pregunta;



-Hoy no escribo un texto.
Lo de hoy es un grito desesperado.
En Ecuador nos están dejando morir.

No es una sensación, es una realidad.
Hace tiempo que lo vienen preparando y esta pandemia se los sirvió en bandeja.
No alcanzó con la traición bien planificada de Lenin Moreno, ni con el esfuerzo denonado por menospreciar lo hecho por Correa.
Era necesario un castigo ejemplar.

Decirle a este pueblo de indios que Atahualpa ya había muerto, que a los dirigentes indígenas ya los habían comprado, que ellos habían vuelto para normalizar la patria.
Hoy no es que se les fue de la mano a pesar del esfuerzo.
Hoy es el resultado del esfuerzo hecho para castigar.
El resultado del odio, de la inoperancia, de la traición.

La cuarentena sin paliativos, sin contención, sin el estado presente es simplemente aislar para matar de a uno y sin capacidad de resistencia.
La desinformación coadyuva a la parálisis que también aisla.
En las ciudades donde las autoridades mantuvieron el tejido social, la idea de pueblo, el sentido solidario están sobreviviendo.

En donde culturalmente prima el sentido comunitario en torno a la tierra y su producción es donde menos efectividad tiene esta máquina de muerte.
Los muertos en la calle es la manera obscena de mostrar el castigo.

Las dictaduras militares dejan los ejecutados en la calles como escarmiento y forma de sembrar el terror.
Aqui está bien mostrado el sadismo de dejarlos librados a su suerte.
No aparecen en el Guayaquil coqueto, el del modelo exitoso.
Aparecen donde se vive apiñado, sin servicios o precarios, con un calor sofocante, donde la muerte se pasea con naturalidad y no hay recursos para pagar 1000 dólares el servicio funerario.

Es tal la desidia y el volumen de cadáveres acumulados que ya van apareciendo adentro de camiones de transportes de alimento conducidos hacia otros lugares de la provincia o del país.
Esto no es exageración , ni son las hordas correístas bombardeando con falsa información.

Es la triste consecuencia de un estado ausente, mentiroso, corrupto hasta la médula y dispuesto a no permitir que el fastidio ciudadano madure en organización..
Se nos piden datos numéricos que nada dicen ni representan, pues todos son datos mentirosos.

Los médicos amenazados con que si divulgan datos son echados.
A los cadáveres no se les realiza autopsia.
Lo que sí podemos contar son historias.
Amparito Salinas, encontrada en su casa sin alimento y sin vida.
Rosa Escobar, que habiéndose acabado el oxígeno que tenía salió a la vereda y con gritos desesperados murió frente a la mirada impotente de sus vecinos.

La familia de los Barriga a quienes encontraron toditos abrazados en la única cama de su habitación, y también los hermanitos Castro, a quienes alguien llevó ante la puerta del hospital y los dejó sentados en una silla hasta que sus cuerpos inertes llamaron la atención de algún enfermero.
Estas son historias concretas de gente concreta que se cuentan por cada barrio pobre de Guayaquil.
La vida no vale nada, como canta Blades.

A los médicos de la salud pública les está prohibido hacer reanimaciones, cuando llega la neumonía se abandona al paciente y el oxígeno cuando se acaba no se repone. Pero mientras tanto se paga al FMI 320 millones de dólares.
Esa es la prioridad.

A nadie extraña que la ministra de gobierno no tenga respuestas o mienta.
Es vieja conocida.
Comandó la represión en las protestas de octubre.
¿Qué significa para ella una persona más o menos?
En Baños quiso meter calladita a cinco policías presuntamente contagiados a pasar la cuarentena en la escuela de policía.

Enterado el alcalde le negó el permiso.
La respuesta fue dejar a Baños sin policía y en consecuencia sin seguridad.
Un vecino de Guayaquil luego de perder su segundo familiar gravó un video quejándose en duros términos de las autoridades y hoy está preso.

Buscan distraer y de paso demonizar a Correa y en un lawfare versión bananera lo condenaron a 8 años de prisión y 25 de inhabilitación por corrupto, mientras ellos hacen negocios con la compra de mascarillas o separan parte de las ayudas internacionales para sus propias campañas.
Así se maneja este gobierno.
Ecuador está agonizando.
Ayúdennos a que viva.

Tremendo..
Como tremendo es saber de muchas personas que se alegran con lo que nos pasa a todos...son los mismos de siempre, los que desean cosas terribles creyendo que esas cosas sólo les pasarán a los otros...y que deben ocurrir para que seamos mejores...o que aprendamos a través del dolor extremo.

Vaya para ellos éste artículo que relata el Periodista panameño Rolando Aponte;



-Tener que recibir una inyección en el estómago cada vez que necesitas un medicamento, que te puyen con una aguja en la arteria para medir el nivel de oxígeno en tu sangre, que se agoten las venas de tu mano de tanto canalizarte y que sea necesario buscar otros sitios para introducir la venoclisis.
Todo esto es parte de lo que significa tener COVID-19.

Hay aproximadamente 3,000 casos confirmados en Panamá.
Rolando Aponte, periodista de TVN Noticias es mucho más que solo una cifra.
Luego de ser diagnosticado positivo por COVID-19, envió este sábado 11 de abril un mensaje para todos los panameños, especialmente para aquellos que escogen desafiar la cuarentena y salir de sus casas.

*Si supieran lo que es esto, créanme que se quedarían en casa*, afirmó Aponte, la voz entrecortada, una descuidada barba blanquecina cubriendo su rostro.
Relató su experiencia, desde el momento en que le introdujeron un gigantesco hisopo por las fosas nasales, raspando en lo más hondo en busca del virus, hasta su llegada al hospital.
En el hospital, le canalizaron el brazo derecho unas cinco veces.
Cuando ya no dio más, empezaron a introducirle agujas por el izquierdo.
Cuando ya las venas del izquierdo se agotaron, lo canalizaron por el antebrazo y la muñeca.

*Si eso a ustedes no les molesta, les tengo otra noticia.
Cuando te dan tus medicamentos, te ponen una inyección en la barriga.
¡Duele y arde!*, exclamó.

Contó que el coronavirus golpea el sistema respiratorio, por lo que el cuerpo no recibe oxígeno suficiente.
Es por esto que muchas personas se desmayan, por falta de aire.
Para verificar el oxígeno en la sangre, los doctores deben introducir una aguja directamente a la arteria, en la muñeca.

*Señores, duele.
Eso duele.
Si no les importa y quieren pasar por todo esto, sigan en la calle*, añadió Aponte.

*Yo puedo entender que hay personas que están pasándola muy mal, que no tienen nada en la casa.
Creánme que me solidarizo con ellos.
Yo sé lo que es pasar hambre.
Pero piénselo señores.
Pongan su fe en Dios.
Se les quiere, por favor cuídense, quédense en casa*, concluyó.

Aponte permanece en el Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social.
La evolución de la enfermedad ha sido positiva y muestra síntomas de recuperación.
Su familia, amigos, excompañeros del Instituto Comercial Panamá, colegas y muchas otras personas más han expresado mensajes de solidaridad y esperan su
completa recuperación y retorno al ejercicio profesional.

Y finalmente en ésta jornada de reflexión quiero compartir apenas un extracto de una larga nota que todos ustedes deberían leer.



-Llamativamente los casos de supuestas o pretendidas conspiraciones que más difusión tienen en Internet actualmente, lugar privilegiado de los conspiranoicos, tienen como actor a uno o varios Estados o a un conjunto de individuos que ocupan los lugares más altos de la escala social, económica y política y conspiran para la dominación mundial de la toda Humanidad y parte del extranjero.

No voy a perder ni un minuto en responder a las *teorías* sobre el 11-S, la de la dominación mundial por una élite vinculada con los extraterrestres o con las lagartijas, los Illuminati o cualquiera otra bufonada, propia de idiotas conectados en vena a Internet las 24 horas del día los 365 días del año, pastoreados por gente sin escrúpulos que busca dinero y notoriedad.

Si estos majaderos tuvieran una vida social normal se dedicarían a cosas más productivas que buscar emociones intensas en desenmascarar absurdas conspiraciones mundiales que descubren, ¡oh casualidad de casualidades!, en Google, en Facebook o en Youtube.
Para ser tan oscuras esas conspiraciones bien que las encuentran en lugares de afluencia online masivas.
Son más gilipollas que los acumuladores de papel higiénico, más preocupados por sus culos que por su salud física o mental.

Pero sí que me interesa la porquería virtual sobre el coronavirus que estos días se difunde sobre conspiraciones chinas o norteamericanas.

Cualquier persona que utilice su cerebro al menos 10 minutos al día y posea algo más de una neurona, entenderá que si hay una teoría que afirma que a los chinos se les escapó el COVID-Q9 de un laboratorio en el que lo habían fabricado, y ello contaminó al resto del mundo, y si hay otra que acusa a Estados Unidos de haber provocado la pandemia para hundir a China, es que hay intereses de Estado detrás de ambas teorías.

Solo un breve inciso para preguntar a todos esos ociosos dedicados a la teoría general de la conspiración como base de sus pobres vidas cómo es posible que las dos superpotencias más grandes del mundo hayan fabricado dos conspiraciones para un mismo virus y ambas hayan descubierto que fue el otro el que lo fabricó y, aún más, como es posible que hayan llegado a ser superpotencias y dominar el mundo, teniendo a gente tan poco inteligente para salvaguardar sus secretos.

Los esbirros que propagan el bulo conspiracionista por un salario sirven conscientemente al poder de ambos imperialismos.
Condenar moralmente a quien es amoral por definición es absurdo, lo mismo que a la ultraderecha dedicada a la propagación del odio por los bulos que cada día crea y elabora contra las políticas de confinamiento y protección de la población, a fin de defender los intereses del capital.
La única respuesta que cabe frente a esa gentuza de estercolero es desenmascararla y acabar con ella.

Pero el idiota, el ignorante, el que carece de sentido crítico, el que difunde el conspiracionismo porque otros muchos lo han hecho antes, el que actúa frente a la realidad de forma autoreferencial, seleccionando solo los datos que confirman lo que previamente está empeñado en sostener, el que hace oídos sordos a los argumentos racionales, es el bobo útil.

Conspira no solo contra los intereses colectivos de las clases subalternas sino contra los suyos propios.
Es el correo de intereses de un capitalismo mundial, al que sirve como conspiratonto, que hará pagar, cuando pase la pandemia del coronavirus, a la clase trabajadora la caída de su tasa de ganancia en forma de recortes sociales mucho mayores de los hasta ahora conocidos, pobreza, paro y austeridad.
Su papel como difusor de teorías interesadas de la conspiración en torno al coronavirus sirve para distraer a las futuras víctimas de ese negro futuro que se nos viene encima.

Quien elige a uno de los imperialismos =sea el yankee, el chino, el ruso, el alemán o cualesquiera otro= como el bueno y al otro como el malo, siendo todos ellos partes del mismo capitalismo mundial, es una sabandija despreciable, sea de modo consciente o inconsciente, como esos idiotas que reenvían cualquier bulo, sin pensar en las consecuencias de sus propios actos.

Al fenómeno de la pandemia del coronavirus se han adosado otros dos epifenómenos como los parásitos que se fijan a la piel de un animal y sobre los que merece la pena que nos detengamos, por mucho que no hayan adquirido la notoriedad del discurso conspiracionista o conspiranoico pero que previsiblemente irán en aumento en los próximos tiempos.

Uno de ellos, estaba ya entre nosotros.
El otro ha acabado por emerger siguiendo la lógica de un discurso en sí mismo patológico.
Me refiero al brote de ecofascismo, que sigue una línea de discurso previo que lleva hasta sus últimas consecuencias, y a las supersticiones, esoterismos y pseudociencias que ahora proliferan con más auge en Internet, movidas por el negocio de gente sin escrúpulos y seguidas y difundidas por ignorantes.
En el caso del ecofascismo del que ahora empiezan a hacerse eco algunos medios de comunicación que antes daban alas a su desarrollo ideológico es necesario explicar de qué hablamos.

El ecofacismo actual, ligado a la crisis del coronavirus, poco tiene que ver con los neofascistas que pueblan Europa y gran parte del mundo, por mucho que ellos actúen con el oportunismo que les es propio, fomentándolo a través de ideas como la conexión patria-naturaleza-paisaje, del mismo modo que Edelweiss, por una pirueta histórica paso de ser un símbolo de la resistencia pasiva frente al nazismo, a ser la flor de éste, al evocar el clima agreste y las montañas en las que nace, tan queridas por esta ideología.
Viene de la mentalidad reaccionaria de algunas corrientes ecologistas y del totalitarismo que irradia el veganismo mayoritario.

Imágenes que estos días de confinamiento nos mostraban vídeos y fotografías de jabalíes hozando en la basura de los extrarradios de una ciudad, delfines saltando alegremente en aguas de las que habían desaparecido hacía años, descensos meteóricos del CO2 en grandes ciudades, cuyo aire era antes irrespirable, ríos muertos cuyas aguas ahora cristalinas volvían a estar llenas de peces,…

Imágenes idílicas que nos mostraban al coronavirus como el gran salvador de Gaia, como la oportunidad para la regeneración del Planeta mientras los seres humanos permanecían confinados en casa, conectados a un tubo de respiración en las UCIs del mundo, hacinados en las morgues de las ciudades.

No, el virus no era el asesino sino el ser humano el que destruía el Planeta.
Según tan aberrante idea, la Tierra se estaría *purgando* de la maldad destructiva del ser humano, salvándose al eliminar a buena parte de la humanidad.
Puro ultramaltusianismo nazi, no muy alejado de las aberraciones de ese grupo de zumbados de origen estadounidense =de donde provienen la mayoría de los grupos de tarados del mundo= que se hace llamar Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria y que propugna que el ser humano deje de reproducirse.
Claro, mejor adoptar gatitos y perritos, dónde va a parar.

Ese relato, aparentemente naif, que había sido antes alimentado por los medios del sistema en su *bienintencionada* intención de dar buenas noticias en medio del caos, el miedo y la muerte, tenía sus precedentes.

Recordemos como tan solo un mes antes de que estallara el coronavirus los veganos aún llamaban asesinos a los omnívoros por comer carne, los antitaurinos brindaban por la cogida del torero, deseando su muerte, o las corrientes más acríticas del ecologismo echaban sobre las espaldas individuales a partes iguales culpa y responsabilidad de destruir o salvar el Planeta, mientras esquivaban la condena al capitalismo como sistema de explotación del ser humano, de empobrecimiento de gran parte del mundo y de esquilmación de la naturaleza y de los recursos naturales.

Y es que, genios de la responsabilidad individual en la lucha contra el cambio climático, el capitalismo al que evitáis criticar carece de sentido social o de sensibilidad medioambiental.
Para él, el ridículo e hipócrita término de *sostenibilidad* solo se refiere a la de la tasa de ganancia y a la rentabilidad de la actividad económica.
Y lo demás, como siempre, mera propaganda.

En las redes sociales el algoritmo selecciona y segmenta las opiniones y preferencias, que no siempre son previas sino que pueden partir de contenidos compartidos sin ser consciente de su significado pero que van creando una comunidad de pensamiento en el que se va formando la opinión de grupo.

La responsabilidad del individuo debiera estar en tener criterio propio para discernir lo cierto de la basura, pero lo cierto es que en los tiempos actuales en los que se produce una sobresaturación de información, una sobreexposición a la misma y una velocidad de bombardeo de los contenidos, la capacidad de reflexión es mínima en la mayoría de los individuos que, en muchos casos, tienen una baja comprensión del significado de lo que leen, escuchan o ven, frecuentemente de forma descontextualizada y sin capacidad de reflexión.

Compartir o no contenidos se convierte en un acto de impulso, frecuentemente limitándose la motivación de hacerlo por el título de la *noticia* o quien sea el emisor.
Uno no siempre nace fascista, como no siempre nace imbécil.
Acabar siendo un fascista, o un memo que le da al botón de compartir sin saber lo que hace, es un proceso.

Cuando el desánimo es la tónica general, la razón parece batirse en retirada, la esperanza en la ciencia se tambalea y emergen de nuevo las sombras de las supersticiones, los charlatanes de números 806, los esoterismos más estrambóticos, los desaprensivos de las sanaciones espirituales, propagandistas de las pseudociencias y pseudoterapeutas, tarotistas, etc.

En estos días, diferentes instituciones y sociedades médicas se han visto obligadas a exigir, una vez más, al Gobierno español que ponga coto a los desmanes de pseudociencias y homeópatas por la gravedad para la vida humana del engaño con el que tratan de convencer a los sectores más crédulos de la sociedad de que su chamanismo de ocasión puede enfrentar al coronavirus.

Estos mercaderes del miedo, la ignorancia y la reacción llevan mucho tiempo vendiendo su mercadería del engaño pero, en medio de la pandemia del coronavirus, pueden añadir más letalidad con su homeopatía de agua con azúcar para desesperados y necios y el timo de la falsa esperanza en el resto de pseudociencias y demás inmundicia espiritualista.

Nuestra recopilación diria y actualización de datos.



España a ésta hora;



América Latina;

Ayer Sábado a media tarde;

-Brasil 20.022
-Ecuador 7.257
-Chile 6.927
-Perú 5.897
-México 3.844
-Panamá 2.974
-República Dominicana 2.620
-Colombia 2.473
-Argentina 1.975
-Puerto Rico 788
-Cuba 620
-Costa Rica 558
-Uruguay 494
-Honduras 392
-Bolivia 275
-Venezuela 175
-Paraguay 133
-Guatemala 126
-El Salvador 118
-Aruba 86
-Jamaica 65
-Haití-31
-Nicaragua-8

Hoy Domingo a media tarde;

-Brasil 21.065
-Ecuador 7.466
-Chile 7.213
-Perú 6.848
-México 4.219
-Panamá 3.234
-República Dominicana 2.967
-Colombia 2.709
-Argentina 2.142
-Puerto Rico 897
-Cuba 669
-Costa Rica 577
-Uruguay 501
-Honduras 393
-Bolivia 300
-Venezuela 175
-Guatemala 155
-Paraguay 134
-El Salvador 125
-Aruba 92
-Jamaica 69
-Haití-33
-Nicaragua-9

A no aflojar.
Gran abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-elortiba
-dejamelopensar
-tvn-2
-marat-asaltarloscielos
-rtve