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domingo, 18 de agosto de 2019

* Gracias Villena *

***Muy linda noche de Domingo para todxs.

Ni bien puse mi pie virtual sobre Villena...sentí algo muy especial, algo que confirmé cuando me puse a conocer su historia.
Villena es uno de esos lugares donde siento o tengo la sensación de haber estado allí en algún momento de alguna vida pasada si es que éstas existen.

Hemos visto grandes ciudades españolas abundantes en caudal histórico que pervive en sus monumentos y edificaciones, Villena sin ser demasiado grande en tamaño ni en población ni gozar de demasiada propaganda, tiene cosas...muy especiales.



Su gran Castillo por ejemplo, siendo que hemos visto castillos y castillos, éste de Villena es también muy especial, donde quién sabe..lo tuve que defender alguna vez o lo tuve que atacar, pues yo lo que siento es que lo diseñé primero junto a otros compañeros de viaje.

Su estilo árabe habla por él cuando lo vemos y si bien ha sido averiado muchas veces y reformado o restaurado, en él el diseño está también cargado de simbolismo.
Su torre cúbica basada en el octógono con sus contrafuertes en los ángulos rectos y en el centro de sus cuatro laterales es mucho más que hermosa arquitectura.















También en las montañas que rodean a Villena me vi andando por la senda de las Tres Cruces...y al alzar la vista nada quedaba del antiguo castillo, apenas las bajas y derruídas murallas en cuyo interior no ha quedado nada más que una pendiente arbolada donde pude respirar aires de otros tiempos..

Incluso adentro de la gran Iglesia y su magnuficencia impresionante también sentí que algo de mí se quedó por allí.

Villena y sus misterios...su antiquísimo pozo de agua o fuente, lo poco que quedó en su casco histórico hoy nos presenta una ciudad moderna pero que conserva cierta estética que no me desagrada.















Su historia que proviene desde tiempos muy remotos, sus luchas de poder, su devastación y posterior re-inventarse, la guerra y las bombas destructivas, no pudieron enterrar mucho de lo que en Villena aún pervive, y habrá de ser entonces esa mística que respiré allí, no en vano tiene a un centro Templario en pie...que veremos en imágenes.

Villena es una población de gentes cultas con una tradición histórica y cultural esplendorosa, cuya aproximación a las doctrinas espíritas ha estado siempre ligada al estudio y la erudición.

Imagino que el fenómeno OVNI en Villena debe ser intenso, razón que, unida al misticismo real del lugar habrá de hacer pulular a un ejército de chantas, pero eso no anula en absoluto lo que Villena verdaderamente significa.























































































-Villena es un municipio y una ciudad de la Comunidad Valenciana-España.
Situada en el noroeste de la provincia de Alicante, limita al oeste con la Región de Murcia y Castilla-La Mancha y al norte con la provincia de Valencia.
Es cabeza de partido judicial y capital de la comarca del Alto Vinalopó.

Se sitúa a una altitud de 504 msnm y su término municipal abarca una extensión de 345,6 km2 lo que lo convierte en el 2º más grande de la provincia.
Contaba con 33.968 habitantes en 2017, siendo el 11º municipio más poblado de Alicante y el 21.º de la Comunidad Valenciana.

Se tiene constancia de poblamiento en la zona desde el Paleolítico Medio.
Sin embargo, está discutido si la ciudad actual data de época visigoda o es anterior, aunque con total seguridad existía en el siglo XI, durante la dominación musulmana. Tras la conquista cristiana, pasa a ser señorío, principado, ducado y finalmente marquesado, hasta que el pueblo, alentado por los Reyes Católicos, se rebela contra el marqués.

En 1525 Carlos V le concede el título de ciudad.
Este es el momento de mayor prosperidad económica, como muestran los monumentos que han llegado hasta la actualidad.
A partir del siglo XVI se abre un periodo de tranquilidad, solo interrumpido por las guerras en que se verá envuelta esta zona de España.

La ciudad conserva un importante conjunto histórico, compuesto por sus dos castillos y varias iglesias, ermitas, palacios y plazas, así como un importante patrimonio museístico, en el que destaca el museo arqueológico José María Soler.
Entre los principales eventos culturales se encuentran las fiestas de Moros y Cristianos, las Fiestas del Medievo, y el concurso de Jóvenes Intérpretes *Ruperto Chapí*.

El Tesoro de Villena está formado por 59 objetos de oro, plata, hierro y ámbar que totalizan un peso de casi 10 kilos y está datado alrededor del año 1000 a. C.
Se descubrió en 1963 en una rambla cercana a Villena, y se trata con mucha seguridad una ocultación, quizás de un reyezuelo del Cabezo Redondo.
El conjunto lo componen brazaletes, cuencos, frascos y otros pequeños objetos.
Los brazaletes se llevaron puestos, dado están desgastados por el uso, pero no se sabe si la vajilla fue de uso cotidiano, ritual o votivo.
Si bien su autor pudo ser local, dada su similitud con el Tesorillo del Cabezo Redondo, no hay acuerdo respecto a este punto.

Los vestigios más antiguos hallados en el término municipal de Villena se remontan al Paleolítico Medio, hace aproximadamente 50.000 años, y se encontraron en la *Cueva del Cochino*.
La continuación del proceso humano se halla en el paraje de la Huesa Tacaña, pudiéndose observar la evolución cultural en yacimientos como la cueva del Lagrimal.
De la revolución neolítica se encontraron importantes restos en la Casa de Lara, representante del poblamiento neolítico en llanura, aunque los vestigios de esta época inundan toda la comarca:
cuevas, las terrazas del Vinalopó, las orillas de la antigua laguna de Villena, etc.

Sin embargo, el neolítico tal cual fue corto y en los estratos considerados eneolíticos ya se encuentran sencillos objetos metálicos que caracterizan la llegada de la Edad del Bronce, cuyos asentamientos ya no se encuentran en llanuras sino en estratégicas alturas fácilmente defendibles.
Las cuevas que hasta entonces habían sido lugar de habitación, empezaron a reservarse para fines sepulcrales.
Entre los yacimientos destaca, por la definitiva irrupción del urbanismo, una de las principales ciudades del Mediterráneo occidental:
el Cabezo Redondo, que constituía la frontera entre la cultura argárica y el bronce valenciano.

El desarrollo alcanzado en esta etapa le ha otorgado a Villena un lugar privilegiado en este periodo de la historia, ya que a esta cultura pertenece el conjunto conocido como Tesoro de Villena.
Tras la Edad del Bronce se produjo en la zona un derrumbe poblacional cuya recuperación no tuvo lugar hasta la Edad Moderna.
No obstante, la continuidad del proceso humano está constatada por la presencia de yacimientos ibéricos, que tuvieron asentamientos en el puntal de Salinas, el Zaricejo y la sierra de la Villa.

Sin embargo, dichos asentamientos no fueron en realidad mucho mayores que una aldea.
También los celtas dejaron su huella en la necrópolis de incineración del peñón del Rey.
No se ha encontrado ningún núcleo de población estable durante la época romana, pero han aparecido restos de al menos cuatro villas repartidas por todo el término, en las que se cree que la población se distribuyó, ya que los poblados ibéricos se destruyeron o se abandonaron.

Estas villas, junto con los hallazgos monetarios, cerámicos y de centuriación =división de la tierra en lotes=, demuestran que la romanización fue intensa en la zona, sobre todo debido a que por el valle del Vinalopó circulaba la vía Augusta.
Si bien estas villas sufrieron en cierto modo la crisis del siglo III, tuvieron un periodo de florecimiento durante los siglos IV y V, lo que no se corresponde con las terroríficas descripciones de la época que nos brindan Hidacio y Osorio.

Durante la dominación visigoda, la comarca de Villena formó parte de una provincia que se correspondía aproximadamente con la antigua Cartaginense.
Cuando los musulmanes invadieron la península ibérica en 711 se encontraron con un duque visigodo llamado Teodomiro, que dominaba una amplia comarca que tenía por centro la ciudad de Orihuela.
Se suele considerar que la primera noticia que se tiene de Villena como núcleo de población estable en su localización actual es la del tratado de los musulmanes con Teodomiro en el año 713.

En él se nombra, entre otras, la ciudad de *Blntla* o su variante *Blntya*, que ha sido identificada por algunos investigadores con *Villena*, aunque otros la relacionan con Valencia, Valentula u otras localizaciones.
El primer testimonio que con total seguridad se refiere a Villena es un documento del siglo XI en el que se menciona a *Bilyana*, nombre que dio lugar al actual en boca de los repobladores cristianos.

El territorio de Teodomiro pasó a denominarse Cora de Tudmir, y el pacto se respetó hasta los tiempos de Abderramán I, quien lo rescindió unilateralmente.
Según la Historia Roderici, en Villena citó Alfonso VI al Cid para que le apoyara en la conquista de Aledo, aunque esta narración guarda varias incoherencias y el hecho en sí está discutido, ya que es probable que el Cid nunca saliera de Onteniente, donde estaba acampado.

El domingo 13 de agosto de 1172 el califa Yusuf I acampó en el castillo de Villena, camino de Huete a Murcia.
De entre las circunscripciones menores llamadas *Aqalim*, se sabe que al menos desde el siglo XII Villena fue cabeza de una de ellas, no apareciendo como tal en las crónicas anteriores, lo cual, para algunos autores, indica que Villena se convirtió en un núcleo de importancia a partir de esta fecha.

Este Aqalim ejercería su jurisdicción sobre Hisn Yakka =Yecla=, Bogarra =Caudete=, Benejama y Sax.
Según Ibn Said al Maghribi, Villena era una ciudad con jardines en los que el agua de la antigua laguna y de numerosos manantiales jugaría un papel predominante.

Además, se sabe de la existencia de una madraza de la que fue profesor de retórica el jiennense Mohamad ben Ahmad ben Hassan alrededor del año 1200 al huir de la persecución de los Almorávides.
Se han localizado dos cementerios musulmanes en la ciudad.

El primer intento serio de conquista por parte de los cristianos fue en 1238, aunque la conquista definitiva tuvo lugar en 1240, en nombre de Jaime I y de la Corona de Aragón.
Así pues, se incumplieron pactos anteriores que dejaban a la órbita castellana esta plaza.
El tratado de Almizra en 1244 la devolvía a Castilla, y fijaba la frontera entre Castilla y Aragón.
Entre 1252 y 1256 se creó el señorío de Villena a favor de Manuel de Castilla.

En 1264 Jaime I tuvo que volver a intervenir para sofocar una sublevación morisca promovida por el rey granadino Alhamar.
El infante Manuel de Castilla que poseyó el señorío a manera de rey, otorgó en 1270 el fuero y privilegio de Murcia y Elche y, en 1276, el de Lorca.
Estos otorgamientos dan fe del fuerte interés del señor de Villena en repoblar la zona.
A la muerte del infante Manuel de Castilla, el señorío lo heredó su hijo, don Juan Manuel, segundo señor, príncipe y primer duque de Villena.
Este concedió en 1305 una feria a los moradores de la villa, y ya en 1308 comenzó a amurallar el barrio de los cristianos viejos.

El señorío pasó a ser principado en 1333 y en 1336 ducado.
El ducado pasó finalmente a marquesado, el más antiguo de la Corona de Castilla bajo el control de Alfonso de Aragón el Viejo.
Se extendía por parte de las actuales provincias de Almería, Murcia, Albacete, Alicante, Valencia y Cuenca, y comprendía veintitrés localidades.

En 1476 la población se levantó contra el marqués Diego López Pacheco, alentada por los Reyes Católicos, y en 1480 pasó a depender directamente del realengo y a disfrutar de distintos privilegios.
No obstante, el término geográfico marquesado de Villena siguió utilizándose para denominar esta región, dentro del antiguo Reino de Murcia, al menos hasta el siglo XVII.
En 1525 el emperador Carlos V, le concedió el título de ciudad.
Comenzó así un período de cierta tranquilidad, solo roto por el eterno conflicto territorial de los Alhorines, entre Caudete y Villena al filo del siglo XVI.

Durante la Guerra de Sucesión entre Austrias y Borbones, Villena apoyó a estos últimos en la figura de Felipe V, lo que le hizo ganar el título de:
*Muy noble, muy leal y fidelísima*.
La imagen urbana de Villena a finales del siglo XVIII era la de una ciudad abierta que ya no tenía murallas.
En 1803 se ordenó desecar la laguna de Villena, de la que se obtuvieron 1704 ha de tierra cultivable.
Durante la Guerra de la Independencia, Villena fue tomada por el mariscal Suchet, de las tropas napoleónicas.

Para provocar la rendición de las escasas fuerzas que defendían el castillo de la Atalaya, en 1811 Suchet lo bombardeó desde el exterior y, al tomar la fortaleza, hizo volar parcialmente las bóvedas almohades de la torre del homenaje a fin de dejarlo inservible para apostar una guarnición.
En 1836, tras haber pertenecido previamente a las provincias de Murcia y Albacete, Villena se incorporó definitivamente a la de Alicante.
En verano de 1888 se derribó la torre del Orejón, eliminando así el último lienzo de muralla que quedaba en la ciudad.

Desde principios de siglo el elemento asalariado y jornalero adquirió un fuerte peso, lo que condujo a una importante difusión del anarquismo y del socialismo, como demuestran los acontecimientos de la huelga general de 1917, que se saldaron con muertos y heridos.
Al inicio de la guerra civil las autoridades alicantinas enviaron fuerzas de seguridad a Villena y Almansa para impedir que se extendiera la rebelión a estas ciudades.
Aun así, los primeros días de la contienda reinó el caos en la población y se produjeron los mayores destrozos.
La ciudad fue bombardeada en diversas ocasiones, a fin de cortar la conexión por ferrocarril entre Madrid y Alicante.

Durante 1939 la crisis económica se recrudeció, lo que sumió a la actividad política de la ciudad en un estado letárgico que finalizó el 29 de marzo de 1939 cuando las tropas franquistas entraron en la ciudad.
Finalizada la guerra civil, la situación de la ciudad era crítica, tanto económicamente por la falta de suministros como por la cantidad de infraestructura destruida que hubo que reconstruir lentamente.
A partir de la década de 1960 tuvo lugar una explosión demográfica debido a la llegada de inmigrantes, sobre todo de Castilla-La Mancha y Andalucía.
Así pues, entre 1960 y 1970 la superficie urbana creció sobre un 20% y la construcción de viviendas aumentó en un 650%.

Monumentos;

-El castillo de la Atalaya.

-El palacio municipal.

-La iglesia arciprestal de Santiago.

-Puerta de acceso al teatro Chapí.


El centro histórico de Villena se extiende alrededor del castillo de la Atalaya, y en él se concentran la gran mayoría de los monumentos de la ciudad.
Fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1968.
El castillo de la Atalaya fue edificado por los árabes hacia el siglo XII.
Consta de dos líneas de muralla, destacando en la interna la torre del homenaje, de planta cuadrada y de dos cuerpos.

Las cubiertas de las dos primeras estancias están formadas por bóvedas almohades, de importancia excepcional por ser, junto a las del vecino castillo de Biar, las más antiguas de su estilo en España.
Fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931.162

El castillo de Salvatierra se construyó sobre el siglo X sobre las ruinas de un antiguo poblado íbero y siguió en uso hasta el siglo XIV, cuando fue sustituido por el de la Atalaya.
En la actualidad está casi totalmente reducido a ruinas, pero aun así se puede apreciar su estructura original árabe y los añadidos posteriores.
Ha sido de gran interés para el estudio de la Edad Media en la comarca.

La iglesia de Santa María se edificó sobre una antigua mezquita musulmana en el siglo XVI.

El Cabezo Redondo es poblado argárico habitado entre los siglos XVI y X a.C. cuya importancia cultural y económica queda patente por importantes hallazgos, como el Tesorillo del Cabezo Redondo y probablemente también el Tesoro de Villena, encontrado a unos 5 km del poblado.
Fue incluido en el Conjunto Histórico-Artístico de Villena y declarado terreno de utilidad pública en 1968.
Determinar el origen urbanístico del núcleo de Villena no es tarea fácil, dado que los datos anteriores al siglo XIII son muy escasos y las excavaciones arqueológicas no han sido concluyentes.

Las teorías más aceptadas afirman que, o bien el núcleo apareció en los últimos periodos de la época visigoda o bien se conformó a partir de la conquista árabe.
En cuanto a su localización, se cree que el núcleo andalusí más antiguo se encontraba en la zona del actual barrio del Rabal que se extiende al oeste de la iglesia de Santa María, bajo cuyo solar debió hallarse la mezquita.

Abu l-Hasan Rashid ibn Sulayman =s. XI=poeta andalusí, es además, el primer villenense cuyo nombre propio se conoce.


¡¡¡ Muchas gracias lectorxs de Villena !!!






Fuerte abrazo.

Próximo aterrizaje de nuestra nave turístico-afectiva;

Toluca-México.

Gilgamesh***

Fuentes;
-villena
-arquehistoria
-historiaeweb
-wikipedia
-wikipedia2