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martes, 13 de agosto de 2019

* Gracias Quetzaltenango *

***Bella noche de Martes para todxs.

Cuando me dispuse a conocer la historia de ésta magnífica ciudad francamente me sentí conmovido.
Mucho más cuando recorrí sus calles.
Hemos estado observando y evaluando el patrimonio cultural arquitectónico de las ciudades visitadas, y he vertido mi opinión sobre el tratamiento estatal hacia dicho patrimonio.

Hemos visto como en algunas ciudades se le da valor a ésto, en otras no tanto, y en otras casi ningún valor, el caso de Quetzaltenango es conmovedor ya que ha cuidado su patrimonio cultural siendo una ciudad devastada por sismos y erupciones volcánicas, al menos templos y edificaciones señeras de la ciudad, pero en materia de viviendas la preservación ha sido forzosa...porque el estancamiento económico sumado a los gobiernos insensibles que ha tenido, obliga a gran parte de su población a seguir viviendo en casas de hace más de un siglo...que lucen muy pintorescas en algunos casos pero en otros reflejan el devastador paso del tiempo y la condición de pobreza económica de sus moradores.

Es impresionante recorrer tanto calles del casco antiguo como de la periferia y ver a cada metro casas que resultan increíbles a la hora de imaginar que en ellas...todavía vive gente.
Sería imposible reflejar aquí con fotos la cantidad de éstas viviendas, miles..., a la vieja usanza hechas con adobe mezclado con barro y paja, techos con cabreadas de postes de madera, algunas con tejas, otras con chapas, realmente uno siente querer abrazar a éstas hermanas y hermanos de Quetzaltenango sin decir palabra.

Una plaza central preciosa rodeada de iglesias de gran factura y edificios antiguos también de notable ornamentación, pero después de esa manzana, todo parece mantenerse como hace más de cien años.
No sería ni bueno ni malo que cada quien decidiera cómo quiere que sea su casa, sin embargo en Quetzaltenango querer...no es poder.
No en vano vemos que Guatemala es uno de los países desde los cuales caravanas de migrantes se van de allí buscando un destino mejor, no hace falta que nadie los reclute ni les pague ni trafique con ellos porque sobrados motivos tienen los guatemaltecos para buscar desesperadamente un destino mejor.

Ésta hermosa ciudad rodeada de volcanes debería ser declarada completa Patrimonio Cultural de la Humanidad, y ser ayudada por los organismos internacionales, además de que su historia nos deja una gran enseñanza tanto de lo que significó el asedio de la mal llamada conquista, como el tezón de sus habitantes que debieron resurgir de las cenizas volcánicas como de los sismos destructores.
Mientras recorría una de sus calles y veía una vieja casa en una esquina me llamó la atención la belleza de los baldosines en la vereda y en la calle, con formas geométricas intrincadas destacándose una guarda angular bicolor;



Lo sorprendente es que, a medida que avanzaba en mi recorrido esa notable decoración se extendía a varios metros a la redonda;





Generalmente cuando existe éste tipo de decoración muy cargada de mística por su diseño que reconocí de inmediato, se corresponde con un templo de importancia, y de repente me topé con ésto;





Jeje..sí...una logia masónica...que desentona con un sitio como Quetzaltenango y sus raíces Originarias, pues ese sello sin ninguna duda fué dejado por la influencia española y/o europea.
Según pude investigar se trata de un Templo de la Logia Fénix No. 2 construido en 1894 por el Arquitecto Alberto Porta en la Plazuela de San Antonio, es muy bello y el mejor de su línea en Guatemala, Centroamérica e incluso del sudeste Mexicano.

En Guatemala hay 700 masones, integrados en 30 logias:
16 en la capital, cuatro en Quetzaltenango y otros lugares como Mazatenango, Retalhuleu, Coatepeque, Escuintla, Puerto Barrios, Cobán y Chiquimula.
El inicio de la masonería en Guatemala se marca con la fundación de la Logia Hiram No. 10, en el año de 1873.
Su fundación fue auspiciada por el Supremo Consejo Centroamericano, con sede en Costa Rica fundado en 1871.


Y se se reconoce como impulsor y fundador de la masonería guatemalteca, a José Quirce Filguera, Arquitecto español que nació en Barcelona en el año 1820.
Estudió en la Península Ibérica graduándose de Ingeniero y Arquitecto que fue su profesión básica.

Seguí mi recorrido por Quetzaltenango llenándome los ojos y los sentidos con sus templos, iglesias y construcciones civiles;





























































































































Como se puede apreciar en las imágenes anteriores mucho mobiliario valioso de estilo colonial está en alquiler, o bien ocupado por pequeños comercios, tal vez una forma de que no desaparezcan por el paso del tiempo, algo similar a lo que vimos cuando visitamos Arequipa en Perú.


La humildad de muchas viviendas y lo pintoresco de otras pocas;



















Sus impresionantes arcos;





Sus monumentos, plazas, y vistas;
























Quetzaltenango es una ciudad y también la cabecera del departamento de Quetzaltenango, localizado en la República de Guatemala.
También conocida popularmente como *Xelajú* o simplemente *Xela*.
La ciudad se encuentra a 206 km al noroeste de la Ciudad de Guatemala.

Se encuentra ubicada en un valle montañoso en el altiplano occidental del país con una altitud media de 2333 msnm.
Cuenta con una población de 300.000 habitantes.
Quetzaltenango es la segunda ciudad más grande de Guatemala y uno de los lugares más visitados por turistas.
El hecho de nombrar *Xela* o *Xelajú* a Quetzaltenango tiene sus orígenes anteriores a la Conquista española.

Se sabe que existía, cientos de años antes de la llegada de los españoles a América, un majestuoso e imponente volcán.
Este se llamaba *Lajuj Noj*, que significa *Diez ideas* y en la cima había un altar maya sagrado del mismo nombre.

Al área a los pies del gran volcán, los K’iche’s le llamaron *She Lajuj Noj*, que significa Debajo de las diez ideas.
Con el tiempo dejaron de mencionar el Noj para hacer más corto el nombre y así nació Xelajú.
Según algunos historiadores, el volcán Lajuj Noj hizo una gran erupción siglos antes de la Conquista.
La base del lugar pasó muchos años repleta de vapores calientes y piedras negras.
Fue por esta razón por la cual se le llamó Cerro Quemado.

Algunas historias cuentan que el nombre Quetzaltenango surgió por la muerte de Tecún Umán a manos de Pedro de Alvarado, en ese momento un quetzal se posó en el pecho ensangrentado del guerrero, y el pueblo fue nombrado en honor a este evento.
Sin embargo, existe también información de que se le conoce como Quetzaltenango debido a que los Tlascaltecas que venían acompañando a Pedro de Alvarado divisaron grandes cantidades de aves en esta área a las que ellos en náhuatl llamaban *quetzalis*.
Fue así entonces como pasó de ser el nombre antiguo Xelajú al actual, Quetzaltenango.

El área alrededor de la ciudad es hogar de volcanes como Chicabal y Santa María.
Sus edificios coloniales lo hacen un gran sitio turístico y cultural.
La ciudad de Quetzaltenango es una de las ciudades más frías de toda Centroamérica.
Sus temperaturas pueden medir en invierno hasta 9 grados centígrados bajo cero.

Quetzaltenango cuenta con diversos centros educativos, como algunas de las universidades más reconocidas del país.
Es la ciudad con la mayor cantidad de centros educativos por habitante por su ubicación estratégica, ya que la mayoría de sus estudiantes no son oriundos de la ciudad, sino de pueblos cercanos.

Quetzaltenango fue proclamada como Capital de Centroamérica por el Parlamento Centroamericano en 2008.
Es la cabecera del departamento de Quetzaltenango, que tiene 1953 km², equivalentes al 1,8 % del territorio nacional.

En demografía, el 50 % de la población es mestiza, el 40 % es indígena o amerindia, y el 10 % está compuesto por extranjeros en su mayoría procedentes de México y Perú.
Se habla principalmente el español, mientras que el quiché se habla en las afueras de la ciudad.
De la misma forma, el quechua es hablado entre los descendientes de inmigrantes peruanos que se establecieron en la localidad.

La actual cabecera también es mencionada en relación con guerras comunes de Quichés y Cachiqueles en 1552, con el nombre de Xelahuh que tuvo en el período indígena de la época del rey Quicab.
El texto agrega que el pueblo, quemado antiguamente por Ah Chiyú, Ah Chi Ckix, Halic y Tabanal, fue conquistado por los Zotziles y Tukuchés.
En el Popol Vuh se le menciona como Xelahuh.

Avanzando a lo largo de la llanura costera del Pacífico, Pedro de Alvarado no encontró oposición hasta llegar al río Samalá en el oeste de Guatemala.
Esta región formaba parte del reino quiché y tropas quichés trataron de impedir el cruce del río.
No obstante, los conquistadores lograron cruzarlo y saquearon los asentamientos cercanos con el fin de aterrorizar a la población y disuadirla de realizar futuros actos de resistencia.

El 8 de febrero de 1524, después de forzar su paso del río, el ejército de Alvarado libró una batalla en Xetulul, llamado Zapotitlán por sus aliados mexicanos y actualmente conocido como San Francisco Zapotitlán.
Aunque sufrieron muchas heridas infligidas por los arqueros quichés que lo defendían, los españoles y sus aliados tomaron el pueblo por asalto e instalaron un campamento en la plaza central.
Luego, Alvarado volvió a dirigirse río arriba internándose en la Sierra Madre y cruzando el paso hacia el valle fértil de Quetzaltenango, en el centro del reino k'iche'.

El 12 de febrero de 1524, los aliados mexicanos de Alvarado fueron emboscados en el paso y rechazados por los guerreros quichés, pero la carga de la caballería española que siguió causó honda impresión a los quichés, que nunca antes habían visto caballos.
La caballería logró dispersar a las tropas indígenas y los españoles se acercaron a la ciudad de Xelajú, que encontraron abandonada por sus habitantes.

Si bien la opinión común es que el príncipe quiché Tecún Umán murió en la batalla cerca de Olintepeque al norte de Quetzaltenango, los relatos de los españoles dejan claro que al menos uno y posiblemente dos de los señores de Q'umarkaj fallecieron en los intensos combates durante el acercamiento inicial a Quetzaltenango.

Sin embargo, según la noción común, Tecún Umán falleció durante la batalla de El Pinar, y, de acuerdo con la tradición local, murió en los Llanos de Urbina al sureste de Quetzaltenango, cerca del actual pueblo de Cantel.
En su tercera carta a Hernán Cortés, Pedro de Alvarado describió la muerte de uno de los cuatro señores de Q'umarkaj en las cercanías de Quetzaltenango.
La carta, fechada el 11 de abril de 1524, fue escrita durante su estancia en Q'umarkaj.
Casi una semana después, el 18 de febrero de 1524 el ejército quiché se enfrentó nuevamente a las fuerzas españolas en el valle de Quetzaltenango.

Los quichés fueron derrotados y sufrieron grandes pérdidas, incluyendo muchos de sus nobles.
Tan alto era el número de muertos entre los combatientes nativos que se le dio el nuevo nombre de Xequiquel =bañado en sangre= a Olintepeque.
Esta batalla agotó las fuerzas militares de los quichés, que finalmente pidieron la paz y ofrecieron el pago de tributo, invitando a Pedro de Alvarado a su capital Q'umarkaj. Alvarado desconfiaba profundamente de las intenciones de los indígenas, pero aceptó la invitación y se dirigió con su ejército a Q'umarkaj, llamado Utatlán Tecpán por los aliados de habla náhuatl de los españoles.

Q'umarkaj era la capital del reino quiché, hasta que fue quemada por los invasores españoles.
En marzo de 1524, Pedro de Alvarado llegó a Q'umarkaj después de haber aceptado la invitación del liderazgo quiché tras la catastrófica derrota de este en el valle de Quetzaltenango.
Aunque temía una trampa por parte de los nativos, Alvarado entró a la ciudad, pero en lugar de aceptar alojamiento en ella, prefirió instalar su campamento en la llanura fuera de Q'umarkaj.

Ante la amenaza que representaba el gran número de guerreros quichés reunidos fuera de la ciudad y temiendo que su caballería no fuese muy efectiva en las estrechas calles del poblado, Alvarado invitó a los más altos caudillos de Q'umarkaj =Oxib-Keh, el ajpop o rey, y Beleheb-Tzy, el ajpop k'amha o rey electo= a visitarlo en su campamento.

Tan pronto como lo hicieron, se apoderó de ellos y los retuvo como prisioneros en su campamento.
Cuando los guerreros quichés se dieron cuenta de lo que había sucedido, atacaron a los españoles y a sus aliados indígenas y lograron matar a uno de los soldados españoles.
En este momento Alvarado ordenó que los señores capturados fueran quemados vivos y, después de repeler el ataque, procedió a incendiar toda la ciudad.

Tras la destrucción de Q'umarkaj y la ejecución de sus gobernantes, Pedro de Alvarado envió mensajes a Iximché, la capital de los Cachiqueles, proponiendo una alianza para neutralizar la resistencia del resto de los bastiones de los quichés.

Alvarado escribió que Iximché envió cuatro mil guerreros para ayudarle en su campaña, aunque las escrituras de los Cachiqueles mencionan que enviaron cuatrocientos.
En octubre de 1526, el rey cachiquel Sicanam, establecido en el área que ocupan los modernos departamentos de Chilmaltenango y Sacatepéquez, se alió con Sequechul, depuesto rey de Utatlán y los quichés y, aprovechando una noche oscura y lluviosa, se acercaron a Quetzaltenango.
Hasta entonces, habían estado hostigando a los indígenas que ya eran vasallos de los conquistadores españoles y llevaban sus productos a la capital del reino, alterando así la cadena de suministros de la misma.

No obstante, esa noche decidieron tomar la ofensiva.
A cargo de la defensa de la ciudad estaba Pedro Portocarrero, a quien Pedro de Alvarado había dejado al mando durante un viaje que tuvo que hacer a España.
Al ver a los rebeldes, Portocarrero dejó al alcalde ordinario Hernán Carrillo a cargo de la defensa de la ciudad y salió a enfrentar la amenaza con 215 soldados españoles, 108 jinetes, 120 indígenas tlaxcaltecos, 230 indígenas mexicanos y 4 cañones.

Tras las sangrientas batallas que se produjeron, las fuerzas españolas hicieron retroceder a los rebeldes hasta Chimaltenango, pero ellos a su vez sufrieron considerables bajas y tuvieron que retornar a Quetzaltenango por refuerzos.
Finalmente, Portocarrero y sus hombres lograron cercar a Sicanam y a Sequechul en lo alto de un cerro, y tras fuertes batallas los apresaron.
Ambos reyes pasaron quince años en prisión hasta que Pedro de Alvarado los embarcó para las Molucas y no se supo más de ellos.

El terremoto de San Perfecto ocurrió el 18 de abril de 1902 por la noche y tuvo una magnitud estimada de Mw 7,5 en el departamento de Quetzaltenango.
El terremoto tuvo una duración de 1 hasta 2 minutos y fue precedido de varios sismos premonitores y seguido de muchas réplicas.
Entre 800 y 900 fallecieron por el terremoto y hubo daños materiales importantes en la extensa zona afectada.
Todas las iglesias en el oeste de Guatemala y el este de Chiapas sufrieron daños severos o fueron destruidas.

1902 fue un año trágico para Quetzaltenango:
recién se estaba recuperando del terremoto de abril, cuando el 24 de octubre de ese mismo año hizo erupción el volcán Santa María.
El volcán había estado inactivo desde la conquista española en 1524 y con su cono casi perfecto de 3768 metros de altura, era un marco escénico para la ciudad quetzalteca.

La erupción fue aún más devastadora que el terremoto, ya que también provocó cuantiosos daños en las fincas y aldeas aledañas y hay recuentos que la arena y ceniza alcanzaron la región de Chiapas, en México.

Se calcula que la catástrofe provocó cinco mil muertes y miles de pesos en pérdidas agrícolas y materiales.
La erupción del volcán lanzó una columna de material que alcanzó 28 kilómetros de altura y formó una nube obscura que cubrió la luz del sol durante varios días.
La erupción tardó 36 horas y formó un gran cráter en el franco suroccidental de la montaña, lo que formó el volcán Santiaguito.

La respuesta oficial del gobierno central ante las autoridades quezaltecas fue de declarar no disponibilidad de fondos públicos, ya que recientemente se habían empleado en la ayuda para esa misma ciudad, para los damnificados por los terremotos del mes de abril, por lo cual era imposible atender a la petición.
En tales circunstancias, el alcalde de la ciudad, en sesión extraordinaria informó a todos los miembros del consejo que a raíz de la erupción los pastos y siembras de la zona de occidente de la República se arruinaron, por lo que entonces era de esperarse escasez de granos básicos, afectando tal situación especialmente a las personas de escasos recursos.

Por tal razón, la corporación municipal decidió que doscientos pesos se invirtieran en la compra de alimentos para ser repartidos entre los más necesitados.
Asimismo, el ganado de las haciendas estaba pereciendo.
Empezaron a reportarse pérdidas, no solo por la desaparición de los rebaños sino también por la falta de ganado para abastecimiento de las carnicerías de la ciudad.
Ante la escasez de alimentos en la región, el consejo municipal tomó la decisión de solicitar al gobierno central =la cual fue aprobada= la autorización para importar libre de gravamen dos mil quintales de harina hasta llegar a completar diez mil, durante los meses siguientes.

El concejal de abastos de la municipalidad quedó encargado de administrar la ayuda para los damnificados proveniente no solo de los vecinos de Quetzaltenango sino de toda la que se esperaba llegase de la capital y otros departamentos.
El suministro de agua potable fue otro de los problemas inmediatos;
el fontanero de la ciudad practicó desde el día siguiente a la erupción una inspección del acueducto que surtía a la ciudad, no reportando daños al mismo, pero ante las quejas de los vecinos por la falta del vital líquido, las revisiones posteriores indicaron que las cañerías se encontraban obstruidas por la gran cantidad de ceniza y arena que había arrojado el volcán.

La población fue afectada en distintas formas:
para los indígenas fue verdaderamente catastrófica, no solamente porque perderon parientes y amigos, sus casas y cosechas, sino además fueron obligados a trabajar en las labores de reconstrucción.
Por su parte, los terratenientes vieron la oportunidad de resarcirse de los daños obteniendo otras tierras y así lo solicitaron al presidente Estrada Cabrera, quien les dio terrenos en San Miguel Uspantán en el Quiché y en Panam en Suchitepéquez y Sololá, las que hasta entonces habían sido tierras comunitarias de los indígenas de la región.


¡¡¡ Muchas gracias lectorxs de Quetzaltenango !!!





Fuerte abrazo.

Próximo descenso de nuestra nave turístico-afectiva;

Villena-España.

Gilgamesh***

Fuentes;
-turixelaumg
-viajeroerrante
-MunicipalidaddeQuetzaltenango
-corporacionbi
-aprende
-wikipedia