martes, 16 de abril de 2019

* Historiología *

***Lindísimo inicio de Martes para todxs.

En toda la Argentina existen plazas, avenidas, monumentos, y hasta una ciudad en la Provincia de Río Negro con el nombre de *General Roca*, incluso tuvimos billetes y monedas con su figura.
En la Escuela tanto primaria como secundaria, los libros de Historia y las profesoras y profesores que tuvimos nos enseñaron que el General Julio Argentino Roca era un *Prócer*.



Sin embargo, cuando se tuvo acceso a los Archivos Históricos bien escondidos, supimos que Roca...era en realidad un genocida, ladrón y elitista.

Como presidente impulsó la Ley 4144 que permitió la expulsión de los inmigrantes sindicalizados y el 1 de Mayo de 1904 fue el primer mandatario de la historia en ordenar represión policial a una manifestación de obreros.
De ninguna manera hubo nobleza en Roca, hay que leer todos sus documentos, como el informe que hizo ante el Congreso de la Nación.

No solamente exterminó a los pueblos originarios, algunos quedaron porque no pudo con ellos, algunas comunidades sobrevivieron, pero lo que nunca se nos dijo es que Roca restableció la esclavitud.
En uno de los muchos relatos del informe, Roca manifiesta que;

*Hoy entrega de indios, a toda familia que lo requiera se le entregará un indio como peón, una china =término femenino despreciativo= y un chinito como mandadero*. 

Roca esclavizó hasta a los niños...
Cuando finalizó la llamada *Campaña del Desierto* =en realidad no había ningún desierto sino tierras habitadas por originarios=se distribuyeron 40 millones de hectáreas entre 1800 socios de la incipiente *Sociedad Rural*, institución que existe aún =y muy sólida e influyente= en nuestros días.

A la familia Martínez de Hoz se le otorgaron 2,5 millones de hectáreas.
A los Anchorena, 500 mil...
Fué un verdadero genocidio en beneficio de los terratenientes.
Y Roca se quedó con 60 mil hectáreas en la zona de Pigué.

Cuando sale a la luz esa historia que no nos enseñan en la escuela podemos inferir en que hemos sido manipulados desde niños en materia educativa, lo cual es un verdadero delito si razonamos que nuestra *formación* desde los 6 años...es lo que nos va a condicionar como futuros ciudadanos, cómo vamos a pensar, cuál será nuestra ideología, nuestra visión del mundo, en fin.. la influencia de los prestidigitadores de la historia basada en el nacionalismo, advocado y, bajo protección de la religión..

Por eso Don Manuel de México no estaba errado, pero para ser justo, creo que antes de exigir que el barrio esté limpio hay que limpiar primero la casa propia, que en cuestiones de *Historia* significa poner en evidencia a los propios, a esos que generalmente nos enseñaron a alabar como *próceres* y que en el fondo no fueron más que verdugos y ladrones de sus propios coterráneos.

Por eso, cuando justa pero inocentemente el Presidente de México Don Manuel López Obrador pide un revisionismo histórico de la *Colonización*, peca de ingenuo, ya que hasta en la mismísima España se les ha enseñado a los españoles una historia *nacional* fraguada como ésta;



-Ni la fecha es real.
La escaramuza, que no batalla de Covadonga, fue en el 722 y no en el 718, aunque el Principado celebró el 1.300 aniversario en 2018.
El mito, la leyenda y las falsedades históricas sobre Covadonga =el *covadonguismo*= son utilizadas por el nacionalismo español y por el asturianismo más conservador, mezclando la ficción con los sentimientos religiosos.
Y todo ello sigue siendo asumido por la cultura popular, por las élites y por las instituciones.
No solo otros nacionalismos como el catalán se envuelven en falsedades para legitimarse.

Rafa Balbuena / Historiador y periodista.

A Pelayo, primer rey de la Monarquía asturiana, nunca proclamado, le rodea la oscuridad tanto en su procedencia como en las circunstancias en que se desarrolló su reinado, hasta el punto de que algunos historiadores del siglo XX llegaron a poner en duda su existencia.
Sin embargo, los trabajos de medievalistas de referencia como Claudio Sánchez Albornoz, Barrau-Dihigo, Juan Uría Ríu o Juan Ignacio Ruiz de la Peña vienen a convenir, con pocas dudas, que fue un potentado asturiano del siglo VIII vinculado a la nobleza de origen hispanorromano =su propio nombre, Pelagius, denota la raigambre latina, no visigoda=.

Sánchez Albornoz, que en sus investigaciones recorrió a pie todos los escenarios que relatan las tres crónicas asturianas de la época que han pervivido hasta hoy, sostiene que, pocos años después de la conquista musulmana que acabó con el reino visigodo de Toledo en 711, Pelayo encabezó una revuelta contra el pago de impuestos a las nuevas autoridades, dependientes del valí =gobernador= de Córdoba.
Atendiendo a las citadas crónicas asturianas del siglo IX =la de Alfonso III, la Albeldense y la Crónica Profética=, y conforme a los cálculos que de ellas se deducen, su rebelión culminaría con una escaramuza militar en Covadonga ocurrida en el año 722, concretamente el 22 de mayo.

Y aunque ese mismo cálculo indica que sus primeros movimientos conocidos de insurrección fueron en 718, afirmar que el incidente de Covadonga tuvo lugar entonces sería tan tendencioso =y absurdo= como decir que Colón descubrió América en 1483 al proponer al rey de Portugal su viaje a las Indias, o que la Segunda Guerra Mundial estalló en 1933 con la victoria electoral de Hitler en Alemania.

El enfrentamiento del 22 de mayo del 722 es asunto preñado de detalles difusos y enorme mitificación.
A lo largo de los siglos se ha dicho, repetido y exagerado que nada menos que 100.000 musulmanes se apostaron ante Covadonga para aplastar a un puñado de insurrectos astures escondidos entre las peñas del Monte Auseva.
Cualquiera que conozca el entorno actual de la zona =allanado, edificado y alterado en grado sumo= puede imaginar qué ocurriría hoy si 100.000 turistas con sus autobuses y coches se plantasen ante el santuario.
En efecto:
no cabrían.

Menos aún, en el siglo VIII, una mesnada de tales proporciones con la voluminosa maquinaria bélica de la época, incluyendo armeros, monturas y todo el soporte logístico necesario para mantener y alimentar una tropa que, por otra parte, tendría los mismos efectivos que en 2018 suman las Fuerzas Armadas españolas de tierra y mar.
La intervención de fuerzas sobrenaturales como clave para infligir la derrota a los musulmanes es otro tópico, nunca desterrado del todo a pesar de los avances del laicismo y el racionalismo, solo sostenido obviamente por la fe, enemiga irreconciliable, en este caso de modo delirante, del rigor historiográfico.

Leyendas como que las lanzas y flechas rebotaban inexplicablemente en la roca para volverse contra los atacantes, o la aparición de la Virgen María dando un mensaje salvífico a Pelayo, con la carga apologética propia de los relatos medievales, ya se habían atribuido de modo similar e idéntica intención propagandística al emperador romano Constantino durante el siglo IV.

Incluso el relato, igual de fantástico, de que en plena batalla a Pelayo le llovió del cielo una cruz de madera, que sostuvo como símbolo durante el combate y con la que se compuso el alma =armazón de madera= de la Cruz de la Victoria que se exhibe en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo, es un paralelismo evidente con el relato de glorificación de Constantino en la batalla del Puente Milvio y su exaltación como paladín del cristianismo ante la amenaza de paganos y bárbaros.

La controvertida Reconquista

La revuelta pelagiana, en todo caso, no fue la única contra las tropas musulmanas en la Península y pudo obedecer a un conflicto local, pero de ningún modo se emprendió para desagraviar y reparar una supuesta *pérdida de España*, como sostiene el relato tradicional nacional-católico, a manos de las tropas que derrotaron a los visigodos de Don Rodrigo en Guadalete.
Porque España, la Hispania de entonces, entendida como nación, no surge hasta bien entrada la Edad Moderna.
Incluso hay quien sitúa ese origen nacional en las Cortes de Cádiz de 1810.

En los siglos posteriores a Pelayo sí irá fraguando un sentimiento colectivo de pertenencia común entre los reinos y condados que van a configurarse en la Península Ibérica, desde Portugal a los condados catalanes, y que incluso hallará eco en Al-Ándalus.
Pero de ahí a plantear que Pelayo concibiese la idea de restaurar algo que aún no había existido, tiñendo además su carácter con mitología propia de un Rey Arturo, media un abismo.

Otra cosa es que la coyuntura favorable y la habilidad política y militar de los sucesores de Pelayo facilitaran el afianzamiento de un reino independiente, con sus atribuciones políticas, económicas y militares más o menos clarificadas:
la Monarquía asturiana de los siglos VIII y IX, que nos legó un singular arte propio, el prerrománico.
Ahora bien, considerando el contexto histórico, este proceso tuvo que depender de muchos factores desde su mismo origen y no puede reducirse a una sola causa.

Y menos aún a conjeturas como las que achacan el origen de la revuelta al supuesto matrimonio de una hermana de Pelayo con Munuza, por entonces gobernador musulmán de Gijón, o a un dudoso parentesco que lo vincule al séquito del rey visigodo, justificando así que aquel líder de unas tribus locales albergase veleidades de convertirse en nuevo rey de Toledo.
A este fin, es llamativo que las crónicas omitan muchos detalles de la rebelión, y más aún que silencien todo lo ocurrido en Asturias en los quince años que van desde la escaramuza de Covadonga hasta la muerte de Pelayo, ocurrida en Cangas de Onís en el año 737.

El devenir de los hechos, con el crecimiento progresivo de los reinos cristianos a lo largo de la Edad Media, y la preponderancia alternante que mantuvieron con Al-Ándalus a lo largo de siete siglos, propició una secuencia de hechos que ha sido calificada con el controvertido término de *Reconquista*.
Al margen de su utilidad para definir una parte importante de la Edad Media hispana, su utilización también ha dado pie a que la manida frase que dice *Asturias es España y lo demás, tierra conquistada* se haya convertido en epítome del *covadonguismo*.

Teoría difusa que, a grandes rasgos, resume la rebelión de Pelayo como encarnación y ejemplo eterno de las virtudes de una nación, la española.
Pero la Reconquista, lejos de un batallar continuo y religioso de siete siglos, no fue otra cosa que un lento proceso geopolítico, con sus trasvases culturales, sus cambios de fronteras y enfrentamientos armados intercalados entre largos intermedios de paz.
Y el motor de este proceso, más que una ideología o una cuestión de credos, fueron las luchas de poder, las debilidades y las alianzas coyunturales de varios reinos, que entonces pugnaban por el dominio de un mismo suelo.

La manipulación interesada de Covadonga como hito fundacional patriótico puede apreciarse, de modo embrionario, en el propio relato del Reino de Asturias que apuntan las crónicas medievales, que, con intención de legitimar el presente vinculándolo al pasado, lo sitúan como continuación del reino visigodo de Toledo.
El punto álgido de esta mixtificación llegaría con la historiografía nacionalista del siglo XIX, que hizo del *covadonguismo* el origen legitimador de España y de Asturias.

Nacionalismo del XIX y Guerra Civil

El siglo XIX fue un período en el que los nacionalismos brotaron por toda Europa, haciendo del pasado argumento ideológico, y era difícil que el mito de Covadonga y su simbolismo se sustrajesen al historicismo que sustenta estas ideologías.
El nacionalismo español, frecuentemente teñido de mesianismo, ha colocado desde entonces en uno de sus podios la *trinidad* Covadonga-Pelayo-Reconquista como una especie de dogma de virtud y pureza.
En 1916, el político carlista Juan Vázquez de Mella pronunció en la propia Covadonga un discurso de corte regionalista que, sin distanciarse de sus postulados españolistas, recoge las bases de lo que más tarde será el ideario político asturianista conservador, que no ha perdido vigencia.

Durante la II República el mito no fue ajeno a la fractura social:
Gil Robles, líder de la derechista CEDA, protagonizó allí mismo un encendido mitin días antes de la Revolución de Octubre del 34, en medio de un sabotaje en las carreteras para impedir el acceso de la comitiva a Covadonga, tras un abierto boicot de partidos y sindicatos de izquierdas.
Ya en la Guerra Civil, la novelesca historia de los avatares de la imagen de la Virgen de Covadonga, la *Santina*, refleja hasta que punto cuajó el mito entre los asturianos.
El bando republicano atizó al nacional por la presencia de soldados musulmanes entre las tropas franquistas que avanzaban inexorablemente por el Oriente de Asturias en 1937.

Aquellos regulares de Marruecos no fueron los primeros soldados *nacionales* en alcanzar el santuario, pero las polémicas fotos de *moros en Covadonga*, aireadas por los republicanos, fueron censuradas en la prensa de los sublevados.
Y para evitar que la Santina corriese peligro, fue el Gobierno de Asturias y León del socialista Belarmino Tomás, a través de una operación diseñada por su consejero e intelectual Antonio Ortega, ejecutada por un anarquista, el que ideó un plan para evacuar a la imagen venerada de la Santina de España.
La figura estuvo el resto de la contienda escondida en un armario en París y volvió a Covadonga cuando callaron las armas, tras ser paseada con fervor por media Asturias.

El nacional-catolicismo que impusieron los ganadores explotó con indiscutible éxito el mito de los orígenes de la patria española, de Pelayo y Covadonga, vencidos sus enemigos ateos y separatistas.
El propio Franco, en una bien buscada imagen simbólica, portó la Cruz de la Victoria por las calles de Oviedo en 1942.
Un caudillo que evocaba a aquel otro de las montañas astures en las que se evitó la desaparición de España y la civilización cristiana, según el épico relato oficial.

Restaurada la democracia a partir de 1977, la Transición no supuso la revisión historiográfica del covadonguismo que se podría esperar.
Ni siquiera el robo de la Cruz de la Victoria y el resto de joyas de la Catedral, que en aquel año logró unir en bloque a todas las fuerzas políticas asturianas de una forma espontánea y sin precedentes =y también sin continuación=, evitó la repetición de unos lugares comunes que, pese a su indudable fuerza simbólica, no se corresponden con la realidad.

La confusión sigue hoy en día y desde la izquierda radical a la extrema derecha se sigue usando la imaginería covadonguista para apuntalar ideología.
La bandera asturiana, inventada por los fundadores de Conceyu Bable en los años setenta, luce la Cruz de la Victoria y grupos independentistas minoritarios no dudan en añadirle la estrella roja, marxista e internacionalista.
Los neonazis suelen concentrarse en Cangas de Onís, primera capital de la España imperial que añoran, y alguna vez protagonizaron serios incidentes de orden público.
Claro que la confusión es fomentada desde las propias instituciones.

El Gobierno asturiano del PSOE institucionalizó en 1984 el 8 de septiembre, festividad de Covadonga, como el Día de la Autonomía.
Desde entonces lo religioso y lo político se retroalimentan en obscena mezcolanza, con los presidentes del Principado asistiendo a misa en la basílica inaugurada en 1901, sin que falten últimamente broncas del Arzobispo conservador Sanz Montes al legítimo representante de los asturianos por cuestiones como el aborto.
El laicismo que avala la Constitución y la propia esencia de la Autonomía se difuminan en los aires puros de Covadonga.

El Principado tiene previsto celebrar el 1.300 aniversario de los sucesos de Covadonga, con cuatro años de adelanto y con unos 80 actos que no parece que vayan a revisar, desde el rigor histórico exigible, la legendaria y mítica versión de un pasado que no fue como nos lo siguen contando.

Esa revisión pendiente resultaría muy esclarecedora respecto al debate que mantiene la sociedad española sobre la controvertida cuestión nacional, tras el pulso separatista catalán.
En Los heterodoxos asturianos, un libro de Juan Cueto Alas que no ha perdido vigencia desde que se publicó precisamente en 1977, aparece Covadonga vinculada a esa palabra tan usada en la discusión política de mayor calado de la actualidad:
plurinacionalidad.

Sostiene Cueto en el capítulo *Pelayo es morboso* algo que delata el retroceso de aquella lectura heterodoxa de la historia de España, a la que ahora se enfrentan los sectores conservadores que detentan el poder político, económico y mediático:

*A fin de cuentas, la diferencia que existe entre concebir la historia del Reino de Asturias como génesis de la llamada nacionalidad española o como proceso de autoafirmación de una muy específica nacionalidad =la asturiana=, hará significar las cosas de diferente manera.
Lo primero, conduce inexorablemente a cimentar el dogma del Estado-Nación tal y como ha sido y es entendido por las clases dominantes desde hace muchos siglos.
Lo segundo, inaugura la posibilidad histórica de la plurinacionalidad del Estado español, asunto que nadie con dos dedos de frente osa rebatir en estos momentos*.

Barbaridades en los libros de texto

Pelayo y Covadonga apenas tienen hoy presencia en la enseñanza asturiana y no hay grandes diferencias entre lo que se cuenta ahora a los escolares de aquel episodio, en relación a lo que pasaba en las aulas de la dictadura.
Eso evidencia la consulta de esta revista a cuatro manuales de Historia de Segundo de la ESO, el único de los cuatro cursos del ciclo en el que se estudia la Edad Media de Asturias, todos actualizados y utilizados en numerosos centros asturianos de Enseñanza Secundaria, tanto públicos como concertados.

Uno de ellos =*Geografía e Historia-Historia medieval*, de Ediciones SM=, pese a lo escueto de su contenido =apenas 14 líneas de texto=, explica con bastante precisión las circunstancias de nacimiento del Reino de Asturias refiriendo *la escaramuza, magnificada con el tiempo, que pasó a las crónicas como la Batalla de Covadonga*.

Sin embargo, otro manual consultado =*Ciencias Sociales-Historia*, ed. Oxford Educación= se limita a consignar la existencia del Reino de Asturias en un mapa, sin ninguna referencia explicativa en el texto de la unidad didáctica correspondiente.
En el caso de *Ciencias Sociales-Proyecto Kairós*, de la editorial MacGraw Hill, se esquiva la cuestión de un modo no solo simplista sino erróneo, despachando todo el asunto con una nota al margen que señala:
*la fundación del Reino de León en 914* =sic=.

Y el último libro de texto consultado =*Ciencias Sociales-Proyecto Zenit*, de Ediciones SM=, pese a dedicar más espacio al Reino de Asturias, es una sucesión de inconcreciones, errores de bulto y restos mal ordenados de una historiografía desfasada y sin rigor crítico.
Entre los desatinos con que sus autores narran la rebelión de Pelayo, afirman sin más que fue *un noble visigodo* y dan por sentado que *después de asentarse en Asturias llegó a ser aceptado como jefe, pero fue apresado por los musulmanes y permaneció en Córdoba como rehén del emir =sic=, que quería garantizar de esta manera la obediencia de los astures*.

Hay quien va incluso más allá.
En una conocida academia ovetense, que prepara oposiciones para profesores de Secundaria, se facilita sin sonrojo a los alumnos unos apuntes en los que se da por cierta la leyenda de que *los reyes asturianos del siglo IX seguían rindiendo su tributo anual de cien doncellas vírgenes al califa de Córdoba*.
Con despropósitos así en la pedagogía de supuestos titulados universitarios, no extrañaría oír cualquier día que Pelayo ganó la batalla de Covadonga a lomos del toro que mató a Manolete.

Bien cierto es que si no conocemos la Historia pasada, no vamos entender nunca el presente y mucho menos...vamos a tener idea de cómo construir un buen futuro.

Es por eso que a esa Historia que nos metieron de prepo, a la fuerza, desde niños, constantemente la han manipulado los mismos de siempre.
Son los mismos que han creado la *Constitución*, el llamado *Sistema de Gobierno*, un formato bastante homogéneo en casi todo el mundo, que tiende a no soltar nunca el poder que ostentan desde antaño.

Reglas y normas que entrampan a cualquier persona o grupo que pretenda *cambiar positivamente* un sistema que es injusto desde sus bases.
Resulta entonces una barbaridad asumida y aceptada que se *eduque* a los niños de acuerdo a un relato único, y es en parte lo que sostiene ésta división social que equilibra a la conveniencia del mismo sistema.

Hay que comenzar entonces a advertir, a atar cabos, a aprender a leer y escuchar, a ver, a conocer esas señales que emanan de cierta dirigencia política para así poder identificar la intención de fondo.

Lo autoritario, lo xenófobo, lo religioso, lo patriótico, lo nacionalista, lo conservador, lo discriminador, lo clasista, son señales claramente visibles si revisamos la historia que nos enseña a entender mucho de lo que hoy nos pasa socialmente.

Ligera y tendenciosamente cada vez que un individuo cuestiona lo establecido...salen los dardos envenenados para aplicarle motes y calificativos que no hacen más que demostrar...que se inquietan ante el mero hecho de quedar expuestos.

Y gran parte de la sociedad que nada tiene que ver con las élites, se vuelve cómplice de las mismas sosteniendo el relato ajeno, que nada tiene que ver con sus propios intereses ni con la historia completa, sin embargo no se tiene la capacidad de alguna vez dudar...de ponerse a pensar si en verdad la forma en cómo le han *educado* no ha sido la mejor forma de volverle una marioneta útil.

Hay una negación propia de la modernidad y es el *orgullo*, porque reconocerse engañado y recononcerlo, es más doloroso que el dolor infligido por el engañador...

Darse de bruces con la cruda realidad parece ser algo que el necio nunca estará dispuesto a soportar, y así viniera el mismísimo Cristo a decirnos que nos han engañado, probablemente le vuelvan a clavar en la cruz...

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuente;
-atlanticaxxii

lunes, 15 de abril de 2019

* Tecno-elecciones *

***Gran inicio de semana para todxs.

En el último tiempo venimos advirtiendo sobre el enorme impacto que tiene la tecnología comunicacional sobre las conductas sociales, y muy en especial su utilización perfectamente prediseñada a la hora en que dichas sociedades eligen a sus gobernantes.

Cuando la gente que utiliza indiscriminadamente su teléfono móvil confía en que la realidad está en él....¡kaput!...ya estamos fritos..

En cada elección se incorpora un gran lote de nuevos votantes, los jóvenes, que ya de por sí =por una natural indiferencia a cuestiones políticas= son un buen nicho lleno de *presas* para bombardear mediáticamente e *inducirlos* a determinado voto.

Pero no vayamos a creer que la natural indiferencia juvenil excluye a los otros...

Aquél ciudadano que tiene bien en claro las cosas, guste o no, no suele traicionar su ideología y vota a izquierda o a derecha, el problema....es ese tercio odioso que transita por la ancha avenida del medio, ese que dice ser *independiente*, que ni con unos ni con otros, que en definitiva es el tercio que define en las elecciones.

Ciudadanos que nunca tienen en claro qué votar y que mayormente ya han sido *vaciados* de ideología, puestos en hartazgo contra la política y los políticos, los inconformes de siempre, los que aún siguen esperando la *perfección* de un sistema que no existe.

En España se vienen las elecciones generales y muchos ya están advirtiendo de las hábiles estrategias tecno-comunicacionales tendientes a cooptar voluntades mediante una sarta de artilugios ideales en tiempos en que el ciudadano..le cree más al celular que a la realidad.

Aquí en Argentina estamos también en año electoral pero escalonado, las elecciones provinciales se han *desdoblado* =así le dicen= se realizan en fechas distintas a la Presidencial que se quedará sola allá por Octubre.

Si existe algo esperanzador ante semejante maquinaria inteligente de engañar incautos es la dura realidad..

El actual CEOgobierno neoliberal impiadoso ya ha perdido en las 4 elecciones provinciales realizadas hasta ayer, y es más...sale tercero cómodo..

Ésto no significa que las sendas campañas mediáticas no se realicen, sino que, cuando abrís la heladera y la ves vacía..no hay engaño que pueda funcionar.

Cuando te llegan las facturas de gas, luz, agua y demás, y no te alcanza el salario...no hay propaganda ni fake news que sea capaz de hacerte dudar a la hora de meter el voto en la urna.

Pero en España, país del primer mundo donde si bien existe un deterioro económico y social desde que se han sucedido gobiernos elitistas enmascarados a veces de socialismo, allí los extremos no están muy nítidos. 

En España el desastre económico en nada se compara con nuestros países latinoamericanos donde las miserias cuando llegan...son tremendas y a raudales.

En la Península Ibérica se dirimen muchas otras cosas además de lo económico y al parecer según el informe que les voy a compartir a continuación, la tecnología comunicacional pone sus peores armas para capturar el voto de ese *tercio veleta* que es fácilmente manipulable con las técnicas actuales.



-Todos los partidos, uno detrás de otro, se pusieron de acuerdo en modificar la Ley de Protección de Datos.
Todos habían oído hablar de Cambridge Analytica, de la manipulación informativas en las elecciones de Brasil y, por supuesto, del referéndum del Brexit.
Y se pusieron de acuerdo en un artículo, el 58 bis.
Un cambio sobre una ley gris que, sin embargo, abre más la puerta a la manipulación de procesos electorales, empezando por las generales del 28 de abril.
Algo que lo cambia todo y sobre lo que no se sabe mucho.

*No parece muy inteligente, lo que parece es bastante oportunista*, opina la periodista experta en tecnología, Marta Peirano, que en abril presenta su libro *El enemigo conoce el sistema*.
El 58 bis nació para que los grupos políticos puedan hacer campañas diferenciadas, elaborar perfiles, segmentar públicos, que permitan lanzar mensajes personalizados o más ajustados a las necesidades de campaña.
Ahorrar en publicidad en los buzones =lo más caro de las campañas= y eliminar otros intermediarios.

Con el sistema electoral vigente, y las herramientas de perfilado que aporta nuestra huella digital, la búsqueda de los votos se transforma completamente respecto a los procesos anteriores.
Elena Gil, abogada especialista en protección de datos, cree que es arriesgado decir que las prácticas que ampara la nueva norma no se hayan usado anteriormente, porque, en este caso =como en el dopaje en el deporte= las trampas van por delante de las regulaciones, *lo que sí es realmente nuevo es que por fin tomamos conciencia*.
La norma, indica Gil, abre la puerta a que se popularicen estas prácticas.

La fórmula se repite.
El partido pone sus bases de datos a disposición de empresas de marketing dedicadas al análisis de datos y vendehumos.

Legalmente no pueden ceder los datos, y cualquier empresa incurriría en un delito si usa esas bases posteriormente, pero en campaña los partidos pasan los datos a esas agencias, que los analizan cruzándolos con la huella digital de los sujetos de interés:
qué compra, qué vende, con quién interactúa, a qué dedica el tiempo libre.
Plantean campañas segmentadas =la palabra se repite una y otra vez=, aportan una serie de conclusiones y soluciones, en forma de campañas específicas o abiertas que tenga *perchas* para esos consumidores de oferta electoral.

Contra esto, la ley establece como única garantía el derecho de oposición, pero el problema, indica Gil, es que no es tan sencillo, ya que los legisladores no lo han puesto fácil.
Gil forma parte del *Grupo Secuoya*, una plataforma de abogados, que ha puesto en marcha la *Lista Viernes*, para que la ciudadanía solicite que no se utilicen sus datos en ese proceso de *spam político*.

En pleno proceso de financiación =a través de una campaña de crowdfunding=, la lista solo funcionará, indica esta abogada, *si mucha gente se inscribe y comienza a hacer presión social para pedir garantías y transparencia a los partidos*.
El problema, señala Gil, es que, al contrario que con las empresas comerciales, para las que existe la *Lista Robinson*, la legislación no obliga a los partidos a consultar estos listados, de manera que, quien se apunte, no puede estar seguro de que sus datos no serán usados en la campaña.

El caso de un adolescente que ha recibido, a sus 17 primaveras, mensajes de tres partidos en campaña, evidencia que la carrera comenzó hace meses.
Y el escenario predominante es WhatsApp.
La red de mensajería instantánea, propiedad de Facebook, tiene una ventaja comparativa para los partidos:
su total opacidad.

*Es totalmente imposible saber de qué habla el público en WhatsApp*, explica Daniel Gayo-Avello, investigador en social media.
*Eso significa que si se usa la aplicación de mensajería como vector para difundir desinformación no se puede saber hasta que alguna persona traslada ese bulo a Twitter o Facebook*.

Los analistas además, insisten en que el bulo y su desmentido =que puede provenir de medios convencionales o de agencias de verificación como Maldita o Newtral= se transmiten por vías distintas.
Más específicamente, alcanzan burbujas o comunidades distintas y compartimentadas para que no se toquen.
Normalmente, el bulo =sólo cuando alguien ha pagado para su difusión= encuentra más público que su desmentido.

DESINFORMACIÓN

El 20 de marzo, el colectivo X.net publicó el borrador de su informe *Fake you*:
Fake news y desinformación, un trabajo que quiere ser un arma contra la falsificación informativa y que su coordinadora, Simona Levi, quiere presentar antes de la campaña electoral ya que *la situación es más grave de lo que parece*.

La propuesta de X.net es sencilla:
rastrear el dinero hasta encontrar quiénes se benefician de la desinformación:
casi siempre Gobiernos e instituciones como los partidos políticos, denuncia este colectivo.
Es toda una industria, señalaba Levi en la rueda de prensa de presentación del informe, que se basa en un sistema vertical:
*Las fake news =bulos o desinformaciones= que cambian percepciones lo hacen como fruto de una inversión fuerte*, indica esta investigadora.

Por 3.500 euros, un partido puede adquirir un millón de robots sociales o bots, los más conocidos de entre los dispositivos de pastoreo digital.
Su utilidad es variada:
desde lo más sencillo =aumentar la masa de seguidores de una celebrity, partido o institución= hasta difundir etiquetas para conseguir ser tendencia en las redes sociales, pasando por lo más futurista:
contestar desde la provocación o la adhesión =gracias al machine learning=, intoxicar debates sanos e influir en los medios convencionales.

Las imágenes de las granjas de bots españolas muestran filas de móviles conectadas a una consola desde la que se mueven cientos de miles de perfiles.
El menú que ofrecen incluye bots, ciborgs, prácticas de astroturfing o flodeo.
Palabras de novela ciberpunk para un tiempo en el que todo el mundo es susceptible de ser manipulado.
*La sociedad ya es consciente de que ciertas prácticas intrusivas pueden ser manipulación, pero nunca sentimos que nosotros somos sujetos de manipulación*, señala Gil.

La parte opaca de la oferta de perfilado y análisis es explotada de forma diferente en los tres principales canales:
Twitter, Facebook y WhatsApp.
En Twitter, *quizá el mayor problema sea la capacidad de grupos pequeños que, usando medios automáticos =bots y cuentas falsas=, pueden fijar la agenda y obligar a los medios a tratar temas que no formaban parte del plan original de los candidatos*, indica Gayo-Avello.

Facebook se ha convertido en el eje sobre el que han girado los escándalos de manipulación más importantes de la historia.
A partir de unos pocos euros, una noticia falsa, descontextualizada o agresiva, puede recorrer los muros de la comunidad previamente seleccionada.
En los últimos tres meses de la campaña electoral estadounidense de 2016, la red social de Mark Zuckerberg difundió 20 noticias que fueron más leídas, compartidas y valoradas que las 20 más exitosas de los medios tradicionales.
Las 20 entran en la definición de noticias falsas.

WhatsApp se hizo célebre con las elecciones brasileñas, en las que la desinformación pasó bajo el radar hasta las últimas semanas de campaña, cuando ya era tarde. Peirano explica que uno de los últimos esfuerzos *fue engañar a la gente sobre cómo votar* y para disuadirles de acudir a los colegios electorales.
*Las campañas clandestinas por WhatsApp no son una herramienta que hayamos tenido antes, tampoco se parece a ninguna*, señala esta periodista de Eldiario.es.

La clave es la capacidad de enviar un mensaje masivo, de forma rápida y sin garantía de veracidad.
Peirano lo lleva al extremo:
*Puedes hacer una campaña diciendo que Pedro Sánchez mata perros por las noches.
Una campaña de marquesinas tiene que ser aceptable, una en WhatsApp no*.

*Seguir el dinero*, insiste Levi, quien plantea la necesidad de una legislación que ataque la financiación de quienes propicien la difusión de informaciones falsas, que aplaque a los monopolios que invierten grandes cantidades de dinero en la manipulación y que fije los criterios económicos bajo los que los partidos se plantean campañas oscuras de propaganda, una puerta abierta a la corrupción informativa.
Porque, como señalan desde X.net, la clave no es que una información sea falsa, sino cómo, cuándo y entre quién se difunde.

Daniel Gayo-Avello matiza que no hay *datos duros* que permitan afirmar que la influencia de Facebook y WhatsApp fue determinante en las elecciones de Brasil y EE UU, aunque apunta que el principal impacto es el cocktail de tecnología con métodos políticos maliciosos:
*La gran diferencia es que ahora la segmentación puede hacerse con mayor precisión, la propaganda puede ser más intrusiva y la desinformación constituye una parte importante =si no la mayor= de la dieta informativa de la ciudadanía*.

BOTS Y MEDIOS CONVENCIONALES

En esa carrera, los partidos que concurren a las elecciones generales no están obligados a desglosar su gasto en comunicación, lo que dificulta saber hasta qué punto la inversión en técnicas de pastoreo y spam influyeron en campañas como la de 2016.
El informe *Fake You* ha determinado que los cuatro principales partidos de ámbito estatal utilizaron robots sociales, algo que como señalan desde X.net supone un riesgo por su capacidad para influir *en la información en los sistemas de redes sociales, sino que también intervienen peligrosamente en el mundo real*.

Daniel Gayo-Avello introduce otra variante y es que, pese a que el Big Data =inteligencia de datos= ya se presenta por los expertos como una herramienta más efectiva que la vieja demoscopia para calibrar tendencias de cara a las elecciones, su capacidad predictiva es limitada *máxime cuando gran parte de la información difundida es falsa y muchas cuentas supuestamente personales son bots automatizados*.

El último elemento fundamental devuelve la responsabilidad de la difusión de mensajes en campaña a los medios tradicionales, especialmente al triángulo formado por los grandes grupos españoles:
Prisa =Cadena Ser, El País=, Mediaset =Tele5= y Atresmedia =La Sexta, Antena 3, Onda Cero=.

Un artículo de los investigadores Sergio Olalla, Enrique Chueca y Javier Padilla titulado *España ya no es excepcional*:
los principales medios de comunicación y el partido de extrema derecha Vox*, incluye datos sobre cómo medios clásicos como El País y El Mundo han dedicado una cobertura sin precedentes a un partido sin representación como Vox y aporta una conclusión en forma de cuestionamiento:

*Si la cobertura de los partidos políticos en los medios de comunicación es impulsada por el apoyo público a los partidos, incluso si la cobertura de los medios aumenta el apoyo del público, se podría argumentar que los medios de comunicación están facilitando la popularidad*.

Por otro lado, señalan estos autores, *si la cobertura de los medios cambia de manera independiente el apoyo público en lugar de reflejarlo, esto podría representar un punto de distorsión en el funcionamiento de una democracia, dependiendo de cómo entendamos el papel del periodismo en las democracias*.

COVADONGA 2.0

Rafael Bardají no es un gran orador, es un gran neocón.
Es también una referencia del lobby pro israelí en España, enlace con el Partido Republicano =uno de los pocos en la esfera conservadora española que apoyaban sin cortapisas a Trump= y ahora con *The Movement*, la franquicia creada por el ideólogo de ultraderecha Steve Bannon en Europa para la difusión de la agenda neoconservadora.

Su adaptación de esa agenda le ha llevado a decir que Vox propiciará un acontecimiento que llama *Covadonga 2.0* contra la expansión del islam en Europa.
Bardají también es un hombre de Aznar, actor poco memorable en las conversaciones para la declaración de guerra a Iraq =basada en la desinformación sobre las armas de destrucción masiva= publicista y experto en marketing de profesión.
Además, es uno de los fichajes estratégicos de Vox.

Bardají no es un hombre con carisma y tampoco está desinformado.
En marzo, su perfil de Twitter daba espacio a noticias de *El Matinal*, *Caso Aislado*, u *Outono*, medios que referenciaban informaciones de Breitbart o Info Wars, los sitios web puestos al servicio de la nueva derecha estadounidense.
Pero su fuente principal de noticias es el polémico OkDiario.

En el último mes, Bardají compartió una noticia de El Matinal sobre una supuesta auditoría a la Junta de Andalucía en la que habría aflorado una estafa de 4.000 millones durante el mandato de Susana Díaz.
Nada que se pueda leer en otro medio, nada que se pueda explicar =una auditoría de ese calibre no se hace en dos meses=, nada que nadie le haya reprochado a Bardají, con un modesto número de seguidores en Twitter =3.255=.

En el perfil del cerebro publicitario de Vox abundan los retuits de perfiles como *El Castigador* o *Ciudadano Cualquiera*, tuiteros afines a Vox que se presentan como opinadores anónimos, azotes de herejes y vehículos para la difusión de la campaña de Vox contra el *voto útil* de la derecha.

El uso de Vox de las redes sociales y WhatsApp está siendo intenso, la dificultad para rastrear el alcance de esa *campaña oscura* de comunicación contrasta con lo fácil que permean en los medios de comunicación mensajes que no formaban parte del debate político y que comienzan a copar programas de TV y tertulias de radio.
Es un ejemplo el anuncio de que el líder del partido ultra, Santiago Abascal, pretende abrir los permisos de armas para que se extienda el comercio de pistolas y rifles.
Un objetivo que solo satisface a un sector muy determinado de población, que eclipsa datos objetivos como que España está a la cola de la UE en protección social.

POLÍTICAS A LA CARTA

Mientras Abascal elude ir a debates y demasiada exposición en abierto para no quedar en evidencia =como de hecho ha pasado cuando se le ha preguntado sobre temas como el Brexit=, la sospecha es que Vox está aprovechando todas las vías abiertas por las cadenas de WhatsApp.
La fórmula, de nuevo, es la segmentación, que explica asimismo la búsqueda de candidatos que cumplan perfiles determinados en circunscripciones con problemáticas específicas o comunidades preexistentes =militares, de pequeños terratenientes o con una bolsa de padres separados=.

Elena Gil explica cómo la personalización de mensajes tiene como objetivo principal trabajar con emociones, ya que *cada vez más nos movemos por sentimientos que por datos objetivos*.

Unas horas antes de que diera comienzo la campaña electoral, Vox no había presentado su programa de Gobierno.
Amplificar modelos de pensamiento no mayoritarios para hacerlos pasar por tales, poner en marcha emociones antes de que se tome la decisión sobre el voto, encontrar nichos de malestar antes que hacer una campaña.
Combinar soledades para generar un falso movimiento social que opere unido solo una vez:
a la hora de ir a votar.

Marta Peirano subraya cómo la clave es la generación de un estado de desinformación en el que no se sepa =o no importe= lo que es verdad o mentira.
Los medios de comunicación ven perder su legitimidad en una huida hacia adelante definida por su trabajo para estar en =y generar riqueza para= las redes sociales.
Y son los propios partidos quienes contribuyen a cuestionar las informaciones fidedignas o veraces, conscientes de que la pérdida de credibilidad puede ser utilizada para esquivar informaciones comprometedoras.

Así, cuando el Grupo Prisa publicó que Vox había desviado donaciones a través de militantes, Abascal dijo que era un *invento progre*, y cuando El Mundo recogió una propuesta de Pablo Casado sobre incentivos a mujeres sin papeles que den a sus criaturas en adopción, el candidato del PP se defendió del escándalo calificando la información de *fake news*.
Lo mismo dijo el 10 de abril cuando, tras una entrevista, Eldiario.es publicó que Casado pretende bajar por primera vez el salario mínimo interprofesional a raíz de una entrevista en Onda Cero.

Entre las alertas que las fuentes consultadas consideran que han saltado ya están la destrucción del debate político sano, el fin de los programas políticos, la discusión en torno a datos que cada ciudadano ha recibido por separado =y que posiblemente sean contradictorios= y la banalización de la información.
En *Nueva ilustración radical*, la filósofa Marina Garcés apunta que uno de los síntomas de la delegación en la inteligencia artificial, en el algoritmo, es el empequeñecimiento de los seres humanos.
A la vez que brotan formas de autoorganización y nuevas redes, también aumenta la tendencia *a la segmentación, a la disgregación, a la conformación de micromundos y a la autorreferencialidad*, apunta Garcés.

La epidemia de soledad es, para Peirano, lo que está detrás de la creación de burbujas:
*Hacer campañas diferentes para gente diferente, lo que significa es que el país no está diciendo colectivamente lo que le parece mejor*.

En lugar del pensamiento único, una especie de pensamiento a la carta, dirigido por quienes tienen más capacidad de atraer la atención y sin garantías de que sus mensajes sean examinados y escrutados por el conjunto de la población.
Todos los partidos se pusieron de acuerdo para no poner límites a los nuevos tiempos, pero algunos tienen mucho más que perder con este modelo.

Muy preocupante..
Todo ésto me lleva a recordar un puñado de grandes conceptos de la compatriota Nora Merlin:



*Hay un ciudadano que se cree libre y no registra que es un esclavo posmoderno.
A través del monopolio de los medios, se configuró una realidad virtual, un sentido común enajenado.
Cuando pobres y ricos votan los mismos candidatos que los irán despojando de lo poco que tienen, significa que el marketing superó a la política.
Ya no se trata de un poder exterior visible e identificable que se impone mediante la fuerza, como fue el Plan Cóndor para el Continente Latinoamericano, los golpes de Estado realizados por las Fuerzas Armadas y las dictaduras de los 70.

Estamos frente a un poder invisible, simbólico e imaginario, que se entrama en todos los aspectos de la cultura y crea e instala el sentido común a través de distintas técnicas de sugestión y manipulación.
Este poder se encarna fundamentalmente en tres agentes:
los medios de comunicación concentrados, la educación y la salud mental, que logran producir en gran parte de la sociedad lo que defino como *colonización de la subjetividad*.

Se trata de una hipnosis colectiva que conduce a una obediencia inconsciente de un ciudadano que se cree libre y que no registra que es un esclavo posmoderno que cumple órdenes.
Las características principales del colonizado son el individualismo, el consumo ilimitado, la exacerbación de la imagen, la ausencia de pensamiento crítico, el pensamiento despolitizado, la repetición de una retórica automática, vacía de contenido, racista y xenófoba.
Una subjetividad deprimida, deudora y culpable porque el individuo, empresario de sí mismo, nunca da con la talla esperada por una cultura meritocrática organizada como un negocio.

Una subjetividad angustiada, medicalizada, con niños etiquetados en un totalitarismo de la normalidad.
Una subjetividad que se autoexplota porque introyecta los imperativos culturales en los que ninguno de sus rendimientos alcanza.
Una subjetividad sin pasado, sin legados simbólicos y sin memoria que, además, tiene la obligación de ser positivo y feliz.
Los medios corporativos ejercen un totalitarismo comunicacional y semiótico, un discurso único que digita el sentido común y lo impone a fuerza de repeticiones, mentiras, posverdad, marketing, e instalación de prejuicios, creencias y odio.

El poder mediático se apropia totalitariamente del significado de las palabras.
Por ejemplo; *la democracia es sin pueblo, la política es violenta, la militancia está conformada por vagos, los trabajadores estatales son ñoquis, etc.*
La historia se repite, lo que estamos viviendo es un déjà vu aggiornado al siglo XXI a través de las nuevas tecnologías, estrategias comunicacionales y el lawfare =guerra jurídica=, junto con una concentración mediática nunca vista plagada de operaciones mediático-judiciales.

Hay un retorno del sometimiento social al poder real =del rey= que tomaba fundamento en la suposición naturalizada de que la fuente provenía de Dios.
Actualmente, se juega como obediencia inconsciente al poder real que hoy son las corporaciones que ejercen control y disciplinamiento sobre la subjetividad.
El neoliberalismo tiene dos maneras de instalarse:
por la violencia real y la represión, o por la violencia simbólica e imaginaria.
Esto constituye un poder invisible pero más eficaz, que genera sugestión y obediencia y en el que se naturaliza la pérdida de derechos y la movilidad social descendente.

Se promueve desde el poder y se naturalizan conductas racistas y xenófobas que atentan contra la solidaridad y la fraternidad.
Se alimenta el odio, la venganza, la justicia por mano propia, y toda clase de atropellos e impunidad estatal, se desprestigia a los adversarios políticos y dirigentes sociales a los que se los estigmatiza mediante el significante de *corrupción*.

Estamos en una situación de debilitamiento del Estado protector transformado en Estado policía que falla en su función central, que es atenuar la hostilidad entre las personas y ampararlas.
Crece la desprotección y la angustia social, lo que significa desamparo e indefensión.

Hay que hacer una apuesta firme y decidida a la política democrática sostenida por un deseo de emancipación que sea capaz de ir en contra de las identificaciones homogeneizantes propia de la psicología de las masas.

Una resistencia a ser manejado como una marioneta por el poder, una apuesta al amor, al arte, la amistad y todo aquello que escape al circuito de la mercancía.


Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-elsaltodiario