martes, 21 de mayo de 2019

* Venenos físicos, venenos económicos *

***Muy buen Martes para todxs.

Incongruencias, hipocresía, materialismo, injusticias.
Características de la gobernanza mundial que, si esperamos que un día cambie, es precisamente poniéndolas en evidencia.

Trifecta de sucesos como para masticar la bronca y que ésta se transforme en evolución de nuestro razonamiento.



-En 1962 Rachel Carson, en su libro *Primavera silenciosa*, ya nos advertía de los efectos perjudiciales de los pesticidas en el medio ambiente, especialmente en las aves, y culpaba a la industria química de la creciente contaminación .

Si una persona pudiese conducir un coche por una carretera en los años 80 y justo después lo hiciese en 2019 por esa misma carretera notaría muchísimas diferencias, pero una de ellas, quizás la menos evidente pero una de las más importantes, sería cómo se ha reducido el número de insectos que se estrellan en el parabrisas del coche por cada kilómetro recorrido.
No podemos viajar en el tiempo para hacer ese experimento, pero gracias a la ciencia podemos ver hasta qué punto ha llegado el declive de los insectos y cuáles son las causas.

Una reciente revisión de estudios científicos sobre la situación de las poblaciones de insectos estima que en los últimos 27 años las poblaciones de insectos voladores se han reducido en un 76%, lo que representa una pérdida anual del 2,8% de la biomasa de estos animales.

Esta reducción podría provocar la extinción total de los insectos en un siglo, con consecuencias incalculables para el ecosistema global.
La mitad de las especies de insectos están disminuyendo rápidamente y al menos un tercio se encuentran en peligro de extinción.
Evidentemente la repercusión de esta pérdida para el medio ambiente es catastrófica, dado que los insectos son imprescindibles para el funcionamiento de los ecosistemas y también para la producción de los alimentos, al ser responsables de gran parte de la polinización.

Según estos estudios las razones de este declive son especialmente dos:
el cambio del uso del suelo, en particular el debido a los monocultivos industriales, y el elevado empleo de plaguicidas que se dispersan por el medio ambiente y envenenan las plantas silvestres y los insectos.
En los 57 años que han trascurrido desde aquella famosa publicación de Carson los estudios científicos vuelven a señalar a los pesticidas como los responsables de una primavera no solo silenciosa, sino también con mucha menos polinización.

Por si la preocupante reducción de los insectos no fuese suficiente, la utilización de productos pesticidas está íntimamente relacionada con diversos problemas para la salud.
La Organización Mundial de la Salud-OMS estima que cerca de un quinto de los 12 millones de casos de cáncer que se diagnostican cada año en el mundo se pueden atribuir a exposiciones ambientales y ocupacionales.
Estos y otros datos de la OMS vienen a confirmar un hecho que se sospecha desde hace tiempo:
muchas de las enfermedades no contagiosas se derivan de la exposición química ambiental en su concepto más amplio.

En concreto los plaguicidas disruptores endocrinos están relacionados con daños a la salud como problemas reproductivos, cáncer de mama, próstata y tiroides, enfermedades neurológicas y enfermedades metabólicas, como obesidad y diabetes.
La normativa actual, que permite una cantidad supuestamente segura de residuos de pesticidas en los alimentos, no protege frente a los pesticidas disruptores endocrinos para los que cualquier pequeña exposición supone un riesgo.
El binomio inseparable que forman salud y medio ambiente revela que sin un entorno sano, limpio de tóxicos, no es posible el pleno desarrollo de los derechos humanos, tales como el derecho a la salud y el derecho a una alimentación de calidad.

Las organizaciones ecologistas llevamos años denunciando esta situación, y a nivel internacional se han logrado algunos avances, por ejemplo en Dinamarca ya reducir un 50% el uso de pesticidas.
Pero en el Estado español, en lugar de avanzar, continuamos retrocediendo.
Somos el país europeo líder en consumo de pesticidas, con un aumento anual continuado del 5% desde 2011.
Solo en 2016 se vendieron más de 76.000 toneladas de pesticidas en nuestro país, lo que supone 1,65 kg de pesticidas por persona.

El elevado uso de pesticidas explica, al menos en parte, la elevada presencia de estas sustancias en nuestra comida y en nuestros ríos, como revelaron dos estudios de Ecologistas en Acción.
En 2015, la mitad de las frutas y hortalizas a la venta en España tenían residuos de algún plaguicida, 38 de los cuales eran sustancias con capacidad de alterar el sistema hormonal.
En 2016 detectamos 46 plaguicidas en los ríos españoles, de los que 26 son disruptores endocrinos.

Esta situación es insostenible.
Por ello, Ecologistas en Acción reclamamos a las formaciones políticas, con motivo tanto de las elecciones generales como de las europeas y autonómicas, que se comprometan a lograr una reducción del 50% en el uso de pesticidas para 2023 y que se apoye a la agricultura ecológica libre de agrotóxicos.
De este modo se contribuirá a la imprescindible reducción de la carga tóxica ambiental y se posibilitará que nuestro país sea más saludable para todos los seres vivos.
Nos jugamos mucho.

Pero a no sentirse los peores del mundo amigos de España, en Argentina le disputamos el primer puesto..;



-Las entidades agropecuarias reaccionaron violentamente ante el fallo del Supremo Tribunal de Justicia de Entre Ríos, que ordenó un límite para la fumigación con agrotóxicos alrededor de las escuelas rurales.

*Es mucho más fácil reubicar las escuelas que cambiar el modo de producción*, lanzó el vicepresidente de la Federación Agraria, Elvio Guía, a tono con el sesgado comunicado emitido por la Mesa de Enlace provincial, que tildó al fallo de tener *prejuicios ideológicos que en pleno siglo XXI debieran estar perimidos*.
Desde la Red de Docentes por la Vida, respondieron:

*Un campo sin escuelas es lo que necesitan las corporaciones*.

El vicepresidente de la Federación Agraria respondió;

*Es más fácil reubicar las escuelas que cambiar la producción.
Reubicar a tres alumnos, que encima vienen del pueblo, porque los lleva la maestra para no perder su trabajo*,

sostuvo , cargado de prejuicios y negando los argumentos del fallo del supremo tribunal provincial.
*Me parece que la discusión puede ser muy grande, puede ser muy larga, es el cuento del huevo y la gallina, la escuela no estuvo antes que el campo*, argumentó el hombre de la Mesa de Enlace.

Las desacertadas declaraciones de Guía fueron respaldadas en un comunicado conjunto de la Federación Agraria, la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos-FARER, la Sociedad Rural Argentina y la Federación de Cooperativas-FEDECOF para cuestionar el fallo que pone un límite de 1000 metros a las fumigaciones terrestres con agrotóxicos y 3000 metros a las aéreas.

*Este fallo, sin respaldo ni criterio técnico alguno, imposibilita la producción en más de 300 mil hectáreas y se trata, sin dudas, de un nuevo golpe asestado al corazón de los productores*, atacaron los ruralistas para presionar al gobierno entrerriano a un último recurso de apelación ante la Corte Suprema.

A contramano del discurso de las entidades agrarias, términos como los de *ausencia de rigor científico* e *insolvencia técnica* fueron las frases con las que los jueces Daniel Carubia y Miguel Giorgio firmaron el fallo de mayoría contra el decreto del gobernador Gustavo Bordet , que se ajustaba a los deseos de los ruralistas y reducía los límites de fumigación a 100 metros terrestres y 500 aéreos.

*Hoy, que se condena a Monsanto por ocultar los efectos del glifosato, el productor que dice utilizar esos venenos porque son inocuos ni siquiera lee las noticias o las leen y pretenden ocultarlas , lo que es más grave*, apuntó Aldana Sasia, abogada del Foro Ecologista de Paraná, que consiguió el histórico fallo ambiental.

El decreto de la administración de Bordet había sido una inmediata respuesta al amparo ambiental que el Supremo Tribunal había otorgado en favor del Foro Ecologista de Paraná y otras organizaciones que solicitaron los límites mil y tres mil metros, sosteniéndole con estudios científicos de la bióloga de la Universidad de Río Cuarto Delia Aissa y del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente de la Universidad de La Plata que dan cuenta del impacto de las fumigaciones en los niños y niñas, y en la contaminación de la tierra y el agua.

La primera reacción por parte del gobernador Bordet parece alejarse del deseo de los ruralistas de llevar la discusión hasta la Corte Suprema.

*Dejando de lado el tema de la apelación, creo que hay que ir en busca de una norma que genere consensos en la provincia, una norma que nos haga superar la antinomia y las posiciones extremas, que proteja a los chicos en las escuelas, pero que garantice el proceso productivo y que cuide la salud de los vecinos*, consideró tras el duro revés judicial.

El fallo del máximo tribunal entrerriano no solo pone límites de distancia para las fumigaciones sino que también ordena la creación de barreras vegetales a 150 metros de las escuelas rurales.
Esa acción preventiva, que deberá cumplirse en los próximos dos años, conforma las 3 mil hectáreas en las que no se podrá producir con el paquete tecnológico que incorpora los agrotóxicos, y que el secretario de Agroindustria y ex titular de la Sociedad Rural se sumó al coro ruralista para calificar como *un tiro en el pie*.

*Las organizaciones de la mesa de enlace tienen una visión muy obtusa de lo que es la producción agropecuaria*, salieron a responder al comunicado de los ruralistas desde la Red Federal de Docentes por la Vida.
*Quienes supuestamente se abocan a esa actividad aparentan desconocer que hay una amplia variedad de modos en los que no se depende de agrotóxicos.
Unas 85 mil hectáreas bajo el asesoramiento del RENAMA y 80.877 hectáreas de producción orgánica argentina durante el 2018, solo por mencionar algunas*, subrayaron los docentes.

El comunicado de la Red destacó que el decreto defendido por los ruralistas violaba las constituciones nacional y provincial, además de la Convención de los Derechos del Niño, que obliga al Estado a asegurar un ambiente sano para el desarrollo de los niños y niñas.

Hablamos por éstos días de los daños a la salud humana y animal por la tecnología para teléfonos móviles, pues decía yo en otra entrada que uno de los objetivos era el dinero y el *secuestro* de nuestra elección libre a mercar como nos dé la gana, pues..a todos nos quieren *adentro*;



-Hay un fenómeno que se desarrolla lentamente por todo el mundo.
Tendrá graves consecuencias, pero muy pocas personas son conscientes de ello, quizá porque supone algo aparentemente trivial y benigno:
la extensión del pago digital.
No sólo ocurre en las ciudades principales de los países más económicamente desarrollados, sino también en los más pobres, a menudo con la ayuda de los programas de *inclusión financiera* de las organizaciones de desarrollo internacional, en compañía de las instituciones financieras más relevantes.

El crecimiento del pago digital =a veces bajo las etiquetas de *e-money* o *dinero móvil*=, vinculado a la eliminación gradual del dinero físico, da a las instituciones financieras y a los gobiernos nuevos medios de supervisión financiera y control a una escala nunca vista.
Según argumentaré, este fenómeno puede ser visto como la gentrificación del pago.

El término *gentrificación* suele remitir a los procesos urbanos en los que una comunidad marginada, a menudo caracterizada por sus redes de economía informal, sus mercadillos callejeros y su clima de dureza, ve cómo sus espacios de vida se ven paulatinamente reducidos por la aparición de recién llegados más pudientes, que los encarecen y que usan su comunidad como asentamiento para nuevos mercados formales.
Este proceso pone en marcha una *limpieza* de la informalidad, en la que los recién llegados, atraídos por ciertas expresiones deseables de la comunidad como la música o el clima festivo, eliminan los elementos amenazantes que acompañan la precariedad original:
las bandas, los pequeños traficantes o los mercadillos callejeros.

El proceso de gentrificación del barrio termina con el vaciado de la comunidad original, la neutralización del riesgo que representa para la gente más pudiente y la aparición de una imitación inofensiva de esa comunidad, con propietarios de la élite de los negocios y enormes instituciones de fondo.
Puede que todo comience con la sustitución de los pequeños talleres artesanales por tiendas de ropa hipster, pero termina necesariamente con las franquicias apareciendo y reemplazándolo todo, desde las charcuterías familiares a los centros religiosos comunitarios.

Cuando miramos de lejos y generalizamos, la *gentrificación* aparece simplemente como el proceso por el que las redes comunitarias informales e impredecibles, potencialmente peligrosas para el interés de los negocios hegemónicos, son sustituidas por estructuras empresariales formales, estandarizadas y predecibles acompañadas de un aire de *amabilidad cool* y comodidad.
La figura del *consumidor* que busca una *experiencia de compra* en un centro comercial reemplaza al miembro de la comunidad buscando sentimiento de pertenencia en redes de amistad, de familia y de compañeros.

¿Qué tiene esto que ver con el pago?
El efectivo es una forma de pago vinculada desde hace mucho con las clases más bajas de las economías poscoloniales =la lonja de Maputo, los peluqueros clandestinos de Bombay, el comerciante de manualidades andino= que emiten los Estados pero se escapa fácilmente de su control más directo.
El pago digital, sin embargo, es el dominio de las empresas financieras transnacionales, y no se puede separar ni escapar de ellas.
Utilizar =o ser obligado a utilizar= el pago digital supone entrar en su esfera de poder e influencia.

En todo proceso de gentrificación, los desposeídos se apoyan en estructuras informales, o adoptan una identidad, significado y sentido de pertenencia al usar esas estructuras.
Sin embargo, desde la perspectiva de las grandes instituciones, estas personas suelen ser vistas de forma implícita como subdesarrollados, incluso criminales, que tratan de escapar de la mirada benevolente y responsable de las instituciones sin las que estarían mejor.
La comunidad de la inclusión financiera, cuyo fin es llevar los servicios financieros formales a la gente sin acceso a ellos, gusta de presentarse como un agente de empoderamiento social, pero a menudo se apega más a los intereses del gran mercado financiero y tecnológico.

Una simple búsqueda en Google Imágenes de *inclusión financiera África* muestra incontables imágenes promocionales de mujeres campesinas sonriendo frente a la pantalla de sus móviles, buscando una aplicación creada por algún grupo lejano de hombres de alguna ciudad grande, y vinculada a un centro de datos que monitoriza y rastrea sus acciones con el fin de encontrar oportunidades económicas.

LOS TECNICISMOS DEL PAGO

Para desmenuzar esto, antes hay que entrar en los fundamentos.
Las economías de mercado modernas reciben a diario una infinidad de interacciones sociales básicas.
Dos personas se encuentran en un puesto del mercado;
una de ellas le entrega algo específico e inmediato ya sean plátanos, una tostadora artesanal o un servicio concreto, y la otra le da algo general y dirigido al futuro:
dinero físico, que le dará acceso a un abanico de potenciales bienes y servicios de parte de terceros.

Si nos alejamos, podremos ver una vasta red interdependiente de personas y empresas que desplazan bienes y servicios reales en una dirección, e intercambios de dinero físico en la otra.
Todos estamos enredados en, y dependemos de, esas redes del mercado monetario.
La mayoría de gente usa la divisa nacional, dinero efectivo que sólo funciona en un área geográfica concreta.

Estas divisas nacionales tienen fundamentalmente dos formas.
En primer lugar el dinero en efectivo, físico, acuñado por instituciones vinculadas al Estado, como los bancos centrales y la tesorería del Gobierno;
en segundo lugar, los depósitos bancarios digitales, el *dinero* que vemos en nuestra cuenta bancaria.

Esta moneda digital es legalmente distinta del efectivo.
Son pagarés privados que emite un banco, con la promesa de que accedas a la divisa nacional.
Ir al cajero para sacar efectivo es, entonces, convertir los pagarés de tu cuenta bancaria en lo que te han prometido.
Además, podemos transferir esos pagarés a otras entidades por medio de transferencias bancarias.

El *dinero bancario*, es decir, los depósitos digitales, es distinto al *dinero del Estado*-efectivo, pero aun así los manejamos como si fueran funcionalmente equivalentes: hay muchos lugares en los que puedo entrar a una tienda y pagar *en efectivo o con tarjeta*.
Sin embargo, el dinero bancario no es distinto al dinero acuñado por el Estado sólo legalmente, sino también tecnológicamente =en su implementación= y vivencialmente =en su *tacto*, psicología, en la forma en la que interactuamos con él=.

La diferencia más importante entre el dinero efectivo y el dinero bancario no es tan trivial como cuál de ellos es más rápido.
Más bien se trata de la diferencia tecnológica o estructural.
El dinero físico consiste en objetos producidos por una casa de la moneda, y las transacciones con él implican fundamentalmente a sólo dos personas.
Entrego efectivo en una tienda, y a cambio recibo una chaqueta.
Podríamos querer efectuar la transacción más adelante, y en ese caso nos podríamos quedar con algún registro, como por ejemplo una factura;
pero, en principio, sólo son necesarias dos personas para este intercambio.

El dinero bancario, por otro lado, toma forma de *objetos-dato*, de unidades registradas en una base de datos controlada por bancos comerciales.
Puedo llevar conmigo efectivo, pero no este otro dinero:
se mantiene como información en el centro de datos de mi banco, y la única forma de *moverlo* a otra persona es contactando con mi banco para pedirles que lo carguen en mi cuenta y lo abonen en la cuenta de la persona que recibe el dinero.

Hoy en día hay toda una plétora de dispositivos y aplicaciones de pago digital, pero el esquema básico de las transacciones económicas digitales cuenta con cuatro elementos predecibles:

-Necesitas una cuenta bancaria.
-Necesitas un modo de demostrar quién eres y que eres el legítimo propietario de la cuenta.
-Necesitas un modo de mandar mensajes seguros al centro de datos de tu banco para iniciar la transacción.
-El vendedor necesita un modo de recibir la confirmación del pago.

Estos elementos pueden implementarse de diferentes formas.
Por ejemplo, puedo insertar una tarjeta de crédito Visa en la terminal de un punto de venta de un supermercado e introducir un código PIN, después de lo cual la terminal enviará mis datos =a través del sistema Visa= y la petición de mi transferencia a mi banco.
Puedo acceder a una aplicación de pagos usando un lector de huellas dactilares en mi móvil, y escanear entonces un código QR que me dé los datos del vendedor.
O puedo usar una aplicación de Apple Play vinculada a mi tarjeta de crédito.

El proceso puede implicar distintos niveles de instituciones intermediarias, desde empresas de telecomunicaciones a redes de tarjetas de crédito, pero en última instancia es lo mismo:
mi banco =o un proveedor secundario que use un banco para compensar las transacciones= recibe una petición para alterar mi cuenta.

Incluso cuando parece que los bancos no están involucrados, lo están.
Servicios como PayPal, o M-Pesa en Kenya, o Paytm en la India, o WeChat en China, son fundamentalmente nuevas capas construidas sobre el sistema económico bancario, o negocios en colaboración con los bancos, o intermediarios entre un banco y tú.
Puedes tener cuentas en estos servicios, pero a su vez ellos tendrán cuentas con bancos.

LA DINÁMICA PSICOLÓGICA

Aunque podríamos utilizar tanto dinero efectivo como digital para conseguir lo mismo =comprar algo en una tienda=, cada cual tiene características técnicas y empíricas distintas, que suponen una diferencia muy relevante.
Generalmente, cuando se le pide a la gente que describa esa diferencia, se fijan en las propiedades más inmediatas:
opinarán sobre cuál es más rápido, más adecuado o más fácil de usar en el momento del intercambio, o sobre cuál es culturalmente más relevante, o cuál parece más seguro.

Si lo han pensado más, podrían hacer observaciones más profundas sobre sus implicaciones psicológicas.
Por ejemplo, quizá crean que gastan más al usar dinero digital, porque parece *menos real*.
Es importante estudiar todas esas características, pero están sobrerrepresentadas hasta el extremo en los debates sobre las bondades del pago digital.
La diferencia más importante entre el dinero efectivo y el dinero bancario no es tan trivial como cuál de ellos es más rápido.
Más bien se trata de la diferencia tecnológica o estructural.

El dinero efectivo es un *instrumento del portador* que no necesita de terceras partes para intermediar entre un comprador y un vendedor, mientras que el dinero digital es un sistema de *dinero de libro de cuentas*, que exige varios terceros para intermediar.
A menudo parece que la gente no sea consciente de esto, o crea que es irrelevante, quizá porque esa intermediación suela ocurrir tan rápido que no nos damos cuenta, como un misterioso proceso de fondo que funciona *como magia*.
Sin embargo, es en ese proceso donde surgen las políticas y posibilidades más importantes del pago digital.

POLÍTICAS Y POSIBILIDADES DE LA INTERMEDIACIÓN A DISTANCIA

Entonces, ¿cuáles son esas políticas y posibilidades?
La naturaleza remota e intermediada del pago digital produce determinadas características iniciales:

Si te encuentras lejos de la persona con la que estás tratando de negociar, pero tienes acceso a la infraestructura de telecomunicaciones, puedes pagar sin estar físicamente cerca de ella.
Es por esto que el pago digital es idóneo para el comercio por internet, pero también para otras muchas circunstancias en las que se deben suministrar los bienes a distancia.
Por ejemplo, un vendedor ambulante podría querer adquirir bienes de un mayorista en los alrededores de una ciudad, sin tener que dejar su puesto para llevar a cabo una transferencia personal de efectivo.

Si la infraestructura de distribución de efectivo ha quebrado, no funciona adecuadamente o está muy poco desarrollada =un pueblo con sólo un cajero roto=, aún se podría pagar simplemente teniendo acceso a las telecomunicaciones.

La ausencia de dinero físico significa que es hipotéticamente *más seguro* =suponiendo que no se está sujeto a fraude o pirateo de tu cuenta digital=.
La comunidad financiera convencional se centra inicialmente en esta clase de características.
Estas comunidades incluyen grupos como la Fundación Bill y Melinda Gates, la Omidyar Network, el CGAP =Grupo de Consultoría para Apoyar a los Pobres=, la Better Than Cash Alliance =Alianza Mejor que el Efectivo=, y muchas otras que presentan el dinero digital como más seguro o adecuado a los consumidores, y más eficiente para los vendedores =que potencialmente procesarían más transacciones de forma más segura=.

Los académicos del sector han estudiado las dinámicas psicológicas e interpersonales de tener el dinero en mano en comparación a tenerlo en centros de datos bancarios, mientras que varias start-ups de tecnología financiera subrayan los costes aparentemente menores de la oferta de infraestructuras digitales de cara a alcanzar áreas rurales en las que puede no haber cajeros ni sucursales bancarias.

En general, estos grupos quieren un mundo en el que el pago digital supere las limitaciones del físico para permitir la expansión de oportunidades de comercio.
La tendencia fundamental ha sido el lanzamiento de las tecnologías financieras como un agente de inclusión financiera y crecimiento económico, ya sea proveyendo a la gente *de debajo de la pirámide* de alguna herramienta básica para evitar las dificultades relacionadas con el dinero en efectivo, ya sea dándole acceso a los beneficios de una economía digital de la que, de otro modo, sería excluida.

LA EXTENSIÓN DE LA RED DIGITAL

El relato de la *inclusión* se narra fundamentalmente a través de la modernidad aspiracional.
El relato es, a grandes rasgos, como sigue:

*La riqueza, la sofisticación y el desarrollo están relacionados con el acceso a las tecnologías más modernas, y estas son todas digitales.
Los habitantes de las grandes ciudades ricas son las primeras en adoptar esas tecnologías, y se encuentran en lo alto de la economía global digital que beneficia a un exclusivo grupo internacional.
El objetivo debe ser, entonces, darle a los demás las herramientas para entrar en ese grupo y compartir los beneficios*.

La historia está implícita en muchos reportajes, discursos políticos y anuncios de empresas en torno a la tecnología financiera, y es muy atractiva.

Pero *inclusión* es un concepto escurridizo.
Por ejemplo, imaginemos que hay un club exclusivo, en el que tienes que estar afiliado para entrar.
Algunos son incluidos y otros excluidos.
Fomentar la *inclusión* puede suponer dos cosas, en este contexto.
Puede suponer relajar los requisitos de afiliación para permitir entrar a más gente;
o bien puede suponer que se mantengan esos requisitos, al tiempo que se trata de ayudar a entrar a las personas dándole herramientas y formación para ello.

Consideremos, por ejemplo, el debate en el Reino Unido en torno a cómo incluir a los grupos más marginados en las principales Universidades, como Oxford y Cambridge. Se reconoce implícitamente que la dirección política y el sistema económico del Reino Unido están dominados por élites socioeconómicas de ambas universidades;
pero en vez de romper con ese elitismo estructural, los esfuerzos se concentran en cómo un abanico algo más diverso de gente entra en esas élites.

La inclusión financiera tiene un problema parecido.
Se reconoce implícitamente que la economía global se caracteriza por la desigualdad jerárquica, con una jerarquía geopolítica de naciones y una jerarquía de divisiones de clase en cada uno de esos países.
En la cima están las clases profesionales urbanas en las ciudades principales, como Nueva York, San Francisco, Londres, Tokio y demás, y sobre todo aquellas que están en los círculos tanto tecnológicos como financieros.

En general no se discute que la economía digital dominante que presiden sea algo bueno, y el objetivo no es terminar con las jerarquías fundamentales en ella.
Más bien, el objetivo de la *inclusión* es incorporar más personas a la red digital, pero en la posición de subordinación de quien acepta y utiliza pasivamente la tecnología desarrollada en las principales ciudades globales.
Si asumes que extender la dependencia del pago digital es bueno, hay muchas oportunidades a considerar:

-Dar a la población acceso a cuentas bancarias o, alternativamente, a cuentas con proveedores de pagos digitales sustentadas en el sector bancario.
-Ofrecer medios para comunicarse con esas instituciones a distancia a través de dispositivos digitales y móviles, aplicaciones y demás.
-Proporcionar nuevos medios para demostrar quién se es =verificación de identidad= al abrir cuentas o al comunicarse con los bancos o las empresas que hospedan esas fichas.

Eliminar gradualmente los medios alternativos de pago:
el efectivo.

Algunas de las historias más controvertidas del sur global están relacionadas con este proceso.
Un ejemplo conocido es el programa de *desmonetización* del Gobierno indio en 2016, en el que se retiraban de la circulación los billetes, lo que causó una enorme alteración económica para muchas personas pobres que se apoyaban en el efectivo.
El pago digital favorece un nuevo y vasto horizonte de vigilancia y control financieros, al tiempo que expone los usuarios a nuevos riesgos que no existen en la infraestructura del pago físico.

El Gobierno de Modi presentó el programa, en un principio, como una medida para luchar contra el *dinero negro*, la corrupción y el crimen, pero luego el relato cambió al de la modernidad digital aspiracional, un cuento sobre el adecuado, brillante y deseable futuro sin dinero físico al que la gente sería empujada, les guste o no.
Al día siguiente de que el Gobierno de Modi anunciara el programa, las empresas de pago digital iniciaron una carrera de seducción en los anuncios de las portadas de los periódicos, elogiando esta política.

Por ejemplo, Paytm cubrió la portada del Times of India y el Hindustan Times con un anuncio:

*¡Paytm felicita al Honorable Primer Ministro Sh. Narendra Modi por tomar la acción más decisiva de la historia financiera de la India independiente!
¡Únanse a la revolución!*.

El colosal programa biométrico indio =el más grande del mundo=, Aadhar, también defiende ese mensaje en términos de inclusión financiera y modernización:
la población debe verificar su identidad para abrir una cuenta de pago digital, y la biométrica se presenta como una posibilidad para la gente analfabeta o marginalizada.
El discurso oficial del gobierno indio se acerca mucho a los intereses comerciales del sector digital financiero, y estos son dos de tantísimos programas en todo el mundo para fomentar el cambio hacia el pago digital y la banca, que cruzan con infinidad de campañas privadas en la misma dirección, a menudo con apoyo de las principales instituciones internacionales de desarrollo.

Allí donde los servicios bancarios se encuentran poco desarrollados entre las comunidades más pobres, ha habido un intento de *saltarse* a la banca tradicional mediante intermediarios móviles conectados a la infraestructura bancaria.
Por ejemplo, M-Pesa en Kenya fue fabricado a partir de las redes móviles de Safaricom:
buena parte de la población tenía tarjetas sim pero no cuenta bancaria, por lo que la estrategia era convertir el número de móvil en un equivalente del número de cuenta bancaria, mientras que la empresa de comunicaciones conectaba por su parte con el sector bancario.

EL CONTROL DIGITAL

En estos esfuerzos entusiastas por la inclusión financiera digital, curiosamente, se han pasado por alto =o planteado como exclusivamente positivas= toda una serie de características clave del pago digital.
La intermediación propia del dinero digital implica que:

-Los intermediarios pueden ver tus transacciones y recoger información sobre tus actividades económicas cotidianas.

-Los intermediarios pueden bloquear tus transacciones.

-Como no posees físicamente el dinero, las instituciones pueden expropiarlo o congelarlo.

-Si la infraestructura eléctrica o de telecomunicaciones falla, o si los intermediarios sufren un fallo en su hardware o software, puedes ser expulsado.

-La conexión digital propia de la infraestructura es susceptible de ciberataques y diferentes formas de pirateo.

Aunque el discurso popular en la industria de las tecnologías financieras es que la gente opta *voluntariamente* por el pago digital, visto de cerca el asunto resulta mucho menos claro.

Dicho sin rodeos, el pago digital favorece un nuevo y vasto horizonte de vigilancia y control financieros, al tiempo que expone los usuarios a nuevos riesgos que no existen en la infraestructura del pago físico.
En principio, los promotores de las finanzas digitales evitaron una reflexión crítica sobre estas posibilidades negativas, ya que la primera etapa de la mayoría de estos productos es *adicional*:

los servicios digitales son añadidos a la situación del momento, así que se comienzan presentando como una excitante *nueva opción*.
Por ejemplo, una economía que antes sólo tuviera acceso al efectivo adquiere una opción digital, que abre todo un abanico de nuevas posibilidades creativas.

Estas nuevas posibilidades pueden usarse para evitar algunos de los viejos problemas, aunque introduzcan algunos nuevos, o también pueden presentar la forma anterior como un *problema*, en comparación =por usar una analogía: nadie vería un problema en utilizar una hoguera para calentarse, hasta que su vecino tiene electricidad=.
En consecuencia, la suma es entendida en general como algo positivo.

Sólo en las etapas posteriores, cuando se establece una forma nueva y se extiende lo suficiente como para comenzar a asfixiar los sistemas antiguos, comienza a adquirir un poder de *monopolio*.
En el caso del pago digital, este proceso de *extensión monopolística* se ha alimentado de varios factores.
Al principio, podemos ver esfuerzos políticos dirigidos a demonizar el dinero en efectivo con propaganda directa, a veces por parte del Estado =como es el caso del Gobierno de Modi en India=, pero también por grandes empresas del sector, como Visa, cuyos intereses comerciales incluyen librarse del dinero físico.
Por ejemplo, en un comunicado de prensa de 2016, Visa manifestó abiertamente que tenía una *estrategia a largo plazo para disminuir el efectivo para 2020*.

Después, se trata de incentivar el pago digital.
Por ejemplo, Visa tiene un programa de recompensa a los pequeños negocios de moda, como cafeterías en áreas urbanas clave, para que *dejen de usar efectivo*, y por ende extiendan el mensaje y las normas del pago digital a sus clientes =los cuales podrían incluir, por ejemplo, comunicadores sobre tecnología e innovación, expertos en medios y consultores, que popularizarían más el mensaje=.

Luego, se intenta dificultar el uso del dinero metálico, lo que supone hacer del uso digital algo relativamente atractivo, inspirando a la población a *elegirlo*.
Por ejemplo, cuando la banca cierra cajeros, haciendo el efectivo más incómodo.
En adelante, las compañías y los cuerpos estatales tratan de introducir y mejorar la infraestructura para hacer el pago digital más viable y atractivo.

Estos procesos tienen muchas consecuencias sutiles y formas de retroalimentación.
Conforme comienza a cambiar el entorno económico y cultural en favor de la digitalización, las empresas beneficiadas y los Estados usan este cambio como argumento para convencer de su uso incluso a la gente que no quiere usarlo.

Conforme se deriva más inversión a los servicios financieros y menos a las ramas no digitales, se comienza a penalizar =relativamente= a la gente que sigue usando dinero en metálico, que es vista por los propietarios de los negocios como una molestia y presentada en los noticiarios y los medios en general como luditas.
La población se ve forzada o *alentada* a usar medios digitales de pago.
Sin embargo, lo que en realidad tiene lugar es un proceso de expansión de la red digital financiera, que es fundamentalmente un proceso de consolidación del poder colectivo del sector bancario, la industria comercial que se asienta en él, y las empresas tecnológicas que ofrecen las aplicaciones y conexiones a ese sistema.

Aunque los bancos, individualmente, pueden tener sus luchas privadas contra los demás y con las compañías tecnológicas por determinadas porciones del pastel de las finanzas digitales, en general lo que dirige este cambio son los intereses de las instituciones financieras por automatizar sus procesos con el objeto de eliminar gastos y expandirse, extrayendo incluso más información sobre más clientes.
El discurso dominante se ha transformado en un discurso peyorativo para con la economía informal a pequeña escala, y acrítico respecto de los grandes sistemas coordinados a través de las principales compañías e instituciones.

Es decir, que el interés de las instituciones financieras por automatizarse no tiene relación con lo que quieran sus clientes, sino con una dinámica interna propia, que justifican apuntando a segmentos de clientes =como los millennials= que son los primeros en adoptar estas finanzas digitales.

Aunque la economía digital se presenta en un comienzo como una opción más, a largo plazo implica la eliminación de las opciones no digitales con las que compite, reduciendo la elección en vez de añadirla.
Por ende, se cierran las sucursales bancarias y cajeros de los pueblos formados sobre todo por jubilados en las zonas rurales británicas, porque los bancos pueden optimizar sus beneficios forzándoles a usar la banca digital, al tiempo que les dice que quienes *lideran el cambio* son los millenials.
Conforme los sistemas de pago digital se normalizan y el efectivo es demonizado, el relato de la inclusión digital se vuelve más afilado.

Si hay consenso general entre los poderosos en que lo digital representa el progreso, y si una evidencia cada vez mayor de la dependencia de la economía digital =la mayoría organizada por las mismas instituciones financieras=, entonces el riesgo de exclusión por no utilizarla es mayor que nunca, y proveer de acceso a ella parece más noble que nunca.
No hay mejor ejemplo de esta dinámica circular que la agenda y las prácticas de la Better than Cash Alliance, iniciativa dirigida bajo el auspicio del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo del Capital, pero financiado por Visa, Mastercard, Citibank, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Omidyar Network, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y muchas empresas internacionales y ONG convencionales.

La Alianza oscila entre el discurso sobre los beneficios que supone introducir el pago digital y la demonización del dinero metálico para fomentar la supresión de la competencia.
Trabajan mucho para establecer como sentido común la idea de que la economía digital es empoderante, moderna y aspiracional, y presentar el efectivo como anticuado y peligroso, un lastre para la economía y un apoyo del submundo del crimen.
El empoderamiento, en este discurso, implica la seguridad de que todo el mundo sea incorporado a la creciente red digital financiera.

LA DEMONIZACIÓN DE LA INFORMALIDAD

Los promotores de la economía digital no pueden esquivar el asunto de la vigilancia y la extracción de información que acompaña al sistema de pago digital.
Sin embargo, en general la estrategia ha consistido en revestir este control de transparencia, y hacer hincapié en ello como una herramienta para arrancar de raíz la corrupción y las transacciones criminales.
La extracción de información se presenta también como un paso positivo de camino a ofrecer más servicios financieros, como los préstamos.
Por ejemplo, Safaricom y el Banco Comercial de África presentaron el sistema de préstamos M-Shwari, que usa la información de pagos de las cuentas de M-Pesa beneficiarias de préstamos para calcular su capacidad de crédito.

No se puede negar que ciertas intervenciones digitales en esta línea pueden ser beneficiosas a nivel localizado e individual.
No se trata de renegar de los esfuerzos que suponen iniciativas como la M-Shwari, sino de señalar el discurso sesgado que suelen apoyar.
Se usan esta clase de campañas al servicio de un proyecto más amplio para promocionar los intereses generales de grandes empresas tecnológicas y financieras.

El discurso dominante se ha transformado en un discurso peyorativo para con la economía informal a pequeña escala, y acrítico respecto de los grandes sistemas coordinados a través de las principales compañías e instituciones gubernamentales.
Estas últimas son presentadas como ejemplos de progreso, mientras que los acuerdos informales, las interacciones sin un control definido y las redes de relaciones personales impredecibles son vistas como el reino del retraso, del crimen y del fracaso.

Se nos deja entonces con la narrativa oficial, en la que el progreso legitima la eliminación del dinero efectivo y la transición hacia la dependencia de la arquitectura de pagos digitales que pueden ser usados para controlar, disciplinar, mercantilizar e influir a la gente.
Todo esto se justifica con una aseveración:
que esta arquitectura traerá beneficios, que será más barata y más segura, y que *actualizará* a la población al mundo moderno, usará la información de la población para dar mayor acceso a los servicios y contribuirá a la *higiene* social.

Y sobre todo, es una narrativa en la que las relaciones informales se disuelven para ser reemplazadas por relaciones mediadas institucionalmente, y por tanto *limpiar* la informalidad.
Esto es la gentrificación del pago.

GENTRIFICAR PARA CONTROLAR

Claro, que sólo comienzan a vislumbrarse las posibilidades negativas de esta red digital cuando asume completamente una posición de monopolio.
El mejor ejemplo de esto es el nuevo *Sistema de Crédito Social* de China, un programa en desarrollo para monitorizar a los ciudadanos con el objeto de darles puntos de reputación, o amenazarles con ponerlos en una lista negra.
El objetivo es aparentemente crear un sistema de *palo y zanahoria*, que recompense a los que sigan las tradiciones oficiales y se comporten correctamente y penalice a quienes no lo hagan, excluyéndoles de servicios como los viajes por aire si se desvían.

Los detalles del sistema en construcción son opacos y aún están sujetos a especulación, pero los estudios indican que se está construyendo contando con las empresas de pagos digitales =como WeChat= o que se integrará con la información financiera y de pagos existente en las principales compañías de finanzas digitales como Ant Financial =empresa madre del sistema Alipay=.
La información no sólo se usa para la inclusión;
se usa para la exclusión.

Aunque el Sistema de Crédito Social chino acecha en la imaginación occidental como si fuera un episodio de una película de ciencia ficción, este proceso de vigilancia, rastreo y condicionamiento digital se da en todo el mundo, a menudo respaldado abiertamente por los Estados democrático-liberales que quieren promover los intereses de las compañías financieras y tecnológicas.
La gentrificación del pago es un aspecto fundamental de todo este proceso.

Es un programa fragmentado, parcialmente completado y sin embargo calculado, para dirigir a la población a la red financiera digital que puede ofrecer reducidos beneficios a corto plazo, al tiempo que la expone a amenazas colectivas a largo plazo que son sistemáticamente minimizadas.
Es el momento de que los grupos y activistas de la sociedad civil comprendan este fenómeno y lo enfrenten.

Algo enunciado desde aquí hace años...; 
mercar con dinero en efectivo y en lo posible no tener ningún vínculo con entidades bancarias.

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-canarias-semanal
-pagina12
-elsaltodiario

lunes, 20 de mayo de 2019

* Tecnología 5 G; alerta mundial-6 *

***Gran inicio de semana para todxs.

Nunca como hoy el mejor momento para continuar con el tema de la radiación electromagnética a causa de las tecnologías de la comunicación.
De manera casual, visitando uno de los tantos sitios que relevo a diario me encuentro con ésto;



Si bien la nota habla de posibles múltiples causas, una de ellas es;



La siguiente nota, versa sobre un reportaje a uno de aquellos expertos que cité en entradas anteriores y que formó parte de aquél Simposio en Madrid, hablo del Biólogo español Alfonso Balmori.

Cuando para muchos una publicación *vieja* es algo aburrido o desactualizado, en éste caso es todo lo contrario ya que posee la riqueza de ser un *testimonio*, un documento que nos debe poner a pensar en que, si hace 8 años ésto se podía probar cuando la tecnología no era tan potente como la de hoy...podrán ustedes imaginar el desastre acumulado durante esos años, y, imaginar el que puede venir si ésta tecnología no se pone en stand by, se la regula y controla, y se dan los necesarios tiempos para quitar del medio toda duda, ya que el mero hecho de que genere dudas...para los Científicos implica un ¡stop!, lo vamos a lamentar.



Vivimos tan apartados de la naturaleza en las grandes ciudades, rodeados de edificios y coches, que hemos llegado a olvidar que nuestra propia existencia depende de la relación que mantenemos con el ecosistema.
Pues bien, una de las mayores y más claras manifestaciones del irresponsable crecimiento tecnológico de nuestra sociedad es la proliferación masiva de radiaciones electromagnéticas ya que en estos momentos no sólo afectan a la salud de los seres humanos sino también al resto de los seres vivos que componen nuestro entorno natural:
las plantas y los animales.

Una prueba más de que esta situación es ya insostenible.
Algo que el biólogo español Alfonso Balmori lleva años denunciando sin que se le escuche.
Hemos hablado con él de ello.
Sólo nos percatamos de lo pequeños que somos cuando asistimos asombrados a las grandes catástrofes naturales =heladas en Europa, lluvias torrenciales en Brasil, gigantescos incendios en Australia, etc.= o a fenómenos inexplicables como los acaecidos a principios del 2011 en Estados Unidos donde más de 5.000 pájaros aparecieron muertos en dos episodios sin conexión aparente:
uno en Arkansas =donde también se registró una súbita mortandad de peces= y otro en el vecino estado de Luisiana.

Los primeros pájaros en pasar por el laboratorio serían los de Arkansas y se descartaron contaminaciones o fermedades;
la causa de la muerte parecía ser traumática pues había abundancia de lesiones y hemorragias internas, como si algo las hubiese despistado haciéndolas chocar entre sí o con otros obstáculos.
Posteriormente varios centenares más aparecerían muertos en los malecones de Chicago, la mayoría flotando sobre el hielo del lago.
Y paralelamente aparecieron un centenar de aves también muertas en la autopista 101 de California sin que nadie les hubiese disparado ni fuera aparente la causa de su caída.

Asimismo otros 30 pájaros se desplomaron del cielo en Missouri.
E incidentes igual de extraños han tenido lugar en las primeras semanas del año en Suecia donde muchas aves =dicen que desorientadas por el ruido de unos fuegos artificiales= se posaron en una carretera y murieron atropelladas.
Y en Italia donde más de 400 aves fueron encontradas muertas en una carretera cercana a la ciudad italiana de Faenza.

Los expertos aseguran que esas muertes masivas de pájaros en distintos puntos del mundo no tienen que ver entre sí y pueden deberse a trastornos meteorológicos como granizo a gran altura, rayos, tornados, temperaturas muy frías, los fuegos artificiales de comienzos de año e, incluso, una indigestión.

Hasta el momento lo único que parece descartado es que hayan sido víctimas de un envenenamiento o de una enfermedad.
En suma, un misterio del que casi todo el mundo se olvidará en unas semanas cuando debería hacernos pensar en nuestra relación con el entorno.
Porque recordemos que hace apenas unos meses vivimos un debate internacional =inconcluso= sobre la masiva desaparición de las abejas en el mundo civilizado así como de los gorriones en las grandes ciudades.
De hecho un reciente estudio de la Sociedad Española de Ornitología indica que esta población de aves disminuye al ritmo de 14.000 ejemplares al año sólo en la región de Madrid.

Y pese a que su número es aún muy grande =1,4 millones= la SEO avisa de que el problema es generalizado y está pasando en todas las grandes urbes de Europa.
Al punto de que en Londres o en Praga, por ejemplo, ya no queda ¡ninguno!

Y es posible que las causas sean múltiples como algunos expertos alegan pero una de las más importantes y constatadas es el impacto de las radiaciones electromagnéticas.
Un problema que no solo sufren ya los animales sino también ¡las plantas!

Lo ha demostrado una reciente investigación efectuada en Holanda durante cinco años por el Departamento de Biología Celular Vegetal de la Universidad de Wageningen según la cual las radiaciones de las antenas de telefonía móvil y del WiFi dañan también a los árboles.
Y es que parece razonable pensar que si las radiaciones electromagnéticas afectan negativamente al ser humano =lo que parece evidente a pesar de la negativa de los
sectores más cercanos a la industria= también deben afectar a los animales.
Y viceversa:

la constatación de que las radiaciones electromagnéticas afectan negativamente a los animales debería ser suficiente prueba de que también nosotros somos perjudicados
por ellas.

¿O acaso la ciencia no prueba desde hace décadas como primer paso del método científico el impacto de sus productos en animales para descartar los que a ellos les resultan dañinos?

Pues bien, a demostrar el impacto negativo de las radiaciones electromagnéticas en todos los seres vivos se dedica precisamente desde hace años Alfonso Balmori, biólogo español que trabaja como técnico en la Dirección Generaldel Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León quien hace ya seis años en un trabajo titulado:

¿Pueden afectar las microondas pulsadas emitidas por las antenas de telefonía a los árboles y otros vegetales? avisó del problema que recientemente han
denunciado los investigadores holandeses.

*Desde hace algunos años =escribió= hemos observado un deterioro paulatino y progresivo del arbolado próximo a las antenas de telefonía, especialmente en los núcleos habitados.
Aunque se trata de observaciones no sistemáticas algunos árboles situados en el interior del lóbulo principal de los haces de ondas muestran un aspecto triste y enfermizo, posibles retrasos en el crecimiento y probablemente mayor susceptibilidad a plagas y enfermedades*.

La preocupación de Balmori por el impacto de las radiaciones electromagnéticas en los seres vivos comenzó al observar los efectos que provocaban en vecinos, amigos o familiares que vivían cerca de antenas de telefonía manteniéndose desde entonces muy vinculado como asesor científico a la Asociación Vallisoletana de Afectados por las Antenas de Telefonía de la que fue presidente su hermano César y ha realizado ya diversas investigaciones sobre el impacto de las radiaciones electromagnéticas en la vida natural.
Entre las que se incluye un trabajo junto a Örjan Hallberg del año 2007 sobre la desaparición de los gorriones.

El informe, publicado en la revista especializada Electromagnetic Biology and Medicine, recogió un muestreo efectuado en una treintena de localizaciones de la ciudad española de Valladolid entre octubre del 2002 y mayo del 2006 sobre el número de ejemplares de estas aves y la intensidad de las radiaciones electromagnéticas.

*Los resultados de ese artículo apoyan la hipótesis de que las señales electromagnéticas están asociadas con la disminución observada en la población de gorrión. Llegamos a la conclusión de que la contaminación electromagnética puede ser responsable, ya sea por sí sola o en combinación con otros factores, de la disminución observada de las especies en las ciudades europeas durante la los últimos años*.

Obviamente la misteriosa desaparición de las abejas en todo el mundo no ha escapado a su interés y en un artículo recopilatorio sobre lo investigado cita diversos estudios que apuntan como causante al impacto de las radiaciones electromagnéticas.
Ferdinand Ruzicka, investigador de la Universidad de Doz-Austria y apicultor aficionado, explica cómo los problemas de sus abejas comenzaron tras la instalación de varias antenas de telefonía en las cercanías de sus colmenas =a 50 metros de una estación base y a 150 metros de otras tres más,explica en su texto=.
Él observó síntomas de estrés y el colapso de las colonias de abejas cuando las antenas empezaron a emitir.

Otros apicultores observaron lo mismo.
Al principio se produjo un gran desorden y un elevado instinto de enjambre.
Durante el verano tuvo lugar un inusual descenso en la población de abejas mientras que en invierno salieron a volar a pesar del frío y la nieve =y pese a que el polen recolectado en otoño fue más que suficiente para pasar el invierno= con la consiguiente pérdida de ejemplares.
Más adelante cita los resultados de una encuesta realizada entre los apicultores austríacos:

*De los 25 apicultores que tenían antenas de telefonía cerca de sus colmenas el 37,5% observaron una alta agresividad, el 25% una gran tendencia a crear enjambres y el 62,5% la desaparición de colonias.
Por otra parte varios autores han demostrado la agitación e inquietud y el comportamiento agresivo que muestran las abejas expuestas a las radiaciones electromagnéticas de las líneas de alta tensión*.

Pero sin lugar a dudas el estudio de Balmori con mayor repercusión internacional ha sido el que realizó sobre unos renacuajos.
Publicado también en la revista estadounidense Electromagnetic Biology and Medicine se realizó con dos grupos de 70 renacuajos criados en sendas peceras situadas juntas, una protegida y otra no, para analizar los efectos que tenían en ellos las radiaciones electromagnéticas de las antenas de telefonía situadas en los tejados del entorno.
¿El resultado?

Que entre los que se desarrollaron en la pecera que estaba aislada por una malla =como si de una caja de Faraday se tratara= la mortalidad fue del 4% mientras en la otra murió el 90%;
y encima los supervivientes mostraron un crecimiento dispar y movimientos erráticos.

LOS MISMOS EFECTOS EN HUMANOS QUE EN ANIMALES Y PLANTAS

En definitiva, puede afirmarse que Alfonso Balmori es uno de los pocos investigadores independientes que sin ningún tipo de apoyo institucional lleva alertando desde hace años sobre el negativo impacto que las radiaciones electromagnéticas tienen sobre los seres vivos, incluidos los humanos.
Y de ahí que quisiéramos hablar con él.

-Lleva usted años investigando de forma independiente el impacto de las radiaciones electromagnéticas en distintas especies de animales y plantas.
¿Por qué?
¿Y cuál essu conclusión?

-Bueno, soy biólogo, siempre he trabajado estudiando la fauna y quise averiguar qué impacto tenían en plantas y animales las radiaciones electromagnéticas.
Y lo hice centrándome sobre todo en el grupo de los vertebrados aunque también he estudiado el impacto en los insectos y, de alguna forma, estudiando el impacto sobre los árboles.
¿La conclusión fundamental?

Puede decirse que los efectos negativos de las radiaciones electromagnéticas en la salud de todos los seres vivos =plantas, animales y humanos= están científicamente demostrados;
aunque haya quienes sigan afirmando que se trata de un problema inexistente inventado.

Lo singular es que basta repasar la literatura científica para constatarlo.
Los rusos lo saben desde la década de los 50 del pasado siglo XX y los norteamericanos desde poco después, desde la década de los 70.
Estando ya corroborado que los mismos efectos negativos se producen en los animales que en las personas.
Efectos sobre el ADN, la reproducción, el sistema nervioso, el sistema endocrino, el sistema inmunitario…
A fin de cuentas los demás vertebrados tienen sistemas similares al nuestro.

-En tal caso, ¿qué siente y piensa cuando escucha una y otra vez la cantinela de que los efectos perjudiciales de las radiaciones electromagnéticas son una exageración y
no están demostrados?

-Impotencia.
Es vergonzoso el inmenso poder que tienen hoy los grandes lobbys, las grandes multinacionales, para amordazar a los medios de comunicación.
Y no sólo para amordazarlos sino para difundir desde ellos mensajes falsos desde el punto de vista científico y, de paso, comprar o al menos manipular a los organismos que deberían velar por nuestra salud.
Desde la propia Organización Mundial de la Salud-OMS hasta las agencias nacionales y los ministerios de sanidad de todo el mundo.

Porque esos organismos que deberían velar por la salud de la población son hoy colaboradores de las multinacionales.
Así que se da la paradoja de que en plena *sociedad de la información* nos encontramos con una situación increíble ya que vivimos en la sociedad más desinformada de la historia.
Porque la información que llega a las personas no se ajusta a la realidad científica, a los estudios que hay publicados.

-Uno de los estudios que usted efectuó y más impacto causó a nivel internacional fue el que hizo con renacuajos.
¿Esperaba el dramático resultado que obtuvo?

-No.
Fui el primer sorprendido.
El experimento era bastante simple y de hecho no pensaba ni siquiera publicarlo.
Cogí unos renacuajos y simplemente puse a la mitad en un recipiente protegido y a la otra mitad en otro expuesto a la radiaciones electromagnéticas emitidas por las antenas de telefonía de la zona.
Y la verdad es que esperaba encontrar alguna incidencia;
en el movimiento o en otros aspectos fisiológicos.

Pero cuando me encontré con una mortalidad tan tremenda en el acuario que estaba expuesto a las radiaciones electromagnéticas y cómo algunos presentaban movimientos extraños =empezaban a girar sobre sí mismos sin poder coordinar su movimientos natatorios= quedé absolutamente sorprendido y, sobre todo, asustado por lo que estaba viendo.

Y, como imaginará, enormemente preocupado por todas esas personas que están recibiendo en el mundo las mismas radiaciones electromagnéticas a diario.
Seguramente el efecto a corto plazo no sea tan grave en las personas como en los renacuajos pero lo que es innegable es que quienes viven expuestos de forma crónica a esas radiaciones reciben daños importantes a nivel biológico.

-¿Ha recibido algún tipo de ayuda institucional en sus investigaciones?

-Nunca.
Afortunadamente mis experimentos son baratos.
El problema es que requieren en algunos casos bastante tiempo.
El que hice sobre los gorriones por ejemplo me llevó cuatro años.
Salía una vez al mes y tenía que recorrer toda la ciudad midiendo la radiación electromagnética y contando la población de gorriones.
En suma, no, nunca han estado financiados;
no existe financiación económica ni ayudas públicas para este tipo de estudios.

En España ha llegado a haber de hecho algún centro de investigación que se dedicaba a estos temas y terminaron cerrándolo.
Mi trabajo sobre fauna para la administración de Castilla y León no está relacionado con los estudios que realizo sobre la contaminación electromagnética.

LA DESAPARICIÓN DE ESPECIES PUEDE LLEVAR A LA DESAPARICIÓN DEL HOMBRE

-¿Le cabe alguna duda de que la desaparición paulatina de los gorriones de las ciudades tiene que ver sobre todo con las radiaciones electromagnéticas?

-Los investigadores debemos tener siempre la mente abierta a las dudas.
A mi juicio el número de gorriones ha descendido en las ciudades por diversas razones:
por falta de alimento, por la contaminación del aire y el agua, por los cambios en la arquitectura de las ciudades ya que ahora hay muchos menos huecos donde criar…
Pero igualmente entiendo que el brutal descenso que se ha producido desde el año 2000 parece estar relacionado con la instalación masiva de antenas de telefonía en los edificios.

Obviamente no puedo tener certeza absoluta al respecto pero un estudio belga que se hizo al mismo tiempo que el mío llegaba a las mismas conclusiones:
donde hay más contaminación electromagnética hay menos gorriones.

En la India también están trabajando en este tema y sus conclusiones están siendo las mismas.
No sé cuando pero llegará un momento en el que se reconocerá el grave problema de la contaminación electromagnética y sus peligrosos efectos sobre los gorriones, sobre los renacuajos,sobre las abejas y sobre todos los demás seres vivos, incluidas las plantas y nosotros mismos.

-¿Ha constatado usted que el errático comportamiento y desaparición de las abejas también tiene que ver con las radiaciones electromagnéticas?

-Sí.
En la revista Ecosistemas publiqué un artículo sobre el efecto de las radiaciones electromagnéticas en los insectos en general y uno de los apartados lo dediqué a las abejas.
En él hice una revisión de las publicaciones que había hasta esa fecha y además expliqué la experiencia de un apicultor e investigador austríaco que demostró que los problemas en sus colmenas comenzaron a partir del momento en que se instalaron unas antenas de telefonía en el entorno cercano.

Algo que han constatado otros dos estudios, uno hecho en la India y otro en Alemania;
éste precisamente lo estoy traduciendo ahora al español y explica los mecanismos subyacentes.

Porque no es únicamente un problema de orientación, de que las radiaciones electromagnéticas interfieran en sus sistemas de navegación provocando que se pierdan y no sean capaces de volver a sus colmenas:
hay otro tipo de efectos más complejos.

Y no descartamos posibles factores como la presencia de hongos, ácaros, insecticidas neonicotinoides o la implantación de cultivos transgénicos pero lo cierto es que el problema coincide en el tiempo con el despliegue de la telefonía.

-Y este conjunto de incidencias en distintas especies de nuestro medio ambiente, ¿hasta qué punto puede afectarnos a nosotros?

-Es preciso recordar que, como especie, estamos inmersos en un ecosistema.
El ser humano depende para vivir del aire que respira, del agua que bebe, de las plantas y árboles, de los animales…
Todo un sistema con multitud de eslabones y cadenas que empieza a descomponerse cuando desaparecen las especies clave.

Y tal es el caso de las abejas cuya principal aportación no es la de proporcionarnos miel sino su labor de fertilización de las flores, plantas y frutales que utilizamos para alimentarnos.
Y en el caso de los insectos no olvidemos que son el alimento de otras muchas especies.
En suma, la desaparición de las especies que sustentan la base del ecosistema en el que vive el hombre puede comprometer su existencia.

-¿Qué opina de la actual invasión de radiaciones provocadas por los emisores WiFi?

-Representa la negación de la evidencia y la miopía llevada al extremo.
Resulta absurdo que pudiendo llevar la información por cable a una velocidad mucho mayor, se opte por hacerlo por el aire a sitios donde se puede llegar con cable.
Me parece completamente absurdo y peligroso.
Otra cosa es si hablamos de sitios a donde no puede llegar el cable pues el planteamiento sería diferente.
En cualquier caso es preciso tener presente como prioridad la salud antes que el acceso a la información.

Y lo malo es que los principales afectados están siendo los jóvenes porque desde el punto de vista biológico están en etapas inmaduras de su desarrollo.
Mire, se está instalando sistemas WiFi sin ningún sentido ¡hasta para los niños pequeños!

Ahí tenemos el Plan Escuela 2.
Sin que los padres lo sepan.
Y los que lo saben sin que hayan sido informados de su peligrosidad.
A unas edades en las que son muy sensibles porque tienen el cráneo más delgado y el sistema nervioso en desarrollo.

Asimismo lo están padeciendo numerosos adolescentes y jóvenes, tanto en las bibliotecas públicas como en los institutos, residencias o centros universitarios.
Puede decirse que se está haciendo con ellos un experimento extremadamente peligroso y suicida.
Y en él están incluidos no sólo los hijos de los que pensamos que las radiaciones electromagnéticas hacen daño sino los hijos de los propios promotores de esos sistemas, tanto de los políticos como de los que trabajan en las operadoras así como los de los científicos que niegan las evidencias.

A veces lo comparo con un ritual de suicidio colectivo en cámara lenta.
La verdad es que no lo entiendo muy bien.
Yo, particularmente, me niego a formar parte de ese macabro ritual.

-Inferimos que no tendrá mejor opinión de las agresivas campañas que, con llamativas ofertas, incitan a los niños pequeños al uso del móvil…

-En otros países ya se ha prohibido la publicidad y venta de móviles dirigida a los más pequeños.
En España se hace lo contrario, se promocionan;
y la situación es cada vez peor.
En algunas naciones se está incluso recomendando ya que los menores de 16 años no usen el móvil más que en casos de máxima necesidad.
Aquí aún estoy esperando oír a algún político sugerir lo mismo.

Mire, el uso de móviles por menores en España es un asunto tremendamente grave.
Y otro tanto empieza a pasar en el caso de los mayores porque actualmente cada vez más personas de la Tercera Edad utilizan el móvil de forma exagerada a pesar de que su uso ya se ha vinculado a trastornos neurológicos como el alzheimer, el parkinson y diversas patologías del sistema nervioso.
Son efectos demostrados.
Como el efecto sobre la reproducción;
hay ya una abundante cantidad de estudios que indican que la radiación de los móviles afecta a la fertilidad.
Es por tanto increíble el nivel de desinformación de la gente.

Pero es que hay muy pocos medios dispuestos, como vuestra revista, a sacar a la luz la verdad.
Están mediatizados por la gran cantidad de dinero invertido en publicidad por las operadoras.

LA INVESTIGACIÓN SOBRE LAS RADIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS NI ES RENTABLE NI INTERESA

-¿Ha dado por concluidas sus investigaciones?

-Los trabajos que he realizado hasta ahora los he hecho en mi tiempo libre y sin ningún tipo de ayuda porque no parece que interese mucho que la verdad se sepa.
Así que si encuentro algún otro tema que me interese especialmente seguiré investigando.
Mi idea de trabajar con varios grupos de vertebrados, con insectos y con árboles está cumplida y los estudios que quería hacer están hechos.
En el futuro veremos…

-Lo singular es que su trabajo ha tenido más repercusión fuera de España que en nuestro país…

-Muchísima más.
De hecho me están pidiendo que actúe como revisor en revistas internacionales cuando en España mi trabajo prácticamente no ha tenido eco.
La verdad es que he publicado mis trabajos generalmente en revistas vinculadas al electromagnetismo porque bastantes revistas de zoología son más bien escépticas.
Hemos de pensar que están dirigidas por personas cuya opinión también está configurada por lo que leen en la prensa o ven en la televisión.

A los profesionales que no están especializados en este campo les cuesta muchísimo creerse lo que decimos quienes lo estamos investigando.
Aquí, salvo la revista Ecosistemas, es difícil encontrar publicaciones abiertas.
Bueno, lo cierto es que fuera tampoco es fácil;
tienen que ser revistas relacionadas con el electromagnetismo y no todas porque desgraciadamente algunas están sesgadas hacia la versión oficial.

-¿Qué opina de los actuales límites de radiación considerados *seguros*?

-Por lo que he podido comprobar en mis propios estudios los propuestos en el informe Bioiniciativa pueden ser suficientes por el momento pero en el futuro habría que plantearse bajarlos aún más.
Especialmente porque hoy hay muchas personas que tras haber estado expuestas a radiaciones electromagnéticas de forma crónica son ya hipersensibles.
Hasta el punto de que en breve todos los países van a tener que plantearse la creación de zonas completamente libres de radiación para que estas personas puedan vivir.

-Una última pregunta:
si pudiera impulsar medidas inmediatas en el parlamento, ¿por dónde empezaría?

-Exigiendo bajar a menos de 0’6 voltios/metro =0,1 microwatios/cm= el máximo al que una persona pueda estar expuesta en su casa o puesto de trabajo.
Y haría que cualquier tipo de antena se tuviera que trasladar a una distancia mínima de 500 metros de cualquier lugar habitado.
Mantener los permisivos límites actuales es una auténtica aberración.

En España =varían dependiendo de la frecuencia= los límites de intensidad de campo eléctrico aprobados son de 41 voltios/metro para una frecuencia de 900 MHz y densidad de 450 microwatios/cm , de 58 voltios/metro para una frecuencia de 1.800 MHz y densidad de 900 microwatios/cm y de 61 voltios/metro a 2.100 MHz y una densidad de 1.000 microwatios/cm .

Bueno, pues hoy está demostrado que se empiezan a detectar efectos negativos en la salud =no sólo en las personas sino también en los animales= a apenas dos voltios/metro de exposición crónica así que imagínese lo que podría ocurrir con una exposición media muy superior.
¡Hay que bajar esos límites de inmediato!

Por eso nueve países de la Unión Europea ya han fijado límites inferiores a los propuestos por la Organización Mundial de la Salud-OMS.
Bélgica y Grecia, por ejemplo, han fijado un límite de 3 voltios/metro.

Otros países, como Suiza, China y Rusia, han fijado límites de exposición denominados preventivos y, por tanto, también inferiores a los defendidos por la OMS.
Y yo pienso que habría que bajarlos a 0,6 voltios/metro.
Mire, el problema empieza a ser realmente grave.
Cada vez muere más gente a causa de los efectos de las radiaciones electromagnéticas.

Como ya afirmó Barrie Trower en vuestra revista están muriendo más personas por causa de ellas que por ataques terroristas en todo el mundo.
Los gobiernos se están comportando pues de manera claramente irresponsable.

Bueno...si el Dr. Balmori estaba alarmado, decepcionado, y pedía a gritos una limitación con ésta tecnología...no quiero imaginar qué ha de decir hoy...luego de 8 años..
Muy grave todo ésto..., demasiado.

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-sputniknews
-dsalud