jueves, 30 de mayo de 2019

* El Evangelismo en América Latina *

***Gran último Jueves de Mayo para todxs.

Vuelve a temblar la Tierra, ésta vez frente a las costas de El Salvador.



Gran susto para los hermanxs salvadoreños, puntualmente frente a las costas del Departamento La Libertad.
Al momento no se reportan víctimas fatales ni heridos, pero sí afectaciones en viviendas.
En Ciudad Arce, ciudad de unos 50.000 habitantes un derrumbe sobre un coche;



Al menos unas 15 viviendas se reportan como seriamente dañadas en Sonsonate, Ciudad Arce, San Luis La Herradura y Huizúcar.
En La Puntilla han advertido una grieta de 100 metros de largo por 50 cm de ancho.
En un primer momento se lanzó un a alerta de Tsunami, evento que felizmente no se produjo.

Mientras redacto éste borrador, un sismo de 6º en Fiji.

Dejamos el tema sísmico para conocer un poco más sobre ésta especie de invasión de cultos evangelistas en América Latina que si bien comenzaron especialmente en Centroamérica, no tardaron en extenderse al resto del continente.

A nadie debería preocuparle de su existencia, excepto cuando vemos una gran ligazón con cierta política.
Campañas, apoyos económicos, incidencia muy marcada en el voto del ciudadano.



El *desborde* evangélico hacia el campo político está teniendo consecuencias cada vez más visibles en América Latina.
Pero, ¿qué significa verdaderamente ser evangélico?, ¿qué aportó de nuevo la corriente pentecostal? ¿qué características tiene el nuevo evangelismo político y cómo está transformando la política?

Los evangélicos se constituyeron en fuente inagotable de enigmas, pánicos y pontificaciones y en un gran desafío para las fuerzas progresistas.
Su crecimiento pone de relieve que la secularización no funciona como un muro capaz de anular los intercambios entre el mundo de la religión y la política.
Pero también muestra eficaces entronques teológicos con creencias y sensibilidades populares, materializados en la *teología de la prosperidad* y la guerra espiritual.

¿Quiénes son?
¿Por qué crecen?
¿En qué creen?
¿Quiénes son los evangélicos?
¿Cómo hacen para que sus iglesias crezcan?
¿Cómo impacta su expansión en la vida política en América Latina?

Estas preguntas se plantean desde mediados de 1980, cuando los evangélicos empezaron a hacerse visibles en las grandes urbes latinoamericanas, y se repiten con insistencia a propósito de casos como el de las últimas elecciones en Costa Rica o Brasil, que tuvieron a los evangélicos como protagonistas de primer orden.
Ni invasión imperial ni ética protestante como polinizadora de un nuevo capitalismo:
los grupos evangélicos tienen una densa historia de implantación y despliegue político de la que es necesario dar cuenta, de manera panorámica, para entender tanto su presente como la sensibilidad movilizada que alimenta a formaciones políticas de derecha, o como las contingencias que en el pasado les permitieron un juego plural.

En lo que sigue, expondré de manera general las características de las denominaciones evangélicas y su desarrollo histórico en América Latina, poniendo un énfasis especial en los grupos pentecostales, que son actualmente la mayoría de los evangélicos, para referirme finalmente a su actuación en la vida política en distintos países de la región.
En este punto, trataré de mostrar que su influencia es creciente, pero no se da de forma mecánica ni directa.
Como conclusión, me permitiré una muy breve reflexión sobre la cuestión de las relaciones entre religión y política desde la perspectiva de las fuerzas progresistas.

El campo evangélico en América Latina

Lo que habitualmente llamamos *evangelismo* es un rótulo genérico para captar el resultado de un proceso en el que surgieron e interactúan distintos grupos religiosos herederos del cisma del siglo xvi:
luteranos, metodistas, calvinistas, bautistas, menonitas, presbiterianos y pentecostales, entre las denominaciones más conocidas.

El protestantismo, que es el antecedente y el marco histórico del conjunto de las iglesias evangélicas, es un movimiento cristiano que, a diferencia del catolicismo, basa la autoridad religiosa de forma exclusiva en la Biblia como instancia superior a la *sagrada tradición* y se opone a la infalibilidad del papa =y por eso su religión es evangélica, en lugar de apostólica, como el catolicismo=.
Desde este punto de vista, ser evangélico no es una religión en el sentido de estar inscripto en una burocracia o un ritual, sino en tanto encuentro personal con Jesús, el Espíritu Santo y Dios Padre.
De ese encuentro, todo creyente puede y debe dar testimonio, y es por eso que todo creyente es, al mismo tiempo, sacerdote.

Las corrientes evangélicas

Las iglesias evangélicas no reivindican una autoridad humana suprema al modo de un papado, ni practican el culto a los santos o a la Virgen.
Tampoco tienen una instancia centralizada de dirección que las congregue a todas, pero sí existen liderazgos que surgen cada tanto y resultan transversales a distintas ramas.
En cada país existen asociaciones de segundo grado que cumplen una función de representación corporativa limitada de las distintas variedades de los grupos evangélicos. 
Sin embargo, la mayor parte de las iglesias realiza sus actividades por fuera de esas asociaciones, y las que sí pertenecen a algunas están lejos de ser completamente controladas por ellas.

En ciertas circunstancias sociales y políticas, estas asociaciones se vuelven importantes como instancias unificadoras.
También existen articulaciones más contingentes.
Por ejemplo, frente al despliegue de las luchas por los derechos de género y diversidad sexual, emergió la conocida organización *Con mis hijos no te metas*, transversal al espacio evangélico y católico.

En América Latina se pueden reconocer al menos tres grandes tendencias evangélicas.
En primer lugar, los protestantismos históricos, que llegaron a la región en el siglo XIX y quedaron circunscriptos a las comunidades de migrantes, dada su poca vocación o eficacia evangelizadora, pero también debido a que la íntima vinculación entre las naciones de América Latina y el catolicismo se tradujo en una fuerte limitación normativa y cultural a la pluralización del campo religioso desde el punto de vista legal e institucional.

Los protestantismos históricos incluyen sobre todo a luteranos, metodistas y calvinistas, y debe resaltarse que, a pesar de su débil expansión demográfica, tuvieron inserciones culturales muchas veces privilegiadas y contribuyeron al caldo de cultivo de un liberalismo político que luego se transformó en fuerte compromiso social, y en apoyo a proyectos políticos de transformación y defensa de los derechos humanos en buena parte del continente.

En segundo lugar, están las tendencias evangelicales originadas en Estados Unidos, que llegaron a América Latina desde los inicios del siglo XX, con un fuerte sentido misional y proselitista apuntalado en el literalismo bíblico.
Eran, en consecuencia, profundamente conservadoras en su rechazo a la ciencia y a cualquier pretensión de pluralismo religioso.

Una parte de las iglesias bautistas, presbiterianas y de los Hermanos Libres forman parte de esta segunda camada de evangélicos.
Estos grupos promovían una conciencia de santificación entendida como apartamiento del mundo, que también era un derivado del desarraigo social que caracterizaba a los misioneros que llegaban a los distintos países con una exclusiva aspiración:
promover conversiones y comunidades de nuevos cristianos.

Con el correr del tiempo y con el surgimiento de un cuadro pastoral local, algunas de estas corrientes evolucionaron hacia una especie de pensamiento social que pudo conectar con las preocupaciones más progresistas de los protestantes históricos.
En otros casos, quizás la mayoría, estas corrientes transformaron sus posiciones sociales y políticas en otro sentido con la llegada, el crecimiento y la adaptación cultural de los distintos pentecostalismos latinoamericanos.
Los pentecostales conforman la tercera corriente de grupos evangélicos.

Esta rama del protestantismo se identifica por una posición específica:
la que sostiene la actualidad de los dones del Espíritu Santo.

¿Qué significa esto?

Esta corriente reivindicó, desde su nacimiento a principios del siglo XX en el Avivamiento espiritual de la calle Azusa, en la Iglesia Metodista Episcopal Africana de California en 1906, hechos semejantes a los del Pentecostés narrados en el Nuevo Testamento.

En esas circunstancias, que tuvieron réplicas en algunos países europeos y en Chile, los cristianos evangélicos tuvieron señales y manifestaciones del Espíritu Santo.
Este último, lejos de ser una metáfora como solemos considerarlo desde una lógica secularizada, es una entidad con agencia en sus propios términos:
se manifiesta en el cuerpo como una presencia y hace que las personas hablen en lenguas desconocidas, formulen profecías, sanen sus enfermedades, mejoren las relaciones intrafamiliares y tengan éxito personal en la vida cotidiana.

La reivindicación de la posibilidad de esa experiencia será la base tanto de la teología del pentecostalismo como de su autonomización como rama evangélica y de su influencia posterior en otras ramas evangélicas.
También una parte del catolicismo, nucleada en el seno del Movimiento de Renovación Carismática Católica, acogería esas nociones.

Cabe destacar también que el impulso pentecostal se nutre de una larga historia de corrientes protestantes que desafiaban las posiciones teológicas que, como las del propio Calvino, instauraron una separación absoluta entre los hombres y la divinidad;
por eso es posible sostener que el pentecostalismo representa un polo que busca reencantar el mundo frente al impulso protestante clásico que, al decir de Max Weber, lo desencantaba.

Los pentecostalismos

El crecimiento del pentecostalismo en América Latina es una variante específica de un movimiento que ha mostrado en los últimos 100 años una inédita capacidad de globalización.
El pentecostalismo produce conversiones y masas de fieles en China, Corea del Sur, Singapur, Filipinas y varios países del continente africano.
En todos estos casos, como en América Latina, se verifica una constante:

el movimiento posee una gran capacidad de vincular su mensaje a las espiritualidades locales, así como de alentar formas de organización, teología y liturgia flexibles, variadas y fácilmente apropiables con las que se disemina entre los más diversos segmentos de población de distintos contextos nacionales.

A principios del siglo XX, una de las vías de difusión del pentecostalismo fue la migración de creyentes que se desplazaban con su fe y las primeras misiones organizadas que, desde diversos países, especialmente USA, arribaron a casi todos los países del continente.
Luego, desde las décadas de 1940 y 1950, continuaron las misiones, pero el pentecostalismo también se desarrolló a partir de líderes locales que lo iban adaptando a la situación social y cultural endógena.
De esta forma, un pentecostalismo autónomo, que privilegiaba la salvación terrenal y se basaba en la *cura divina*, se superponía al pentecostalismo originario, que enfatizaba la santificación y el repudio del pecado.

El pentecostalismo en expansión dialogaba con las necesidades y creencias populares de una manera original, como ninguna denominación protestante lo hizo nunca, y de ahí su éxito diferencial.
Hacia los años 50, los pentecostales ya conformaban un contingente importante en diversos países latinoamericanos.
Más allá del porcentaje de población que representaban, lo importante es que en esa época, en cada uno de los países de la región, estaban dispuestos los liderazgos y semilleros de líderes locales que conducirían el crecimiento de las décadas posteriores.

Pero en esa misma etapa también se incrementó la presencia de misiones provenientes de USA por una transformación geopolítica decisiva para el rumbo de los pentecostales en América Latina:
el triunfo de la Revolución China y el cierre a la evangelización de su inmensa población habilitaron un redireccionamiento de las vocaciones y las políticas evangelizadoras hacia una América Latina tradicionalmente católica.

Hacia fines de los años 60 y comienzos de los 70, y capitalizando todos estos antecedentes, comienza una tercera etapa en la que se generalizan dos caminos de crecimiento pentecostal:
el del llamado *neopentecostalismo* y el de las iglesias autónomas.
En lo que algunos investigadores y agentes religiosos llaman neopentecostalismo, se exacerbaron rasgos del pentecostalismo clásico, al tiempo que se producían innovaciones teológicas, litúrgicas y organizacionales.

Se pluralizaron y ganaron fuerza las expresiones relativas a la presencia del Espíritu Santo =se incrementó y sistematizó la apuesta por los milagros= y a la figura de los pastores como sujetos privilegiados capaces de viabilizar esa bendición.
En ese contexto, surgieron dos articulaciones teológicas claves:
la *teología de la prosperidad* y la doctrina de la guerra espiritual.

La *teología de la prosperidad*, que polemizaba y antagonizaba con la teología de la liberación en un plano práctico, sostenía que si Dios puede curar y sanar el alma, no hay razón para pensar que no pueda otorgar prosperidad.
La bendición es completa y la contraparte de ella era un paso que afirmaba y profundizaba el de la oración:
el diezmo.

El horror de analistas moldeados por la cultura secular o de observadores cercanos al catolicismo, que santifica la pobreza frente a la *mezcla* entre lo espiritual y lo económico, impedía percibir que este aspecto de la oferta teológica pentecostal tiene muchos aires de familia con la dimensión sacrificial que en los pueblos campesinos lleva a ofrecer animales y cosechas a los dioses a cambio de prosperidad.
Solo que, como corresponde a la época del capitalismo, no puede materializarse de otra forma que no sea a través del equivalente general de todas las mercancías:
el dinero.

La doctrina de la guerra espiritual, por su parte, introduce una ampliación y una variación en la lógica del bautismo en el Espíritu Santo que está en los inicios del pentecostalismo.
Si el pentecostalismo originario sostiene que lo divino está en el mundo, la idea de guerra espiritual también incluye la presencia del mal.
De esta manera, el demonio deja de ser una metáfora para convertirse en una fuerza espiritual encarnada que amenaza la salud, la prosperidad y el bienestar, y esto da lugar a una concepción de la experiencia religiosa y de la liturgia en la que la expulsión de distintos demonios resulta central.

Esta es, además, una clave de la expansión pentecostal, ya que esa formulación le permite reconocer la eficacia de las entidades espirituales de otras religiones y, al mismo tiempo, denostarlas.
Lo que otras religiones combaten como superchería, la guerra espiritual lo combate como agencias espirituales negativas, en consonancia con el marco interpretativo de los destinatarios de su discurso.

Las iglesias neopentecostales comenzaron a hacer un marcado uso de todas las innovaciones comunicacionales disponibles y aplicaron también técnicas de *iglecrecimiento* =church growth= que habían sido exitosas en Corea del Sur.
Todo este despliegue permitía, aconsejaba y posibilitaba el desarrollo de megaiglesias.
No obstante, el neopentecostalismo designa cada vez más una nueva fase del desarrollo del pentecostalismo y cada vez menos un tipo de iglesia.

El neopentecostalismo prefiere las megaiglesias, pero no todas las megaiglesias son neopentecostales ni los rasgos neopentecostales se hacen presentes exclusivamente en las megaiglesias, que son a su vez una proporción ínfima del conjunto de las iglesias pentecostales y evangélicas.

En las últimas décadas se produjo una multiplicación de las pequeñas iglesias pentecostales.
Este fenómeno ha sido menos observado pero no es menos importante:
la mayor parte de los convertidos al pentecostalismo se terminan agrupando en pequeñas iglesias autónomas en sus barrios, tras un paso por iglesias más grandes o más institucionalizadas.

Muchos de los pastores barriales obtienen en esas grandes iglesias el know how para armar nuevos templos en sus áreas de residencia, a los que cada grupo de creyentes imprime el sello de la particularidad de su experiencia.
En una dinámica que es parecida a la de la proliferación de bandas musicales, las pequeñas iglesias son la mayoría silenciosa en que decanta la sensibilidad pentecostal.
En esas pequeñas iglesias, cualquier observador podrá encontrar casi todo aquello que se asegura que es propio del neopentecostalismo.

El crecimiento pentecostal se alimenta de las ventajas organizativas y discursivas de los evangélicos y de los déficits católicos, y se da principalmente en aquellos espacios en que el catolicismo, con su lenta logística, no alcanza a dar cuenta del proceso de metropolitanización que caracteriza a la región:
en cada barriada nueva donde la Iglesia católica se plantear llegar, ya hay una o varias iglesias evangélicas.
Este proceso, además, se da desde el campo hacia la ciudad y desde la periferia hacia el centro.

Es por esta razón que las observaciones periodísticas casi siempre confunden los efectos con las causas:
las grandes iglesias pentecostales, que son las más visibles, no solo no congregan necesariamente a la mayoría de los fieles, sino que tampoco son las disparadoras del fenómeno, pero asumen ese papel ante observadores *metropolitanocéntricos*.

El conjunto de las iglesias evangélicas y especialmente las pentecostales forjaron, además, distintos tipos de agrupamientos educativos, deportivos, servicios mutuales y, especialmente, instituciones de producción cultural masiva como editoriales, sellos musicales e instituciones de formación teológica que, al tiempo que facilitan la actividad proselitista, le dan densidad al mundo evangélico creando denominadores comunes transversales.

En toda la región podemos ver una tendencia bastante homogénea.
Mientras que en los inicios del siglo XX la erudición y el rango social de los protestantes históricos, junto con su mayor presencia demográfica respecto de evangelicales y pentecostales, garantizaron su hegemonía en el mundo evangélico, hacia finales del siglo XX nos encontramos con que la supremacía demográfica y el prestigio de los métodos de evangelización de los pentecostales hicieron de estos últimos, a pesar de su pertenencia mayoritaria a un rango social inferior, el grupo prevalente en el mundo evangélico de cada uno de los países de América Latina.

En la segunda década del siglo XXI, ya el campo evangélico en su conjunto se había pentecostalizado por efecto de la presencia del pentecostalismo y del neopentecostalismo.
Tampoco está de más remarcar que esto pudo suceder porque una parte de los grupos protestantes, los que hemos llamado evangelicales, entendieron que debían profundizar sus alianzas con los pentecostales, aprender de su capacidad de adaptación del mensaje evangélico y poner al servicio de esa expansión su solidez institucional global y sus profusos recursos.

Pero, al mismo tiempo, es preciso señalar que en ese mismo camino se han erosionado las fronteras entre grupos evangélicos para dar lugar a prácticas y creencias transversales a las distintas denominaciones y oleadas de implantación y desarrollo de iglesias evangélicas, lo que hizo emerger, en lugar de las viejas identidades protestantes, una identidad evangélica y aún más genéricamente *cristiana*, que cada vez más tiende a ser el signo en que se reconocen los protestantismos en América Latina.

¿Cuántos son los evangélicos en América Latina?

El gráfico y el cuadro de las próximas páginas permiten captar con bastante aproximación la situación cuantitativa de los evangélicos en América Latina como región en su conjunto y en los distintos países.
En el gráfico, puede observarse la magnitud del cambio global en la región:

entre 1910 y 2014, los católicos pasaron de 94% a 69% de la población y los evangélicos, de 1% a 19%.
En el cuadro se muestra cómo se ha producido esa transformación a lo largo del tiempo y en los distintos países, así como el ritmo acelerado que manifiesta desde 1970, a través de un indicador indirecto como el descenso de la población católica.



Veamos ahora las razones de esa transformación en el campo religioso.
La primera es que la noción de actualidad de los dones del Espíritu Santo se conecta muy fácilmente con nociones propias de la sensibilidad religiosa de la mayor parte de las poblaciones de sectores populares de América Latina.
Para estos sectores, es clave la categoría de milagro, a la que la noción de *actualidad de los dones del Espíritu Santo* le da traducción y potencia.
El milagro, que en una mirada secularizada es algo extraordinario y posterior a todas las razones, es en esta perspectiva *popular* una posibilidad primaria y anterior a toda experiencia.

Esta sensibilidad encantada es mucho más interpelada por la perspectiva de la teología pentecostal y sus adaptaciones locales y contemporáneas que por cualquier teología católica, que hace enormes concesiones a la ciencia y a toda una jerarquía de dominios eclesiales que son necesarios para reconocer como milagro lo que en las iglesias pentecostales ocurre todo el tiempo.
La segunda característica, derivada de la pertenencia del pentecostalismo a la matriz protestante, refiere a la universalidad del sacerdocio, que democratiza y facilita el surgimiento de líderes religiosos.

La universalidad del sacerdocio permite a los pentecostales tener capilaridad logística y cultural para contener la expectativa de milagros de las poblaciones en que se insertan y desarrollan.
Cada pastor y cada nueva iglesia recrean la buena nueva adaptándola a la sensibilidad del territorio social y cultural con el que conviven y producen así sintonías que el catolicismo no logra:

prédicas, organizaciones y productos culturales adaptados a los más diversos nichos sociales y culturales surgen así desde esos mismos nichos, generados por sujetos que aprovechan la ubicuidad y la gramaticalidad del pentecostalismo.



Esta dinámica verdaderamente asombrosa implica que el pentecostalismo crece justamente por las mismas razones por las que otros grupos tal vez no lo hacen:
la universalidad del sacerdocio, que recrea infinitas versiones del pentecostalismo, promueve un crecimiento por fraccionamiento y no por agregación en unidades cada vez mayores.
Es así como religiones de fuerte intención proselitista pero de inquebrantable vocación centralizadora y portadoras de una teología que no guarda las mismas posibilidades de sintonía popular que el pentecostalismo, como los testigos de Jehová o los mormones, registran un crecimiento casi nulo.

Los pentecostales, a su turno, muestran una capacidad de penetración territorial y cultural capaz de atraer múltiples fragmentos sociales en gran número de hibridaciones de pentecostalismo y diversas formas de cultura popular y masiva.

En contraste con esto, el catolicismo demora lustros y décadas en renovar cuadros que son cada vez más escasos dado el particular sistema de reclutamiento de líderes religiosos que posee y debido a que, por ese mismo tipo de reclutamiento, esos líderes viven casi al margen de las experiencias de los sujetos a los que pretenden guiar espiritualmente.
Esto, sin contar que las teologías católicas del Concilio Vaticano II en adelante, poseedoras de un razonable afán modernizante, son, por este mismo empeño, productoras de una gran distancia cultural entre el catolicismo y su feligresía:

no solo porque difieren de una sensibilidad popular encantada al poner el acento no en el milagro sino en el compromiso social, el rigor, el sacrificio, la penitencia, el estudio, sino también porque su concepción subraya la división entre ordenados y laicos justo allí donde el pentecostalismo recluta, de a montones y en los *peores lugares* de la sociedad, a sus líderes.

El salto abrupto que se da a partir de 1970 según el cuadro no debe entenderse de manera lineal en correlación exclusiva con la sincronía de lo que sucedía política y socialmente en América Latina en esa década, sino como el resultado de la acumulación de recursos institucionales y humanos que, como una inversión desarrollada desde 1950, tuvo su maduración en esa década.
La suposición de que los pentecostales crecen por sus machaconas campañas en horarios periféricos de los medios de difusión ignora un dato evidenciado por decenas de trabajos antropológicos y sociológicos realizados en los últimos 50 años:

los pentecostales crecen por el boca a boca, por cercanía, por redes;
los espacios televisivos solo legitiman la posición creyente y resuelven disputas de predominio entre iglesias.
Las conversiones y adhesiones se dan en la vida cotidiana cuando alguien tiene un problema y una persona cercana le recomienda ir a una iglesia, y luego suceden cosas que hacen que *todo funcione*.
El concepto de *iglesia electrónica* solo explica una parte pequeña de los casos de conversiones:
a menudo, el de los ancianos aislados, dependientes de la televisión y angustiados en noches solitarias.

Para todos los demás =jóvenes, matrimonios en crisis, adultos y personas de mediana edad en medio de todo tipo de problemas=, hay siempre una iglesia cerca y un amigo o vecino que recomienda acudir a ella.
El pentecostalismo ha logrado penetrar en las más diversas camadas sociales y los más variados estilos de vida, pero es innegable que su éxito ha sido mayor en los sectores populares, en áreas de la sociedad en las que ofrece de forma privilegiada las armas para luchar contra el sufrimiento social y personal, como lo ha mostrado, entre otras obras, la de Cecilia Mariz en Brasil.

Una conclusión que se impone luego de revisar este punto es que, independientemente de las direcciones que toma la movilización de los pentecostales en el espacio público, su crecimiento, comprobadamente más fuerte en los sectores populares, tiene efectos en términos de poder social:
el poder pasa de los sacerdotes a los pastores, de agentes externos a las comunidades y a liderazgos locales;

de nociones universalizadas de cultura elaboradas por elites globales a nociones que, vehiculizadas por industrias culturales, recogen más vívidamente las experiencias cotidianas de millones de sujetos de las clases populares y las clases medias precarizadas de toda la región.

Pentecostales y política en América Latina



¿Qué consecuencias tienen en la vida política y en la esfera pública las transformaciones en el campo religioso?

La tesis más general para captar la politización de los pentecostales y de buena parte de los evangélicos en América Latina es que han desarrollado formas de movilización política diversas y contingentes, que en los últimos lustros se han orientado a la intervención política y lo han hecho de mano de las tendencias conservadoras.

Pero en contraste con la afirmación impresionista de que se trata de una ola de fascismo evangélico, cuyo destino estaba asegurado desde que el primer pentecostal pisó un puerto latinoamericano, es preciso prestar atención a los momentos y los modos de esa politización y a su interacción con el contexto social más general, para discernir cuáles deben ser las tareas de las fuerzas progresistas frente a los diversos rumbos que adoptan los evangélicos.

Los protestantismos históricos impulsaron direcciones políticamente liberales y generaron una muy rica tradición de compromiso social, pero su reclusión en determinados nichos sociales, sumada a las derrotas históricas de los proyectos de la izquierda, contribuyeron a su pérdida de relevancia relativa.
Los evangelicales fueron más conservadores, pero llegaron a desplegar algunos compromisos sociales en tiempos ya lejanos.

Finalmente, los pentecostales y, si se quiere, los neopentecostales, que son, en conjunto, desde hace varias décadas, los evangélicos más numerosos y más determinantes, también atravesaron varias etapas en sus modos de relación con lo público y la política.
A grandes rasgos, es posible esquematizar una serie de cuatro momentos que se presentan en los distintos países de América Latina.

El desarrollo inicial del pentecostalismo en América Latina incluía la denuncia de lo que llamaban *el mundo*;
por lo tanto, la política que residía en él debía ser repudiada.
En esto pesaban también el origen extranjero de los pioneros, que no tenían capacidad de vincularse plenamente a tramas ni a disputas políticas locales;
el anticomunismo de esos mismos pioneros, que igualaba a menudo *compromiso político* y desobediencia;
la situación minoritaria y estigmatizada de una religiosidad que era vista como *disidente* y el hecho de que las primeras camadas de creyentes locales pertenecían a poblaciones social, económica o culturalmente marginadas.

Con el correr del tiempo y con la generación de un cuerpo de líderes endógenos vinculados a las sociedades locales, los pentecostales inician una segunda etapa:
los primeros pasos en busca de la protección de sus derechos como minoría religiosa, que se dan, en general, a partir de los años 70.
En ese contexto, la politización adquiría el cariz de una defensa limitada del pluralismo religioso, ya que los pentecostales buscaron, en general, su reconocimiento a la par del catolicismo, pero no pretendían que esto se extendiese a todos los grupos religiosos.
Posteriormente, el pentecostalismo presentó un atractivo tanto para los políticos establecidos como para los emergentes emprendedores evangélicos.

Al número creciente de votantes evangélicos y la potencia de sus redes, se sumaba el hecho de que los creyentes, con su presencia *santa*, podían dar legitimidad específica y adicional a proyectos políticos de los más variados signos que pretendían denunciar una política tomada por la corrupción.
Ello habilitó tentativas que fueron desde iniciativas destinadas a poner en pie partidos confesionales =sin muchos resultados= hasta la postulación de evangélicos en partidos no confesionales.

Nos referimos a situaciones tan diversas como la participación de los evangélicos en las campañas de Alberto Fujimori en su primera elección en Perú, Fernando Collor de Mello en Brasil a finales de los 80 o, en la estratégica Prefectura de Río de Janeiro, Benedita da Silva, quien aun con las prevenciones de su iglesia, ganó las elecciones reivindicando su carácter de *mujer, negra, favelada y pentecostal*.
En esta etapa existieron compromisos políticos plurales y pragmáticos.
Distintos grupos pentecostales y evangélicos ingresaron en la actividad política usando sus capitales de diferentes modos y construyendo distintos tipos de alianzas:



en Argentina, los pentecostales que se movilizaron políticamente lo hicieron de forma relativamente cercana al peronismo, pero también integrándose a propuestas de centroderecha.
En Brasil, donde las denominaciones pentecostales más poderosas apoyaron a Collor de Melo y a Fernando Henrique Cardoso ante el *peligro comunista* del Partido de los Trabajadores-PT =Lula=, pasaron luego a integrar el frente promovido por ese mismo PT en las cuatro elecciones que ganó =con Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff=, para luego dar su aval al proyecto de Marina Silva =evangélica y ambientalista que fue ministra del primer gobierno de Lula y luego encabezó una de sus primeras disidencias=, y finalmente, corriendo detrás de sus votantes, terminar apoyando la candidatura de Jair Messias Bolsonaro en su raid final.

Puede decirse que este momento de mayor involucramiento político coincide con el de mayor expansión de la visión pentecostal entre todos los grupos evangélicos.
En ese contexto, los evangélicos no solo comenzaron a participar en política electoral, sino que se transformaron en interlocutores en diálogos sobre políticas públicas:
su agilidad y su capilaridad territorial los volvieron agentes claves para los procesos a través de los cuales los Estados tomaban en cuenta, mediante múltiples instrumentos públicos, a poblaciones excluidas o marginadas.

El despliegue de dinámicas de violencia y adicción introducidas por el narcotráfico constituyó un terreno donde los agentes de las más diversas instancias de la sociedad civil y política veían a los evangélicos como aliados.

Estas formas de movilización política y social contenían algo que en un cuarto momento, de manera lógica, va a ser fundamental.
Los líderes de distintas iglesias y asociaciones evangelicales y pentecostales no tardaron en pregonar de forma cada vez más intensa y clara algo que está lejos de la fórmula canónica de la secularización =religión libre de Estado y Estado libre de religión=:
la jerarquización de los evangélicos en sociedades donde eran discriminados se ligaba a la jerarquización de sus concepciones en el espacio público.

En este momento, distintos aspectos de la experiencia evangélica no solo pueden ser atractivos para políticos que los inviten o para que los evangélicos intenten convertir el predicamento religioso en poder político, sino que se esboza un proyecto relativo a la conquista de la sociedad por entero para los valores cristianos.

No se trata de valores aleatorios:
en el contexto histórico en que se da esta fuerte inversión política, los evangélicos pondrán el acento en la oposición al matrimonio igualitario y a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, en ciertas limitaciones al pluralismo religioso que deberían ejercerse contra las *sectas* y las religiosidades afroamericanas e incluso, en algunos casos, en la procura de un proceso de regulación del campo religioso que afectaría a las expresiones autónomas del pentecostalismo.
En el contexto de este desarrollo histórico, es posible señalar tres hechos que ayudan a ceñir la actualidad de los mecanismos que actúan en las relaciones entre los evangélicos y la política.

No hay voto confesional.

Es preciso desactivar una impresión que fácilmente se impone luego de verificar el crecimiento de los evangélicos en las últimas décadas:
es imposible afirmar la existencia de un voto confesional en el caso de los evangélicos.
No solo se trata de que la identidad religiosa no genere automáticamente una identidad política.

El hecho de que no haya instancias de unificación institucional y la propia dinámica de los grupos evangélicos, competitiva y sometida a múltiples posibilidades de fraccionamiento, hacen que algunos emprendimientos políticos que apelan a la identidad religiosa tengan efectos muy distantes del buscado =que los creyentes voten creyentes=, ya que son vistos con desconfianza como tentativas de manipulación, control y capitalización indebida de esfuerzos de unas denominaciones pentecostales por otras.

Además, en los distintos espacios nacionales, los evangélicos votan de manera análoga a la que votan los católicos o los ciudadanos que adhieren a otras religiones en sus respectivos estratos sociales.
Los partidos evangélicos tuvieron porcentajes de votos mucho menores que el porcentaje de población evangélica en Perú =4% sobre 12%=, en Chile =donde fracasaron tres partidos evangélicos en la elección de 2017=, en Argentina en 1991 y en 2001 =donde la mayor parte de los evangélicos de los sectores populares vota al peronismo= o, por dar un ejemplo más, en Guatemala, donde los evangélicos conforman el 40% de la población y ya asumieron tres presidentes de esa religión, pero los partidos evangélicos que apelan a la movilización política de los creyentes no logran mayores éxitos =6% sobre 40%=.

Sin embargo, tampoco debe ignorarse que distintos aspectos de la identidad evangélica o de su repertorio de acción simbólica fortalecieron, por ejemplo, la candidatura triunfante de Bolsonaro en Brasil.
Pero incluso en ese caso, los evangélicos que se conciben como el rebaño de Dios no votan como un rebaño:
en una campaña polarizada en la que los líderes de las denominaciones evangélicas más fuertes y de mayor extensión territorial impulsaron el voto a Bolsonaro por indicación de sus propias bases, las estadísticas posteriores a la elección mostraron que más de un tercio de los evangélicos votó contra las orientaciones *oficiales*.



¿El peso demográfico ayuda a la movilización evangélica?

Algunos autores sostienen que las potencialidades de la movilización política evangélica tienen correlación con el peso demográfico de los pentecostales en los distintos países:
en aquellos países donde los pentecostales, junto con el resto de los evangélicos, superan el 30% de la población, es más probable que sean capaces de promover una alternativa política basada en la identidad evangélica, mientras que en los países donde permanecen por debajo de 25%, tienden a participar dentro del proyecto de otros partidos políticos y a conformar una representación coordinada de los intereses comunes de todos los evangélicos en niveles parlamentarios y en amplias movilizaciones sociales.

La hipótesis no es del todo desatinada, pero tampoco es plenamente discriminante:
debe considerarse que en los países de mayor porcentaje de evangélicos hay casos como el de Guatemala, donde la religión evangélica parece influir en la cultura política sin que haya voto confesional, pero que en casos como los de El Salvador o Nicaragua la influencia y la movilización evangélica no son notorias.

En Costa Rica y Brasil, por su parte, los porcentajes de población evangélica son relativamente menores que los de los países antes citados y, sin embargo, la fuerza política y electoral de los evangélicos lleva a que un partido de esta corriente =Restauración Nacional= sea el principal desafiante de los partidos tradicionales =Costa Rica=, o a que aquellos sean parte del bloque electoral triunfante a través de partidos que no representan a todas las denominaciones evangélicas pero que cuentan con la movilización de algunas de las que cuentan con más reconocimiento, recursos económicos y despliegue territorial =Brasil=.

La erosión de las identidades políticas tradicionales y la *agenda de género*.

La factibilidad de la formulación y el éxito de una alternativa política evangélica pueden contener algo del factor *peso demográfico*, pero seguro dependen de la concurrencia de otras dos circunstancias.
Una de las situaciones que permiten la emergencia de fuerzas políticas que apelan a la identidad evangélica es la erosión de las alternativas políticas tradicionales, especialmente si este hecho se da en el marco de crisis políticas generadas por causas de corrupción.
En esos casos, la estructura de atribuciones simbólicas que otorga a las religiones una especie de honestidad a priori funge como garantía o, al menos, como lavado de cara de fuerzas políticas que necesitan recursos extraordinarios de legitimación.

Como esto ocurre también en el contexto de transformaciones sociales que alteran principios tradicionales de identificación =la localidad, el trabajo, el catolicismo=, lo evangélico contribuye a solidificar nuevos principios de agregación.
Este podría ser tanto el caso de Brasil como el de Costa Rica o, más atrás en el tiempo, el de la identificación de Fujimori con los evangélicos a inicios de los años 90.
Hay otra circunstancia que contribuye de forma indudable y decisiva al surgimiento, crecimiento y fortalecimiento de los proyectos políticos evangélicos:

el avance concreto y la diseminación de la agenda de derechos de género y diversidad de las últimas décadas en América Latina ha generado una reacción que ni analistas ni actores lograron prever y, mucho menos, contener.



En la medida en que estas transformaciones fueron avanzando, muchas veces más rápidamente de lo que nunca se hubiera imaginado en el Estado y en los partidos políticos, incluso en los de centro y los de izquierda, se incubaron, en otros espacios de la sociedad y a espaldas del sentimiento de progreso indefinido que asistía a los grupos reformadores, un murmullo y una contrariedad subterráneos capitalizados en gran medida por los evangélicos.
En primer lugar, porque son los que estaban más cerca física e ideológicamente respecto de esa reacción.
En segundo lugar, porque el catolicismo estaba impedido de hacerlo con coherencia y legitimidad, dada la combinación de su heterogeneidad interna con la ilegitimidad que asiste para intervenir en este tema a una jerarquía sumida en el oprobio por los casos de pedofilia.

Así, el despliegue de la agenda de derechos de género y diversidad generó una dinámica en la que los evangélicos pudieron ser catalizadores y representantes de una reacción que sumó potencia a sus proyectos políticos.
Ese es el punto a partir del cual los evangélicos dejaron de ser pragmáticos y se orientaron sistemáticamente hacia la derecha.
La composición de la reacción catalizada por los evangélicos permite entender mejor en qué sentido están siendo un factor dinámico de las fuerzas de la derecha:
más allá del aumento de la propensión evangélica a votar por la derecha o de la derechización de sus candidatos y propuestas, es cierto que, como no hay un voto confesional, los evangélicos no solo votan a la derecha cuando sus líderes lo promueven.

Ahí puede discernirse específicamente la operatividad evangélica en la derechización contemporánea:
no solo representan la reacción contra la agenda de género y diversidad de sus propias bases denominacionales, sino que su propio crecimiento conforma el ambiente político-ideológico donde se gesta la densidad de las resistencias a esa agenda emancipadora.
El pentecostalismo influye de forma mucho más sólida a través de la transformación cultural que implica su crecimiento que del direccionamiento de los votos de los creyentes.

No está de más decir que todo esto ocurre en un marco más amplio y complejo:
el giro hacia la derecha o la permanencia de la derecha en distintos países latinoamericanos obedecen a muchas otras causas.
Algunas, como la percepción de un inestable clima de movilización y o de violencia, así como de corrupción, fortalecen la necesidad de una referencia cristiana que los evangélicos disputan y logran muchas veces encarnar mejor que nadie.
Otras, como el estancamiento económico o la desigualdad, pueden ser interpretadas en lógica evangélica y así dinamizar cambios en el comportamiento político.

Reflexión final



Los evangélicos constituyen desde hace más de 30 años una fuente inagotable de enigmas, pánicos y pontificaciones por parte de analistas, políticos y todo tipo de actores/espectadores de la política contemporánea.
Por una parte, esto se debe a que el ánimo de las izquierdas y los progresismos latinoamericanos tejen en su reacción dos hilos no siempre afines:
al tradicional temor a la religión en tanto poder oscuro y alienante se suma, en la formación de una santa alianza de nuevo tipo, la presunción traficada por el catolicismo acerca del carácter *foráneo* que asiste a todos los protestantismos.

Todo esto ayudó a forjar una serie de reacciones que fueron desde la afirmación a priori de lo que significaba la expansión de estos movimientos, notable ya desde la mitad del siglo pasado, hasta el desprecio por cualquier aproximación cognitiva o política que no fuese militantemente contraria.

En general, con importantísimas y notables excepciones, se ha permanecido frente al fenómeno entre la condena y el desconocimiento condenatorio, de manera tal que hoy el despertar de ese sueño reactivo obliga a confrontarse con una realidad que es compleja, desafiante y ahora sí amenazante, aunque plena de contingencias que todavía deben explorarse y explotarse en esfuerzos de interpelación política que, como siempre y más que nunca, exigirán hacer de tripas corazón.

Pero, por otra parte, esto también se debe a un mecanicismo simétrico inverso.
Si las izquierdas y el catolicismo veían en la expansión evangélica una invasión imperial, algunos analistas estadounidenses veían con optimismo la implantación de unas semillas que harían de América Latina, estereotipada como un Macondo generalizado, un espacio de racionalidad, individuación y acumulación virtuosa, como si los pentecostalismos, la fuerza demográficamente más importante de esa expansión, estuviesen constituidos por clones de los peregrinos del Mayflower y como si la América Latina del siglo XX constituyera lo que desde esa imaginación histórica se concibe como una tabula rasa.

En el fondo, el caso de la expansión evangélica es revelador de la precariedad de una certeza que debemos cuestionar:
la secularización difícilmente funcione como la interposición de un muro capaz de anular más o menos perfectamente los intercambios entre el mundo de la religión y la política.

Lo que sucede más bien es que la moderna capacidad de comprender la contingencia radical del mundo histórico social debe aplicarse al caso de las religiones para entender que la modernidad, lejos de significar el fin de las religiones, es un mecanismo que, al mismo tiempo que instituye separadamente el dominio de la religión, articula transformaciones, porosidades e intercambios que hacen que las religiones estén en constante cambio y siempre *retornando*.

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-nuso

miércoles, 29 de mayo de 2019

* Ex-Machina-122 *

***Feliz noche de Miércoles para todxs.

Breve diálogo con Domi, como antes, especialmente para recomendar éste audio a un oyente amigo, aunque es extensivo a todo aquél/lla que realmente se sienta con capacidad de militar en política intentando cambiar las cosas.

Necesitamos una verdadera reforma social que reivindique el derecho de todos, y así asumir un compromiso social realmente solidario y sólido y no frágil como el actual.

Hay que abandonar el activismo desde una mera postura economiscista.





Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

-podcastgilga

* Crazy World siglo XXI *

***Buena jornada de Miércoles para todxs.

Día de Paro General por aquí, huelga, en la calle ni los perros, gran jornada que paraliza al país con muchísimas movilizaciones de gremios y organizaciones sociales, obviamente contra las políticas del Gobierno Nacional que agoniza día a día de aquí a las elecciones de Octubre, pero que no cambia el rumbo de dichas políticas que a la gran mayoría del Pueblo Argentino nos resultan a ésta altura, insostenibles.

Puñado de notis que se acumulan en el arcón y que en éste día vienen bien para compartirlas como siempre, con la vocación de reflexionar, de que nos hagan pensar y quién sabe...sean útiles para nuestra visión del mundo que habitamos.



-En 1987, el autor =poco antes de fallecer= reveló el signifcado de las 12 estrellas que desde 1955 son la bandera oficial de la Unión Europea, aprobada tras un concurso de ideas.
Lo mantuvo en secreto porque si se hubiera hecho público el significado que ocultó, habrían rechazado su diseño.
Fue obra de un católico belga recalcitrante, así que ya se pueden imaginar lo que consiguió colar en una época en que había fuertes partidos comunistas en los principales países fundadores.
Hace dos años, Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa, al entrar en la Asamblea Nacional y ver dentro la bandera de Europa, exclamó:

*¿Tenemos que aguantar esto?
¡Esto es la República Francesa!*.

El código de Arsène Heitz;



Proporciones oficiales de la bandera de la UE
Europa vota estos días bajo la bandera del Apocalipsis.

Concretamente, bajo el versículo 1 del capítulo 12 del último y más enigmático libro de la Biblia:

*Una gran señal apareció en el cielo:
una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza*.

Es la apocalíptica imagen que un discreto funcionario del servicio postal en el primer Consejo de Europa =su nombre era Arsène Heitz= sentía con profundidad.
A principios de los años cincuenta, el Consejo de Europa pensó en crear una bandera para el Continente autodevastado y empezó a recibir ideas llenas de cruces, estrellas, soles y otros símbolos, con el azul ya dominando en el fondo.

La unidad de Europa empezó por eliminación =esencialmente, eliminar la posibilidad de otra guerra apocalíptica= y el diseño de su bandera también empezó por eliminación:
turcos y socialistas se opusieron a la cruz, símbolo del cristianismo.
En 1953 se aprobó una primera versión con 15 estrellas doradas =el número de países del Consejo= dibujadas en círculo =símbolo de la unión= sobre un fondo azul.
Y con esta imagen tan interestelar empezó la guerra de las estrellas.

La República Federal de Alemania se opuso al número 15 porque incluía el Sarre, territorio que los alemanes se negaban a considerar como una entidad política soberana. 
Por razones estrictamente inversas, el Sarre y Francia rechazaron una corona de sólo 14 estrellas.
El número 13 fue descartado de inmediato.
El 10 podía simbolizar los países fundadores del Consejo de Europa, pero excluía a los nuevos miembros.

Al final quedaron sobre la mesa dos propuestas con fondo azul, una hermosa =y poco práctica= constelación de estrellas diseñada por Salvador de Madariaga y 12 estrellas doradas dibujadas por Arsène Heitz, el discreto funcionario de correos.
El 8 de diciembre de 1955 =casualmente, festividad de la Inmaculada Concepción= se aprobó de manera definitiva la bandera de las 12 estrellas =desde el 1 de enero de 1986, bandera oficial y símbolo de todas las instituciones europeas=.

Aquí acabó la guerra de las estrellas y empezó el enigma.
¿Quién tuvo la idea de las 12 estrellas y qué significan?
¿Arsène Heitz?
¿Paul Lévy, director de Información y Prensa del Consejo de Europa?
¿Léon Marchal, secretario general del Consejo?

Nadie lo aclaró entonces, ni nadie concretó el significado, más allá de vaguedades del número 12:
símbolo de la perfección, la armonía, los meses del año, los signos del zodíaco…



Las estrellas quedaron en silencio hasta 1987, cuando Heitz =creyente y miembro de la Orden de la Medalla Milagrosa= reveló a una revista confidencial católica belga que había dibujado 12 por las 12 estrellas de ese versículo del Apocalipsis, que cada agosto se lee en la liturgia de la Asunción de María:
la bandera de Europa es la corona de la Virgen.
Heitz confesó que lo mantuvo en secreto porque no toda Europa era católica.
Ni creyente.
Murió dos años después, y su viuda confirmó la motivos y el silencio:
*Había que guardar el secreto*.

¿Decía Heitz la verdad?
Tras su revelación, Lévy lo negó y aseguró que el número 12 lo eligió él mismo por ser una cifra armónica y que el Consejo de Europa nunca le dio un significado religioso.
No hay nada concluyente.
Al final, es la palabra del ex jefe de Información contra la del ex funcionario de correos.
Pero hay indicios suficientes que nos llevan al código de Heitz.
Fue el primero =en unas propuestas previas= en dibujar un círculo de 12 estrellas doradas con otra gran estrella en su interior.

Fue él =pintor aficionado= quien plasmó en papel el diseño definitivo.
Y la web oficial del Consejo de Europa =sin hablar de la Virgen, sólo de los meses del año y el zodíaco= dice que fue el creador.

El primer edificio público en el que se desplegaron las 12 estrellas sobre fondo azul fue una catedral, en forma de vitral coronando a la Virgen:
Estrasburgo.
Un vitral ofrecido por el Consejo de Europa para sustituir al reventado por los bombardeos de 1944.
Y antes de morir, en el 2002, al negar la versión mariana, al propio Lévy =judío convertido al catolicismo= se le escapó que el número 12, además de armonía, *evoca el número de apóstoles y el número de hijos de Jacob*.

Paradójicamente, ha sido la izquierda radical la última en validar el código de Arsène Heitz.

*¿Tenemos que aguantar esto?*, exclamó Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa, al entrar hace dos años en la Asamblea Nacional y ver dentro la bandera de Europa:
*Esto es la República Francesa, no es… la Virgen María*.

Ya nunca sabremos la verdad de las 12 estrellas.
Que cada uno vea en ellas su propio enigma.
O que cada uno intente ver en esas estrellas el enigma del otro:
quizá la verdad esté ahí.

Lo que sí sabemos es cómo termina ese pasaje del Apocalipsis.
Muy Juego de Tronos.
En el cielo no sólo apareció la Mujer.
También un dragón rojo con una diadema en cada una de sus siete cabezas y una cola que arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, estrellas que arrojó contra la tierra.

El dragón, serpiente antigua, quería devorar al hijo que la Mujer esperaba en su vientre y hubo una batalla entre la bestia y los ángeles, y a la Mujer le dieron las dos alas de un águila para que volase lejos del dragón y éste vomitó un río para ahogarla y la tierra se abrió y se tragó el río vomitado por la bestia de las siete diademas.
Una historia sorprendente para la bandera de un continente sorprendente, capaz de proclamar la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y capaz de sistematizar el exterminio.

Una bandera para los 1.227 kilómetros que separan Auschwitz de París.

Me permito acotar que el círculo de 12 estrellas bien puede ser un conjunto armónico, pero en él hay algo que no anda bien...
Me refiero a las estrellas que son de 5 puntas, número que en la Geometría Sagrada no es precisamente un símbolo de armonía.
Doce estrellas por las cinco puntas de cada una nos da 60, ésto es finalmente un 6, número que sí es armónico, pero proviene del producto de multiplicar reitero, por el 5 de cada punta de cada una de las 12 estrellas.

Para ser un verdadero armónico las 12 estrellas debieron ser de 6 puntas, lo cual habría dado en la multiplicación un 72, ésto es 7+2=9 número que ya sabemos es de excelsitud.

Si hubieran sido de 8 puntas nos habría dado 96, ésto es 9+6=15, 1+5=6, número armónico proveniente del armónico 8.

Creo que, para no quedar pegado al judaísmo =estrella de 6 puntas= ni al islamismo =estrella de 8 puntas= Heitz utilizó la de 5, ante lo cual a mi entender sobre éste tema, no hay armonía positiva alguna en dicho símbolo, por el contrario, es un engendro.

Otro tema;



-La novela 1984 de George Orwell fue escrita como una utopía, una concepción de un mundo ideal desarrollado por el autor.
Además de ser distópica, es decir, un tipo de mundo malo, indeseable en sí mismo, fue un adelanto para nuestros tiempos.
El lema del Gran Hermano fue, *Quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado* y era lo que se describía manipulando la prensa, la literatura y fundamentalmente los medios de comunicación.
La época actual superó con creces toda la imaginación de Orwell.

Lo que se está preparando para el futuro en materia de sistemas de seguimientos y control, además de las falsedades que se crean, es una perversión mayor que apunta a controlar el pensamiento individual, el control a un nivel más profundo, que pondrá fin al ser humano libre.
Hace algunos días el Financial Times publicó la noticia de que la mensajería instantánea en WhatsApp, que supera los 1.000 millones de usuarios activos, de propiedad de Facebook, había sido infiltrada por NSO Group, una obscura empresa israelí que pudo haber intervenido millones de cuentas, por lo cual se pidió a 1.500 millones de usuarios actualizar sus aplicaciones.
La información es contradictoria, debemos suponer que los usuarios son más de 1.500 millones.

Aún así, la noticia casi no es noticia.
Bajo las más diversas formas de anuncios por intervenciones que se conocen, las redes sociales son invadidas por empresas fantasmas que operan con diversas aplicaciones para apoderarse de la información de los computadores personales, de los terminales en la nube, las bases de datos, la telefonía fija, los celulares, incluidos los Smart TV, etc.
No tenemos ninguna seguridad de nuestra privacidad, porque no solo roban nuestra banda ancha, venden los datos o los traspasan al gobierno a través de terceras empresas =caso Cambridge Analytica=.
Por eso, es un cinismo mayor acusar a Huawei de espionaje, si los Estados Unidos, Inglaterra y otros, hacen exactamente lo mismo.

El negocio del cobre en Chile funciona con un diseño parecido.
Lo más grave es que la cantidad estimada de mineral de los envíos de roca no es medido por el Servicio Nacional de Aduanas.
Dicho trabajo está externalizado en 7 empresas transnacionales:
Laboratorio Stewart-Blaitt y Cía Ltda, SGS Lakefield Research Chile S.A., CIMM Tecnologías y Servicios S.A., CESMEC Ltda., Alfred H. Knight, Compañía Minera Candelaria y Xstrata Cooper.

Las multinacionales extranjeras venden el concentrado de cobre en su forma más básica o rudimentaria, exportando a empresas extranjeras =con algún tipo de relación=, a precios más baratos.
En Chile sólo se quedan los desechos tóxicos, las pérdidas o pequeñas utilidades y la mayor utilidad se va al extranjero, evadiendo los impuestos en el país.
Son empresas externas las que tasan el concentrado de cobre, de modo que el cobre no es el sueldo de Chile, es el sueldo de las transnacionales.
¿Cómo relacionamos todo esto con la novela de George Orwell?.

Lo que parece no lo es, y lo que es, no parece serlo.
En el fondo, los objetivos reales, no son declarados ni transparentados, especialmente en el ámbito privado;
por el contrario, son transfigurados para que la mayoría crea que se empatiza con los deseos o necesidades de la población.
El propio Alan Greenspan, ex presidente de la FED cuestionaba la información que se conoce sobre la inflación.
Muchos creen fervorosamente en la integridad de los datos de empleo, desocupación y sobre todo las declaraciones de objetivos políticos, que en el código de la política significa, decir una cosa, pero hacer otra.

Cuando se supo que el presidente Piñera llevó a sus hijos a un viaje a China, se dijo que sólo acompañaban a su padre.
Hoy se sabe que eso no es así, además han recibido cientos de millones de pesos en contratos fiscales y han terminado disculpándose.
¿Cuál es la técnica?
Simple, la misma del nazi Joseph Goebbels, o la del diputado de RN, Manuel García:
mentir, mentir, mentir, a pesar de las cámaras que grabaron la patada que le dio al periodista.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, valora el estado de la economía por el resultado de los indicadores de Wall Street, que es el principal centro especulativo del mundo.
Pero la verdad no va por ahí.
Tal vez existe una disposición cultural, que impulsa al ser humano a evitar utilizar su cerebro para reflexionar, dejando a otros el esfuerzo de pensar.
La explicación podría estar en la enorme presión manipuladora de la prensa oficial y de las agencias extranjeras y del *marketing* que formatean la información internacional siguiendo la línea editorial del poder y de los grandes intereses financieros y empresariales, permitiendo al fanatismo neo liberal imponer su verdad.

Si contrastamos estos resultados con los datos reales, por ejemplo con la carga aérea global, veremos que está cayendo en todo el mundo a algunas de las tasas más rápidas desde el final de la gran recesión, una señal clara de que la desaceleración global está ganando impulso.
Solo el 30% de los campos de maíz de los EE. UU., habían sido plantados quedando rezagado el promedio de cinco años del 66%.
La cosecha de soja fue del 9% sembrada, por detrás del promedio de cinco años del 29%.
La guerra comercial ha contribuido a que las exportaciones de soja se hayan desplomado dramáticamente y ahora el precio de la soja es el más bajo en una década.

Pero para Trump todo está bien, porque Wall Street sigue subiendo, aunque su política exterior lo está desacreditando.
Puso sus fichas con tres actores innegablemente malos para su política exterior, Venezuela, Corea del Norte e Irán.
En cada caso, lamentablemente para Trump y su gobierno, ha impulsado ambiciones muy altas y una ejecución débil, que no la puede hacer cumplir, salvo que realmente vaya a la guerra.

Si a Ud. le hicieron creer que Osama Bin Laden fue la causa para que EE UU., estuviera en guerra con Afganistán por casi 18 años, quiere decir que a Ud. le han omitido información.
Hoy se repite nuevamente el asedio de barcos, portaviones y amenazas a Irán, porque lo que está en juego no son las armas nucleares, sino nuevamente el petróleo.
Se trata de impedir el oleoducto petrolero que cruzaría de Irán a través de Afganistán hacia China, el país que le está quitando el liderazgo a Estados Unidos.
Nos han convencido que el terrorismo es una amenaza para todo el mundo, sin embargo, ¿surgió de la nada? ¿cuál es el origen del terrorismo?

No se difunde la relación entre los asaltos y las muertes de cientos de millones de personas a través de las guerras emprendidas por Estados Unidos y algunos socios europeos, en Afganistán, Irak, Siria, Yemen, Ucrania, Libia, etc.

Pero partimos hablando de la novela de George Orwell, una concepción utópica, respecto de un mundo pernicioso.
En las actuales condiciones en que vivimos, el asunto es peor de lo que creemos.
Los Bancos de la Reserva Federal son bancos privados, mantenidos por accionistas privados y auto regulados, cuyo objetivo no es proteger al trabajador, la familia o el desarrollo del país para el bienestar ciudadano.

Su misión es crear riqueza para los ultra ricos, lo que ha sido ampliamente demostrado, porque el dinero no fue a la clase media, menos a la gran mayoría de la población. Se capitalizó en forma de burbujas operadas en Wall Street.
¿Libre mercado?
No existe de la manera prístina en que lo anuncian.
La dificultad actual de la FED, es cómo controlar los desequilibrios monetarios, y para ello requiere manipular la tasa de interés, el dólar, el oro, además del petróleo y otros recursos.

¿Cuántas guerras ha realizado China?
La última participación de China en una guerra importante fue durante la II G.M.
¿Cuantas guerras ha realizado Estados Unidos después de la II G.M.?
Casi todas las que han ocurrido, y por eso a China le va mejor y a EE UU., mal.
El gasto del aparato militar, en valor actual, escala casi a $ 1 billón de dólares anuales, y es para controlar el futuro.

El Newsweek publicó *La Escuela de Fuerzas Especiales de los EE. UU., una nueva guía para derrocar a los gobiernos extranjeros*.
El estudio de 250 páginas, fue publicado por la Universidad de Operaciones Especiales Conjuntas bajo el Comando de Operaciones Especiales de los EE. UU, donde se analizan 47 casos que intervinieron en varios países a partir de 1941 al 2003, Polonia, Corea del Norte, Indonesia, Tíbet, Cuba, Laos, Vietnam del Norte, Angola, Afganistán =1ra fase=, Kuwait, Irak, y así en 47 casos.
Lo dicen y escriben ellos.

En el refinado mundo bancario y de las finanzas o la economía, la verdad se empieza a construir tempranamente a partir de las teorías que se desarrollan con bastante antelación en los centros académicos, hasta que sale certificada como una verdad irredargüible de corte científico, que difícilmente puede ser rebatida por quienes no son expertos ni disponen de un aparato de análisis y los recursos para revisar las conclusiones, como la validez de las nuevas propuestas que vuelven renovadas para beneficio exclusivo de la elite de los muy ricos.

La semana pasada Eric Wiegand, gerente principal de cartera del US Bank Private Wealth Management, señaló que las cifras de ventas minoristas son débiles, no obstante es una lectura sólida del indicador de confianza del consumidor.
Es evidente que eso es una contradicción, entre lo que cree la gente y el rango de desempeño de las corporaciones de los Estados Unidos, que ha dejado a los mercados más vulnerables a *los efectos dominantes de toda la retórica en el comercio*.
La publicidad masiva, cambia la percepción de la gente.

Los misterios sin aclarar son varios.
Por ejemplo, por qué si la economía de EE UU., está tan boyante, resulta inexplicable la presión que ejerce Donald Trump para que la FED baje las tasas referenciales y aumente la expansión monetaria.
Contrariamente, hace algunos meses, la FED tenía un programa para subir las tasas y liquidar los activos por casi US$ 4 billones comprados para expandir el dinero después de la crisis 2008.
¿Qué es lo que no conocemos?

Para entender esta contradicción, más que la guerra comercial, que sin duda afectará a gran parte del mundo, el principal problema para la FED es el temor monumental a la deuda existente en todo, federal, local, estudiantil, consumo, tarjetas, automotriz, etc.
La masiva destrucción de riqueza provocada por la crisis financiera 2008, fijó por primera vez en la historia una baja en los tipos de interés que se movió entre el 0% y el 0,25%, desde el 1% anterior.
Entonces, bajar las tasas hoy y expandir el dinero, ¿es una preparación para una nueva crisis?
Es la evidencia.

A través de nuevas concientizaciones, nos quieren hacer ver una nueva verdad, para respaldar la crisis sistémica del neo liberalismo, como la Teoría Monetaria Moderna, MMT, que encierra un recurso desesperado, de imprimir dinero para estimular la economía, cada vez más carente de credibilidad.
En el caso de EE.UU., el costo de pagar sus deudas en dólares con excedentes es irrealizable y puede imprimir todo el dinero que estimen necesario.
Pero también aumentarán las deudas y los déficits.
Cuando el dinero excede los niveles de equilibrio, ello no desata inflación en EE UU., como sí ocurre en Turquía, Argentina, Venezuela o Sudan del Sur.

La razón es porque EE UU. exporta la inflación a través del control del dólar, y con su propia moneda emite o compra bonos para equilibrar la deflación o la inflación.
A través de los organismos bancarios mundiales de créditos, BM, FMI, las deudas y las operaciones de comercio se imponen en dólares y si los países no tienen reservas bancarias en dólares, casi obligatorias, caen en peligro de default, más aún si suben las tasas.
Algunos datos para refrescar la memoria, Durante la última década, desde la crisis financiera de 2008, los principales bancos centrales han adquirido activos por un valor de US$ 13 billones en sus balances.

El total de los activos en el balance de los principales bancos centrales es de aproximadamente US$ 20 billones.
Papeles que contienen solo un *debemos a Ud.*, un acto de fe para los que creen.
La deuda federal de los EE. UU., es de US$ 21.97 billones, mientras que la deuda de las Agencias de los EE. UU., llega a la friolera de US$ 9.26 billones y la deuda estatal-local es de US$ 3.1 billones.
En total los Estados Unidos debe US$ 34.3 billones, comparada con el PIB, es de 166 %, y se estima que la deuda federal seguirá subiendo a US$ 30 billones para el 2025.

Si aumentan las tasas de interés, al mismo nivel del 2010, el Tesoro de los Estados Unidos deberá pagar cerca de US$ 900 mil millones al año solo en intereses a una tasa de 3% para el 2025.
Entonces usted ya puede empezar a entender dónde está el problema real, que es equivalente al gasto militar anual de dicho país, y el porqué de la necesidad de bajar las tasas y seguir expandiendo aún más el dinero.

Desde la crisis financiera mundial 2008, el valor total de los bonos corporativos en circulación se ha duplicado desde alrededor de US$ 37 billones en 2008 a más de US$ 75 billones en la actualidad.
Es la misma teoría que fracasó en los años 20, cuando Mirabeau, un hombre con buenas intenciones, sucumbió al vicio de imprimir dinero en Francia.
Sobre la Francia de 1920, Andrew Dickon White, de la Universidad de Cornell, en una investigación suya señaló:

*Aunque la cantidad de papel moneda había aumentado, la prosperidad había disminuido constantemente.
A pesar de todos los problemas de papel, la actividad comercial creció cada vez más espasmódicamente.
La empresa se enfrió y el negocio se estancó cada vez más*.

Cuando la economía está cayendo, no se pueden subir los impuestos, nada más ejemplar que la Alemania de Weimer, a principios de la década de 1920 y su hiperinflación. En todas estas situaciones, la riqueza prometida se ve enfrentada a una mayor desigualdad en su distribución tal como ocurre hoy.
Luego en el modelo neoliberal, se sucede la corrupción, los saqueos, y el estancamiento.
Un documento de trabajo del FMI de abril 2019 describe las investigaciones en curso realizadas por los autores Ruchir Agarwal y Miles S. Kimball.

Como avance, puedo señalar que *las tasas pueden ser un serio obstáculo para combatir las recesiones.
Sin embargo, el límite inferior cero, no es una ley de la naturaleza, es una elección de política*.
El mensaje central de ese documento es que con las herramientas disponibles, un banco central puede permitir tasas negativas profundas cuando sea necesario, manteniendo así el poder de la política monetaria en el futuro.
Sobre eso espero poder comentarles en la próxima nota.

Mario Briones R.

Je...*Lo que parece no lo es, y lo que es, no parece serlo*.
Los mismos que avalan con su silencio el control social, lo denuncian como si fueran meros observadores o analistas de la situación, entonces ¿para qué ocupan cargos ejecutivos a través de los cuales pueden detener lo que denuncian?



-La Organización Mundial de la Salud-OMS incluyó en su lista de trastornos mentales al desgaste laboral, conocido popularmente como síndrome de burnout, y la adicción a los videojuegos, luego de que los Estados miembros acordaran su inclusión en la nueva versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades-CIE.
La nueva CIE entrará en vigencia el 1º de enero de 2022, y fue aprobada por los Estados durante la 72º Asamblea Mundial de la Salud, que se realiza en Ginebra, Suiza.

*Es la primera vez que el desgaste profesional entra en la clasificación de la entidad*, subrayó el vocero de la OMS, Tarik Jasarvic

En la nueva CIE, el desgaste por exceso de trabajo será incluido en la sección de *problemas asociados al empleo y desempleo*, y quedará definido como *agotamiento físico y mental debido al estrés crónico asociado con el trabajo y el desempleo*.
Será reconocido en tanto como *un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito* y *se refiere específicamente a fenómenos relativos al contexto profesional*, advirtió la entidad.
Por ello, la categoría *no debe utilizarse para describir experiencias en otros ámbitos de la vida*.

De acuerdo con la OMS, el burnout se caracteriza por combinar *sensación de agotamiento, cinismo o sentimientos negativos relacionados con su trabajo* y *eficacia profesional reducida*.
Por otra parte, la adicción a los videojuegos, incluida en *trastornos de dependencia*, es definida como *un nuevo tipo de trastorno mental* que puede reconocerse en alguien *con entusiasmo excesivo para los juegos de computadora y video*.

Debe ser observable durante un año, a lo largo del cual *debe haber signos de un trastorno del juego que afecte negativamente a la familia, a la sociedad, a la educación, al profesional y a otras áreas de la vida*.

La OMS señaló que, en ambos casos, los trastornos identificados fueron incluidos en la CIE para que los profesionales de la salud y los Estados refuercen medidas de prevención y tratamientos.
El burnout y la adicción a los videos juegos conforman cuadros de una gravedad tal que puede dar *lugar a un deterioro significativo a nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional o en otras áreas importantes de funcionamiento*.
La lista fue elaborada a partir de conclusiones de expertas y expertos de la salud de todo el mundo.

Es decir que, asumen que la explotación laboral enferma, que la adicción a los videojuegos también enferma, pero sólo se limitan a crear *definiciones* como si fueran la Real Academia Española que arma un diccionario...
¿Cuando van a suprimir lo que enferma?, obvio...je...

Vaya si son hipócritas, en Bélgica, sede administrativa de la UE, están propiciando algo que...bueno...para los cerveceros como yo sería maravilloso, pero cuando pensamos en cientos de millones de humanos que en pleno siglo XXI aún no tienen *agua potable*..ésta graciosa ocurrencia resulta en una obscenidad;



-Xavier Vanneste, propietario de Brugse Zot, una cervecería en la ciudad de Brujas, Bélgica, tuvo una formidable idea para llegar a cada hogar:
abastecer la bebida por medio de una red de cañerías similar a la del agua corriente, de manera tal que cualquier hijo de vecino pueda servirse una jarra de pilsen, de pale ale o de stout con solo abrir la canilla de la cocina de su casa.

Es que Vanneste ya revolucionó a los cerveceros en los últimos años, al construir una tubería de 3 kilómetros de largo, bajo el empedrado medieval de Brujas =ciudad declarada patrimonio de la Unesco= entre su abastecedor y su cervecería De Halve Mann, para ahorrarse complicaciones con el abastecimiento convencional de los camiones.

Esto le hizo imaginar =y proponer al comerciante= que en un futuro no muy lejano dispondrán de un grifo en la cocina para beber agua y otro para servirse cerveza.
Toda un victoria para los belgas, conocidos por consumir al año 84 litros de la bebida elaborada a base de lúpulo, malta y cebada, por lo que la creación de esta tubería despertó tanta expectativa como ayuda económica.

La idea surgió cuando Vanneste intentaba encontrar una fórmula económica con la que transportar su cerveza desde la fábrica hasta una planta embotelladora en las afueras de la ciudad.
El empresario afirmó a los medios locales que *hay que estar muy loco, como la cerveza, para un proyecto así*.

Y añadió que *simplemente tenía el dinero para ello y me gustaba, me volví loco y di el dinero a la cervecera*.
A los vecinos de la zona y aficionados a la cerveza les entusiasmó la idea, tanto que comenzaron a bromear acerca de invertir su propio dinero con la intención de colocar un grifo en la tubería, y en poco tiempo esa locura ya era un proyecto a consumar.

Digamos que entonces, la OMS que define al alcoholismo como una de las adicciones más nocivas, hace la vista gorda ante ésta genial idea de quien solo piensa en vender más cerveza, y lo que es peor, la idea de una canilla en casa por la cual salga el líquido elemento sin restricción alguna mientras se pague mensualmente por X cantidad de litros...es lisa y llanamente...imponer la adicción a los pobres débiles que deberán ahora luchar contra la enorme tentación de abrir el grifo y disponer de la blanca espuma a toda hora.

Imagino una fiesta en una casa que disponga de éste servicio en la cual se reúnen menores de edad, ¿se imaginan? je...una borrachera fenomenal, que claro...hace que las empresas que producen bebidas alcohólicas se quiten de encima el problema de no poder vender a menores de edad, dejando ese ejercicio a la *responsabiidad de los señores padres*....je...

No va a faltar algún genio que copie éste modelo e imite a las cañerías de gas domiciliario, y oferte que por la hornalla de su cocina...pueda aspirar esos humos que públicamente, el sistema le prohíbe.
Mundo de locos...

El tiempo pasa y a medida que la capa de barniz de quienes tapan la historia de acuerdo a sus conveniencias se van acumulando, de vez en cuando pasan cosas que vuelven a recordarnos que quienes hoy han establecido las reglas de un *mundo globalizado*, antes eran los más grandes crápulas de la historia.

Por eso será que confían en el *olvido*..hasta que cuando las evidencias históricas dejen de aflorar...ellos puedan andar por las calles como si nada, diciéndonos a todos lo que tenemos que hacer de acuerdo a sus hipócritas decretos morales...;



-Más de un siglo después de su naufragio, los restos del que es considerado el último barco que transportaba desde África esclavos a Estados Unidos han sido hallados en Alabama, para júbilo de los descendientes de la tragedia.

Esta semana, la Comisión Histórica de Alabama anunció que en el Río Mobile se han encontrado lo que se estima son los restos del Clotilda, la embarcación que en 1860 transportaba 110 africanos a territorio estadounidense, medio siglo después de que se prohibiese la importación de esclavos, y fuera quemada por orden de su capitán, William Foster.

*La evidencia física y forense sugiere fuertemente que este es el Clotilda*, indicó a la radio pública-NPR James Delgado, arqueólogo marino que participó en la investigación.

Aun cuando no hay vestigios del nombre Clotilda en los restos hallados, el equipo de investigadores realizó pruebas que los ha llevado a afirmar que se trata de aquel barco que, según los registros históricos, tras navegar cuatro meses en el Atlántico fue quemado para ocultar la evidencia del delito.
Los restos de la embarcación encontrada en junio del año pasado muestran rastros de haber sido, efectivamente, quemada, que era una de las principales pistas que los investigadores seguían.

El Clotilda fue el último barco del que se tiene registro que transportó esclavos desde África a Estados Unidos, país que prohibió la importación en el año 1808.
Timothy Meaher, un acaudalado terrateniente y constructor naval de Alabama, fue quien ideó el plan y reclutó a otros empresarios descontentos por el aumento del precio de los esclavos en Estados Unidos, tras el veto a la importación desde África.

El anuncio del pasado miércoles sobre el Clotilda ha sido recibida con júbilo por los descendientes de las víctimas del desafortunado viaje, una travesía que refleja *una de las épocas más oscuras de la historia moderna*, como dijo la directora ejecutiva de la comisión en Alabama, Lisa Demetropoulos Jones.

*Los descendientes de los sobrevivientes del Clotilda han soñado con este descubrimiento por generaciones*, afirmó Demetropoulos Jones durante una conferencia con motivo del anuncio.
Los africanos trasladados como esclavos y que sobrevivieron al incendio y naufragio de la embarcación levantaron una comunidad en Mobile, Alabama, llamada Africatown.
Uno de los últimos sobrevivientes del Clotilda fue Cudjo Lewis, quien fue entrevistado en 1927 por la antropóloga Zora Neale Hurston, a quien narró los horrores que vivió durante la fatídica travesía y que luego la investigadora incluyó en su libro *Barracoon*.

Un año atrás, un grupo de arqueólogos pensó que habían encontrado los restos del Clotilda, pero tras varias pruebas los investigadores determinaron que no se trataba de aquel fatídico barco.
Los investigadores descubrieron más bien que en una zona pantanosa infestada de cocodrilos y serpientes de agua lo que quedaba del Clotilda.
La posterior investigación fue desarrollada en conjunto por, entre otras instituciones, el Black Heritage Council, la National Geographic Society y el Smithsonian National Museum of African American History & Culture.

Alabama inauguró recientemente el Museo Nacional en Homenaje a la Paz y la Justicia, que muestra lo que fue la esclavitud y más de 4.000 linchamientos que padecieron los afroamericanos en uno de los períodos más oscuros de la Historia de Estados Unidos.

Cierro éste mediodía de Miércoles con otra de los hipócritas más grandes del planeta, los que aducen que el *calentamiento antropogénico* nos lleva a la extinción, pero resulta ser que, si ésto fuera cierto, el costo no lo pagan las grandes industrias que se han enriquecido contaminando, sino...la gilada de siempre..;



-La factura eléctrica vuelve a subir de manera disparatada, un 13,8% y no ha dejado de subir en los últimos 13 años.
España se sitúa como tercer país con la luz más cara de la UE, solo por detrás de Portugal y de Alemania.
Si el Gobierno ha bajado este año los impuestos a la luz, ¿quién se la está llevando?.

Vuelve a subir el precio de la luz en España y lo vuelve a hacer de manera disparatada.
Es la segunda mayor subida de la UE.
Según los datos que ha publicado la Comisión Europea, en España la subida es del 13,8% y solo nos supera Chipre.
Es un auténtico drama eléctrico, porque ese 13,8% de subida contrasta con el 2% que subieron las nóminas.
La luz sube siete veces más que los salarios y la diferencia con respecto a países como Francia o Alemania, donde el precio de la luz ha bajado, es tremenda.

¿Qué falla en el mercado eléctrico español?
Con estos datos, la factura es inalcanzable:
la luz no ha dejado de subir en los últimos 13 años.
Desde el año 2006 y hasta hoy, pase lo que pase, la factura de la luz se encarece siempre.

Y lo hace especialmente para los más pobres.
El salario mínimo interprofesional ha hecho que pagar la luz sea cada día más difícil hasta este último año en el que se han actualizado esos salarios mínimos a los 900 euros, aunque la carga eléctrica es brutal en los hogares españoles.



Con estos datos, España se sitúa como tercer país con la luz más cara de la Unión Europea, solo por detrás de Portugal y de Alemania.
Somos, en términos comparables, los terceros más caros de toda la UE, algo especialmente dramático porque el Gobierno ha bajado este año los impuestos a la luz.
Si en el mercado eléctrico el consumidor paga más y el Gobierno cobra menos…
¿quién se la está llevando?
¿Las eléctricas?

La Comisión Europea ya está planteando dudas;
el Gobierno señala que hay un 31% de impuestos, que *quizás* hay demasiados beneficios en las eléctricas y que *quizás*, a partir del año que viene, hay que revisar cuánto se les paga.
El Gobierno dice solo *quizás*.



Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-pajarorojo
-politika
-pagina12
-rosarioplus
-2001
-kaosenlared