***Precioso inicio de Sábado para todxs.
Debemos considerar que la función de la ciencia climática, además de tratar de entender por entender solamente para saciar la curiosidad del funcionamiento de semejante mecanismo, la función principal, decía, debe ser estar al servicio de la comunidad en materia de alertas y prevención, porque si sólo sirve para llenar páginas trágicas con los hechos consumados...¿para qué la ciencia? ¿no?.
Y como contraparte tenemos a aquellas personas que valoran más lo material...que la propia vida, y cuando se generan alertas ante fenómenos realmente peligrosísimos como huracanes, ciclones y tifones, el Estado falla a la hora de la prevención, y falla el grado de valoración de una persona de su propia vida o la de su familia.
Uno que vive en una zona donde éstos fenómenos devastadores no ocurren, sino más bien alertas típicas por fuertes tormentas que no pasan de lluvia, viento y granizo, toma recaudos, no quiero imaginar el estrés de quienes van a enfrentar a un Huracán, por ejemplo.
Y lo ilógico es que para éstos Estados y personas, cada año se repite la misma historia, y después tenemos que hay pérdida de vidas.
Algo sorpresivo e inesperado, eventual, tendría justificación, pero cuando una zona ya tiene bastante mala experiencia y un largo historial de encontrarse en la ruta de éstos ojos del demonio, que muera alguien no es una tragedia sino más bien....negligencia, propia por querer más a las cosas materiales que a su propia vida, o del Estado, que no sabe ni quiere invertir los recursos económicos para salvar vidas.
Época natural de huracanes, ciclones y tifones, zonas inundables ya conocidas, el Huracán Sergio que devaneó bastante en su trayectoria finalmente entró por Baja California, afortunadamente no como Huracán sino como Tormenta Tropical y las consecuencias no fueron mayores en materia de vidas.
El análisis del Académico mexicano Óscar Ibáñez Hernández, creo que es el correcto a la hora de tomar nota de lo que hay que hacer;
-No es común que la trayectoria de una depresión tropical pase exactamente por Ciudad Juárez, ese fue el caso con Sergio, un fenómeno hidrometeorológico que se generó en el océano pacífico y después de tener una trayectoria hacia el oeste, cambió repentinamente en sentido contrario y se enfiló hacia las costas de Baja California Sur, atravesó el Mar de Cortés y finalmente ingresó a Sonora y al noroeste de Chihuahua.
Lo que comúnmente conocemos como huracanes tiene un período de gestación que lleva varias etapas de acuerdo con la cantidad de energía acumulada, por las condiciones de presión y humedad en la atmósfera y la temperatura del agua en los océanos.
La velocidad de vientos sostenidos que se generan nos permite clasificarlos en depresiones tropicales, tormentas tropicales y finalmente huracanes con cinco diferentes niveles.
Sergio fue un huracán y cuando entró a México ya llegó como una tormenta tropical, la expectativa a la hora que escribo estas líneas es que llegue a nuestra ciudad como depresión tropical, con vientos promedio sostenidos de 38 millas por hora y un pronóstico de precipitación de 30 milímetros.
Cantidades menores de lluvia ya han puesto en jaque a nuestra ciudad por la falta de infraestructura de diques, canales y compuertas que nos permitan reducir el impacto de toneladas de agua bajando desde la Sierra de Juárez arrastrando todo lo que encuentra a su paso.
Apenas el miércoles de esta semana, la Oficina para la Reducción de Riesgos por Desastres de la Organización de Naciones Unidas emitió el reporte a nivel mundial *Pérdidas económicas, pobreza y desastres*.
Entre sus conclusiones destaca que, en los últimos 20 años, en el mundo las pérdidas por desastres asociados al clima han aumentado en 151 % respecto a los 20 años previos, que seguirán aumentando, y que afectan principalmente a los más pobres.
Las cifras son casi inimaginables, y eso considerando que muchos daños económicos no se reportan: 2 mil 245 millones de dólares de los cuales el 43.4 % se deben a inundaciones y el 28.2 % se deben a tormentas.
En México la cifra calculada es de 46.5 miles de millones de dólares esto es más de 900 mil millones de pesos.
La conclusión más importante del reporte es: *Integrar la reducción de riesgos a las decisiones de inversión representa el mejor resultado de costo-beneficio para reducir los riesgos; invertir en reducción de riesgos por desastres, se convierte en una precondición para el desarrollo sustentable en un entorno cambiante*.
Una traducción para nuestra ciudad es que, si no invertimos en infraestructura de drenaje pluvial que prevenga las constantes inundaciones y pérdidas económicas, la mayoría ni siquiera cuantificadas, no podremos aspirar a un desarrollo sustentable, mucho menos en un entorno de cambio climático, económico y político.
Las principales razones son los costos de oportunidad derivados de tener que invertir tiempo y dinero en costosas reparaciones de la infraestructura vial, sanitaria, de equipamiento urbano y de vivienda, en lugar de invertir en mejorar las condiciones de la ciudad o abatir los rezagos en infraestructura que padecemos, por otra parte la cantidad de horas hombre perdidas por la industria, el comercio y los servicios en la ciudad cada vez que hay inundaciones son costos que permanecen ocultos, ya que ni siquiera hacemos estimaciones de esas pérdidas económicas, son costos escondidos que pagamos cada ciudadano y empresa en esta ciudad.
La pregunta recurrente de gobernantes y empresarios que participan en comités de decisión como el Fideicomiso de los Puentes Internacionales es:
¿en qué debemos invertir los recursos para tener la ventaja competitiva que nuestra frontera requiere para desarrollarse y aumentar su calidad de vida?
La respuesta evidente es clara, sin embargo, la tentación de seguir corriendo riesgos y apostarle a que somos resilientes frente a los desastres, ha impedido que nuestra ciudad deje de ser un lugar que genera riqueza a pesar del abandono urbano y la mala calidad de vida e infraestructura de sus habitantes, para convertirse en una pujante y competitiva metrópoli binacional.
La depresión tropical Sergio se presentó en nuestra ciudad como pregonero que nos invita a cambiar e intentar caminos que no hemos tomado para prevenir desastres y potenciar nuestro desarrollo.
¿Invertimos en prevención o seguimos empeñados en tirar dinero y perder la apuesta de ganarle a las fuerzas de la naturaleza cada año?
Después, no es extraño =lamentablemente= tener éstos episodios;
-Los cimientos de la casa de doña Petra Palomares se cae a pedazos por las inundaciones que se lo han llevado todo. Ninguna autoridad a acudido a su ayuda y a sus 78 años es poca la fuerza que le resta para levantar su vivienda.
*El año pasado nos pasó lo mismo, pero en los últimos cincuenta años nunca hubo una inundación como esta*, lamenta la mujer de la tercera edad.
Desde el miércoles pasado, doña Petra y otras familias del barrio de San Juan en San Mateo Atenco, están bajo el agua del drenaje que desbordó por las constantes lluvias.
*Tengo cincuenta años viviendo aquí, pero ya la casa se está cayendo con la humedad y nos da miedo*, relata doña Petra.
Este viernes un viejo ropero, ropa y algunos trastes permanecían en el patio nadando sobre las aguas puercas que no han podido drenar con las palas y cubetas.
Y es precisamente para evitar cosas como ésta que uno machaca con advertencias que provienen de dedicar tiempo a estudiar el nuevo ciclo que se avecina o que mejor dicho...ya está aqui y ha venido para quedarse por un largo tiempo;
-De acuerdo con los datos proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional se prevé la entrada de 16 frentes fríos a México, cifra que supera al promedio, que es de 14, en el último trimestre del año
La Comisión Estatal del Agua informó en boletín de prensa que para lo que resta del mes se pronostica el ingreso de cuatro sistemas frontales, en noviembre cinco frentes y para diciembre, seis; lo que da un total de 19 sistemas en el periodo de septiembre a diciembre del año en curso.
La Coordinación Estatal de Protección Civil Morelos invitó a la población a reforzar las defensas de los niños y adultos mayores con alimentos y complementos altos en vitaminas A y C frutas y verduras, así como abundantes líquidos esto para estar prevenidos ante cualquier descenso en la temperatura, principalmente en los altos de Morelos.
Evitar el uso de calentadores y anafres con el fin de prevenir intoxicaciones por inhalación de monóxido de carbono, y en el caso de utilizarlos colocarlos en lugares con una ventilación adecuada.
Tener mayor cuidado con niños y adultos mayores, los cuales son más vulnerables a contraer enfermedades respiratorias.
Pero éstos *fenómenos* ya no son patrimonio de nadie y están comenzando a convertirse en masivos.
Otro testimonio que llega ahora desde Honduras;
-El reciente cataclismo que ha afectado gran parte de nuestro territorio ha producido hasta este momento seis personas fallecidas, un desaparecido y 11.623 damnificadas, perjudicando las zonas centro y sur del país, principalmente los departamentos de La Paz, Francisco Morazán, Valle y Choluteca, resultando con ello seriamente afectada nuestra insuficiente y precaria economía nacional, como la de los directamente perjudicados, que han quedado en una grave y calamitosa situación económica al haber perdido sus casas, sus cultivos y en algunos casos su ganadería y demás pertenencias, y afectada la infraestructura en esa zona del país, carreteras y edificios públicos dañados y puentes destrozados.
En este drama vivido por estos compatriotas hemos visto de todo. Desde aquellos siniestrados que han salvado valientemente sus pertenencias y sus animales domésticos a riesgo de su propia seguridad, pasando por aquellos que han realizado tareas de salvamento evacuando heroicamente a personas atrapadas por las torrenciales e intensas lluvias, hasta aquellos que, pretendiendo lucrarse inescrupulosamente, han alterado en forma desmedida e injustificada los precios de los productos de consumo popular en las zonas damnificadas, principalmente en la zona sur, especulando con la desgracia que abate a esos compatriotas.
La grave perturbación meteorológica, que LA PRENSA ha reseñado en cuatro de sus últimas ediciones, ha dejado al descubierto las secuelas de luto y dolor mencionadas y una factura de cuantiosos daños que nos hace recordar a los hondureños lo vivido en octubre de 1998 con el paso del devastador huracán Mitch, que arrasó inmisericordemente comunidades enteras y cuya recuperación todavía no se ha logrado completamente, a pesar de la ayuda humanitaria y las cuantiosas donaciones recibidas de países amigos, lo que nos hace dudar de la transparencia de las personas y algunas entidades que se dieron en esa época a las tareas de reconstrucción.
La restauración de las zonas perjudicadas con las recientes lluvias diluvianas se debe realizar inmediatamente y no esperar a que la comunidad internacional lo haga primero.
Tanto el Gobierno central como el municipal y los hondureños de buena voluntad lo debemos hacer ejecutando conjuntamente un verdadero plan de acción, evitar la especulación con un estricto control de precios de los productos de primera necesidad e implementar una adecuada estrategia que deba superar la caótica situación que miles de compatriotas están viviendo tocados por la adversidad, al haber perdido sus propiedades y cultivos socavados por el embate de la naturaleza.
Las fotografías publicadas por este diario no pueden ser más elocuentes y nos deben llevar a la solidaridad y la reflexión.
Puerto Rico;
Costa Rica;
Frontera entre Colombia y Venezuela;
-En las localidades en emergencia se concentran poblaciones de indígenas wayuu de ambas naciones, la mayoría de los afectados pertenecen al municipio de Uribia, donde el 91% de la población rural es de origen indígena y se encuentra en gran medida incomunicada por vía terrestre.
El organismo alertó de la dificultad de los damnificados para acceder a alimentos ante la pérdida de cultivos y víveres, así como también a agua potable y saneamiento básico.
Además se prevé un *aumento en enfermedades e infecciones de la piel* y *enfermedades prevalentes en la primera infancia* relacionadas con la emergencia.
Por la situación, la administración municipal de Uribia emitió una declaratoria de *calamidad pública* el 8 de octubre ante la incapacidad de *atender a tantas personas*, añadió el boletín.
La Guajira es uno de los departamentos más pobres del país y en los últimos años ha reportado graves problemas de desnutrición infantil.
Colombia enfrenta desde hace 20 días la segunda temporada de lluvias del año, que según la UNGRD tiene en alerta al Pacífico y Caribe colombianos, así como a zonas del centro y noreste del país.
Poblaciones indígenes..dice la nota, los olvidados de siempre, increíblemente quienes ayer..nada tenían que festejar desde que el *hombre blanco* vino para quedarse.
Sin embargo...el hombre blanco no es discriminado por los elementos;
-Los barcos de pesca quedaron tirados como juguetes, muchas construcciones se quedaron sin tejados y los pinos se quebraron como fósforos ante los vientos de casi 250 kilómetros por hora .
Fila tras fila, las viviendas a pie de playa en México Beach quedaron tan destrozadas por la marejada ciclónica y los vientos del meteoro que solo quedan losas de concreto en la arena, un testimonio de lo que era la zona cero antes de que el devastador huracán de categoría 4 barriera con el lugar, conocido como Panhandle, a mediados de semana.
La destrucción en esta y otras comunidades en las playas de arena blanca es catastrófica y se necesitarán miles de millones de dólares para su reconstrucción.
En las montañas de Carolina del Norte, los conductores tuvieron que ser rescatados el jueves de autos atrapados en las crecidas.
Las intensas rachas de viento tiraron árboles y líneas eléctricas, dejando a cientos de miles de personas sin luz.
En las ciudades de Charlotte y Raleigh, en Carolina del Norte, se reportaron inundaciones repentinas.
Escenas similares se repitieron en Virginia mientras el meteoro seguía avanzando hacia el mar.
En total, más de 900.000 viviendas y negocios de Florida, Alabama, Georgia y las Carolinas estaban sin luz.
Los residentes se enfrentan a una lucha por sobrevivir en un peligroso paisaje de casas y centros comerciales destrozados, con escombros por todas partes.
En una de esas comunidades costeras, Panama City, la mayoría de las viviendas siguen en pie, pero ninguna propiedad salió indemne.
El tendido eléctrico y las torcidas señales de tránsito estaban tiradas por todas partes.
Los revestimientos de aluminio quedaron hechos girones y algunas casas quedaron partidas por árboles derribados.
Cientos de autos tenían los vidrios rotos.
Michael dañó hospitales y asilos en la zona, donde las autoridades tuvieron que evacuar a cientos de pacientes.
*Muchas vidas han sido alteradas para siempre.
Muchas familias lo han perdido todo*, lamentó el gobernador de Florida, Rick Scott, que habló de una **destrucción inimaginable*.
Una aseguradora que produce modelos para catástrofes estimó que el huracán causó alrededor de 8.000 millones en daños.
Ni hombres amarillos...discrimina el ciclo;
Ni hombres negros;
A la hora del banquete de los dioses...todos somos iguales, siempre y cuando tengamos carne alma y sangre.
A cuidarse.
Abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-diario
-heraldodemexico
-elsoldetoluca
-elsoldecuernavaca
-laprensa
-metro
-eldiario
-elheraldo
-multimedios
-prensa-latina
-swissinfo
-lavanguardia
sábado, 13 de octubre de 2018
* Bajo agua *
Publicado por
Gilgamesh
en
13:50
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3 comentarios :
Plus One.
Ganas de escribir y poco tiempo para hacerlo. Tantos temas, tanta búsqueda. Tantas cosas en el tintero. Gracias Gilga por seguir al pie de la vida, millones de gracias por tu voz y por la Vida que das. Pese a la oscuridad. Gracias!!!
Alejandro Arrabal Diaz-eleritzo-Vandinha; muchas gracias.
Nefer; ¡tanto tiempo amigo! muchísimas gracias hermano, espero estés muy bien, y el tiempo...así es el muy sádico, rápido cuando estamos disfrutando y lento cuando estamos padeciendo, pero como podamos le hacemos frente. ¡fuerte abrazo Nefer!.
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