***Óptimo Jueves para todxs.
Viendo algunos intercambios de opiniones en la sección comentarios entre los amables lectores de éste blog, me vi invitado a investigar un poco nomás sobre un tema que a todos no nos queda demasiado en claro cuando hablamos de cantidad de habitantes, capacidad del planeta para soportarlos, recursos, superpoblación, etc.
Y sin querer hallé una respuesta que nada tiene que ver con ésto sino mas bien con la Gnosis, pero eso lo dejo para la reflexión final.
Veamos qué nos dicen los expertos y científicos a través de algunas publicaciones sobre el tema del planeta en relación con la cantidad de habitantes y otras cuestiones.
Antes digo, que es casi imposible saber si los 7 mil millones y pico que somos, fué superado alguna vez ya que no hay parámetros posibles en una humanidad que tiene miles y miles y miles de años viviendo en la Tierra, pero los expertos han logrado sacar estimaciones basadas en deducción, lo cual no es garantía tampoco de algún grado de exactitud o veracidad, sin embargo es altamente probable que sus conclusiones sean lo suficientemente creíbles.
Aclaro que los datos de ésta publicación obedecen al año 2012.
Veamos;
La población del planeta alcanzó los 7.000 millones en octubre, de acuerdo con las Naciones Unidas.
Pero, ¿cuál es la cifra de todos que han vivido antes que nosotros?
Se dice habitualmente que hay más gente viva hoy en día que la que vivió, y este dato ha cobrado relevancia nuevamente desde que la ONU anunció que la población del planeta marcaba un nuevo hito.
La idea alimenta los temores de que la población se expande demasiado rápido.
Es cierto que si nos retrotraemos a los comienzos de los tiempos, la población de la Tierra era ínfima en comparación con hoy y lógicamente podría parecer que los vivos superen en cantidad a los muertos.
La mayoría de los demógrafos concuerda en que la cifra de Naciones Unidas es razonablemente exacta.
El problema es, cómo calculamos cuántos vivieron y cuándo empezamos a contar.
Un grupo que ha realizado esta tarea es el Population Reference Bureau en Washington.
Wendy Baldwin, de esa institución, dice que el punto de inicio para contar es cuando el Homo sapiens caminó por primera vez sobre la Tierra, hace unos 50.000 años.
Entonces, ya con un punto de inicio y otro de fin, el problema es el tiempo entre ambos.
*Para el 99% de ese tiempo no hay datos*, explica.
Esto significa que los expertos deben hacer una suposición fundada
En busca de datos
En el siglo XX la tasa de nacimiento a nivel mundial cayó desde los 40 nacimientos por cada mil personas a sólo 31 en 1995, y hoy es apenas 23.
Tiempo atrás, los seres humanos necesitaban una tasa de reproducción de aproximadamente 80 nacimientos por cada mil personas al año para sobrevivir, explica Baldwin. La razón es que no vivían mucho y muchos menos de los nacidos tenían descendencia.
*Hoy la expectativa de vida es de aproximadamente 75-80 años y para la mayoría en la historia de la humanidad ese no fue el caso*, explica.
*Tenemos algunas estimaciones de la Edad Media donde la expectativa de vida podría haber sido de 10-12 años, lo que significa que mucha gente no pasó de la niñez*, apunta.
*Aún teniendo muchos nacimientos, muchos de ellos no vivían lo suficiente para tener niños ellos mismos*, agrega.
En otras palabras, sería fácil subestimar el número de gente que nació, vivió y murió, en la primera parte de la historia de la humanidad.
Esa estimación de 80 nacimientos por cada mil personas por año se ve muy alta para los estándares actuales, pero de hecho es conservadora, implicando *un crecimiento muy lento, mucho más lento de lo que vemos hoy*.
A esa suposición fundada para el período más antiguo se agrega información mucho más precisa de la era moderna.
*Una vez que uno tiene registros escritos, tiene censos, cuando los países empiezan a recaudar impuestos, se empieza con los registros escritos*, explica Baldwin.
Desde alrededor del 1800, y aun un poco antes, es cuando los datos mejoran mucho.
*Ahí se hace verosímil decir que hay mil millones de personas*, dice.
Estos registros escritos significan que uno puede confiar acerca de la cifra final para el número de gente que alguna vez vivió, según Baldwin.
Ciencia ficción o realidad
El crecimiento de la población ha tenido lugar mayormente en el período moderno, explica, cuando ya había registros, entonces si los datos anteriores están algo equivocados, esto no cambia drásticamente el ratio total entre los que vivieron en toda la historia sobre los que están viviendo.
¿Entonces cuáles son las cifras?
Actualmente hay 7.000 millones de personas vivas y el Population Reference Bureau estima que alrededor de 107.000 millones de personas vivieron alguna vez.
Esto significa que no estamos ni siquiera cerca de tener más vivos que muertos.
De hecho, hay 15 personas muertas por cada una con vida.
Superamos los 7.000 millones de muertos entre el 8.000 AC y el 1 DC.
Los fanáticos de la ciencia ficción estarán buscando el clásico de Arthur C. Clarke, 2001: Odisea en el espacio.
En ese libro asegura:
*Detrás de cada hombre que está vivo hay 30 espíritus, ya que ese es el ratio por el que los muertos superan en número a los vivos*.
Baldwin señala que no estaba equivocado.
*Él estaba haciendo esa afirmación en 1968.
Había 3.500 millones de personas viviendo en la Tierra, entonces usando nuestro método, daría como resultado 29 muertos por cada vivo*, destaca.
¿Llegaremos a un punto en el que haya más vivos que muertos?
Esto implicaría una tasa de crecimiento de la población muy alta.
Baldwin tiene claro que sería difícil:
*¿Podríamos imaginarnos a la Tierra con la capacidad de albergar a 100.000-150.000 millones?
Yo lo encuentro bastante inimaginable*.
Bueno...al parecer nunca hubieron tantos humanos viviendo al mismo tiempo sino en cantidades menores.
El dato Gnóstico es muy clarificador sobre preguntas que nos hemos hecho varias veces.
Si creemos =tal como lo afirma la Gnosis= que de los difuntos algunos regresan pasado un tiempo, es decir re-enacarnan, vuelven a nacer en otro cuerpo y tiempo, otros tantos definitivamente logran no regresar, *salen* de los universos materiales demiúrguicos y retornan por fin al ansiado Pleroma, de donde todo salió, dspués del Big Bang.
Se cofirma, diría sin temor a equivocarme, porque si éstos expertos estiman que ya se han muerto 107 mil millones de humanos pues...es fácil darse cuenta que hemos regresado apenas los 7 mil millones que actualmente somos.
Entonces, de esa masa de seres ya fallecidos la mayoría retornó al Pleroma, serían =de acuerdo a las cifras dadas por los expertos= unos 100 mil millones.
Guarden éste post....es todo un descubrimiento que aporta a la Gnosis.
Podemos inferir entonces que, si creemos en que, una vez muertos muchos regresan a seguir aprendiendo lo que no completaron en sus vidas, el reciclado perverso tramado por el demiurgo y los arcontes para tenernos siempre atrapados aquí, evidentemente fué frustrado cuando Cristo vino a hacer lo que hizo, tanto en éste plano material vestido de carne como un tal *Jesús*, y en el plano inmaterial o no visible cuando atravesó las terribles esferas arcónticas hasta llegar al Hades o Inframundo para rescatar a las almas que estaban siendo acopiadas y retenidas allí por el falso dios.
Si se han ido 107 mil millones de almas y Espíritus y de todas ellas apenas hemos estado regresando 7 mil millones..creo que no hay demasiadas dudas con respecto a la bella oportunidad de depurarnos ahora, cuando nos toca estar aquí, haciendo el mérito suficiente para no regresar nunca más a éste infierno disfrazado de maravilloso prodigio.
Por eso...la Gnosis...sólo con Conocimiento =innato o adquirido por esfuerzo= nos estaría garantizando que se puede romper la cinta transportadora que nos quiere reciclar una y otra vez y para ello nos necesita lo más ignorantes y malos posible.
De nada sirve tampoco abandonar el barco antes de tiempo por decisión propia al no soportar las adversidades, hay que ponerles el pecho y esperar a que el arconte del destino nos arrebate cuando le dé la gana, total...si en verdad pudimos vivir resistiéndonos a formar parte del club del mal...., irnos de la forma que nos quieran hacer salir de aquí no será ningún problema, el problema será si hicimos lo suficiente para merecernos el ansiado retorno a casa, esa donde sin dudas estarán también tantísimos seres que supimos amar cuando anduvieron con nosotros.
Punto.
Esa era la buena nueva que quería darles sobre algo que ha venido sin querer a reforzar la Gnosis a la hora de *contar los porotos* para ver si realmente =a pesar de que nos parece que somos tantos= somos una minoría comparada con quienes ya han logrado escapar de algo que indefectiblemente está condenado al fracaso, tal como fué y es la pobre imitación del dios ciego.
Seguimos ahora con el análisis sobre la problemática de superhabitar un planeta que, según los expertos, no va a poder garantizar que alcance para todos.
-A veces es difícil imaginarse un mundo más poblado que en la actualidad, pero lo cierto es que el número de habitantes del planeta inevitablemente seguirá en aumento.
Es imposible pronosticar las cifras exactamente, pero cálculos divulgados en julio por Naciones Unidas vaticinan que para 2030, pasaremos de 7.300 millones personas a 8.400 millones.
Y el número aumentaría a 9.700 millones para 2050 y a 11.200 millones para 2100.
Ya hoy en día es difícil escaparnos de los demás.
Si, por ejemplo, manejas varias horas fuera de grandes metrópolis como Nueva York o San Francisco para buscar la montaña o el mar, encontrarás a habitantes de la ciudad obstruyendo senderos y playas.
Para quienes pueden darse el lujo de evadir ocasionalmente a los miembros de nuestra propia especie, hacerlo suele significar viajar a sitios cada vez más lejanos.
Pero la huella de la humanidad se extiende incluso hasta los lugares aparentemente más aislados.
Así encontrarás pastores nómadas en el desierto Gobi de Mongolia, bereberes en el Sahara y campamentos de científicos en la Antártica.
Y eso nos hace pensar si terminaremos ocupando todos los espacios habitables.
Aumento urbano
Los expertos pronostican que, reflejando las tendencias actuales, un número cada vez mayor de personas se radicarán en ciudades.
A medida que la agricultura se vuelva más eficiente, la gente abandonará los empleos en ese sector y, en su lugar, trabajarán en las empresas de producción urbanas o en las de servicios.
Es lo que ha estado sucediendo desde hace varias décadas.
En 1930 apenas el 30% de la población mundial vivía en ciudades, comparado con el 55% hoy en día.
Y para 2050 se espera que dos terceras partes estén radicadas en las ciudades.
*Casi todo el crecimiento poblacional hasta el final del siglo ocurrirá en ciudades*, apunta el académico Joel Cohen, autor del libro *¿Cuánta gente puede soportar la Tierra?* =How many people can the Earth support?=.
*Equivale a tener más de un millón adicional de personas viviendo en la ciudades cada cinco a seis días de aquí hasta 2100*.
Mega-regiones
Se calcula que aproximadamente la mitad de la población mundial vivirá en ciudades de medio millón a tres millones de residentes.
El resto estará en mega-ciudades localizadas en economías en países en desarrollo o emergentes como China, India y Nigeria.
Sin embargo, debido a los retos que implica gobernarlas, no excederán de mucho más de diez millones de personas.
La norma serán las mega-regiones, lugares donde la expansión urbana se prolonga por kilómetros, abarcando varias ciudades, como la Gran Nueva York y el delta del río de las Perlas en China.
*La gente sí puede vivir en ciudades densamente pobladas*, acota John Wilmoth, director de la División de Población de Naciones Unidas.
*Como habitante de Manhattan, tengo que decir que no es horrible*.
Las oportunidades educativas, culturales y laborales =además de las opciones de asistencia médica, normas de seguridad y la infraestructura relativamente eficiente= contribuyen a la alta calidad de vida que disfrutan sus residentes.
Sin embargo, esas no son garantías urbanas universales y no necesariamente se desarrollan uniformemente a medida que una ciudad o un país van creciendo.
Como indica Adrian Raftery, profesor de estadísticas y sociología en la Universidad de Washington, *los aumentos de población tienen que ser planificados*.
Es necesario tener gobiernos e instituciones competentes para organizar los servicios básicos.
*Sin embargo el problema es que el talento gerencial escasea*, destaca Cohen.
Reto africano
Lo más preocupante es que los lugares que más necesitan esa supervisión son también los sitios donde está previsto que ocurra el mayor crecimiento poblacional.
Una gran parte del futuro aumento de la población corresponderá a África que, de su cifra actual de 1.000 millones de personas, se disparará a más de 4.000 millones en 2100.
*Las proyecciones africanas son realmente aterradoras*, sostiene John Bongaarts, vicepresidente del Consejo Poblacional, una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York.
*Una gran proporción terminará en barriadas urbanas pobres*.
El problema, añade Bongaarts, es que las grandes ciudades africanas y, hasta cierto punto las asiáticas también, no están equipadas para absorber la llegada de tantas personas.
Y lugares como Lagos, Dhaka y Mumbai ya enfrentan tremendos retos actualmente.
*La gente compra agua a precios muy altos a los vendedores ambulantes, hay excrementos por todas partes y la basura no se recoge*, dice Cohen.
*Eso, sin siquiera hablar de espacios verdes alrededor de la ciudad o la calidad de la vivienda*.
Tampoco en los países en desarrollo
Incluso en los países desarrollados, los niveles de vida probablemente no seguirán mejorando al mismo ritmo.
*Hemos tenido algunas décadas de rápido crecimiento económico con niveles de pobreza que disminuyen, tanto en los países ricos como en los pobres*, señala Bongaarts.
*Sin embargo eso será mucho más difícil en el futuro*.
Y destaca tres motivos:
Primero, los países ricos tienen una población que está envejeciendo.
En segundo lugar, el costo ambiental del crecimiento.
Ya hemos agotado el uso de la tierra más productiva, embalsado los ríos más rentables energéticamente y aprovechado el agua subterránea de más fácil acceso.
Por último, la inequidad se está volviendo un problema cada vez mayor.
Mientras el ingreso del estadounidense promedio no ha variado mucho, el 1% que más gana está cada vez mejor.
El cambio climático es otra variable incierta que podría tener un impacto significativo sobre el futuro de los centros urbanos.
Cerca del 60% de todas las ciudades que actualmente tienen un millón de residentes o más, están en riesgo de por lo menos un tipo de catástrofe natural, muchas relacionadas con el clima.
Aunque el impacto de muchos de esos temas podría disminuir con una apropiada planificación, aparte de unas pocas naciones y ciudades progresivas, no hay mucha evidencia de que eso esté ocurriendo.
¿A qué precio?
*Sin duda los problemas se solucionarán de una manera u otra*, apunta Cohen.
*Sin embargo, probablemente a un costo tremendo y un sufrimiento humano evitable*.
Hasta los lugares rurales y remotos que no están estrictamente protegidos probablemente tendrán un modesto aumento de habitantes.
Eso también significa que, para quienes tienen los medios para hacerlo, encontrar una esquina libre de la huella humana será más difícil.
Simplemente, habrá demasiadas personas pensando lo mismo.
Nada de eso, sin embargo, significa que no tendremos verdadero espacio donde vivir.
*Yo diría que no hay amenaza de que las selvas sean tomadas por las ciudades*, dice Karen Seto, profesora de geografía y urbanismo en la Universidad de Yale.
*La mayor amenaza es el impacto indirecto de la urbanización en ese panorama*.
Ciertamente, las ciudades requieren madera para los edificios, tierra arable para cultivar alimentos, espacio para eliminar toneladas de basura generadas diariamente y mucho más.
Wilmoth dice que a la larga la población mundial probablemente se nivelará.
Incluso disparándose miles de millones, el crecimiento en este siglo ya está dando señales de reducirse y se proyecta que siga en esa tendencia.
Dentro de muchas décadas, incluso podría comenzar a disminuir.
En el futuro cercano, sin embargo, vamos hacia un planeta cada vez más poblado con unas condiciones que aun siguen siendo inciertas.
Bueno..considero que cuando nos informamos al respecto, como siempre, nos informamos por el poder mediático del sistema, entonces amigas y amigos, tomar una postura al respecto nos puede hacer ponernos del lado equivocado.
Yo creo que, por ejemplo, advertimos en la nota anterior que lo de África les resulta *aterrador*....je...son muy hipócritas..
Para justificar que África será una amenaza de superpoblación han recortado una gran parte de la historia, y resulta ser que ahora...de la nada...de un repollo, los africanos son pobres, les gusta serlo, y al parecer, no tienen la capacidad de dejar de serlo.
Vamos...no seamos tan tontos..., a África no han dejado de expoliarla y saquearla precisamente quienes han hecho de sus países riqueza y progreso.
Además África es un Continente, entonces cuando les alarma unos mil o dos mil millones más en África se olvidan de Asia que, ella sola tiene más de la mitad de la población mundial con unos 4 mil 600 millones de habitantes...
América toda anda por los mil millones de habitantes, Europa unos 750 millones de habitantes, África unos 1.200 millones, y Oceanía alrededor de 42 millones de almas.
Es decir que les preocupa África, no así Asia que de crecer proporcionalmente se llevará los laureles sin duda alguna.
Quienes hacen éstos estudios y les preocupa la superpoblación, en realidad les preocupa que otras razas tengan supremacía numeraria sobre la raza blanca, por ahí pasa una de las cuestiones.
Como en Asia no pueden seguir saqueando como en la antiguedad a causa de la hegemonía de China y Rusia, piensan en que África, con más habitantes se les emepezaría a escapar de las manos.
Pero ojo...jeje..en Asia saquean también, pero China y Rusia y no ellos..., los preocupados por ésta problemática humana.
Por eso cuidado América Latina...botín que está en la mira tanto de los Neoliberales anglosajones como en los Neocapitalistas de ojos rasgados.
Nuestra América Latina especialmente, luego de saqueos que datan de apenas 500 años tiene una riqueza aún inconmensurable, y está en la mira de las dos facciones que actualmente están en pugna por el poder global.
La vieja Europa está agotada, no puede autosustentarse, Rusia y China ven que los recursos propios no les van a alcanzar, y USA se acostumbró a vivir de lo ajeno, ante ésto al sistema...le sobra gente.
Ahora uno se pregunta...
¿Con qué derecho alguien puede tener el tupé de decir quién o quienes deben dejar de reproducirse?
Alguna vez dije aquí que los cultores de la eugenesia den el ejemplo, sean ellos los primeros en esterilizar a sus mujeres y castrar a sus machos, y después que me vengan a decir que todos hagamos lo mismo.
Además, bien vendría recordarles que grandes extensiones de tierra en la Tierra no se pueden habitar por su maldita codicia, no sólo de explotar esas tierras para beneficio de un sectario grupo de multimillonarios, sino también tierras improductivas bajo el mote de *inversión*, o sea tierras vírgenes de humanos y de productividad a manera de *acaparar* por si las moscas.
Nadie sabe a ciencia cierta qué capacidad tiene el planeta de sostener a X cantidad de humanos, el problema no somos cuántos sino; cómo..
Mientras éstos genios de la prestidigitación sigan extrayendo recursos de la Madre Tierra únicamente para producir cosas inútiles con el único fin de *vender* seguramente que nada va a alcanzar.
Mientras dichos recursos sigan sosteniendo el lujo de unos pocos para la miseria de otros muchos sin dudas que el uso del planeta se va a desequilibrar, entonces la solución no pasa por que seamos *menos* sino que, lo que disponemos se redistribuya equitativamente ya que, si la Tierra es de todos, no puede ser que su administración esté...privatizada.
Mucho menos esperar que la Tierra actúe de acuerdo a como pensamos los torcidos humanos, es decir violentamente eliminando puntualmente a los que la administran mal.
No veo inteligencia suprema alguna, si la Tierra muy enojada, decide hacer estallar sus volcanes, hacer crujir sus cimientos, enviar huracanes y maremotos para eliminar indiscriminadamente, castigando a granel, incluso a quienes jamás se han aprovechado insanamente de ella.
Ahora bien, si alguien que se regocija con esa posibilidad pensando en que la Tierra será tan inteligente como para provocar un terremoto debajo de la Casa Blanca, o que un volcán escupa su lava solamente sobre la Sede de Bruselas...pues...debería ponerse a reflexionar.
La Tierra, como entidad que suponemos es supra-inteligente, no es ni mala ni buena, simplemente ES, y el problema es nuestro, porque ella ya viene avisando desde hace eones en qué lugares es peligroso vivir, entonces...ahí volvemos a lo mismo,
¿porqué hay miles y miles de personas que deben vivir a la vera del mar, en las laderas de un volcán, o debajo de una falla?.
¿Quiénes son los responsables de decidir adónde puedo o no vivir?
Y cuando el sub-humano =para el sistema=, el siempre marginado, expulsado, olvidado, hace lo único que le queda...y es asentarse donde los ricos no irían nunca, por ejemplo al lado de un volcán de lodo como en el Chocó colombiano, pasa eso.
La Tierra nos dió suficientes milenios poniendo carteles rojos advirtiendo que en tal o cual lugar es peligroso vivir, sin embargo al que nada le dejan por optar...termina viviendo donde no debería, o sea por descarte inducido.
Ojo entonces cuando tratamos de tomar posición sobre algún tema, porque sin querer podemos estar jugando para quienes no nos quieren ni nos querrán nunca.
Los de la eugenesia planificada según sus tenebrosos planes, o los tontos eugenésicos deseosos de alguna catástrofe natural como solución.
Si debemos *ser menos* lo será indefectiblemente cuando ese laaaaaaaaargo tiempo que tanto nos acongoja, en el cual parece que no aprendemos nunca, llegue a su final, de acuerdo a quien lo ha planificado sabiamente y no...de acuerdo a nuestros deseos, que tal como vemos...no demuestran que seamos lo suficientemente sabios como para revertir fácilmente todo ésto.
Pero ya vemos...sea como sea, cada vez somos menos y no más...apenas 7.500 millones en un almacén por el cual han pasado 107 mil millones..
Tiempo al tiempo.
El problema no es *cuántos* si no...*cómo*.
Y de eso no dependen los Elementos, ni la Tierra, ni el Sol, ni los Astros, si no...nosotros.
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-bbc
-bbc2
jueves, 6 de junio de 2019
* Eugenesia; superpoblación *
Publicado por
Gilgamesh
en
15:07
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Etiquetas:
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miércoles, 5 de junio de 2019
* Tecno-Arcóntica siglo XXI *
***Hermoso inicio de Miércoles para todxs.
Mucho sobre lo que opino con respecto al daño que la tecnología comunicacional está ocasionando en las personas y en la sociedad, viene a confirmarse cuando *desde adentro* los que realmente saben, nos cuentan sobre el engendro que han creado y el poder que tiene para hacer de nosotros..un vegetal, si pensamos en nuestro raciocinio y capacidad mental de usar las neuronas de forma natural.
Por eso, toda ésta demencial carrera tecnológico-virtual es antinatural para ser absorbida por un ser humano, de todo ésto nada bueno va a salir.
Claro..bien sabemos que la moderación es fundamental ante la tentación de abusar de tal o cual cosa que nos gusta, pero lamentablemente han creado una droga psíquica que no entra por la boca, la nariz, ni la sangre, sino...por los ojos y por nuestros neuro-receptores.
La adicción es el fuerte principal de ésta tecnología, y si quienes la han hecho formar parte de su vida no tienen la capacidad de administrarla, ella..los va a fagocitar.
-Jaron Lanier es una de las personas más impactantes que uno puede encontrar en Silicon Valley, con sus dreadlocks, su mirada fulminante, su inteligencia filosa y su carácter explosivo.
Fue parte de la creación del protocolo de Internet, es considerado el padre de la realidad virtual y uno de los informáticos más brillantes, y ahora sorprende al mundo con su libro *Diez argumentos para borrar tus cuentas de redes sociales en este momento*.
Lanier es escritor, filósofo y destacado compositor de música clásica y electrónica, que ha colaborado con músicos como Terry Riley y Philip Glass.
Y en la última década, se ha convertido en uno de los principales críticos del uso de la tecnología digital.
Hace unos años ya había publicado un libro con el poco sutil título de *No eres un gadget*.
Actualmente es consultor para Microsoft y no duda en decir que es una voz calificada para criticar la tecnología digital, pues él mismo sabe cómo están siendo diseñados los algoritmos.
*En realidad, conozco los algoritmos.
No soy un extraño que mira y critica.
Hablo como científico informático, no como científico social o psicólogo.
Desde esa perspectiva, puedo ver que el tiempo se está acabando.
El mundo está cambiando rápidamente bajo nuestro mando, por lo que no hacer nada no es una opción*, señala.
Y agrega:
*El algoritmo está tratando de captar los parámetros perfectos para manipular el cerebro, mientras que el cerebro, para hallar un significado más profundo, está cambiando en respuesta a los experimentos del algoritmo…
Ya que el estímulo no significa nada para el algoritmo, pues es genuinamente aleatorio, el cerebro no está respondiendo a algo real, sino a una ficción.
El proceso de engancharse en un elusivo espejismo es una adicción*.
Lanier mantiene que los algoritmos de los gigantes de datos han creado una nuevo modelo en el que *el comportamiento de los usuarios es el producto*, un comportamiento que está constantemente siendo modificado, pues la gran apuesta es justamente esa, usar lo más avanzado informáticamente para aprender a modificar la conducta de la manera más provechosa para los intereses de las corporaciones.
Básicamente, lo que Lanier =quien se considera optimista= cree es que Internet puede ser salvado, pero es necesario abandonar las redes sociales y desbandar a los grandes monopolios que controlan las nubes de datos.
Utiliza la metáfora de una pintura que contiene plomo:
cuando se descubrió que la pintura tenía plomo se creó una nueva pintura limpia, no se dejaron de pintar las casas.
En su libro acuña el acrónimo Bummer:
*Behaviours of Users Modified, and Made into an Empire for Rent*.
Se trata de una máquina estadística de manipulación de comportamiento, para crear un imperio espectral en beneficio de unos pocos.
Lo que hay que hacer es identificar los sitios donde opera Bummer, esta máquina de modificación de conducta que usa las nubes de datos, y borrar esos sitios, afirma.
El problema, añade, está en el modo de operar de estos algoritmos, que están siendo ajustados constantemente para capturar la atención de los usuarios y hacer que se comporten de una manera que sea más rentable.
Esto genera una enorme negatividad, sensaciones de enojo, narcisismo, indignación, etc., pues estas plataformas han aprendido que las emociones negativas duran más en línea:
el odio se canaliza mejor en línea.
Según Lanier, las herramientas de estas plataformas funcionan mejor para las personas que buscan reproducir sentimientos negativos.
*Por lo tanto, Isis tiene más éxito en las redes sociales que los activistas de la Primavera Árabe.
Los racistas obtuvieron más impacto que Black Lives Matter, creando este aumento en el movimiento nacionalista racista en Estados Unidos de una manera que no hemos visto en generaciones*, sostiene.
El decálogo Lanier
Estos son los 10 argumentos de Lanier para dejar las redes sociales =que corresponden con los 10 capítulos de su libro=:
-Estás perdiendo tu libre albedrío.
-Renunciar a las redes sociales es la manera más precisa de resistir a la locura de nuestros tiempos.
-Las redes sociales te están volviendo un idiota.
-Las redes sociales están minando la verdad.
-Las redes sociales están haciendo que lo que dices no importe.
-Las redes sociales están destruyendo tu capacidad de empatía.
-Las redes sociales te están haciendo infeliz.
-Las redes sociales no quieren que tengas dignidad económica.
-Las redes sociales están haciendo que la política sea imposible.
-Las redes sociales odian tu alma.
Sin dudas, da motivos para dejar Twitter, Facebook e incluso WhatsApp y los servicios de Google., pero son pocos los usuarios que deciden borrar sus cuentas.
Twitter sigue con sus 300 millones de perfiles, Facebook tiene más de dos mil millones e Instagram continúa creciendo y ya pasa de los 500 millones.
¿Abandonar las redes?
Hace una década, las posibilidades que se abrían con la web eran infinitas y difíciles de prever, aunque no era difícil ver que iba a transformar para siempre la industria periodística, y las recién nacidas redes digitales parecían capaces de conectar a los individuos y permitirles intercambiar afectos e información con facilidad, mientras existía la esperanza de que fuera la solución para muchos de los conflictos humanos y la ilusión de que supusiera el principio del fin de la jerarquía y la autoridad.
El bielorruso Evgeny Morozov fue uno de los primeros en criticar esta visión optimista de Internet en sus libros *El desengaño de internet. Los mitos de la libertad en la red* y *La locura del solucionismo tecnológico*.
*Nunca se había podido ser tan optimista con el capitalismo sin ni siquiera mencionarlo por su nombre.
Lo que importaba no era quién poseía la tecnología, sino cómo se usaba*, señalaba.
Pero *esos lugares comunes ocultaban muchas verdades básicas sobre la relación de la tecnología y el poder*, añadía.
En esta segunda década del siglo 21, el neoyorquino Jaron Lanier, de 59 años y de vasta experiencia en el desarrollo de la realidad virtual, fue parte del ecosistema de las *start-ups* y los desarrollos tecnológicos estadounidenses, hasta que sintió que la criatura que había contribuido a crear empezaba a ser exactamente lo contrario de lo que debía:
no solo no se había convertido en una especie de paraíso libertario sin intromisión estatal y en una plataforma para el diálogo desinteresado, sino que había caído presa de los intereses de las grandes empresas y adoptado algunas de sus peores expresiones.
No se trataba únicamente de la avaricia, que podía darse por descontada, sino de algo peor:
**Una obsesión, que iba más allá del *marketing* tradicional, por alterar la conducta de los usuarios.
El decálogo es apenas parte de las razones que da Lanier en un libro que no toca algunos temas como *las presiones insostenibles hacia personas jóvenes, especialmente mujeres* y cómo *los algoritmos pueden discriminarte por racismo o por otras razones horribles**.
Lanier no quiere acabar con internet.
Al contrario:
abandonar las redes, aunque solo sea una temporada, puede ser una forma de saber cómo nos están perjudicando y, sobre todo, de darnos cuenta de lo que podrían ofrecernos.
Pero entre las 10 razones, hay cinco puntos que vale la pena resaltar:
Pérdida de libertad:
Las llamadas redes sociales, en especial Facebook, pretenden guardar registro de todas nuestras acciones:
qué compartimos, qué comentamos, qué nos gusta, dónde vamos.
*Ahora todos somos animales de laboratorio*, escribe Lanier, y formamos parte de un experimento constante para que los anunciantes nos envíen sus mensajes cuando somos más susceptibles a ellos.
Esto también ha tenido consecuencias políticas:
Los grupos que distribuyen noticias falsas =fake news= se encontraron con una *interfaz diseñada para ayudar a los anunciantes a alcanzar a su público objetivo con mensajes probados para conseguir su atención*.
A Facebook le da igual que estos *anunciantes* sean empresas que quieren vender sus productos, partidos políticos o difusores de noticias falsas.
El sistema es el mismo para todos y mejora *cuando la gente está enfadada, obsesionada y dividida*.
Infelicidad, aislamiento:
Lanier cita estudios que muestran que, a pesar de las posibilidades de conexión que ofrecen las redes sociales, en realidad sufrimos *una sensación cada vez mayor de aislamiento*, a causa de motivos tan dispares como *los estándares irracionales de belleza o estatus, por ejemplo, o la vulnerabilidad a los trols*.
Indica que los algoritmos nos colocan en categorías y nos ordenan según nuestros amigos, seguidores, el número de likes o retuits, lo mucho o poco que publiquemos…
*De repente tú y otra gente forman parte de un montón de competiciones en las que no habían pedido participar*.
Son criterios que nos parecen poco significativos, pero que acaban teniendo efectos en la vida real:
*En las noticias que vemos, en quién nos aparece como posible cita, en qué productos se nos ofrecen.
También pueden acabar influyendo en futuros trabajos:
muchos de los responsables de recursos humanos buscan a sus candidatos en Facebook y en Google*, señala.
Lanier advierte que *Todos tenemos un trol dentro*.
En el contexto de las redes sociales, las opiniones se polarizan y, a menudo, las discusiones no son oportunidades para dialogar, sino para ganar puntos a costa de dejar a los demás en evidencia, en una especie de antidialéctica de la refutación brusca.
Lanier nos pregunta respecto a este comportamiento:
*¿Eres tan amable como te gustaría ser?*.
Debilitamiento de la verdad.
Lanier recuerda que las teorías de la conspiración más locas =él pone el ejemplo de los antivacunas= a menudo empiezan en redes sociales, donde su eco se amplifica, a menudo con la ayuda de bots y antes de aparecer en medios hiperpartidistas.
El mismo terraplanismo nació a partir de unos pocos grupos en Facebook , amplificados por un algoritmo que daba repercusión a estas publicaciones que se comentaban y compartían más por lo disparatado de su contenido que por su verdadero alcance.
Destrucción de la capacidad de empatía.
Con este argumento, Lanier se refiere sobre todo al filtro burbuja.
En Facebook, por ejemplo, las noticias aparecen en la portada según la gente y los medios a los que seguimos y, también, dependiendo de los contenidos que nos gustan.
La consecuencia es que en redes accedemos a menudo solo a nuestra propia burbuja, es decir, todo aquello que conocemos, con lo que estamos de acuerdo y que nos hace sentir cómodos.
Es decir, no vemos otras ideas, sino que solo nos llegan sus caricaturas.
Es el intento de la imposición del pensamiento único.
Y, en consecuencia, en lugar de intentar entender las razones que hay detrás de otros puntos de vista, nuestras ideas =sin información suficiente= se refuerzan y el diálogo se hace cada vez más difícil.
Pérdida de dignidad económica.
Lanier explica que el modelo de negocio que predomina en internet es consecuencia del *dogma* de creer que *si el software no era gratis no podía ser abierto*.
Se creyó que la publicidad era una forma de solucionar este problema.
Y propone otras alternativas, como pagar por usar servicios como los que brindan Facebook o Google, y a cambio recibir alguna compensación según lo que aportáramos, que podría ser desde contenidos a los datos que ahora mismo regalamos para que se vendan en paquetes de publicidad y de manipulación del imaginario colectivo.
Tremendo...Orwell al cuadrado o Huxley a la enésima potencia..
Cada vez que tenemos más herramientas para analizar el poder de daño que tiene ésta tecnología...yo al menos estoy empezando a intuir que, al tratarse de algo que sabe muy bien cómo influir en nuestros sentimientos, especialmente potenciando aquellos que son negativos, se termina apoderando del comando de autonomía individual, y ésto...me está llevando decía, =más que intuir= a confirmar que si el *parásito residente* que mora en nuestra profunda psiquis, perfectamente identificado por muchos como Carl Jung, por ejemplo, ésta tecnología es idéntica, pero artificial, ya no natural.
Una especie de dosificación de esa meta nefasta y natural que viene con nosotros desde que nacemos.
Un *residente* nocivo que mora en nosotros y se expande hacia afuera, y ahora éste otro residente *externo* y artificial que...desde afuera se contrae hacia nuestro interior.
Ambos, en definitiva, tienen un mismo objetivo y es *arruinar nuestra evolución espiritual*, cerrar los canales con nuestro Espíritu, y tomar posesión arcóntica de nuestro ser.
Arcontes naturales y arcontes ahora..artificiales.
Lo único positivo es que, si necesitan ahora recrear y materializar a las tulpas invisibles que nos comían el cerebro, habrá de ser porque no somos tan fáciles de dominar.
Y.. sí, el poder de nuestro Espíritu es de una magnitud tal, que nada de lo que quieran hacer lo va a mantener dormido por los siglos de los siglos.
Y esa es una buena noticia.
Habrá entonces que luchar doblemente, antes era nuestro monstruo interno, ahora también está afuera...
En tanto, la cosa ya no depende tampoco de nosotros sino de los demás, cuando abrimos la puerta a semejante prodigio.
Éste caso es grave, violación de base de datos, invasión de la privacidad, y un límite que pivotea entre el acoso y la ingeniería social, reitero, invasiva;
-La hija de 17 años del periodista Diego Pietrafesa recibió un mail del jefe de Gobierno porteño donde la *invita a tomar un café*.
El uso ilegítimo de bases de datos por parte de la campaña oficial pone en medio de la discusión la violación de la privacidad y cómo llega la campaña electoral a los menores de 16 a 18 años, incluso los que no figuran en los padrones.
*Violeta, ¿tomamos un café?*.
Lo que podría ser un mensaje informal de una persona a otra fue ni más ni menos que el contenido de un correo electrónico enviado por el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta a una estudiante secundaria de 17 años.
El mail se envió desde una cuenta del gobierno porteño a una dirección de correo electrónico interno del colegio al que asiste la joven.
Por supuesto, no se trató de una invitación personal, sino de un mail de campaña a través de las redes, el método preferido para los publicistas del PRO.
A su padre, el periodista Diego Pietrafesa, no deja de llamarle la atención que un mail de carácter proselitista fuese enviado a una menor de edad y a un correo que no dio a ningún estamento público.
*Estábamos tomando la merienda ayer cuando mi hija Violeta me dice en tono jocoso que Larreta la invitó a tomar un café, y me mostró el teléfono*,
narró Pietrafesa a este diario.
El periodista sacó una foto a la pantalla del celular de su hija y divulgó la imagen en Twitter, donde se viralizó.
El colegio privado de Palermo al que asiste la menor tomó cartas en el asunto, luego de remarcar que no dio los datos del mail interno al gobierno porteño:
el lunes constatarán si otros alumnos del establecimiento recibieron el mail.
Si se confirma lo afirmado por el colegio, el Gobierno de la ciudad tendrá que explicar como obtuvo esa dirección de mail.
*El correo del colegio es interno, lo usan alumnos y profesores, por eso esto es llamativo, incluso el dominio tiene el nombre de la escuela*, siguió Pietrafesa.
Su hija abrió el mensaje apenas lo recibió porque es el único correo que utiliza.
*La mayoría de los alumnos tienen otras cuentas, solamente abren el mail del correo en la semana por temas de estudio, por eso hay que esperar al lunes para saber si fue un mensaje masivo a otras cuentas de mail del colegio*, afirmó su padre.
*Me estoy asesorando para ver qué hacer.
Alguien tiene que explicar cómo es que un mail interno integra una base de datos*, agregó Pietrafesa, quien desde que vio el mail se cercioró de no haber dado nunca el correo de su hija.
*Renovó el DNI el año pasado y no dejó el mail; y la SUBE la sacó con mi DNI, a ni nombre*, explicó.
A eso se suma una paradoja.
Violeta Pietrafesa está entre los miles de jóvenes de entre 16 y 18 años que pueden optar al voto y no figuran en los padrones.
Lo mismo que un 30 % de sus compañeros de colegio.
*El Estado se preocupa en tener el mail privado de mi hija, pero no de garantizarle el derecho al voto*, cerró su padre.
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-estrategia
-pagina12
Mucho sobre lo que opino con respecto al daño que la tecnología comunicacional está ocasionando en las personas y en la sociedad, viene a confirmarse cuando *desde adentro* los que realmente saben, nos cuentan sobre el engendro que han creado y el poder que tiene para hacer de nosotros..un vegetal, si pensamos en nuestro raciocinio y capacidad mental de usar las neuronas de forma natural.
Por eso, toda ésta demencial carrera tecnológico-virtual es antinatural para ser absorbida por un ser humano, de todo ésto nada bueno va a salir.
Claro..bien sabemos que la moderación es fundamental ante la tentación de abusar de tal o cual cosa que nos gusta, pero lamentablemente han creado una droga psíquica que no entra por la boca, la nariz, ni la sangre, sino...por los ojos y por nuestros neuro-receptores.
La adicción es el fuerte principal de ésta tecnología, y si quienes la han hecho formar parte de su vida no tienen la capacidad de administrarla, ella..los va a fagocitar.
-Jaron Lanier es una de las personas más impactantes que uno puede encontrar en Silicon Valley, con sus dreadlocks, su mirada fulminante, su inteligencia filosa y su carácter explosivo.
Fue parte de la creación del protocolo de Internet, es considerado el padre de la realidad virtual y uno de los informáticos más brillantes, y ahora sorprende al mundo con su libro *Diez argumentos para borrar tus cuentas de redes sociales en este momento*.
Lanier es escritor, filósofo y destacado compositor de música clásica y electrónica, que ha colaborado con músicos como Terry Riley y Philip Glass.
Y en la última década, se ha convertido en uno de los principales críticos del uso de la tecnología digital.
Hace unos años ya había publicado un libro con el poco sutil título de *No eres un gadget*.
Actualmente es consultor para Microsoft y no duda en decir que es una voz calificada para criticar la tecnología digital, pues él mismo sabe cómo están siendo diseñados los algoritmos.
*En realidad, conozco los algoritmos.
No soy un extraño que mira y critica.
Hablo como científico informático, no como científico social o psicólogo.
Desde esa perspectiva, puedo ver que el tiempo se está acabando.
El mundo está cambiando rápidamente bajo nuestro mando, por lo que no hacer nada no es una opción*, señala.
Y agrega:
*El algoritmo está tratando de captar los parámetros perfectos para manipular el cerebro, mientras que el cerebro, para hallar un significado más profundo, está cambiando en respuesta a los experimentos del algoritmo…
Ya que el estímulo no significa nada para el algoritmo, pues es genuinamente aleatorio, el cerebro no está respondiendo a algo real, sino a una ficción.
El proceso de engancharse en un elusivo espejismo es una adicción*.
Lanier mantiene que los algoritmos de los gigantes de datos han creado una nuevo modelo en el que *el comportamiento de los usuarios es el producto*, un comportamiento que está constantemente siendo modificado, pues la gran apuesta es justamente esa, usar lo más avanzado informáticamente para aprender a modificar la conducta de la manera más provechosa para los intereses de las corporaciones.
Básicamente, lo que Lanier =quien se considera optimista= cree es que Internet puede ser salvado, pero es necesario abandonar las redes sociales y desbandar a los grandes monopolios que controlan las nubes de datos.
Utiliza la metáfora de una pintura que contiene plomo:
cuando se descubrió que la pintura tenía plomo se creó una nueva pintura limpia, no se dejaron de pintar las casas.
En su libro acuña el acrónimo Bummer:
*Behaviours of Users Modified, and Made into an Empire for Rent*.
Se trata de una máquina estadística de manipulación de comportamiento, para crear un imperio espectral en beneficio de unos pocos.
Lo que hay que hacer es identificar los sitios donde opera Bummer, esta máquina de modificación de conducta que usa las nubes de datos, y borrar esos sitios, afirma.
El problema, añade, está en el modo de operar de estos algoritmos, que están siendo ajustados constantemente para capturar la atención de los usuarios y hacer que se comporten de una manera que sea más rentable.
Esto genera una enorme negatividad, sensaciones de enojo, narcisismo, indignación, etc., pues estas plataformas han aprendido que las emociones negativas duran más en línea:
el odio se canaliza mejor en línea.
Según Lanier, las herramientas de estas plataformas funcionan mejor para las personas que buscan reproducir sentimientos negativos.
*Por lo tanto, Isis tiene más éxito en las redes sociales que los activistas de la Primavera Árabe.
Los racistas obtuvieron más impacto que Black Lives Matter, creando este aumento en el movimiento nacionalista racista en Estados Unidos de una manera que no hemos visto en generaciones*, sostiene.
El decálogo Lanier
Estos son los 10 argumentos de Lanier para dejar las redes sociales =que corresponden con los 10 capítulos de su libro=:
-Estás perdiendo tu libre albedrío.
-Renunciar a las redes sociales es la manera más precisa de resistir a la locura de nuestros tiempos.
-Las redes sociales te están volviendo un idiota.
-Las redes sociales están minando la verdad.
-Las redes sociales están haciendo que lo que dices no importe.
-Las redes sociales están destruyendo tu capacidad de empatía.
-Las redes sociales te están haciendo infeliz.
-Las redes sociales no quieren que tengas dignidad económica.
-Las redes sociales están haciendo que la política sea imposible.
-Las redes sociales odian tu alma.
Sin dudas, da motivos para dejar Twitter, Facebook e incluso WhatsApp y los servicios de Google., pero son pocos los usuarios que deciden borrar sus cuentas.
Twitter sigue con sus 300 millones de perfiles, Facebook tiene más de dos mil millones e Instagram continúa creciendo y ya pasa de los 500 millones.
¿Abandonar las redes?
Hace una década, las posibilidades que se abrían con la web eran infinitas y difíciles de prever, aunque no era difícil ver que iba a transformar para siempre la industria periodística, y las recién nacidas redes digitales parecían capaces de conectar a los individuos y permitirles intercambiar afectos e información con facilidad, mientras existía la esperanza de que fuera la solución para muchos de los conflictos humanos y la ilusión de que supusiera el principio del fin de la jerarquía y la autoridad.
El bielorruso Evgeny Morozov fue uno de los primeros en criticar esta visión optimista de Internet en sus libros *El desengaño de internet. Los mitos de la libertad en la red* y *La locura del solucionismo tecnológico*.
*Nunca se había podido ser tan optimista con el capitalismo sin ni siquiera mencionarlo por su nombre.
Lo que importaba no era quién poseía la tecnología, sino cómo se usaba*, señalaba.
Pero *esos lugares comunes ocultaban muchas verdades básicas sobre la relación de la tecnología y el poder*, añadía.
En esta segunda década del siglo 21, el neoyorquino Jaron Lanier, de 59 años y de vasta experiencia en el desarrollo de la realidad virtual, fue parte del ecosistema de las *start-ups* y los desarrollos tecnológicos estadounidenses, hasta que sintió que la criatura que había contribuido a crear empezaba a ser exactamente lo contrario de lo que debía:
no solo no se había convertido en una especie de paraíso libertario sin intromisión estatal y en una plataforma para el diálogo desinteresado, sino que había caído presa de los intereses de las grandes empresas y adoptado algunas de sus peores expresiones.
No se trataba únicamente de la avaricia, que podía darse por descontada, sino de algo peor:
**Una obsesión, que iba más allá del *marketing* tradicional, por alterar la conducta de los usuarios.
El decálogo es apenas parte de las razones que da Lanier en un libro que no toca algunos temas como *las presiones insostenibles hacia personas jóvenes, especialmente mujeres* y cómo *los algoritmos pueden discriminarte por racismo o por otras razones horribles**.
Lanier no quiere acabar con internet.
Al contrario:
abandonar las redes, aunque solo sea una temporada, puede ser una forma de saber cómo nos están perjudicando y, sobre todo, de darnos cuenta de lo que podrían ofrecernos.
Pero entre las 10 razones, hay cinco puntos que vale la pena resaltar:
Pérdida de libertad:
Las llamadas redes sociales, en especial Facebook, pretenden guardar registro de todas nuestras acciones:
qué compartimos, qué comentamos, qué nos gusta, dónde vamos.
*Ahora todos somos animales de laboratorio*, escribe Lanier, y formamos parte de un experimento constante para que los anunciantes nos envíen sus mensajes cuando somos más susceptibles a ellos.
Esto también ha tenido consecuencias políticas:
Los grupos que distribuyen noticias falsas =fake news= se encontraron con una *interfaz diseñada para ayudar a los anunciantes a alcanzar a su público objetivo con mensajes probados para conseguir su atención*.
A Facebook le da igual que estos *anunciantes* sean empresas que quieren vender sus productos, partidos políticos o difusores de noticias falsas.
El sistema es el mismo para todos y mejora *cuando la gente está enfadada, obsesionada y dividida*.
Infelicidad, aislamiento:
Lanier cita estudios que muestran que, a pesar de las posibilidades de conexión que ofrecen las redes sociales, en realidad sufrimos *una sensación cada vez mayor de aislamiento*, a causa de motivos tan dispares como *los estándares irracionales de belleza o estatus, por ejemplo, o la vulnerabilidad a los trols*.
Indica que los algoritmos nos colocan en categorías y nos ordenan según nuestros amigos, seguidores, el número de likes o retuits, lo mucho o poco que publiquemos…
*De repente tú y otra gente forman parte de un montón de competiciones en las que no habían pedido participar*.
Son criterios que nos parecen poco significativos, pero que acaban teniendo efectos en la vida real:
*En las noticias que vemos, en quién nos aparece como posible cita, en qué productos se nos ofrecen.
También pueden acabar influyendo en futuros trabajos:
muchos de los responsables de recursos humanos buscan a sus candidatos en Facebook y en Google*, señala.
Lanier advierte que *Todos tenemos un trol dentro*.
En el contexto de las redes sociales, las opiniones se polarizan y, a menudo, las discusiones no son oportunidades para dialogar, sino para ganar puntos a costa de dejar a los demás en evidencia, en una especie de antidialéctica de la refutación brusca.
Lanier nos pregunta respecto a este comportamiento:
*¿Eres tan amable como te gustaría ser?*.
Debilitamiento de la verdad.
Lanier recuerda que las teorías de la conspiración más locas =él pone el ejemplo de los antivacunas= a menudo empiezan en redes sociales, donde su eco se amplifica, a menudo con la ayuda de bots y antes de aparecer en medios hiperpartidistas.
El mismo terraplanismo nació a partir de unos pocos grupos en Facebook , amplificados por un algoritmo que daba repercusión a estas publicaciones que se comentaban y compartían más por lo disparatado de su contenido que por su verdadero alcance.
Destrucción de la capacidad de empatía.
Con este argumento, Lanier se refiere sobre todo al filtro burbuja.
En Facebook, por ejemplo, las noticias aparecen en la portada según la gente y los medios a los que seguimos y, también, dependiendo de los contenidos que nos gustan.
La consecuencia es que en redes accedemos a menudo solo a nuestra propia burbuja, es decir, todo aquello que conocemos, con lo que estamos de acuerdo y que nos hace sentir cómodos.
Es decir, no vemos otras ideas, sino que solo nos llegan sus caricaturas.
Es el intento de la imposición del pensamiento único.
Y, en consecuencia, en lugar de intentar entender las razones que hay detrás de otros puntos de vista, nuestras ideas =sin información suficiente= se refuerzan y el diálogo se hace cada vez más difícil.
Pérdida de dignidad económica.
Lanier explica que el modelo de negocio que predomina en internet es consecuencia del *dogma* de creer que *si el software no era gratis no podía ser abierto*.
Se creyó que la publicidad era una forma de solucionar este problema.
Y propone otras alternativas, como pagar por usar servicios como los que brindan Facebook o Google, y a cambio recibir alguna compensación según lo que aportáramos, que podría ser desde contenidos a los datos que ahora mismo regalamos para que se vendan en paquetes de publicidad y de manipulación del imaginario colectivo.
Tremendo...Orwell al cuadrado o Huxley a la enésima potencia..
Cada vez que tenemos más herramientas para analizar el poder de daño que tiene ésta tecnología...yo al menos estoy empezando a intuir que, al tratarse de algo que sabe muy bien cómo influir en nuestros sentimientos, especialmente potenciando aquellos que son negativos, se termina apoderando del comando de autonomía individual, y ésto...me está llevando decía, =más que intuir= a confirmar que si el *parásito residente* que mora en nuestra profunda psiquis, perfectamente identificado por muchos como Carl Jung, por ejemplo, ésta tecnología es idéntica, pero artificial, ya no natural.
Una especie de dosificación de esa meta nefasta y natural que viene con nosotros desde que nacemos.
Un *residente* nocivo que mora en nosotros y se expande hacia afuera, y ahora éste otro residente *externo* y artificial que...desde afuera se contrae hacia nuestro interior.
Ambos, en definitiva, tienen un mismo objetivo y es *arruinar nuestra evolución espiritual*, cerrar los canales con nuestro Espíritu, y tomar posesión arcóntica de nuestro ser.
Arcontes naturales y arcontes ahora..artificiales.
Lo único positivo es que, si necesitan ahora recrear y materializar a las tulpas invisibles que nos comían el cerebro, habrá de ser porque no somos tan fáciles de dominar.
Y.. sí, el poder de nuestro Espíritu es de una magnitud tal, que nada de lo que quieran hacer lo va a mantener dormido por los siglos de los siglos.
Y esa es una buena noticia.
Habrá entonces que luchar doblemente, antes era nuestro monstruo interno, ahora también está afuera...
En tanto, la cosa ya no depende tampoco de nosotros sino de los demás, cuando abrimos la puerta a semejante prodigio.
Éste caso es grave, violación de base de datos, invasión de la privacidad, y un límite que pivotea entre el acoso y la ingeniería social, reitero, invasiva;
-La hija de 17 años del periodista Diego Pietrafesa recibió un mail del jefe de Gobierno porteño donde la *invita a tomar un café*.
El uso ilegítimo de bases de datos por parte de la campaña oficial pone en medio de la discusión la violación de la privacidad y cómo llega la campaña electoral a los menores de 16 a 18 años, incluso los que no figuran en los padrones.
*Violeta, ¿tomamos un café?*.
Lo que podría ser un mensaje informal de una persona a otra fue ni más ni menos que el contenido de un correo electrónico enviado por el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta a una estudiante secundaria de 17 años.
El mail se envió desde una cuenta del gobierno porteño a una dirección de correo electrónico interno del colegio al que asiste la joven.
Por supuesto, no se trató de una invitación personal, sino de un mail de campaña a través de las redes, el método preferido para los publicistas del PRO.
A su padre, el periodista Diego Pietrafesa, no deja de llamarle la atención que un mail de carácter proselitista fuese enviado a una menor de edad y a un correo que no dio a ningún estamento público.
*Estábamos tomando la merienda ayer cuando mi hija Violeta me dice en tono jocoso que Larreta la invitó a tomar un café, y me mostró el teléfono*,
narró Pietrafesa a este diario.
El periodista sacó una foto a la pantalla del celular de su hija y divulgó la imagen en Twitter, donde se viralizó.
El colegio privado de Palermo al que asiste la menor tomó cartas en el asunto, luego de remarcar que no dio los datos del mail interno al gobierno porteño:
el lunes constatarán si otros alumnos del establecimiento recibieron el mail.
Si se confirma lo afirmado por el colegio, el Gobierno de la ciudad tendrá que explicar como obtuvo esa dirección de mail.
*El correo del colegio es interno, lo usan alumnos y profesores, por eso esto es llamativo, incluso el dominio tiene el nombre de la escuela*, siguió Pietrafesa.
Su hija abrió el mensaje apenas lo recibió porque es el único correo que utiliza.
*La mayoría de los alumnos tienen otras cuentas, solamente abren el mail del correo en la semana por temas de estudio, por eso hay que esperar al lunes para saber si fue un mensaje masivo a otras cuentas de mail del colegio*, afirmó su padre.
*Me estoy asesorando para ver qué hacer.
Alguien tiene que explicar cómo es que un mail interno integra una base de datos*, agregó Pietrafesa, quien desde que vio el mail se cercioró de no haber dado nunca el correo de su hija.
*Renovó el DNI el año pasado y no dejó el mail; y la SUBE la sacó con mi DNI, a ni nombre*, explicó.
A eso se suma una paradoja.
Violeta Pietrafesa está entre los miles de jóvenes de entre 16 y 18 años que pueden optar al voto y no figuran en los padrones.
Lo mismo que un 30 % de sus compañeros de colegio.
*El Estado se preocupa en tener el mail privado de mi hija, pero no de garantizarle el derecho al voto*, cerró su padre.
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
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martes, 4 de junio de 2019
* ¿Vivir para qué?; la lucha es imprescindible *
***Hermosa noche de Martes para todxs.
Vaya éste post a manera de abrazo a todas y todos quienes, sé muy bien, se desmoralizan, se deprimen, se entristecen, bajan los brazos, cuando se dan cuenta que nada cambia como esperábamos.
Decía en la sección comentarios del post de ayer Lunes a varios queridos amigos lectores, que si antes de venir a la vida nos preguntaran si realmente querríamos venir, luego de conocerla como la conocemos hoy...es muy probable que dijéramos; *No*.
Pero claro...con el diario del Lunes =un Viernes= cualquiera se las sabe todas.
Para un Gnóstico, vivir y ver todo aquello que indefectiblemente no va a cambiar, no es ni sorpresivo, ni frustrante.
Sí lo es cuando recién se comienza a *Conocer*, después, la cucharada amarga se disipa.
Pero no vivimos solos, nos rodean millones de personas que ni conocen la Gnosis y que aún pudiendo conocerla..prefieren ignorarla por elección propia.
Entonces, nuestra *no sorpresa ni frustración* nos conduele cuando sí la experimentan quienes nos rodean.
El individuo llega a punto tal de la vida, especialmente cuando el paso del tiempo le curte el cuero, en el cual se da cuenta que nada cambia y que la humanidad está perdida.
Se deprime, despotrica, se lamenta, y entonces cree que esa solución que nunca llegará por voluntad o incapacidad humana, deberá llegar por designios divinos, de esos bajo los cuales la gran mayoría fuimos adoctrinados por la religión.
Pero también el individuo llega a un momento en el cual ni siquiera la religión le basta para hallar una solución a éste enorme dilema de vivir.
Llega entonces el descreimiento de la propia religión, y se suplanta con cualquiera de las seductoras teorías que a todo mortal inconforme seducen.
Lo místico, lo incomprobable, lo *supuesto* aparece como solución a lo que humanamente no parece tenerla.
Esperamos entonces que una guerra mundial de avanzada acabe con todo, también que la Madre Tierra en una determinación al estilo de concepción humana decida solucionar el dilema exterminando a los humanos o a todo lo que haga falta.
Un meteorito justiciero, que enfile hacia nuestra esfera y solucione lo que pretendemos que debe solucionarse.
Un volcán, un Huracán, una inversión polar, seres de otros mundos, y esa larga lista de opciones que están a la carta.
Pues....¿Se acabarían nuestros dilemas sólo muriendo gente?
Si el ser humano fué capaz de evolucionar de una caverna a encender fuego frotando dos piedras, inventó la rueda, las armas, los motores hasta llegar a lo que hoy tenemos, sin ninguna duda los pocos y pocas que pudieran quedar vivos o sobrevivan a una catástrofe de proporciones tendrán la capacidad de...volver a empezar.
Los que comiencen a nacer en un mundo desvastado serán como aquellos cavernarios, sucesores sin memoria de lo que pasó antes de ellos.
¿Se solucionó algo?
NO.
Millones murieron desde que Cristo cumplió su misión hace más de 2.000 años y no volvió a aparecer, para aquellos contemporáneos de Cristo el fin era inminente..
El grado de cinismo y de bestialidad les hacía creer que todo estaba pronto a acabar, y sin embargo...nada acabó.
Después, guerras y más guerras a lo largo del mundo hasta las dos grandes.
En esos días millones también pensaban que todo terminaría, que semejante aberración humana abría la puerta a un final reparador, pues...se murieron esperando.
Cuesta creer que hoy, nosotros, tengamos el enorme privilegio de sí, al fin, ver llegar una solución no humana a éste desastre en el que estamos metidos.
Así como muchos hoy, han pensado quienes se han muerto hace miles de años, y es que cada generación asume un protagonismo casi desesperante cuando se da cuenta que nada cambia, y al final...se nos va la vida esperando que a ésto...lo arreglen otros, sean de un planeta lejano, del cielo, o que la larga lista de calamidades se hagan cargo de nosotros.
Y se te va la vida, y un día ya viejos, la antesala a la partida habrá de volverse mucho más decepcionante, triste y desgarradora.
Entonces...he allí que aún sabiendo que nada va a cambiar de acuerdo a nuestro mundo infantil de las maravillas y el paraíso ideal, era en realidad nunca dejar de luchar..de intentar, de comprender que nada de lo que obtenemos es para siempre ni que no lo volveremos a perder.
Luchar es eso, la utopía no es conceptual ni teórica sino...práctica.
Porque si no fuese por los millones que *hacen* realidad sus utopías cada día, éste mundo sería diez veces peor de lo que es.
¿Se imaginan si los millones de humanos que no están dispuestos a matar ni robar un día decidieran hacerlo?
¿Imaginan un mundo así?
Pues bueno, pese a nuestra incapacidad de hacer un mundo mejor, que éste no sea peor...es una maravilla.
La comodidad del que se echa a despotricar amargándose porque nada cambia, o del que cree abstraerse de todo pensando en que así es más práctico e inteligente que el resto, no se da cuenta quizás, que puede hacerlo... gracias a quienes luchan.
Si vivimos sometidos a un sistema laboral que sabe a esclavitud, no quieran imaginar si por ejemplo, no existieran los gremios, las organizaciones sociales, etc.
Si no hubiera siempre gente peleando por nuestros derechos...ésta pesadilla sería un profundo horror del cual no escaparíamos ni siquiera despertando de ella.
Sabemos que un día..vamos a morir, entonces ¿qué hacemos? ¿nos hechamos a dejarnos morir en vida?
Creo que no ha de haber mayor puesta a prueba que vivir en un mundo sin arreglo como éste, sin remedio, porque luchar creyendo que vamos a ganar es una cosa, pero luchar sabiendo que igualmente vamos a perder..es otra.
Esa lucha que cuando se gana no sale en las noticias, la de cada día en la cual podemos hacer feliz un rato aunque sea a otros, amar y dejar que nos amen, no ceder a la tentación de volvernos una mierda con tal de sentirnos realizados materialmente, ver a nuestros hijos con orgullo sano, no haber negado nuestra ayuda cuando nos fué requerida, no habernos *ausentado* cuando otros necesitaban de nuestra presencia, no desentendernos cuando teníamos que colaborar con los reclamos *de otros*, en fin...
Flujo y reflujo amigas y amigos, la rueda y los ciclos, el único cese violento de todo es la muerte, la de otros y la nuestra propia, se ganan derechos y se pierden, se lucha y se recuperan, después se vuelven a perder, y así transcurre la vida.
No hay misterio en ésto, guste o no guste, no hay otra solución más que generar uno mismo ese milimétrico triunfo que no es individual, sino que se logra *CON* los demás.
Festejar lo poco que va a durar como si fuera eterno, y prepararse para volver a luchar una y otra vez cuando una nueva derrota llegue.
El tiempo que dure lo felizmente obtenido va a depender pura y exclusivamente de nosotros, porque sin nosotros luchando permanentemente, la máquina de someter y arruinar, avanza siempre y no se detiene si adelante...no están quienes se le oponen.
Bajar los brazos, deprimirse, o esperar que algo se arregle por otra vía que no seamos nosotros mismos..es morir en vida.
En pocas palabras, y quizás de otra forma, lo dice Mariano Paulón;
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
-podcastgilga
-AM1330
Vaya éste post a manera de abrazo a todas y todos quienes, sé muy bien, se desmoralizan, se deprimen, se entristecen, bajan los brazos, cuando se dan cuenta que nada cambia como esperábamos.
Decía en la sección comentarios del post de ayer Lunes a varios queridos amigos lectores, que si antes de venir a la vida nos preguntaran si realmente querríamos venir, luego de conocerla como la conocemos hoy...es muy probable que dijéramos; *No*.
Pero claro...con el diario del Lunes =un Viernes= cualquiera se las sabe todas.
Para un Gnóstico, vivir y ver todo aquello que indefectiblemente no va a cambiar, no es ni sorpresivo, ni frustrante.
Sí lo es cuando recién se comienza a *Conocer*, después, la cucharada amarga se disipa.
Pero no vivimos solos, nos rodean millones de personas que ni conocen la Gnosis y que aún pudiendo conocerla..prefieren ignorarla por elección propia.
Entonces, nuestra *no sorpresa ni frustración* nos conduele cuando sí la experimentan quienes nos rodean.
El individuo llega a punto tal de la vida, especialmente cuando el paso del tiempo le curte el cuero, en el cual se da cuenta que nada cambia y que la humanidad está perdida.
Se deprime, despotrica, se lamenta, y entonces cree que esa solución que nunca llegará por voluntad o incapacidad humana, deberá llegar por designios divinos, de esos bajo los cuales la gran mayoría fuimos adoctrinados por la religión.
Pero también el individuo llega a un momento en el cual ni siquiera la religión le basta para hallar una solución a éste enorme dilema de vivir.
Llega entonces el descreimiento de la propia religión, y se suplanta con cualquiera de las seductoras teorías que a todo mortal inconforme seducen.
Lo místico, lo incomprobable, lo *supuesto* aparece como solución a lo que humanamente no parece tenerla.
Esperamos entonces que una guerra mundial de avanzada acabe con todo, también que la Madre Tierra en una determinación al estilo de concepción humana decida solucionar el dilema exterminando a los humanos o a todo lo que haga falta.
Un meteorito justiciero, que enfile hacia nuestra esfera y solucione lo que pretendemos que debe solucionarse.
Un volcán, un Huracán, una inversión polar, seres de otros mundos, y esa larga lista de opciones que están a la carta.
Pues....¿Se acabarían nuestros dilemas sólo muriendo gente?
Si el ser humano fué capaz de evolucionar de una caverna a encender fuego frotando dos piedras, inventó la rueda, las armas, los motores hasta llegar a lo que hoy tenemos, sin ninguna duda los pocos y pocas que pudieran quedar vivos o sobrevivan a una catástrofe de proporciones tendrán la capacidad de...volver a empezar.
Los que comiencen a nacer en un mundo desvastado serán como aquellos cavernarios, sucesores sin memoria de lo que pasó antes de ellos.
¿Se solucionó algo?
NO.
Millones murieron desde que Cristo cumplió su misión hace más de 2.000 años y no volvió a aparecer, para aquellos contemporáneos de Cristo el fin era inminente..
El grado de cinismo y de bestialidad les hacía creer que todo estaba pronto a acabar, y sin embargo...nada acabó.
Después, guerras y más guerras a lo largo del mundo hasta las dos grandes.
En esos días millones también pensaban que todo terminaría, que semejante aberración humana abría la puerta a un final reparador, pues...se murieron esperando.
Cuesta creer que hoy, nosotros, tengamos el enorme privilegio de sí, al fin, ver llegar una solución no humana a éste desastre en el que estamos metidos.
Así como muchos hoy, han pensado quienes se han muerto hace miles de años, y es que cada generación asume un protagonismo casi desesperante cuando se da cuenta que nada cambia, y al final...se nos va la vida esperando que a ésto...lo arreglen otros, sean de un planeta lejano, del cielo, o que la larga lista de calamidades se hagan cargo de nosotros.
Y se te va la vida, y un día ya viejos, la antesala a la partida habrá de volverse mucho más decepcionante, triste y desgarradora.
Entonces...he allí que aún sabiendo que nada va a cambiar de acuerdo a nuestro mundo infantil de las maravillas y el paraíso ideal, era en realidad nunca dejar de luchar..de intentar, de comprender que nada de lo que obtenemos es para siempre ni que no lo volveremos a perder.
Luchar es eso, la utopía no es conceptual ni teórica sino...práctica.
Porque si no fuese por los millones que *hacen* realidad sus utopías cada día, éste mundo sería diez veces peor de lo que es.
¿Se imaginan si los millones de humanos que no están dispuestos a matar ni robar un día decidieran hacerlo?
¿Imaginan un mundo así?
Pues bueno, pese a nuestra incapacidad de hacer un mundo mejor, que éste no sea peor...es una maravilla.
La comodidad del que se echa a despotricar amargándose porque nada cambia, o del que cree abstraerse de todo pensando en que así es más práctico e inteligente que el resto, no se da cuenta quizás, que puede hacerlo... gracias a quienes luchan.
Si vivimos sometidos a un sistema laboral que sabe a esclavitud, no quieran imaginar si por ejemplo, no existieran los gremios, las organizaciones sociales, etc.
Si no hubiera siempre gente peleando por nuestros derechos...ésta pesadilla sería un profundo horror del cual no escaparíamos ni siquiera despertando de ella.
Sabemos que un día..vamos a morir, entonces ¿qué hacemos? ¿nos hechamos a dejarnos morir en vida?
Creo que no ha de haber mayor puesta a prueba que vivir en un mundo sin arreglo como éste, sin remedio, porque luchar creyendo que vamos a ganar es una cosa, pero luchar sabiendo que igualmente vamos a perder..es otra.
Esa lucha que cuando se gana no sale en las noticias, la de cada día en la cual podemos hacer feliz un rato aunque sea a otros, amar y dejar que nos amen, no ceder a la tentación de volvernos una mierda con tal de sentirnos realizados materialmente, ver a nuestros hijos con orgullo sano, no haber negado nuestra ayuda cuando nos fué requerida, no habernos *ausentado* cuando otros necesitaban de nuestra presencia, no desentendernos cuando teníamos que colaborar con los reclamos *de otros*, en fin...
Flujo y reflujo amigas y amigos, la rueda y los ciclos, el único cese violento de todo es la muerte, la de otros y la nuestra propia, se ganan derechos y se pierden, se lucha y se recuperan, después se vuelven a perder, y así transcurre la vida.
No hay misterio en ésto, guste o no guste, no hay otra solución más que generar uno mismo ese milimétrico triunfo que no es individual, sino que se logra *CON* los demás.
Festejar lo poco que va a durar como si fuera eterno, y prepararse para volver a luchar una y otra vez cuando una nueva derrota llegue.
El tiempo que dure lo felizmente obtenido va a depender pura y exclusivamente de nosotros, porque sin nosotros luchando permanentemente, la máquina de someter y arruinar, avanza siempre y no se detiene si adelante...no están quienes se le oponen.
Bajar los brazos, deprimirse, o esperar que algo se arregle por otra vía que no seamos nosotros mismos..es morir en vida.
En pocas palabras, y quizás de otra forma, lo dice Mariano Paulón;
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
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Publicado por
Gilgamesh
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