lunes, 29 de mayo de 2017

* Clima espacial con sentimientos especiales *

***Excelente inicio de semana para todos.

Flor de sacudón recibió nuestro campo magnético durante el fin de semana;





Ésto no debe interpretarse como algo malo, por el contrario, es la gimnasia necesaria de nuestra magnetósfera para no oxidarse cuan si fuera un mecanismo que si no trabaja, se atrofia.
El resultado de éstos shakes no pasan de bellas auroras para los cazadores de éste fenómeno en las altas latitudes.
Un Kp 7 que implica el golpe duro que dejó el paso de una CME de refilón, proveniente de Febo obviamente;





El orejón de plasma llegó con su arremetida de protones y el viento solar que estaba muy bajo lógicamente trepó como corresponde;





Nada espectacular, digamos que el paso de 300 a 400 kilómetros por segundo no implica más que lo que ocurrió, un impulso repentino de nuestro campo magnético que osciló entre el Norte y el Sur, dejando como decía, bellas auroras.
Éste arrebato de Febo llegó en el momento justo.
Recordarán que los neutrones no aflojaban, por lo tanto el Sol logró detener la incesante marcha al menos por unos días;



La recuperación de la radiación cósmica es notable;



Habrá que ver cómo se las arregla Febo, qué inventará para frenar la energía extrasolar en los próximos días.
Por lo pronto ha intentado con su única mancha visible frente a la Tierra ir practicando tal vez, un fuerte estornudo antes de que ésta abandone posición geo-efectiva.
La mancha 2659, que comienza a despedirse, el Domingo avisó con un leve evento C3.3;



Cuando ésta mancha se vaya de gira lo único que podemos esperar es poco, tal vez el agujero coronal central pueda comenzar a soplar algo de viento, o habrá que esperar el ingreso de una o dos manchas que vienen en unos días;





El efecto negativo de los impulsos repentinos en nuestro campo magnético suelen resultar en algún evento sísmico fuerte.
Viendo la tabla de terremotos por encima de 5º, al parecer éste impulso tendría sus efectos;



El más potente en Indonesia causó rotura de algunos edificios, afortunadamente sin ocasionar víctimas fatales;



Es todo con el clima espacial, aunque no tanto...
Una de cal y otra de arena tal como es la vida misma.

La triste, nuestro hermano Águila Solitaria reporta su enorme pesar, un integrante de la familia, Bolita, hace un día o más que no ha regresado a casa.



¡Y cómo no comprenderle!...para quienes hemos tenido la dicha de recibir la compañía y el afecto de un Gato...madre mía..
Me cargo al hombro un pedazo de tu pena hermano Aguilón, pero no perdamos la esperanza, quizás el tigre se ha tomado unos días y decide regresar.
Pero si no regresa...hay que hacer el necesario duelo, que tanto duele y que siempre nos deja una enseñanza.

Todo pasa hermano, y la pena va a pasar, mientras tanto a no reprimir sentimientos, sentirse así cuando pasan éstas cosas es algo necesario y normal, uno llora y piensa mucho, al final creo que todo lo sana la tranquilidad de haberle dado todo el amor posible, que otros animalitos no tienen la suerte de vivir bien o incluso de vivir muchos años. Que te acompaño el sentimiento Sergio aunque sé que la procesión..va por dentro y es muy personal.
¡¡¡Un abrazo de esos que curan el alma, te lo mando y sé que está llegando!!!.

Por ahora, sólo quiero pensar que el GPS de Boli se interrumpió y que el tipo quizás esté usando su brújula de bolsillo, así que Sergi desde acá moviendo los imanes para que el Boli recuerde el mapa.
¡Abrazo enorme hermano!.

La buena..
¡¡¡ha regresado nuestro hermano y amigo Lehaim!!!, 
qué alivio hermano...cómo te extrañábamos...caray...
Ésto de tener amigos por internet es así...cuando no hay nexos tangibles uno se acongoja, generalmente se nos entrecruzan pensamientos de temor, de angustia.

Yo lo hacía trabajando duro aunque también llegué a pensar que Ale ya se habría hartado de éste blog y de éste servidor, algo que me alegraba pensar antes que imaginarlo en alguna situación de esas que uno no quiere ni si quiera imaginar.

Y bueno...¡¡¡feliz de saberte bien hermano!! aún renegando con las mafias que esquilman a los usuarios de la telefonía y las comunicaciones, un mal endémico en todo el planeta.

Lo importante es que Ale está bien y eso 
¡¡¡es una gran noticia!!.

Y como no podía ser de otra manera, *Hunter* regresa...y con un cometa bajo el brazo...
Y vaya qué cometa...2017/05/19-TFLHM-GUILLE;



Antes de irse el *negro* ya se estaba despidiendo días antes.
Cansado de verse morocho como era se dijo...*voy a brillar*, y se transformó en cometa...
Y tan bueno, virtuoso y humilde como era, no nos avisó...
Y tenía que venir Hunter para mostrarnos el fulgor del negro Guille...que decidió nada más y nada menos que fundirse con Febo en un adiós, en un *hasta siempre*, que fué tan poderoso, que hasta el mismo Sol se sacudió...cuando el negro rascó las cuerdas de su hermano Bajo...

Mierda...que me han hecho llorar mis amigos..., ¡¡¡benditos sean!!! por las emociones que me regalan y que no tienen precio alguno, entran en el Espíritu y lo hacen vibrar mucho más..

Gracias, son tiempos muy hard..y cuando las piernas se aflojan entre todos hacemos fuerza para sostenernos, no concibo otra forma de sentirme parte de ustedes.
Y ustedes son parte de mi propia historia...
Les quiero y amo.
Gracias por hacerme partícipe de sus cosas que también siento mías.

Gilgamesh***

Fuentes;
-paraisourbion

domingo, 28 de mayo de 2017

*Ayer como hoy; no es la tecnología, somos nosotros...*

***Feliz tardecita de éste último Domingo de Mayo para todos.

Quienes además de preocuparnos por nosotros mismos y nuestros micromundos cotidianos, ponemos siempre un ojo en el mundo que nos rodea en el sano ejercicio de intentar *comprender* dónde estamos metidos, la cuestión de las nuevas conductas sociales es un tema por demás de interesante.

Al acceso a internet domiciliario, un tema que cuenta con bastante historial como para ser analizado, se le suma el aporte de la nueva tecnología que a través de la telefonía portátil o móvil, ha hecho que el llamado mundo virtual se enrede con el mundo real.

Si bien ambos mundos son reales el problema comienza cuando éstas realidades diversas se mezclan de manera tal que el ser humano entra en un nuevo paradigma existencial, que, se estudia y se analiza buscando alertar sobre los problemas que todo ésto crea.

Hace tiempo venía observando =como cualquiera de ustedes que presta atención al entorno= que la utilización de la telefonía móvil y su uso extendido iba en aumento.
El hecho de haber tenido que estar hace semanas unas 12 horas en la guardia del Hospital me permitió ver que prácticamente uno 90% de las personas que allí entraron, salieron, permanecieron, estaban permanentemente con el móvil en sus manos.

No sé haciendo qué, jugando juegos, watsapeando o lo que fuere, pero todos *metidos* en el mundo de ese increíble aparato capaz de sustraer al individuo de su pertenencia al *momento real*.
En las últimas semanas tomamos nota del incremento de *juegos virtuales peligrosos* que no voy a publicitar pero que seguramente ustedes conocen, y que se han cobrado la vida de muchos jóvenes a lo largo del mundo.

Creo que sólo cambian las modas o en éste caso la tecnología que posibilita la difusión masiva de conductas que siempre han estado en el ser humano, y que quizás hoy se *multiplican* o propagan más rápido, léase la pornografía, los juegos peligrosos, las calumnias, etc. etc..

Hoy se habla de la *ballena azul*, y recuerdo ciertas idioteces que uno mismo protagonizaba en la adolescencia tal como ahora.
Por citar algunas, solíamos ir hasta la Avenida Puccio, una calle de gran pendiente, no sé de cuántos grados pero su pendiente era un desafío idiota que constaba de ir hasta la cima, y lanzarnos cada uno con su bici, intentando llegar rodando sobre ruedas hasta el final de la calle.

Eran 100 metros de enorme adrenalina, la calle estaba forrada de adoquines lo cual, sumado a la velocidad anormal para una bicicleta, hacían casi imposible llegar al final de la pendiente sin caer varias veces al suelo en plena alocada carrera. Ni el freno trasero ni el delantero, ni ambos lograban evitar la caída libre, y las rodadas eran muy peligrosas, pelando codos y rodillas hasta dejar ver la blancura del hueso.., anque también algunas desgraciadas fracturas.

Otro idiota entretenimiento era esperar la formación ferroviaria de vagones de carga, que venía a paso lento con muchos vagones ya vacíos luego de la descarga de cereal en el puerto, y que en ese tramo del barrio cambiaban de una velocidad mínima a una máxima.

Y ahí estábamos los idiotas adolescentes jugando a subirnos al vagón con el tren en movimiento...
Cuando recuerdo éstas idioteces pienso en mi pobre madre...que tranquila en casa pensaría que su hijo estaba divirtiéndose sanamente..

Tomar riesgos..era y sigue siendo una práctica que no cambia sino que se adecúa a los tiempos, sus modas y sus soportes comunicacionales.

Si hoy hablamos de bulling como algo nuevo, lo es sólo el soporte tecnológico.
Siempre el *gordo*, el que usaba *lentes*, el *petiso*, o el que tenía alguna diferencia física o incluso de personalidad, era blanco de perversas bromas, cargadas, o situaciones denigrantes que estaban rayando la discriminación por la burla pública hacia el otro.
La violencia virtual de hoy, se veía ayer, cuando cada barrio era una especie de territorio a conquistar.

Meterse en barrio ajeno de manera grupal, lo que hoy se suele decir *patota* o *banda*, era una forma de demostrar quién era más guapo...
Generalmente esos encontronazos terminaban en tremebundas trifulcas que se resolvían a las trompadas, hoy a los tiros y puñaladas.

Era común también aquello del *chimento* o *chisme*, cuando la habladuría sobre la vida del otro hacía de las lenguas...filosas espadas, creando un mundo de escarnio y descrédito pululante tras las mirillas de las viejas ventanas de calle.

Es decir que el mundo no ha cambiado demasiado sino más bien la forma en cómo =tanto antes como hoy= las conductas se reciclan y se re-adecúan al tipo de moda o soporte que las propicia. Algo que parece estar inserto en nuestra forma de ser individualmente como socialmente.
Pero dejemos que hablen los expertos;



-La denominada adicción a Internet y la adicción a las Redes Sociales en Internet no pueden ser calificadas como tales. No existe una adicción a Internet sino problemas de conducta derivados del acceso a la diversidad de contenidos que provee la Internet. 
El concepto de adicción se aplica cuando el agente nocivo es una sustancia. Antes de intentar asignar un calificativo a las conductas anormales derivadas del excesivo uso de la red, es necesario atender el tema de los posibles trastornos que puedan resultar de un desmedido uso de éstas.

La población más vulnerable hacia los posibles efectos del uso excesivo de las redes son los adolescentes y los jóvenes. Mientras los estudiosos del tema concilian la terminología del fenómeno, será prudente que los especialistas en el tema provean a los padres de familia algunas estrategias preventivas, como se ha hecho para otro tipo de conductas que distorsionan la realidad de los individuos, cuando esto no es producto de un trastorno grave.

*Un paciente vino a consultarme después de que la mujer lo encontró varias veces viendo pornografía y él prometió que iba a dejar de hacerlo, pero no se podía controlar. Luego de que su mujer lo echó de la casa, el vino y empezamos a trabajar para identificar cuando había comenzado el problema.
Él empezó a darse cuenta de que el consumo de la pornografía no sólo le había traído problemas con su mujer, sino también en su trabajo. No terminaba las cosas a tiempo en el trabajo porque prefería ponerse a navegar en las páginas porno.

En lugar de terminar su trabajo se quedaba consumiendo pornografía y se le hacía tarde para llegar a su casa. Eso fue generando problemas con su mujer, porque no era solamente el consumo de la pornografía, sino que estaba alterando sus tiempos y conductas, llegaba tarde a la casa y no veía a su hijo porque cuando él llegaba el chiquito ya estaba dormido*, agrega la psicóloga, quien estructuró el tratamiento luego de focalizar el problema.

Los riesgos más importantes de las redes sociales son, además de la adicción, el acceso a contenidos inapropiados, el ciberacoso o la vulneración de la intimidad. Así, en las redes se puede acceder a contenidos pornográficos o violentos, denigrar a personas, transmitir mensajes racistas, fomentar la anorexia o incitar al suicidio.

En personas vulnerables existe el riesgo de crearse una identidad ficticia, potenciada por un factor de engaño, autoengaño o fantasía. Así, por ejemplo, hay personas que ligan bastante virtualmente porque se cortan menos delante de una pantalla que en la vida real. Sin embargo, hay quien no distingue entre lo íntimo, lo privado y lo público =que puede favorecer el mal uso de información privada por parte de personas desconocidas= y quien exhibe conductas histriónicas y narcisistas, cuando no deformadoras de la realidad.

A su vez, los mensajes instantáneos de los smartphones =especialmente los WhatsApp= pueden facilitar las conductas controladoras porque se sabe si una persona está en línea y a qué hora se ha conectado por última vez, lo que deja una huella fácil de seguir. Asimismo existe el riesgo de enganche =favorecido por la gratuidad= porque a menudo no se desconecta por hábito =al mirar la hora, ya se sabe si se tienen mensajes e incluso la entrada de los mensajes= o no se quiere desconectar =si se utiliza, por ejemplo, como herramienta de trabajo=.

Este sistema de mensajería puede crear problemas en la comunicación, por ejemplo de exclusión social =si no se le integra a una persona en un grupo=, de vulneración de la intimidad =por las posibilidades del copia y pega= o incluso de malentendidos. 
Así, se puede llegar a discusiones e incluso enfados por no entender el tono irónico o controlador de un mensaje.
Cualquier inclinación desmedida hacia alguna actividad puede desembocar en una adicción, sin que exista necesariamente una droga de por medio.



La adicción es una afición patológica que genera dependencia y resta libertad al ser humano al estrechar su campo de conciencia y restringir la amplitud de sus intereses. La interferencia grave en la vida cotidiana de la persona, a nivel familiar, escolar, social o de salud, es un requisito necesario para definir a una conducta como adictiva.

La adicción puede estar presente en las redes sociales cuando se hace un mal uso extremo de ellas. Así, se instaura una adicción cuando la utilización de las redes sociales supone una pérdida de control, una absorción a nivel mental y una alteración negativa de la vida cotidiana de la persona afectada.

En estos casos los comportamientos se vuelven automáticos y emocionalmente activados y los sujetos afectados tienen poco control cognitivo sobre el acierto o error de la decisión. El adicto sopesa los beneficios de la gratificación inmediata, pero no repara en las posibles consecuencias negativas a largo plazo. Por ello, el abuso de las redes sociales virtuales puede facilitar el aislamiento, el bajo rendimiento, el desinterés por otros temas y los cambios de conducta =por ejemplo, la irritabilidad=, así como el sedentarismo e incluso la obesidad.

Retomando el tema, el síndrome tipo adictivo podrá caracterizarse cuando el usuario de los recursos de dichas redes:

- Es dominado en sus pensamientos, sentimientos y conducta por su uso =saliencia=.

-Invierte grandes cantidades de tiempo y esfuerzo en la actividad e incremento de ésta.

-Altera sus estados emocionales =ansiedad, enojo= como consecuencia de implicarse en la actividad =modificación del humor=.

-Se perturba cuando es interrumpido en la actividad o se le reduce el acceso =abstinencia=.

-Comienza a enfrentar problemas con las personas que le rodean =dentro y fuera de la red= o consigo mismo, so motivo de la persistencia de la actividad o deja de atender las responsabilidades asumidas o impuestas en el trabajo, la escuela o el hogar =conflicto=. En el caso de la interacción social fuera de la red, ésta se va reduciendo.

-Reanuda la actividad de manera persistente una vez que, aparentemente, la ha dejado o la ha reducido =recaída=.

-Niega tener consecuencias por la actividad y se jacta de poderla abandonar en cualquier momento =y no lo demuestra o efectúa=.

Otras conductas, de menor magnitud, pero que pueden ser síntomas de alarma:

-Aislarse de las relaciones sociales presenciales =cara a cara=, sustituyendo este tipo de relación por las virtuales.

-Bajar el rendimiento escolar so motivo de la presencia permanente en las redes.

-Descuido de responsabilidades o actividades consideradas como importantes en el entorno laboral, escolar, familiar o de pareja.

-Manifestar euforia cuando se está participando de las actividades de las redes.

-Manifestar irritación o ansiedad excesiva cuando no hay conexión a Internet y, por consecuencia, a las redes.

-Mentir sobre el tiempo que se está conectado o sobre lo que se está haciendo en las redes.

-Pensar y hablar persistentemente de los temas y circunstancias que suceden en la red, entre los conocidos; aunque no se esté conectado a ella en ese momento.

-Pérdida de la noción del tiempo o del espacio debido a la permanencia frecuente o constante en las redes.

-Privación del sueño por estar conectado a las redes.

-Protagonizar discusiones en relación con el uso de las redes con las personas que rodean al usuario, como los compañeros de trabajo, escuela o familiares.

Vuelve aquí a surgir la pregunta a cuestionar;
¿Cuáles son los motivos o circunstancias que dieron lugar al inicio de la conducta que posteriormente se convierte en adicción?

Regularmente, las conductas atípicas vienen acompañadas o surgen cuando el individuo sufre =consciente o inconscientemente= de problemas consigo mismo, situación que favorece la incursión hacia problemas con los demás y que, desgraciadamente, aumentan la desadaptación personal; un círculo vicioso de posibles consecuencias funestas. 

Súmese a lo anterior el hecho de que los padres pueden ser demasiado permisivos o dominantes y de ello resulte que el muchacho interprete que no es comprendido, escuchado o amado. En otros casos, el uso de las redes es un paliativo para satisfacer la necesidad de pertenencia de grupo que todo tenemos.

Como todo en ésta vida, la cuestión pasa por *regular*, especialmente quienes ya hemos vivido unos cuantos años y deberíamos haber aprendido algunas cosas, el problema son los niños y los más jóvenes, como siempre la franja más débil.

Las cosas no han cambiado demasiado creo, no al menos el quid o alma del asunto.
Padres ausentes, sea por exceso de trabajo, o por preponderar sus tiempos sociales, han existido antes sin ésta tecnología, y también ahora con ella.
Da lo mismo aquél padre ausente que se iba con sus amigos a tomar unos tragos al bar que un padre de hoy metido horas y horas en el mundo virtual, estando en casa.

Los *gatillazos* del problema están desde siempre en nosotros mismos, algo que trasciende las modas y los tiempos.
En uno de los sitios de los cuales tomé información para hacer éste post citaban un claro ejemplo de la cuestión existencial que es en definitiva, el alma del asunto;



-Carta de una "amiga cibernética"

Hola Oscar!
Voy a compartir contigo algo de lo que he estado sintiendo todo este tiempo acerca de la "comunicación virtual":
Ser o no ser virtual, esa es la pregunta..... Existo en realidad? Es acaso mi presencia en este nuevo universo sólo un cúmulo de caracteres ASCII ordenadamente transmitidos vía módem? Siento que estamos pasando de la tercera dimensión, más allá de la cuarta, y aún de la octava, a la NADA, un universo virtual que con sólo apretar una tecla puede desaparecer, una identidad plana cual carpeta en un archivo polvoriento.......
No hay dimensión más allá de la nada.

Pero, es acaso esta nueva existencia muy distinta a la de la tercera dimensión? Podemos en realidad fingir que somos diferentes y vivir por un momento una ilusión? Máscaras? No las hay, si leemos entre líneas conoceremos al verdadero yo del interlocutor, que no es más que el propio ...... proyectamos nuestras propias identidades, tal como lo hacemos en el diario convivir.
Nacen amores y mueren por la incomunicación.

Tienes al mundo en tus manos, en dos minutos apenas puedes estar en Japón, Australia y a la vez aquí mismo, electrónicamente rodeado de gente pero inmensamente solo. El humo del cigarrillo, las 3 de la mañana, el sistema que se cae a cada rato.....unas cuantas letras en la pantalla ......la frustración y la ansiedad por saber si te han contestado, esperas una respuesta específica y hasta que no la recibes no respiras, no comes, no duermes siquiera ......
De pronto, suceden bombardeos de informaciones no solicitadas: algunas divertidas, otras insolentes, otras simplemente insignificantes.

Te involucras en el juego del otro, contestas, protestas, inquieres ...... aaah, y las listas? Montones de listas, listas de listas de mas listas como muñecas rusas, una dentro de la otra..... Te suscribes y de pronto te sientes invadido por decenas de personas que tienen algo que ver contigo, que comparten tus opiniones y problemas..... qué bonito, se preocupan por uno.....hasta que dices : BASTA! En realidad uno es el que se preocupa por uno al preocuparse por otros .....
Haces una página para pertenecer a la gran biblioteca de cadáveres que es el Web .....

De vez en cuando te traerán una florecita ... pero eso no lo sabes hasta que te entierras en ese gran cementerio de palabras, gráficos, y hasta sonidos y movimientos !
Todo va demasiado aprisa. Todo SE VA demasiado aprisa. Hoy existes, mañana ya no. El tiempo se acelera hasta sobrepasar la barrera del olvido ...... Algo de humor ? Sí, entonces también somos humoristas. Somos hermosos, inteligentes, brillantes, nos quieren, nos piden opiniones, terminamos de lo más enamorados de nosotros mismos.....

Demasiados chistes, no hay tiempo ni de leerlos. Demasiada información, lo que equivale a ninguna comunicación..... Las comunicaciones que no son solicitadas, las diferencias de opiniones, los malentendidos.
Otra torre de Babel en ciernes.
La neurosis se libera porque a pesar de las máscaras, todas las máscaras pueden caer.

Muchas veces hace falta la mirada, el tono de voz... las palabras solas son malinterpretadas, la neurosis aflora, los complejos ocultos revientan la superficie y se muestran tal cual son, al final..... ....al final no todo es tan malo, también hay otros seres que logran traspasar los muros de fuego con su calidez, su amistad y comprensión.
Entonces, es acaso esta existencia muy distinta a la de la tercera dimensión? Aquellos que estan "muertos" seguirán estándolo, pero los que estamos vivos aún, los que nos rebelamos, sufrimos, reímos y al final, aquí estamos, seguiremos estando vivos .......

La conciencia hace la diferencia ....
Bueno pibe, sorry por la "depre", sólo fueron unos pensamientos que quería compartir contigo.... (no vayas a preocuparte, que yo, ! ESTOY VIVA! y tú ! TAMBIÉN !
Gracias por tu amistad!

Pues bueno...ahí está la cuestión de fondo, siempre la misma..con o sin tecnología.
Tecnología que, si realmente pudiéramos dimensionarla en el sentido positivo que también tiene, le sacaríamos el provecho real pensado hacia un bien común que la humanidad necesita, y que nos sigue costando alcanzar, sea el tiempo que sea.

Y voy a cerrar con un ejemplo que hace de lo virtual algo real cuando nos unen los buenos sentimientos más allá de tiempos y distancias.

Lamentablemente el *negro* Sánchez se nos fué..



*Nos*, decimos quienes sentimos pertenencia hacia alguien que admiramos o amamos.
El *Guille* estaba jodido.
Se pedían dadores de sangre y eso no faltó, se pedía un rezo o la energía positiva, y eso tampoco faltó.
Lamentablemente así como las máquinas un día se descomponen, nuestros cuerpos también y pese a la enorme solidaridad y los esfuerzos de la medicina, Guille se fué físicamente de ésta realidad.

A sus 52 años el *negro* como decimos nosotros aquí con afecto y no despectivamente como en otros países, fué un muchacho de nuestra década =la de los 60`s= que desde muy jóven amó la música y lo dió todo de sí por ella.

Desde los 17 años las cuerdas del bajo pasaron a formar parte de su cuerpo.
Como todo músico que rodea a un líder como por ejemplo el cantante de la banda de la cual formaba parte =Adrián Barilari= el negro supo disfrutar de lo que hacía y supo acoger la admiración de tanto pares como del público en general que admirará siempre a esa banda, Rata Blanca.

En lugar de sentirse ensombrecido u opacado el negro era feliz y ésto lo rescato de un lindo reportaje del año pasado en algunas de sus palabras;



-En una de esas vueltas que la rueda de la vida viene dando, tuve la suerte de encontrarme con personas que admiro, por su talento, por su humildad, por la energía que transmite con lo que hace. Y es en una de esas oportunidades que pude conocer a uno de los músicos que con su trayectoria y su perfil bajo viene cosechando éxitos a lo largo del camino. Guillermo Sánchez, el mismo que viste y calza, es sin dudas para los fans de Rata Blanca uno de los más queridos dentro y fuera de la banda. Un músico, un hombre, que tiene historias para contar, y muchas.

-H.R.- ¿Cómo te llevas con el público Guille?, con la exposición.

G.S.-Yo estoy muy agradecido, la verdad que no espero tanto cariño de la gente en el sentido de que no lo busco ¿si? Sino que trato de ser honesto con lo que hago y ellos me devuelven tanto afecto que me supera a veces, no lo puedo creer, se ve que lo que hago es bien recibido y le agradezco a la gente por todo el apoyo que me brinda, *LOS AMO,QUE SERÍA DE MI SIN USTEDES* jajaja en serio,estoy muy muy agradecido de todo corazón.

H.R.-Por último Guille, si vos pudieras volver a vivir de nuevo, ¿elegirías volver ser Guillermo Sánchez?

G.S.- Si, por supuesto…y elegiría tocar en Rata Blanca y en Mala Medicina también jajaja.

H.R.-¿Quisieras dejar algún mensaje para los lectores de nuestro medio y todos los fans?

G.S.- Agradecer, agradecer a toda la gente por el apoyo de todos estos años, por apoyarme a mí, a Rata Blanca y todo lo que hacemos fuera de la banda, a veces no hay palabras para tanto cariño como decía antes, vemos cosas que nos tocan muy profundo en el corazón y no sabemos como corresponder todo eso, gracias, gracias totales a todos.






Y bueno.., Guille nos puso preocupados a todos quienes amamos la múscia y éste género en especial, pero mucho más admiramos a los buenos tipos, a las buenas minas, como solemos decir aquí.
Y esa parte de la cual hablaba al principio, sobre el uso que hacemos de éstas tecnologías, sirvió una vez más para evidenciar que lo existencial es el quid de todo, y que si nuestras empatías se ponen por encima de las desempatías, el tiempo y la experiencia de los hechos nos va a resultar no sólo más grato, sino también mucho más constructivo en la economía del tiempo.

Tiempo que el amigazo Águila Solitaria junto a otro hermano, Blas, supo y supieron dedicar aún siendo algo que tal vez era ajeno a sus vidas y costumbres, pero que les hizo sentirlo como algo propio cuando las cáscaras sobran y lo que importa es el núcleo de algo que nos debe unir siempre.



No fué en vano ni inútil el deseo y el hermoso gesto de éstos amigos, como no fué vano todo lo que humanamente se hizo para que Guille siguiera entre nosotros, pues el amor no especula en base a los resultados, el Amor *es*...

Ojalá éstas vías de comunicación que utilizamos casi todos sean siempre para la construcción, para nuestra evolución, y para aprender a amarnos de verdad mientras la cinta del carrete sigue corriendo.

Chris Cornell, Allan Holdsworth, Greg Allman y otros más que se han ido hace poco, no podían darse el lujo de un concierto espectacular...sin el *negro* Guillermo Sánchez...y su amado Bajo..




Gilgamesh***

Fuentes;
-scielo
-lanacion
-revista-critica
-hagamosruidosomosrock
-paraisourbion

sábado, 27 de mayo de 2017

* Disonancia cognitiva y proselitismo religioso *

***Excelente Sábado para todos.

En su libro *El cerebro espiritual*, Francisco J. Rubia =Doctor en Medicina por la Universidad de Dusseldorf y Director del Instituto Pluridisciplinar de la Universidad Complutense de Madrid= dice;

*Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha buscado trascender la realidad cotidiana: evadirse del mundo natural y hallar una *segunda realidad*, el ámbito que ha llamado sobrenatural. Tanto la realidad cotidiana como esa segunda realidad son ilusiones generadas por el cerebro. 
La consciencia egoica es la responsable de la realidad cotidiana; la consciencia límbica, de la segunda realidad. Ambos tipos de consciencia conviven en el hombre contemporáneo. Desde el punto de vista neurobiológico, o cerebral, tan real es la realidad cotidiana como la segunda realidad, ya que ambas son fruto de la actividad de nuestro cerebro*.

¿Y qué le pasa a nuestro cerebro espiritual cuando ingresa en caminos peligrosos?..
Algunos buenos apuntes de investigaciones que les dejo en ésta fría tarde sureña de Sábado.
Desengaños espirituales, frustraciones, y un extraño mecanismo mental que busca salir de la decepción ...auto-engañándose más..



En su libro *Elogio del ateísmo-Los espejos de una ilusión*, Gonzalo Puente Ojea aborda en uno de los capítulos =Las paradojas del incumplimiento= las razones por las que las profecías fallidas y sus adherentes en lugar de desencantarse, tienden a seguir creyendo.
Puente Ojea afirma que este mecanismo de supervivencia frente a los palmarios incumplimientos proféticos obedece al principio psicológico de la disonancia cognitiva y cita, en apoyo de su tesis, un estudio clásico de psicología social editado a mediados de los años cincuenta del siglo pasado.

En efecto, en 1956 se publicó un libro titulado *When Profecy Fails: A Social and Psychological Study of a Modern Group that Predicted the Destruction of the World*. El texto lo firmaban los profesores de la Universidad de Chicago Leon Festinger, Henry W. Riecken y Stanley Schachter. El libro, todo un clásico en los estudios de sociología de la religión, recoge una investigación llevada a cabo sobre una pequeña secta milenarista y apocalíptica inspirada por Dorothy Martin =en el libro aparece con el alias de *Marian Keech*= un ama de casa que afirmaba haber recibido mensajes de unas entidades extraterrestres llamados *the Keepers* =los Guardianes= procedentes del planeta Clarion.

Estos mensajes anunciaban la destrucción del mundo en un gran diluvio que tendría lugar en la madrugada del 21 de diciembre de 1954. La señora Martin =o Keech= consiguió reunir en su torno a un reducido número de acólitos que se llamaban a sí mismos *the Seekers* =algo así como *los Buscadores*= y que, de acuerdo con los mensajes recibidos telepáticamente por aquélla, serían puestos a salvo y transportados en platillos volantes fuera de nuestro planeta.
Por supuesto, nada de lo profetizado tuvo lugar.

Ese 21 de diciembre el mundo amaneció y anocheció como acostumbraba. Ni catástrofes, ni inundaciones ni, por supuesto, platillos volantes. Los integrantes de la pequeña secta, congregados principalmente en el domicilio de Marian Keech, habían quemado =casi literalmente= sus naves. Muchos de ellos habían vendido sus propiedades y se habían deshecho de posesiones que, en virtud de lo inminente del apocalipsis, resultaban obviamente superficiales.
Lo interesante, en realidad, vendría después.

Aunque, desencantadas y conmocionadas por el incumplimiento de la profecía, algunas personas abandonaron su compromiso con la secta de los Buscadores, un número importante de miembros permaneció dentro de la organización y se reafirmó en el conjunto de creencias que, hasta el momento, había guiado su comportamiento y su compromiso. No sólo eso, sino que a partir de ese momento, los fieles Buscadores empezaron una intensa labor de proselitismo, una actividad que hasta entonces no se habían molestado en llevar a cabo. Nada, por tanto, de derrotismo ni de distanciamiento crítico con los postulados de la secta de la señora Keech.

Festinger y sus colaboradores dan cuenta en su libro, con bastante detalle, de los avatares padecidos por los Buscadores antes, durante y después de la fecha de la profecía fallida. Analizan también la dinámica interna del grupo de creyentes y examinan algunas reacciones individuales a partir del incumplimiento del holocausto. Pero los profesores se centran particularmente en la consolidación del grupo de creyentes después del monumental fiasco y en su nuevo compromiso proselitista. 

Donde cabría esperar desengaño, desilusión y abandono, Festinger y los suyos encuentran, bien al contrario, una llamada a apretar filas a través de un renovado compromiso militante, que se sustancia en un proselitismo en tanto actividad de cohesión grupal.

Para los autores del estudio lo verdaderamente llamativo es esta reacción de fervor religioso que sigue a la *desconfirmación de la creencia en el cumplimiento de la profecía*. Y proponen un mecanismo explicativo que relaciona causalmente, bajo ciertas condiciones, la constatación del incumplimiento profético con el brío renovado en el compromiso creyente y en la militancia proselitista. La explicación cursa a través de lo que en psicología se conoce como disonancia cognitiva.

Al comienzo del libro encontramos la tesis nuclear del estudio:

-Supongamos que un individuo cree en algo de todo corazón; supongamos a continuación que está comprometido con su creencia, que ha llevado a cabo, en consecuencia, acciones irrevocables; finalmente, supóngase que se le presenta la evidencia, la evidencia inequívoca e innegable de que su creencia es errónea: ¿qué ocurrirá?
El individuo emergerá, frecuentemente, no solamente impertérrito, sino incluso más convencido de la verdad de sus creencias que nunca anteriormente.

Sin embargo, este incremento en el fervor creyente después de la desconfirmación depende de ciertas condiciones, que Festinger y colaboradores detallan en cinco puntos:

1. La creencia debe sostenerse con una profunda convicción y debe tener alguna relevancia para la acción y el comportamiento del individuo.

2. Quien sustenta la creencia debe comprometerse con ella, sobre todo a través de acciones y comportamientos difícilmente reversibles.

3. La creencia debe ser suficientemente específica y ateniente al mundo real como para que puedan existir acontecimientos que puedan refutarla inequívocamente.

4. La innegable evidencia de desconfirmación debe ocurrir y debe ser reconocida por el individuo creyente.

La quinta condición es posiblemente la más esclarecedora y la de mayor valor explicativo..

5. El creyente individual debe tener apoyo social. Pertenecer a un grupo de personas convencidas que se apoyan mutuamente contribuye, previsiblemente, a mantener la creencia, malgré la desconfirmación.

Leon Festinger;

Armados con este instrumental heurístico, y desde el proscenio explicativo de la disonancia cognitiva, Festinger, Riecken y Schachter abordan el estudio histórico de otros movimientos religiosos proféticos y milenaristas susceptibles de una interpretación similar. Se trata de situaciones que cumplen los cinco criterios de desconfirmación establecidos por los autores. Y así, el libro habla de los montanistas, los anabaptistas, el movimiento liderado por Sabbatai Zevi, al que presta una gran atención y la secta de los mileritas, objeto también de un análisis extenso.

Estos ejemplos sirven a Festinger y sus colaboradores para introducir los conceptos de consonancia y disonancia. En todos estos casos, las personas comprometidas con las creencias proféticas de los movimientos religiosos a los que pertenencían tuvieron que enfrentar la realidad innegable de una desconfirmación, por los hechos, de las profecías anunciadas. 

¿Cuáles fueron, según los autores del estudio, los dispositivos psicológicos que permitieron la pervivencia de estos movimientos a pesar de la rotunda falsación de sus postulados proféticos?

Deberíamos esperar =afirma Festinger= que los creyentes se esforzaran con determinación para eliminar la disonancia o, al menos, para reducir su magnitud. La disonancia desaparecería si ellos descartasen la creencia que ha sido desconfirmada. Pero con frecuencia el compromiso de su comportamiento en relación con el sistema de creencias es tan intenso que es casi preferible cualquier otro curso de acción.

Alternativamente =continúan los autores= la disonancia podría reducirse o eliminarse si los integrantes del movimiento cerraran los ojos ante el hecho de que la predicción no se ha cumplido. O los creyentes pueden intentar encontrar explicaciones razonables y muy a menudo encuentran algunas muy ingeniosas. Para que la racionalización sea totalmente efectiva, el apoyo de los demás =miembros de la secta= resulta necesario para hacer que la explicación o la revisión parezcan correctas.

Sin embargo, la disonancia es demasiado importante como para intentar combatirla con meras explicaciones. Y aquí entramos en la tesis medular de Festinger y sus colaboradores.

Si se puede persuadir a cada vez más personas de que el sistema de creencias es correcto, entonces, y de forma clara, el sistema debe ser correcto, después de todo.

Y, como corolario;

Si el proselitismo resulta exitoso, entonces, al reunir más adherentes y rodearse de una forma efectiva con personas que lo apoyan, el creyente reduce la disonancia hasta el punto de poder vivir con ella.

Sin embargo, los investigadores reconocen que las fuentes históricas resultan en muchos casos incompletas, y que las evidencias indirectas obtenidas no permiten apuntalar de forma segura la hipótesis de la disonancia cognitiva como factor de compensación de la disconfirmación profética. Por esta razón, centran su estudio en el movimiento surgido en Chicago =el texto lo sitúa en Michigan, por razones de preservación del anonimato de los protagonistas= y liderado por Marian Keech, organizado en torno a un precipitado de creencias apocalípticas que parecen salidas de los populares Amazing Tales de la época.

Un conjunto de creencias y actitudes cuya punta de ariete era la profecía que, según la señora Keech, anunciaba la sumersión cataclísmica en las aguas de toda la Costa Oeste del Pacífico, desde la ciudad de Seattle hasta Chile. Al mismo tiempo, los Guardianes, procedentes del planeta Clarion, pondrían a disposición de los auténticos creyentes sus platillos volantes para transportarlos lejos de allí, a tierras más seguras.

En la parte final del libro se analizan las reacciones de algunos de los integrantes del movimiento de Marian Keech =recordemos, los autodenominados *Buscadores*= con objeto de contrastar sus reacciones con los cinco criterios de validez de la hipótesis de la disonancia cognitiva. Festinger comprobó que las personas que habían permanecido más aisladas del grupo mostraron los síntomas más claros de desengaño y abandono de las creencias grupales, frente al núcleo de creyentes que se benefició de la mutua presencia y del apoyo recíproco.

En Lake City, por otro lado, la mayoría de los miembros estuvo en presencia constante de compañeros creyentes durante el período que siguió a la desconformación. 
La gente de Lake City, que había tenido apoyo social, fue capaz de aceptar la racionalización, reduciendo de este modo parcialmente la disonancia y recuperando la confianza en sus creencias originales. La presencia y el apoyo de otros creyentes pareció ser un requisito indispensable para la recuperación de tan extrema desconfirmación.

Aunque el grupo, finalmente, terminó dispersándose por razón de la presión social de los vecinos y de la policía, amén de por otras circunstancias personales, su fracaso como movimiento proselitista no se debió, en opinión de Festinger y los suyos, a la falta de oportunidades para captar nuevos adeptos =de hecho, se recibieron muchas solicitudes de información y una gran cantidad de llamadas telefónicas y de visitas= sino a la impericia de los restantes integrantes del movimiento de poner en marcha una labor adecuada y eficaz de proselitismo.



-La revista Nova Religio, en el número 3, de octubre de 1999, publicó un interesante artículo firmado por Lorne L. Dawson y titulado *When Prophecy Fails and Faith Persists: A Theoretical Overview*. Este trabajo es en realidad una revisión de diecisiete estudios publicados sobre trece diferentes grupos religiosos de características parecidas al grupo estudiado por Festinger en su investigación seminal. Los resultados de estos estudios parecen confirmar, según Dawson, la afirmación de Festinger de que muchos grupos de este tipo sobreviven al incumplimiento de las profecías que motivaron su aparición. Sin embargo, las razones son mucho más complicadas que las apuntadas por Festinger y los suyos.

Siguiendo a Dawson, la proselitización es sólo uno de los tipos posibles de estrategias adaptativas para gestionar los fiascos proféticos. De acuerdo con la revisión bibliográfica que presenta en su artículo, únicamente cuatro de los trece grupos estudiados utilizaron esta estrategia para compensar la decepción y el desencanto causado por el incumplimiento predictivo. Dawson pone el acento en otros dos dispositivos adaptativos: la racionalización y la reafirmación. Y es la racionalización, según el autor, el factor más importante -por encima de la proselitización- en la supervivencia del grupo en los momentos postproféticos.

Este dispositivo de racionalización puede diferenciarse, de acuerdo con varios autores, en cuatro tipos.

En primer lugar, la espiritualización, de acuerdo con la cual lo que se suponía que iba a ser un acontecimiento profético externo, visible y verificable se reinterpreta como un acontecimiento que sólo ha tenido lugar en el nivel espiritual.

La segunda variante racionalizadora es el test o examen de fe. La profecía se interpreta ex post no tanto como el anuncio de un acontecimiento concreto más o menos apocalíptico cuanto como una prueba de la robustez de la fe y las creencias de los acólitos de la secta religiosa.

El tercer tipo de racionalización atribuye la profecía fallida a simples errores humanos, entendidos éstos como comprensión inadecuada del contenido de la profecía, cálculo erróneo o inadecuación moral de los acólitos.

La cuarta variante de la racionalización es la culpabilización de los otros =sean éstos seres naturales o sobrenaturales o bien fuerzas impersonales=, aunque se trata de un recurso relativamente raro en este contexto.

La tercera estrategia adaptativa considerada es la reafirmación, un recurso utilizado por casi todos los grupos investigados para afrontar la disonancia producida por el desencanto profético. Frente a la amenaza de disolución del grupo, muchos movimientos parecen reaccionar por medio de una especie de introspección estructural y doctrinal orientada a reinterpretar en modo robusto la identidad del grupo y a considerar la decepción profética como un rito de paso.

Estas estrategias adaptativas deben entenderse en el contexto de ciertas condiciones que las hacen más o menos viables. Se trata de condicionantes sociales, organizacionales, doctrinales e incluso carismáticos. 
Aquí sólo los vamos a mencionar.

El nivel de cohesión y apoyo social mutuo dentro del propio grupo =incluyendo la existencia de líneas de comunicación bien definidas en comunidades geográficamente dispersas=.
El papel desempeñado por el líder o conductor del grupo =la capacidad de respuesta y de coordinación y la intensidad del carisma=.
El alcance y la sofisticación del sistema ideológico del grupo =un conjunto amplio de creencias que encuadren una visión del mundo comprehensiva con un sentido de misión y de identidad colectiva, es decir, un continuo de creencias significativas y actividades llenas de significado y capaces de contener estructuralmente contradicciones=.

La propia naturaleza de la profecía y el tipo de acciones que la profecía debe desencadenar =por ejemplo, formulaciones ambiguas o actividades preparatorias no demasiado exigentes ni radicales=.
La importancia asignada a los rituales en el armazón de la experiencia profética =a traves de los cuales se articulan actos simbólicos como la expiación de viejos pecados, la purificación de los creyentes o la creación de estados alterados de conciencia y de éxtasis=.
Una serie de factores organizativos =como el grado de estructuración formal del grupo=, factores que, afirma Dawson, han sido poco estudiados hasta la fecha.

La disonancia ocasionada por los incumplimientos proféticos forma parte de una realidad más amplia que impregna la vida de este tipo de grupos religiosos. Se trata de la gestión rutinaria de las contradicciones doctrinales que estas organizaciones se ven obligadas a llevar a cabo a la vista de la gran cantidad de información disponible y accesible hoy en día, información que resulta inconsistente con las convicciones religiosas de sus acólitos. Son, en definitiva, dispositivos no extraordinarios de neutralización de la disonancia.

En definitiva, y tal y como parece concluir Dawson, los creyentes pueden soportar la presión cognitiva de acontecimientos contraconfirmatorios no tanto por la eficacia de las estrategias de reducción de la disonancia =que se han enumerado más arriba= sino por el simple hecho de que las evidencias contradictorias permanecen, sencillamente, ignoradas y no reconocidas, en contra de lo afirmado por Festinger y sus colaboradores.



-Nuestro sociólogo más fértil, a juzgar por su cosecha anual de publicaciones, acaba de obtener el último Premio Jovellanos con este sucinto informe sobre el fracaso de las predicciones en torno al cambio de milenio. Y lo hace desde un saludable escepticismo, que busca poner de relieve el considerable incumplimiento por defecto o exceso de casi todas las proyecciones de futuro que se habían venido anunciando. 

Pues no sólo fracasaron las grandes profecías imaginadas por la ciencia ficción, con sus ingenuas expectativas de progreso y desarrollo técnico indefinido, sino que además tampoco hubo nadie que acertase a pronosticar hechos tan significativos como la caída del muro de Berlín o la generalización de los ordenadores personales.

Entonces, si los profetas suelen fracasar, 
¿por qué se les escucha? 
Amando de Miguel lo explica por la necesidad de domesticar el futuro haciéndolo previsible para anticiparse a él, pues sólo así se logra reducir la incertidumbre adquiriendo confianza y seguridad. 
Pero aquí surge la paradoja, según nuestro autor, pues lo previsible resulta rutinario, aburrido y poco emocionante, por lo que sólo el fracaso de las profecías devuelve a la realidad su aventurado carácter de caja llena de imprevistas sorpresas ocultas. 
Es la famosa serendipity, concepto acuñado por Walpole e introducido en la sociología por Robert Merton, que designa los hallazgos encontrados por sorpresa cuando lo que se esperaba descubrir eran otras cosas completamente distintas.

¿Y por qué fracasan las profecías? 
De Miguel culpa a los propios profetas, cuya ignorancia, vanidad o interés gremial sesga su percepción, cayendo en errores redundantes que les hacen deformar la realidad. 
Aquí también se podría recurrir a la teoría mertoniana de las profecías que se autocumplen o autorrefutan a sí mismas, una vez que se hacen públicas.

Gilgamesh***

Fuentes;
-filosofiaenlared
-papelenblanco
-revistadelibros