* Juan Garcia Atienza; el velo artificial de la consciencia *

Crisis de Conciencia
**Nadie podrá decir si se trata de un descubrimiento o de un re-descubrimiento. Lo digo convencido de que una serie de elementos simbólicos de la tradición ocultista y mágica y restos arqueológicos procedentes de culturas remotas pueden hacer pensar en la posibilidad de que alguna cultura perdida más allá de lo que llamamos prehistoria poseyera el secreto, con otros muchos, del código genético que viene a ser el factor físico-molecular o biológico, si queremos, de la evolución. No se trata ahora, sin embargo, de ahondar en la eventual sabiduría arcaica del hombre. Demos provisionalmente por bueno =es un decir= el avance espectacular de la ciencia actual y limitémonos a admitir que ya hoy puede hablarse, sin que se trate de un relato de fantasía futurista, de que el científico o las fuerzas que sepan manejarlo convenientemente, está en condiciones de intervenir en los procesos elementales que gobiernan la vida: la «mente» e incluso, posiblemente, el «espíritu» de las células. Lean ustedes los trabajos del premio nobel Korana si quieren convencerse de lo que podrá hacerse ya en cuanto a modificación de las características biológicas y totales del ser humano. 

Esta eventual e inmediata manipulación, que puede estar en puertas de convertirse en una realidad para intervenir decisivamente en la transformación del individuo, nadie lograría decir en las circunstancias actuales si podrá considerarse un bien o un mal irreversibles para la especie. Lo que sí salta a la vista es que será =si la ciencia lo permite=un definitivo condicionamiento, así como la despedida, también definitiva, de toda esperanza de alcanzar la libertad. Pensemos un poco: Si la ciencia, en busca de las raíces de la vida, llega a ser capaz de modificar la mente, esa modificación únicamente podrá llevarse a cabo según la preferencia o el ideal humano de alguno de los grupos de presión que gobiernan ya el destino del hombre y coartan su libertad. Y si hoy mismo los condicionamientos psíquicos y morales han hecho del ser humano, en la práctica, esclavo de las circunstancias que le rodean =tecnológicas e ideológicas= hay que empezar a asustarse ante la posibilidad de que esa manipulación se lleve a cabo también desde el área biológica.



No he traído a colación esta eventualidad para extenderme sobre ella. La menciono sólo como muestra de un ideal negativo que, llegue o no a llevarse a la práctica, responde, lo mismo que los demás elementos mencionados hasta aquí, a la radical indefensión del hombre frente a las fuerzas =muchas creadas por él mismo, otras venidas de la siguiente realidad= que actúan sobre él y le trazan la senda irremisiblemente vallada de la que le será difícil escapar para alcanzar su libertad y la realización de su auténtico destino evolutivo. En este contexto de dependencia, el ser humano se ahoga, desconfía de su prójimo y de eso que le hicieron llamar cielo =o dioses, o lo que usted quiera= y, lógicamente, también de los principios que le han venido manejando como a un títere colectivo.
El género humano está haciendo crisis por muchos lados a la vez. Crisis de conciencia en los especímenes más relativamente evolucionados; crisis vital, de pura subsistencia inmediata, en las comunidades de ése que llamamos el Tercer Mundo. Hay una desconfianza radical en la improbable mejoría de una situación que se ha hecho irreversible. 

El hombre, en medio de esa crisis, se tiene que apoyar necesariamente en aquello que tenga aires de ideales y esperanzas, aunque tales ideales escondan en sus pliegues mayores sumisiones y más graves esclavitudes. El ser humano ha alcanzado una mayoría de edad sólo tecnológica, que no corresponde a su evolución mental. Por eso sigue sujeto a dependencias y ansía, aunque no se atreva a proclamarlo abiertamente, que algo ajeno =partido político, iglesia, secta o entidad extraterrestre=venga a resolverle, como se le resuelven a un niño, los problemas que él se siente incluso incapaz de plantearse con frialdad y buenas razones. Por su parte, los grupos de presión más fuertes que no son siempre los más conocidos y evidentes, fomentan esa inseguridad, sabiendo que el ser humano acaba siempre por entregarse al más poderoso. Lo más poderoso para el hombre es, sin embargo, aquello que es capaz de atravesar las fronteras de su propia realidad vivencial, aquello que le habla y le somete desde el exterior de su contexto cotidiano. 

Por eso mismo, la presencia constante del fenómeno paranormal aquí y ahora es, en una doble vertiente, causa y efecto de la crisis de la que estamos hablando ahora. La Otra Realidad, materializada y evidenciada en esos fenómenos, hace acto de presencia para situarnos en nuestra estricta dimensión, para que captemos =y no confundamos captar y comprender= que algo por encima de nuestro entendimiento está ahí, con su radical ruptura de todos nuestros esquemas y con el ejercicio de una voluntad caprichosa que tenemos que acatar, porque toda nuestra razón, tan penosamente implantada en las mentes, sería incapaz de explicarlo, entenderlo y combatirlo =si es que admite el combate= en beneficio de nuestra deseada libertad.**

***Clarísimas las palabras de éste hombre que lamento haber conocido tan tarde, es que son esos *tapados* que las editoriales nunca promocionan. Atienza era un visionario ya que esa ciencia que él imaginaba interfiriendo en el razonamiento humano, es una realidad absoluta. El combo empieza a cerrar a la perfección luego de milenios de adecuarse a cada tiempo, primero sometiendo al individuo a través de la fuerza y la amenaza, después con hábiles manipulaciones tentadoras que elevaron el ego del imbécil que creyéndose importante terminó consumiendo para ser cada vez más esclavo del sistema. Se implantaron modelos religiosos modernos, que ya no aburren ni piden largas horas de oración, simplemente al rebaño se le dice que conectando con el rayo galáctico...en perfecta sincronía...su vida será un éxito, pero claro..no es aburrido.. pero costoso. *Son...100 pesitos nada más*, y los más humildes dicen..*Deme lo que usted considere, no hay problema...*, y hay quienes dejan una moneda, otros una gallina, pero otros dejan miles de pesitos...Se ha instituído una especie de Pymes de la salvación y la cura rápida a todos los males por una módica suma que en definitiva, nada cuesta poner si uno consigue lo que no puede conseguir, gracias al kiosco de la sanación, donde no se cobra entrada, pero al entrar, las estanterías están llenas de frascos con brebajes sabiamente confeccionados con medicina alternativa que está *bendecida* por los *doctores de la ciencia milenaria*.

Luego, mientras el kioskero de los brebajes entretiene a la clake, otros que son mucho más sofisticados e instruídos, están sentados frente a sendos paneles de computadores donde apretando un botón las ondas elf son bombardeadas para que alguien que era un santo, termine siendo un homicida. Ese es el miedo lógico de Atienza, no los santones que se hacen besar la mano, sino quienes son capaces de administrarnos en una comida, las sustancias necesarias para alterar nuestra consciencia de manera química, silenciosa e imperceptible. El resto ya lo conocemos, los medios de comunicación que entregan sus nalgas a 45º en posición de penetración voluntaria al servicio del dinero, y si tienen que lavar los cerebros con lo que sea, pues lo hacen. Estamos siendo bombardeados todo el tiempo por misiles invisibles que no percibimos pero que entran perfectamente lubricados para que el dolor no nos despierte. El sistema necesita ignorantes, y muy contrario a lo que la pópuli cree, los ignorantes no son solamente quienes no han tenido la posibilidad de educarse, no..., hay ignorantes con título habilitante, generalmente los que se han creído pertenecer a un estrato superior de la sociedad, pero que finalmente son tan manipulables como el resto. Las sectas por ejemplo, no se destacan por congregar a personas de baja condición social, por el contrario, reclutan a profesionales y a gentes que buscan la salida a sus vidas vacías fruto de sentirse superiores en un mundo inferior. 

Profuso negocio que a unos sirve por su insaciable codicia y sed de trascender dentro de su mediocridad, y a otros =los que mueven los hilos= obedeciendo las órdenes que vienen desde más arriba.
Es difícil salir indemnes de semejante radiación invisible, que afecta la razón y el corazón. Leyendo las estadísticas de homicidios, violaciones, delitos comunes, siempre habita el mismo patrón...la falta de perceptibilidad de la realidad. Y es precisamente que la siniestra máquina de confundir hace muy bien el trabajo, ya que para quitar al individuo de la realidad hay una muy variada gama de drogas que no son químicas solamente, si no mentales. Esa otra realidad que se limita en una frontera invisible es solamente accesible por el factor X, es decir que no se induce ni se logra con alguna llave pretendidamente sabia, la otra realidad se manifiesta en el momento menos esperado sorpresivamente y sin previo aviso. El grave problema es cuando algunos vendedores de ficción dicen poder llevar al cliente al otro lado para demostrarles el poder que todo lo otorga, previo pago claro está, de un dinero que solamente es para que la energía *no deje de fluir*. 

Me contaba un amigo sacerdote, que ésta clase de personas que trabajan para la oscuridad realmente no son conscientes de lo que les espera, porque sólo confían en que su habilidad para el engaño es tan majestuosa desde su ego que un día se retirarán a disfrutar de las mieles del dinero mal habido a costas de la necesidad ajena, sin embargo, suelen padecer enfermedades inesperadas y tortuosas que no sólo les postran vivos si no que condenan a sus familiares, embolias que dejan al individuo en estado vegetativo, parálisis y pérdida del habla, diabetes que carcomen sus extremidades al punto de no poder si quiera pararse sobre sus pies engangrenados. A la vista del vulgo ellos lucen rozagantes y altivos hasta que un día inesperadamente son despojos humanos que se retuercen en vida. 

Definitivamente nos hacen daño las energías preconcebidas para manipularnos, es una lucha sin cuartel que recibe disparos desde muchos ángulos pero que finalmente se libra en silencio y en ese silencio tiene mucho que ver la negación interior, la revulsión que no siempre se adquiere con el conocimiento, es una especie de anticuerpo innato que mora dentro nuestro y que se manifiesta como re-aseguro de nuestra subsistencia, el escudo invisible en nuestro ADN que se activa en la medida de que seamos capaces de salir de ésta burbuja tan bien inflada y montada, pero no indestructible.
Gilgamesh***