martes, 30 de septiembre de 2014

* Tras las huellas del Mínimo de Maunder; investigación. *

***Hermosa noche para todos los amigos y respetados lectores.

A veces no sé para qué hago públicos mis anhelos si al final...terminan siendo como una especie de responsabilidad que no tengo obligación de hacer realidad, pero bueno...

Hoy les decía que me encantaría tener el tiempo suficiente para investigar sobre los hechos históricos mientras se ejecutaba aquél famoso período del clima espacial llamado *Mínimo de Maunder*.
Y me pasó lo que me pasa siempre cada vez que emito un deseo...me embarco y la marea me lleva..
No sé si la nave en la cual me he arriesgado a confiar llegará a buen puerto, pero al menos la intención es lo que vale.

Vamos a tratar de situarnos en aquél período de nuestra historia, en el cual el clima se volvió loco, el Sol se fué a dormir, y los rayos cósmicos tallaron en la Tierra las condiciones para un cambio, un cambio que aún no podemos siquiera imaginar para éstos tiempos.
Investigando, caí en un estudio excelente del hermano cubano Angel Alberto González Coroas;



-Licenciado en Física y Astronomía.
-Meteorólogo del Radar en la provincia de Camagüey, CUBA.
-Encargado de la Heliofísica en el Grup D’ Astronomía del Casal Alianca de Mataró y la Agrupación Astronómica Albireo.
-Miembro de honor de la Sociedad Astronómica de Zaragoza

El amigo Angel hace un estudio importante, largo y jugoso que les recomiendo leer completo en español.
Para ésta noche voy a rescatar lo que a mi criterio es fundamental para saber adónde estamos parados...
Sabemos que el bombardeo noticioso científico es grande, que si el Sol entró en letargo, que si el Sol aún tiene más para dar, y bla, bla, bla.
Después de leer el estudio completo me quedé con una parte pequeña pero que es un indicador fundamental para poder advertir en qué momento nos encontramos si es que ese Mínimo de Maunder se pudiera repetir.



-Se ha comprobado que la actividad solar ejerce influencia sobre el clima en nuestro planeta, numerosas investigaciones demuestran que durante los períodos de mínima actividad solar tiene lugar un *enfriamiento* terrestre, frente a un *calentamiento* en los años de mayor actividad. En el período comprendido entre 1645 y 1717 se produjo una pequeña Edad de Hielo en todo el planeta y los glaciares avanzaron peligrosamente. En Europa tuvieron lugar inviernos extremadamente crudos y veranos con bajas temperaturas que afectaron nuestro planeta. Cundo se analiza ¿cómo fue la temperatura en nuestro planeta en el período del Mínimo de Maunder?.

Se llega a la conclusión con el análisis de las publicaciones de aquellos años que hubo un enfriamiento tan grande, que nuestro planeta se enfrió más de un grado Celsius de media, el norte de Europa sufrió especialmente el aumento de sus glaciares y la longitud del invierno, llegándose a realizar cuadros y grabados =a falta de fotografía= por los pintores de la propia época o posteriores, para que quedara constancia de este fenómeno tan anormal. Por ejemplo, el río Támesis, que atraviesa Londres capital de Inglaterra, llegó a congelarse en tal magnitud, que según las crónicas podía cruzarse con los autos de la época o incluso celebrar ferias y fiestas sobre su superficie completamente congelada. Según los registros, al menos en Europa, tuvo lugar un enfriamiento tan elevado, que confirma la casi inexistencia de actividad solar durante el Mínimo de Maunder.

Así empezamos a ver las consecuencias de éste inusual período.
Pero el informe nos da una pista interesante;



-Una forma indirecta de comprobar la probable presencia o ausencia de signos de actividad solar, consiste en la consulta de los datos de auroras polares registradas, ya que la frecuencia de dichos fenómenos en la Tierra está estrechamente relacionado con la actividad solar. Cuando el Sol se muestra activo, no sólo se observan las manchas en abundancia si no que se incrementan también las fáculas, fulguraciones de partículas cargadas de elevada energía que al arribar a la Tierra son desviadas por nuestro campo magnético hacia los polos, en cuyas cercanías impactan en las altas capas de la atmósfera. La consecuente ionización de estas capas da lugar a las auroras boreales o australes en dependencia del hemisferio terrestre en que se observen. 

La formación de las auroras polares está relacionada con la actividad solar, tanto en el número de ellas como en su aspecto =tamaño e intensidad luminosa=; por lo que durante el Mínimo de Maunder y debido a la poca actividad solar, tuvo que haber también una casi nula formación de auroras o al menos las que se formaron de poca intensidad. Cuando John A. Eddy, consultó los archivos correspondientes al intervalo de tiempo de aproximadamente 70 años, que Maunder consideraba sin actividad, comprobó que apenas se habían observado auroras polares, a pesar de ser un fenómeno mucho más fácil de ver que las manchas solares, por no necesitar de telescopio ni de filtros y porque, además, por su espectacularidad cada vez que sucede queda reflejado en alguna que otra crónica. Los registros históricos de auroras polares =o más bien, su falta= corroboran la existencia del Mínimo de Maunder. 

En las condiciones actuales, deberían verse entre 500 y 1000 auroras polares desde áreas pobladas de Europa en un período de 70 años y, sin embargo, entre 1645 y 1717 casi no hay ningún registro; durante 37 años seguidos no hay ninguno. Las auroras registradas crecieron rápidamente en 1550, se interrumpieron en el mínimo y luego saltaron en un factor 20 después de 1716. Tampoco se observo ninguna a simple vista durante el mismo período.



Hasta aquí el informe de Coroas que volveremos a retomar en otra oportunidad.
Ausencia absoluta de auroras...un indicio que nos permite comprobar que no estamos para nada..en un momento similar a Maunder. Sin embargo...ojo..., la previa al Mínimo de Maunder traía mucha actividad auroral y eso es lo que estamos presenciando hoy, auroras abundantes en los polos.
Por eso, arriesgarse a decir que estamos entrando en una era de hielo inminente o nuevo Mínimo de Maunder es apresurado.

Y les digo más, en otros extensos artículos que he leído hoy =y que publicaré en sucesivas entregas= otra previa al Mínimo de Maunder fueron los extremos climáticos...¿les suena?..sí, estamos siendo testigos de extremos climáticos. Pero ya ven en el informe que los indicios comenzaron unos 100 años antes...por eso, no preparen la leña todavía, ni compren gruesas camperas, tal vez nos falten décadas de tener que aguantar éstos extremos climáticos donde el Sol seguirá siendo el regulador, y lo que venga después pues...lo seguiremos analizando, quizás muchos ya no estemos aquí y lo bueno es lo que le dejemos a los que sigan.



Gilgamesh***
Fuente;
-obsolar

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