miércoles, 1 de octubre de 2014

* Tras las huellas del Mínimo de Maunder; parte 2 *

***Excelente primera noche de Octubre para todos.

A principios de 1709, una gran oleada de frío recorre toda Europa desde los confines de Rusia hasta Francia y las Islas Británicas y desde Escandinavia hasta Italia y España, de Norte a Sur y de Este a Oeste, como si de repente el viejo continente volviera a su olvidada era glaciar... ¿cuáles fueron los detonantes de ese repentino cambio climático?
Aún hoy, los científicos tratan de encontrar una explicación adecuada al fenómeno que costo millones de vidas, y barajan varias hipótesis. La gran helada surgió sin previo aviso, sorprendiendo a todos los europeos de principios del siglo XVIII, la noche del 5 al 6 de enero, día de Reyes. Para nuestros antepasados, que sintieron el helado aliento de la muerte en sus cogotes, aquello pareció ser un momento apocalíptico; el fin del mundo... En cuestión de pocas horas, los termómetros de París caían de los 10ºc. a -30ºc.
Durante el período de 1645-1715, el Sol entró en una fase de actividad menor conocida hoy como el Mínimo de Maunder y en el curso del cual varios ciclos de 11 años han sido observados con pocas o una ausencia de manchas solares. Ciertos modelos de radiación solar sugieren que el influjo del astro rey recibido por la Tierra disminuyó durante ese período y que este cambio podría explicar las bajas temperaturas registradas en Europa durante la Pequeña Era Glaciar.



El período del Mínimo de Maunder se sitúa en medio de la Pequeña Edad Glaciar =PEG de 1300 a 1860=, que ha sido señalado por todos los historiadores como un período particularmente letal para el hombre, de fríos intensos, malas cosechas y su macabro séquito; la hambruna.
Durante la PEG, el Támesis a su paso por Londres se congeló 24 veces, y de entre éstas 8 veces durante el Mínimo de Maunder =1645-1715=. Anotemos que desde 1814, el río Támesis dejó de helarse, lo que para algunos probaría que el recalentamiento habría comenzado mucho antes de que la industrialización moderna y masiva ejerciera supuestamente sus nefastos efectos sobre el clima.
Un ejemplo; durante la estación invernal de 1739-1740, el Támesis se heló durante dos meses seguidos, al igual que en el invierno de 1683-1684. Se midieron entonces unos 28 cms. de grosor de hielo en su tramo por Londres. En la ciudad de Manchester, el suelo se congeló hasta llegar a una profundidad de 70 cms. El Canal de La Mancha llegó a helarse de tal forma entre los puertos de Calais y Dover, que se podía hacer a pie, a caballo o en trineo el trayecto de costa a costa.
Las consecuencias de este enfríamiento fueron terribles para la población, sobre todo para los más humildes.



Hago un alto en el interesante relato para tomar la parte en la cual se cita que *desde 1814 el Támesis dejó de helarse*. Gran razón para derribar por completo la mentira del cambio climático por culpa del hombre, ya que, como cita el relato, la era de la industrialización no existía...eran Ciclos del clima espacial. Continuamos;

-1661-1662; Una hambruna pura =sin fenómenos agravantes como la guerra o una epidemia=, fruto de una primavera y un verano *podridos*, causarán tan solo en Francia 500.000 muertos.
-1693-1697; Baile fúnebre en el triángulo Francia-Finlandia-Escocia. Francia padece lo indecible entre 1693-94; revueltas por escasez de pan en París; campesinos errantes en los caminos y movilizados por la hambruna. Se encuentran cadáveres por doquier, con las bocas llenas de hierbas y raíces. El balance es terrible; 1.300.000 muertos sobre una población de 20 millones.
Finlandia y Escocia sufren las mismas consecuencias en 1695-97; el 30% de la población de Finlandia es exterminada; las cifras señalan a 160.000 muertos por desnutrición. En Escocia, el balance es menor; un 10% de sus habitantes cifrado en 100.000 víctimas.
-1708-1709; El Gran Invierno con sus siete oleadas de un frío intenso. La gran hambruna de 1709, fruto de las heladas del 5 y 6 de enero que también se ha llevado por delante a muchas víctimas, causa 600.000 muertos, lo que supone un 3% de la población francesa de la época.
Limitándonos a contabilizar los muertos franceses, y solamente en el curso de estos tres episodios, la cifra de víctimas mortales llega casi a los 2 millones y medio =2.400,000=; eso supone más del 10% de la población gala.



La Gran Helada o el Gran Invierno, como así lo bautizaron los británicos y franceses respectivamente, cayó sobre todo el Viejo Continente la noche de Reyes =5 al 6 de enero de 1709=, pillando desprevenido a todas las poblaciones. En otras partes del mundo, y en el año anterior, se registraron grandes y espectaculares erupciones volcánicas en Asia y Europa; los volcanes de Santorini =Grecia= y del Vesubio =Nápoles=, asi como el Monte Fuji =Japón= enviaron a grandes alturas de la atmósfera terrestre enormes y densas nubes de polvo y ceniza, formando un lúgubre velo sobre el continente europeo =1707-1708= e incidiendo, solo en parte, en el efecto invernadero aunque, contrariamente a lo esperado, la climatología empezó a enloquecer.

De Escandinavia a Italia y de Rusia a Gran Bretaña, todo se convirtió en hielo. Las costas Atlánticas se congelaron mar adentro, mientras que en las costas mediterráneas y del Adriático se helaron grandes zonas. El mar Báltico no fue menos; se podía cruzar a pie o a caballo, yendo de Dinamarca a Suecia o Noruega y viceversa... Tierra adentro, lagos, ríos y fuentes se petrificaron literalmente, igual que el suelo hasta una profundidad de un metro e incluso más. Los canales y lagunas de Venecia se habían solidificado igual que en Amsterdam, de modo que se podía transitar por ellos deslizándose con patines. En Suiza, los lobos tomaron las calles de pueblos y ciudades en busca de comida. En el Adriático, los barcos de guerra y comerciales quedaron aprisionados en el hielo, y sus ocupantes, bloqueados, perecieron. En todas partes, el ganado murió de frío, igual que aves, venados y peces, y las gentes de cualquier condición perecieron de hipotermia.



En Roma y en varios puntos de la península itálica, asi como en Alemania, se declara una grave epidemia de gripe que afecta sobre todo a las clases trabajadoras y humildes y en menor medida a las clases acomodadas. Tan solo en Roma morirían de gripe más de 2.000 personas. La epidemia no tarda en convertirse en pandemia; la gripe afectará a franceses, saboyanos, suizos, austríacos y alemanes, hasta llegar a los ingleses y españoles, muriendo a millares.
Para ensombrecer aún más el panorama, en Hungría estalla un brote de peste.

Bueno...así fué como el Sol y su letargo permitió a la radiación cósmica reinar sobre la Tierra produciendo erupciones volcánicas y enfriamiento lógico, el resto ya lo han leído.
El panorama hoy, dista mucho de aquello, sin embargo estamos buscando señales, y para hallarlas no nos queda otra que hacer lo que hacemos, involucrarnos, leer, estudiar si podemos, y estar atentos, quizás nuestras crónicas actuales sean como las que nos dejaron en aquella época, útiles no para ellos, sino para quienes les sucedimos.
Gentileza que refuerza la solidaridad de conocimiento sin egoísmos, mérito de RETRATOS DE LA HISTORIA de donde he tomado ésta información que comparto con ustedes.

Gilgamesh***

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