Hacía tiempo que no dedicaba jornadas completas a andar por el centro de la ciudad tal como me ha tocado ésta semana por cuestiones de trámites personales.
Es que evito el centro, las mareas humanas y el nerviosismo típico de una gran urbe como ésta me generan un gasto de energía vital que ..ni les cuento.
He quedado de cama como decimos aquí, terminé *molido* como si hubiero hombreado bolsas en el puerto.
Desconozco si ésto tendrá que ver o no con las tormentas geomagnéticas, pero sí compruebo que las conglomeraciones humanas masivas ejercen oleadas de energía que pueden resultar muy densas.
El hecho de vivir alejado del centro y de no ir muy seguido a zambullirme en ese caos es la gran diferencia entre sentirme bien o sentirme mal.
Escenas de conato, discusiones entre peatones, insultos y agresiones entre los automovilistas, el ruido, el calor que se retroalimenta en un paisaje forrado de cemento, y la forma en que la gente se expresa, fueron suficiente para ésta semana, que lamentablemente deberá continuar la próxima, hasta que por fin culmine ésta excursión forzada por la inevitable burocracia que no entiende de descentralización urbana.
Por fin a la noche, me fuí a dormir y parecía que estaba muerto, es más...necesitaba cerrar mi circuito.
Dormí como un angelito y cuando me desperté hoy, creyendo que eran las 06:30, en realidad eran..las 10:30 de la mañana...je.
Si las esferas espaciales giran como lo hacen los planetas y estrellas y generan energía, ¿cómo no habríamos de hacerlo también las personas?.
Por algo los Derviches Sufíes entraban en trance girando alocadamente, por algo se da la vuelta alrededor de la Kaaba en la Meca, el problema del movimiento de las mareas humanas en las grandes urbes multipobladas es que su movimiento obedece al caos y cuando nos movemos de una forma tan caótica, las energías emanadas y absorbidas no son de las mejores.
Mareas.., el eclipse de hoy finalmente no provocó ninguna caída en las redes eléctricas fotovoltaicas, tal como se temía en parte de Europa, especialmente Alemania, pero al parecer en algunas zonas los efectos sí serán de otro tipo;
-Ocurre aproximadamente cada 18 años, cuando la Tierra, la Luna y el Sol se alinean de una forma casi perfecta. El mar sube de manera excepcional, tanto que este fenómeno ha pasado a llamarse la *marea del siglo*. Y será, precisamente, este sábado, 21 de marzo, tras el eclipse solar, cuando se produzca por primera vez en este milenio. La marea del siglo se hará notar en toda la costa del Atlántico y la del Pacífico. La bahía de Fundy, en Canadá, tendrá el honor de protagonizar la marea más viva del planeta: el mar subirá 17 metros. También será reseñable la que se producirá en la Normandía francesa, más concretamente en la zona del Mont Saint-Michel, famoso por sus grandes mareas.
Aunque no de manera tan espectacular, las mareas vivas dejarán imágenes insólitas también en la costa vasca. Tal como ocurrió en febrero, la bajamar, que tendrá lugar a las 10:59 horas, se situará en los 0,01 metros y dejará a descubierto las profundidades marinas. La pleamar subirá hasta alcanzar los 5,06 metros. La de esta sábado será la primera marea del siglo de este milenio. La última tuvo lugar el 10 de marzo de 1997 y habrá que esperar hasta el 3 de marzo de 2033 para observar nuevamente este fenómeno.
Vean si la energía de las esferas no es fenomenal, ¿no?..
¿Y de nuestra estrella qué hay?
Muy poco, el Sol se ha puesto a descansar y la mancha 2297 ya en retirada, nos ha dejado hoy un evento C 7.9;
Pequeño latigazo de plasma que al parecer se ha ido lejos del destino Tierra;
Las condiciones de perturbación geomagnética ya no obedecen a los bombazos soltados por 2297, es la co-rotación que fluye desde los agujeros coronales, causantes de importantes velocidades en el viento solar;
¿Cuánta injerencia tendrá todo lo que *entra* a la Tierra desde el espacio exterior?;
-La tierra es un lugar sucio, y no estamos recibiendo mucha ayuda desde el espacio. Todos los días, el polvo de meteoritos, cometas y otras piezas de 4.600 millones de años de edad de nuestro sistema solar, caen en la atmósfera de la tierra. Este polvo meteórico es increíblemente pequeño, algo así como partículas de humo. Pero hay un montón de él. Hasta ahora, los científicos no saben qué cantidad de este polvo cósmico ha estado cayendo en la Tierra. Los investigadores supusieron que entre 0,4 y 110 toneladas de materia estelar entran en nuestra atmósfera todos los días, que es una gama bastante amplia. Sin embargo, un estudio reciente tomó una mirada más cercana a los niveles de sodio y hierro en la atmósfera mediante Doppler Lidar , un instrumento que puede medir los cambios en la composición de la atmósfera.
Debido a la cantidad de sodio en la atmósfera que es proporcional a la cantidad de polvo cósmico, los investigadores se dieron cuenta de que la cantidad real de polvo que cae a la tierra está en la línea de 60 toneladas por día.
El polvo que cae a la tierra puede ser sorprendentemente útil para el medio ambiente, no sólo ayudando a construir nubes en la atmósfera, sino que también ayuda a fertilizar el plancton en la Antártida.
Qué pena, éste post seguía, era más largo pero se cortó la energía eléctrica y regresó ahora...así que lo doy por concluído para no retrasar más la publicación...ni mi última salida forzosa a la jungla de cemento.
Bendita energía...jeje..
Gilgamesh***
Fuentes;
-eitb
-popsci
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