sábado, 2 de mayo de 2015

* Gnosis aplicada-siglo 21 *

***Hacía tiempo que no iba a internarme en la jungla de cemento del centro de mi ciudad.
De vez en cuando es un ejercicio necesario para no perder la visión completa de una realidad conjunta.
Desde el piso 6 donde me encontraba miraba por la ventana a un edificio en construcción en la vereda de enfrente.
Cuatro operarios de la construcción preparando encofrados, pero dos de ellos hablando por celular..
Fué una imágen tan contundente que, si me quedaba alguna duda, pues ya no.

Miré hacia abajo, la cantidad de gente yendo de aquí para allá como si fuera un hormiguero desorganizado, y la mayoría..hablando con el portátil aparatejo.
Gente muy nerviosa, el tránsito alocado, conductores gritándose cosas por cuestiones viales, autos y más autos.
La actividad económica a pleno, los negocios abarrotados y un motor invisible activo, el de la masa consumidora.



Hablamos de Capitalismo, los hay de distinta índole. El Capitalismo en éste país intenta ser más benévolo desde el Gobierno actual, sin embargo no deja de ser Capitalismo. En los países donde gobiernan las derechas el capitalismo es de máxima exclusión, impiadoso, autoritario, censor, represivo.
Donde el Capitalismo intenta ser más light, se forma una especie de híbrido, una mezcla de Capitalismo igualitario. Cuando el Capitalismo duro beneficia pura y exclusivamente a las clases sociales altas, los beneficios son para unos pocos, es altamente probable que las clases bajas no sepan jamás lo que es ir a un club, no vacacionen, haya menos tráfico porque menos, pueden tener coche o motocicletas, las ventas caen por la falta de consumo, los comercios más grandes se comen a los más pequeños, la pequeña y mediana empresa quiebra, incluso hay más inseguridad, pero no se nota porque hay garrote estatal y matar a un ladrón se vuelve un aplauso y una condecoración. La gente baja de nivel, si antes tenía poco ya no tiene nada, obviamente hablando en un aspecto adquisitivo material.



El Capitalismo light por su parte, sigue favoreciendo a las clases altas pero les quita un poco más que antes y lo reparte a las clases más bajas.
El sistema se sostiene por el consumo, ya que ahora los que estaban abajo pueden tener su coche, su motocicleta, vacacionar y consumir.
Algunas personas que estaban abajo y suben un poco no se sienten ya satisfechas y quieren seguir subiendo, ante lo cual se provoca una especie de competencia entre las clases bajas a ver quién logró ascender, mientras que las clases altas no soportan ver el ascenso de la señora que le limpiaba la casa, o el señor que les cortaba el césped del jardín. 

Esa clase alta no quiere ver a la clase baja progresar y es que la necesita abajo porque sino ¿quién hace el trabajo sucio?.
Los trabajadores tienen sus gremios que les defienden, los salarios se elevan, hay inflación y los precios suben, pero suben los salarios por la fuerza gremial y las leyes de protección laboral, no suben porque *la patronal pague con gusto*, son los primeros en quejarse cuando un trabajador les da el presupuesto por un trabajo o el porcentaje de adecuación a la inflación.



En ese panorama, finalmente todos consumen, no es casual que las calles queden chicas ante el incremento del parque automotor, no es que la tasa de natalidad aumentó, no, aumentó el consumo porque antes los de abajo no consumían y ahora sí que consumen. Le molesta a la clase alta =por ejemplo=cuando vacaciona y ve que las playas se han llenado de...*gente baja* y es normal, ese no es el país que ellos quieren...Hay una generación aquí, que nació en Democracia, y que no ha padecido asoladas militares ni gobiernos de facto, ni convulsiones civiles, ni sabe lo que fué el neoliberalismo voraz de los 90, ni el caos que a muchos nos tocó vivir..

Cuando no se tiene experiencia de haber vivido bajo esas condiciones todo lo que hoy tienen les parece normal, y hasta poco...diría, gran razón para que se vuelvan entonces más exigentes. Eso no está mal, al contrario, la ciudadanía debe exigir más eficiencia a los gobernantes. Si más gente consume más gente entretenida en trabajar y ganar para comprar y comprar, pero sigue existiendo una capa baja que siempre estuvo en el abajo de los abajos. Ellos son atendidos por el Estado y se les asiste con planes sociales y ayudas para que pasen el mal momento y tengan oportunidades de progresar, pero el progreso de quienes no han tenido absolutamente nada no es de efecto inmediato.



En esa larga espera de inversión de tiempo, miran hacia arriba y ven lo que la clase inmediata tiene y ellos no, saben que para lograr ese ascenso no alcanzará con lo poco que tienen, gran razón para tentarse a delinquir, bombardeados por el consumismo fomentado desde los medios de comunicación y por la postal consumista que ven a diario en las calles. Más inseguridad se provoca, incluso dentro de las clases altas la tentación a corromperse es mayor ya que si antes se hacía negocio sólo con los ricos ahora se hace también con los pobres que han ascendido un escalón, pueden comprar lo que ellos tienen para vender, por ejemplo, los estupefacientes, el alcohol, el sexo rentado, etc.
Sólo consume quien tiene dinero para pagar o quien delinque para poder consumir, incluso el delito parece formar parte del negocio capitalista ya que, ¿casualmente? crecen las agencias de seguridad, lo comercios de venta de armas y alarmas, de perros bravos, de vigiladores particulares, y los herreros.. de parabienes instalando rejas por doquier.



Casualidad también...no parece ser que los policías exonerados por corrupción, se dediquen en el destierro ¿a qué? a formar agencias privadas de seguridad, gran combo que cierra a la perfección. Cuando los jueces y los abogados desvían la noble tarea de hacer justicia privilegiando el sucio dinero, las leyes suelen favorecer a los que pueden pagar por seguir delinquiendo desde abajo, o robando con guante blanco desde arriba.
Conclusión, cualquier forma de gobierno es inútil cuando realmente pensamos en un estado de gracia colectiva.
¿Se entiende?, es que el problema somos todos, ya que los sistemas de gobierno nos son implementados por marcianos o extraterrestres provenientes de Ganímedes, salen de nosotros mismos. No hay líder ni sistema que garantice un estado de bienestar absoluto, porque para conformar a todos implica igualdad y lamentablemente la igualdad no se tolera por quienes quieren y necesitan estar siempre por encima del resto. La génesis de todo ésto pone perfectamente de manifiesto la Verdad de la Gnosis, porque al fin y al cabo no se puede esperar frutos nobles de un árbol podrido y la podredumbre está hábilmente instalada en nuestro adn.



Por eso no habrá paraíso en la Tierra, excepto que un grupo extermine al resto, y aún así, es altamente probable que ese grupo termine conspirando puertas adentro por asumir el control , tal como nos lo muestra la historia, donde los crímenes palaciegos dentro de la nobleza eran moneda corriente.
¿Cómo no va a ser aburrida la Gnosis?, no te dá ninguna promesa, ningún apocalipsis, no hay atajos más que adecuarte a convivir dentro de ésta burbuja perversa.
Y si creés en que luego de ésta vida hay otra mejor, tenés que prepararte, y prepararte no es fácil..., no lo es digo, para la gran mayoría, que no está dispuesta a dejar de consumir, a dejar de *pertenecer* a un estrato superior a como de lugar. 

Difícil es la Gnosis porque no contagia lo que nadie quiere hacer, y obviamente que una doctrina tan aburrida y difícil de asumir tiende a fracasar. 
Pero la Gnosis fracasa vista desde lo colectivo, y no desde lo inividual, ya que aquellos que logran asimilarla, dejan de padecer de todo lo que éste mundo les hace padecer. Sufriremos más o menos dentro del Capitalismo, del Comunismo, del Liberalismo, desde la Monarquía, desde los gobiernos dictatoriales o democráticos, sufriremos al fin porque cualquier sistema es imperfecto como quienes los gestamos o llevamos a cabo.



La religión tradicional que a todos nos han enseñado es droga para el Espíritu, al menos lo adormece y le promete cosas que no se van a cumplir, es más entretenido y aunque no creamos demasiado por lo menos hace de ésta vida algo más adrenalínico. La Gnosis en cambio, exige abandonar lo material y parece que ese es nuestro gran talón de Aquiles, lo que hace de la Gnosis un remedio amargo para gargantas acostumbradas a lo dulce.
Creo que éstos tiempos son peores que los de la inquisición, el Gnóstico huía y su peor terror era la hoguera, hoy nadie nos persigue para asarnos vivos, pero debemos luchar contra un contrincante invisible o peor aún...que está en todos lados, el consumismo ha atravesado todas las capas sociales, todas las ideologías y vertientes filosóficas. Difícilmente alguien pueda ser Gnóstico si tiene que tener tarjetas de crédito, de débito, cobrar por cajero automático y trabajar 12 horas para ganar lo que luego se transforma en consumir. Cuando la felicidad se construye sólo en el dinero antes que en el amor, confundimos amor con compraventa, y cuando el amor tiene precio, fenece como todo negocio de dos partes cuando una de las dos, ya no se siente redituada.



Felicidades temporales son la norma, y felicidades permanentes son siempre desilusión cuando uno no ha entendido cómo funciona ésto de vivir.
Si uno nace con una pierna menos deberá aceptar que la vida no será como para el resto, que dispone de las dos, a partir de allí hay que lidiar con la falencia, o se derrumba y se muere o se supera y sale adelante, pero es imposible superarse en éste mundo si no lo entendemos, entenderlo es asumir la falla que traemos, no por pecado alguno sino por defecto de orígen y eso es lo que se intenta disimular, no asumir que llevamos un gen difícil de domesticar.

Aplicar la Gnosis en éste tiempo es difícil pero no imposible, en el primer mundo o en el quinto, en todos, el gen perverso sale a flote, pero también disponemos del Conocimiento para eso, precisamente, conocer primero en qué cosa estamos inmersos y tratar de no hundirnos en ésta cruda realidad.
Recetas...., todos piden recetas probadas de gran efectividad pero cuando se da la Gnosis...es como la cucharada de leche de magnesia...
Hete allí que la sustituímos por algo más entretenido, la gente paga para que le den recetas fáciles que suelen ser eficaces en el corto plazo, pero que luego terminan en la ineficacia absoluta.



Compraremos piedras energizadas, consumiremos Flores de Bach, haremos interesantes cursos de autoayuda, iremos a buscar energía a los santuarios, invocaremos a seres que sólo ve el que los vende, pero todo y absolutamente todo..serán parches.
Ser feliz no depende del dinero ni de nada que no sea asumir dónde estamos parados, como primera medida, la vara de nuestras ambiciones será lo que nos produzca más o menos insatisfacción, y ojo que las ambiciones no siempre tienen que ver con el dinero, muchas veces tienen que ver sobre lo que pretendemos de los demás, específicamente cuando no son como nosotros queremos que sean. 

Dichosos quienes aman aunque no se sientan amados, ya no necesitan del otro, se autoabastecen amando, y esperar deja de ser una vara que siempre se estará subiendo un poco más. La única forma de no poder amar queriendo amar, sería que no hubiera otro a quien amar, pero eso sería la soledad absoluta, y es un imposible ya que gente para amar...sobra. El único momento en el cual no hay nadie material o físico para amar es cuando dejamos de existir en ésta realidad, seguramente que allí debemos tomar pura consciencia de que estamos solos con nuestro Espíritu, y que él es nuestra única compañía, yo creo que en ese mano a mano, habrán de llegar los reclamos del Espíritu, ¿me amaste?, ¿me escuchaste?, y será allí cuando habremos de reconocer que hemos amado a cualquier cosa menos a nuestra escencia.



La vida real lamentablemente está ahí, cuando cruzamos el umbral de la puerta de nuestra casa. El mundo es cruel y lo sabemos, si entendemos porqué lo es y cómo funciona, la Gnosis no sólo es un camino para dejar gobernar al Espíritu en cuestiones inmateriales, sino que también es la clave para que ese mundo material cruel no nos amargue ésta corta estadía. ¿Aplicar la Gnosis es entregarse al dolor y a sufrimiento? ¡noo!.
Es la inteligencia de no permitir que el sufrimiento nos vuelva inútiles, para nosotros mismos y para el entorno mismo.

El enemigo a vencer es poderoso, escapa a nuestras posibilidades, a veces se instala dentro de nosotros y nos destroza, por ahí pasa la cuestión, anular al residente primero, y luego contrarrestarlo en el afuera, es decir en el mundo dentro del cual existimos, familiar, social, global.
¿Hay que ser indigente para ser Gnóstico en el siglo 21?, ¡no!.
Si alguien cree que renuncia a lo material yéndose a vivir a una isla desolada o a un coto cerrado, se equivoca.
No hay escape de éste mundo, hay que gambetear a lo Messi, hábilmente esquivar las cosas malas, eludirles, ¡oooleeee! diríamos en el estadio.



Solemos valorar lo que tenemos cuando ya lo hemos perdido, quisiéramos entonces *retroceder el tiempo* pero no se puede.
Clic mental entonces, aprender a quitar de nosotros la ceguera que no nos permite ver los valores y las herramientas con que disponemos, las personas bellas que conocemos, lo poco o mucho que interpretemos tener. Si sólo vemos lo malo y lo negativo lo potenciamos, ¿no es una buena razón para ELEGIR potenciar lo bueno?.

Quiten de su mente sus defectos, potencien sus virtudes, y por favor...no digan que no tienen ninguna ¡todos tenemos aunque sea una!, pero son varias.
Debemos ser sumamente críticos con nosotros mismos, tener la capacidad de reconocer las cosas malas que tenemos no para torturarnos sino para detectarlas y ERRADICARLAS. SUSTITUÍRLAS por las buenas y potenciar a éstas últimas.
No hay nadie en éste mundo que pueda arrojar la primera piedra, por ende, no somos ni mejores ni peores que nadie, lo mejor que podamos tener debe ser una bendita herramienta para nuestro progreso y para aportarlo a los demás.



Nadie se salva solo, vivimos en comunidad, siempre vamos a necesitar *algo*, de *alguien*, y si necesitar es un mal negocio pues hay que tomar, pero mucho más dar, para que el usufructo sea justo para ambas partes, nadie vivirá en la gracia si sólo toma, o si sólo dá. El altruísmo no es *sacrificio*, los sacrificios son el placer de los dioses, dioses que de ninguna manera desean que dejemos de hacer sacrificios...porque se alimentan de ellos, es decir...de nosotros.
Grandes pensadores que llegaron a entender la Gnosis pasaron por un período de insoportable aceptación, a punto tal que terminaron quitándose la vida.

No es esa la manera, aunque la vida de cada quién es patrimonio de cada quién, la Gnosis revela como un terrible cachetazo el porqué de los porqués, no para autoeliminarnos sino para hacer escuela en un mundo hostil, que aunque nos resulte insoportable, ¡es el trampolín para vencerlo y ser libres!.
Éste sistema nos quiere muertos en vida, de brazos caídos, entregados, y su necesidad de someternos es tan grande que no se conforma con que moriremos indefectiblemente un día, nos quiere infelices en vida, zoombies, y más fácilmente quitarnos nuestro poder al cual tanto le temen.



El sistema no le teme demasiado a las revueltas, ya sabe cómo se superan y se sofocan, teme a que le cortemos el hilo con el cual manejan nuestras vidas internas, porque allí es nuestro templo indestructible sobre el cual no tienen absolutamente ningún poder, en la medida que no seamos nosotros mismos quienes dejemos la puerta sin llave...
No buscar la perfección es ahorrarse disgustos, lo cual no implica aceptar todo como está, no, no, no.
Es la pasividad la que agrada al sistema, en cambio la actividad les complica, nuestra actividad significa siempre *hacer* para depurar, no importa si tapamos un agujero y se abre otro, no importa lo que digan las noticias porque siempre intentarán hacernos creer que todo es inútil, en realidad es inútil derrotar colectivamente, pero sí individualmente, y si lo exteriorizamos estaremos contagiando a depurar, haremos grandes zancadillas y ya no una sola individualmente. Seguramente vamos a mejorar, aunque no a solucionar, y aunque parezca poco mejorar, es mucho en un mundo fabricado para impedir.



Y lo más importante es que haciendo, depurando lo que podamos, estamos haciendo gimnasia, como dije una vez.
El músculo la necesita, el organismo se beneficia, ¿cuánto más se beneficia y fortifica un Espíritu que *hace*?, porque haciendo se rebela, le hace difícil la tarea al mal, le *grita*; *ojo....aquí estoy yo y no me entrego*.
Y como el músculo y la gimnasia, el Espíritu que no se entrega y se rebela justamente donde está prisionero y está en desventaja, se ejercita para cuando deba salir de aquí. No tengo dudas que al salir, quienes nos enfrenten esperando que bajemos la cabeza =si la tenemos= no serán capaces ellos...de soportar nuestra mirada.
No existe el guerrero espiritual, el Espíritu no hace la guerra, usa su poder natural para prevalecer, el más poderoso e inteligente componente de toda la Creación.



Gilgamesh***

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