Curioso inicio para mí, que me sorprendió despertándome a las 11 de la mañana..., si bien los domingos salvan o reponen los madrugones semanales del yugo, dormir hasta las 11 me pareció un exceso.
Dentro de la lógica no es *anormal* porque venimos escalando un año que se acerca al final, ese derrotero desde Enero y que a ésta altura a muchos, ya nos tiene agotados.
Y al despertar de semejante cantidad de horas =vaya uno a saber en qué mundos paralelos o no tanto= el flash del recuerdo de haber soñado me mostraba la tabla de sismos de Octubre, y algo que sonaba a misterio, o esas imágenes que no podemos descifrar porque no le encontramos más solución que interpretarlas y las interpretaciones...siempre van a estar muy condicionadas dentro de uno mismo, pero bueno...con condicionamientos o no, creo que algún mensaje me trajeron, uno que presentaré ahora y el otro al final de ésta entrada de Domingo.
Solía hacer racontos mensuales y anuales de la actividad sísmica, hacía rato que no lo hacía y me tomé el laburo de recopilar lo ocurrido en el pasado Octubre.
Mi trabajo dió su fruto;
Octubre 2010
+5º=140
+6º=12
+7=1
TOTAL=153
Octubre 2011
+5º=126
+6º=10
+7=2
TOTAL=138
Octubre 2012
+5º=140
+6º=11
+7=1
TOTAL=152
Octubre 2013
+5º=128
+6º=13
+7=2
TOTAL=143
Octubre 2014
+5º=137
+6º=7
+7=2
TOTAL=146
Octubre 2015
+5º=107
+6º=4
+7=2
TOTAL=113
Octubre 2016
+5º=113
+6º=10
+7=0
TOTAL=123
Octubre 2017
+5º=106
+6º=11
+7=0
TOTAL=117
Octubre 2018
+5º=177
+6º=17
+7=1
TOTAL=195
Conclusión a la vista de los números, Octubre de éste año 2018 ha sido el más intenso o potente de los últimos 10 años..., superó incluso a 2010/11 dos años con mucha actividad, y superó a todos éstos años en cantidad de sismos por encima de los 5º y...sobre los 6º...
Veremos al finalizar el año si el año completo también nos arroja un incremento con respecto los valores totales anuales de esos últimos 10 años.
¿Señal? no lo sé...
Me dejé llevar por la intuición =como casi siempre mezclada con la razón= y decidí poner foco en el Sol.
Mapa sinóptico que el Forecaster Lash dibujó de puño y letra a la vieja usanza de quienes pertenecemos a una generación X que aprendimos a usar algo que hoy está casi en vías de extinción y es usar un lápiz y un papel...
Lash detecta algo que ya ha venido para quedarse y que podría decir que aparece al menos como mínimo una vez por semana, hablo del TKS , el aniquilador de manchas;
Cuando sigo la ruta de mi intuición veo la gráfica +- actualizada de producción, o si se quiere de *ausencia de manchas* en Febo y andamos tan escasos que la data se sale del gráfico;
Eso me lleva a revisar la irradiancia y la *hornalla*, manipulada por alguna mano invisible sigue siendo girada hacia el mínimo, esperando que el servicio de *gas* no se interrumpa por completo;
Dejé al Sol y me di una vuelta por el mundo para ver en el modelo de tiempo real las corrientes y/o ojos del demonio girando sobre sí mismos en algún lugar del globo planetario y hallé uno que parece, se pondrá peligroso;
Por suerte están avisando, y el que avisa no traiciona, dice el dicho;
Me enganché con el clima y mientras caminaba por la ancha avenida de las noticias meteorológicas me quedé mirando ésta vidriera española;
-El frío de los últimos días del mes de octubre no sólo fue extraordinario por lo temprano que se produjo, sino también por lo intenso y prolongado, los días 28, 29 y 30 de octubre de 2018 se sitúan entre los 10 más fríos de la serie en un mes de octubre desde al menos 1950, y sólo el 31 de octubre de 1966 tuvo una temperatura media más baja que los pasados días 29 y 28, que son respectivamente el segundo y tercer día más fríos de octubre.
Y finalmente, buscando al árbol de mi sueño encontré lo que quizás le dejaba un pensamiento filosófico al sueño raro.
Mientras leía la noticia me descubrí con lágrimas en los ojos, seguramente porque adoro el relato poético que siempre debería acompañar a una simple noticia, también por lo que significa el fin de un ciclo, el ciclo de vida de cada cosa, la intervención o no..para sostener una vida que indefectiblemente tiene sellado en su destino su momento final o más bien, su transformación.
-MIGUEL-ANXO MURADO
A los gallegos se nos ha muerto esta semana uno de nuestros vecinos más ancianos: se trata del roble de Quindous, en Cervantes, uno de los árboles más viejos de Galicia, y al que en su pueblo conocían afectuosamente con el nombre de Caroco.
Lo contaba el martes en estas páginas Dolores Cela: la nevada temprana del fin de semana pasado acabó con él. Incapaz de sostener el peso de la nieve en su copa de casi siete metros de diámetro, se partió por la mitad como si lo hubiese hendido el rayo.
Los robles se resisten siempre a dar sus hojas, más que otros árboles, pero el Caroco se debió quedar absorto con el otoño y la nieve le sorprendió todavía vestido con sus hojas del color del albariño, con lo que el peso era aún mayor.
Sucedió todo con nocturnidad, así que los vecinos nada pudieron hacer, más que escuchar por la noche el formidable quejido del roble.
Fue por la mañana cuando se encontraron con el tronco desnudo de ramas, y las ramas en el suelo, arrancadas por el peso del invierno imprevisto y repentino.
Es una lástima.
Se nos va así una de las *árbores senlleiras* de Galicia, un miembro de esa aristocracia forestal longeva que incluye al gran olivo de Vigo en el Paseo de Alfonso XII, al castaño de Pumbariños, al de A Capela en Begonte, a la higuera de Rosalía en Padrón...
Pero además se trataba de un roble, y el roble es uno de nuestros tótems, un vegetal que es a la vez un símbolo; y cuando un símbolo desaparece es como un augurio de extinción.
Yo lo tengo visto varias veces, a este gigante de Quindous, en el camino a las pallozas de Piornedo. Escoltado por sus tres compañeros en la Praza do Campo, era una visión esplendorosa.
Era un carballo albar, un *roble de fruto sentado*.
Con sus más de veinte metros de altura, era como un forzudo de circo, como un dios celta que se desperezaba benevolente sobre la plaza.
Entiendo la tristeza de los vecinos, que han perdido su sombra densa para los días de calor del verano y el crujir de sus ramas en el otoño.
Hueco por dentro, los niños jugaban a esconderse en su interior, que es una forma infantil pero profunda de comunión con la naturaleza que uno nunca olvida.
El hueco de un roble es como un vientre materno de la naturaleza, una pequeña capilla del culto a la vida, donde a veces se escuchan los murmullos de la tierra.
Entiendo la tristeza y la rabia de los vecinos, porque, además, quizás, se podía haber salvado al Caroco.
Los paisanos habían recogido firmas el año pasado para que se le hiciesen podas sanitarias con regularidad, y se arreglase de paso la plaza.
Pero los trabajos se han ido retrasando y ahora ya no llegarán a tiempo.
Ya sé que no será un consuelo para los vecinos de Quindous, ni para los niños que no tienen ahora su hueco para cobijarse en sus juegos, ni para el lobo, que ya no tiene a quien preguntarle direcciones, como quiere una vieja leyenda popular; pero de las muertes posibles que acechan a los árboles, esta del carballo de Quindous puede que sea de las más hermosas.
No se ha secado, como sus congéneres en la Praza do Campo, ni lo ha calcinado el fuego de los vastos incendios de octubre del año pasado, ni lo ha fulminado un rayo, como les pasa a muchos robles.
Se ha derrumbado como un gigante cansado, como un Atlas al que los años han ido minando la energía y no puede sostener el peso de un invierno más.
Pero es la nieve, el más mágico de los meteoros, quien le ha dicho que ya basta.
Le ha hecho ceder y partirse, y a la vez le ha arropado con su sudario helado, envolviéndolo como con una sábana blanquísima.
Todo lo que está vivo tiene un final.
Descanse en paz el Caroco de Quindous.
Snif...
Fuerte abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-nhc
-laverdadnoticias
-tiempo
-lavozdegalicia
