***Concibo la muerte de un ser humano como el acto mas significativo y aberrante de la existencia. Ninguna vida tiene privilegio sobre otra, cuando alguien muere no hay distinciones ni rangos. Sea mujer-hombre, niño-viejo, ateo-creyente, sea de la raza que sea, de la procedencia, de la ideología que sea, de la condición social, mental, o la diferencia que se quiera invocar, es una vida que se extingue...es el fin del paso por ésta realidad en algo llamado *cuerpo*.
Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, alguien muere en nuestro mundo, y los noticieros no darían abasto para reflejar esas tristes crónicas. Mueren de a decenas a veces, de a miles otras, de a millones también.
Hoy se ha conmemorado el atentado a EEUU, yo prefiero no hablar de *atentado*, porque lo primordial para mí es la palabra*muerte*.
Al rededor de 3.000 seres humanos fueron separados de cuajo de el hilo de plata que nos une con lo que llamamos *vida*.
No quiero ahora desarrollar teorías, ni especulaciones, ni intentos de equiparar las muertes, solo hoy quiero conmemorar la extinción provocada de 3.000 vidas.
No me interesa de qué nacionalidad eran, la muerte no tiene bandera.
Me encantaría que los medios de comunicación mundial también reflejaran y dedicaran sus impagables minutos, a las tantas muertes sin distinción de banderías ni ideologías
Esa es otra franja más, de la demencia y la hipocrecía que gobierna nuestra humanidad.
Cierro los ojos para pedir a la Creación, que todas las almas arrebatadas por la barbarie humana, en cada ángulo de nuestro vastísimo planeta, moren en paz.
Ruego de manera profunda y sincera, para que *algo*, venga de donde venga, le ponga fin a ésta genética historia de tronchar la vida de nuestros semejantes.
Ruego al Altísimo que la ley de los hombres sea proscripta por la ley de la Creación, y de una vez por todas, acabemos con ésta maldita genética de la muerte, de la destrucción, de la venganza.
Hoy, al menos hoy, no voy a opinar sobre geopolítica, ni sobre astrofísica, ni nada, hoy, solo quiero sentir en mi propia carne el dolor de aquellos que fueron hachados de las raíces de la vida.
Mañana, la hipocresía volverá a apropiarse de todo, las calles volverán a su abyecta costumbre de albergar el mal, las mentes seguirán proyectando cómo dominar al otro, como seguir matando.
Hoy, sólo pienso en las vidas cortadas, taladas en pos de nada....porque nada merece aniquilar a un ser humano, ni la más justificada guerra, ni la más justificada injusticia.
Hoy solo quiero rogar a Dios que pueda estar vivo para ver de una vez por todas su única y perfecta intervención, porque ésta humanidad no resiste absolutamente más nada. Hoy solo quiero abrazar, con mis ojos cerrados a quienes quedaron huérfanos de su sangre.
Gilgamesh.***
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