***Muy buena noche para todos.
Hablamos de re-encarnación, algo que desde la Gnosis fué explicado como una cadena tramposa de borrado de memoria, de nuestras vidas pasadas para no poder conocer los yerros y corregirlos. Contra eso, la fórmula la vino a revelar Cristo, dentro nuestro anida el poder de nuestro Espíritu que a lo largo de sucesivas idas y venidas, deberá ser escuchado y empoderado por algo que todos tenemos, consciencia del bien y del mal, la elección es nuestra aún rodeados de trampas para no conectar con nuestro Espíritu.
El Teólogo alemán Dieter Potzel da su interpretación basado en su profundo estudio de las escrituras y de la religión.;
Jesús dijo sobre encarnaciones pasadas: *Cuando contempláis vuestra imagen y semejanza, os alegráis; pero cuando veis vuestras propias imágenes hechas antes que vosotros ¿cuánto podréis aguantar?* =Evangelio de Tomás, vers. 84=
La meta del camino cristiano es poner fin a las encarnaciones en el cuerpo humano y el retorno de todas las almas y seres humanos a su Hogar eterno.
La base para esto fue proscrito de la creencia de la Iglesia en el año 543, durante el sínodo de Constantinopla y en el concilio de Constantinopla del año 553, después de que hubo disputas sobre esto.
En Constantinopla fueron *maldecidas* dos enseñanzas del *padre de la Iglesia*, Orígenes =185/186-254=, que son condición sobre la creencia de la reencarnación.
En estas enseñanzas se trata de …
-1-La creencia de que el alma de un hombre existe antes del nacimiento de este.
-2-La creencia de que alguna vez todos los hombres volverán a encontrar el camino de vuelta a Dios.
Orígenes, según las palabras de su seguidor Rufín, fue alguien que tenía el cuidado *de creer como verdadero solo lo que no se desvía de la tradición eclesiástica y apostólica* =Rufín en Peri Archon I, Praefatio 2=. En el canon 9 del documento del sínodo de Constantinopla dirigido contra Orígenes, fueron quitadas algunas de sus enseñanzas de fe. En vez de esto, la Iglesia impuso la enseñanza de que el alma es creada por Dios en el momento de la procreación y que una parte de la humanidad es condenada eternamente.
Aproximadamente 150 años antes, el patriarca de la Iglesia Teófilo de Alejandría había execrado a Orígenes, y más o menos a partir del año 397 comenzó a organizar la destrucción de sus aproximadamente 2000 escritos.
El *padre de la Iglesia* Jerónimo =345-420= relata por ejemplo cómo las tropas del patriarca atacaban a los cristianos originarios en toda Palestina y quemaban todas los escritos de Orígenes allí existentes =Epístola 86; según Sträuli, Origenes, der Diamantene, Zürich 1987, pág. 317=.
Donde la Iglesia no tiene objeciones cita a Orígenes en sus documentos, solo en el catecismo actual de la Iglesia católica en 10 partes.
Orígenes también creyó en la reencarnación aún cuando en el concilio de Constantinopla del año 553 ya no era tan conocido. Si no también habría sido condenado. El seguidor de Orígenes, Rufín, admitió ya en el año 398 que había *amoldado* los escritos de su profesor de acuerdo a los dogmas de la Iglesia, para protegerlos del reproche de ser una enseñanza engañosa.
Cuando en el año 1941 en Toura, Egipto del norte, se encontraron 28 hojas de papiro de un escrito original de Orígenes en griego =su comentario a la Carta de Pablo a los Romanos=, una comparación a ojos vista con un arreglo de Rufín, se obtuvo el siguiente resultado: *Una intervención personal profunda y amplia del texto* =Jean Scherer, Le Commentaire d´ Origène sur Rom. III.5-V.7, Institut Francais d´ Archéologie, Kairo 1952=.
Rufín incorporó, eliminó, simplificó y cambió cosas esenciales.
Que esto también lo hiciera donde se trata de la reencarnación, es obvio.
¿A qué conclusión había llegado Orígenes?, sobre esto informa un texto que =como era de esperarse= falta en Rufín, pero que es mencionado por Jerónimo. Allí escribe Orígenes sobre el hombre: *Con esto cambia su cuerpo tantas veces como cambia su hogar en su descenso del cielo a la tierra* =De Principiis I, 5, 3, citado según Orígenes, Vier Bücher von den Prinzipien, editado por Herwig Görgemanns/Heinrich Karpp, Darmstadt 1976, pág. 205=.
En Jerónimo también se pueden leer las palabras del patriarca Teófilo, quién definitivamente había condenado a Orígenes: *Pero que significa si él =Orígenes= declara que las almas serían atadas repetidas veces a cuerpos y vuelto a ser separadas de ellos* =Epístola 98, 11, citado según De Principiis I, 8, anexo I, pág. 279=.
Que a pesar de todo aún se dude si Orígenes creía en la reencarnación, está relacionado con que algunas de las versiones actuales fueron formuladas cuidadosamente como pregunta, ya sea por el mismo Orígenes o por Rufín.
Un ejemplo: se debe *ver y estudiar con mayor profundidad si es posible o no, que ella =el alma=entra en un cuerpo por segunda vez …* =Comentario de Juan VI, 85. f=
Si alguien puede demostrar ciertas condiciones, entonces según Orígenes *se concluye de esto forzosamente, que la existencia corporal no es original sino que entra en etapas temporales de la existencia … y esto sucede de forma continua* =Peri Archon IV, 4, 8=.
La historia de Santiago y Esaú en Génesis 25, Orígenes la comenta como sigue: *Debemos suponer que él =Santiago= debido a sus méritos de una vida anterior … fue preferido ante su hermano* =Peri Archon II, 9, 7=.
De forma general Orígenes aclara la posibilidad de *que alguien como consecuencia de algunos eventos de moralidad anterior ahora =en esta vida= se convierte en un recipiente del honor, y si no realiza lo que corresponde a un recipiente de honor, en otra vida será un recipiente del deshonor* =Peri Archon III, 1, 23=.
Teólogos eclesiásticos que quieren negar la creencia de Orígenes, interpretan sus expresiones sobre vidas anteriores y posteriores de forma distinta. O referido exclusivamente al ama en el Más allá, o ellos opinan que él se habría referido a una vida antes del *estado original* anterior a la Creación, o bien a nuevas eras después del fin de este *tiempo mundial*.
Distinto piensa el investigador suizo Robert Sträuli, quien aclara con un ejemplo la interpretación bíblica del conocido alumno de Orígenes, Didymos =313-398=, *cuan elemental era entonces en la escuela cristiana de Alejandría el precepto del renacimiento como parte de la enseñanza cristiana* =Sträuli, pág. 229 ff; 312 f.=.
De lo que Orígenes estuvo en contra es la migración =Metempsicosis= de un alma humana en animales o plantas, lo que tampoco correspondería a la enseñanza del cristianismo originario. Puesto que Orígenes fue combatido y condenado por la Iglesia, como ya se dijo, solo existen unos pocos restos de su obra.
A la Iglesia le gusta referirse a personas como *el padre de la Iglesia* Agustín =354-430=, quien se decidió por la fe católica, a pesar de que por ejemplo, rezaba: *… entonces dime oh Dios a mí, quien te implora en ardiente rezo, dilo en divina misericordia si mi infancia ha seguido a una vida anterior o si soy el mismo cuando he estado en el seno materno ... Pero qué fui yo antes de ese tiempo, mi Gozo, mi Dios; ¿estuve en alguna parte o fui alguien?* =Confesiones 1, 6, 9 en la traducción de O. Bachmann, editorial Atlas Colonia, pág. 9=.
Lo que le molestaba a Agustín de la reencarnación es que se podría pensar lo siguiente: en una vida dos personas son madre e hijo. La madre muere y su alma se reencarna nuevamente en una muchacha. Después esta llega a ser la esposa de su hijo =De Civitate Dei, X.30= lo que es absolutamente posible. Pero también la búsqueda de Agustín no concluyó con su muerte terrenal.
¿En qué sería diferente una *aparición* o *resurrección* en un cuerpo nuevo con una reencarnación? A menos que se explique de qué manera el cuerpo original descompuesto hace ya tiempo se haya vuelto joven y vigoroso. Sobre esto aún no se ha comprobado nada, pero el historiador judío Flavio Josefo también tiene conocimientos sobre huellas de la enseñanza de la reencarnación en los grupos de influencia de los fariseos o esenios.
Además, Orígenes escribió sobre quién realizó estudios minuciosos sobre este tema, y que los judíos jerosolimitanos, con los cuales habló Jesús, habían creído en la reencarnación =Comentario de Juan VI, 73=.
La tradición no correspondía a los intereses de la Iglesia, por lo cual la mayoría de las testificaciones se conservaron fuera de la biblia, en los llamados escritos *apócrifos* =escrituras ocultas=. También esto estaba difundido en la Iglesia pre-medieval, como lo documentan los ejemplos de Agustín y Jerónimo.
En su forma actual esta se originó en el tardío siglo IV cuando Jerónimo recibió del papa de entonces el encargo de confeccionar desde diversas versiones bíblicas una versión unitaria en latín. Este texto, la tal llamada Vulgata fue declarada por la Iglesia católica en el concilio de Trento =1545-1563= o sea mucho más tarde como *intachable*. El papa Dámaso I, que la encargó en los años 366 y 367, después de sangrientos combates entre sus partidarios y sus contrincantes había conquistado el trono del papado. En un solo día se encontró a 137 muertos en una Iglesia, donde habían sido asesinados.
Y digo esto porque hay mucha gente que cree que la biblia fue inspirada por el *espíritu de Dios*, sin saber que otros *espíritus* también estaban presentes en su creación.
Como papa, Dámaso I era conocido por su ostentación y sus *comilonas*, cuando se dice *que su mesa opacaba hasta un banquete real* =Ammianus Marcellinus, Historia Romana 27, 3, 4, citado según A. M. Ritter, Kirchen- und Theologiegeschichte in Quellen, tomo 1, pág. 173=.Jerónimo criticó a algunos de sus antecesores como *traductores poco fiables*. También habla de *enmienda desmejorada de críticos de textos incompetentes* o sobre *agregados o cambios de copistas desatentos* =Revisión de los evangelios, prólogo=.
Sin embargo, el *padre de la Iglesia* da aquí solo una mirada a la historia de la creación de la biblia *latina*, pero también en los textos originales griegos existieron, en especial en los tiempos del comienzo, muchas revisiones y también remodelaciones. Como los evangelistas habían editado las fuentes que aquellos tenían a mano, se les llama también *redactores*.
Resumiendo se puede decir: los textos bíblicos son la obra de la Iglesia oficial en formación, con sus dogmas que estaban surgiendo.
Si el hombre sigue a Jesús, tarde o temprano podrá salir de la *rueda del renacimiento*. Además, quien más allá de este conocimiento se ocupa mucho con el tema de la reencarnación, corre el peligro de enredarse en especulaciones sobre vidas anteriores o darse importancia con esto, en vez de aprovechar la oportunidad de su vida. Solo importa esta vida, todo el resto es pasado. Ya que todo lo que no fue purificado en vidas anteriores según la ley de Siembra y cosecha vuelve en el momento oportuno para que esta vez sea purificado.
Solo se necesita estar alerta en esta vida. Jesús también enseñó en este sentido.
Algunas personas se dejan conducir a vidas anteriores mediante hipnosis y se prometen tener una vivencia interna en base a esta experiencia.Yo sé de muchas experiencias negativas. El conocimiento de vidas anteriores puede ser abrumador, puede distraer al hombre del presente, incluso lo puede llevar a la desesperación si no es capaz de dominar lo que puede surgir.
De esto habla Jesús en relación al retorno de un alma del Más allá a un nuevo cuerpo =parecido a como también cita el filósofo Platón= de un *vaso con la bebida del olvido* =Das Evangelium der Pistis Sophia, editado por C. M. Siegert, Bad Teinach-Zavelstein 1991, 2da edición, pág. 234=.
El pasado que está oculto le sirve a la persona de protección y le ayuda a concentrarse en el aquí y el ahora. Lo *pecaminoso* es *olvidado* temporalmente y esto solo se hace consciente en la medida en que puede ser transformado.
La mayoría de las informaciones sobre la enseñanza de la reencarnación las encontramos como ya fue mencionado en las llamadas escrituras apócrifas, que no fueron incluidas en la biblia por la gran Iglesia en formación.
Esta palabra de Jesús proviene de un evangelio que se formuló en el siglo II, siendo más antiguo que los manuscritos conocidos de los evangelios bíblicos del siglo IV.
Otras informaciones o huellas en relación a la reencarnación las encontramos en los padres de la Iglesia, cuyos escritos también son más antiguos que los manuscritos bíblicos, y con esto más cerca del cristianismo original. Muchos hablaban de una *refundición de las almas*, por ejemplo Clemente de Alejandría =alrededor del 200; Stromateis III, 13, 3=.
A propósito, el alma necesita cierto tiempo para adaptarse al nuevo cuerpo y con el tiempo lo forma de acuerdo a la memoria de su vida anterior.
Jesús de Nazaret confirma por ejemplo, según las palabras bíblicas, la creencia de las personas de aquella época de que Juan el Bautista era Elías reencarnado.
Jesús dice según el Evangelio de Mateo. *Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir. El que tenga oídos para oír, que oiga* =Mateo 11, 14-15=.
Más tarde surge un nuevo diálogo sobre este tema: *Entonces sus discípulos le preguntaron diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús les dijo: En verdad, Elías viene primero y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino y no le conocieron sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos* =Mateo 17; 10, 11 y 12=.
En la epístola de Santiago de la biblia se advierte que nuestra lengua: Puede imflamar la *rueda de la reencarnación* =Santiago 3, 6, compare con Eclesiastés 12, 6=. Esta parte se puede interpretar como: Palabras malas pueden causar un gran *incendio*, que el incendiario espiritual debe reencarnar nuevamente para reparar el daño. ¿Pero cómo es interpretada esta parte por las Iglesias?
¿Hay detrás de esto alguna intención?
¿Qué cree usted? ¿Quién está detrás de la Iglesia? ¿Y quien coopera allí consciente o inconscientemente? Yo mismo experimenté estas *pequeñas* alteraciones de la verdad cuando abandoné la Iglesia y muchos me querían perjudicar.
Con el ejemplo de la epístola de Santiago por lo menos se puede comprobar lo que Lutero y la traducción unitaria han hecho de las fuentes que tenían a mano. ¿Pero qué sucede con las traducciones de los primeros siglos después de Cristo, las cuales hoy nadie puede revisar porque algunas fuentes fueron destruidas o declaradas como *ya no existentes*? ¿Con cuánto cuidado los teólogos eclesiásticos, que tuvieron ciertas intenciones, han tratado este material? ¿Qué han hecho cuando esto no se asemejaba a sus enseñanzas?
Otras huellas también se pueden encontrar sin un trasfondo de mayores especulaciones. Sobre el profeta Jeremías dice una palabra profética: *Antes que te formase en el vientre te conocí y antes que nacieras te santifiqué, te di por profeta a las naciones* =Jeremías 1, 5=.
Entonces el alma del hombre ya existe antes del nacimiento =una enseñanza de la biblia que fue condenada por la Iglesia católica=. Así se podría seguir preguntando: ¿Si el ser espiritual, el alma, ya existe antes del nacimiento, existe también antes de la procreación del cuerpo?.
Y si partimos de la exactitud de la biblia, una segunda pregunta: ¿No es más lógico que Dios llame a ser profeta a un *ser espiritual maduro* en otro mundo que durante la procreación de un cuerpo a un alma-bebé recién creada?
El proceso de la reencarnación de un ser espiritual en un cuerpo humano también esta documentado por el mismo Jesús de Nazaret cuando dice, *Antes que Abrahán fuese, Yo Soy* =Juan 8, 58=.
Una clara referencia sobre la reencarnación aparece en el libro bíblico de la Sabiduría. El redactor habla sobre si: *Yo fui un joven bien parecido y … como fui noble entré en un cuerpo sin manchas* =8, 20=. Uno se puede preguntar: ¿Cuándo y dónde el hombre fue *noble*? ¿Y cómo *fue* entonces a la inversa, *alguien* cuyo cuerpo ya antes de nacer estaba manchado? Todo este contexto indica una reencarnación al igual que en otra parte del libro.
Existen fuera de la biblia más partes en relación a la reencarnación en los apócrifos por ejemplo en el Evangelio de Tomás, que fue encontrado en 1945 por unos campesinos cerca de Nag Hammadi junto al río Nilo.
Mientras tanto es considerado como el evangelio más conocido fuera de la biblia. Allí dice: *Dijo Jesús: Cuando contempláis lo que se os parece, os alegráis; pero cuando veáis vuestras propias imágenes hechas antes que vosotros … ¿cuánto podréis aguantar?*.
En el ya nombrado Evangelio de Pistis Sophia, Jesús habla del *circuito* =pág. 239= o de los *ciclos del recambio del cuerpo* =pág. 222=.
Con una reencarnación una persona según Jesús *es retornada al mundo en concordancia con el tipo de pecado que ha cometido* =pág. 186=.
Por esto el alma obtiene un cuerpo *que está adaptado a los pecados cometidos* =pág. 201=. En este contexto, María, por ejemplo, pregunta por una persona que *no ha encontrado arrepentimiento, a pesar de que ha completado sus circuitos en el cambio de cuerpos* =pág. 227=.
Es interesante el conocimiento de que algunas almas pueden purificar su culpa en una sola encarnación. Así pueden haber pensado personas que por sus opositores eclesiásticos recibieron el nombre de *carpócratas*, de acuerdo al nombre de un hombre llamado Carpócrates.
Desgraciadamente solo se conoce la transmisión irónica de su antagonista, el *padre de la Iglesia* Irineo, donde aparentemente enseñaban que en la vida habían de cometerse todo tipo de pecados para no tener que reencarnarse de nuevo =o sea, todo lo contrario a la verdad=. Las recriminaciones de Irineo se basan, según las palabras del escritor religioso G.R.S. Mead *por lo visto en un total malentendido, si no es que surgió de una maldad bien pensada* =G.R.S. Mead, Fragmente eines verschollenen Glaubens-Fragmentos de un credo perdido, Berlin 1902, S. 190=. Irineo también es considerado como un precursor de la posterior Inquisición, que tiene en su conciencia a millones de víctimas, que antes de su ejecución fueron torturadas y asesinadas brutalmente.
Mientras el espíritu profético en el joven cristianismo original fue acallado paulatinamente por el desarrollo de la Iglesia oficial, desaparecieron también las bases de la fe del cristianismo originario sobre la reencarnación.
En el año 389, por ejemplo, se quemó la gran biblioteca de la antigüedad en Alejandría. Monjes católicos de la Iglesia egipcia le prendieron fuego al templo *pagano* adjunto de Serapis, y tanto el templo como también la biblioteca se quemaron con sus valiosos documentos del cristianismo original. En relación a estos documentos, un ejemplo concreto: También fueron quemadas por la Iglesia las Interpretaciones de los evangelios de Basílides, un hombre que vivió en Alejandría en la primera mitad del siglo II, considerado por la Iglesia oficial como *Gnóstico*, es decir como *hereje*. Evidentemente existía una conexión entre Basílides hacia el apóstol de Jesús Mateo, y a través de un alumno de Pedro, Glauco, con Pedro =Zeitenschrift N° 9/1995=. De las informaciones que no se perdieron, se hace claro que él sabía algo sobre la reencarnación cuando escribe: *Las personas sufren*, dice Basílides, *por lo que hicieron en vidas anteriores* =pág. 226=, no condicionadas por un *pecado original*, tal como se enseña en las Iglesias.
Gilgamesh***
martes, 1 de diciembre de 2015
* Re-encarnación; Dieter Potzel *
Publicado por
Gilgamesh
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21:45
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