***Feliz último Jueves versión 2016.
¿Cómo anda la muchachada?, espero que bien.
Palpitando el final de éste año muchos ya tomando sus merecidas vacaciones, otros viajando largas distancias para reunirse con sus familiares, otros preparando la casa si es que recibirán visitas y otros tantos agotados.
El año termina y con él llegan los balances personales, mirar el largo camino recorrido para alegrarse por los logros o progresos, y también esas cosas que nos quedaron pendientes o que no rindieron los frutos que esperábamos.
Y así es la vida, una larga cadena diaria de puesta a prueba a nuestra capacidad o no, de resolver problemas, de afrontar desafíos y de lograr esas metas que siempre son necesarias para no vivir petrificados.
El problema con las metas es cuán alto ponemos la vara. Ni tan baja como para llevarla por delante ni tan alta para caer de cabeza, por ahí creo que pasa la cuestión.
Y el trabajo es una de esas metas.
Trabajar en o de algo que a uno le guste es el ideal, y si encima le reditúa económicamente pues..aleluya.
Algunos tenemos esa suerte, aunque en mi caso hago lo que me gusta pero de redituarme...jeje...eso no se da tan fácilmente.
Pero no importa, en ese caso hay que bajar la vara de la ambición, de lo económico digo, y así el *hacer* lo que a uno le gusta pues..se equilibra.
Otros hacen lo que no les gusta y encima el rédito no es bueno, otros tantos hacen lo que no les gusta pero les reditúa.
Y ahí vamos, cada quien yugándola como puede en un mundo que en las últimas décadas ha agravado ésto de trabajar.
El bombardeo mediático y la instalación del consumo frenético ha hecho que el individuo ponga su vara tan alta que, haga lo que haga o cuánto haga...no le alcanza.
Es como dar un salto para salir de la atmósfera...un imposible.
No sólo algunos tienen su único trabajo si no que, en lo que deberían ser sus horas libres...también las trabajan.
Por eso digo que todo está en el cerebro...gran galpón donde radican cantidades de elecciones de cómo pensar y concebir absolutamente todo lo que nos pasa en la existencia. Con enorme sacrificio se pueden adquirir o comprar muchas cosas o acceder a estilos de vida de alta gama, el problema es mantenerlo.
A veces me pregunto para qué quiere alguien tener un Mercedes si no le va a alcanzar para cargarle el combustible cuando deba usarlo...
Pero bueno...cada quién elige y en esa elección también se incluye el paquete, una serie de problemas que juegan en bucle de acuerdo a ese nivel de ambición.
Y hay un dato no menor que complica aún más esa ecuación maldita trabajo-rédito-poder adquisitivo, y es la economía a nivel global.
Las políticas que un gobierno dicata en materia económica llega a ser un efecto no deseado pero siempre presente.
Los precios se han ido al diablo, todo es cada vez más caro, y en ese combo ya no hablamos de ambiciones si no de necesidades básicas, alimento, vivienda, salud, educación, etc..
Trabajar...trabajar y trabajar...8, 12, y algunos hasta 16 horas...aunque les parezca mentira.
Explotados, esclavizados, estamos corriendo tras el viento..., la vara es inalcanzable si no comenzamos a ponerla a la altura justa, esa que nos permita vivir....porque vivir para trabajar no es vivir..
Uno de los tantos fenómenos tildados de enfermedad con respecto a ésta locura moderna se identifica como *Karoshi*.
Voy a ir cerrando éste post para darle paso a un experto, el Psicólogo Carlos G. Torrico, para que explique y analice éste tema con la sapiencia que merece;
Cerca de 10.000 muertes al año en Japón son atribuidas a *Karoshi*, término utilizado para referirse a la muerte por exceso de trabajo. Esto nos hace reflexionar sobre la importancia del balance vida/trabajo y la importancia de introducir tiempo de recuperación en nuestras vidas.
El *efecto Karoshi* como ha sido llegado a ser conocido a través de todo el mundo, no sucede por la intensidad que una jornada de trabajo pueda requerir, sino por el sostener estas jornadas de trabajo por periodos largos y continuos, sin periodos intermedios de recuperación.
Para la utilización efectiva de nuestra energía es necesario darnos cuenta que los periodos de recuperación son de vital importancia, ya que nos permiten renovar la energía utilizada y además ser más eficientes.
Con las técnicas correctas de utilización de energía y periodos de recuperación adecuados, una jornada de 6 horas puede ser tan o más efectiva que una de 16 hrs.
Desgraciadamente vivimos en un mundo que celebra el trabajo y la actividad, pero menosprecia la recuperación y la renovación, ignorando que las dos son partes importantes de la productividad sostenida.
En muchos de los trabajos actuales, un empleado que trabaja largas horas es bien visto, ya que seguramente es un trabajador con muchas responsabilidades, con mucho trabajo y comprometido, seguramente hasta merezca un aumento o un ascenso.
El premio en la actualidad está en las largas horas de trabajo y no en la productividad o resultados, lo que impulsa a los empleados a entrar en comportamientos *contra-productivos*, es decir, trabajar muchas horas seguidas, sin periodos de recuperación, lo que inevitablemente termina por desgastarlos y disminuir su productividad en el largo plazo.
Esto puede ocasionar trastornos importantes al cuerpo humano.
Por un lado, puede convertirse en un comportamiento adictivo,ya que incentiva el estrés a través de hormonas como la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol, las cuales son altamente adictivas. Si operamos en modo de *alta intensidad* por periodos suficientemente largos, progresivamente perdemos la habilidad de disminuir el ritmo.
Con el tiempo nos volvemos inhabilitados para realizar lo que nos volverá más eficientes: tomar descansos y buscar renovación.
Por el otro, esto nos puede llevar a convertirnos a *adictos al trabajo* lo que es considerado un desorden de comportamiento obsesivo y compulsivo.
Bryan Robin, quien ha estudiado por más de 25 años este fenómeno dice:
*…esta adicción obsesiva-compulsiva se manifiesta a través de demandas impuestas a uno mismo, una inhabilidad a regular los hábitos del trabajo y una sobreindulgencia en el trabajo hasta la exclusión de la mayoría de las otras actividades de la vida…*.
El descuidar nuestros periodos diarios de renovación, hace que nos olvidemos de cultivar nuestra energía física, emocional, mental y espiritual. Esta situación no puede ser sostenible en un largo plazo sin traer problemas irreversibles.
Investigadores han encontrado que las personas que comparten las características mencionadas en párrafos anteriores, tienen una tendencia mayor al abuso del alcohol, al divorcio, a enfermedades relacionadas con el estrés y envejecimiento prematuro =personas que tienen cuarenta años pero que parecen de 60=.
A diferencia de otras adicciones, en nuestra sociedad, la adicción al trabajo es bien vista, admirada, apoyada y hasta premiada, lo que la hace terriblemente resistente y peligrosa. El empleado busca trabajar más para ser premiado a cambio de desgaste, salud, balance y pérdida de productividad.
Este problema surge porque estamos acostumbrados a pensar basados en la eficiencia de las máquinas, y nos olvidamos de que estamos trabajando con humanos. Y como es evidente, el optimizar el desempeño de uno u otro es totalmente diferente.
Las personas no son materia prima, aunque muchas personas se empeñen a verlas como tal.
Como Martin Moore-Edge, el presidente de Circadian Technologies lo describe:
*El ritmo de la innovación tecnológica está siendo más rápida que la habilidad de entender sus consecuencias. Tenemos un pensamiento centrado en máquinas =enfocados en la optimización de tecnología y equipo= en lugar de estar centrados en humanos =enfocados a la optimización del alto desempeño humano=*.
El reto es establecer límites.
Es necesario entender que es importante establecer horas inviolables en nuestro día, donde detengamos cualquier proceso productivo y de procesamiento de información y nos enfoquemos solamente a restaurarnos.
La clave está en encontrar el balance que nos permita nutrirnos física, emocional, mental y espiritualmente para buscar la mayor productividad en el menor tiempo posible de trabajo, en lugar de buscar el mayor tiempo posible de trabajo, a costa de disminuir nuestra productividad.
Karoshi es una palabra japonesa que significa *muerte por exceso de trabajo* y se usa para describir un fenómeno social en el ambiente laboral que existe desde hace varias décadas en Japón, que consiste en un aumento de la tasa de mortalidad por complicaciones debidas al exceso de horas de trabajo, sobre todo a derrames cerebrales y ataques cardíacos. El Ministerio de Sanidad de Japón reconoció este fenómeno en 1987.
Según varios estudios, entre un 7% y un 12% de los españoles mantiene una relación patológica con su actividad profesional.
Además, un informe de la Organización Internacional del Trabajo pone de manifiesto que el 8% de los españoles en activo dedican más de 12 horas diarias a su profesión para dejar a un lado sus problemas personales. En otros países como Japón, las cifras alcanzan el 20%. De hecho, en esta nación asiática es frecuente el llamado fenómeno karoshi: la muerte por exceso de trabajo, que cada año acaba con la vida de 10.000 personas. El primer caso conocido se produjo en 1969, cuando un empleado de una importante compañía de periódicos falleció de paro cardíaco con solo 29 años.
Entre los síntomas de este exceso de trabajo y una adicción al mismo están la ansiedad, la incapacidad para desconectar en el tiempo libre o las vacaciones, sentimiento de culpabilidad cuando no se trabaja, etcétera. Pero estos síntomas pueden ir más allá e incluso confundirse. Hay quien también padece dificultades para dormir, problemas gastrointestinales y habituales dolores de cabeza.
Bueno...clarísimo el Doc.
Sin desmerecer el trabajo del Dr. si no más bien como para aportarle desde otro ángulo, se apunta a describir al sujeto pero no a la causa.
La causa es social, algo que luego enferma al individuo especialmente si éste no tiene la capacidad de *sustraerse* de la propaganda, la moda, las nuevas costumbres.
Por eso decía al principio que en un mundo tan mediatizado, que dicta los estilos de vida y el consumo, es imprescindible tener la capacidad de aplicar el freno cuando las curvas se hacen más sinuosas.
Le han metido al individuo en su cerebro =cuan programación a distancia= que para ser alguien hay que *pertenecer a*, y quien no pertenece está *excluído de*.
Y es obvio que la propaganda es la principal responsable, que como una droga en pequeñas dosis va logrando su cometido, y a qué punto que el ser va perdiendo su capacidad de reflexionar, se aleja del sano ejercicio de cuestionar y cuestionarse, para quedar entregado a un dios que lo va a devorar tarde o temprano.
Una vorágine que no da respiro, una ruleta que nunca se detiene, y así es como la ingeniería social nos va alejando de eso llamado *lo espiritual*.
En fin..., que aún suprimiendo el consumo de lo mediático, el sistema se ha encargado de hacer que la sociedad misma, representada en cada individuo que la compone, se transforme en su empleado sin goce de sueldo. Salir a la calle y relacionarse con la gente nos muestra cómo muchas personas hacen el marketing en su hablar, en su proceder, es decir que nos muestran cómo los medios los han vuelto una publicidad andante...sin pantallas ni dispositivos.
Algunos o muchos de los individuos ya enfermos, hasta no pueden o ni quieren creer que ponerse a mirar pacientemente un atardecer..es algo necesario.
Cuando se prevé que el hombre será laboralmente reemplazado por las máquinas altamente tecnologizadas, creo que muchos lo deberían disfrutar, pero a éste paso, muchos no lo soportarían. En ambos casos el problema es que al mundo le sobrarán personas no haciendo nada y eso...para el sistema no ha de ser bueno ya que un individuo sin hacer nada, piensa..., y que un individuo piense es algo que al sistema tampoco le conviene.
¿Qué harán con tanta mano de obra desocupada?..
Grandes interrogantes nos esperan cuando iniciemos un nuevo e inminente año...listo para ser *llenado* por la historia individual y la global.
Nos encontramos por la noche, bueno...si es que alguien todavía anda por ahí...jeje.
Gilgamesh***
Fuentes
-epsicologia
jueves, 29 de diciembre de 2016
* Con el sudor de tu frente *
Publicado por
Gilgamesh
en
14:11
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Etiquetas:
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7 comentarios :
Buenas tardes Gilgamés. Soy tu lector de Toledo-España, aquél a quien pillaste el día de nochebuena inmerso en tu blog. He de decirte que sí, por supuesto que me hiciste compañía en un momento tan especial. Soy un viejo veterinario...bueno espera, que de viejo nada, pues tú y yo somos de la misma edad y es muy cierto eso de que "la veteranía es un grado", como decimos por aquí. Los años son experiencia y ésta puesta en práctica se transforma en el valioso conocimiento, arma imprescindible para luchar contra tanto arconte, sobre todo los de dos patas que son los peores. Es curioso el funcionamiento del universo, cómo acciona su peculiar maquinaria para conspirar como sólo el sabe hacer y ponerse al servicio de quien le necesita. Me ha sido de muchísima ayuda tu atención, más de lo que puedas imaginarte. Pero no te quito más tiempo, tan sólo decirte que también yo soy un enamorado del sol y cada vez creo más firmemente que, como alguien muy sabio en una ocasión dijo, "nuestro astro Rey es una auténtica cajita de sorpresas". Siempre me tendrás aquí, expectante e incondicional disfrutando de tu mente prodigiosa. Desde España te deseo unas felices fiestas para ti y los tuyos. Un muy fuerte abrazo.
+1.
Buenas noches Gilga, soy Alfonso, por supuesto que estaremos por aquí, esta noche, mañana por la mañana y, como Pedro, el firmante del anterior mensaje, también estaremos en nochevieja, año nuevo y todos los días que nos sigas regalando tantos bellos artículos, tanta sabiduría y tanta dedicación. Que sigas teniendo alegrías en tu vida, tu trabajo, tus ganas de compartir tu conocimiento. Yo prometo seguir dándote mi compañía en tu blog y de vez en cuando demostrar mi agradecimiento, aunque lo haría cada nuevo post pero no quiero ser cansino. Un fuerte abrazo para todos, esperando que disfrutemos cada momento de estos días y todos los del nuevo año que llega.
..y es ocurrió...me paré..y me puse a pensar..y nacer de nuevo para aprender lo nuevo..un incréible camino con una meta sin meta..Namasté.
Muy cerca de finalizar el año, te incluiré Gilga en mis peticiones, para que tu luz se sostenga en el tiempo, en el espacio, en el cosmos, en la energía y en el amor que estamos sintiendo los unos por los otros a través de esta red que has creado y estás creando, que a todos nos conecta y nos va haciendo mejores personas. Dios bendiga tu camino y el de tu familia, y nos permita acompañarte como él disponga. Feliz año 2017.
Alejandro y 7+; muchas gracias.
Bueno...ustedes me van a matar...
Pedro;; ¡¡gracias!! esa roja luz tenía un nombre...titilando desde España, desde Toledo...lugar con el cual..me siento identificado. Querido..¿cómo decirle? ¿lector? ¿amigo? ¿hermano?..Usted me hace muy feliz con su comentario, no por vanidad o ego, no no...si no porque por Seres como Usted..
¡¡vale la pena hacer éste sitio!!!,
y no sabe cuánto...cuánto..cuánto..me cuesta hacerlo, y no hablo de dinero...hablo de sinsabores...esos que a cualquiera le quiebran las piernas.
Pues Pedro, es Usted una de las tantas luces rojas que logran la magia, esa magia de sentarme a escribir sin saber quién está del otro lado, si valora mi esfuerzo, si vale la pena. Estimado amigo y hermano, Usted ...sí Usted..., hizo que mi pre-Navidad fuera de una emoción incomparable.
Reitero, no por ego, si no por saber que casi 7 años de pensar en hacer un sitio que fuera útil para alguien...y Usted amigo, me hace cargar las pilas para seguir un año más...al menos uno más, en un año muy duro en lo personal que mejor...ni hablar.
Le dejo un abrazo grande, no sabe cuánto vale su comentario..., todos valen para mí, pero éste suyo..viene a ser como ese último empujón que necesitaba para seguir..., porque a veces uno se pone a pensar si efectivamente..lo que uno hace sirve.
Gracias...no me sale otra palabra que pueda reflejar la emoción que Usted me regala, esas emociones que hacen crecer la luz que muchos quieren apagar.
Lo mejor para Usted y los suyos Pedro, disculpe si no encuentro las palabras y conceptos justos para demostrarle mi agradecimiento..Usted me ha hecho uno de los mejores regalos que ningún papá noel podría hacerme.
Anne Duminy; Bueno...qué decirte Alfonso..que no es necesario recibir agradecimientos diarios pero que éste tuyo..así...con el especial sentido que cobra en fechas tan importantes del año...viene a ser como lo que llena tantos vacíos, esos en los cuales uno se pone a pensar si realmente uno está haciendo algo útil. Te agradezco desde lo más profundo de mi ser que hayas tenido la delicadeza de permitirme saber que éste espacio te resulta útil.
Un abrazo grande y un Feliz fin de año y un excelente 2017.
eleritzo espaider; jeje..amigazo..de esos que han estado siempre...como tantos otros, hay una sola meta...sin varas que poner a ninguna altura..., vamos a saltar cualquier cosa que se nos ponga adelante, no para conseguir favores si no para salir de ésta prisión...Eso deseo para todos. Fuerte abrazo, gracias.
JJ; ¡mil gracias ami! que alguien se detenga a pensar en otro y ponerlo en oraciones es ya de por sí una bendición. Agradezco tus palabras y deseos, y quisiera decirte que entiendo ese afecto acompañado de elogios, pero ¿sabés JJ? sin ustedes...jamás de los jamaces me conocerían...Gran razón para que siempre podamos valorar a aquellas personas que tal vez sin la posibilidad de hacerse conocer...hacen mucho por los demás.., lo mío es apenas un intento, otros dejan la vida y esos son los imprescindibles. El padre te ilumine siempre, que en los peores momentos su luz te bañe, que abra tu razón y que tu Espíritu gobierne tus actos. Que tus seres queridos sean beneficiados por esa luz y que ellos algún día...la irradien en memoria de tu amor.
Fuerte abrazo, feliz 2017 y que te regale lo mejor que tenga para vos.
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