***Gran Domingo de Pascua para todxs.
Pascua..., desde que tengo uso de razón ésta debe ser la Pascua más útil para la reflexión dado el *stop* de la maquinaria comercial y el gran circo religioso con procesiones y demás ritos.
Es curioso también ver que ciertos líderes mundiales que se confiesan como *creyentes*, tanto evangelistas como católicos son quienes han optado por la economía antes que la vida y la salud...
Uno no quiere exagerar ni hacer comparaciones odiosas pero yo me pregunto..si quienes han priorizado la economía aún sabiendo y reconociendo de que los viejos iban a morir o bueno...que *es la ley de la vida*..léase BolsoRaro, Trump, Boris Johnson y alguno más que se me escapa, no son realmente genocidas..., porque bien puede matar un gobernante con armas de fuego, bombardeos, persecuciones, invasiones, políticas económicas, pero ...dejar morir a un colectivo o determinada franja etaria acaso ¿qué es?...
Yo no tengo dudas de que si le hubiera tocado a Cristo estar en semejante escenario qué habría hecho...curar enfermos o echar a los mercaderes del templo...
No hay que pensarlo demasiado..¿no?..
Pero bueno...ahí vamos...experimentando un tiempo muy especial, plagado de miserias y sinrazones pero también matizado con solidaridad, buenos sentimientos y acciones, lo cual hace de éste mundo una especie de coctelera donde se han puesto diversos ingredientes que las manos invisibles se encargan de sacudir para que el resultado sea esa combinación que la ponchera resuelve con el agite y el shake.
Manos invisibles que no son tan invisibles y que más que manos son cerebros que planifican la ingeiería social para que la manada =lo quiera o no= sea afín a sus intereses.
Buena tarde para la reflexión.
Tal como dice Oscar Campana;
-La lógica individualista del *sálvese quien pueda* llegó a las naciones, como la cruel victoria cultural del capitalismo salvaje y concentrado.
John Maynard Keynes, una de las principales mentes de la economía del siglo XX, en un enigmático y paradojal texto decía, hacia 1930:
*Cuando la acumulación no tenga tanta importancia social podremos librarnos de muchos de los principios pseudo-morales que hemos tenido sobre nosotros por doscientos años.
El amor al dinero como posesión será reconocido como lo que realmente es:
algo morboso y desagradable, una de esas inclinaciones semi-patológicas que se ponen en manos de especialistas en enfermedades mentales.
Que la avaricia es un vicio, que la práctica de la usura es un delito y que el amor al dinero algo detestable.
Pero ¡Cuidado!
No estamos todavía en ese momento.
Por lo menos durante unos cien años debemos fingir entre nosotros y ante todos los demás que lo justo es malo y lo malo es justo, que lo injusto es útil y lo justo no lo es.
La avaricia, la usura y la precaución deben ser nuestros dioses por un poco más de tiempo.
En efecto, sólo ellos pueden conducirnos fuera del túnel de la necesidad económica y llevarnos a la luz del día*.
1930, 2020…
Si esta especie de auto-profecía de la crisis del capitalismo fuera cierta, ¿en qué punto del túnel estaremos?
Muchos dicen que la pandemia actual obligará a repensar el mundo…
¿Ocurrirá?
Muy buena pregunta.
Muy buen relato de situación también;
Un profundo sentimiento de desazón y miedo impregna al mundo.
Los días se suceden mientras la cuarentena congela a los ciudadanos de a pie en un espacio sin tiempo.
Los muertos e infectados se acumulan a un ritmo exponencial mientras el virus se agazapa en los rincones mas ignotos para atacar en el momento menos esperado. Distintos países ocupan fugazmente el epicentro de la pandemia pero ninguno ha podido terminar con ella y las incógnitas se multiplican a diario.
Una niebla cada vez más espesa recubre el derrotero de este episodio sin tiempo ni final cantado.
Proliferan las voces que repiten al unísono un mantra salvador:
cuando esto termine, el mundo será diferente.
Esta es una expresión de deseos impregnada por el tufo de la derrota de un orden social que no garantiza la vida de sus habitantes.
Nadie puede predecir lo que vendrá después de la Covid-19.
Sin embargo, una realidad se impone a diario:
la cuarentena y la subsiguiente paralización económica mundial destripan la fragilidad y vulnerabilidad de un orden establecido que no respeta el contrato social intrínseco a toda sociedad.
Este sistema ha maximizado ganancias de corto plazo a costa de revolcar impunemente a millones de personas en la miseria contaminando de paso el clima y el hábitat y amenazando la supervivencia del propio planeta.
Esta acumulación inmensa de poder parece derrumbarse, sin embargo, ante el galope desmadrado de un virus que expone la falta de recursos materiales imprescindibles para proteger la salud y la vida humana.
Esta contradicción descarna la crisis de este orden social global y abre las puertas a un cambio cuya textura, ritmo y destino final se desconocen.
Desde los orígenes del tiempo la humanidad ha luchado contra las fuerzas de la naturaleza para sobrevivir.
Esta pelea desigual no ocurrió en soledad.
La necesidad de reproducirse y de subsistir en un medio hostil llevó a los seres humanos a agruparse constituyendo los primeros núcleos de vida social basados en formas incipientes de división del trabajo y de autoridad.
Esta organización social primitiva fue mutando en complejos sistemas sociales organizados en torno a un determinado modo de producción y a especificas formas de dominación que, mas allá de sus diferencias, han dependido de la vigencia de un contrato social.
Sus formas, su grado de explicitación y el modo en que ha impregnado a la sociedad han variado en las distintas culturas y a lo largo del tiempo.
Sin embargo, su esencia ha permanecido inalterable.
Cuando la vida de los ciudadanos no puede ser garantizada por el orden social establecido, sobreviene la crisis.
El resultado es siempre abierto.
Desintegración y cambio
Se olfatea el cambio y al mismo tiempo se vive la desintegración social.
El pasado muere, pero el futuro aún no ha sido parido.
En estos tiempos de pánico y confusión algunas voces del pasado se apresuran a marcar el territorio del futuro, tanto en los países mas desarrollados como en la periferia.
Las reacciones tienden a ser idénticas, aunque capas de verborragia y confusión las diferencien.
Por otra parte, mientras las élites formadoras de opinión se apresuran a imponer categorías que tienden a ocultar el sentido último de lo que acontece, los sectores económicos más poderosos detonan acciones, muchas veces silenciosas y oscuras, que buscan controlar los cambios para acrecentar su poder.
Mientras tanto, los que son más y tienen menos se desesperan para enfrentar una situación que los hunde todavía mas en la miseria y los atornilla en la primera trinchera que será arrasada por el virus.
Planificación de la vida social
Por estos días el ex secretario de Estado Henry Kissinger salió del ocaso de su vida para expresar su preocupación ante la magnitud de los desafíos mundiales del presente, al que definió como un verdadero cambio de época.
Apelando a la dirigencia, instó a recordar que *las naciones se cohesionan y florecen cuando creen en la capacidad de sus instituciones para prevenir las calamidades, detener su impacto y restablecer el equilibrio*.
Los estragos causados por la pandemia y la incapacidad para contenerla han socavado la confianza de la población en las instituciones.
Esto configura, según Kissinger, una situación extremadamente peligrosa.
De ahí la necesidad imperiosa de planificar el futuro al mismo tiempo que se combate la pandemia.
Si esto no ocurre el mundo que viene será un mundo en llamas.
El Financial Times, uno de los principales voceros de las finanzas internacionales y del pensamiento neoliberal, ha reconocido que la pandemia ha expuesto la enorme fragilidad y vulnerabilidad de una organización social, que es el resultado de cuatro décadas de políticas publicas que será necesario revertir.
En el futuro *los gobiernos tendrán que aceptar un rol más activo en la economía.
Deberán percibir a los servicios públicos como una inversión en lugar de un pasivo, deberán buscar formas de hacer menos inseguro al mercado de trabajo.
La redistribución volverá a estar en la agenda… y el salario universal básico y los impuestos a la riqueza deberán ser incorporados a la misma pues para demandar el sacrificio colectivo hay que ofrecer un contrato social que beneficie a todos*.
Así, para el FT el camino hacia un futuro distinto pasa por un aggiornamento del keynesianismo para legitimar al orden social.
Esta apelación no se da, sin embargo, en el vacío.
Constituye la música de fondo en un escenario signado por una batalla entre diversos actores sociales con intereses divergentes que pujan por obtener ventajas económicas y políticas de todo tipo.
En esta pelea, que viene de lejos, el Estado ha intervenido constantemente en la economía a través de diversas políticas especificas.
Ahora, en plena crisis, algunas de las instituciones cumplen un rol crucial.
Entre ellas se destaca, como vimos en la ultima nota, la intervención rápida y profunda de la Reserva Federal en el mercado financiero apropiando y distribuyendo recursos para salvar a algunos en detrimento de otros.
Este revoltijo oculta otro hecho de singular importancia:
algunos grandes intereses económicos han quedado resguardados de la crisis y parecen prosperar con la pandemia.
En particular, las grandes corporaciones que dominan la alta tecnología y la producción de medicamentos y vacunas aprovechan la pandemia para afianzar su poder económico y político al amparo de un Estado en las sombras cada vez mas poderoso que hace del espionaje el centro de su accionar.
La necesidad de contener a la pandemia vuelve aceptable socialmente un uso cada vez más abierto, profundo, y diversificado del seguimiento y la observación de la vida intima de los ciudadanos de a pie.
Así, mientras la pandemia y la cuarentena resultante han paralizado a la producción imponiendo un resquebrajamiento de las cadenas de valor global, también ha abierto una ancha avenida por la que transitan otros grandes intereses económicos que configuran un capitalismo de espionaje.
Este encuentra ahora una vía para legitimar su poder en la sociedad.
Nada, sin embargo, es definitivo.
Todo dependerá de la fuerza relativa de los distintos sectores en pugna, y de su capacidad para imponer sus intereses sobre el conjunto de la sociedad.
La pandemia obliga a las economías a utilizar parte de sus recursos para proteger la salud de su población y asegurar la alimentación de vastos sectores golpeados por la crisis.
Esto aumenta la dificultad que tienen para el pago de los intereses de su deuda en dólares.
Reflejando esta realidad cada vez más complicada, la apreciación del dólar ha incentivado una salida de capitales desde esta economía que es tres veces superior a la registrada durante el mismo periodo correspondiente a la crisis financiera de 2008.
Todo indica entonces que el posible default de la deuda en dólares de las economías emergentes constituye a corto plazo un importante factor de riesgo para la estabilidad del sistema financiero internacional.
Pandemia y desestabilización política
La cuarentena y la consiguiente paralización de la producción global ha asestado en los países más desarrollados un golpe brutal a los sectores más vulnerables de la sociedad y a las pequeñas y medianas empresas, principales proveedoras de empleo.
Los gobiernos han articulado medidas de apoyo financiero que implican un enorme aumento del gasto fiscal.
Estas medidas, sin embargo, solo cubren un corto lapso.
Su objetivo es impedir la ruptura de la cadena de pagos pues esto tendría enorme impacto sobre las deudas contraídas, el desempleo y el hambre de los sectores mas vulnerables y podría dar lugar al estallido de la protesta social.
La pandemia acelera el estallido de conflictos inevitables, pero por primera vez en mucho tiempo la índole de la crisis abre la oportunidad de una transformación social a condición de avanzar en la dirección correcta y con la participación ciudadana en el control de la gestión.
¿Genocidio? me planteaba al principio de éste post..
Ecuador es un teatro de operaciones que bien podría justificar mi pregunta;
-Hoy no escribo un texto.
Lo de hoy es un grito desesperado.
En Ecuador nos están dejando morir.
No es una sensación, es una realidad.
Hace tiempo que lo vienen preparando y esta pandemia se los sirvió en bandeja.
No alcanzó con la traición bien planificada de Lenin Moreno, ni con el esfuerzo denonado por menospreciar lo hecho por Correa.
Era necesario un castigo ejemplar.
Decirle a este pueblo de indios que Atahualpa ya había muerto, que a los dirigentes indígenas ya los habían comprado, que ellos habían vuelto para normalizar la patria.
Hoy no es que se les fue de la mano a pesar del esfuerzo.
Hoy es el resultado del esfuerzo hecho para castigar.
El resultado del odio, de la inoperancia, de la traición.
La cuarentena sin paliativos, sin contención, sin el estado presente es simplemente aislar para matar de a uno y sin capacidad de resistencia.
La desinformación coadyuva a la parálisis que también aisla.
En las ciudades donde las autoridades mantuvieron el tejido social, la idea de pueblo, el sentido solidario están sobreviviendo.
En donde culturalmente prima el sentido comunitario en torno a la tierra y su producción es donde menos efectividad tiene esta máquina de muerte.
Los muertos en la calle es la manera obscena de mostrar el castigo.
Las dictaduras militares dejan los ejecutados en la calles como escarmiento y forma de sembrar el terror.
Aqui está bien mostrado el sadismo de dejarlos librados a su suerte.
No aparecen en el Guayaquil coqueto, el del modelo exitoso.
Aparecen donde se vive apiñado, sin servicios o precarios, con un calor sofocante, donde la muerte se pasea con naturalidad y no hay recursos para pagar 1000 dólares el servicio funerario.
Es tal la desidia y el volumen de cadáveres acumulados que ya van apareciendo adentro de camiones de transportes de alimento conducidos hacia otros lugares de la provincia o del país.
Esto no es exageración , ni son las hordas correístas bombardeando con falsa información.
Es la triste consecuencia de un estado ausente, mentiroso, corrupto hasta la médula y dispuesto a no permitir que el fastidio ciudadano madure en organización..
Se nos piden datos numéricos que nada dicen ni representan, pues todos son datos mentirosos.
Los médicos amenazados con que si divulgan datos son echados.
A los cadáveres no se les realiza autopsia.
Lo que sí podemos contar son historias.
Amparito Salinas, encontrada en su casa sin alimento y sin vida.
Rosa Escobar, que habiéndose acabado el oxígeno que tenía salió a la vereda y con gritos desesperados murió frente a la mirada impotente de sus vecinos.
La familia de los Barriga a quienes encontraron toditos abrazados en la única cama de su habitación, y también los hermanitos Castro, a quienes alguien llevó ante la puerta del hospital y los dejó sentados en una silla hasta que sus cuerpos inertes llamaron la atención de algún enfermero.
Estas son historias concretas de gente concreta que se cuentan por cada barrio pobre de Guayaquil.
La vida no vale nada, como canta Blades.
A los médicos de la salud pública les está prohibido hacer reanimaciones, cuando llega la neumonía se abandona al paciente y el oxígeno cuando se acaba no se repone. Pero mientras tanto se paga al FMI 320 millones de dólares.
Esa es la prioridad.
A nadie extraña que la ministra de gobierno no tenga respuestas o mienta.
Es vieja conocida.
Comandó la represión en las protestas de octubre.
¿Qué significa para ella una persona más o menos?
En Baños quiso meter calladita a cinco policías presuntamente contagiados a pasar la cuarentena en la escuela de policía.
Enterado el alcalde le negó el permiso.
La respuesta fue dejar a Baños sin policía y en consecuencia sin seguridad.
Un vecino de Guayaquil luego de perder su segundo familiar gravó un video quejándose en duros términos de las autoridades y hoy está preso.
Buscan distraer y de paso demonizar a Correa y en un lawfare versión bananera lo condenaron a 8 años de prisión y 25 de inhabilitación por corrupto, mientras ellos hacen negocios con la compra de mascarillas o separan parte de las ayudas internacionales para sus propias campañas.
Así se maneja este gobierno.
Ecuador está agonizando.
Ayúdennos a que viva.
Tremendo..
Como tremendo es saber de muchas personas que se alegran con lo que nos pasa a todos...son los mismos de siempre, los que desean cosas terribles creyendo que esas cosas sólo les pasarán a los otros...y que deben ocurrir para que seamos mejores...o que aprendamos a través del dolor extremo.
Vaya para ellos éste artículo que relata el Periodista panameño Rolando Aponte;
-Tener que recibir una inyección en el estómago cada vez que necesitas un medicamento, que te puyen con una aguja en la arteria para medir el nivel de oxígeno en tu sangre, que se agoten las venas de tu mano de tanto canalizarte y que sea necesario buscar otros sitios para introducir la venoclisis.
Todo esto es parte de lo que significa tener COVID-19.
Hay aproximadamente 3,000 casos confirmados en Panamá.
Rolando Aponte, periodista de TVN Noticias es mucho más que solo una cifra.
Luego de ser diagnosticado positivo por COVID-19, envió este sábado 11 de abril un mensaje para todos los panameños, especialmente para aquellos que escogen desafiar la cuarentena y salir de sus casas.
*Si supieran lo que es esto, créanme que se quedarían en casa*, afirmó Aponte, la voz entrecortada, una descuidada barba blanquecina cubriendo su rostro.
Relató su experiencia, desde el momento en que le introdujeron un gigantesco hisopo por las fosas nasales, raspando en lo más hondo en busca del virus, hasta su llegada al hospital.
En el hospital, le canalizaron el brazo derecho unas cinco veces.
Cuando ya no dio más, empezaron a introducirle agujas por el izquierdo.
Cuando ya las venas del izquierdo se agotaron, lo canalizaron por el antebrazo y la muñeca.
*Si eso a ustedes no les molesta, les tengo otra noticia.
Cuando te dan tus medicamentos, te ponen una inyección en la barriga.
¡Duele y arde!*, exclamó.
Contó que el coronavirus golpea el sistema respiratorio, por lo que el cuerpo no recibe oxígeno suficiente.
Es por esto que muchas personas se desmayan, por falta de aire.
Para verificar el oxígeno en la sangre, los doctores deben introducir una aguja directamente a la arteria, en la muñeca.
*Señores, duele.
Eso duele.
Si no les importa y quieren pasar por todo esto, sigan en la calle*, añadió Aponte.
*Yo puedo entender que hay personas que están pasándola muy mal, que no tienen nada en la casa.
Creánme que me solidarizo con ellos.
Yo sé lo que es pasar hambre.
Pero piénselo señores.
Pongan su fe en Dios.
Se les quiere, por favor cuídense, quédense en casa*, concluyó.
Aponte permanece en el Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social.
La evolución de la enfermedad ha sido positiva y muestra síntomas de recuperación.
Su familia, amigos, excompañeros del Instituto Comercial Panamá, colegas y muchas otras personas más han expresado mensajes de solidaridad y esperan su
completa recuperación y retorno al ejercicio profesional.
Y finalmente en ésta jornada de reflexión quiero compartir apenas un extracto de una larga nota que todos ustedes deberían leer.
-Llamativamente los casos de supuestas o pretendidas conspiraciones que más difusión tienen en Internet actualmente, lugar privilegiado de los conspiranoicos, tienen como actor a uno o varios Estados o a un conjunto de individuos que ocupan los lugares más altos de la escala social, económica y política y conspiran para la dominación mundial de la toda Humanidad y parte del extranjero.
No voy a perder ni un minuto en responder a las *teorías* sobre el 11-S, la de la dominación mundial por una élite vinculada con los extraterrestres o con las lagartijas, los Illuminati o cualquiera otra bufonada, propia de idiotas conectados en vena a Internet las 24 horas del día los 365 días del año, pastoreados por gente sin escrúpulos que busca dinero y notoriedad.
Si estos majaderos tuvieran una vida social normal se dedicarían a cosas más productivas que buscar emociones intensas en desenmascarar absurdas conspiraciones mundiales que descubren, ¡oh casualidad de casualidades!, en Google, en Facebook o en Youtube.
Para ser tan oscuras esas conspiraciones bien que las encuentran en lugares de afluencia online masivas.
Son más gilipollas que los acumuladores de papel higiénico, más preocupados por sus culos que por su salud física o mental.
Pero sí que me interesa la porquería virtual sobre el coronavirus que estos días se difunde sobre conspiraciones chinas o norteamericanas.
Cualquier persona que utilice su cerebro al menos 10 minutos al día y posea algo más de una neurona, entenderá que si hay una teoría que afirma que a los chinos se les escapó el COVID-Q9 de un laboratorio en el que lo habían fabricado, y ello contaminó al resto del mundo, y si hay otra que acusa a Estados Unidos de haber provocado la pandemia para hundir a China, es que hay intereses de Estado detrás de ambas teorías.
Solo un breve inciso para preguntar a todos esos ociosos dedicados a la teoría general de la conspiración como base de sus pobres vidas cómo es posible que las dos superpotencias más grandes del mundo hayan fabricado dos conspiraciones para un mismo virus y ambas hayan descubierto que fue el otro el que lo fabricó y, aún más, como es posible que hayan llegado a ser superpotencias y dominar el mundo, teniendo a gente tan poco inteligente para salvaguardar sus secretos.
Los esbirros que propagan el bulo conspiracionista por un salario sirven conscientemente al poder de ambos imperialismos.
Condenar moralmente a quien es amoral por definición es absurdo, lo mismo que a la ultraderecha dedicada a la propagación del odio por los bulos que cada día crea y elabora contra las políticas de confinamiento y protección de la población, a fin de defender los intereses del capital.
La única respuesta que cabe frente a esa gentuza de estercolero es desenmascararla y acabar con ella.
Pero el idiota, el ignorante, el que carece de sentido crítico, el que difunde el conspiracionismo porque otros muchos lo han hecho antes, el que actúa frente a la realidad de forma autoreferencial, seleccionando solo los datos que confirman lo que previamente está empeñado en sostener, el que hace oídos sordos a los argumentos racionales, es el bobo útil.
Conspira no solo contra los intereses colectivos de las clases subalternas sino contra los suyos propios.
Es el correo de intereses de un capitalismo mundial, al que sirve como conspiratonto, que hará pagar, cuando pase la pandemia del coronavirus, a la clase trabajadora la caída de su tasa de ganancia en forma de recortes sociales mucho mayores de los hasta ahora conocidos, pobreza, paro y austeridad.
Su papel como difusor de teorías interesadas de la conspiración en torno al coronavirus sirve para distraer a las futuras víctimas de ese negro futuro que se nos viene encima.
Quien elige a uno de los imperialismos =sea el yankee, el chino, el ruso, el alemán o cualesquiera otro= como el bueno y al otro como el malo, siendo todos ellos partes del mismo capitalismo mundial, es una sabandija despreciable, sea de modo consciente o inconsciente, como esos idiotas que reenvían cualquier bulo, sin pensar en las consecuencias de sus propios actos.
Al fenómeno de la pandemia del coronavirus se han adosado otros dos epifenómenos como los parásitos que se fijan a la piel de un animal y sobre los que merece la pena que nos detengamos, por mucho que no hayan adquirido la notoriedad del discurso conspiracionista o conspiranoico pero que previsiblemente irán en aumento en los próximos tiempos.
Uno de ellos, estaba ya entre nosotros.
El otro ha acabado por emerger siguiendo la lógica de un discurso en sí mismo patológico.
Me refiero al brote de ecofascismo, que sigue una línea de discurso previo que lleva hasta sus últimas consecuencias, y a las supersticiones, esoterismos y pseudociencias que ahora proliferan con más auge en Internet, movidas por el negocio de gente sin escrúpulos y seguidas y difundidas por ignorantes.
En el caso del ecofascismo del que ahora empiezan a hacerse eco algunos medios de comunicación que antes daban alas a su desarrollo ideológico es necesario explicar de qué hablamos.
El ecofacismo actual, ligado a la crisis del coronavirus, poco tiene que ver con los neofascistas que pueblan Europa y gran parte del mundo, por mucho que ellos actúen con el oportunismo que les es propio, fomentándolo a través de ideas como la conexión patria-naturaleza-paisaje, del mismo modo que Edelweiss, por una pirueta histórica paso de ser un símbolo de la resistencia pasiva frente al nazismo, a ser la flor de éste, al evocar el clima agreste y las montañas en las que nace, tan queridas por esta ideología.
Viene de la mentalidad reaccionaria de algunas corrientes ecologistas y del totalitarismo que irradia el veganismo mayoritario.
Imágenes que estos días de confinamiento nos mostraban vídeos y fotografías de jabalíes hozando en la basura de los extrarradios de una ciudad, delfines saltando alegremente en aguas de las que habían desaparecido hacía años, descensos meteóricos del CO2 en grandes ciudades, cuyo aire era antes irrespirable, ríos muertos cuyas aguas ahora cristalinas volvían a estar llenas de peces,…
Imágenes idílicas que nos mostraban al coronavirus como el gran salvador de Gaia, como la oportunidad para la regeneración del Planeta mientras los seres humanos permanecían confinados en casa, conectados a un tubo de respiración en las UCIs del mundo, hacinados en las morgues de las ciudades.
No, el virus no era el asesino sino el ser humano el que destruía el Planeta.
Según tan aberrante idea, la Tierra se estaría *purgando* de la maldad destructiva del ser humano, salvándose al eliminar a buena parte de la humanidad.
Puro ultramaltusianismo nazi, no muy alejado de las aberraciones de ese grupo de zumbados de origen estadounidense =de donde provienen la mayoría de los grupos de tarados del mundo= que se hace llamar Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria y que propugna que el ser humano deje de reproducirse.
Claro, mejor adoptar gatitos y perritos, dónde va a parar.
Ese relato, aparentemente naif, que había sido antes alimentado por los medios del sistema en su *bienintencionada* intención de dar buenas noticias en medio del caos, el miedo y la muerte, tenía sus precedentes.
Recordemos como tan solo un mes antes de que estallara el coronavirus los veganos aún llamaban asesinos a los omnívoros por comer carne, los antitaurinos brindaban por la cogida del torero, deseando su muerte, o las corrientes más acríticas del ecologismo echaban sobre las espaldas individuales a partes iguales culpa y responsabilidad de destruir o salvar el Planeta, mientras esquivaban la condena al capitalismo como sistema de explotación del ser humano, de empobrecimiento de gran parte del mundo y de esquilmación de la naturaleza y de los recursos naturales.
Y es que, genios de la responsabilidad individual en la lucha contra el cambio climático, el capitalismo al que evitáis criticar carece de sentido social o de sensibilidad medioambiental.
Para él, el ridículo e hipócrita término de *sostenibilidad* solo se refiere a la de la tasa de ganancia y a la rentabilidad de la actividad económica.
Y lo demás, como siempre, mera propaganda.
En las redes sociales el algoritmo selecciona y segmenta las opiniones y preferencias, que no siempre son previas sino que pueden partir de contenidos compartidos sin ser consciente de su significado pero que van creando una comunidad de pensamiento en el que se va formando la opinión de grupo.
La responsabilidad del individuo debiera estar en tener criterio propio para discernir lo cierto de la basura, pero lo cierto es que en los tiempos actuales en los que se produce una sobresaturación de información, una sobreexposición a la misma y una velocidad de bombardeo de los contenidos, la capacidad de reflexión es mínima en la mayoría de los individuos que, en muchos casos, tienen una baja comprensión del significado de lo que leen, escuchan o ven, frecuentemente de forma descontextualizada y sin capacidad de reflexión.
Compartir o no contenidos se convierte en un acto de impulso, frecuentemente limitándose la motivación de hacerlo por el título de la *noticia* o quien sea el emisor.
Uno no siempre nace fascista, como no siempre nace imbécil.
Acabar siendo un fascista, o un memo que le da al botón de compartir sin saber lo que hace, es un proceso.
Cuando el desánimo es la tónica general, la razón parece batirse en retirada, la esperanza en la ciencia se tambalea y emergen de nuevo las sombras de las supersticiones, los charlatanes de números 806, los esoterismos más estrambóticos, los desaprensivos de las sanaciones espirituales, propagandistas de las pseudociencias y pseudoterapeutas, tarotistas, etc.
En estos días, diferentes instituciones y sociedades médicas se han visto obligadas a exigir, una vez más, al Gobierno español que ponga coto a los desmanes de pseudociencias y homeópatas por la gravedad para la vida humana del engaño con el que tratan de convencer a los sectores más crédulos de la sociedad de que su chamanismo de ocasión puede enfrentar al coronavirus.
Estos mercaderes del miedo, la ignorancia y la reacción llevan mucho tiempo vendiendo su mercadería del engaño pero, en medio de la pandemia del coronavirus, pueden añadir más letalidad con su homeopatía de agua con azúcar para desesperados y necios y el timo de la falsa esperanza en el resto de pseudociencias y demás inmundicia espiritualista.
Nuestra recopilación diria y actualización de datos.
España a ésta hora;
América Latina;
Ayer Sábado a media tarde;
-Brasil 20.022
-Ecuador 7.257
-Chile 6.927
-Perú 5.897
-México 3.844
-Panamá 2.974
-República Dominicana 2.620
-Colombia 2.473
-Argentina 1.975
-Puerto Rico 788
-Cuba 620
-Costa Rica 558
-Uruguay 494
-Honduras 392
-Bolivia 275
-Venezuela 175
-Paraguay 133
-Guatemala 126
-El Salvador 118
-Aruba 86
-Jamaica 65
-Haití-31
-Nicaragua-8
Hoy Domingo a media tarde;
-Brasil 21.065
-Ecuador 7.466
-Chile 7.213
-Perú 6.848
-México 4.219
-Panamá 3.234
-República Dominicana 2.967
-Colombia 2.709
-Argentina 2.142
-Puerto Rico 897
-Cuba 669
-Costa Rica 577
-Uruguay 501
-Honduras 393
-Bolivia 300
-Venezuela 175
-Guatemala 155
-Paraguay 134
-El Salvador 125
-Aruba 92
-Jamaica 69
-Haití-33
-Nicaragua-9
A no aflojar.
Gran abrazo.
Gilgamesh***
Fuentes;
-elortiba
-dejamelopensar
-tvn-2
-marat-asaltarloscielos
-rtve
domingo, 12 de abril de 2020
* Apestados; Coronavirus-61 *
Publicado por
Gilgamesh
en
16:22
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5 comentarios :
Plus One.
1:43:50 a 1:47:30 Juan Jesús Vallejo desde Bogotá. Tremendo.
Más allá de la Conspiranoia de bloques al uso creo que está desatándose otra. La de que los "malos" son ese Estado profundo en connivencia con China y los "buenos" están por destruirlo. Tan solo la gente debe tener paciencia y esperar que esa élite "buena" actúe. Toma ya... Y el caso es que si hacen algo la pinza que han dispuesto apretará más pero la gente aplaudirá la bota que le pisa.
No obstante creo que hay algo más que habría que añadir al artículo. La economía es la que manda. Y ese poder tiende a concentrarse. De hecho ya se concentró hace siglos¿Tanto como para que a día de hoy puedan controlar los dos bandos o bloques por parte de un grupo pequeño?
Yo creo que es posible. Y desdeñarlo un error. Y sí, vale, no tengo más elementos que internet e informaciones confusas. Tiemblo ante el pobre que se interese ahora por desentrañar cualquier teoría sin haber estado años "oliendo" entre líneas, retrocediendo de ideas que uno mismo ha tenido que reconstruir pero viendo un esqueleto que permanece siempre. Nunca dejaré de apuntar a las instituciones que mandaban en la Edad Media y que siguen ahora descafeinadas pero a nada que de ahonda se ve su gran poder. Ni a los que parecen empeñados en hacer cumplir sus propias profecías amparándose en su Dios. Y en todo caso si tal concentración de poder no es como barrunto por lo menos ,como un actor más,e hay que seguirles la pista. Saludos!!
Bueno...yo prefiero...desenpolvar viejos libros de expreciones autoctonas...esos que poco se ven...por ahora y con lo que tengo a mano y sobra de esta tierra en que naci...hago mis infuciones o agregados al mate...hasta ahora y desde hace años no me enfermo...pajaro bobo..jarilla.. retoruño...y otras yerbas que me sobran ayudan al sistema inmune...y lo digo con el abal del folklore de estas culturas argentinas ya perdidas en "campañas del desierto" y otras malas yerbas...no me hacen falta link ni internet para eso
Agrego..."inmundicia espiritualista" mmmm toca las 2 o 3 caras esa ultima nota...es el pensamiento con incertidumbre materialista...prácticamente enumera las cosas cronológicamente sin encontrarle un sentido final a los sucesos o si al final...
"Inmundicia espiritualista" con toda la intención de demacrar lo espiritual...no señor...no comparto su visión...
LEHAIM; gracias amigo.
Nefer; gracias amigo por tu reflexión, guerra de clases que no corren de costado sino de arriba hacia abajo y lo económico es el quid de la cuestión, creo.
Si el único mérito para ser *rico* es heredar o robarle a los demás ahí tenemos tal cual dices la respuesta en la edad media, cuando los *monarcas* debieron *reconvertirse* para salir del centro de la escena y no perder la cabeza y la vida.
Es todo un tema, jeje. Abrazo, gracias.
Alquimista; muy de acuerdo con nuestra *medicina* autóctona, lo cual considero como ayuda para una vida más saludable, pero pese a ella y su vieja eficacia, cada persona es como un punto luminoso en el cielo nocturno, la gente se enferma y se muere igual, con o sin medicina *natural*, cuando uno va al Hospital Público gratuito uno ve allí tanto a blancos como a negros, a jóvenes como a viejos, a descendientes europeos como a autóctonos o pueblos originarios,
por lo cual habrán métodos alimentarios o *naturistas* que ayudan, pero no siempre, ni en todos los casos, ahora bien si vos tenés 110 años...entonces me saco el sombrero, jeje.
Y sobre la *inmundicia espiritualista* yo estoy completamente de acuerdo, entendiendo como *inmundicia* a cualquier método de manipulación que desmerece a la *Espiritualidad*, o a cualquier *negocito* individual disfrazado de Espiritualidad, creo que eso es lo que quiso decir el editor de la nota, y no denigrar al sano Espiritualismo, sino más bien pegarle a la *chantada* que lamentablemente muchos confunden con Espiritualidad pura y sana. Gracias por tu opinión.
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