miércoles, 8 de abril de 2015

* El árbol y el bosque *

***Bella noche para todos.

Nada que destacar con el Sol excepto la caída de instrumentos y el baile solar tipo Lambada en SDO...

Y como a muchos de ustedes les interesan más las reflexiones compartidas que el Sol, les voy a compartir algunas cosas.
Cosas que intento desgranar desde mi vida personal pero con la intención de que le saquen algún provecho, porque seguramente a todos nos han atravesado las mismas cosas, o al menos muy similares.

Papá era un hombre difícil.
Le costaba mucho expresar el afecto, recibir un abrazo del viejo era casi una misión imposible.
Recuerdo que cada vez que yo tenía algún logro en mi vida personal y se lo transmitía, esperaba como todo jóven ese orgullo del padre hacia el hijo, sin embargo a Papá le costaba ser demostrativo y peor aún, parecía eludir dar el elogio o el abrazo, haciendo una crítica..
Será por eso que ando derrochando abrazos por la vida y a mis hijos nunca les hice faltar esos abrazos tan necesarios.



Con el correr de los años y habiendo madurado, pude comprender que Papá se enorgullecía y se sentía feliz, pero era su pasado, su educación, su época y su niñez lo que le habían privado de exteriorizar y priorizar la valoración de las personas que amaba, como fué mi caso.

Descubrí más tarde, que el brillo de sus ojos y la sonrisa tímida eran el reflejo de su amor.
Yo mismo en algún momento de mi vida carecí de la capacidad de advertir más las virtudes que los defectos en el otro, y me juré no revivir el patrón genético de mi viejo.
Lamentablemente cuando el árbol no nos deja ver el bosque cometemos el error de alejar a las personas que realmente son valiosas y buenas, en lugar de priorizar sus muchísimas virtudes, ponemos más énfasis en cosas que alguna escasa vez nos pudieron desagradar de ellas.



Y en lugar de cuidarlas y hacerlas sentir a gusto pareciera que les damos un empujón para que se vayan..
Generalmente éstas conductas inexplicables generan un aprendizaje doloroso que se logra advertir de manera tardía, cuando a esas personas ya las hemos perdido.
Y es que como con Papá, hay personas a las cuales parece que nunca les es suficiente nada de lo mucho que podamos darles, sé que lo que reciben de nosotros lo disfrutan y nos quieren, pero tal vez ese *mucho* o ese *tanto*, de tan común y habitual, pasa a ser una rutina que sólo deja de ser rutina para transformarse en arrepentimiento cuando todo eso ya no está. 

Si no hubiera llegado a comprender a Papá, se me hubiera ido la vida esperando lo que nunca llegaría, y yo no tendría manera de explicar qué más, o cuánto más, tendría que hacerle llegar para que en lugar de recibir una crítica...por fin...recibiera sus abrazos..

A veces ocurre lo contrario, nos extralimitamos cuando intentamos amar a alguien compartiéndoles nuestra opinión, que no busca marcarle defectos o regodearnos con falencias sino que por el contrario, nos invita a tratar de darles una visión distinta para que puedan salir de algo que les aqueja.



Extralimitaciones que son tales porque entramos a caminar en la delgada línea de amar demasiado y terminar fastidiando ese orgullo o amor propio que muchas personas tienen, y que de ninguna manera toman como un acto de amor sino más bien como una agresión. 
Es increíble que esas personas le paguen a alguien llamado Psicólogo o Psicoterapeuta para que les marque sus defectos y los corrija, mientras que a quienes les regalan su más amorosa opinión y no les cobran ni un peso...les terminan reprochando la forma en la que les intentan ayudar. 

Será que pagar hace creer que la crítica tiene más valor..realmente no lo sé, pero me resulta también inexplicable esa forma de empujar a alguien valioso en lugar de retenerlo y valorarlo.
Son esas cosas que tiene el ser humano, que todos tenemos, sentimientos arcónticos difíciles de depurar. Cuando la mujer elige a su hombre por el bolsillo o por la belleza física y ese hombre termina siendo una pesadilla, seguramente, ha desechado por no poseer atributos materiales a quien más le iba a amar. 

Hombres que eligen a la mujer por la belleza, y cuando termina siendo la madre de sus hijos y ya es tarde para exigir devoluciones se encuentran que esa mujer les dice que se acabó el amor y que..*adiós cariño*, mientras en el camino dejó de lado a la mujer que le haría el hombre más feliz de su vida.



No sabemos cuidar a las personas valiosas, repelemos lo bueno y atraemos lo malo.
Después es el tiempo el que nos educa y lamentablemente ya estamos viejos para repetir el grado o recibir el diploma.
Habrá un tiempo seguramente en nuestras vidas, en el cual las imágenes cuan películas congeladas comiencen a correr vertiginosa y duramente, para recordarnos cuantas cosas perdimos por no saber cuidarlas, que no implicaba apropiarse de ellas sino..valorizarlas y ponerlas en el lugar que realmente merecían.

Hasta la caducidad puesta por el demiurgo es astutamente amarga, él sabe que vamos a aprender cuando ya es tarde para rectificar, cuando las rodillas colapsan y no son capaces de cargar el cuerpo, cuando las arterias se vuelven caños corroídos, cuando el corazón ya no tiene la capacidad de seguir latiendo o cuando necesitamos una prórroga de tiempo para empezar a disfrutar de lo aprendido, zas...se acabó el curso..y no hay viaje de egresados.

¿Seremos capaces de poder ver el bosque en lugar de ver sólo al árbol?, no lo sé, pero créanme que seguramente muchos nos esforzamos por hacerlo, aunque los resultados vayan poniendo un *insuficiente* en la pluma de quienes no nos aprueban.



Y como reflexionar sobre cosas que nos suelen dejar medio pensativos, suelo evocar la música a manera de cremallera que cierra un momento, porque si no se sale rápidamente de él, uno se queda frizado en las reflexiones y reflexionar demasiado nos quita de la necesaria acción.

Gran canción de esas que me elevan y me ayudan a hacer la trancisión entre la reflexión profunda y la vuelta a la normalidad cotidiana.
Gran voz, gran versión de ésta mujer que se fué muy jóven, a la misma edad que el Cristo, 33 años. 
Eva Cassidy su nombre, y su nacimiento apenas 9 meses antes que el mío, y su partida de ésta realidad justamente en el mismo mes de mi nacimiento, 33 años después. 

Seguramente que cuando ya no estaba más aquí, se le dió el lugar que antes merecía y no le habían otorgado.
Versión de aquellas francesas.. hojas muertas...*Les feuilles mortes* creada en el 45 por Jacques Prévert y Joseph Kosma.

Eva la eligió y la cantó aunque increíblemente, tanto ella como yo naciéramos 18 años después...
Esa es la magia de la música..., seguro que después que la escuches un par de veces no la vas a olvidar..




Si antes de la medianoche algo importante nos convoca, regreso.
De lo contrario, un fuerte abrazo y que descansen.

Gilgamesh***

No hay comentarios :