martes, 27 de noviembre de 2018

* Ex-Machina-72 *

***Preciosa última noche de un Martes *Novembrino* 2018, para todxs.



Audio correspondiente a Hernández, quien explica cómo hemos llegado a éste proceso mezquino de individualización y cómo nuestros proyectos de vida se han tristemente *estandarizado*.



Y como yapa, al haber neologizado a Noviembre como *Novembrino*, me permito compartirles el porqué, gracias a una hermosa y poética referencia de José Miguel Domínguez Leal, a quien recomiendo leer en su blog; *memoriametrica*, que viene de perillas para tipos/as como yo, en momentos como éste;

-*Novembrino* es un adjetivo que no aparece en el diccionario de la RAE, pero sí en un poema de Miguel Labordeta, *Momento Novembrino*.

Me hallo en un estado de espíritu similar al que deja traslucir Labordeta en su poema, atado a su *zaragozana gusanera*.

En noviembre descubro una clase especial de melancolía, difusa en la tierra de nadie del calendario.
No tan lejos de las delicias estivales, que se te antojan el reino de la infancia en su breve ilimitud, el ritmo de trabajo se acrecienta y rutinaliza, sin que haya llegado el alborozado diciembre a introducirte en la Epifanía, calurosa de luces, recuerdos y ensoñaciones compartidas, que te induce a aceptar de buena gana el invierno prolongado, encarnado en frío y trabajo vasodilatador.

Sientes, pues, que puede haber aún una marcha atrás, una posibilidad de retroceder a terrenos vírgenes de la memoria, que te aseguren al menos una existencia a la que poder sustraerse cuando se quiera.

La melancolía te sorprende entonces en cualquier parte; en el trabajo, donde descubres tus propios límites, por honrosos que parezcan, y lo importante que ha sido la fuerza de voluntad en tu vida para salir adelante, y seguir teniendo hambre de aprender; en casa, cuando piensas cuántos años podrás continuar con este ritmo vital, del que te quedan, al menos, veinte años por delante, y la evidencia de cómo las rutinas y las fruslerías cotidianas llenan tu vida hasta casi el borde, de las que procuras huir buscando *agujeros en el tiempo*, hechos de lectura, reflexión y, en ocasiones contadas, de poesía.

En fin, un asco noviembre, cuando deja de ser octiembre, y aún no es otra promesa perdida en el recuerdo.

Muy fuerte Abrazo.

Gracias a José Miguel por ese puñado de perlas y a Patxi, por su pregunta sin respuesta para él, aunque sí para muchos de nosotros, allende su bella existencia, ...y la nuestra.



Gilgamesh***

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