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martes, 28 de enero de 2020

* Cristo; el látigo y los mercaderes del templo-parte 2 *

***Bella noche de Martes para todxs.

Comienza el ameno relato de lo que ocurrió aquél día y que hallé en el sitio de RADIALISTAS

Cuando logramos *visualizar* el  incidente lo alcanzamos a dimensionar tal cual fué.

Desde muy temprano, la gran explanada del Templo de Jerusalén se había inundado de vendedores de vacas, corderos y palomas.
Junto a las columnas del pórtico de Salomón, los buhoneros pusieron sus carretones con amuletos y mil baratijas.
Sobre la escalinata que daba a los atrios interiores, se apostaron los cambistas de monedas.

Resonaban las maldiciones y los regateos y, en el aire, como una nube espesa, flotaba el olor a sangre de los animales degollados, mezclado con el hedor del estiércol y el sudor rancio de los miles de peregrinos que abarrotaban la explanada.

En medio de aquella barahúnda de gente y animales, entramos nosotros, forzando la Puerta Dorada:
una avalancha de campesinos de Betania, de forasteros galileos, de hombres y mujeres agitando con entusiasmo ramas de laurel y de palmera, enronquecidos ya de tanto gritar vitoreando al Mesías, al Hijo de David.

Todos– ¡Hosanna, hosanna, justicia hoy, no mañana! ¡Hosanna, hosanna, justicia, hoy, no mañana!

Hombre – ¡Arriba el profeta de Nazaret!

Todos – ¡Arriba!

Mujer – ¡Abajo Caifás y toda su pandilla!

Todos – ¡Abajo!

Jesús iba delante, montado en una burra, apretujado por la enorme multitud que llenaba el atrio de los gentiles.

Jesús– ¡Amigos de Jerusalén! ¡Ha llegado el Reino de Dios!
¡El mundo viejo se acaba!
¡Dios ha visto la opresión de nuestro pueblo y ha escuchado nuestro clamor!
¡Dios quiere liberarnos de todo yugo para que podamos servirle con libertad, con la frente bien alta, sobre una tierra nueva!
¡Que la justicia corra como un río y la paz como un torrente desbordado!

Hombre– ¡Que viva Jesús, el Mesías de Dios!

Todos– ¡Que viva!

Mujer– ¡El Mesías ya está aquí, es el Hijo de David!

Todos– ¡El Mesías ya está aquí, es el Hijo de David!

El sol ardiendo sacaba humo de los mosaicos que cubrían la gran explanada del Templo.
Desde los muros de la Torre Antonia, los soldados romanos, con sus corazas de metal y sus lanzas, nos miraban con desprecio y esperaban órdenes para disolver el tumulto.

Todos– ¡El Mesías ya está aquí, es el Hijo de David!

Cuando apenas habíamos llegado a la primera terraza, un grupo de levitas y guardianes del Templo nos cortaron el paso amenazándonos con el puño.

Levita– ¡Al diablo con ustedes!
¿Se puede saber quién ha organizado este desorden?

Jesús– ¡El desorden lo han organizado ustedes, que han convertido la Casa de Dios en un mercado!

Todos– ¡Bien dicho! ¡Bien!
¡El Mesías ya está aquí, es el Hijo de David!

Levita – Galileo rebelde, ¿es que no oyes lo que está gritando esta chusma?
¿No estás oyendo la insolencia?

Hombre– ¡Jesús es el Mesías! ¡Que viva Jesús!

Todos– ¡Que viva!

Levita– ¡Tápenle la boca a todos estos blasfemos!

Jesús – ¡Ni ustedes ni nadie nos callarán porque venimos en nombre de Dios!
¡Y si nos cierran la boca, gritarán las piedras!

Levita– ¿Nos estás amenazando, maldito?

Jesús– ¡Es Dios el que levanta el dedo contra ustedes, es Dios el que se tapa la cara cuando ve la abominación que ustedes han hecho en el lugar más santo!

Mujer – ¡Así se habla, caramba! ¡Duro con ellos, Jesús, bien duro!

Hombre – ¡Arriba el que viene en nombre del Señor!

Todos – ¡Arriba!

Los levitas tuvieron que echarse a un lado y dejarnos pasar.
A Jesús le saltaban chispas por los ojos, como si llevara un horno dentro.
Avanzó con prisa, por entre los corrales de vacas y de corderos, hasta ganar las primeras gradas, ya cerca de la gran escalinata repleta de pequeñas mesas donde se cambiaban las monedas griegas y romanas para pagar los impuestos del Templo en beneficio de Caifás y los sacerdotes.

Jesús se subió en el quicio de la terraza y con el brazo extendido, como Moisés cuando partió en dos el Mar Rojo, señaló al fastuoso templo de oro y mármol que tenía frente a él.

Jesús– ¡Amigos de Jerusalén!
¡Ahí dentro están los sacerdotes y los fariseos y los maestros de la Ley!
¡Están sentados en la cátedra de Moisés!
¡Y si Moisés levantara la cabeza, los sacaba a todos ellos a bastonazos!
¡Porque ellos se llaman representantes de Dios y a quien representan es a Mamón, el dios del dinero!
¡Porque con la boca hablan de la Ley de Moisés, pero las manos se les van detrás del becerro de oro!

Todos– ¡Bien, bien!
¡Duro con ellos, Jesús!

Jesús– ¡Ahí están los hipócritas!
¡Ahí están los que dicen y no hacen!
¡A nosotros nos echan encima una carga de leyes, nos ahogan con impuestos, con ayunos, con penitencias que ellos mismos no cumplen, con mil normas que ellos mismos se inventan!
¡Y nosotros con el yugo sobre la nuca y ellos no mueven ni el dedo meñique para aligerarnos la carga!

Todos– ¡Así es, así es! ¡Dales duro, Jesús!

Jesús– ¡Ahí están los hipócritas!
¡Dicen que todos somos hermanos, pero ellos corren detrás de los primeros puestos y se ponen ropas de lujo y quieren que les besemos la mano y que los llamemos padres y maestros!
¿Maestros de qué?
¡De la mentira, porque eso es lo que enseñan!
¿Padres de qué?
¡De la avaricia, porque eso es lo que hacen, robar y comerciar con las cosas de Dios!

Todos– ¡Bien, bien!

Jesús– ¡Nosotros a nadie llamaremos padre ni maestro porque hay uno solo, el que está arriba, el Dios que levanta a los humildes y echa abajo los tronos de los poderosos! ¡Que viva el Dios de Israel!

Todos– ¡Que viva, que viva!

En ese momento, rojos de ira, bajaron por las escalinatas un grupo de sacerdotes con el comandante de la guardia del Templo al frente de ellos.
Venían vestidos con sus túnicas negras y altas tiaras sobre la cabeza.

Sacerdote– ¡Cállate, maldito!
¿Con qué derecho insultas a los ministros de Dios, tú que eres un laico ignorante, un campesino cargado de mugre, que apestas más que la basura de la gehenna?

Jesús– ¡La peste y la basura la trajeron ustedes, traficantes de Satán, que llenaron la casa de Dios con vacas y ovejas para engordar los bolsillos de ese viejo ladrón que se llama Anás!

Sacerdote– Pero, ¿cómo te atreves a hablar así, hijo de ramera?
¿No sabes dónde estás?
¡Este es el Templo del Altísimo de Israel!
¡Estás a dos palmos del Santo de los Santos donde vive el Dios Bendito!

Jesús– No, qué va, ahí no está el Bendito.
¡El Dios de Israel dio media vuelta y se fue de aquí, porque ustedes convirtieron su casa en un mercado y su religión en un negocio!
¡Y yo les digo que de este Templo no quedará una piedra sobre otra!
¡Todo esto se vendrá abajo como la estatua que vio el profeta Daniel, una estatua enorme y lujosa pero que tenía los pies de barro!
¡Y con una piedra se derrumbó entera!
¡Nosotros somos esa piedra y Dios nos lanzó hoy contra este Templo que tiene los cimientos de barro!

Sacerdote– ¡Las piedras te las vamos a lanzar a ti, agitador, blasfemo de la mayor blasfemia, porque has hablado contra el santo Templo del Altísimo!

Jesús– Te equivocas, amigo.
Esto no es un Templo.
¡Es una tumba!
¡Un sepulcro cubierto de mármoles!
Pero por dentro está todo podrido.

¡Y ustedes también huelen a muerto!
¡Sepulcros pintados con cal, eso es lo que son ustedes!
Por fuera bonitos, por dentro llenos de gusanos.
¡Hipócritas!

Atropellan a las viudas, venden a los huérfanos por un par de sandalias y luego vienen aquí a dar limosna.
Primero le arrancan el pan de la boca a los pobres y luego ayunan en honor de Dios.
Primero amenazan con el puño a los infelices y luego vienen muy piadosos a rezar en el Templo, como si Dios no se diera cuenta de toda la mentira de ustedes, fariseos y farsantes, que se tragan los camellos enteros y luego cuelan el mosquito.

Todos– ¡Hosanna, hosanna, justicia hoy, no mañana!
¡Hosanna, hosanna, justicia hoy, no mañana!

Sacerdote– ¡Este hombre está endemoniado!
¡Es un peligro para todos!
¡Háganlo callar!
¡Háganlo callar!

Jesús– Claro, porque no les conviene que digamos la verdad.
Porque la verdad hace libres a los hombres y ustedes quieren que sigamos con la venda sobre los ojos para seguir aprovechándose de nosotros.
¡Los demonios son ustedes, raza de víboras, hijos de la serpiente que engañó a nuestros primeros padres!

Todos– ¡Bien, Jesús, bien! ¡Así se habla!

Entonces, aparecieron en el umbral de la Puerta de Corinto, la que llaman la Hermosa, cuatro ancianos del Sanedrín, con túnicas de lino puro y las manos muy enjoyadas. 
Eran los magistrados más temidos y más poderosos de nuestro pueblo, parientes del sumo sacerdote Caifás, de la más alta aristocracia de Jerusalén.

Cuando los vimos salir, retrocedimos un poco.
Hasta los cambistas de monedas y los vendedores que se apiñaban en la escalinata, dejaron sus negocios para ver cómo terminaba aquello.
Los magistrados se quedaron arriba, junto a la Puerta.
Rezumaban odio contra Jesús, pero se contuvieron para no amotinar más al pueblo.

Magistrado- ¡Basta ya de tonterías, galileo embaucador!
Pero, ¿quién te has creído que eres?
¿Piensas que vamos a soportar que, en nuestras narices, vengas tú, un campesino con las sandalias rotas, a vomitar tus resentimientos?
¡Vamos, largo de aquí!
¡Váyanse todos por las buenas, si no quieren que los echemos por las malas!
¡Hemos dicho que se vayan!

Jesús– Son ustedes los que tienen que irse de este lugar y dejarnos vivir en paz.
¡Ustedes son los embaucadores del pueblo, ustedes que tienen más crímenes que años sobre sus espaldas!

Magistrado- ¡Este rebelde debe morir!
¡Debe ser apedreado ahora mismo!

Jesús– ¡Háganlo, sí, ésa es la costumbre de ustedes!
¡Primero matan a los profetas y luego, cuando pasó el peligro, les levantan monumentos y les adornan las tumbas!
¡Asesinos!
¡Tienen las manos manchadas de sangre inocente!
¡Pero Dios les pedirá cuenta de toda esa sangre derramada por ustedes, desde la sangre del justo Abel hasta la de Zacarías, el hijo de Berequías, que ustedes mataron aquí mismo, junto al altar de Dios!

Uno de los ancianos, con los ojos inyectados de cólera, levantó el puño para maldecir.

Magistrado- ¡Anatema contra ti, perro rabioso!
¡Anatema contra todos ustedes, rebeldes!
¡El castigo de Dios será terrible!

Jesús– No nos asustan sus palabras, magistrado del Sanedrín.
Dios está de nuestra parte.
¡Y es Dios el que lanza el anatema contra ustedes, que han convertido su Casa de oración en una cueva de bandoleros!

Jesús se agachó y tomó del suelo unas cuerdas que habían servido para amarrar el ganado.
Les dio una vuelta en la mano y se abalanzó por la escalinata subiendo las gradas de dos en dos.
Nosotros fuimos detrás, atropelladamente.
Jesús blandía el látigo con tanta furia que los cuatro ancianos entraron huyendo por la puerta por donde habían aparecido.
Cuando llegó arriba, gritó con autoridad.

Jesús– ¡Fuera de aquí, mercaderes de Satán, fuera de aquí!

La algarabía fue espantosa.
Jesús volcó las mesas repletas de monedas y las echó escaleras abajo.
La gente se tiraba sobre el dinero y los cambistas, enfurecidos, se tiraban sobre la gente.
Una y otra vez Jesús descargó el látigo sobre las balanzas de los impuestos.
Las vacas y ovejas se espantaron con aquel griterío y echaron a correr por la explanada.

La gente chillaba y los vendedores se desgañitaban maldiciendo.
Volaban las palomas y también los puñetazos.
Como el tumulto iba en aumento, los soldados de la Torre Antonia comenzaron a movilizarse.
Pero Jesús seguía hablando enardecido.

Jesús– ¡Díganle a Caifás que mañana iremos frente a su palacio, y pasado mañana iremos donde Herodes a acusarlo en su madriguera, y luego iremos donde Poncio Pilato delante de la Torre Antonia!
¡Y al tercer día Dios vencerá!
¡Ha llegado el Día grande del Señor, el Día de la liberación!

Todos– ¡Libertad, libertad, libertad, libertad!

Levita– ¡Metan preso a ese rebelde!
¡Que no se escape!

Sacerdote– ¡Metan presa a toda la ciudad si hace falta!

Mujer- ¡Ay, Dios santo, van a matamos a todos!
¡Corran, muchachos!

En medio de aquel torbellino humano, logramos sacar a Jesús por los pórticos hacia el barrio de Ofel.
De allí, fuimos escondiéndonos, hasta la Puerta de Sión, a la casa de Marcos, el amigo de Pedro.
Cuando se hizo de noche, escapamos hacia Betania.

Aquel día la colina del Templo de Jerusalén tembló desde sus cimientos, como cuando Elías, allá en el Carmelo, empuñó el látigo de Dios contra los sacerdotes de Baal.

Mateo 21,12-17 y 23,1-36
Marcos 11,15-19 y 12,38-40
Lucas 11,37-52 y 19,45-48
Juan 2,13-22.

Fuerte abrazo, en la próxima entrega vamos a conocer el análisis sobre todo ésto a cargo de una eminencia en el tema, que con su experticia va a dejar en claro, así lo creo yo, lo que todos nos hemos preguntado alguna vez.

Gilgamesh***

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lunes, 27 de enero de 2020

* Cristo; el látigo y los mercaderes del templo-parte 1 *

***Hermosa noche de Lunes para todxs.

Anticipaba hoy al mediodía que daría inicio a ésta zaga luego de un intercambio sano de opiniones en la sección comentarios con Xala, Alquimista, LEHAIM, y yo.

Aquello de Cristo sacando a *latigazos* a los mercaderes del templo es quizás lo único que no me cerraba en la historia del Nazareno de acuerdo a su legajo, esa actitud no me cerraba o al menos desconfiaba de la verdadera traducción o interpretación de aquél relato, ésto se lo dije a éstos compañerxs y les sugerí que probablemente el hecho de que el Maestro anduviera con un látigo en mano de acuerdo al relato bíblico, no implicaba que de hecho se lo hubiera pegado en el lomo a todas esas personas.

Cerré mi comentario ese día diciéndole a los compañerxs que éste tema siempre me había quedado pendiente para hacer una investigación realmente más profunda y es lo que ha ocurrido.
Me tomé unas cuantas horas durante un par de días para investigar más a fondo y satisfactoriamente he hallado respuestas claras que me permiten ver que en mis apreciaciones preliminares no estaba mal rumbeado.

Así que entonces paso a compartirles los resultados que hallé esperando que les sea de suma utilidad.
Para tal fin estimo que nos llevará al menos unas 5 o 6 entregas que recomiendo seguir y no perder el hilo del asunto y en todo caso si les interesa dejar vuestra opinión saben que será un gusto poder intercambiar reflexiones o acotaciones al márgen.

Ahora la presentación y la primera parte de tres sobre un relato muy especial de aquél hecho que le agrega ciertos matices para tener una mirada más amena y comprensiva de aquellos hechos.

Evitaré acompañar con imágenes ya que de por sí ésta publicación me requiere un tiempo importante de edición y voy a preponderar entonces lo textual;

-El Templo designa un amplísimo recinto que dominaba por completo Jerusalén.
Comprendía el santuario =especie de capilla donde la religión judía localizaba la presencia de Dios=, el atrio de los sacerdotes y otros tres atrios o patios rodeados por amplios pórticos con columnas.
Los tres atrios donde podían entrar los laicos eran: 
el de los paganos =único lugar del templo al que podían pasar los extranjeros no judíos=, el de las mujeres =sólo podían llegar las mujeres hasta esta zona= y el de los israelitas =donde entraban los judíos varones=.

En el santuario sólo podían entrar los sacerdotes.
La estructura del templo, sus divisiones, eran un reflejo del sistema jerárquico y discriminatorio de la sociedad.
Desde cualquier punto de vista, religioso, político, social y económico, el Templo de Jerusalén era la institución más importante de Israel en tiempos de Jesús.
Lo era para las autoridades religiosas =sacerdotes, sanedritas, levitas, fariseos, escribas=.
Cada uno de estos grupos, a su modo, vivían del Templo y usaban su significación religiosa para su propio provecho.

Lo era para el pueblo, que vivía anonadado ante la magnificencia de aquel suntuoso y descomunal edificio.
La trascendencia de aquel lugar no pasó desapercibida para el imperio romano.
Tras difíciles negociaciones, los gobernadores romanos consiguieron que se ofreciera diariamente en el Templo un sacrificio por el emperador.
Con esto, los israelitas quedaban dispensados de cualquier otra forma de culto al soberano de Roma.
En el Templo se daba culto a Dios.

Un culto en forma de oraciones, cánticos, perfumes que se quemaban, procesiones de alabanza.
Y un culto en forma de sacrificios sangrientos de animales o de otros productos del campo =trigo, vino, panes, aceite=.
Los sacrificios son expresión de un profundo sentimiento religioso del ser humano.
En todas las culturas primitivas el hombre ofreció a Dios algo suyo destruyéndolo, matándolo, quemándolo como un símbolo de sumisión, como forma de pedir ayuda o perdón.

En tiempos de Jesús, la mayoría de los animales que se sacrificaban en el Templo se vendían allí mismo o en tiendas cercanas que pertenecían también al Templo.
Se entregaban después a los sacerdotes, que los quemaban totalmente o los degollaban dentro del santuario esparciendo sobre el altar la sangre como ofrenda agradable a Dios.
El resto del animal se lo solían comer los sacerdotes y el que lo había ofrecido.

Todos los días del año había sacrificios en el Templo, pero en la semana de Pascua se multiplicaban.
Cada día se sacrificaban dos toros, un carnero, siete corderos y un macho cabrío en nombre de todo el pueblo.

Además había multitud de otros sacrificios privados por las más variadas razones:
pecados, impurezas, promesas, votos.
Las víctimas pascuales propiamente dichas =corderos machos y jóvenes, según lo prescrito por la Ley= llegaban en los días de la fiesta de Pascua a decenas de miles. 
Algún historiador da la cifra de más de 250 mil corderos sacrificados en la Pascua.

El culto del Templo representaba la fuente de ingresos más importante de Jerusalén.
Del Templo vivía la aristocracia sacerdotal, los simples sacerdotes y multitud de empleados de distinta categoría =policías, músicos, albañiles, orfebres, pintores=.

Enormes cantidades de dinero afluían hacia el Templo.
Venían de donaciones de personas piadosas, del comercio de ganado, de los tributos que los israelitas habían de pagar, de promesas.
Administrar el fabuloso Tesoro del Templo era estar colocado en el puesto de máximo poder económico de todo el país.

La familia de los sumos sacerdotes ejercía este cargo a través de un cuerpo de tres tesoreros afines, a veces de su propia parentela.
En tiempos de Jesús, el negocio de los animales para los sacrificios pertenecía a Anás y a su familia.

A tan fabuloso poderío económico estaba ligado el poder político.
El Sanedrín, máximo órgano religioso-político-jurídico de Israel, tenía sus sesiones en el Templo y lo presidía el sumo sacerdote.
Ninguna institución de nuestro tiempo es comparable a lo que fue para Israel el Templo de Jerusalén ni ningún edificio-símbolo de poder actual puede ponerse en paralelo con esta institución.
En el año 70 después de Jesús, el Templo fue incendiado y arrasado por los romanos, que sofocaron así una revuelta nacionalista judía.

No quedó del Templo, una de las grandes maravillas del mundo antiguo, piedra sobre piedra.
Hoy sólo se conserva de él un trozo de uno de los muros que le servían de muralla:
el llamado *muro de las lamentaciones*.
Junto a este muro, los judíos lloran todavía por la destrucción del Templo, ocurrida hace casi dos mil años.
Allí celebran sus fiestas, rezan y alaban al Dios de sus antepasados.

El lugar que ocupaba aquel grandioso edificio es hoy una inmensa explanada =491 × 310 metros=, en el barrio árabe de Jerusalén.
En el centro de esta explanada se alza la bellísima mezquita de Omar o mezquita de la Roca.
Fue construida allí en el siglo VII por los árabes, cuando se hicieron dueños de Jerusalén.
En el interior de la mezquita hay una enorme roca que los judíos veneraron como el monte Moria en el que Abraham iba a sacrificar a Isaac, y en donde se realizaban los sacrificios de animales en el Templo.

El atrio de los gentiles =de los paganos=, el más exterior de los atrios del Templo de Jerusalén, era la llamada *explanada del Templo*.
Tenía siete puertas de entrada y allí se instalaba el mercado de animales para los sacrificios =toros, terneros, ovejas, cabras, palomas= y las mesas para el cambio de moneda.

El atrio tenía una superficie de 480 × 300 metros y estaba rodeado por columnatas y un muro de 5 metros de espesor, construido con piedras de 10 metros y de hasta 100 toneladas de peso.
El atrio de los gentiles terminaba en un muro bajo, en el que letreros en latín y griego advertían los no judíos que si lo traspasaban serían ejecutados.

Los cambistas de monedas, a los que Jesús volcó sus mesas en el Templo de Jerusalén, tenían como función cambiar el dinero extranjero =griego o romano=, que traían los peregrinos al Templo para pagar sus impuestos, por la moneda propia del santuario.
Las monedas extranjeras llevaban grabada la imagen del emperador, un hombre divinizado, y por lo tanto, eran para los judíos blasfemas e impuras.
Por eso, este dinero no podía entrar en lugar sagrado y era necesario cambiarlo.

Todos los israelitas estaban obligados a pagar anualmente al Templo varios tributos:
dos dracmas, las primicias de la cosecha o de los productos de su trabajo, y el llamado *segundo diezmo*.
Este último tributo no se entregaba en el Templo, pero todos estaban obligados a gastarlo en Jerusalén en comida, objetos u hospedaje.



Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

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domingo, 24 de noviembre de 2019

* Tarde o temprano *

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válido exclusivamente hasta el Viernes 29/11/2019


***Precioso Domingo para todxs.

Lo que estamos viendo en parte de América Latina me llevó a reflexionar basado en hechos del pasado.
Si entendemos cómo la religión respalda con su silencio hoy las atrocidades cometidas contra los originarios en Bolivia donde =biblia en mano= los golpistas autoproclamados salen a cazarlos, o si pensamos en la revuelta en Ecuador donde los originarios eran los principales afectados, o en Chile donde detrás de la devastación neoliberal se encuentra el oprobio del Pueblo Mapuche, o en Colombia con igual devastación está la de los originarios asesinados para robarles sus tierras por los grandes latifundistas, todo me regeresa a ésto;



El catarismo fue un movimiento religioso con elementos gnósticos que se originó a mediados del siglo X, calificado por la Iglesia Católica Romana contemporánea como herético.
Existió en gran parte de Europa occidental, pero su hogar estaba en Languedoc y sus alrededores en el sur de Francia.
Los cátaros también fueron etiquetados a veces como albigenses.

Gran parte de lo que se dice de las creencias cátaras se basa en las afirmaciones y denuncias de sus victoriosos opositores ortodoxos.
Al examinar cualquier declaración sobre las creencias cátaras, este hecho histórico debe tenerse en consideración equilibrada.
Se afirma comúnmente que el catarismo se basó en la idea de que el mundo es malo.
Este es más bien un resumen simplista de una visión mucho más compleja.

Podría decirse mejor que los cátaros proclamaron que existía dentro de la humanidad una chispa de luz divina.
Esta luz había caído en cautiverio dentro de un reino de corrupción, identificado con el mundo material.
Esta fue una característica distintiva del gnosticismo clásico, del maniqueísmo y de la teología de los bogomilos.
Este concepto de la condición humana dentro del catarismo probablemente se debió a las influencias históricas directas e indirectas de estos movimientos gnósticos más antiguos y violentamente reprimidos.

Según los cátaros, el mundo había sido creado por una deidad menor y malvada conocida en el mito gnóstico como el Demiurgo.
Esta fuerza creadora no era el Dios verdadero, aunque fingía ser el Dios único ante el cual no había otro.
Los cátaros identificaron a esta deidad menor, el Demiurgo, con el ser conocido con el nombre de Satanás.
Esencialmente, los cátaros proclamaron que el Dios adorado por el cristianismo ortodoxo era un impostor, y su iglesia era una abominación corrupta profundamente infundida por los males del reino material.

Los cátaros aparentemente creían que las personas podían reencarnarse.
Sin embargo, la reencarnación no fue un evento deseado.
El objetivo de los cátaros era la liberación del reino de la limitación y la corrupción identificados con la existencia material.
La forma de escapar era vivir la vida de un asceta, una vida dedicada a mantenerse lo más alejado posible del mundo material y sus muchos males.

Los que vivieron esta vida fueron llamados *Perfectos* o *Parfaits*.
En virtud de su noble dedicación, tenían el poder de ayudar a otros a liberarse de la esclavitud material para que al morir pudieran alcanzar la liberación y regresar al reino de la luz que era su verdadera fuente y destino final.
Los Perfectos mismos vivieron vidas de frugalidad impecable =esto debido a su creencia de que el mundo material era malvado=.
Comúnmente, la eliminación del pecado, llamada consolamentum, se realizaba en alguien a punto de morir.

Después de recibir esto, algunos creyentes fueron alegados nuevamente, por sus detractores a dejar de comer, para que pudieran morir más rápido y con menos contaminación del mundo.
El consolamentum era el sacramento principal de la fe cátara, marcando la entrada a la vida ascética de los Perfectos, o en forma modificada como unción de los moribundos, para que reencarnaran como un Perfecto.

No realizaron ningún rito de matrimonio, ya que la procreación =traer más almas al mundo= estaba mal vista.
Los cátaros tenían muchas creencias que eran odiosas para el resto de la sociedad medieval, por supuesto, los cátaros mismos consideraban que la sociedad medieval y sus estructuras sociales y religiosas eran odiosas.
No creían en la doctrina de la Trinidad, decían que era una invención de la Iglesia Católica Romana.
Además, creían que el dios del Antiguo Testamento era el Diablo, ya que él había creado el mundo para mantenerlos en obediencia a Él, no aceptaron los sacramentos católicos como válidos.

Las mujeres fueron tratadas como iguales, porque su forma física era irrelevante.

Una de sus ideas más repugnantes para la Europa feudal fue la creencia de que los juramentos eran un pecado, porque unían al mundo.
Llamarlos *pecado* de esta manera se consideraba muy peligroso en una sociedad donde el analfabetismo estaba muy extendido y casi todas las transacciones comerciales y las promesas de lealtad se basaban en juramentos.

La objeción a los cátaros no solo era teológica, ya que gran parte de lo que los cátaros enseñaban y practicaban se consideraba muy desestabilizador en sus efectos en la sociedad.
El dualismo de los cátaros fue también la base de su enseñanza moral.
El hombre, enseñaron, es una contradicción viviente.
Por lo tanto, la liberación del alma de su cautiverio en el cuerpo es el verdadero fin de nuestro ser.
Sus oponentes alegaron que el suicidio era habitual entre ellos en forma de *endura* =inanición=, sin embargo, no hay evidencia histórica que sugiera esto.

Sus enemigos católicos argumentaron que la extinción de la vida corporal en la mayor escala consistente con la existencia humana se consideraba el objetivo perfecto y el fin lógico de la enseñanza cátara.
A medida que la generación propaga la esclavitud del alma al cuerpo, todos los cátaros deben practicar la castidad perpetua en todo momento.
La relación matrimonial es ilegal.

El concubinato, de naturaleza menos permanente, es preferible al matrimonio.
El abandono de su esposa por parte del esposo, o viceversa, es deseable.
La procreación fue aborrecida por los albigenses incluso en el reino animal.
En consecuencia, se prohibió la abstención de todos los alimentos animales, excepto el pescado.

Los Perfectos también practicaban una dieta muy similar al vegetarianismo estricto, con una excepción.
Se les pedía que evitaran comer cualquier cosa que se considerara un subproducto de la reproducción sexual, incluido el queso, los huevos, la leche y la mantequilla.
Dicho esto, se les permitió comer pescado, ya que se sabía poco sobre los hábitos de apareamiento de las criaturas marinas que generalmente se creía que simplemente aparecían espontáneamente en el mar.

Su creencia en la metempsicosis, o la transmigración de las almas, el resultado de su rechazo lógico del purgatorio, proporciona otra explicación para la misma abstinencia. A esta práctica añadieron ayunos largos y rigurosos.
La guerra y la pena capital fueron condenadas por completo por los cátaros en una época de cruzadas.
Por estas y otras razones, las autoridades civiles y religiosas adoptaron una postura firme contra ellos.

En 1147, el papa Eugenio III envió un legado al distrito afectado para detener el progreso de los cátaros.
Los pocos éxitos aislados de Bernardo de Claraval no pudieron ocultar los malos resultados de esta misión, y muestran claramente el poder de la secta en el sur de Francia en ese período.
Las misiones del cardenal Pedro de San Crisógono a Toulouse y Toulousain en 1178, y de Enrique, cardenal-obispo de Albano, en 1180-1181, obtuvieron éxitos meramente momentáneos.
La expedición armada de Enrique de Albano, donde tomó la fortaleza en Lavaur, no extinguió al movimiento cátaro.

Las persistentes decisiones de los consejos contra los cátaros en este período, en particular las del Consejo de Tours en 1163 y del Tercer Consejo de Letrán en 1179, apenas tuvieron más efecto.
Para cuando el papa Inocencio III llegó al poder en 1198, se había decidido suprimir a los cátaros.

Santo Domingo los encontró mientras viajaba e intentó combatir las extrañas doctrinas.
Había concluido que solo los mejores predicadores podían ganarse a las personas que habían caído en la secta cátara.
Esto condujo al establecimiento de la orden dominicana en 1216.
La orden era cumplir con los términos de su famosa reprimenda:

*El celo debe cumplirse con celo, la humildad por la humildad, la falsa santidad por la santidad real, la predicación de la mentira predicando la verdad*.

Al principio, el Papa Inocencio III intentó la conversión pacífica y envió varios legados a las regiones afectadas.
Tuvieron que lidiar no solo con los cátaros, los nobles que los protegían y las personas que los veneraban, sino también con los obispos del distrito, que rechazaron la autoridad extraordinaria que el Papa había conferido a sus legados.

En 1204, Inocencio III suspendió la autoridad de los obispos en el sur de Francia.
El legado papal Pedro de Castelnau, conocido por excomulgar a los nobles que protegían a los cátaros, excomulgó al conde de Toulouse como instigador de la herejía en 1207.
Pedro fue asesinado cerca de la abadía de Saint Gilles en 1208 en su camino de regreso a Roma, según los católicos.
Tan pronto como se enteró del asesinato, el Papa ordenó a sus legados que predicaran la cruzada albigense contra los cátaros.

Esta guerra arrojó a toda la nobleza del norte de Francia contra la del sur, posiblemente instigada por un decreto papal que establece que todas las tierras propiedad de los cátaros podrían ser confiscadas a voluntad.
Como el área estaba llena de simpatizantes cátaros, esto convirtió a toda el área en un objetivo para los nobles del norte que buscaban nuevas tierras.
Por lo tanto, no sorprende que los barones del norte acudieran al sur para luchar por la Iglesia.

En un famoso incidente en 1209, la mayoría de los Béziers fueron asesinados por las fuerzas católicas encabezadas por el legado papal A Arnaud-Amaury, el abad de Citeaux, se le preguntó cómo distinguir entre los católicos y los cátaros, y supuestamente respondió:

*Mátenlos a todos, Dios conocerá a los suyos*.
La Enciclopedia Católica niega que estas palabras hayan sido pronunciadas.

La guerra también involucró a Pedro II, el rey de Aragón, que era dueño de feudos y tenía vasallos en el área.
Pedro II murió luchando contra la cruzada el 12 de septiembre de 1213 en la Batalla de Muret.
La guerra terminó en el Tratado de París en 1229, por el cual el rey de Francia despojó a la casa de Toulouse de la mayor parte de sus feudos, y la de Beziers de la totalidad de sus feudos.
La independencia de los príncipes del sur estaba llegando a su fin.

Pero a pesar de la gran masacre de cátaros durante la guerra, el catarismo no se extinguió.

En 1215, los obispos de la Iglesia Católica se reunieron en el Cuarto Concilio de Letrán con el Papa Inocencio.
Uno de los objetivos clave del consejo era combatir la herejía.
La Inquisición se estableció en 1229 para erradicar definitivamente a los cátaros.
Operando en el sur de Toulouse, Albi, Carcasona y otras ciudades durante todo el siglo XIII, y gran parte del siglo XIV, logró extirpar el movimiento.

Desde mayo de 1243 hasta marzo de 1244, la ciudadela cátara de Montsegur fue asediada por las tropas del senescal de Carcasona y el arzobispo de Narbona.
El 16 de marzo de 1244 tuvo lugar una ejecución grande y simbólicamente importante, donde los líderes del catarismo junto con más de 200 laicos cátaros fueron arrojados a un enorme incendio en el *Prat des Cramats* cerca del pie del castillo.
Además, la iglesia decretó un severo castigo contra todos los laicos sospechosos de simpatizar con los cátaros.

Cazados por la Inquisición y abandonados por los nobles del distrito, los Albigenses se dispersaron cada vez más, escondiéndose en los bosques y las montañas, y solo se encontraron subrepticiamente.
La gente hizo algunos intentos de derrocar a la Inquisición y a los franceses, y las insurrecciones estallaron bajo el liderazgo de Bernard de Foix, Aimerv de Narbonne y Bernard Delicieux a principios del siglo XIV.
Pero en este punto, la Inquisición puso en marcha grandes investigaciones, lo que aumentó sus esfuerzos en el distrito.

Indicaciones precisas de estos se encuentran en los registros de los Inquisidores, Bernardo de Caux, Jean de St Pierre, Geoffroy d'Ablis y otros.
La secta cátara estaba agotada y no pudo encontrar más adeptos, y después de 1330 los registros de la Inquisición contienen pocos procedimientos contra los cátaros.
El último perfecto cátaro, Guillaume Belibaste, fue ejecutado en 1321.

Otros movimientos, como los valdenses y los hermanos panteístas del espíritu libre sobrevivieron en los siglos XIV y XV, hasta que fueron reemplazados gradualmente por las primeras sectas protestantes, como los husitas.

La *religión* utilizada no sólo como arma para silenciar y borrar del mapa a quienes molestaban con sus costumbres y creencias, también como excusa para apropiarse de lo ajeno.
Cuando las guerras se advocan a un *dios* como socio...algo debería alertar al mundo sobre qué clase dios se está adorando..¿no?

Los Cátaros como otros tantos, formaron parte del Cristianismo Primitivo, ese que bajo el amplio abanico de la Gnosis....fué perseguido, saqueado, demonizado, y aparentemente exterminado.

Recuerdo un día, escribí aquí que es muy curioso cómo la Iglesia Católica y/o demás ramas de ésta, no han tenido la honestidad de recordar aquello y pedir un necesario y público perdón, pues en el año 2016 al parecer, en Montsegur, la conciencia sucia clerical intentó hacer algo así, pero obviamente, apenas una mueca de algo que debería ser anunciado por el Vaticano, quizás la verguenza histórica en Montsegur era tanta que allí muy subrepticiamente ocurrió ésto;



La comunidad católica de Ariège comenzó un proceso de perdón por la masacre de los cátaros ocurrida en el siglo XIII en el castillo de Montsegur, como parte del jubileo del año de misericordia lanzado por el papa Francisco.

Las heridas permanecieron vivas por más de ocho siglos.
Ahora, se trata de curarlas.
Como parte del jubileo de la misericordia iniciado por el Papa Francisco, la comunidad católica de Ariège decidió comenzar un proceso de perdón por el drama de los cátaros que tuvo lugar en Montségur en el siglo XIII.
Considerados herejes, doscientos de ellos perecieron en una pira erigida en el Prat del Cramats, alrededor del castillo, el 16 de marzo de 1244.

Una pieza de la historia regional en la que la Iglesia Católica de Ariège cree que es bueno volver con motivo de una misa que se celebrará el 16 de octubre en la iglesia de Montségur.

*Es un enfoque local que encaja en otro que es global.
En la tradición judaica, el jubileo fomenta el perdón.
Una especie de reajuste histórico*, dice el padre Édouard de Laportalière, en el obispado de Pamiers.

*De la misma manera en que el Papa Francisco ya se disculpó con los valdenses o habló del *genocidio*, un término muy fuerte para los pueblos indígenas, pensamos que era una oportunidad para purificar la memoria de la historia local que aún permanece herida.
Pero debemos poner todo esto en contexto y detenernos con una visión binaria de los eventos*.

Una antología de leyendas.

De vuelta al siglo XIII.
En medio de la cruzada de los albigenses, la Iglesia y la realeza se unen para hacer desaparecer esta franja disidente del cristianismo.
Por un lado, porque los cátaros eran un símbolo de libertad.
Negando el concepto mismo de *poder*, se estaban alejando de Roma.
Por otro lado, se niegan a someterse al diezmo real.
Además, la práctica de su religión no está limitada a ningún sacramento o lugar de culto.

*Era muy fácil vivir y el poder era el demonio*, confirma Michel Sabatier, teniente del alcalde de Roquefixade, miembro del grupo de investigación arqueológica de Montségur y especialista en Ariege.

De hecho, solo los Perfectos son inducidos como predicadores al final de un viaje iniciático de dos años.

*Se consideraban los cristianos verdaderos, los de los orígenes*, continúa Michel Sabatier.
Está tan a favor de los matices como el padre de Laportalière en este expediente centenario:

*Siempre habrá anticlericales que pondrán esto en la cuenta de la Iglesia, pero no debemos olvidar que fue en realidad, una guerra de conquista de tierras liderada por los barones del Norte contra una Occitania libre.
Incluso también debemos detenernos para no idealizar a los cátaros para mitificarlos*.

El argumento religioso, una excusa

*Porque a lo largo de los siglos, catalizaron una antología dantesca de mitos y otros cuentos.
¡Desde el hipotético tesoro encontrado en Rennes-le-Château hasta la supuesta presencia del Santo Grial en Montségur, que irá tan lejos como para motivar una expedición de los nazis! pasando por la leyenda de los 500 cátaros encerrados en la cueva de Lombrives:
el misterio siempre ha persistido.
Ha habido una serie de inventos y mitos y el trabajo de un historiador es resolver la verdad de los hechos y las cosas mitológicas*, según el padre de Laportalière.

Finalmente, para muchos, el argumento religioso parecía más un pretexto.
Entonces, hoy es bueno para el obispado de Ariège transmitir un mensaje de paz en un contexto político-religioso moderno particularmente sensible.

*Queremos evitar repetir esos momentos en la historia en los que la religión se ha convertido en una herramienta de coerción contra la gente*, dice el padre de Laportalière.

Es un trabajo de honestidad para la sociedad actual.
Quemar en nombre del amor es paradójico, ¿no?.

Humo y más humo...encima siguen sin hacerse cargo de nada...., realmente una pena.

Pero bueno...habrán matado nuestros cuerpos pero jamás nuestros Espíritus que seguirán viniendo las veces que sea necesario hasta que toda ésta creación basada en la mentira se disuelva por completo y lo esperanzador es que hay un Cristianismo hoy que cada vez más sin declararse Gnóstico...se nos parece y ¡¡en buena hora!!.

Me bastaría con citar a quienes ustedes conocen mediante mis publicaciones como los queridos hermanos *Curas en Opción por los Pobres* aquí en Argentina.

Mas.., no son los únicos, en España existe un grupo llamado *Redes Cristianas*, y si bien yo no pongo las manos en el fuego por alguien que no conozca, éste grupo me late bien, especialmente cuando se definen así;



-Más de 200 grupos, comunidades y movimientos católicos de base del Estado español hemos constituido una plataforma llamada *Redes Cristianas*.
Desde estos colectivos, pertenecientes a la base eclesial, queremos ayudar a dar respuesta a los grandes problemas que hoy en día tiene planteados tanto la sociedad como la misma Iglesia.

Pretendemos ser otra voz crítica y alternativa y coordinarnos para dar una respuesta conjunta en pro de la transformación democrática de la Iglesia y de la sociedad.
Somos mujeres y hombres, personas laicas y clérigas, seglares y religiosas, no teólogas y teólogas, homosexuales y heterosexuales, y todas y todos, desde posiciones de igualdad, estamos movidas por los mismos deseos de transformación y cambio.

Desde nuestra opción por los pobres y excluídos, queremos luchar por la Justicia en el mundo, denunciando lo que otros callan.
Como seres humanos y cristianos que somos, nos escandaliza la distancia cada vez mayor que se está abriendo entre los que lo tienen todo y los que no tienen casi nada. 
Desde esta constatación queremos trabajar codo con codo con otros colectivos que luchan por otra ciudad y otro mundo posibles y en contra del sistema socio económico injusto en el que vivimos.

CARTA DE IDENTIDAD

Un amplio colectivo católico de ámbito estatal, con talante crítico y aperturista, inspirado en el Evangelio y en el espíritu del Vaticano II, ante la compleja situación que están atravesando la sociedad y la Iglesia =que entendemos como consecuencia de un cambio radical de civilización, frecuentemente ignorado por estas instituciones= hemos decidido coordinarnos para actuar con mayor eficacia y responsabilidad, según las exigencias y posibilidades de nuestros días.

Como seguidores de Jesús de Nazaret nos proponemos anunciar con alegría la Buena Noticia del Reino, presente ya como semilla en este mundo y en la Iglesia, pero abierto a su plenitud en el futuro.

Como punto de partida, nos está doliendo profundamente la creciente masa de empobrecidos y dominados que se multiplican en nuestro mundo.
Son personas y pueblos que sufren, excluidos del don de la vida, y sometidos por un sistema capitalista inhumano y por una sociedad, nuestra sociedad, que se muestra insensible y sin entrañas ante tanto dolor.

Se trata de seres humanos, hermanos y hermanas nuestros, por desgracia los más débiles, que son víctimas de la represión política, del olvido y la exclusión por toda índole de motivos socioeconómicos y étnicos, de orientación sexual y de género, de religión y de modo de pensar y de ser.

Por motivos similares, muchos miembros de nuestros colectivos llevan las marcas de dicha exclusión.
Desde nuestra conciencia actual, nos preocupa igualmente la brutal explotación que está sufriendo, en nuestros días, la Tierra, madre de la vida y casa común de la humanidad.
También ella está siendo víctima de la codicia y la usura, de la irresponsabilidad y el egoísmo de una humanidad sin conciencia.

En esta situación, nos parece oportuno y urgente volver nuestros ojos y nuestros oídos a aquella mirada y escucha que Jesús tuvo para con el mundo de su tiempo y que recupera de algún modo para la Iglesia la constitución Gaudium et Spes.

Con esta conciencia nos proponemos:

1. Revisar nuestro estilo de vida y los medios y métodos que utilizamos en las comunidades, movimientos y grupos desde el criterio evangélico de la *diaconía* o *actitud de servicio al otro*.
Con esta actitud, tratamos de romper la relación vertical con esa jerarquía que crea desigualdad entre las personas dentro de la Iglesia, especialmente con la mujer, y promover y apoyar unas relaciones horizontales que, a través de los ministerios y servicios mutuos y hacia fuera de la comunidad, favorezcan la igual dignidad y fraternidad entre las personas.

2. Manifestar con acciones y compromisos públicos, con gestos y escritos, a través de los medios y de otras redes de comunicación virtual, este nuevo paradigma de comunión y de organización, inspirado en el Evangelio de Jesús y guiados siempre por la búsqueda, el diálogo, el espíritu crítico y autocrítico y la convicción de estar defendiendo en todo momento los intereses de los más pobres y excluidos por la sociedad y por la Iglesia.
Con la seguridad también de estar expresando el sentir profundo de muchas otras personas que apuestan por *otro mundo posible* y *otra forma de ser y de hacer Iglesia*.

3. Organizar encuentros, foros, convivencias, para compartir información, formación y experiencias entre grupos y personas que se sientan identificadas o próximas a esta Carta de Identidad.

4. Establecer una relación estrecha con otras redes nacionales e internacionales y movimientos similares de otras religiones.

5. Contribuir desde todas nuestras posibilidades a la transformación radical de la Iglesia y de su presencia en el mundo.
Desde el estilo que rezuma el Evangelio, creemos que nuestra Iglesia necesita una transformación profunda en todas sus dimensiones:
bíblicas y teológicas, éticas y morales, pastorales y litúrgicas, místicas y organizativas.

Siguiendo las huellas de muchas personas y movimientos cristianos que en el pasado han dado testimonio de una Iglesia encarnada y servidora del mundo, necesitamos recobrarla hoy como ámbito de vida y libertad, de denuncia y de propuesta, de búsqueda y creatividad, de amistad y alegría.
Entre todas y todos vamos intentar sorprender al mundo con la Buena Noticia de que la Iglesia ya se está poniendo en actitud de ser *la sal de la tierra y la luz del mundo*, que quiere el Evangelio.

Emocionante me resulta ésta proclama, y por ejemplo, una nota escrita por uno de sus miembros, me confirma que *me laten bien*;



-La Iglesia Católica Romana sufre amnesia, se olvida de pedir perdón o lo pide con siglos de retraso.

¿Quiénes de nosotros hemos oído hablar de los cátaros?

Posiblemente muy pocos, porque la historia siempre la escriben los vencedores.
Por ello la verdad histórica nos viene sesgada por quienes la escriben y la difunden, en este caso la autoridad moral y religiosa de occidente:
la iglesia católica.

Eluden contarnos que durante los siglos X y XV se extendió por toda Europa una corriente religiosa cristiana, que revindicaban el cristianismo primitivo, rechazaban los excesos materiales de la iglesia católica, los sacramentos e incluso el sacramento matrimonio, creían en la reencarnación, eran vegetarianos.
Su única oración era el Padre nuestro.
Los Perfectos, figura similar a los sacerdotes eran tanto los hombres como mujeres, la igualdad entre ambos sexos en cuanto al sacerdocio era una realidad.

Él termino cátaro proviene del griego katharos, que significa puros, en el Languedoc, durante los siglos XII y XIII fue la religión dominante, los señores feudales del sureste francés fueron sus primeros adeptos también, los comerciantes, los artesanos y la burguesía se encontraban mucho más cómodos en un entorno mas libre y igualitario.

El anticlericalismo de esta región repugnaba al Papa Inocencio III, considerándolo una amenaza grave para la Iglesia, dado que ponían de relieve con su ejemplo de *hombres buenos* como así también se les llamaba, la opulencia con la que vivían los miembros de la Iglesia Católica.

El Papa ordena a Domingo de Guzmán fundador de la Santa Inquisición, que emprenda una cruzada espiritual contra los herejes, no tuvo mucho éxito con sus sermones que representaban las tinieblas, el pecado, la condena de Dios.
Contrariamente para la religión herética, Dios era un ser bondadoso que no podía condenar al mal a sus hijos.

Posteriormente el Papa ayudado por el duque de borgoña, lideran un ejercito de la Iglesia y cuyo jefe es el legado del papa Arnaud Amaury.
La masacre contra los cataros y los señores que protegían a éstos, en sus ciudades y castillos fue una autentico genocidio medieval, en Beziers, las crónicas hablan de más de 100.000 muertos.

En dicha ciudad también habitaban católicos, para pasar por alto esta inconveniencia moral, el legado del papa pronunció las siguientes palabras:

*Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos*.

Después vino la masacre de la ciudad de Carcasone, la guerra de los castillos, la instauración de Inquisición formada por los hermanos dominicanos, que tendrán un poder absoluto durante siglos en toda Europa, solo tienen que responder ante el Papa, =la división de poderes aun no había asomado en Francia, habría que esperar a Montesquieu=.

El último bastión cátaro, el Castillo Montségur, fue tomado el 16 de marzo de 1244, mas de 200 herejes son arrojados vivos a la hoguera en el Prat des Cramats, al pie del castillo por el simple motivo de no renunciar a su fe.
Guillaume Belibaste, último perfecto conocido fue quemado vivo en 1321, tras años de persecución.

El Papa Juan Pablo II en el año 2000 pidió perdón por las cruzadas que partieron de Europa hacia Tierra Santa en el año 1099.
Novecientos y un años después, Juan Pablo II se percata de la devastadora persecución que sufrieron los seguidores de la religión Islámica en la toma de Jerusalén.

Posiblemente también se dio cuenta ésta institución pontificia, que aquella primera cruzada fue el origen de la primera Yihad Islámica que lidero Saladino I en el año 1.174, para arrebatar a los cruzados Tierra Santa y sobretodo la mezquita de la Roca.

El caso Galileo Galilei, en el año 1979 el mismo Papa Juan Pablo II reconoció que la Iglesia podría haberse equivocado al condenar a Galileo a cadena perpetua =tuvo suerte de no ser arrojado a la hoguera por hereje=, gracias a la amistad que mantenía desde hacia años con Barberini, nombre de Urbano VIII antes de ser nombrado Papa.

Recordemos que Galileo fue condenado en 1663 a cadena perpetua por mantener públicamente que las teorías de Nicolás Cópernico sobre el heliocentrismo eran verdaderas, es decir la tierra no es el centro del universo, y que se mueve alrededor del sol.
Fue obligado a abjurar de rodillas, pero dicen que cuando se levanto susurro en voz baja *eppur sí muove* =sin embargo, se mueve=.

En 1983 el Papa Juan Pablo II, nombra una comisión especifica para que estudie si pudo haber un error al condenarlo.
Tenemos que tener en cuenta que el hombre llega a la Luna en 1968, quince años después, la iglesia tiene que nombrar una comisión porque no tiene muy claro lo del geocentrismo y el heliocentrismo.

¡Bravo!
En el 1.992 trescientos veintinueve años después de ser condenado Galileo Galilei, Juan Pablo II asume que hubo un error y pide perdón públicamente.
Ahora cabe preguntarse;
¿cuando asumirán el genocidio Cátaro?

Es mejor olvidar y no contar la verdadera historia, contar solo la historia del pueblo elegido, así seguirán acunando las mentes de las nuevas generaciones de creyentes, siempre en el lado oscuro, sin que conozcan la realidad, porque la verdad quizá les haga libres y claro está eso no conviene, se les pueden escapar del rebaño y, con ello todas sus riquezas.

Sniff...., no todo está perdido.



Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuentes;
-ladepeche
-redescristianas