miércoles, 29 de enero de 2020

* Cristo; el látigo y los mercaderes del templo-parte 3 *

***Hermosa noche de Miércoles para todxs.

En la entrega anterior pudimos conocer el relato de aquellos sucesos del Templo.
Habrán advertido que en ningún momento, como así tampoco en las Escrituras de la Biblia se menciona o se da detalle sobre si Cristo realmente azotó con el supuesto látigo a algún ser humano o incluso a algún animal de los muchos que se encontraban en el Templo.

Eso siempre lo tuve claro, tal comenté en su oportunidad el Cristo bien pudo haber alzado alguna especie de algo parecido a eso que hoy interpretamos como un látigo pero de manera intimidatoria, o gestual si se prefiere.
Todo ésto no implicaba que le hubiera dado azotes en la espalda a alguno de los mercaderes mucho menos a los animales que el Cristo tanto quería y respetaba.

Pero una cosa es que yo opine desde mi personal visión y análisis de los hechos, y otra muy distinta es que quien lo haga sea un Erudito.
Ahí le damos un alto grado de credibilidad que obviamente un desconocido como yo ha de gozar seguramente para muchas y muchos.

Cuando hablo de *Erudito*, me estoy refiriendo a éste hombre;

















Desconocido para mí =hasta éstos días= además de semejante currículum el Dr. Trevor ha estado muy ligado a España donde no sólo ha cursado estudios sino además ha dado sendas conferencias.
Una de ellas fué;

La Biblia más antigua

El Códex Sinaiticus fué presentado en España allá por 
Marzo de 2013.
Trevor R. Allin, doctor de Lingüística de la Universidad de St. Andrews, Escocia, y colaborador con el Centro Ecuménico Lux Mundi de Torre del Mar, España, realizó una presentación del manuscrito más antiguo del Nuevo Testamento, el Códex Sinaiticus. 

El año anterior el Académico había enseñado un curso de Griego bíblico en Lux Mundi Torre del Mar.
Al tiempo compró un facsímil del Códex Sinaiticus hecho por la Biblioteca Británica.

La presentación trató de una breve introducción a algunos de los manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento =incluyendo ilustraciones de algunas páginas del Códex Vaticanus y de algunos otros manuscritos=, y una explicación de cómo se *descubrió* ese manuscrito. 

En segundo lugar, un resumen de muy pocas palabras griegas =principalmente, *Dios*, *Señor*, *Jesús* y *Cristo*= y mas referencias breves a unas pocas palabras como *Espíritu*, *Padre*, etc, con el fin de que los presentes pudieran reconocer estas palabras en el manuscrito. 

En tercer lugar, se acercó a todos los presentes a una mesa grande en la que estaba el manuscrito. 
Primero para ver unas páginas claves =algunos de los Salmos, la introducción al Cantar de los Cantares por tener una presentación especialmente interesante=, y a continuación, selecciones de los evangelios y de algunas epístolas.

Cabe decir que el citado manuscrito fue realizado alrededor del año 340 o 350 de la Era Cristiana.
Con toda ésta vasta trayectoria me pareció entonces que el Dr. Trevor sería alguien ideal para clarificarnos con toda su capacidad y autoridad en la materia, sobre éste famoso incidente de Cristo, el látigo, y los mercaderes del Templo.

Fuí a dar precisamente con una necesaria aclaración sobre éste suceso debido a una nota que un Pastor había escrito afirmando que Cristo había azotado violentamente a los mercaderes incluso mal tratado a los animales.

Arrancamos entonces con el gran trabajo del Dr Trevor que les compartiré en tres partes y una cuarta que será su conclusión fina más algunas reflexiones también de mi parte.
Vamos entonces con la primera;

Introducción

Un predicador a quien oí en el internet sostenía que Cristo empleó violencia en su ministerio. 
Justificó esta reclamación a base de la descripción en el evangelio de Juan de la ocasión cuando Cristo echó fuera del Templo de Jerusalén a los cambistas de dinero, los vendedores de animales y sus animales. 
Este incidente es generalmente llamado *La purificación del Templo*. 
Su interpretación plantea numerosas preguntas, las cuales procuro abordar en este artículo. 

Puede ser que incluso los que no hayan oído el mensaje del predicador mencionado encuentren dificultades para entender este pasaje bíblico. 
Este estudio es para ellos también. 
Espero que sea de ayuda para todos los que quieran entender el significado de este incidente.

La purificación del Templo

El incidente de la purificación del Templo por Jesucristo está relatado en todos los cuatro evangelios. 
Los evangelios sinópticos =Mateo, Marcos y Lucas= especifican que esto ocurrió durante la última visita por Cristo a Jerusalén, poco antes de que fuera detenido debido a sus enseñanzas, por haber sanado a gente en el día de reposo y por haber sostenido que él era el Hijo de Dios.

Juan relata el incidente cerca del principio de su evangelio =en el capítulo 2, versículos 13- 17=, pero hay abundante evidencia de que en los evangelios no es cronológico el orden en el que se relatan muchos incidentes. 

Esto refleja la práctica que era común en las biografías de aquella época, las cuales seguían a menudo un enfoque temático, juntando en un sitio eventos y enseñanzas similares. 
Además, las biografías empezaban a menudo con uno de los incidentes más dramáticos o famosos en la vida de la persona.

Por lo tanto, actualmente el consenso es que hubo únicamente una purificación del Templo, y que ocurrió cerca del final del ministerio de Cristo, pero que Juan lo relató cerca del principio de su evangelio para preparar la escena y el enfoque de su relato, mostrando que Jesús fue autoritativo, intrépido, apasionado acerca de la santidad y decisivo en sus acciones.

La hipótesis del predicador

El predicador sostenía que este incidente demuestra que Jesucristo empleó violencia contra los animales y las personas que estaban en el Templo aquel día. 
También afirma que esto aporta una justificación de declarar una guerra, añadiendo, *por ejemplo, contra Hitler*. 

Una comparación moderna =quizás con Daesh/Isis/Isil= hubiera sido más relevante, y el concepto de la *guerra justa* merece una exposición detallada, pero yo no haré ninguna referencia más a ello en este artículo. 
Mi tema aquí es el análisis hecho por el predicador de las descripciones en los evangelios del incidente original.

El *azote*.

El predicador da gran importancia al hecho de que Cristo haya empleado un *azote*. 
Él supone que esto significa que Jesús estaba agitando de manera violenta un arma diseñada para infligir dolor o empleada para torturar. 
Los romanos utilizaban tales azotes.
Sin embargo, éste no es el tipo de azote que se describe aquí. 
Al contrario, la descripción dada es de un pequeño objeto empleado por los cabreros y otros pastores de animales. 

El diccionario autoritativo por Bauer, Danker, Arndt y Gingrich =al cual se hace referencia de aquí en adelante por los iniciales de los autores, *BDAG*
= distingue entre estos dos tipos de *látigo* o *azote*. 

A pesar de que se emplea la misma palabra griega para ambos tipos de azote, el autor del evangelio de Juan =el único evangelio que menciona este azote= toma cuidado para que quede claro cómo era lo que tenía Cristo en la mano. 
Juan 2:15 explica que *hizo un azote de cuerdas*. 

BDAG define la palabra griega traducida aquí por la palabra *cuerdas*, como *soga o cuerda* =orig. de juncos, después generalmente de otro material=.
Esto era, en esencia, unos pocos pedazos de cuerda u hojas de una planta, juntados y enredados y normalmente llevados por niños que cuidaban de o arreaban cabras u otros animales. 

A menudo se ve en tierras del Mediterráneo y del Oriente Medio, incluso hasta en la actualidad, y el niño o la niña que tenía este tipo de *azote* podría tener en muchos
casos entre seis y diez años de edad y no sería ni lo suficientemente alto ni tendría suficiente fuerza para levantar un látigo militar romano del tipo que se empleaba como instrumento de castigo o tortura.

Este *azote de hojas de planta* o *azote de cuerdas* se empleaba y se emplea todavía para dar a la tierra y levantar polvo, o se sacude en el aire para ahuyentar animales que se descarrían, apartándose del rebaño, para que vuelvan a él. 
También se agita en el aire alrededor de la cara del usuario mismo, para que se alejen las moscas. 

En muchos países del mundo, los niños pequeños empleaban, y emplean todavía, *azotes* similares, hechos de trocitos sueltos de cuerda, como parte de un juguete, para hacer bailar una peonza.

Juan hace abundantemente claro que Cristo no estaba sacudiendo un arma, sino agitando en el aire unas hojas de planta o cuerdas que él acababa de anudar de materiales que de casualidad estaban a la mano.

La actitud de Jesucristo hacia los animales

Ninguno de los informes en los evangelios declara que Jesús haya golpeado o pegado a animales o a personas con un látigo. 


Dicen que *echó* a los animales y a los comerciantes fuera del Templo. 

Los niños pequeños =e incluso los adultos que eran buenos pastores=  no hacían moverse los rebaños por medio de pegarles golpes, y el adulto del cual se trata aquí fue el supremo *Buen Pastor* =Juan 10:11= que había descrito cómo daba un nombre a cada oveja =Juan 10:3=, y que las ovejas conocían la voz del pastor y obviamente tenían confianza en él =Juan 10:4-5=, de modo que le seguían e iban donde él las conducía.

De hecho, Cristo había recalcado la importancia de mostrar compasión hacia los animales que sufrían, hasta el punto de describir cómo las personas hacían bien cuando se esforzaban por rescatar animales que estaban en peligro, incluso en el Día de Reposo =Mateo 12:11, Lucas 14:5=. 

También dijo que incluso el judío más piadoso debería de dar de beber a sus animales en el Día de Reposo =Lucas 13:15=. 

En otra ocasión, contó la historia de un pastor que se esforzó y fue lejos para buscar una sola oveja que, apartándose del rebaño, se había perdido =Mateo 18:12-14, Lucas 15:3-7=. 

Jesús dijo que cuando el pastor encuentra aquella oveja, *lleno de alegría la carga en los hombros* =Lucas 15:5 NVI= y la lleva al hogar.

La destreza de Jesús al tratar con los animales fue tan buena que pudo entrar en Jerusalén montado en un burrito que no estaba acostumbrado a llevar a personas, ya que nunca antes se había montado nadie en él =Marcos 11:2=.


Conocemos estos hechos y es por eso que las reclamaciones del predicador acerca del supuesto empleo de violencia contra los animales por parte de Cristo no nos suenan justificadas. 

Así que es necesario que miremos la evidencia real que se presenta en los registros históricos que fueron escritos por testigos oculares y basados en informes de testigos oculares, muy pocos años después del acontecimiento, en todos los cuatro evangelios.

¿Qué significa *echó fuera*?


El verbo griego traducido aquí por las palabras *echó fuera* es *ekbálō*

El BDAG define ekbálō de la manera siguiente:

1- forzar a irse, echar fuera, expulsar.


2- causar que se vaya, quitar de una posición =sin fuerza=, enviar a otro sitio, soltar, conducir hacia fuera.


3- causar que algo sea quitado de algo, sacar, quitar.


4- no hacer caso a, no observar.


5- hacer ocurrir algo, causar que ocurra, aportar.


Es el mismo verbo que se emplea en Marcos 1:12, el cual es traducido por la Nueva Versión Internacional =NVI= con las palabras *el Espíritu lo impulsó a ir al desierto*. También emplean este verbo las palabras de Jesucristo documentadas en Mateo 9:38. 

La NVI traduce este versículo de esta manera: 

*Rogad, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo*. 


El pasaje paralelo en Lucas 10:2 emplea el mismo verbo. 

En ninguno de estos pasajes se insinúa que fuerza o violencia forme parte de la acción. 
Tampoco es el caso en los muchos otros sitios en el Nuevo Testamento donde se emplea el verbo *ekbálō*.


En su *Léxico Corto del Nuevo Testamento Griego*, F W Gingrich explica que el significado en el contexto de Lucas 10:2 es *enviar a otro sitio, sin una connotación de

fuerza*. 
Esto coincide con la segunda definición del BDAG dada arriba: 

*causar que se vaya, quitar de una posición =sin fuerza=, enviar a otro sitio, soltar, conducir hacia fuera*.


Así que legítimamente se podría traducir Juan 2:15 de la manera siguiente: 


*condujo las ovejas y el ganado hacia fuera del precinto del Templo, sin emplear fuerza*.


Sin embargo, dado que en español las palabras *arrear* y *pastorear*, empleadas con relación al movimiento de un rebaño o una manada de animales de un sitio a otro, no insinúa el empleo de fuerza, posiblemente no sea necesaria la clarificación dada por esta traducción. 


Esto es aún más el caso cuando recordamos la descripción dada por Cristo de cómo las ovejas le siguen al buen pastor =Juan 10:4=, y cuando observamos que en esta ocasión él estaba dirigiendo ovejas además de bueyes, toros y vacas, tenemos una indicación clara por él de cómo lo haría.

En este incidente observamos a Cristo dando por sus acciones una demostración de lo que significaba ser el Buen Pastor, incluso si era necesario dirigir o llevar un rebaño de ovejas o una manada de bueyes, toros y vacas fuera de un sitio donde no deberían de haber estado.

En este incidente, él los controlaba y movía con destreza y cuidado, no con violencia. 

De este modo, consiguió que fueran adonde él quería. 
No causó que huyeran enloquecidamente y corrieran fuera de control en pánico. 
Jesús empleaba su manojo improvisado de cuerdas u hojas para arrear a los animales ¡y a los comerciantes! para que salieran del Templo. 
El relato no indica que el *azote de cuerdas* haya entrado en contacto con ningún animal ni ninguna persona. 

Incluso si accidentalmente hubiera tocado a alguien, no le hubiera hecho daño. 

Por lo tanto, no hubo nada de violencia contra animales ni personas, y no causó ningún dolor ni herida.

Entonces no es de sorprender que tres de los cuatro escritores de los evangelios hayan considerado que el empleo por parte de Cristo de un azote improvisado hecho de cuerdas o de hojas de plantas era un detalle de tan poca importancia que ni merecía ser mencionado.


¿De dónde nos viene la imagen mental que tenemos de Cristo forzando violentamente a personas y animales a salir del Templo?


Es necesario que reconozcamos que la imagen que podamos tener en nuestra mente de lo que hizo Cristo en esta ocasión en el Templo, y cómo lo hizo, estará basada, con toda probabilidad, más en una memoria medio-olvidada de alguna pintura de los años postreros del Renacimiento que en lo que de verdad dice el texto bíblico. 


Desde luego que todos estas pinturas están basadas únicamente en la imaginación del pintor.

Del mismo modo, nuestra imagen de lo que constituye un azote o látigo estará probablemente basada en películas vaqueras de Norteamérica en el siglo 19, o en una visita
a un circo cuando éramos niños.

Continuará.

Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

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