***Bella noche de Domingo para todos.
Acabamos de entrar en un cambio estacional, para unos Primavera, para otros Otoño.
Vamos a estar predispuestos a ciertos patrones que son inevitables desde que fuimos puestos a vivir en éste planeta.
Poco a poco la ciencia fué obteniendo respuestas para cosas que eran preguntas intrigantes y me parece que, tal como dice en el final el siguiente artículo; *a veces conviene recordar cosas que, por obvias, no les prestamos atención*.
La estaciones no son una casualidad y forman parte la arquitectura planificada para la existencia de vida en el planeta, y obviamente nosotros...formamos parte del experimento.
Te guste o no, tu estado de ánimo va a fluctuar, como también tu necesidad alimentaria, tu actividad sexual, y tus experiencias emocionales y/o de evolución o involución.
Me pareció interesante para compartir el aporte de éste *Naturópata*, Josep Masdeu Brufal, que hace un raconto interesante de las características de las estaciones y su influencia sobre nosotros.
Espero les se aútil para mitigar lo negativo y realzar lo positivo;
-Cada estación del año tiene sus características y así es desde la creación del mundo. Según cada una, el hombre, los animales y las plantas se han ido adaptando a ella por pura necesidad de supervivencia. Estas características naturales -sea por el cambio climático, por fenómenos naturales o cambios cíclicos-, hacen que también cambien y no tengan las mismas condiciones que hace 100 años. Esto influye mucho en la aceptación de determinadas acciones que realizábamos casi instintivamente en cada estación y que empiezan a ser diferentes ahora.La influencia de las estaciones en la persona
La memoria del ser humano es traicionera y poco fiable. Muchas veces comentamos temas relacionados con la meteorología, afirmando frases como *ahora casi no llueve* o *no hace frío como antes*, aunque estudios científicos contradigan estas afirmaciones populares.
Tenemos asignado a cada estación un rol: frío en invierno, lluvioso en primavera y otoño y seco y caluroso en verano, siempre dependiendo de la zona geográfica en que nos encontremos.
Esto está cambiando y aunque algunos científicos, con discrepancias entre ellos, lo presentan como una gran catástrofe, en general reflexionamos poco sobre las consecuencias que, por ejemplo, nos deja en nuestro entorno una ola de calor o frío, aparte de la posible pérdida de vidas humanas que es lo que nos llega visualmente en forma de grandes titulares de noticias.
Las Estaciones y la Alimentación
Ya no consumimos los alimentos siguiendo el ciclo estacional. Hoy, encontramos en nuestros mercados frutas de una determinada temporada durante todo el año, ya que la globalización reparte estos productos a lo largo y ancho del planeta, sobre todo en las zonas mas desarrolladas del planeta, ya que hay otras que solo producen pero no reciben el intercambio. Hasta hace pocos años esto era simplemente impensable.
Comentario también frecuente es que las frutas y verduras no huelen ni saben como antes, pero si tenemos en cuenta la recogida de enormes cantidades de esos productos, industrializados al máximo, su almacenamiento por tiempo indefinido por múltiples sistemas de conservación artificial, todo el sistema complejo de transporte de largas distancias, etc. no es extraño llegar a la conclusión de que esto hace perder cualidad y naturalidad a la mercancía.
También la producción ha variado: de la plantación natural en campos cultivados artesanalmente a invernaderos que parecen fábricas de productos en principio naturales, con tierras, aguas, abonos y no sé que más, todo tratado químicamente para producir más, más bonito, con mejor color pero sin el clásico olor ni sabor.
Todas las estaciones se suceden de forma cíclica. Tienen su sentido y una función concreta en la naturaleza, de manera que se pueda completar el ciclo vital de nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte.
Es hora de plantearnos si tenemos paciencia de esperar a que los productos cumplan con el ciclo anual de ese reloj biológico estacional.
Las características propias de cada Estación
En cada estación hay unas cualidades fisiológicas y otras filosóficas. Algunas de estas últimas vienen del lejano Oriente y otras de nuestra cultura, pero todas tienen un componente que por su repetición a lo largo de los tiempos, ha llegado a ser dogma y aún hoy se repite como algo certero.
Primavera
Representa nuestra infancia, es el inicio del ciclo vital. En esta estación hay que tener en cuenta la situación del aire que respiramos, en el que está inmerso nuestro cuerpo. Si este no es puro ni está en constante movimiento, nos sobrevendrá la tristeza. Este aire, que a veces llega a viento, limpia el frío del invierno. Si esta estación aparece es gracias a las lluvias del invierno.
Las semillas rompen su envoltorio y crecen los tallos y hojas hacia la luz. Tienen color verde vistoso, característico de esta estación.
Para mantener un correcto equilibrio, el alimento ha de ser ligero para que se transforme rápidamente en sangre.
Por la mañana hay que ingerir cebada o avena y durante el día se han de tomar verduras de hojas verdes y alimentos con cierto gusto amargo. Esto ayuda a depurar los órganos digestivos.
A nivel físico, los músculos manifiestan la energía que crece. También son importantes el hígado y su pareja, la vesícula biliar, por sus diferentes funciones digestivas que reflejan su estado de salud a través del órgano de la vista.
El elemento ligado a la Medicina Tradicional China es la madera, ya que esta crece de la tierra.
Verano
Representa a la adolescencia, es una estación generalmente seca y cálida. Es lógico que por sus cualidades, el elemento relacionado con ella sea el fuego, por lo que conviene refrescar y humedecer el ambiente que habitamos y nuestro propio cuerpo.
En verano se activan las energías y nos sentimos más alegres, influencia directa del mayor número de horas de sol.
Es una época de crecimiento y maduración de la naturaleza. Puede surgir en nuestro interior un sentimiento de amor y compasión hacia nuestro entorno; estas emociones se relacionan con el corazón. A su vez, la sangre fluye más rápida.
Conviene reducir la cantidad de alimentos, ya que, en contraste con la temperatura exterior, nuestro interior para compensar se refresca y la digestión se hace más difícil. Conviene tomar fruta fresca, sin excederse y bastante agua, preferiblemente antes de las comidas. También ingerir alimentos amargos y más pescado, reduciendo los estimulantes como café y chocolate.
Los órganos relacionados son el corazón y su pareja el intestino delgado, el cual recibe, digiere y absorbe los nutrientes de los alimentos.
Se recomienda reducir el esfuerzo físico.
Otoño
Representa la madurez en la vida; etapa de transición entre el exuberante verano y el recogimiento del invierno. Estación que se considera seca y en la que aparecen los primeros frescores, vientos y tempestades. Por ello, hay que ser precavido y cuidarse de los contrastes excesivos, estar atento a los arranques de tristeza que pueden derivar en melancolía y depresión provocadas en parte por la baja en las horas de luz solar. Para combatirla, podemos tomar proteínas e hidratos de carbono, así como magnesio, aliado de la energía.
Conviene no descuidar la dieta porque es un tiempo en el que proliferan enfermedades. Tomar alimentos húmedos y que no estén muy fríos. Practicar ejercicio físico, distraerse y tomar masajes es aconsejable.
Invierno
Representa a la vejez y con esta estación llega la calma y el frío. Por ello, es prioritario calentarnos. Por efecto del frío, tendemos a comer más de los habitual y también preferimos almacenar energías; en otras palabras, prácticamente hibernar. Por ello, conviene hacer un poco más de ejercicio físico y estiramientos para la columna vertebral y la musculatura de la espalda. No es necesario tomar tanta agua y la que se beba, mejor que no esté fría. Son aconsejables las sopas de verduras calientes. El gusto asociado es el salado.
Es una estación oscura, ya que hay menos horas de sol. Esto favorece la aparición del miedo.
Los órganos relacionados son los riñones y su pareja la vejiga que filtran y evacuan los líquidos corporales. Digamos que no he hablado de nada nuevo, pero a veces conviene recordar cosas que, por obvias, no les prestamos atención.
Josep Masdeu Brufal
Naturópata
A no dejarse mal-influir entonces..
Gilgamesh***
Fuente;
-naturopatamasdeu
domingo, 25 de septiembre de 2016
* Las estaciones climáticas y su influencia en nosotros *
Publicado por
Gilgamesh
en
23:21
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Etiquetas:
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