lunes, 12 de noviembre de 2018

* A tientas *

***Gran inicio de semana para todxs.

Los efectos de la cebada fueron pasando, pero no los del agua, que ha provocado tormenta mediante, una serie de estragos e inconvenientes en ésta y otras ciudades y provincias.
Asoma el Sol luego de llover toda la noche y sin parar, con potentes rachas de viento que se ensañaron con árboles, techos, antenas, y todo lo que Eolo decidió impactar con furioso talante.

Si mis huesos comenzaban a restaurarse, fué Dómina anoche= quien con sus regalos y ocurrencias extrañas como por ejemplo una clase de *robot-fitness*, o *Yoga-tronic*= me terminara de demoler, para arrancar éste Lunes más caído que perejil en el Sahara.
Pero bueno...cumplir años es una vez al año y éste último ha sido muy intenso.

Dejando de lado las nimiedades típicas de un individuo del montón, si algo me preocupa a ésta altura de mi vida es la arremetida que el sistema =disfrazado con múltiples ropajes= está propinando al ser humano en una dominación feroz, sin balas ni cachiporras o más bien con pocas, una dominación que es mental, un hechizo, una genialidad típica de los Yinns, genios a la hora de hacer prodigios.

Cuando comenzamos a tomar como algo natural lo que en realidad es antinatural...nos acostumbramos, y acostumbrarse se vuelve peligroso y diría *alarmante*.

Confusión; *Error o equivocación causados por entender, utilizar o tomar una cosa por otra*.

Extravío; *Dejar la forma de vida que se había empezado y tomar otra distinta, generalmente peor*.

Brújula; *Instrumento que, gracias a presentar una aguja imantada que gira sobre un eje y señala el norte magnético, permite determinar las direcciones de la superficie terrestre*.

Confundidos, extraviados y sin brújula, no esa para navegar en el barco, sino la mental o intuitiva que debe permitirnos saber dónde estamos parados, cuál es el Norte o ideal que nos indique si caminamos por calles seguras o erradamente enfilamos hacia un precipicio social.

Y dejando de lado las concepciones ideológico-políticas, quitando ciertos términos como *capitalismo* o *neoliberalismo*, *facismo*, deberíamos pensar en todo lo que pasa como algo que es bueno o malo para nosotros, las mayorías, si es justo o no, si se debe modificar, si tenemos que hacer algo para cambiarlo, si debemos exigir, si debemos decir *basta*, o buscar alguna forma de ponernos de acuerdo si es que en verdad hemos aprendido a detectar lo que nos está arruinando y no se va a conformar sólo con eso...

Si algo ha demostrado que el mal no es absoluto es precisamente la resistencia, la oposición, la fuerza que podamos hacer por más que nunca alcance, pero que de no hacerla, podrán imaginar ustedes a qué extremos llegaría ese *mal* sin oposición.
Si en muchos aspectos hoy, nos conformamos con recoger migajas no quieran imaginar hasta dónde es capaz de llegar un sistema insaciable que disfruta con el daño que provoca, además de saquear materialmente.
La perversión que acompaña a éstos depredadores pinta claramente de lo que son capaces de hacer.

Me gustó un artículo que proviene de España, activistas sociales, luchadores, que bien podrían definirse como *anti-sistema*, y que a ésta altura de los acontecimientos mundiales son necesarios para repensar o más bien para reflexionar y analizar en medio de qué...estamos parados.
Si primero no se acepta que hay un problema, difícilmente se piense en una solución, si hay quien genera el problema pero no vemos el problema difícilmente identifiquemos quién lo produce, y así...no hay forma de tomar *consciencia* de la situación.

Creo que ya ni siquiera habría que poner atención en el prefijo *anti*, sino focalizarnos en los verdaderos responsables del rumbo que ha tomado todo y que, tal como decía antes, nos está llevando por un precipicio disfrazado de llanura...y cuando los pies ya no se asienten sobre nada sólido, habrá de ser tarde para darse cuenta que nos vamos a estrellar irremediablemente, porque las alas son sólo de las aves, los ángeles y los aviones.

Al siguiente artículo, traten de quitarle lo que parece ideológico-político y véanlo como algo que está bien o está mal, si es justo o es injusto, y verán que si una minoría casi insignificante en número es capaz de poner de rodillas a la gran y poderosa mayoría, no es hora de darnos cuenta que ese poder radica en hacer que quienes deberían estar de nuestro lado =las mayorías= por acción u omisión...juegan para el depredador.

Y si hay quienes piensan así desde España son los mismos que están en cada uno de nuestros países, de tu país, del mío, y a los cuales no los querés escuchar porque te entretiene otro discurso, precisamente el que el sistema no quiere.



-El avance del neofascismo y de las formaciones políticas autoritarias, el éxito de Trump, Bolsonaro o Salvini son consecuencia de la inseguridad y frustración que han originado los partidos del extremo centro neoliberales que han impuesto un largo período de políticas austeritarias para la mayoría social en el plano estatal siguiendo el dictado del FMI y una globalización económica internacional que ha conculcado los derechos y los intereses de los pueblos. 

La Unión Europea y el Estado español no han sido una excepción, bien al contrario, son paradigmáticas en la disminución del gasto social, del sector público de la economía y de los derechos de la ciudadanía. 
Tras la crisis de 2007/2008 los ganadores en todo el mundo son los mismos que las provocaron, la oligarquía financiera y las multinacionales.

Paradójicamente un representante del capital más parasitario como es Trump logra erigirse en adalid contra el establishment con un discurso xenófobo y supremacista. 
Los nuevos zares de la extrema derecha en Francia, Italia, Polonia, Hungría y en nuestro país han desviado la rabia de un importante sector del pueblo contra extranjeros y minorías étnicas, contra emigrantes y mujeres. 
Tanto en América como en Europa la extrema derecha asegura, de esa manera, los intereses de la oligarquía haciendo culpable de las desgracias a sectores sociales muy frágiles que difícilmente pueden defenderse y aún menos ser causantes de la situación. 

Una jugada maestra para seguir aplicando políticas que aumentan la desigualdad social, el odio al diferente y la división en los pueblos. 
Los causantes de la crisis de una década de duración y los ganadores de la globalización pueden estar tranquilos, los políticos a su servicio, al igual que el ladrón de la fábula popular distrae a los viandantes gritando *al ladrón, al ladrón* señalando al desarrapado que pasaba por allí.

Desde hace varios años, vivimos una situación que se ha denominado como *crisis*. 
A veces, de tanto escuchar una palabra, la acabamos repitiendo y asumiendo sin pensar bien qué significa. *Crisis* tiene un significado concreto. 
Ha significado que millones de personas vivan condenadas al paro. 
Millones de personas que cada vez tienen que trabajar más por menos dinero. 

Crisis son los alquileres cada vez más elevados, los servicios públicos más colapsados con aulas con más alumnos, médicos con consultas cada vez más saturadas, un transporte público cada vez más caro y menos eficiente. 
Crisis son las pensiones de miseria para los que han tenido una vida de esfuerzo o las mujeres que cada vez sufren más para sostener la economía de su gente y las personas migrantes perseguidas simplemente por ser pobres. 
Esa es, en lo concreto, la crisis para el 80% de la población. Somos la clase trabajadora la que sufrimos la crisis.

Sin embargo, hay una minoría privilegiada a la que no le ha ido mal. 
Una minoría parásita que, amparada por unas reglas del juego que siempre les favorecen, ha seguido haciendo negocios y ganando dinero a espuertas a costa del trabajo ajeno. 
Una minoría acaparadora que esquilma los recursos de todos para lucrarse y vivir en la opulencia más escandalosa. 
Sí, a los banqueros, a los ejecutivos, a las grandes empresas, les ha ido muy bien. 
Se han aprovechado de la situación para saquear los servicios públicos, para bajar los salarios, para especular con la vivienda. 

Imponen un régimen de terror en los centros de trabajo: a quién protesta y se organiza, lo echan a la calle. 
Y tienen de su parte al conjunto de poderes del Estado, que lejos de ejercer un rol redistributivo, se dedican a legislar para proteger los intereses de los bancos. El caso del poder judicial, con el Tribunal Supremo a la cabeza, no es sino una muestra más de que el Estado sigue siendo el consejo de administración de los ricos. 

Encima, ahora quieren enfrentarnos entre nosotros, en nuestros barrios y ciudades, en los lugares que queremos tanto: quieren dividirnos cuando son ellos los que nos hacen la vida difícil a todos. 
Pero no podemos permitir que esta situación se normalice. 
La sociedad crea riqueza; somos los trabajadores y las trabajadoras las que generamos riqueza. 
Muchas veces ni se nos paga un salario, como en el caso de las mujeres. 
Pero sin todo ese esfuerzo de los y las de abajo, la sociedad colapsaría.

Hacernos preguntas nos obliga a cambiar las cosas: 
¿Es justo que las grandes empresas y sus ejecutivos se estén embolsando millones mientras más del 50% de la gente tiene ingresos que van de los 0 a los 1200 euros? ¿Es justo que siga habiendo millones de pisos vacíos y sigan subiendo los alquileres y sigan desahuciando a familias? 
Es evidente que no lo es y no basta con lamentarse. 
Hay que actuar. 
Y es que vivimos tiempos turbulentos. 
El capitalismo en crisis ha desatado la emergencia de fuerzas reaccionarias que tratan de restaurar el orden. 

Un orden que nos ofrece dos opciones a la gente de abajo: o mantenernos en nuestro sitio calladas mientras nos empobrecen o enfrentarnos entre nosotras para pelearnos por los restos de la miseria. 
Y es que el discurso xenófobo y racista es el propio de quienes se han rendido y no quieren enfrentarse a los poderosos y prefieren enfrentarse a su vecino o vecina, a quien pueda ser más vulnerable. 
Los movimientos sociales y sus necesarias reivindicaciones de fiscalidad a quienes más tienen, de impedir la especulación con los alquileres, de dar derechos a los trabajadoras y autónomos son demandas valientes porque solo la valentía puede cambiar las cosas.

Pero no son tiempos para quedarse atrapadas en el shock, en la impotencia. 
Debemos combatir y señalar a los verdaderos responsables de esta situación de crisis, precariedad e inseguridad en la que se encuentra la clase trabajadora. No debemos hacer ninguna concesión ante los discursos contra las personas migrantes, las mujeres, las LGTBI, ni tampoco contra los perseguidos por sus ideas políticas. Van contra nosotras y contra nuestras vecinas. 
Buscan mantener empobrecidas y divididas nuestras comunidades. 
Y lo hacen para mantener sus privilegios, seguir engordando sus beneficios.

Es preciso denunciar este estado de cosas, pero no basta con denunciar, es urgente construir las alternativas. 
Necesitamos representantes políticos que las defiendan, pero no basta con presentarse a las elecciones confiando todo a la representación, es necesario que la sociedad se organice y tome en sus manos la solución a los problemas. 
Las clases subalternas, las gentes de abajo, deberán defenderse y pasar a la ofensiva activamente. 

Afortunadamente, en nuestros pueblos y barrios, en los centros docentes y en los de trabajo hay muchas personas que luchan cotidianamente contra la presión que impone este sistema. 
Es la gente que trabaja en el movimiento feminista, en el movimiento de vivienda, en los sindicatos, en los movimientos vecinales y antirracistas. 
Esos son los mejores anticuerpos frente al auge de la xenofobia y el fascismo. Construir comunidades organizadas, contrapoderes reales que hagan frente a los que tienen todavía el poder =se presenten o no a las elecciones=.

Es el momento de recuperar la convicción de que podemos transformar las cosas. 
Lo que implica que las clases subalternas se organicen para ello. 
Lo que supone identificar problemas, víctimas y culpables. 
Pero también es necesario disponer de un proyecto de sociedad y construir un programa que ofrezca alternativas reales de transformación. 
Alternativas radicales y de ruptura con este estado de cosas, aunque eso suponga una colisión frontal con el establishment: los poderes económicos y las instituciones de la gobernanza neoliberal. 

Por eso Anticapitalistas ha decidido poner su granito de arena en una labor que afecta quienes quieren una sociedad justa y democrática para señalar, desde los barrios, aulas y empresas, a la única minoría peligrosa para el bienestar social: los ricos y los políticos a su servicio. 
También para presentar propuestas concretas frente a la escandalosa desigualdad vigente en la sociedad, lo que supone ir a la raíz de la misma y situar en el horizonte político la expropiación del poder económico para ponerlo al servicio de la mayoría repartiendo la riqueza.

No podemos dejarle el espacio en nuestros barrios a la extrema derecha ni confiar en que las superficiales y banales políticas *progresistas*, incapaces de plantar cara al poder, vayan a resolver nuestros problemas. 
No hay otra forma de resolver los problemas que una peligrosa y depredadora minoría ha generado que construyendo una fuerza social capaz de expropiar a los poderosos. 

Es hora de decir: basta de discursos vacíos y de medias tintas; basta de permitir el saqueo sin respuesta. 
Son necesarias nuevas ideas y propuestas capaces de alumbrar campañas y acciones con el objetivo hacer frente a los privilegiados y su poder económico, político, judicial y comunicativo. 
Lo contrario es dejar el terreno libre para que el natural malestar que genera la desigualdad extrema lo ocupe el racismo, el machismo y el odio.

Excelente análisis, ideal para reflexionar un poco más.
Juegan con nuestras concepciones y especialmente religiosas.
¿Te has puesto a pensar?, por ejemplo ¿si te afecta realmente que alguien decida abortar un embarazo? ¿o que alguien decida asumir una sexualidad o un género distinto al que trajo al nacer? realmente ésto que obedece a la voluntad individual y la esfera individual de otros, ¿te quita a vos algún derecho? ¿te empobrece?, creo firmemente que no, diría ABSOLUTAMENTE NO.

Lo que te empobrece es lo que *otros te quitan*, y te lo quitan cada vez que, mientras te distraés con cosas y debates y disputas que forman parte de la *distracción*, vos permitís que te empobrezcan.

Y no pasa por pensar la vida desde un punto meramente material, porque vamos...para comer y darle cierto bienestar a tus hijos, lo material lo domina todo.
Es más, deberíamos incluso respetar a quienes ni siquiera estuvieran dispuestos a trabajar, pero si hasta eso está prohibido..., porque quien desee no formar parte del sistema tiene que procurarse un pedazo de tierra para no terminar durmiendo en una plaza tapado con cartones y ser levantado por la policía.....

Y si estás dispuesto a trabajar, no es lo mismo que elijas dedicar cierta cantidad de horas para lo que consideres urgente y primordial, a que tengas que pasártela todo el día laburando como un esclavo porque el sistema te explota con impuestos que no se corresponden con tus ingresos.

Cuando vos podés elegir cómo vivir te bancás las consecuencias, pero cuando no podés elegir porque no te dan una mano para al menos tener la chance de estar mejor....te transformás en un *pobre* que además de ser pobre, es apuntado con el dedo acusador por los que, en lugar de luchar para que dejen de ser pobres...los condenan con la indiferencia y la estigmatización.

¿Realmente pensás que ese otro, que profesa una religión distinta te afecta?.
El problema, creo, es cuando quienes gobiernan y toman decisiones sobre la vida de millones se apoya en la religión, pero oh casualidad la usan para intervenir en las decisiones individuales del resto.

En nada te va a modificar tu vida que una chica se deje el bigote, o que un chico se pinte los labios, como en nada te va a afectar alguien que se hizo un tatuaje o se cuelgue un arito en la nariz, como tampoco lo que cada quién elija hacer con su cuerpo y su intimidad.

Ya sé...no te agrada, no te gusta, va en contra de tus *principios*, pero vamos...¿te has puesto a pensar si esos *principios* los defendés cuando un gobernante que ha jurado sobre una biblia avala que tu país fabrique armas y las venda para que otros se maten en una guerra?..

Incluso, perder el tiempo en debates que no deberían existir cuando hablamos de lo que cada quien decida *consumir*, por ejemplo el estigma de la marihuana, su legalización o no, cuando sabemos que el alcohol genera más muertes que fumarse, en todo caso si *drogarse* es nocivo para quien lo hace pero no afecta a los demás, habrá que entender que forma parte de su voluntad, te guste o no, ahora bien, si alguien se droga para delinquir habrá que hacer lo mismo que quien se alcoholiza para delinquir, y punto, al igual que quien se compra un coche y se cree que es de Fórmula1 atropellando y matando a otros, pero fijate que con quienes con sus decisiones políticas y económicas también matan y arruinan a millones....no te nace la indignación ni te preocupa debatir.

Por eso digo que se nos va el tiempo, las energías y la vida misma comprando divisiones y debates que en realidad no modifican nuestros graves problemas que hacen a que las cosas malas se multipiquen y esas sí nos afecten a todos.

Porque cuando ves a dos chicas besándose apasionadamente te dá un ataque de moralina tal que te enervás y despotricás, pero cuando el Ministro de Hacienda reduce las partidas para los hospitales ni te horrorizás ni despotricás..., por todo eso y mucho más permitimos que nos instalen una agenda que lo único que hace es mantenernos divididos con cosas que no van a afectar nuestro bienestar, mientras sigilosa y solapadamente...nos arruinan realmente a todos.

Y a todos nos llega... por más que alguna vez te hayas creído que a vos no, que vos sos muy suficiente y que tenés espaldas y capacidades individuales para bancarte que te quiten derechos.

Quien ha tenido la capacidad económica para decidir comprarse una casa en cuotas nunca imaginaba que lo iban a esquilmar y que quizás termine en la calle...igual que esos a quienes alguna vez miraba por encima del hombro como si ser pobres fuera una elección...o les gustara vivir así.

La riqueza del rico no es fruto de su esfuerzo sino de su inteligencia para seguir acumulando o al menos mantener lo que, en la mayoría de los casos ha sido fruto de *heredar*, y cuando allí hurgamos y escarbamos nos encontramos que esa herencia viene de tiempos viejos y con gestaciones de dinero malhabidas.

Por eso no quieren que la *memoria* esté viva ni quieren que conozcamos la historia, en todo caso la intentan re-escribir o distorsionarla, porque si fuéramos capaces de tener memoria y Conocimiento...no tendrían chance de seguir acumulando obscenamente, comprando voluntades y corrompiendo a todo quien les garantice esa impunidad.

No todas las personas tienen la capacidad de afrontar el desafío de *participar* o encaramarse como *dirigente*, pues me conformo con que al menos..no obstruyan y sepan reconocer cuándo hay que apoyar, y en lugar de obstruir y ralentizar un verdadero cambio se pongan de la única vereda en la cual deberíamos ponernos todos, y es en la que denuncia y pone en evidencia a los verdaderos responsables de que éste mundo vaya cada vez peor.

Si seguimos poniendo la lupa y el tiempo en nimiedades que no hacen al verdadero mal, lo de Orwell...será un poroto comparado con lo que nos espera.

Y ojo, no confundir embarazo con hinchazón, no es solución eliminar al rico ni sacarle todo lo que tiene, pero sí hacer cesar su acumulación que es fruto de quitarle al resto. 
No es posible un mundo que pague el 21% de IVA por igual cuando el obrero gana 100 y el patrón gana 100.000. El hecho de que alguien sea rico ya es razón suficiente para que dé gracias de no tener que estar él mismo, en su misma fábrica manejando la máquina que sí maneja su empleado, alienado, para producir 20.mil unidades por día, que a el Jefe..lo vuelve rico.

Si el único mérito de la riqueza la tiene el *empleado* que con su *tiempo* vuelve rico al *jefe*, el empleado tiene que ganar bien, y conservar sus derechos, en una sociedad lógica entre el capital y la mano de obra, y no un robo que acrecienta la riqueza de uno con la pobreza del otro.

Una cosa es lo que no te gusta, otra es lo que te conviene y *nos* conviene, si no lo entendés...no esperes que cuando ya estés en la lona...alguien te tire la toalla.
El que siembra indiferencia cosecha soledad, y no de esa que se elije, sino de la que te espanta.

La luz está ahí, pero si nos gusta andar a tientas...será que la obscuridad también se elije.


Fuerte abrazo.

Gilgamesh***

Fuente;
-publico

2 comentarios :

לחיים dijo...

Plus One.

..... se nos va el tiempo, las energías y la vida misma comprando divisiones y debates que en realidad no modifican nuestros graves problemas que hacen a que las cosas malas se multipiquen y esas sí nos afecten a todos.

Efecto hipnotico que nos distrae y hace de prioridades absusdas nuestro tiempo....

Gracias BrO por hurgar en la VERDAR de la gran mentira.....

Fuerte abrazo "KUI".

Gilgamesh dijo...


Alejandro Arrabal Diaz-Vandinha;
muchas gracias a ambos.


Alejandro;
así es hermano, necesitamos despertar o no seremos nada, más que unos tristes títeres sin Consciencia. Muchas gracias a vos, fuerte abrazo Cumpa.